Parashá
14 VaErá
Éxodo
6:2 – 9:35
Para
ser estudiada en el Shabat del 25 de Tevet de 5.774
Se
anuncia que el 1° de Shevat, rohsh
jodesh – cabeza de mes, es el miércoles 1° de Enero de 2.014, después de la
caída del sol (Aprox, seis de la tarde).
Aliyás de la Torá :
- 6:2-13
- 6:14-28
- 6:29 – 7:7
- 7:8 – 8:10 (8:6 heb.)
- 8:11-22 (8:7-18 heb.)
- 8:23 (19 heb) – 9:16
- 9:17-35
Haftará: Ezequiel 28:25 – 29:21
Código Real (HaTsofen
HaMaljutí):
Lucas 2:21 – 5:11
VaErá: Significa “y me mostré”.
Primera Aliyá, 6:2-13
Elohim le recuerda a Moshé que su nombre es El Eterno y dice que no se
dio a conocer con ese nombre a los patriarcas. Estableció su pacto con ellos
para darles la tierra de Kenáan donde peregrinaron. Además ha oído el gemido de los hijos de Israel
por la esclavitud y se ha acordado de su pacto. Moshé recibe la orden de decir
a los hijos de Israel que él es El Eterno y que los sacará de la esclavitud de
los egipcios para ser su pueblo y darles la tierra que juró a los patriarcas.
Moshé habla con el pueblo pero no escucha. También tiene que hablar con Faraón.
Pero Moshé pregunta cómo le va a escuchar Faraón si los hijos de Israel no le
escuchan. Entonces Adonay ordena a Moshé y Aharón en cuanto a los hijos de Israel
y en cuanto a Faraón para sacar a los hijos de Israel de Egipto.
Segunda aliyá, 6:14-28
Reuvén tenía cuatro hijos. Shimón tenía cinco. Leví tenía tres,
guershón, Kehat y Merari. Leví tuvo 137 años. guer shón tuvo dos hijos. Amram
fue hijo de Kehat junto con tres más. guershón tuvo 133 años. Merari tuvo dos
hijos. Amram tomó a yojeved, su tía y ella dio a luz a Aharón y a Moshé. Amram
tuvo 137 años. Koraj y Eltsafán son primos de Aharón y Moshé. Aharón tomó por
mujer a Elisheva y ella le dio a luz cuatro hijos. Koraj tuvo tres hijos. El
hijo de Aharón, Elazar tuvo a Pinjás. Estos son Aharón y Moshé que hablaron a
Faraón para sacar a los hijos de Israel de Egipto.
Tercera aliyá, 6:29 – 7:7
Adonay le habla a Moshé y le dice: “yo soy Adonay; di a Faraón, rey de
Egipto, todo lo que yo te diga.” Moshé le contesta y dice que es incircunciso
de labios. ¿cómo le va a escuchar Faraón? Adonay constituye a Moshé como Elohim
para Faraón y Aharón como profeta. Adonay endurecerá el corazón de Faraón para
multiplicar los milagros en Egipto. Adonay pondrá su mano sobre Egipto y sacará
a su pueblo. y los egipcios sabrán que él es el Eterno. Moshé y Aharón hacen
como el Eterno les mandó. Entonces Moshé tiene 80 años y Aharón 83.
Cuarta aliyá, 7:8 – 8:10 (8:6 HEb.)
Cuando Faraón pide que hagan un milagro Aharón ten drá que tomar su vara
y echarla ante él para que se convierta en serpiente. cuando lo hace, los magos
de Egipto hacen lo mismo. Pero la vara de Aharón devora las varas de ellos.
Faraón fortalece su corazón y no los hace caso, como Adonay ha dicho. Moshé
tendrá que presentarse ante Faraón por la mañana, cuando vaya al río, y decirle
en el nombre de Adonay que deje ir al pueblo. Como no ha querido escuchar,
ahora conocerá que él es el Eterno. Las aguas del río se convertirán en sangre
y todos los peces morirán. Moshé dice a Aharón que extienda su mano sobre todas
las aguas de Egipto.cuando lo hace hay sangre por toda la tierra de Egipto Pero
los magos hacen lo mismo con sus ciencias ocultas y Faraón fortalece su corazón
y no hace caso, como el Eterno ha dicho. Todos los egipcios cavan buscando
agua.
