Parashá 30 Kedoshim
Vayikra (Levítico) 19:1 –
20:27
Lecturas para
compartir en el Shabat del 29 de AVIV del 5779 / Mayo 4 de 2.019
Domingo 5 de
Mayo después de la caída del sol es ROSH JODESH
ZIFF (IYYAR)
1° DE 5.779
Aliyás de la
Torá:
- 19:1-14
- 19:15-22
- 19:23-32
- 19:33-36
- 20:1-7
- 20:8-22
- 20:23-27
Haftará: Amós 9:7-15 (A); Ezequiel 20:2-20 (S)
Brit Hadasha: Mateo 19:1 – 21:46
Kedoshim
Significa “santos”.
Comentarios
Primera aliyá, 19:1-14
19:2 “Habla a toda la
congregación de los hijos de Israel y diles: "Seréis santos porque yo, El
Eterno vuestro Eloah, soy santo.” – Según el
Midrash,[1] este texto muestra que cuando Moshé transmitió la
Torá al pueblo de Israel no solía reunir a toda la congregación de una vez. Por
regla general Moshé se reunió primero con su hermano Aharón y le transmitió de
manera profunda todo lo que había recibido de El Eterno. Luego Aharón se sentó
a la mano derecha de Moshé. Después vinieron los dos hijos de Aharón, Elazar e
Itamar, y Moshé repetía las enseñanzas a ellos según su nivel de comprensión.
Ellos luego se sentaron cerca de su padre Aharón y su tío Moshé. Después fue
repetido el mismo pasaje de la Torá a los ancianos de Israel según su nivel de
comprensión y, finalmente, Moshé repitió toda la enseñanza a todos los varones
del pueblo. Este fue el procedimiento normal para transmitir la Torá al pueblo.
Moshé, por lo tanto, escuchó la misma lección cinco veces, una vez directamente
de El Eterno y cuatro veces de su propia boca.
Pero en esta ocasión Moshé recibe la orden de convocar a toda la
asamblea, inclusive las mujeres y los niños. La razón para hacerlo fue que esta
sección contiene muchísimas leyes que tienen que ver con todo el pueblo y,
según Rashí, porque la mayor parte de las leyes esenciales de la Torá dependen
de esta Parashá. Por ejemplo, en esta sección se encuentra la ley general de
amar al prójimo como a sí mismo. También se puede encontrar mandamientos muy
similares a las diez palabras que fueron pronunciadas ante todo el pueblo en
Sinai.[2] En total hay 51 mandamientos en esta corta Parashá.
Este versículo también nos enseña que la santidad no es solamente para
los sacerdotes y levitas, sino para toda la congregación de los hijos de
Israel. La santidad consiste en ser apartado de las costumbres que son
practicadas por los pueblos que están alejados de El Eterno y dedicarse a Él en
obediencia a Sus mandamientos.
19:3 “Un hombre ha de
reverenciar a su madre y a su padre. Y guardaréis mis shabats; yo soy El Eterno
vuestro Eloah.”
– La palabra hebrea que ha sido traducida como “reverenciar” es “yaré”,[3]
y significa “temer”, “reverenciar”. Hay una diferencia entre este mandamiento y
el de Éxodo 20:12 donde está escrito:
“Honra a tu padre y
a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que El Eterno tu
Eloah te da.”
La palabra hebrea que ha sido traducida como “honrar” es “kavad”,[4] que significa “ser pesado”, “ser rico”, “tener
honra”, “ser una carga”. En Éxodo 20 está escrito que debemos honrar a nuestro
padre y a nuestra madre, y en Levítico 19 está escrito que debemos temer a
nuestra madre y a nuestro padre. No es lo mismo honrar que temer. Honrar a los
padres tiene que ver con dar a los padres los bienes materiales que necesitan y
satisfacer todas sus necesidades, como está escrito en Mateo 15:3-6:
“Y respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el
mandamiento de Eloah a causa de vuestra tradición? Porque Eloah dijo:
"HONRA A tu PADRE Y A tu MADRE," y: "QUIEN HABLE MAL DE su PADRE
O DE su MADRE, QUE MUERA." Pero vosotros
decís: "Cualquiera que diga a su padre o a su madre: 'Es ofrenda a Eloah todo lo mío con
que pudieras ser ayudado', no necesitará más honrar a su padre o a su
madre." Y así invalidasteis la palabra de Eloah por causa de vuestra tradición.”
Aquí vemos que la honra a los padres tiene que ver con una ayuda
económica. Honrar a los padres también implica obedecerles en el Señor, como
está escrito en Efesios 6:1-3:
“Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo.
