Parashá
24 VaYikrá “y
Llamó”
Levítico
1:1 – 6:7 (5:26)
Porción de la Palabra De Eloha
para ser estudiada el 7 Aviv de 5.781
Marzo 20 de 2.021
Aliyás
de la Torá:
1.
1:1-13
2. 1:14
– 2:6
3.
2:7-16
4.
3:1-16
5.
4:1-26
6. 4:27
– 5:10
7. 5:11
– 6:7 (5:26 versión hebrea)
Haftará:
Isaías 43:21 – 44:23
Los
Escritos Apostólicos: Mateo
1:1 – 3:17
VaYikrá
Significa
“y Llamó
Comentarios
En Levítico 7:37 hay un resumen de los seis diferentes
sacrificios que aparecen en los
siete primeros capítulos del libro, según está escrito:
“Esta es
la Torá de la ofrenda de ascensión, de la oblación, de la ofrenda de pecado, de
la
ofrenda de culpa, de las ofrendas de consagración y del sacrificio de las
ofrendas de
paz”
1. Olá – Ofrenda de ascensión,
Levítico 1:1-17; 6:8-13 (6:1-6 heb.).
2. Minjá – Oblación, Levítico
2:1-16; 6:14-18 (4:7-11 heb.).
3. Jatat – (Sacrifico) de pecado,
Levítico 4:1 – 5:13; 6:24-30 (6:17-23 heb.).
4. Asham – (Sacrificio) de culpa,
Levítico 5:14 – 6:7 (5:26 heb.); 7:1-10.
5. Miluim – (Ofrendas) de
consagración (plenitudes), Éxodo 29:1-37; Levítico
6:19-23 (6:12-16 heb.).
6. Shlamim – (Ofrendas) de paz,
Levítico 3:1-17; 7:11-36.
La olá y la minjá son “hermanos” y el jatat y el asham son “hermanos”. Cuando
hablamos de hermanos es porque son ofrendados por motivos muy
similares y se
parecen entre ellos.
Daremos un vistazo a la primera aliya:
1:2 “Habla
a los hijos de Israel y diles: "Cuando alguno de vosotros traiga una
ofrenda a
Al
Eterno, traeréis vuestra ofrenda de animales del ganado o del rebaño.”
– La palabra hebrea que ha sido traducida como “ofrenda” es corbán,1 que significa
“sacrificio”, “inmolación”, “ofrenda”, “oblación”. Viene de la
palabra karav 2 que significa
“acercase”, “presentarse”, “estar cerca”. De esto
aprendemos que el propósito de los sacrificios es poder
acercarse al Eterno y
presentarse delante de Él. No hay manera de poder acercarse al
Eterno sin sacrificios.
El sacrificio es necesario para poder acercarse a Él y estar en su
presencia, como está
escrito en Éxodo 23:15b; 34:20b y Deuteronomio 16:16b:
“Y nadie
se presentará ante mí con las manos vacías.” (LBLA)
La ofrenda de ascensión es voluntaria y puede ser ofrecida por
cualquier hombre o
mujer, israelita o gentil.
1:3 “Si
su ofrenda es una ofrenda de ascensión del ganado, ofrecerá un macho sin
defecto;
la
traerá a la entrada de la tienda de la cita, para que sea aceptada delante de Adonai.”
(LBLA
revisada) – Tanto las ofrendas de ascensión como las oblaciones, son
llamadas
korbanot, plural de corbán, y sirven para acercarse a
Adonai cf. 2:1. Este texto enseña
que el que entrega esta ofrenda voluntaria está obligado a llevar
la ofrenda él mismo a la
entrada de la tienda de la cita. La palabra hebrea que ha sido
traducida como
“holocausto”, u “ofrenda de ascensión”, es olá.3 La raíz de olá es alá, que significa
“subir”, “ascender”, “escalar”, “remontar”, “levantarse”,
“alzarse”, “brotar”, “surgir”,
“crecer”, “disiparse”, “engrandecerse”, “aumentar”, “dirigirse”,
“inmigrar a la tierra de
Israel”. Un olé es uno que hace aliyá, es uno que sube para leer
la Torá en la sinagoga o,
uno que inmigra para Israel. Ambos son llamados olé, en plural olim. De esto
aprendemos que el sacrificio llamado olá es un sacrificio que sube
hacia el cielo y
también eleva al que lo sacrifica. Por lo tanto tiene que ser
hecho con fuego. El
sacrificio de olá, ascensión, es para los
ricos, y el sacrificio de minjá, oblación, es para
los de menos posibilidades, cf. 5:11.
