Parashá
19 Terumá
Éxodo
25:1 – 27:19
Aliyás de la
Torá :
- 25:1-16
- 25:17-30 (Sefardíes); 25:17-40 (Ashkenazíes)
- 25:31 – 26:14 (S); 26:1-14 (A)
- 26:15-30
- 26:31-37
- 27:1-8
- 27:9-19
Haftará: 1 Reyes
5:12 (26 heb.) – 6:13
Código Real (HaTsofen HaMaljutí): Lucas 15:1 – 18:14
Lecturas en el CR:
Terumá
Significa “ofrenda
alzada”, “porción separada”.
Primera aliyá, 25:1-16
El Eterno pide que los hijos de Israel hagan
una ofrenda para él, todos los que tienen un corazón motivado podrá dar oro,
plata, cobre, lana, lino, pieles, madera, aceite, especias y piedras preciosas
para poder construir una morada para el eterno. Tendrán que hacer un santuario
según el modelo que el eterno muestre a Moshé. El arca será hecha de madera
cubierta de oro, de dos codos y medio de longitud, un codo y medio de ancho y
un codo y medio de altura. Tendrá una diadema de oro alrededor y cuatro anillos
de oro en las cuatro esquinas. Dos varas de madera cubiertas de oro se pondrán
en los anillos para poder transportarla. Dentro del arca se pondrá el
Testimonio
Segunda aliyá, 25:17-30
El eterno entrega las dos tablas de piedra
escritas por su dedo. Cuando Moshé se demora en bajar de la montaña, el pueblo
se congrega alrededor de Aharón y le pide que haga dioses que vayan delante.
Aharón les dice que entreguen los pendientes de oro de sus esposas y sus hijos.
Del oro Aharón forma un becerro de fundición y pueblo dice: “estos son tus
dioses, Israel, que te hicieron subir de la tierra de Mitsrayim”. Aharón
edifica un altar y dice que el día siguiente habrá una fiesta para El Eterno.
El pueblo se levanta muy temprano para sacrificar, comer y divertirse.
Moshé recibe la orden de bajar porque el
pueblo se ha corrompido. Es un pueblo de dura cerviz. El Eterno dice a moshé
que le deje destruirlos y de él hará una gran nación. Moshé suplica que no lo
haga por causa de haberlos sacado con poder de mitsrayim y por causa de la mala
lengua de los mitsríes y por causa del juramento que hizo a los patriarcas de
multiplicarlos y darlos la tierra. El Eterno desiste del mal que ha pensado
hacer. Moshé desciende de la montaña con las dos tablas del testimonio que han
sido hechas por Eloha y están escritas en ambos lados con escritura grabada de
Eloha. Yehoshúa oye el sonido del pueblo y piensa que hay batalla en el
campamento. Moshé dice que es sonido de aflicción. Cuando ve el becerro y las
danzas se enciende su ira y arroja las dos tablas al suelo y las quiebra. Luego
toma el becerro y lo quema y lo hace polvo. El polvo es esparcido sobre las
aguas que son dadas al pueblo para beber. Moshé reprende a Aharón y él echa la
culpa al pueblo. Moshé ve que el pueblo se ha expuesto y se pone en el portal y
dice: “¡Quien esté por Adonai, a mí!”. Se reúnen todos los hijos de Leví. Cada
varón tendrá que matar con espada a sus compatriotas, y así caen 3000 personas.
Por ese acto se consagran como sacerdotes para el eterno. El día siguiente
Moshé dice al pueblo que ha cometido un gran pecado. Él va a ascender al eterno
y procurar cubrir frente al pecado del pueblo. moshé retorna al eterno y confiesa
el gran pecado y pide que sea perdonado. Si no perdona, moshé quiere ser
borrado del libro. el que ha pecado será borrado del libro.
Moshé
recibe la orden de conducir al pueblo al lugar destinado. Un ángel irá delante.
Llegará un día cuando el pecado será tomado en cuenta. El Eterno hiere al
pueblo con una plaga. El ángel será enviado delante y serán expulsados seis
pueblos de la tierra que mana leche y miel. El Eterno no quiere subir en medio
del pueblo porque es de dura cerviz y podrá ser aniquilado en el camino.
El pueblo se entristece y deja de poner sus
adornos. La tienda de la cita está colocada fuera del campamento. Todo el que
quiera consultar con el Eterno tendrá que salir fuera del campamento e ir a la
tienda. Cuando Moshé sale, todo el pueblo se levanta y se queda de pie a la
puerta de su tienda mirando. Cuando Moshé entra en la tienda, la columna de
nube desciende y se queda en la entrada. Él habla con Moshé cara a cara. El
pueblo se levanta y se prosterna cuando ve la columna. Yehoshúa no se aparta de
la tienda.