HONRA A TU PADRE Y A tu MADRE (que es el primer mandamiento con promesa), PARA QUE TE VAYA BIEN, Y PARA QUE TENGAS LARGA VIDA SOBRE LA TIERRA.”
En el texto de Éxodo aparece primero el padre y luego la madre en
referencia a la honra, pero en el texto de Levítico aparece primero la madre y
luego el padre en referencia al temor, o a la reverencia. ¿Por qué aparece
primero la madre y luego el padre en este texto? ¿Se debe temer más a la madre
que al padre?
Vamos a dar dos explicaciones a esto. Por regla general, es más fácil
temer, en el sentido de respetar y reverenciar, al padre, por su forma
masculina de ser, que la madre. El niño tiende a aprovecharse de la dulzura y
el carácter suave de la madre. Es más fácil faltar el respeto a la madre que al
padre. Por esto la Torá pone la madre primero, para que no dejemos de mostrarle
respeto a nuestras madres, sino respetar a los dos padres por igual.
Sin embargo, al mirar el contexto vemos que hay una escala de
reverencia, madre, padre y El Eterno. Es una escala invertida de autoridad.
Según este orden, el niño va aprendiendo durante el desarrollo de su vida quién
está por encima de él. Primero aprende a temer a la madre, que es la que más
tiempo se dedica a él durante sus primeros años de vida. Luego el niño aprende
a reverenciar a su padre y finalmente aprende a reverenciar a El Eterno. Este
texto nos enseña que una manera de mostrar respeto a El Eterno es guardar el
shabat. El que no guarda el shabat no teme a El Eterno. El que teme a El Eterno
guarda el shabat.
Respetar a los padres implica, entre otras cosas, que un hijo no puede
contradecir las palabras de ellos. Tampoco puede decir: “Lo que dice mi padre
es correcto”. Si los padres tienen sillas reservadas para ellos un hijo no debe
sentarse en ellas.
El texto hebreo dice literalmente: “Un hombre...” Esto nos enseña que
el varón casado está más comprometido con sus padres que la mujer casada. Una
mujer casada no está obligada a obedecer a sus padres cuando su marido diga
algo contrario. En el momento de su boda, la mujer pasa de estar bajo la cobertura
de su padre a estar bajo la autoridad de su esposo, como está escrito en 1
Corintios 11:3:
“Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre
es el Mesías, y la cabeza de la mujer (casada) es el hombre (con el
cual está casada), y la cabeza del Mesías es Eloah.”
19:4 “No os volváis a los
ídolos, ni hagáis para vosotros dioses de fundición; yo soy El Eterno vuestro
Eloah.” – La raíz de la palabra que ha sido traducida como
“volváis” es “paná”,[5] y significa “encarar”, “volverse a”, “mirar hacia”.
Esto implica que está prohibido mirar con curiosidad y asombro a los ídolos y a
las estatuas. Según Rambam,[6] en la práctica también implica que está prohibido
leer cualquier libro, escuchar conferencias o involucrarse en cultos,
religiones o filosofías que sean extraños a la Torá.
Debemos tener cuidado con las visitas a templos y monumentos paganos,
pues la admiración y exaltación de estos sitios podrían rayar en la falta a
este mandamiento.
“ni hagáis para vosotros dioses de fundición” – Está prohibido fabricar ídolos, incluso para los
no judíos. Esto incluye la prohibición de comerciar con estatuas idolátricas,
santos católicos, crucifijos, budas y demás objetos de culto pagano. También
está prohibido a un israelita sacar beneficio económico de la idolatría de los
gentiles.
19:10 “Tampoco rebuscarás
tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; lo dejarás para el pobre y
para el forastero. Yo soy El Eterno vuestro Eloah” – La Torá enseña
que hay que tratar a los pobres de manera favorable. El Eterno tiene un corazón
muy sensible a las necesidades de los débiles y nos ordena ayudar de forma
práctica y económica a los necesitados.
19:11 “No hurtaréis, ni
engañaréis, ni os mentiréis unos a otros.” – Este hurto tiene que ver con
objetos materiales. Como hay más de un mandamiento que prohíbe el hurto, se
entiende que los dos están hablando de dos cosas diferentes. El primer
mandamiento contra el hurto se encuentra en las diez palabras, como está
escrito en Éxodo 20:15:
“No hurtarás.”