En Génesis 4:3-5 está escrito:
“Y
aconteció que al transcurrir el tiempo, Kayin trajo a YHWH una ofrenda (minjá)
del
fruto de la tierra. También Hevel, por su parte, trajo de los primogénitos de
sus
ovejas
y de la grosura de los mismos. Y YHWH miró con agrado a Hevel y a su ofrenda
(minjá), pero a Kayin y su ofrenda (minjá) no miró con agrado. Y Kayin se enojó
mucho
y su
semblante se demudó.” (LBLA revisada)
En este texto aparece la palabra minjá que significa “don”,
“presente”, “regalo”,
“ofrenda”, “sacrificio”, “oblación”. Normalmente la palabra minjá es usada para
ofrendas sin sangre, pero en este caso vemos que también puede
significar una ofrenda
con sangre.
¿Cuál es la diferencia entre la olá y la minjá?
La olá se da de los animales y la minjá, normalmente, se da de los
productos del campo.
La olá y la minjá son las primeras ofrendas
que son mencionadas en la Torá. Un
ejemplo es Kayin y Hevel que ofrecieron minjá. La palabra olá aparece por primera vez
en Génesis 8:20, donde está escrito:
“Y edificó
Noaj un altar a YHWH, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y
ofreció
una ofrenda de ascensión en el altar.” (LBLA revisada)
Lo más destacado de la olá es que se quema todo el
animal. Hay tres clases de olá
presentadas en este capítulo:
1:3 Del ganado mayor
1:10 Del rebaño
1:14 De las aves
El valor de la olá va de lo más caro a lo más
barato. Luego el Eterno sigue dando la
oportunidad para los que no tienen dinero ni siquiera para una
cría de una paloma. Ellos
podrán dar harina, aceite de oliva, incienso y sal, cf. 2:1, 4,
13. Esto nos enseña que el
estado económico no puede ser un impedimento para dar ofrendas por
medio de las
cuales podemos acercarnos al Eterno. El rico da más y el pobre da
menos, pero
el Eterno lo que mira es el corazón y sabe cuándo una persona ofrece
según sus posibilidades o cuando no lo hace, como está escrito en Lucas 21:1-4:
“Levantando
la vista, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro. Y
vio
también a una viuda pobre que echaba allí dos pequeñas monedas de cobre; y
dijo:
En
verdad os digo, que esta viuda tan pobre echó más que todos ellos; porque todos
ellos
echaron en la ofrenda de lo que les sobraba, pero ella, de su pobreza, echó
todo lo
que
tenía para vivir.” (LBLA)
Una ofrenda que no ha sido dada con generosidad, no es aceptada
por el Eterno, porque
Él ama al dador alegre, cf. 2 Corintios 9:7.
“macho sin defecto” – La
ofrenda de olá tiene que ser un macho sin defecto, cf. 1:10;
3:1, 6; 4:3, 23, 28, 32; 5:15, 18; 6:6 etc. Esto nos habla de Mashíaj que fue un varón sin
pecado, como está escrito en 1 Pedro 1:18-19:
“sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de
vivir heredada de
vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con
sangre preciosa, como
de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre del Mesías.”
(LBLA revisada)
“a la entrada de la tienda de la cita” – Los sacrificios se hacen
delante la entrada del
santuario. Esto nos enseña que Yeshúa fue sacrificado delante del
Eterno. Es imposible
que el Mesías haya sido colgado detrás del templo, porque no se
cumpliría esta profecía.
