viernes, 27 de enero de 2017

Parashá 14 VaErá /Éxodo 6:2 – 9:35

Parashá 14 VaErá /Éxodo 6:2 – 9:35
Para compartir hoy 1 Sheva 5777/29 Enero 2017.
  Aliyás de la Torá:
  1. 6:2-13
  2. 6:14-28
  3. 6:29 – 7:7
  4. 7:8 – 8:10 (8:6 heb.)
  5. 8:11-22 (8:7-18 heb.)
  6. 8:23 (19 heb) – 9:16
  7. 9:17-35
Haftará: Ezequiel 28:25 – 29:21
Brit hadasha: Lucas 2:21 – 5:11
VaErá Significa “y me mostré”.
Primera aliyá, 6:2-13 Eloha le recuerda a Moshé que su nombre es YHVH y dice que no se dio a conocer con ese nombre a los patriarcas. Estableció su pacto con ellos para darles la tierra de Kenáan donde peregrinaron. Además ha oído el gemido de los hijos de Israel por la esclavitud y se ha acordado de su pacto. Moshé recibe la orden de decir a los hijos de Israel que él es YHVH y que los sacará de la esclavitud de los mitsríes para ser su pueblo y darles la tierra que juró a los patriarcas. Moshé habla con el pueblo pero no escucha. También tiene que hablar con Paró. Pero Moshé pregunta cómo le va a escuchar Paró si los hijos de Israel no le escuchan. Entonces El Eterno ordena a Moshé y Aharón en cuanto a los hijos de Israel y en cuanto a Paró para sacar a los hijos de Israel de Mitsrayim.
Tercera aliyá, 6:29 – 7:7 Adonay le habla a Moshé y le dice: “Yo soy El Eterno; di a Paró, rey de Mitsrayim, todo lo que yo te diga.” Moshé le contesta y dice que es incircunciso de labios. ¿Cómo le va a escuchar Paró? Adonay constituye a Moshé como elohim para Paró y Aharón como profeta. El Eterno endurecerá el corazón de Paró para multiplicar los milagros en Mitsrayim. El Eterno pondrá su mano sobre Mitsrayim y sacará a su pueblo. Y los mitsríes sabrán que él es el Eterno. Moshé y Aharón hacen como el Eterno les mandó. Entonces Moshé tiene 80 años y Aharón 83.
Cuarta aliyá, 7:8 – 8:10 (8:6 heb.) Cuando Paró pide que hagan un milagro Aharón tendrá que tomar su vara y echarla ante él para que se convierta en serpiente. Cuando lo hace, los magos de Mitsrayim hacen lo mismo. Pero la vara de Aharón devora las varas de ellos. Paró fortalece su corazón y no les hace caso, como Elohim ha dicho. Moshé tendrá que presentarse ante Paró por la mañana, cuando vaya al río, y decirle en el nombre de El Eterno que deje ir al pueblo. Como no ha querido escuchar, ahora conocerá que él es el Eterno. Las aguas del río se convertirán en sangre y todos los peces morirán. Moshé dice a Aharón que extienda su mano sobre todas las aguas de Mitsrayim. Cuando lo hace hay sangre por toda la tierra de Mitsrayim. Pero los magos hacen lo mismo con sus ciencias ocultas y Paró fortalece su corazón y no hace caso, como el Eterno ha dicho. Todos los mitsríes cavan buscando agua.
Pasan siete días y el Eterno dice a Moshé que vaya a Paró y le diga: “Así dice el Eterno: Deja ir a mi pueblo para que me sirva.” Si no los deja ir, vendrán ranas desde el río y entrarán en las casas y por todas partes. Aharón extiende su vara sobre los ríos y los canales y las ranas cubren la tierra de Mitsrayim. Los magos hacen lo mismo. Paró llama a Moshé y a Aharón y pide que rueguen a El Eterno para que quite las ranas. Así dejará ir al pueblo para sacrificar al Eterno. Moshé pregunta cuándo debe orar. Paró responde: “Mañana”. Así sucederá para que sepa que no hay nadie como El Eloha de Israel.