Pasan siete días y el Eterno dice a Moshé que vaya a Faraón y le diga:
“Así dice el Eterno: deja ir a mi pueblo para que me sirva.” Si no los deja ir,
vendrán ranas desde el río y entrarán en las casas y por todas partes. Aharón
extiende su vara sobre los ríos y los canales y las ranas cubren la tierra de
Egipto. Los magos hacen lo mismo. Faraón llama a Moshé y a Aharón y pide que
rueguen a Adonay para que quite las ranas. Así dejará ir al pueblo para
sacrificar al Eterno. Moshé pregunta cuándo debe orar. Faraón responde:
“Mañana”. Así sucederá para que sepa que no hay nadie como Adonay.
Quinta aliyá, 8:11-22 (8:7-18 HEb.)
Las ranas sólo se quedarán en el río Moshé y Aharón salen de Faraón y
Moshé clama al Eterno acerca de las ranas y Adonay hace conforme a su palabra.
Las ranas mueren en las casas, los patios y los campos. Las juntan en montones
y la tierra se corrompe. Pero al ver que hay alivio Faraón hace pesado su
corazón y no hace caso, como Adonay ha dicho. Moshé dice a Aharón que golpee el
polvo de la tierra para que se convierta en piojos. Al hacerlo vienen piojos
sobre hombres y animales en todo Egipto. Los magos tratan de producir piojos,
pero no pueden dicen a Faraón que este es el dedo de Elohim. Pero Faraón
fortalece su corazón y no hace caso, como Adonay ha dicho. Moshé tendrá que
levantarse muy temprano y ponerse ante Faraón cuando vaya al agua y decir: “Así
dice Adonay: deja ir a mi pueblo para que me sirva.” Si no lo hace enviará
mezclas de animales dañinos por todas las casas de los egipcios. Pero no será
así en goshén para que sepa que el Eterno está en medio de la tierra.
Sexta aliyá, 8:23 (19 HEb) – 9:16
Adonay hace diferencia entre su pueblo y el pueblo de Faraón. El día
siguiente entran los animales dañinos en todo Egipto y la tierra se está
destruyendo. Faraón permite que hagan sacrificios a su Elohim dentro del país.
Pero Moshé responde y dice que no conviene porque para los egipcios es abominación
lo que van a sacrificar al Eterno. Entonces los apedrearían. necesitan una
distancia de tres días de camino y allí ofrecerán. Faraón dice que los dejará
ir a la estepa, sólo que no vayan muy lejos. Cuando Moshé sale de la presencia
de Faraón ruega al Eterno que los animales se alejen para el día siguiente. Adonay
hace lo que Moshé le pide y no queda ni un solo animal. Pero Faraón hace pesado
su corazón y no deja salir al pueblo. Moshé tendrá que ir a Faraón otra vez y
decirle que deje ir al pueblo para servir al Elohim de los hebreos. Si se niega
dejarlos vendrá la mano del Eterno sobre el ganado de Faraón. Pero nada del
ganado de Israel perecerá. Adonay lo hace el día siguiente. Faraón envía para
saber que todo el ganado de Egipto ha perecido pero del ganado de Israel no ha
muerto ninguno. Pero el corazón de Faraón se hace pesado y no deja ir al
pueblo. Moshé y Aharón tendrán que tomar puñados de hollín de un horno y Moshé
tendrá que esparcirlo hacia el cielo ante Faraón. Se convertirá en polvo fino
en toda la tierra que produzca úlceras y ampollas en hombres y animales. Cuando
lo hacen, lo magos no pueden estar delante de Moshé por causa de las úlceras.
Pero Adonay refuerza el corazón de Faraón y no hace caso, como Adonay ha dicho.
Moshé tendrá que levantarse temprano y decir a Faraón que deje ir al pueblo
para que sirva al Elohim de los hebreos. Todas las plagas vendrán sobre él, sus
siervos y su pueblo para que sepan que no hay otro como Él en toda la tierra.
Si la peste hubiera venido sobre el pueblo, habría muerto, pero Adonay le
mantiene para mostrarle su poder y para que su nombre sea proclamado por toda
la tierra.