Como la infracción
voluntaria de la mayoría de los mandamientos que están en las diez palabras
trae la pena de muerte, también se interpreta que el hurto del cual se está
hablando allí no es el hurto de las cosas, sino de las personas, con otras
palabras, del secuestro. El secuestro es un delito que merece la pena capital,
como está escrito en Éxodo 21:16:
“El que secuestre a
una persona, ya sea que la venda o sea hallada en su poder, ciertamente morirá.”
Así que, en Levítico
19 se habla del hurto de los objetos. Está prohibido apropiarse de cualquier
cosa que sea de otra persona. Yaakov vivía con su suegro durante 20 años y
cuando salió de allí podía testificar que no había tomado absolutamente nada de
lo que pertenecía a Laván, como está escrito en Génesis 31:37:
“Aunque has buscado
en todos mis enseres, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo
delante de mis parientes y de tus parientes para que ellos juzguen entre
nosotros dos.”
Esta actitud muy
cuidadosa que había en nuestro padre Yaakov de no llevar nada de la casa de
Laván, ni siquiera una cucharita o una aguja para coser, es un buen ejemplo
para todos nosotros.
Como El Eterno está
dando el tiempo a cada persona, el tiempo es algo que cada uno tiene que
administrar correctamente y no perder. Por lo tanto está prohibido tomar el
tiempo de una persona sin su permiso. Fulano se acerca a Mengano, que es un
hombre muy ocupado, y le pide cinco minutos para hablar. Mengano accede y está
dispuesto a darle cinco minutos de su precioso tiempo, pero Fulano no respeta
los cinco minutos sino que sigue hablando y hablando, sin ser consciente de que
no solamente está pervirtiendo su propia palabra, sino realmente está hurtando
el tiempo de Mengano.
Otra forma de hurtar
es llegar tarde a una cita. El que llega tarde está hurtando el tiempo precioso
de las personas que le están esperando. Si uno llega tarde y no cumple con su
compromiso para llegar a cierta hora, no solamente ha corrompido su palabra,
sino también ha hurtado el tiempo de los demás.
Otra manera de hurtar
es trabajar con negligencia. Si el patrón ha contratado a un obrero para
trabajar, ese obrero es digno de su salario si trabaja. Pero si es negligente
en su trabajo, o toma pausas sin permiso, está hurtando de su patrón. ¿Cómo
luego tiene conciencia para cobrar por un tiempo que no ha trabajado, o por un
trabajo que ha sido hecho de mala manera? Un hombre santo trabaja igual cuando
el jefe esté presente que cuando no está. Si alguien necesita un jefe que le
vigile para que trabaje bien y no tome pausas innecesarias en su trabajo, es un
ladrón. Un verdadero israelita es uno en quien no hay engaño, como está escrito
en Juan 1:47:
“Yeshúa vio venir a
Natanel y dice de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño.”
En esta escritura el
mandamiento de no hurtar está escrito de forma plural. Esto nos enseña que
cualquiera que sepa de un hurto y no diga nada, también es culpable. El que no
habla se convierte en un compañero del que pecó. (complice)
19:12 “Y no juraréis en
falso por mi nombre, profanando así el nombre de tu Eloah; yo soy El Eterno.” – El
contexto habla del dinero. Cuando una persona hurta, tiende a esconder su
delito engañando al prójimo, cf. v. 11. Si no se arrepiente tiende a mentir.
Puede tratarse de un depósito confiado o algo prestado que la persona niega
haber recibido. Es posible que también llegue a jurar en falso por el nombre de
El Eterno delante de una corte de justicia, Beit Din, diciendo que no se apropió
de los bienes del otro. Es un delito grave jurar algo por el nombre de El
Eterno que no es verdadero.
Los sabios señalan que cuando este texto dice: “no juraréis en falso
por mi nombre” se está refiriendo a cualquiera de los nombres de Eloah, (EL, ELOAH ELOEH, ELOHIM, EL SADAI,
ADONAI, JIREH,
-RAPHA, NISI, MEKADDESH,
SHALOM, TSIDKENU, ROHI, SABAOTH, EL ELYON, EL OLAM, EL-GIBHOR puesto que en Éxodo 20:7 sólo se refiere al Nombre
sagrado, YHVH.
(יהוה) entendiendo que YHVH es el nombre Sagrado inefable del cual se
desprenden sus atributos.