Quinta aliyá, 8:11-22 (8:7-18 heb.) Las ranas sólo se quedarán en el río. Moshé y Aharón salen de Paró y Moshé clama al Eterno acerca de las ranas y Adonay hace conforme a su palabra. Las ranas mueren en las casas, los patios y los campos. Las juntan en montones y la tierra se corrompe. Pero al ver que hay alivio Paró hace pesado su corazón y no hace caso, como El Eterno ha dicho. Moshé dice a Aharón que golpee el polvo de la tierra para que se convierta en piojos. Al hacerlo vienen piojos sobre hombres y animales en todo Mitsrayim. Los magos tratan de producir piojos, pero no pueden. Dicen a Paró que este es el dedo de Elohim. Pero Paró fortalece su corazón y no hace caso, como Adonay ha dicho. Moshé tendrá que levantarse muy temprano y ponerse ante Paró cuando vaya al agua y decir: “Así dice El Eterno: Deja ir a mi pueblo para que me sirva.” Si no lo hace enviará mezclas de animales dañinos por todas las casas de los mitsríes. Pero no será así en Goshén para que sepa que el Eterno está en medio de la tierra.
Comentarios
6:3    “y me aparecí a Avraham, a Yitsjak y a Yaakov como Eloha Todopoderoso, mas por mi nombre, Eterno, no me di a conocer a ellos.” – Esto no quiere decir que los patriarcas no sabían cuál es el nombre personal de Eloha. Desde Génesis 2:4 ha sido revelado el Nombre sobre todo nombre, YHVH, y los patriarcas habían recibido la tradición oral desde Adam, cf. Génesis 4:1; 24:31. Además encontramos que en Génesis 4:26 los hombres empezaron a invocar el nombre de YHVH. En Génesis 15:2 Avraham está mencionando el nombre YHVH en su oración. Luego está escrito que Avraham creyó en YHVH y le fue contado por justicia, Génesis 15:6. En Génesis 17:1 está escrito:
Cuando Avram tenía noventa y nueve años, YHVH se le apareció, y le dijo: Yo soy El Shadai; anda delante de mí, y sé perfecto.”
Esto nos enseña que los patriarcas conocían el Nombre de YHVH, cf. Génesis 26:21-25; 28:10-16. Entonces ¿Cómo vamos a entender esta palabra?
Rashí dice: “Aquí no está escrito “no les di a conocer”, sino “no ME di a conocer”. Yo no era conocido por ellos con mi cualidad de veracidad, por la cual mi Nombre es llamado YHVH, Fiel para hacer que mi palabra se verifique. Así pues, les había hecho una promesa, pero no la he cumplido.”
Tenemos que entender que la revelación de uno de los nombres del Eterno implica, no solamente el conocimiento de la pronunciación  o escritura del nombre, sino la revelación de una parte de su carácter y la acción que viene como expresión de ese carácter. El Eterno se revela mediante sus diferentes nombres. Cada nombre revela una acción que está de acuerdo al significado del nombre. De esta manera hay que entender este versículo. Hay una acción implicada en la revelación del nombre YHVH, y esa acción todavía no había sido revelada en su totalidad a los Patriarcas. Pero sí les fue revelada la acción que está implícita en el nombre El Shadai.
El Shadai puede entenderse principalmente de dos maneras, el Todopoderoso y el Todo suficiente. Los Patriarcas habían conocido al Eterno con ese nombre, con ese carácter y esa manera de actuar hacia ellos y el mundo. Habían conocido la mano protectora de El Shadai cuando pasaban por peligros. Habían conocido sus milagros sobrenaturales en la creación. Habían experimentado que El Shadai les había dado todo lo que necesitaban para estar satisfechos. Está escrito que Avraham murió satisfecho, Génesis 25:8. Pero el Eterno no se había dado a conocer a ellos como YHVH. ¿Qué carácter y acción están implícitos en ese nombre?
Ya hemos citado a Rashí que destaca en ese nombre la fidelidad para cumplir sus promesas. Hasta cierto punto Avraham había conocido esa acción del Eterno, al recibir a Yitsjak como hijo de una manera milagrosa, por medio de una promesa, como está escrito en Génesis 21:1:



“Entonces Adonay visitó a Sará como había dicho, e hizo Adonay por Sará como había prometido.”
Pero hubo varias promesas que el Eterno no cumplió en la vida de los patriarcas, por ejemplo la promesa de tener una descendencia como las estrellas del cielo, el polvo de la tierra y la arena del mar; la promesa de recibir la tierra de Kenáan en posesión perpetua.
Esas promesas no fueron cumplidas en la vida de los patriarcas. Además estaban esperando que viniera una ciudad celestial a la tierra de Kenáan, como está escrito en Hebreos 11:9-10, 13-16, 39-40:
“Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en tierra extraña, viviendo en tiendas como Yitsjak y Yaakov, coherederos de la misma promesa, porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Eloha... Todos éstos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto y aceptado con gusto desde lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia. Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver. Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, celestial. Por lo cual, Eloha no se avergüenza de ser llamado Eloha de ellos, pues les ha preparado una ciudad... Y todos éstos, habiendo obtenido aprobación por su fe, no recibieron la promesa, porque Eloha había provisto algo mejor para nosotros, a fin de que ellos no fueran hechos perfectos sin nosotros.”
Así que el Eterno no se dio a conocer a los patriarcas con el nombre de YHWH en el sentido de cumplir todas las promesas. Además podemos destacar dos significados más de ese nombre. Los dos nombres del Eterno más usados en las Escrituras son Elohim y YHVH. Elohim aparece unas 2500 veces en el Tanaj (AT) y YHVH aparece casi 7000 veces. Aunque YHVH sea el nombre personal del Eterno y Elohim un nombre genérico, los rabinos ven en estos dos nombres una tendencia de diferentes manifestaciones del carácter del Eterno que al mismo tiempo son opuestos y complementarios. El nombre YHVH está relacionado con la misericordia del Eterno y el nombre Elohim está relacionado con la justicia del Eterno. Así que, normalmente cuando aparece escrito el nombre Elohim, está relacionado con un acto de justicia y cuando aparece el nombre YHVH, está relacionado con un acto de misericordia.
De esta manera podemos sacar la conclusión de que los patriarcas no habían conocido el carácter y la manifestación de la misericordia del Eterno como ahora los hijos de Israel lo iban a experimentar.
Es destacable el hecho de que lo primero que Moshé recibe, en la magnífica revelación en la zarza ardiendo, es la revelación de la compasión y misericordia del Eterno, como está escrito en Éxodo 3:7, 9:
“Y Adonay dijo: Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Mitsrayim, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces, pues estoy consciente de sus sufrimientos... Y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí, y además he visto la opresión con que los mitsríes los oprimen.”
Esta manifestación de la misericordia del Eterno no había sido conocida por Avraham, Yitsjak y Yaakov.
Además encontramos en este Nombre otro aspecto que está relacionado con los dos anteriores, la redención, como está escrito en Éxodo 3:8a, 10:
“Y he descendido para librarlos de mano de los mitsríes, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel... Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Mitsrayim.”