Séptima aliyá, 9:17-35
Si Faraón no deja ir al pueblo, vendrá el día siguiente un fuerte
granizo nunca visto antes. Tendrá que poner a salvo todos los que estén en el
campo para que no mueran. Los siervos de Faraón que temen la palabra de Adonay
ponen a salvo sus siervos y su ganado. Pero el que no hace caso a la palabra del
Eterno los deja en el campo. Cuando Moshé extiende la vara sobre el cielo Adonay
envía truenos, granizo y fuego como nunca ha habido desde que Egipto existió.
Todo lo que hay en el campo es destruido, hasta los árboles. Pero no hay
granizo en Goshén. Faraón llama a Moshé y Aharón y dice que ha pecado. Adonay
es justo y su pueblo y él son impíos. Pide que rueguen para que no haya más
truenos y granizo y dejará ir al pueblo para no quedarse más. Cuando Moshé
salga de la ciudad y extienda las manos al Eterno, los truenos y el granizo
cesarán, para que Faraón sepa que la tierra es de Adonay. Todavía Faraón y sus
siervos no temen al Eterno. (El lino y la cebada han sido destruidos, pero no
el trigo y el centeno, pero Faraón peca otra vez haciendo pesado su corazón, y
sus siervos hacen lo mismo. no deja ir a los hijos de Israel como Adonay ha
dicho.
COMENTARIOS DE
LA PARASHA
Aunque YHWH sea el nombre
personal del Eterno y Elohim un nombre genérico, los rabinos ven en estos dos
nombres una tendencia de diferentes manifestaciones del carácter del Eterno que
al mismo tiempo son opuestos y complementarios. El nombre YHWH está relacionado
con la misericordia del Eterno y el nombre Elohim está relacionado con la
justicia del Eterno. Así que, normalmente cuando aparece escrito el nombre
Elohim, está relacionado con un acto de
justicia y cuando aparece el nombre YHWH está relacionado con un acto de
misericordia. De esta manera podemos sacar la conclusión de que los patriarcas
no habían conocido el carácter y la manifestación de la misericordia del Eterno
como ahora los hijos de Israel lo iban a experimentar.
Es destacable el hecho de que lo primero que Moshé recibe, en la
magnífica revelación en la zarza ardiendo, es la revelación de la compasión y
misericordia del Eterno, como está escrito en éxodo 3:7, 9:
“Y Adonay dijo: Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está
en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces, pues estoy
consciente de sus sufrimientos... Y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel
ha llegado hasta mí, y además he visto la opresión con que los egipcios los
oprimen.”
Esta manifestación de la misericordia del Eterno no había sido conocida
por Avraham, Yitsjak y Yaakov.
Además encontramos en este nombre otro aspecto que está relacionado con
los dos anteriores, la redención, como está escrito en éxodo 3: 8 a, 10:
“Y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y para sacarlos
de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y
miel... Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para que saques a mi pueblo, los
hijos de Israel, de Egipto.”
Los hijos de Israel necesitaban una redención para poder salir de
Egipto. Cuando una o varias personas han llegado a una situación de peligro,
esclavitud, pobreza, enfermedad o algo semejante, y no tienen los medios para
salir de allí, necesitan redención para poder salir de esa situación. Un
redentor es una persona que tiene la capacidad para sacar a los que necesitan
ser redimidos. En este caso el Eterno se presenta como Redentor para sacar a
los hijos de Israel de Egipto, porque ellos no pueden hacerlo por sí mismos,
como está escrito en éxodo 15:13:
“En tu misericordia has guiado al pueblo que has redimido; con tu poder
los has guiado a tu santa morada.”
En Deuteronomio 9:26 está escrito:
“Y oré a Adonay, y dije: “Oh Señor Eterno, no destruyas a tu pueblo, a
tu heredad, que tú has redimido con tu grandeza, que tú has sacado de Egipto
con mano fuerte.”
En el Salmo 77:15 está escrito:
“Con tu brazo has redimido a tu pueblo, a los hijos de Yaakov y de Yosef.”
Los patriarcas no tuvieron la experiencia con el Eterno como el gran
Redentor. Ahora Adonay se manifiesta a los hijos de Israel como Redentor, para
liberarlos de la esclavitud.