Tercera aliyá, 25:31 – 26:14
el
candelabro se hará de oro puro, todo batido, con base, caña, cálices botones y
flores. Tendrá seis brazos que saldrán de sus lados, tres en cada lado, con
tres cálices, un botón y una flor en cada uno. Todo será de una pieza. Tendrá
siete lámparas que serán encendidas por el Kohén hacia delante. Sus tenazas y
paletas serán de oro puro. Todo será hecho de un talento de oro, según el
modelo que le es mostrado a Moshé en la montaña. El techo del tabernáculo se
hará de diez cortinas de lino trenzado, lana azul, lana púrpura y lana carmesí,
con querubines de labor de diseñador. Cada cortina tendrá 28 codos de longitud
y cuatro codos de anchura. Cinco cortinas serán unidas entre ellas y las otras
cinco entre ellas. En cada uno de los bordes de los dos ensamblajes habrá que
poner 50 lazadas de lana azul contrapuestas entre ellas. Se harán 50 ganchillos
de oro para unir las cortinas entre ellas. Hay que hacer 11 cortinas de
vellocino de cabra a modo de tienda sobre el tabernáculo. Cada cortina será de
30 codos de longitud y cuatro codos de ancho. Cinco cortinas serán unidas entre
ellas y seis entre ellas. La sexta cortina será doblada hacia el frente de la
tienda. Cincuenta lazadas serán puestas en el borde de cada primera cortina de los
dos ensamblajes. Se harán 50 ganchillos de cobre que serán insertados en las
lazadas para unir la tienda. Los sobrantes colgarán por los costados del
tabernáculo para cubrirlo. Se hará una cobertura de pieles de carnero teñidas
de rojo y una cobertura de tejashim por encima.
Cuarta aliyá, 26:15-30
Se harán maderos para el tabernáculo de
acacia, de diez por un codo y medio. Cada madero tendrá dos espigas paralelas
una con otra. En el lado sur habrá 20 maderos con 40 basas de plata. Lo mismo
se hará para el lado norte. Para la parte posterior del tabernáculo, al oeste,
habrá seis maderos y dos maderos en las esquinas, cada madero con sus dos
basas. En las puntas serán acoplados entre ellos con anillos. Habrá cinco
barras de madera para cada lado para unir los maderos, una de ellas pasará por
en medio de los maderos de un extremo a otro. Los maderos y las barras tendrán
que ser recubiertos de oro. El tabernáculo será levantado según al diseño que Moshé
reciba en la montaña.
Quinta aliyá, 26:31-37
Hay que hacer un velo de lana azul, lana
púrpura, lana carmesí y lino trenzado con querubines de labor de diseñador.
Cuatro pilares de acacia cubiertos de oro puestos sobre cuatro basas de plata
sujetarán el velo con cuatro ganchillos de oro. Dentro del velo, que separará
entre el lugar santo y el lugar santísimo estará el arca. La cubierta se
colocará sobre el arca. La mesa será colocada fuera del telón en el lado norte
y el candelabro frente a la mesa, en el lugar sur. Se hará una pantalla para la
entrada de la tienda, de lana azul, lana púrpura, lana carmesí y lino trenzado,
de labor de recamador. La pantalla colgará sobre cinco ganchillos en cinco
pilares de madera de acacia recubiertas de oro y con cinco basas de cobre.
Sexta aliyá, 27:1-8
Hay que hacer un altar de madera, hueco y
recubierto de cobre, de cinco por cinco codos con una altura de tres codos.
Cada esquina tendrá un cuerno. Se harán vasijas para deshollinarlo, badiles,
escudillas, garfios y braseros, todos de cobre. Debajo de la cornisa, a la mitad
del altar, hay que hacer un enrejado de cobre con cuatro anillos de cobre en
las cuatro esquinas donde se colocarán las varas para transportarlo. Se hará
conforme a lo que se le mostró a Moshé en la montaña.
Séptima aliyá, 27:9-19
El atrio tendrá cortinas de lino trenzado de
100 codos en los lados sur y norte sujetadas con 20 pilares de cobre con veinte
basas de cobre. Los ganchillos y cinturillas de los pilares serán de plata. El
lado oeste del atrio tendrá cortinas de 50 codos, sujetadas con diez pilares
sobre diez basas. El lado este será de 50 codos, con 15 codos de cortinas por
uno y otro lado, sujetadas con tres pilares sobre tres basas. El portal del
atrio tendrá una pantalla de 20 codos de lana azul, lana púrpura, lana carmesí
y lino trenzado, de labor de recamador y sujetada por cuatro pilares sobre
cuatro basas. Todos los pilares tendrán cinturillas de plata, ganchillos de
plata y basas de cobre. La altura del
atrio será de cinco codos y todos sus utensilios serán de cobre.