Los hijos de Israel necesitaban una redención para poder salir de Mitsrayim. Cuando una o varias personas han llegado a una situación de peligro, esclavitud, pobreza, enfermedad o algo semejante, y no tienen los medios para salir de allí, necesitan redención para poder salir de esa situación. Un redentor es una persona que tiene la capacidad para sacar a los que necesitan ser redimidos. En este caso el Eterno se presenta como Redentor para sacar a los hijos de Israel de Mitsrayim, porque ellos no pueden hacerlo por sí mismos, como está escrito en Éxodo 15:13:
“En tu misericordia has guiado al pueblo que has redimido; con tu poder los has guiado a tu santa morada.”
En Deuteronomio 9:26 está escrito: “Y oré a Elohim, y dije: "Oh Señor Eterno, no destruyas a tu pueblo, a tu heredad, que tú has redimido con tu grandeza, que tú has sacado de Mitsrayim con mano fuerte.”
En el Salmo 77:15 está escrito: “Con tu brazo has redimido a tu pueblo, a los hijos de Yaakov y de Yosef.” 
Los patriarcas no tuvieron la experiencia con el Eterno como el gran Redentor. Ahora El Eterno se manifiesta a los hijos de Israel como Redentor, para liberarlos de la esclavitud.
Los hijos de Israel eran esclavos. Un esclavo no tiene el derecho de su propia vida, no es dueño de sí mismo. Otra persona es el dueño de él. Para nosotros es difícil entender esto porque no lo hemos vivido. La esclavitud de los hijos de Israel no significaba solamente que tenían que trabajar duramente, sino que no eran dueños de sí mismos. Pertenecían a Paró. La Torá no revela en detalle cómo llegaron a ser esclavos. Los midrashes dan su explicación, pero el hecho de que eran esclavos implica que en algún momento tenían que haber perdido la libertad. O se vendieron como esclavos por propia voluntad, o fueron obligados a ser esclavos por la fuerza. Lo cierto es que eran esclavos y como tales eran posesión del Paró. Esto implica que el Eterno no podía sacarlos de Mitsrayim sin el permiso de su dueño. Por eso vemos que Moshé no ordenó a Paró dejar ir a los hijos de Israel para celebrar fiesta al Eterno, sino simplemente le pidió permiso, hasta rogando, como está escrito en Éxodo 5:3: 
“Entonces ellos dijeron: El Eloha de los hebreos nos ha salido al encuentro. Déjanos ir, te rogamos, camino de tres días al desierto para ofrecer sacrificios a Adonay nuestro Eloha, no sea que venga sobre nosotros con pestilencia o con espada.”
Jurídicamente el Eterno no podía reclamar a los hijos de Israel porque estaban bajo la autoridad de Paró y eran su posesión. Si el Eterno los hubiera sacado sin el permiso de Paró, sería un ladrón y no respetaría el principio de autoridad que él mismo ha establecido. Por esto Moshé tenía que pedir permiso hasta siete veces para sacar a los hijos de Israel, cf. 5:1; 7:16; 8:1 (7:26 heb.), 20 (16); 9:1; 10:3. En ninguna de estas ocasiones está escrito que Adonay ordenó a Paró que soltara al pueblo. El Eterno no puede cometer ningún acto de injusticia, como está escrito en el Salmo 145:17:
“Justo es Elohim en todos sus caminos, y bondadoso en todos sus hechos.”
Por otro lado Elohim tenía toda la autoridad por encima de Paró. Fue Él quien le había puesto como rey en Mitsrayim, (cf. Romanos 13:1-6), delegándole parte de su autoridad. Por lo tanto Eloha tiene el derecho de juzgar las acciones de Paró, y esa también fue parte de la misión de Moshé, que actuaba como elohim en este caso sobre el rey de Mitsrayim. Las plagas vinieron porque el rey de Mitsrayim, junto con su pueblo, no habían respetado las leyes del Eterno que son para todos los hombres de la tierra. Moshé fue enviado con dos propósitos principales, juzgar la autoridad que no estaba cumpliendo su función según la voluntad de Aquel que la puso en su lugar, y redimir a los hijos de Israel de su esclavitud. De esta manera se revelan los dos nombres Elohim y YHVH en esta obra. Elohim como el Juez justo que dicta y ejecuta sentencia sobre un gobierno maligno y YHVH como el misericordioso Redentor que saca a su pueblo de la esclavitud.



De la misma manera el Eterno se ha manifestado en su Hijo Yeshua el Ungido. Cuando él fue manifestado al mundo vino con los dos propósitos, juzgar el príncipe de este sistema mundial y su pueblo, y sacar a los hijos de Israel de la esclavitud del pecado y de la muerte. En Yeshúa es revelada la justicia de Elohim y la misericordia de YHVH, el Eterno. La muerte del Mesías es la máxima revelación de la justicia de Elohim y la misericordia de YHVH. En su muerte fue condenado el pecado y el príncipe de este mundo fue juzgado y echado fuera. En su muerte fue manifestada la justicia de Elohim que no puede perdonar al pecador y declararlo inocente sin pagar por las consecuencias del pecado. En la muerte del Mesías es manifestada la misericordia de YHVH para que todo aquel que crea en este sacrificio sustituto sea perdonado y redimido de la esclavitud del pecado y sus últimas consecuencias eternamente.
6:6-8 “Por tanto, di a los hijos de Israel: "Yo soy El Eterno, y os sacaré de debajo de las cargas de los mitsríes, y os libraré de su esclavitud, y os redimiré con brazo extendido y con juicios grandes. Y os tomaré por pueblo mío, y yo seré vuestro Eloha; y sabréis que yo soy Elohim vuestro Eloha, que os sacó de debajo de las cargas de los mitsríes. "Y os traeré a la tierra que juré dar a Avraham, a Yitsjak y a Yaakov, y os la daré por heredad. Yo soy Adonay."” – En este texto encontramos siete promesas. Las cuatro primeras de ellas están relacionadas con las cuatro copas que se beben en la celebración de Pesaj (Pascua), de la siguiente manera:
1.     os sacaré – primera copa llamada “kidush”, “santificación”
2.     os libraré – segunda copa llamada “juicio”
3.     os redimiré – tercera copa llamada “redención” o “bendición”
4.     os tomaré – cuarta copa llamada “alabanza”
5.     yo seré vuestro Eloha
6.     os traeré
7.     os la daré
6:12  “Pero Moshé habló delante de Adonay, diciendo: He aquí, los hijos de Israel no me han escuchado; ¿cómo, pues, me escuchará Paró, siendo yo torpe de palabra?” – Esta es la séptima vez que Moshé se opone al Eterno. Cinco veces lo hizo ante la zarza ardiendo y dos veces en Mitsrayim, cf. 5:22-23.
“torpe de palabra” – Literalmente “obstruido de labios”. La palabra hebrea que ha sido traducida como “torpe” es “aral”, que viene de “arel que, según Rashí, significa “obstrucción”. Lo que Moshé está diciendo es que sus labios están obstruidos de manera que no puede hablar con claridad. Según Rashí la palabra “orlá”, la forma femenina de “aral”, siempre significa “obstrucción”. Tenemos un ejemplo en Jeremías 6:10 donde está escrito:
“¿A quiénes hablaré y advertiré, para que oigan? He aquí, su oído está cerrado (arelá), y no pueden escuchar. He aquí, la palabra de HaShem les es oprobio; no se deleitan en ella.”
Encontramos otro ejemplo en Jeremías 9:25-26, donde está escrito:
“He aquí, vienen días--declara Elohim-- en que castigaré a todo el que esté circuncidado sólo en la carne: a Mitsrayim, a Yehudá, a los hijos de Amón, a Moav y a todos los que se rapan las sienes, a los que habitan en el desierto; porque todas las naciones son incircuncisas (arelim), y toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón (arlei-lev).”
En este pasaje la incircuncisión del corazón significa que el corazón está bloqueado a la comprensión, insensible a los impulsos del Eterno.
Hay otro ejemplo en Habacuc 2:16 donde dice: “Serás saciado de deshonra más que de gloria. Bebe tú también y muestra tu desnudez (ve-hearel). Se volverá sobre ti el cáliz de la diestra de El Eterno, y la ignominia sobre tu gloria.”
Rashí traduce este texto: “Bebe tú también y obstrúyete”, lo que significa: bebe y bloquea tu mente a causa de la embriaguez de la copa de maldición (veneno).