Los hijos de Israel eran esclavos. Un esclavo no tiene el derecho de su
propia vida, no es dueño de sí mismo. Otra persona es el dueño de él. Para
nosotros es difícil entender esto porque no lo hemos vivido. La esclavitud de
los hijos de Israel no significaba solamente que tenían que trabajar duramente,
sino que no eran dueños de sí mismos. Pertenecían a Faraón. La Torá no revela
en detalle cómo llegaron a ser esclavos. Los midrashes dan su explicación, pero
el hecho de que eran esclavos implica que en algún momento tenían que haber
perdido la libertad o se vendieron como esclavos por propia voluntad, o fueron
obligados a ser esclavos por la fuerza. Lo cierto es que eran esclavos y como
tales eran posesión del Faraón.
Esto implica que el Eterno no podía sacarlos de Egipto sin el permiso de
su dueño. Por eso vemos que Moshé no ordenó a Faraón dejar ir a los hijos de Israel
para celebrar fiesta al Eterno, sino simplemente le pidió permiso, hasta
rogando, como está escrito en Éxodo 5:3:
“Entonces ellos dijeron: El Elohim de los hebreos nos ha salido al
encuentro déjanos ir, te rogamos, camino de tres días al desierto para ofrecer
sacrificios a Adonay nuestro Elohim, no sea que venga sobre nosotros con
pestilencia o con espada.”
Jurídicamente el Eterno no podía reclamar a los hijos de Israel porque
estaban bajo la autoridad de Faraón y eran su posesión. Si el Eterno los
hubiera sacado sin el permiso de Faraón, sería un ladrón y no respetaría el
principio de autoridad que él mismo ha establecido. Por esto Moshé tenía que
pedir permiso hasta siete veces para sacar a los hijos de Israel, cf. 5:1;
7:16; 8:1 (7:26 heb.), 20 (16); 9:1; 10:3. En ninguna de estas ocasiones está
escrito que Adonay ordenó a Faraón que soltara al pueblo. El Eterno no puede
cometer ningún acto de injusticia, como está escrito en el Salmo 145:17:
“Justo es Adonay en todos sus caminos, y bondadoso en todos sus hechos.”
Por otro lado Elohim tenía toda la autoridad por encima de Faraón. Fue
Él quien le había puesto como rey en Egipto, (cf. Romanos 13:1-6), delegándole
parte de su autoridad. Por lo tanto Elohim tiene el derecho de juzgar las
acciones de Faraón, y esa también fue parte de la misión de Moshé, que actuaba
como Elohim en este caso sobre el rey de Egipto. Las plagas vinieron porque el
rey de Egipto, junto con su pueblo, no habían respetado las leyes del Eterno
que son para todos los hombres de la tierra. Moshé fue enviado con dos
propósitos principales, juzgar la autoridad que no estaba cumpliendo su función
según la voluntad de Aquel que la puso en su lugar y redimir a los hijos de Israel
de su esclavitud de esta manera se revelan los dos nombres Elohim y YHWH en
esta obra. Elohim como el Juez justo que dicta y ejecuta sentencia sobre un
gobierno maligno y YHWH como el misericordioso Redentor que saca a su pueblo de
la esclavitud.
De la misma manera el Eterno se ha manifestado en su Hijo Yeshúa el
ungido cuando él fue manifestado al mundo vino con los dos propósitos, juzgar
el príncipe de este sistema mundial y su pueblo, y sacar a los hijos de Israel
de la esclavitud del pecado y de la muerte. En Yeshúa es revelada la justicia
de Elohim y la misericordia de YHWH, el Eterno. La muerte del Mesías es la
máxima revelación de la justicia de Elohim y la misericordia de YHWH. En su
muerte fue condenado el pecado y el príncipe de este mundo fue juzgado y echado
fuera. En su muerte fue manifestada la justicia de Elohim que no puede perdonar
al pecador y declararlo inocente sin pagar por las consecuencias del pecado. En
la muerte del Mesías es manifestada la misericordia de YHWH para que todo aquel
que crea en este sacrificio sustituto sea perdonado y redimido de la esclavitud
del pecado y sus últimas consecuencias eternamente.
6:6-8 “Por tanto, di a los hijos de Israel: “yo soy Adonay, y os sacaré
de debajo de las cargas de los egipcios, y os libraré de su esclavitud, y os
redimiré con brazo extendido y con juicios grandes. y os tomaré por pueblo mío,
y yo seré vuestro Elohim; y sabréis que yo soy Adonay vuestro Elohim, que os
sacó de debajo de las cargas de los egipcios. “y os traeré a la tierra que juré
dar a Avraham, a yitsjak y a Yaakov, y os la daré por heredad. Yo Soy Adonay.””
