Parashá 17 Yitró
Éxodo 18:1 - 20:26 (23 heb.)
Éxodo 18:1 - 20:26 (23 heb.)
Aliyás de la Torá:
1.18:1-12
2.18:13-23
3.18:24-27
4.19:1-6
5.19:7-13
6.19:14-19
7.19:20- 20:26
Haftará: Isaías 6:1-13
Brit
Hadasha (Tsofen Maljutí): Lucas 10:1 - 11:54
“PARASHA´ DE
ESTA SEMANA” para ser estudiada
en el shabat del 17 de shevat de 5.774 – Enero 18 2.014
YITRO.
Mientras Moshé llevaba a
cabo su misión en Egipto, su familia regresó a Midián. El suegro de Moshé,Y
Itró, llevó a su hija Tzipora y a los hijos de aquél a Refidim (en el
desierto).Moshé dio la bienvenida a Y Itró en forma afectuosa y le contó todo
lo que ELETERNO había hecho por los Yisraelitas. Su suegro reconoció totalmente
el poder de ELOHIM y Le ofrendó sacrificios. Observando que Moshé estaba
sobrecargado de tareas judiciales, YItró le aconsejó que nombrara jueces para
ayudarlo y que él se concetrara sólo en los casos más difíciles. Moshé actuó
conforme a este sabio consejo ,Y Itró regresó a Midian. El primer día del tercer mes (Siván)
después de su partida de Egipto, los Iehudim llegaron al desierto de Sinaí y
acamparon frente a la montaña. Moshé se aproximó a ella y oyó la voz de ADONAY
instruyéndole para que recordara al Pueblo cómo Él los había liberado de
Egipto. Si ellos Le obedecían, se transformarían en "un reino de
sacerdotes y una nación santa". Moshé descendió de la montaña y repitió
las palabras de ELOHA a los ancianos y a todo el pueblo. Como una nación unida,
respondieron todos juntos: "haremos y escucharemos".
El pueblo debía prepararse durante tres días para el gran suceso de “Matan Torá” – La entrega de la Torá.
Después de que transcurrieron esos tres días, el seis de Siván, se produjeron truenos y relámpagos, y una densa nube descendió sobre la montaña. El monte Sinaí estaba envuelto en humo.
Después llegó el momento más sobresaliente de la historia del mundo. La voz de ELOHIM fue oída por todo hombre, mujer y niño, mientras formulaba las bases de la conducta moral y religiosa de todos los tiempos:
El pueblo debía prepararse durante tres días para el gran suceso de “Matan Torá” – La entrega de la Torá.
Después de que transcurrieron esos tres días, el seis de Siván, se produjeron truenos y relámpagos, y una densa nube descendió sobre la montaña. El monte Sinaí estaba envuelto en humo.
Después llegó el momento más sobresaliente de la historia del mundo. La voz de ELOHIM fue oída por todo hombre, mujer y niño, mientras formulaba las bases de la conducta moral y religiosa de todos los tiempos:
1
- Yo soy EL ETERNO, tu ELOHIM, Quien te saqué de la tierra de Egipto...
2 - No tendrás otros dioses delante de Mí...
3 - No tomes el nombre de ADONAY , en vano...
4 - Acuérdate del Shabat para santificarlo...
5 - Honra a tu padre y a tu madre...
2 - No tendrás otros dioses delante de Mí...
3 - No tomes el nombre de ADONAY , en vano...
4 - Acuérdate del Shabat para santificarlo...
5 - Honra a tu padre y a tu madre...
6 - No acecinaras
7 - No cometerás adulterio
8 - No robarás
9- No levantarás falso testimonio contra tu prójimo
10- No codiciarás la casa de tu prójimo...
Primera aliyá, 18:1-12
El suegro de Moshé, Yitró, oye de todo
lo que ElOHA ha hecho. Viene con la mujer y los hijos de Moshé al campamento
junto al monte de ElOHA. Moshé sale a recibir a su suegro haciéndole reverencia
y saludándole. Le invita a su tienda y le cuenta todo lo que EL ETERNO ha hecho
por causa de Israel. Yitró se alegra y bendice al ETERNO reconociéndole como
mayor que los dioses. Ofrece sacrificios a ElOHA e invita a Aharón y todos los
ancianos a comer delante de ElOHA.
Segunda aliyá, 18:13-23
El día siguiente Moshé
se sienta a juzgar al pueblo todo el día. Yitró ve que es demasiado trabajo
para él solo y le aconseja a seguir siendo el mediador entre el pueblo y ElOHA,
pero al mismo tiempo delegar a hombres capaces y temerosos de ElOHA la tarea de
ser jueces sobre el pueblo y juzgar en todos los asuntos leves. Los asuntos
graves tendrán que llevar a Moshé.
Tercera aliyá, 18:24-27
Moshé hace caso
a su suegro y pone jefes sobre el pueblo que van a juzgar en todo pleito
sencillo, algunos sobre mil, otros sobre cien, cincuenta y diez. Yitró se va a
tu tierra.