En Levítico 19:23 está escrito: “Cuando entréis en la tierra y plantéis toda clase de árboles frutales, tendréis por prohibido su fruto (arlatem arlató). Por tres años os será prohibido (arelim); no se comerá.”
Esto significa, según Rashí, que hay que aplicar a los árboles una obstrucción, es decir una prohibición que impida que el hombre coma su fruto durante los tres primeros años.
El prepucio de la carne también es llamado “orlá” porque es lo que cubre y obstruye parte del órgano sexual masculino. Un incircunciso es llamado “arel”, como está escrito en Génesis 17:14:
“Mas el varón incircunciso (arel), que no es circuncidado en la carne de su prepucio, esa persona será cortada de entre su pueblo; ha quebrantado mi pacto.”
En Éxodo 12:48 está escrito:
“Pero si un extranjero reside con vosotros y celebra el Pesaj a Elohim, que sea circuncidado todo varón de su casa, y entonces que se acerque para celebrarla, pues será como un nativo del país; pero ninguna persona incircuncisa (arel) comerá de ella.”
Así que Moshé tenía un impedimento en sus labios para poder hablar bien. Esto hizo que los hijos de Israel reconocieran que Adonay estaba utilizándole cuando sus palabras fluían con tanta claridad y facilidad, como está escrito en Deuteronomio 32:1-2:
“Prestad atención, oh cielos, y dejadme hablar; y escuche la tierra las palabras de mi boca. Caiga como la lluvia mi enseñanza, y destile como el rocío mi discurso, como llovizna sobre el verde prado y como aguacero sobre la hierba.”
Esto nos enseña que el Eterno escoge lo que no es nada para avergonzar a los que son algo en este mundo, como está escrito en 1 Corintios 1:26-29:
“Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que Eloha ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Eloha ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Eloha; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Eloha.”
Tercera aliyá, 6:29 – 7:7
7:3    “Pero yo endureceré el corazón de Faraón para multiplicar mis señales y mis prodigios en la tierra de Mitsrayim.” – El endurecimiento del corazón de Paró no es debido a una decisión predeterminada del Eterno, porque violaría el principio de la libertad para elegir. Adonay le dio muchas oportunidades a Paró para arrepentirse de su pecado, según está escrito en 2 Pedro 3:9:
“El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.”
En 1 Timoteo 2:4 está escrito: “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad.”



Rambam escribe: “No pienses lo que dicen los necios de las naciones del mundo, como también la mayoría de los indoctos de Israel, que el Santo, bendito es, decreta desde el principio de su creación si el hombre va a ser justo o malvado, así no es... No hay nadie que le obligue, que le imponga o que lo arrastre hacia cualquiera de estos dos caminos, sino que él mismo y por su propia decisión se inclina hacia el camino que desee.”
El Eterno le dice a Moshé que él va a endurecer el corazón de Paró para multiplicar sus señales y prodigios. Sin embargo, vemos como el Eterno no endurece el corazón de Paró hasta después de haber pasado cinco plagas. Durante las cinco primeras plagas que, según el Midrash, duraron 5 meses, fue el mismo Paró que fortaleció su corazón para no hacer caso a la palabra del Eterno.
En Éxodo 4:21 Adonay dice que él va a fortalecer el corazón de Paró. La palabra hebrea es “jazak”, que significa “hacerse/ser fuerte”, “tener valor”, “endurecerse”. El Eterno prometió fortalecer el corazón de Paró para que él siguiera en su decisión rebelde y no perdiera esa fuerza para resistir al Eterno. Si Adonay no hubiera fortalecido su interior, no podría haber hecho los últimos grandes milagros ante todo el mundo. Así que Elohim se aprovechó de la obstinación de Paró cuando él ya había tomado la decisión de ir por el camino rebelde.
En Éxodo 7:3 vemos como el Eterno dice que va a endurecer el corazón de Paró. La palabra hebrea es “kashá” que significa “ser duro”, “difícil”. Es la única vez que la palabra endurecer aparece en relación con Paró.
En las primero cinco plagas vemos como Paró fortalece su propio corazón en su rebeldía. En Éxodo 7:13, 22; 8:19 (8:15 en el hebreo); 9:12, 35; 10:20, 27; 11:10; 14:4, 8, 17; se encuentra la palabra “jazak”, “fortalecer”.
En Éxodo 7:14; 8:15 (8:11 heb.), 32 (28 heb.); 9:7, 34; 10:1 aparece la palabra “kavad”, que significa “ser pesado”, “pesar”, “ser una carga”; “recibir honores”.
De todos estos textos aprendemos que cuando una persona se empeña en rebelarse contra la voluntad del Eterno llegará a un punto donde la gracia del Eterno se retira y ya no habrá más posibilidad de arrepentimiento. Ya pasó la raya y es juzgada para ser un vaso de ira preparado para la destrucción, como está escrito en Romanos 9:22:
“¿Y qué, si Eloha, aunque dispuesto a demostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para destrucción?”
Después de ese punto decisivo, el Eterno fortalece la persona en su rebeldía con un triple propósito:
Primero, para fortalecer la decisión de la persona y así darle el derecho de vivir según su propia decisión libre. Escogió ese camino y por ese camino tendrá que caminar y sufrir las consecuencias de su decisión.
Segundo, para mostrar a todo el mundo que el aparente arrepentimiento que la persona pueda mostrar hacia fuera no era sincera, cf. 9:27, para que cuando venga el castigo, nadie diga que Eloha castigó a los arrepentidos. Su rebeldía es obvia a todos y por lo tanto nadie se equivoca a pensar que el castigo divino vino por una injusticia del Eterno.
Tercero, para así mostrar su poder mediante los fuertes castigos que son manifestados de modo que el pueblo de Israel y las demás naciones conozcan su tremendo poderío, cf. Éxodo 7:3-5; 9:15-16.
Cuarta aliyá, 7:8 – 8:10 (8:6 heb.)
7:12  “pues cada uno echó su vara, las cuales se convirtieron en serpientes. Pero la vara de Aharón devoró las varas de ellos.” – No dice que fue la serpiente de Aharón que devoró las serpientes de ellos.