Todos los sacrificios fueron hechos a la entrada del santuario,
nunca detrás. Por lo tanto,
quedan descartados tanto la iglesia del santo sepulcro como el
jardín de la tumba, como
lugares donde ocurrió la crucifixión. Tenía que ser delante de la entrada del Templo,
es
decir, en una línea recta desde la entrada del templo hacia el
altar de la vaca roja,
ubicado en el Monte de los Olivos. En esa misma línea, un poco más
arriba, fue colgado
Yeshúa en un árbol, juntamente con dos ladrones. Posiblemente fue
en la misma higuera
que Yeshúa había maldecido unos días antes, cf. Marco 11:21. Adam
tomó las hojas de
una higuera para cubrir su desnudez y por eso es posible que esa
clase de árbol haya
sido un instrumento para la redención del hombre.
Es muy probable que el lugar donde estaba ubicado el árbol de la
vida fue donde luego
se construyó el templo. El árbol de la ciencia probablemente
estaba puesto en el Monte
de los Olivos, donde murió Yeshúa. En el caso de que fuera así, en
el mismo lugar
donde el pecado fue introducido en este mundo, fue expiado.
La viga horizontal en la que Yeshúa fue clavado posiblemente fue
hecha de cedro, según
Levítico 14:4, 6.
De este versículo también aprendemos que un sacrificio sirve como
entrada para
acercarse al Padre Kadosh. El mismo sacrificio es como una puerta,
un medio de acercamiento.
Por lo tanto tiene el nombre de corbán. Cuando un sacrificio es
dado según las normas
de la Torá, y con un corazón sincero, gozoso, puro y entregado,
siempre produce agrado
delante de nuestro ABBA. No todas las ofrendas son agradables para
él.
1:4 “Pondrá
su mano sobre la cabeza de la ofrenda de ascensión, y le será aceptado para
hacer
expiación por él.” (LBLA revisada) – La imposición de las manos implica
principalmente tres cosas:
Identificación – el animal
representa al que impone las manos, son uno.
Transmisión – el pecado es
transmitido al animal.
Reemplazo – el animal muere
en lugar del hombre.
“para
hacer expiación por él” – La palabra hebrea que ha sido traducida como
“expiación” es kapar, que significa “expiar”,
“cubrir”. Esto nos enseña que la ofrenda
de ascensión tiene el ingrediente de la expiación en el sentido de
generar perdón de
pecados, cubrir las faltas. Es una sombra de Mashíaj cuya muerte no solamente
cubre
los pecados, sino los quita. Todos los sacrificios son sombras del
sacrificio de Mashíaj.
1:5 “Entonces
degollará el novillo delante del Eterno; y los sacerdotes hijos de Aharón
ofrecerán
la sangre y la arrojarán por todos los lados sobre el altar que está a la
entrada
de
la tienda de reunión.” (LBLA revisada) – El que trae la ofrenda
puede degollarla, si
desea. Pero sólo los sacerdotes podrán ofrecer la sangre sobre el
altar. Se sacrifica
delante de HaShem. Esto nos enseña que la muerte del Mesías fue
delante de HaShem.
La sangre es arrojada sobre el altar. Rashí cuenta que el
sacerdote se ponía al pie del
altar y arrojaba la sangre desde un recipiente hacia la pared del
altar debajo de la mitad,
hacia sus esquinas. El rabí Shabtai Bass7 explica que la sangre
fue rociada en dos
esquinas del altar, la noreste y la suroeste. Así la sangre fue
rociada en los cuatro lados
del altar por medio de dos rociamientos. Este rociamiento sobre el
altar representa el
momento cuando Mashíaj murió.
1:6 “Después
desollará la ofrenda de ascensión y la cortará según sus cortes.” (LBLA
revisada)
– No se ofrece todo el animal de en un momento, sino poco a poco,
según sus
cortes. Esto implica que hay cortes específicos propios del
animal. Según el Talmud,8
estos cortes son diez. De la misma manera, cuando hay una entrega
total del ser humano,
el Eterno va reclamando poco a poco de él para que sea consagrado
para el uso exclusivo
de él.
1:7 “Y
los hijos del sacerdote Aharón pondrán fuego en el altar, y colocarán leña
sobre el
fuego.”
(LBLA revisada) – Según el Midrash, el fuego nunca dejó de estar encendido
sobre el altar hasta que fue construido el templo en Yerushalayim.