Esta escritura nos enseña que está permitido jurar por el nombre de El
Eterno. La prohibición solamente es contra el hecho de jurar en falso por su
Nombre. ¿Cómo entonces podemos entender el texto de Mateo 5:33-37 donde el
Mesías nos está enseñando acerca de no jurar, como está escrito:
“También habéis oído que se dijo a los antepasados: "NO JURARAS
FALSAMENTE, SINO QUE CUMPLIRÁS TUS JURAMENTOS A EL ETERNO." Pero yo os
digo: no juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de
Eloah; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies;
ni por Yerushalayim, porque es LA CIUDAD DEL GRAN REY. Ni jurarás por tu
cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello. Antes bien,
sea vuestro hablar: "Sí, sí" o "No, no"; y lo que es más de
esto, procede del mal.”
Al leer este texto nos da la impresión de que el Mesías prohíbe jurar.
En tal caso su enseñanza iría en contra de la Torá que permite jurar, cf.
Génesis 21:31; 24:9; Números 30:2. El manuscrito hebreo de Mateo, llamado
DuTillet, nos puede traer luz sobre esta cuestión. Allí está escrito: “no
juréis por ninguna cosa”, en hebreo “shum davar”. Así que el Mesías no
prohíbe el juramento en sí, sino un juramento que se hace por las cosas. El
contexto de Mateo 5 confirma esta interpretación, donde habla de que no se
puede jurar por el cielo, la tierra, Yerushalayim o la cabeza, que son cosas.
Pero sí está permitido hacer un juramento por el nombre de El Eterno, con tal
que no se haga en vano, sin cumplirlo. O con intención
engañosa.
19:13 “No defraudarás a
tu prójimo, ni le robarás. El salario de un jornalero no ha de quedar contigo
toda la noche hasta la mañana.” – La Torá sigue hablando del dinero. Aquí
hay tres prohibiciones acerca de tomar o retener el dinero del otro. La primera
implica no tomar ventaja de una posición favorable para retener el dinero del
otro. Por ejemplo, si alguien debe dinero a otro, no podrá retenerlo haciendo
excusas, o utilizando trucos para seguir reteniéndolo.
La segunda prohibición implica no robar en público con violencia, en
contraste con el versículo 11 donde se está refiriendo al hurto que se hace en
secreto.
La tercera
prohibición implica no demorar el pago de un obrero, más tiempo de lo acordado.
Ese delito es considerado como si se tomara el alma del trabajador.
Al ver tantas
prohibiciones en contra del hurto entendemos la gravedad de este pecado en los
ojos de El Eterno. El hurto produce maldición para el que lo practica, como
está escrito en Zacarías 5:1-4:
“Alcé de nuevo mis
ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba. Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí:
Veo un rollo que vuela; su longitud es de veinte codos y su anchura de diez
codos. Entonces me dijo: Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la
tierra; ciertamente todo el que roba será destruido según lo escrito en un
lado, y todo el que jura será destruido según lo escrito en el otro lado. La
haré salir--declara El Eterno de los ejércitos-- y entrará en casa del ladrón y
en casa del que jura por mi nombre en falso; y pasará la noche dentro de su
casa y la consumirá junto con sus maderas y sus piedras.”
19:14 “No maldecirás al
sordo, ni pondrás tropiezo delante del ciego, sino que tendrás temor de tu
Eloah; yo soy El Eterno.” – Hay una relación entre no maltratar al
minusválido, el sordo y el ciego, y el temor a El Eterno. Por un lado significa
que al maltratar a los débiles se está maltratando a El Eterno que los ha
creado. Por otro lado tiene que ver con una actitud de desprecio en el corazón
que sólo El Eterno conoce. Está prohibido menospreciar al débil en el corazón,
aprovecharse de él, burlarse de él o fastidiarle. Por eso dice “y temerás a tu
Eloah”. El Eterno ve la actitud secreta del corazón de cada uno. Y si alguien
teme a El Eterno no va a pensar mal de los que sufren algún desperfecto.
Si interpretamos este
texto en el nivel remez, alegórico, aprendemos que poner tropiezo delante de un
ciego también puede significar dar un consejo malo al ignorante. El temor de
Eloah es un antídoto contra este delito. El que sabe que El Eterno conoce sus
pensamientos no va a aprovecharse de un ignorante para su propio beneficio o
para producirle daño.
En esta ocasión no
trataremos el tema de la segunda y tercera aliyá para dejar su estudio en
Yeshiva de liderazgo por tratar mitzvot preferencialmente para quienes deben
administrar justicia.
Cuarta aliyá, 19:33-36
19:33 “Cuando un
extranjero resida con vosotros en vuestra tierra, no lo maltrataréis.” – Está
prohibido maltratar a un residente o un converso. Rashí señala que aquí se
refiere a un ultraje verbal.