De allí el Talmud y el Midrash enseñan que después de haberse convertido otra vez en vara, devoró las varas de los demás. Esto muestra la superioridad del poder del Eterno sobre el poder mágico que viene de los demonios.
7:15  “Preséntate a Faraón por la mañana cuando vaya al agua, y ponte a orillas del río para encontrarte con él; y toma en tu mano la vara que se convirtió en serpiente.” – Rashí cita el Midrash y dice que Paró solía salir muy temprano por la mañana para evacuar sus órganos en el río para que la gente no se diera cuenta de que era un hombre normal. Él decía que era un dios y por eso no necesitaba hacer sus necesidades. Elohim usó a Moshé para juzgar todos los dioses de Mitsrayim, según está escrito en Éxodo 12:12:
“Porque esa noche pasaré por la tierra de Mitsrayim, y heriré a todo primogénito en la tierra de Mitsrayim, tanto de hombre como de animal; y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Mitsrayim. Yo soy HaShem.”
Lo primero que Moshé atacó fueron los poderes mágicos de Mitsrayim. Luego sigue atacando uno por uno de los dioses de los mitsríes. En la primera plaga fue atacado el mismo Paró que se dijo ser un dios, y Moshé le descubrió en su humanidad de tener que ir al río para hacer sus necesidades como cualquier hombre.
7:16a “Y dile: "Adonay, el Eloha de los hebreos, me ha enviado a ti” – Hay tres términos que son utilizados en las Escrituras para hablar del pueblo escogido: hebreos, hijos de Israel y judíos. Avraham fue el primer hebreo, según Génesis 14:13.
Desde entonces todos sus descendientes por vía de Yitsjak y Yaakov también son llamados hebreos. Los hijos de Israel son los descendientes de Yaakov que recibió el nombre de Israel. El término “judíos” fue usado inicialmente sobre los integrantes del reino del sur que comprendía las dos tribus Yehudá y Binyamín y también gran parte de los levitas. cf. 2 Reyes 16:6; Jeremías 32:12; Daniel 3:8.
7:17  “Así dice Adonay: 'En esto conocerás que yo soy El Eterno: he aquí, yo golpearé con la vara que está en mi mano las aguas que están en el río, y se convertirán en sangre.” – El río también fue considerado un dios y por esto fue juzgado por el Eloha de los hebreos. Elohim dice que él va a golpear las aguas del río, no Moshé. La vara de Moshé estaba también en la mano del Eterno. Vemos que hubo una colaboración íntima entre lo que estaba haciendo Moshé y lo que estaba haciendo el Eterno. El Eterno estaba golpeando las aguas del río por medio de su shaliaj, emisario, Moshé.
7:19  “Y Adonay dijo a Moshé: Di a Aharón: "Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Mitsrayim, sobre sus ríos, sobre sus arroyos, sobre sus estanques y sobre todos sus depósitos de agua, para que se conviertan en sangre; y habrá sangre por toda la tierra de Mitsrayim, tanto en las vasijas de madera como en las de piedra."” – La autoridad fue delegada a Aharón. Rashí destaca lo que enseña el Midrash, que Moshé había sido salvado por las aguas del río y por eso él no lo castigó sino dejó que lo hiciera Aharón.
La redención de Mitsrayim es un anuncio profético para la gran redención de Israel en los últimos tiempos en relación con la segunda venida del Mesías, como está escrito en Isaías 44:23:
“Gritad de júbilo, cielos, porque El Eterno lo ha hecho. Gritad de alegría, profundidades de la tierra. Prorrumpid, montes, en gritos de júbilo, y el bosque, y todo árbol que en él hay, porque Adonay ha redimido a Yaakov y ha mostrado su gloria en Israel.”
En Isaías 52:9-10 está escrito: “Prorrumpid a una en gritos de júbilo, lugares desolados de Yerushalayim, porqueAdonay ha consolado a su pueblo, ha redimido a Yerushalayim. Elohim ha desnudado su santo brazo a la vista de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Eloha.”