Cuarta
aliyá, 19:1-6
El tercer mes llega el
pueblo a la estepa de Sinaí y acampa enfrente del monte. Moshé sube a ElOHA y ELOHIM
le llama desde el monte y le ordena decir a la casa de Yaakov y a los hijos de
Israel: “Vosotros
habéis visto lo que he hecho a los mitsríes, y cómo os he tomado sobre alas de
águilas y os he traído a mí. Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y
guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque
mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una
nación santa.”
Quinta aliyá, 19:7-13
Mohsé expone
delante de los ancianos lo que el Eterno ha dicho. Todo el pueblo responde que
harán todo lo que el Eterno ha dicho. Moshé lleva las palabras del pueblo a ELOHA.
El Eterno dice que va a venir a hablar con Moshé en una densa nube para que el
pueblo oiga y crean para siempre. Moshé comunica las palabras del ETERNO al
pueblo. Moshé tiene que hacer que el pueblo se consagre durante dos días
lavando sus vestidos y así estar preparados para el tercer día. Entonces el ETERNO
descenderá a la vista de todos sobre el monte. Moshé tiene que poner límites
alrededor del monte y decir al pueblo que se guarde de subir al monte o tocar
el límite. Cualquier animal u hombre que toque el límite será ejecutado. Cuando
suene largamente el shofar podrán subir.
Sexta aliyá, 19:14-19
Moshé baja del monte y santifica al pueblo. Lavan sus
vestidos y se preparan para el tercer día. No pueden llegar a sus mujeres. Por
la mañana el tercer día hay truenos y relámpagos y una densa nube sobre el
monte junto con un fuerte sonido de shofar. Todo el pueblo tiembla. Moshé saca
al pueblo del campamento para que se encuentre
con ElOHA al pie del monte. Todo
el monte humea y se estremece con violencia porque el ETERNO ha bajado en
fuego. El sonido del shofar aumenta más y más. Moshé habla y ELOHIM le responde
audiblemente.
Séptima aliyá y maftir,
19:20- 20:26 (v. 23 heb.)
EL ETERNO
desciende al monte Sinai y llama a Moshé a la cumbre, y él sube. EL ETERNO le
ordena descender y advertir al pueblo que no traspasen los límites para que no mueran muchos de ellos. Los sacerdotes
tendrán que santificarse para que no mueran. Moshé dice que el pueblo no puede
subir por causa de los límites. Pero EL ETERNO le dice que baje de nuevo y suba
con Aharón y advierta al pueblo. Moshé baja y advierte al pueblo.
EL
ETERNO habla diez palabras desde el monte: “Yo soy el ETERNO... No tengas otros
dioses... No tomes el nombre de ELOHA en vano... Acuérdate del Shabat... Honra
a tu padre y madre... No asesines... No adulteres... No hurtes... No
testifiques falsamente... No codicies...”
Todo
el pueblo ve las voces y las antorchas, el sonido del shofar y el monte que
humea. Entonces tiemblan y se mantienen a distancia. Piden a Moshé que sólo él
hable con ellos, no ELOHA, para que no mueran. Moshé les dice que no teman. ELOHA
ha venido para elevarlos y para que su temor permanezca en ellos para que no
pequen. El pueblo se mantiene a distancia y Moshé se acerca a la densa nube donde
está ELOHA. El pueblo ha visto lo que EL ETERNO ha hablado desde el cielo. Por
eso no puede hacer un dios de plata u oro. Tendrán que hacerle un altar de
tierra para sacrificar ofrendas de ascensión y de paz. En todo lugar donde EL
ETERNO haga recordar su nombre irá allí para bendecir al pueblo. Un altar de
piedras no se puede hacer de piedras labradas a cincel. Además no se puede
subir al altar sobre gradas para que no se vea la desnudez.
REFLEXION.
El César de Roma, Adriano, era un hombre muy famoso por su
perversidad. Fue durante su época cuando debido a su tiránico gobierno, estalló
la rebelión de Bar Kojba, aplastada tras recias batallas que duraron dos años y
medio hasta que el último bastión judío, Betar, fue conquistado y destruido
totalmente. A Adriano no le faltaba sentido del humor, mas éste, por supuesto,
siempre estaba impregnado de crueldad.
La siguiente historia relacionada con este cruel hombre, nos muestra hasta qué punto la envidia puede ocasionar situaciones muy incómodas… El César visitaba la Tierra de Israel. Paseaba por las plantaciones de Tiberíades, cuando notó la presencia de un anciano cuyos plateados cabellos refulgían al sol. El hombre estaba absorto en su tarea, introduciendo en la tierra, con especial esmero, jóvenes retoños.