Ese fuego había caído
del cielo. Cuando el templo de Shelomó fue construido cayó fuego
de nuevo del cielo
sobre el altar. Los sacerdotes mantenían el fuego todo el tiempo.
Ese fuego cesó en los
días del rey Menashé. Sin embargo, la Torá misma dice aquí que los
sacerdotes tienen el
mandamiento de poner leña y encender fuego sobre el altar,
trayéndolo de lo que era
común (Rashí).
El fuego es una clase de energía. Para que un sacrificio sea
aceptable tiene que ser dado
con gozo, entusiasmo, con un fuego en el corazón, que es el fuego
del amor, como está
escrito en Cantar de los cantares 8:6-7:
“Ponme
como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo, porque fuerte como la
muerte
es el amor, inexorables como el Sheol, los celos; sus destellos, destellos de
fuego,
la llama del Eterno. Las muchas aguas no pueden extinguir el amor, ni los ríos
lo
anegarán; si el hombre diera todos los bienes de su casa por amor, de cierto lo
menospreciarían.”
(LBLA revisada)
Esto nos enseña que Yeshúa murió con un espíritu gozo a pesar de la tortura de su carne y con
un fuego de amor en su corazón.
Esto también se ve en el Salmo 118:24 que él cantó en el día
cuando murió, cf. Mateo
26:30. Lo mismo pasó con la akedá, atadura, de Yitsjak;
tanto Avraham como Yitsjak
estaban gozosos en sus corazones en el momento del sacrificio, cf.
Génesis 22. Los
sacrificios sólo son aceptadas cuando está el fuego del gozo y el
amor en el corazón. Por
esto no se podía ofrecer vino sin alcohol en el templo, tenía que
ser fermentado, tenía
que tener “fuego”, cf. Números 28:7.
1:8 “Luego
los sacerdotes hijos de Aharón arreglarán las piezas, la cabeza y el sebo sobre
la
leña
que está en el fuego sobre el altar.” (LBLA revisada) – Lo primero que se ofrece
del
animal, a parte de la sangre, es la cabeza. La primera letra del
alfabeto hebreo es la alef,
7 Siftei Jajamim.
8 Tamid 4:2 y Yomá 25b.
que significa “cabeza de toro”, “uno” y “lo primero”. Así que lo
primero que se da es la
cabeza. La cabeza del toro representa la mente del hombre, que es
lo que primero hay
que entregar a l Creador para ser quemada, como está escrito en
Romanos 12:1-2:
“Por
consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Eloha que presentéis
vuestros
cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Eloha, que es vuestro culto
racional
(de
la cabeza). Y no os
adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la
renovación
de vuestra mente (en la cabeza), para que verifiquéis cuál es la voluntad de
Eloha:
lo que es bueno, aceptable y perfecto.” (LBLA).
“el sebo
sobre la leña” – El sebo es un tipo de grasa que protege las entrañas. Hay tres
tipos de grasa en el cuerpo:
La energía acumulada en
forma de grasa, principalmente debajo de la piel.
La grasa colorada que
produce calor en el cuerpo. La grasa colorada quema las
calorías de los alimentos. Los bebés tienen mucha grasa colorada.
Una persona
que se engorda sin comer muchas calorías, tiene falta de grasa
colorada en su
cuerpo. Una persona que come mucho y no engorda tiene mucha grasa
colorada
en su cuerpo.
El sebo que cubre las
entrañas con fin de protegerlas de golpes y vibraciones
dañinas.
El sebo que protege las entrañas es el que se ofrece en el altar.
Se coloca encima de la
cabeza del toro para cubrir el corte. Según Rashí, es para mostrar
respeto hacia el
Altísimo.
1:9 “Pero
las entrañas y las patas las lavará él con agua. Y el sacerdote lo quemará todo
sobre
el altar como ofrenda de ascensión; es ofrenda encendida de aroma agradable
para
el Eterno.” (LBLA revisada) – Las entrañas y las patas son lavadas en agua y
luego
quemadas en el fuego del altar. Entonces el sacrificio es
agradable para Adonai. No es
que el Creador esté disfrutando del sacrificio de un animal
inocente que es quemado
hasta ser calcinado. Él no es sádico. Tampoco tiene necesidades de
los sacrificios, como
está escrito en el Salmo 50:7-13:
“Oye,
pueblo mío, y hablaré; Israel, yo testificaré contra ti. Yo soy Eloha, tu Elohim.