En Jeremías 31:8-11 está escrito: “He aquí, yo los traigo del país del norte, y los reuniré de los confines de la tierra, entre ellos los ciegos y los cojos, la mujer encinta y también la que está dando a luz; una gran compañía volverá acá. Con llanto vendrán, y entre súplicas los guiaré; los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy un padre para Israel, y Efrayim es mi primogénito.
Oíd, naciones, la palabra de Adonay, anunciad en las costas lejanas, y decid: El que dispersó a Israel lo reunirá, y lo guardará como un pastor a su rebaño. Porque El Eterno ha rescatado a Yaakov, y lo ha redimido de manos más fuertes que él.”
La redención final será muy parecida a la redención inicial. Como en la redención inicial pasaron por el mar, así será también durante la redención final, como está escrito en Zacarías 10:8-12:
“Y les silbaré para reunirlos, porque los he redimido; y serán tan numerosos como eran. Cuando yo los esparza entre los pueblos, aun en lejanas tierras se acordarán de mí, y vivirán con sus hijos, y volverán. Los haré volver de la tierra de Mitsrayim, y de Ahsur los recogeré; los traeré a la tierra de Guilad y del Levanón, hasta que no haya sitio para ellos. Pasarán por el mar de la angustia, y Él herirá las olas en el mar y se secarán todas las profundidades del río; y será abatido el orgullo de Ashur y apartado el cetro de Mitsrayim. Yo los fortaleceré en Adonay, y en su nombre andarán--declara El Eterno.”
En Isaías 11:11-16 está escrito: “Entonces acontecerá en aquel día que el Señor ha de recobrar de nuevo con su mano, por segunda vez (en los últimos tiempos), al remanente de su pueblo que haya quedado de Ashur (Asiria, Irak), de Mitsrayim (Mitsrayim), de Patrós (Sur de Mitsrayim), de Cush (Etiopía y Yemen), de Eilam (Iran), de Shinar (Irak), de Jamat (Siria) y de las islas del mar (Las islas Baleares, los continentes y los países con costas). Alzará un estandarte (el Mesias) ante las naciones, reunirá a los desterrados de Israel (las 10 tribus), y juntará a los dispersos de Yehudá (los judíos) de los cuatro confines de la tierra.
 Entonces se disipará la envidia de Efrayim (las 10 tribus), y los que hostigan a Yehudá serán exterminados; Efraín no envidiará a Yehudá, y Yehudá no hostigará a Efrayim. Y ellos (Efrayim y Yehudá) se lanzarán sobre el costado de los plishtim (filisteos, palestinos) al occidente (Gaza), juntos despojarán a los hijos del oriente; Edom y Moav (sur de Jordania) estarán bajo su dominio, y los hijos de Amón (norte de Jordania) les estarán sujetos. Y El Eterno destruirá la lengua del mar de Mitsrayim; agitará su mano sobre el río (Eufrates) con su viento abrasador, lo partirá en siete arroyos y hará que se pueda pasar en sandalias. Y habrá una calzada desde Azur (Irak) para el remanente que quede de su pueblo, así como la hubo para Israel el día que subieron de la tierra de Mitsrayim.”
En Isaías 43:1-7 está escrito: “Mas ahora, así dice El Eterno tu Creador, oh Yaakov, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará. Porque yo soy Adonay tu Eloha, el Santo de Israel, tu Salvador; he dado a Mitsrayim por tu rescate, a Cush y a Sevá en lugar tuyo. Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, daré a otros hombres en lugar tuyo, y a otros pueblos por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu descendencia, y del occidente te reuniré. Diré al norte: "Entrégalos"; y al sur: "No los retengas." Trae a mis hijos desde lejos y a mis hijas desde los confines de la tierra, a todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho.”
En la redención final habrá liberación hasta del pecado y de la muerte, como dice el Salmo 130:7-8:
“Oh Israel, espera en Adonay, porque en Adonay hay misericordia, y en Él hay abundante redención; Él redimirá a Israel de todas sus iniquidades.”



Y en el Salmo 49:15 está escrito: “Pero Eloha redimirá mi alma del poder del Sheol, pues Él me recibirá. (Sela)”
En Isaías 63:4 está escrito: “Porque el día de la venganza estaba en mi corazón, y el año de mi redención había llegado.”
En Lucas 21:28 está escrito: “Cuando estas cosas empiecen a suceder, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención.”
En Romanos 8:23 está escrito: “Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. 
En Efesios 4:30 está escrito: “Y no entristezcáis al Espíritu de santidad de Eloha, por el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
Las diez plagas una confrontación espiritual

Muchos presentan las plagas como fenómenos naturales, en realidad tiene un orden establecido. Presentan a El Eterno Eloha como el Señor de toda la tierra y que interviene en la historia “por esta razón te he permitido permanecer: para mostrarte mi poder y para proclamar mi nombre por toda la tierra”. No solo es una lucha entre Moshe y el Paro, es  entre el poder único de Elohim y los diositos paganos de Egipto representados por el Faraón, solo hay una fuerza y poder en el universo que es Dios, no es una lucha entre el bien y el mal porque Elohim esta por encima de todo lo creado.
La finalidad del primer grupo, sangre, ranas y piojos, es esencialmente el reconocimiento de la existencia de El Eterno, dentro de un marco que claramente diferencia entre la existencia de un Eloha verdadero y la existencia de poderes imaginarios y la fuerza impura de los brujos y hechiceros, los cuales llenaban la tierra de Egipto. En la advertencia sobre la orilla del rio que precede a la plaga de sangre, se define esta finalidad teológica: “con esto sabrás que Yo soy el Eterno (Exodo 7, 17)
En el trascurso del tiempo que las plagas de sangre y ranas golpearon a Egipto lograron los brujos imitarlas con diferentes hechizos, sin embargo en la tercera plaga se logra el objetivo esencial de este grupo y los brujos debieron reconocer que la aparición de los piojos no podía ser sino “el dedo de Elohim”
“Pero al ver Faraón que había alivio, endureció su corazón y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho. Entonces el Eterno dijo a Moshé: Di a Aarón: “Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra para que se convierta en piojos por toda la tierra de Egipto.”Y así lo hicieron; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, y hubo piojos en hombres y animales. Todo el polvo de la tierra se convirtió en piojos por todo el país de Egipto.Y los magos trataron de producir piojos con sus encantamientos, pero no pudieron; hubo, pues, piojos en hombres y animales. Entonces los magos dijeron a Faraón: Este es el dedo de Dios. Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho”. (Exodo 8 :15 al 19)
El reconocimiento básico en la existencia de Eloha, es designada la segunda tríada de plagas, mezcla de animales, epidemia y llagas, para agregar un segundo peldaño, un escalón que afirmará la supervisión cósmica del Creador. Hay hombres que reconocen la existencia de un Creador pero niegan que la divinidad pueda tener alguna relación con el mundo que creó, dentro de una visión general que se desentiende del principio del premio y el castigo, y de la distinción entre un justo e injusto.