En este texto encontramos siete
promesas. Las cuatro primeras de ellas están relacionadas con las cuatro copas
que se beben en la celebración de Pesaj (Pascua), de la siguiente manera:
1. Os sacaré – primera copa llamada “kidush”, “santificación” 2. Os
libraré – segunda copa llamada “juicio” 3. os redimiré – tercera copa llamada
“redención” o “bendición” 4. Os tomaré –
cuarta copa llamada “alabanza” 5. yo
seré vuestro Elohim 6. Os traeré 7 os la daré
6:12 “Pero Moshé habló delante de
Adonay, diciendo: He aquí, los hijos de Israel no me han escuchado; ¿cómo,
pues, me escuchará Faraón, siendo yo torpe de palabra?” – Esta es la séptima vez
que Moshé se opone al Eterno, cinco veces lo hizo ante la zarza ardiendo y dos
veces en Egipto, cf. 5:22-23.
“torpe de palabra” – Literalmente “obstruido de labios”. La palabra
hebrea que ha sido traducida como “torpe” es “aral”, que viene de “arel” que,
según Rashí, significa “obstrucción”. Lo que Moshé está diciendo es que sus labios
están obstruidos de manera que no puede hablar con claridad. Según Rashí la
palabra “orlá”, la forma femenina de “aral”, siempre significa “obstrucción”.
Tenemos un ejemplo en Jeremías 6:10 donde está escrito:
“¿A quiénes hablaré y advertiré, para que oigan? He aquí, su oído está
cerrado (arelá), y no pueden escuchar. He aquí, la palabra de Adonay les es
oprobio; no se deleitan en ella.”
Encontramos otro ejemplo en Jeremías 9:25-26, donde está escrito:
“He aquí, vienen días--declara Adonay-- en que castigaré a todo el que
esté circuncidado sólo en la carne: a Egipto, a Yehudá, a los hijos de Amón, a
Moav y a todos los que se rapan las sienes, a los que habitan en el desierto; porque
todas las naciones son incircuncisas (arelim), y toda la casa de Israel es
incircuncisa de corazón (arlei-lev).” Ezequiel 44 6- 7.
En este pasaje la incircuncisión del corazón significa que el corazón
está bloqueado a la comprensión, insensible a los impulsos del Eterno.
El prepucio de la carne también es llamado “orlá” porque es lo que cubre
y obstruye parte del órgano sexual masculino, un incircunciso es llamado
“arel”, como está escrito en génesis 17:14:
“Mas el varón incircunciso (arel), que no es circuncidado en la carne de
su prepucio, esa persona será cortada de entre su pueblo; ha quebrantado mi
pacto.”
En éxodo 12:48 está escrito:
“Pero si un extranjero reside con vosotros y celebra el Pesaj a Adonay,
que sea circuncidado todo varón de su casa, y entonces que se acerque para
celebrarla, pues será como un nativo del país; pero ninguna persona
incircuncisa (arel) comerá de ella.”
Así que Moshé tenía un impedimento en sus labios para poder hablar bien.
Esto hizo que los hijos de Israel reconocieran que Adonay estaba utilizándole
cuando sus palabras fluían con tanta claridad y facilidad, como está escrito en
Deuteronomio 32:1-2:
“Prestad atención, oh cielos, y dejadme hablar; y escuche la tierra las
palabras de mi boca. Caiga como la lluvia mi enseñanza, y des tile como el
rocío mi discurso, como llovizna sobre el verde prado y como aguacero sobre la
hierba.”
Tercera Aliyá, 6:29 – 7:7
7:3 “Pero yo endureceré el
corazón de Faraón para multiplicar mis señales y mis prodigios en la tierra de
Egipto.” – El endurecimiento del corazón de Faraón no es debido a una decisión
predeterminada del Eterno, porque violaría el principio de la libertad para
elegir. Adonay le dio muchas oportunidades a Faraón para arrepentirse de su
pecado, según está escrito en 2 Pedro 3:9:
“El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la
tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie
perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.”
En 1 Timoteo 2:4 está escrito: “el cual quiere que todos los
hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad.”