No te
reprendo
por tus sacrificios, ni por tus ofrendas de ascensión, que están continuamente
delante
de mí. No tomaré novillo de tu casa, ni machos cabríos de tus apriscos. Porque
mío
es todo animal del bosque, y el ganado sobre mil colinas. Toda ave de los
montes
conozco,
y mío es todo lo que en el campo se mueve. Si yo tuviera hambre, no te lo diría
a
ti; porque mío es el mundo y todo lo que en él hay. ¿Acaso he de comer carne de
toros,
o
beber sangre de machos cabríos?” (LBLA)
Él olor grato delante de él no mana del animal cruelmente
sacrificado, sino del corazón
de la persona que lleva el sacrificio a HaShem. Si el corazón del
hombre no está
entregado a Él, su sacrificio no es agradable. Por esto está
escrito que HaShem miró con
agrado a Hevel y a su ofrenda. En primer lugar miró al hombre y
luego miró a su
ofrenda. La ofrenda es una expresión de un corazón que ama.
Por otro lado podemos destacar la ofrenda del Mesías Yeshúa que
está simbolizada por
todos los sacrificios. Al ver el animal sacrificado de la manera
correcta, HaShem se
acuerda del sacrificio de su Hijo y, de esta manera, Él se agrada,
porque el resultado de
ese sacrificio es inmensamente positivo para toda la creación.
Aplicación personal de la ofrenda de
ascensión
La olá representa la entrega total
de nuestras vidas. Le damos todo lo que somos al
Eterno. Nos damos a nosotros mismos a Él. No damos en primer lugar
lo que tenemos
o lo que podamos lograr, sino a nosotros mismos como ofrenda de
ascensión, para ser
consumidos delante de Él y no tener nada para nosotros mismos. No
nos pertenecemos.
En el momento de la entrega somos presentados ante Él, para luego,
poco a poco,
experimentar la olá, empezando por darle
nuestra vida, representada por la sangre.
Después de darle nuestra vida, Él nos va partiendo en trozos.
Primero toma nuestra
cabeza, nuestra mente, y la quema hasta que no quede nada de lo
nuestro. Entonces
nuestra oración será “No se haga mi voluntad sino la tuya. Las
cosas no son de la
manera que yo las entiendo, sino según lo que tú entiendas y según
están reveladas en tu
Torá.”
El siguiente paso del sacrificio de nuestro ser es cuando es
quitado el “sebo”, aquella
protección que cubre nuestras entrañas (nuestros motivos,
intenciones y sentimientos).
De esa manera somos hechos vulnerables. Nuestra insensibilidad
hacia lo divino es
eliminada. Esto se puede comparar con la circuncisión del corazón,
cf. Deuteronomio
10:16. También puede ser comparado con la eliminación del muro de
protección de
argumentos alrededor de las emociones y la mente de una persona,
como está escrito en
2 Corintios 10:3-6:
“Pues
aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne; porque las armas de
nuestra
contienda no son carnales, sino poderosas en Eloha para la destrucción de
fortalezas;
destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra
el
conocimiento de Eloha, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la
obediencia del
Mesías,
y estando preparados para castigar toda desobediencia cuando vuestra
obediencia
sea completa.” (LBLA revisada)
Este texto nos enseña que toda desobediencia en la sociedad puede
ser combatida y
destruida por una comunidad que ha tenido la experiencia de la olá, el sacrificio de
ascensión, una entrega total, en la cual los argumentos de
desobediencia han sido
quemados en el fuego divino. El mundo está como está por la falta
de obediencia en las
comunidades de los hijos de Adonai.
El siguiente paso de la ofrenda de ascensión es que las entrañas y
las patas son lavadas
en agua, lo cual representa el proceso de purificación por la
Torá, como está escrito en
Juan 15:3:
“Vosotros
ya estáis limpios por la palabra que os he hablado.” (LBLA)
En Efesios 5:26 está escrito:
“para
santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra”
(LBLA)
Las entrañas representan los motivos, las emociones, los deseos
etc. Las patas
representan nuestra conducta, el caminar, nuestro estilo de vida.