Sin embargo, frente a opiniones de este tipo, fija en forma rotunda la advertencia sobre la orilla del Nilo que se realiza previa a la plaga de mezcla de animales:
“separaré en aquel día la tierra de Goshen que mi pueblo habita, para que no haya allí mezcla de animales, de tal modo sabrás que Yo soy el Señor dentro de la tierra” (Exodo 8,22)
De tal modo las plagas que pertenecen a este grupo acentúan la distinción entre Israel y Egipto, e incluso entre el rebaño de Israel y aquel de Egipto, para que aprendamos la supervisión universal de Dios sobre sus criaturas y la distinción que hace entre los justos e injustos.

El tercer peldaño se define dentro de la advertencia que precede a la plaga del granizo, que abre el tercer grupo:
“‘Porque esta vez enviaré todas mis plagas sobre ti, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra.” (Exodo 9, 14).
Según el sistema psico-cultural pagano imperante en Egipto, incluso después que una persona haya reconocido la existencia de Dios y su supervisión cósmica, siempre es proclive a pensar que ciertamente la Divinidad es poderosa, pero es un poder entre otros. Por este motivo se acentúa en estas últimas plagas lo especial de cada una de ellas; en el granizo – “muy pesado que no hubo como este en la tierra de Egipto desde que existe hasta ahora…” (9,18); langosta – “que no vieron tus padres ni los padres de tus padres desde el día que estuvieron sobre la tierra hasta ahora…” (10,6). La plaga de la oscuridad expresa también lo exclusivo del poder divino, que muestra el control de Dios sobre el presuntamente más fuerte de todos los dioses egipcios, el sol.
Plagas y dioses egipcios





Las primeras dos plagas de cada grupo fueron anunciadas a Faraón de antemano En las primeras tres plagas los magos compiten con Moisés, repitiendo el milagro divino en las dos primeras y reconociendo el dedo de Dios en la tercera. La cuarta, quinta y sexta plagas hacen una distinción entre Israel y Egipto 8:23 y después de este momento solo Egipto es golpeado por los diferentes desastres, es únicamente la sexta y la octava plaga que no mencionan ninguna protección para Israel. Las primeras plagas fueron como advertencias si lo comparamos con la muerte de los primogénitos, si el faraón hubiera escuchado la palabra del Señor, ninguna plaga hubiera caído sobre El y su pueblo. Tuvieron 9 oportunidades para escapar del castigo final. Cada una de las plagas atacaba uno de los dioses egipcios. La plaga de la muerte de los primogénitos representa el golpe final de este instrumento que es el bastón de poder de Moisés, que incluye dentro suya la combinación de los tres peldaños que conforman la escalera de la Fe, el primero se expresa en la acentuación del hecho que Dios la realiza por si mismo: “Yo saldré dentro de Egipto” (11,4); Yo – y no un ángel; Yo – y no un serafín.

El segundo peldaño se acentúa en el hecho de la distinción entre los primogénitos egipcios y aquellos de Israel, e incluso entre esos que pusieron la sangre en los dinteles de las puertas y aquellos que se abstuvieron de hacerlo. Finalmente el tercer peldaño lo observamos en la descripción del gran grito que llenó la tierra del Faraón “en toda la tierra de Egipto que como ese grito no hubo y no habrá…” (11,6).
Como la redención inicial es semejante a la redención final vemos una gran similitud entre las plagas que vinieron sobre Mitsrayim y las plagas que vendrán sobre el mundo en los últimos tiempos. Vamos a ver una comparación entre las plagas que hubo en Mitsrayim y las que son presentadas en el libro de Revelación:
1.     Agua convertida en sangre, Éxodo 7:14-25 – En Revelación 8:8, 16:3 está escrito: “El segundo ángel tocó la trompeta, y algo como una gran montaña ardiendo en llamas fue arrojado al mar, y la tercera parte del mar se convirtió en sangre...  El segundo ángel derramó su copa en el mar, y se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser viviente que había en el mar.”
2.     Las ranas, Éxodo 8:1-15 (7:26-8:11 heb) – En Revelación 16:13-14 está escrito: “Y vi salir de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta, a tres espíritus inmundos semejantes a ranas; pues son espíritus de demonios que hacen señales, los cuales van a los reyes de todo el mundo, a reunirlos para la batalla del gran día del Eloha Todopoderoso.”
3.     Los enjambres de piojos, Éxodo 8:16 (12 heb) – No he encontrado comparación.
4.     Las bestias salvajes, Éxodo 8:20-32 (16-28 heb) – En Revelación 6:8 está escrito:
“Y miré, y he aquí, un caballo amarillento; y el que estaba montado en él se llamaba Muerte; y el Sheol lo seguía. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con pestilencia y con las fieras de la tierra.”
5.     La peste en el ganado, Éxodo 9:1-7 – En Revelación 6:8b está escrito: “con pestilencia
6.     Las úlceras, Éxodo 9:8-12 – En Revelación 16:2 está escrito: “El primer ángel fue y derramó su copa en la tierra; y se produjo una llaga repugnante y maligna en los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen.”