19:34 “El extranjero que
resida con vosotros os será como uno nacido entre vosotros, y lo amarás como a
ti mismo, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Mitsrayim; yo
soy El Eterno vuestro Eloah.” – El amor al residente debe ser igual que
el amor al israelita o al converso. El Eterno no hace acepción de personas. Él
ama a todos por igual y por esto reafirma este mandamiento con las palabras:
“yo soy El Eterno vuestro Eloah”, para que el amor al extranjero residente sea
por causa de Eloah. Israel fue elegido para transmitir el amor y la salvación
de El Eterno a los gentiles.
Quinta aliyá, 20:1-7
20:3 “Yo pondré mi
rostro contra ese hombre y lo cortaré de entre su pueblo, porque ha dado de sus
hijos a Molej, contaminando así mi santuario y profanando mi santo nombre.” – El que
entrega su hijo a un dios pagano profana el Nombre de El Eterno. El Eterno
quiere nuestra descendencia para él, cf. Malaquías 2:15. Ese es el propósito
suyo con el matrimonio. Al dar uno de los hijos a un demonio se está yendo en
contra total del propósito de la creación del hombre y así se profana el Nombre
Santo.
20:6 “En cuanto a la
persona que vaya a los médium o a los espiritistas, para prostituirse en pos de
ellos, también pondré mi rostro contra esa persona y la cortaré de entre su
pueblo.”
– La idolatría y el ocultismo son considerados como prostitución espiritual. Es
lo mismo que cuando una mujer casada se una con otro hombre, violando así el
pacto matrimonial. El pecado de adulterio, tanto físico como espiritual, es
mortal.
Sexta aliyá, 20:8-22
20:21 “Si alguno toma a
la mujer de su hermano, es cosa aborrecible; ha descubierto la desnudez de su
hermano. Serán sin hijos.” – Yojanán HaMatbil corrigió a Herodes por
haber cometido este delito y por esta reprensión fue asesinado, cf. Mateo
14:3-11.
20:22 “Guardad, por
tanto, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y cumplidlos, a fin de que
no os vomite la tierra a la cual os llevo para morar en ella.” – La Torá
fue dada en primer lugar para ser guardada en la Tierra de Israel. Por eso hay
mandamientos que no aplican fuera de la tierra. Algunos mandamientos no pueden
ser cumplidos en países lejos de la tierra de Israel porque allí hay condiciones
naturales y geológicas muy diferentes. Por ejemplo, en verano no se pueden ver
las estrellas si uno está más allá de los círculos polares, porque entonces el
sol no baja durante la noche. ¿A qué hora inicia el shabat en el norte de
Suecia en verano, cuando el sol no baja? El mandamiento de vivir en cabañas en
Sukot no se puede cumplir en Suecia porque en esa época se puede morir de frío.
Los que viven en la tierra de Israel están obligados a cumplir los
mandamientos de la Torá para que la tierra no los vomite.
Séptima aliyá, 20:23-27
20:23 “Además, no andéis
en las costumbres de la nación que yo echaré de delante de vosotros; porque
ellos hicieron todas estas cosas, yo los aborrecí.” – Los pueblos de
las naciones que estuvieron en la tierra de Israel antes de la venida de los
hijos de Israel hicieron todas estas cosas inmorales y ocultas. Esta es la
razón por la que fueron expulsados de la tierra de Israel.
20:26 “Me seréis, pues,
santos, porque yo, El Eterno, soy santo, y os he apartado de los pueblos para
que seáis míos.”
– La santidad tiene que ver con la relación con El Eterno y el alejamiento de
las costumbres de las naciones gentiles.
20:27 “Si hay médium o
espiritista entre ellos, hombre o mujer, ciertamente han de morir; serán apedreados;
su culpa de sangre sea sobre ellos.” – Parece contradictorio que en el texto
anterior, cf. 20:6, sólo se habla de la pena de karet, cortamiento espiritual,
cuando aquí habla de la pena de muerte física. Rashí dice que cuando hay
testigos que advirtieron antes de la trasgresión, el culpable es apedreado.
Pero si hubo un acto intencional sin advertencia previa sólo recibe la pena de
karet. La trasgresión que se comete sin intención puede ser expiada con una
ofrenda de pecado. La pena capital sólo se aplica si se cumplen estas tres
condiciones:
· El
mandamiento fue transgredido intencionalmente.
· Hubo dos o
tres testigos que vieron el acto.
· Hubo dos o
tres advertencias previas acerca de la gravedad del pecado y su consecuencia.
Shabat shalom
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