Nuestros motivos y
nuestra conducta tienen que ser purificados por la Torá para poder
ser ofrecidos delante
del Eterno como un olor agradable. El Eterno nunca acepta nuestros
deseos sin haberlos
purificado por la Torá. Tampoco acepta nuestro estilo de vida sin
la purificación por la
Palabra. Todo tiene que pasar por una corrección, mediante el
proceso del estudio de la
Torá dirigido por el Espíritu de Adonai En las Escrituras, tanto
la Torá como el
Espíritu son simbolizados por el agua.
En la olá, todo tiene que ser quemado.
Esto significa que no puedes dejar nada de tu
vida para ti mismo si vas a ser agradable para el Eterno. Todo
tiene que ser entregado tu
Padre celestial, pieza por pieza.
Cuando te presentas al Eterno por primera vez con alegría y con el
deseo de servirle y
ser su siervo y su amigo, Él recibe tu vida. Te da una vida nueva
en lugar de la que tú le
entregaste. Esa vida nueva es la vida de resurrección por medio de
Yeshúa el Mesías.
Luego te va reclamando parte por parte, profundizando la entrega
hasta que no quede
nada de ti mismo, y sólo dependas de la nueva vida de resurrección
que hay en Mashíaj.
Cuando hayas llegado a ese nivel de la ofrenda de ascensión estás
sintiendo y diciendo
que tu vida no significa nada para ti, como está escrito en Hechos
20:24:
“Pero en
ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder
terminar
mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Yeshúa, para dar testimonio
solemnemente
de las buenas nuevas de la gracia de Dios.” (LBLA revisada)
En Mateo 10:39 está escrito:
“El que ha
hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la
hallará.”
(LBLA)
En Lucas 22:42 está escrito:
“diciendo:
Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi
voluntad,
sino la tuya.” (LBLA)
YESHUA
EL SACRIFGICIO PERFECTO
En Romanos 3:25-26 está escrito:
“a quien Eloha exhibió públicamente como
propiciación por su sangre a través de la fe,
como demostración de su justicia, porque en su
tolerancia, Eloha pasó por alto los
pecados cometidos anteriormente, para demostrar
en este tiempo su justicia, a fin de
que Él sea justo y sea el que justifica al que
tiene fe en Yeshúa.” (LBLA revisada)
Sin la muerte de Yeshúa no se manifiesta la
justicia perfecta del Eterno ni su
misericordia perfecta. Por medio de los
sacrificios en el templo Eloha perdonó por
causa del sacrificio eterno de Yeshúa cuando
vio la sinceridad del corazón arrepentido
del hombre al ofrecer el sacrificio por el
pecado y por la culpa. La base del perdón
eterno es la muerte de Yeshúa. Los sacrificios
por el pecado y por la culpa son sombras
de, recuerdos de y puntos de contacto con el
verdadero sacrificio. El verdadero sacrificio
no elimina las sombras. Las sobras dan
profundidad a una imagen. El Eterno nos dio las
sombras para ampliar nuestro conocimiento de la
profundidad de la muerte de nuestro
amado Mashíaj.
Tenemos varios ejemplos de cómo los seguidores
del Mesías sacrificaban en el templo
después de la resurrección, cf. Mateo 5:18; Hechos
21:20; Números 6:1-21;
24:17-18. Como ninguna cosa de la Torá será
anulada por el Mesías hasta que pasen los
cielos y la tierra, los sacrificios serán
restablecidos en el templo edificado por el Mesías
Yeshúa en su segunda venida, cf. Ezequiel 43:18-27,
44:27-29, 45:17, 46:13-15. Esto
significa que habrá sacrificios de animales,
incluso de pecado y culpa, durante el reinado
mesiánico, el milenio.
De los 613 mandamientos que hay en la Torá,
aparecen tres en Bereshit y 111 en Shemot,
sumando 114. En el libro de Vayikrá hay
247 mandamientos, 95 positivos y 152
negativos.
Extraído. Escritos de Dr. K. Blad
Adaptado por: HOSHEA ben
Yisrael