7.     El granizo, Éxodo 9:13-35 – En Revelación 16:21 está escrito: “Y enormes granizos, como de un talento cada uno, cayeron sobre los hombres; y los hombres blasfemaron contra Eloha por la plaga del granizo, porque su plaga fue sumamente grande.”
8.     Las langostas, Éxodo 10:1-20 – En Revelación 9:1-11 está escrito: “El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y se le dio la llave del pozo del abismo. Cuando abrió el pozo del abismo, subió humo del pozo como el humo de un gran horno, y el sol y el aire se oscurecieron por el humo del pozo. Y del humo salieron langostas sobre la tierra, y se les dio poder como tienen poder los escorpiones de la tierra. Se les dijo que no dañaran la hierba de la tierra, ni ninguna cosa verde, ni ningún árbol, sino sólo a los hombres que no tienen el sello de Eloha en la frente. No se les permitió matar a nadie, sino atormentarlos por cinco meses; y su tormento era como el tormento de un escorpión cuando pica al hombre.
En aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la hallarán; y ansiarán morir, y la muerte huirá de ellos. Y el aspecto de las langostas era semejante al de caballos dispuestos para la batalla, y sobre sus cabezas tenían como coronas que parecían de oro, y sus caras eran como rostros humanos. Tenían cabellos como cabellos de mujer, y sus dientes eran como de leones. También tenían corazas como corazas de hierro; y el ruido de sus alas era como el estruendo de carros, de muchos caballos que se lanzan a la batalla. Tienen colas parecidas a escorpiones, y aguijones; y en sus colas está su poder para hacer daño a los hombres por cinco meses. Tienen sobre ellos por rey al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Avadón, y en griego se llama Apolión.”
9.     Las tinieblas, Éxodo 10:21-29 – En Revelación 6:12; 8:12; 16:10 está escrito:
“Vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto, y el sol se puso negro como cilicio hecho de cerda, y toda la luna se volvió como sangre...
El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, para que la tercera parte de ellos se oscureciera y el día no resplandeciera en su tercera parte, y asimismo la noche...
El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se quedó en tinieblas, y se mordían la lengua de dolor.”
Quinta aliyá, 8:11-22 (8:7-18 heb.)
8:12  “Entonces Moshé y Aharón salieron de la presencia de Paró, y Moshé clamó a Elohim acerca de las ranas que Él había puesto sobre Paró.” – Moshé clamó al Eterno. De esto aprendemos que hay momentos cuando hay que gritar delante del Eterno para que nuestra oración llegue a su trono.
8:16  “Entonces Adonay dijo a Moshé: Di a Aharón: "Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra para que se convierta en piojos por toda la tierra de Mitsrayim."” – En esta tercera plaga no hubo una advertencia previa a Paró. Si se dividen las nueve primeras plagas en tres grupos, vemos como las dos primeras de cada grupo fueron anunciadas previamente ante Paró, pero no la última de cada grupo.
8:18  “Y los magos trataron de producir piojos con sus encantamientos, pero no pudieron; hubo, pues, piojos en hombres y animales.” – Finalmente los magos tuvieron que reconocer que el poder deAdonay es mayor que el de ellos. Vemos como los poderes mágicos de Mitsrayim llegaban a un nivel muy alto. La fuente de poder de los magos venía de hasatán, y la fuente de poder de Moshé venía de HaShem. Toda manifestación sobrenatural que no está conectada con el Eterno tiene su origen en los malos espíritus. El ocultismo, la magia, la astrología y las religiones de los gentiles tienen origen demoníaco. Los siervos del Eterno necesitan el poder sobrenatural para poder resistir los poderes del mal y manifestar que el Eterno es mayor, como está escrito en Lucas 10:17-20:


“Los setenta regresaron con gozo, diciendo: Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y él les dijo: Yo veía a hasatán caer del cielo como un rayo. Mirad, os he dado autoridad para hollar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada os hará daño. Sin embargo, no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.”
En 1 Juan 4:4 está escrito: “Hijos míos, vosotros sois de Eloha y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.”
En Marcos 16:17-18 está escrito: “Y estas señales acompañarán a los que han creído: en mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; tomarán serpientes en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien.”
En Juan 14:12-13 está escrito: “En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.”
8:22  “Mas en aquel día yo pondré aparte la tierra de Goshén en la que mora mi pueblo, para que no haya allí mezclas de bestias salvajes, a fin de que sepas que yo, El Eterno, estoy en medio de la tierra.” – Vemos como el pueblo escogido es guardado en medio de los grandes juicios del Eterno.
Así será también en los últimos tiempos. Ya han empezado los dolores de parto para el nacimiento del siglo venidero con falsos predicadores “ungidos”, guerras, terrorismo, hambre, plagas, señales en los cielos, terremotos y grandes olas del mar, como está escrito en Mateo 24:5-8:
“Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: "Yo soy el ungido", y engañarán a muchos. Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es sólo el comienzo de dolores de parto.”
En Lucas 21:10-11, 25-26 está escrito: “Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación y reino contra reino; habrá grandes terremotos, y plagas y hambres en diversos lugares; y habrá terrores (terrorismo) y grandes señales del cielo... Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del rugido del mar y de las olas, desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las potencias de los cielos serán sacudidas.”
Pero en medio de todo esto hay un pueblo que ha aprendido a confiar en el Eterno, y no sufrirá de la misma manera como los que no son pueblo del Eterno. Hay una diferencia entre los hijos de las tinieblas y los hijos de luz, y esta diferencia se manifestará cada vez más en medio de estas plagas que vendrán sobre el mundo, como está escrito en Revelación 7:3-4; 9:4:
“No hagáis daño, ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro Eloha. Y oí el número de los que fueron sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel... Se les dijo que no dañaran la hierba de la tierra, ni ninguna cosa verde, ni ningún árbol, sino sólo a los hombres que no tienen el sello de Eloha en la frente.”
Sigamos el ejemplo de Moshé rabenu, nuestro maestro, para tener éxito en nuestras oraciones y así podrá hacerse la voluntad del Eterno en la tierra como en el cielo, Amén

Shabat Shalom

Recopilado y ajustado por  Orlando Unda R