COMENTARIOS DE LA PARASHA
25:8
“Y que hagan un santuario para mí, para que yo habite en ellos.” – en
los capítulos anteriores hemos visto como se ha establecido un pacto
matrimonial entre la Palabra del eterno e Israel. Después del primer paso, el
desposorio, llega el tiempo de preparar una casa para el nuevo matrimonio. Es
la razón por la cual ahora el Eterno pide una casa para poder vivir junto con
su esposa. Esta casa es una sombra de una casa celestial que el Eterno ha
preparado para ser revelada en los tiempos finales, cf. revelación 15:5; 21:3.
El texto hebreo no dice que el Eterno va a
habitar “entre ellos” sino “en ellos”, “betojam”. Lo más lógico hubiera sido
decir: “y yo residiré en él”, pero aquí está diciendo que va a morar dentro del
pueblo de Israel y por eso tendrán que hacerle un santuario. El verdadero lugar
de la morada es el corazón de cada uno del pueblo de Israel que ha entregado su
corazón al Eterno. Esto nos enseña que la Presencia divina residía en el
Mishkán, la morada, el tabernáculo, por causa de los israelitas. Ellos eran el
verdadero “santuario” de la presencia divina.
25:9
“conforme a todo lo que te voy a mostrar, conforme al diseño del
tabernáculo y al diseño de todo su mobiliario, así lo haréis.” – el tabernáculo
del desierto es una figura de varias cosas. Se puede entender como un reflejo
del mismo universo. Hay varias palabras idénticas en este re- lato que nos
conectan con el relato de la creación. Moshé tuvo que estar durante seis días
en la nube antes de ser llamado desde el interior en el séptimo día, lo cual
conecta esta obra con la creación que fue hecha durante seis días, cf. Éxodo
24:16. A parte del universo podemos comparar el Mishkán, tabernáculo, con
cuatro otras cosas:
•
Un santuario celestial, cf. Hebreos 8:2; 9:11-24.
•
El cuerpo del Mesías, Juan 1:14; 2:18-22.
•
El cuerpo del creyente, 1 Corintios 6:19.
•
La Kehilá, congregación, del Mesías, 1 Pedro 2:4-10; 1 corintios
3:16-17; 2 corintios 6:16.
En todos estos está morando la presencia del
Eterno de manera más o menos poderosa.
25:10 “Harán también un arca de madera de
acacia; su longitud será de dos codos y medio, su anchura de un codo y medio, y
su altura de un codo y medio.” El arca es el objeto más íntimo del mishkán. El
Eterno siempre empieza su obra desde dentro para fuera. El hombre mira desde
fuera hacia dentro, pero El Eterno mira desde dentro hacia fuera, como está
escrito en 1 Samuel 16:7:
“Pero el Eterno dijo a Shmuel: no mires a su
apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Elohim ve
no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el
Eterno mira el corazón.”
Cuando El Eterno trata con un hombre, lo hace
desde dentro hacia fuera. El problema de muchos es que intentan quitarse los
malos frutos, las malas obras de su vida, pero no tratan con la raíz que es la
causa que produce esos malos frutos. Podemos estar toda la vida intentando
mejorar nuestras acciones y nuestras palabras pero no vamos a tener éxito al
menos que vayamos al corazón, que es la causa de todas las malas obras, como
está escrito en marcos 7:21-22:
“Porque de adentro, del corazón de los
hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios,
adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia,
orgullo e insensatez Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al
hombre.”
Cuando hay conflictos hay que ir a la causa,
a la raíz, y no intentar de cambiar las consecuencias. No trates de cambiar las
consecuencias, sino las causas que producen esas consecuencias, y verás cambios
sustanciales.
El espíritu de la profecía es el que está
dando testimonio en nuestro interior, en lo más profundo de nuestro corazón, no
en nuestra mente. Ese espíritu está dando testimonio de Yeshúa, está revelando
los secretos del mesías en las escrituras. Si uno es sensible al testimonio de
Yeshúa que hay en su espíritu va a encontrar muchos secretos en la Torá.
Tercera aliyá, 25:31 – 26:14
25:31 “Harás además un candelabro de oro
puro. El candelabro, su base y su caña han de hacerse labrados a martillo; sus
cálices, sus botones y sus flores serán hechos de él.” – el candelabro, en
hebreo “menorá”, simboliza la Torá y el espíritu. La Torá, porque está escrito en
el Salmo 119:105:
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para
mi camino.”