Rambam escribe: “no pienses lo que dicen los necios de las naciones del
mundo, como también la mayoría de los indoctos de Israel, que el Santo, bendito
es, decreta desde el principio de su creación si el hombre va a ser justo o
malvado, así no es... no hay nadie que le obligue, que le imponga o que lo
arrastre hacia cualquiera de estos dos caminos, sino que él mismo y por su
propia decisión se inclina hacia el camino que desee.”
Adonay le dice a Moshé que él va a endurecer el corazón de Faraón para
multiplicar sus señales y prodigios. Sin embargo, vemos como el Eterno no
endurece el corazón de Faraón hasta después de haber pasado cinco plagas
durante las cinco primeras plagas que, según el Midrash, duraron 5 meses, fue
el mismo Faraón que fortaleció su corazón para no hacer caso a la palabra del
Eterno.
En Éxodo 4:21 Adonay dice que él va a fortalecer el corazón de Faraón.
La palabra hebrea es “jazak”, que significa “hacerse/ser fuerte”, “tener
valor”, “endurecerse”. El Eterno prometió fortalecer el corazón de Faraón para
que él siguiera en su decisión rebelde y no perdiera esa fuerza para resistir
al Eterno. Si Adonay no hubiera fortalecido su interior, no podría haber hecho
los últimos grandes milagros ante todo el mundo. Así que Adonay se aprovechó de
la obstinación de Faraón cuando él ya había tomado la decisión de ir por el
camino rebelde. En Éxodo 7:3 vemos como el Eterno dice que va a endurecer el
corazón de Faraón. La palabra hebrea es “kashá” que significa “ser duro”,
“difícil”. Es la única vez que la palabra endurecer aparece en relación con
Faraón. En las primero cinco plagas vemos como Faraón fortalece su propio
corazón en su rebeldía. En Éxodo 7:13, 22; 8:19 (8:15 en el hebreo); 9:12, 35;
10:20, 27; 11:10; 14:4, 8, 17; se encuentra la palabra “Jazak”, “fortalecer”.
En Éxodo 7:14; 8:15 (8:11 heb.), 32 (28 heb.); 9:7, 34; 10:1 aparece la palabra
“kavad”,[14] que significa “ser pesado”, “pesar”, “ser una carga”; “recibir
honores” de todos estos textos aprendemos que cuando una persona se empeña en
rebelarse contra la voluntad del Eterno llegará a un punto donde la gracia del
Eterno se retira y ya no habrá más posibilidad de arrepentimiento ya pasó la
raya y es juzgada para ser un vaso de ira preparado para la destrucción, como
está escrito en romanos 9:22:
“¿Y qué, si Elohim, aunque dispuesto a demostrar su ira y hacer notorio
su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para
destrucción?” después de ese punto
decisivo, el Eterno fortalece la persona en su rebeldía con un triple
propósito: Primero, para fortalecer la decisión de la persona y así darle el
derecho de vivir según su propia decisión libre. Escogió ese camino y por ese
camino tendrá que caminar y sufrir las consecuencias de su decisión. Segundo,
para mostrar a todo el mundo que el aparente arrepentimiento que la persona
pueda mostrar hacia fuera no era sincera, cf. 9:27, para que cuando venga el
castigo, nadie diga que Elohim castigó a los arrepentidos. Su rebeldía es obvia
a todos y por lo tanto nadie se equivoca a pensar que el castigo divino vino
por una injusticia del Eterno. Tercero, para así mostrar su poder mediante los
fuertes castigos que son manifestados de modo que el pueblo de Israel y las
demás naciones conozcan su tremendo poderío, cf. éxodo 7:3-5; 9:15-16.
7:19 “y Adonay dijo a Moshé: di a
Aharón: “Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus
ríos, sobre sus arroyos, sobre sus estanques y sobre todos sus depósitos de
agua, para que se conviertan en sangre; y habrá sangre por toda la tierra de
Egipto, tanto en las vasijas de madera como en las de piedra.”” – La autoridad
fue delegada a Aharón. Rashí destaca lo que enseña el Midrash,[17] que Moshé
había sido salvado por las aguas del río y por eso él no lo castigó sino dejó
que lo hiciera Aharón.
La redención de Egipto es un anuncio profético para la gran redención de
Israel en los últimos tiempos en relación con la segunda venida del Mesías,
como está escrito en isaías 44:23:
¡SHABAT SHALOM!
Recopilado por: MARIO HERNANDEZ