Y en Proverbios 6:23 está escrito:
“Porque el mandamiento es lámpara, y la
instrucción luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción”
El espíritu, porque está escrito en Isaías
11:2:
“Y reposará sobre él el espíritu de el Eterno,
espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder,
espíritu de conocimiento y de temor de Adonai.”
Y en revelación 1:4; 3:1; 4:5; 5:6 está
escrito:
“Juan, a las siete congregaciones que están
en Asia: Gracia a vosotros y paz, de aquel que es y que era y que ha de venir,
y de los siete espíritus que están delante de su trono... Y escribe al ángel de
la congregación en Sardis: “el que tiene los siete espíritus de Elohim y las
siete estrellas, dice esto: ‘Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que
vives, pero estás muerto... del trono salían relámpagos, voces y truenos; y
delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete
espíritus de Elohim... miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres
vivientes) y los ancianos, a un cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete
cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Elohim enviados por toda
la tierra.”
en Filipenses 2:1-4:
“Por tanto, si hay algún estímulo en el
mesías, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del espíritu, si
algún afecto y compasión, haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir,
conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito.
Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno
de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando
cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.”
en Colosenses 3:12-15 está escrito:
“entonces, como escogidos de Elohim, santos y
ama- dos, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y
paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno
tiene queja contra otro; como el mesías os perdonó, así también hacedlo
vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la
unidad. Y que la paz del mesías reine en vuestros corazones, a la cual en
verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.”
En 1 Pedro 2:5 está escrito:
“también vosotros, como piedras vivas, sed
edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales aceptables a Elohim por medio de Yeshúa el mesías.”
Exodo 25. 8 , Me harán
un santuario y habitare en medio de ellos.
Pero es el propio hombre que debe ofrecerse
Al Eterno como residencia, El Texto no dice: Yo quiero residir (Betojo) en el
(santuario) sino en medio de ellos (Betojam) es decir en medio de los hombres,
en su corazón y en su espíritu. Eloha le
pide a cada uno de construirle un santuario en la intimidad de su corazón, de
prepararse, de ser un tabernáculo para Eloha
y una morada para recibir su esplendor. De erigir un altar para elevar
desde allí su alma Al Eterno y estar
listo a sacrificarla a Él en todo momento.
25: 23 También harás una mesa de madera... la
mesa representa de una manera general el lugar donde se comen los alimentos y
por ese hecho es el símbolo de la alimentación humana y del bienestar material.
La mesa dispuesta en el santuario ante Eloha
concreta entonces la idea de la santificación de nuestra existencia física y
material llama al hombre a santificar su
propia mesa donde se reúnen los suyos en su hogar familiar.
El alimento que se ingiere allí es la
primera condición de la subsistencia y
por ende del servicio al Eterno.
Asimismo la elevación de la mesa familiar al grado de santidad ocupa un lugar
privilegiado entre los objetos sagrados del santuario.
Esta significación está basada en primer
lugar en las leyes llamadas rituales que reglamentan la alimentación, por otra
parte crean un ambiente de pureza serena que envuelve y ennoblece el instinto
de alimentarse.
Por cada gota de agua que bebe, por cada
pedazo de pan que come, por cada flor que huele el hombre judío debe acordarse
del Eterno y dirigirle una ferviente acción de gracias. Y la mujer que se
dedica a los cuidados de la casa encuentra a cada paso y en cada trabajo un
mandamiento religioso.
Es así como las leyes rituales constituyen la
vida sacerdotal y dan a nuestro hogar un olor de santidad.
El padre de familia debe tener en cuenta las
(dibre Torah) palabras de la Torah, en la mesa pues estas constituyen un
carácter de santidad. Estas
conversaciones sobre la Tora elevan el
espíritu y el corazón por encima de los propósitos fútiles y vulgares que
envilecen nuestra alma, llevándolos al nivel de pureza y de santidad.
El otro elemento es la hospitalidad otorgada
a los pobres y a los desvalidos en la mesa familiar, son precisamente estos
factores que la elevan al rango de un altar.
Como decía Rabi Johannan en la época del
santuario: era el altar el que traía al hombre su expiación y después fue la
mesa familiar, su valor expiatorio no descansa solamente sobre las obras de
caridad que allí se realizan sino también sobre el nivel de pureza y de
espiritualidad que ello nos permite adquirir. Esto trae mucha bendición, al hogar
primeramente y a nuestra vida.
¡SHABAT SHALOM!
Preparado por: Shimón ben Yosef