Mirando aun su encanecido cabello, el César se dirigió a él en los siguientes términos: “iOye, anciano! Probablemente has sido perezoso durante tu juventud, de modo que ahora, durante tu vejez, te ves obligado a trabajar…”. “No, Excelencia”, replicó el anciano. “He trabajado duramente durante mis años jóvenes, mas no por ello he de dejar de hacerlo en mi ancianidad, en tanto el Todopoderoso me dé fuerzas para hacerlo…”
Pero…”, continuó insistente el César, “no pretenderás gozar de los
frutos de este arbusto que ahora plantas. ¿Dónde estarás cuando estos retoños
den su fruto?” “Todos estamos
encomendados en manos del Santo, bendito seá. Todos. Jóvenes y ancianos. Si El
así lo dispone, si así es Su voluntad, podré gozar del producto de mi
esfuerzo… “Tu corazón abriga una extraña esperanza, anciano”, adujo el César,
sorprendido. “Dime, ¿qué edad tienes ahora?” “Hoy cumplo cien años, Majestad”,
respondió el anciano, en su constante tono tranquilo y humilde. “Cumples hoy
cien años y aún tienes la esperanza de saborear los frutos de un árbol que
plantas en este instante? ¿No te parece una posibilidad demasiado remota? ¿No
crees que no vale la pena tanto esfuerzo para algo tan lejano e incierto?” El
anciano clavó su mirada en los azules ojos del César.
“Si el Eterno así lo quiere, podré gozar del fruto de mi esfuerzo.
Mas, si así no fuera, tampoco entonces mi labor sería yana. ¿Acaso mis padres
no se han esforzado por mí? Así, pues, también yo trabajo y preparo para mi
descendencia”. “¡Por tu vida, anciano!”, exclamó el César. “¡Si logras el
privilegio de ver con tus propios ojos cómo el fruto ha madurado, déjame
saberlo!” “Con agrado he de cumplir tu palabra, gran señor.
Los años pasaron. El pequeño retoño creció hasta ser un recio
árbol, rindiendo sus frutos. Era una higuera, y sus frutos blandos, maduros y
dulces. En efecto, el anciano pudo gozar de los frutos que él había plantado,
con salud. Fue entonces que decidió que había llegado el momento de comunicar
al César las buenas nuevas, tal como lo había prometido. El anciano cargó un
bolso con los frutos recién escogidos y se hizo al camino para ver al
gobernante, en Roma. Luego de diversos contratiempos con la guardia que
finalmente fueron superados, el anciano se encontraba delante del César, quien
no lo reconoció. “i,Quién ha permitido la entrada a este viejo?”, vociferó
Adriano impaciente. “Soy aquel hombre al
que has visto plantar los retoños de la higuera, cerca de Tiberíades, hace
algunos años”, replicó el anciano. “Me has pedido que te informara cuando el
fruto haya madurado, si aún estoy con vida. Heme aquí pues. Incluso he traído
conmigo un cesto cargado con el dulce fruto, para que también Su Alteza pueda
gozar de su sabor…”. El César permaneció absorto observando al anciano,
sorprendido. Sólo ahora recordaba aquel episodio sucedido tantos años atrás.
Cierto… el anciano, en esa época, tenía ya cien años… El César ordenó a la
servidumbre traer almohadones tejidos en oro e invitó al hombre a tomar
asiento. Luego, llamó al encargado del tesoro y le ordenó que llenase la
canasta del anciano con monedas de oro. Los ministros en vano intentaban
comprender la extraña actitud de Adriano y los extraordinarios honores
conferidos a este anciano. “Alteza, ¿a qué se debe que pague usted tantos
dinares de oro por unos higos?”, preguntaron al gobernante. Adriano sonrió y
luego respondió contando la historia de este hombre.
“Si el Eterno da tantos años de vida a este anciano, significa que se los ha ganado”, concluyó. Cuando el anciano regresó a su hogar en Tiberíades, cargado de oro y honores, sus vecinos se acercaron para felicitarlo.
La mujer de uno de ellos, al ver la riqueza que el anciano había traído a su regreso de Roma, comenzó a fustigar a su esposo tratándolo de holgazán y fracasado. “Mirate, infeliz sin par”, le dijo su mujer. “Lo único que atinas a hacer es descansar tirado sobre tu cama, eres un perezoso. ¿Acaso no has oído que al César le encantan los higos? ¿Por qué, entonces, no habrás de llevar también tú un cajón cargado de higos dulces para traer de regreso uno repleto de relucientes monedas de oro? ¿No tengo razón? ¡Pues no seas tan tonto como el viejo aquel, nuestro vecino! El llevó una pequeña canasta, mas tú llevarás un gran cajón con el que regresarás cargado de oro…”.
El pobre vecino no vio razones para discutir con su mujer y así
llegó finalmente a los portones del palacio de Adriano, arrastrando tras de sí
una mula cargada con un inmenso cajón de higos. “He oído que el César ama los
higos, y los cambia por dinares de oro”, respondió el hombre cuando la guardia
apostada a la entrada quiso saber la causa de su visita a Roma. “Por ende, he
traído conmigo un cajón de jugosos y dulces higos, los que pido me permitáis
presenentarle al César personalmente”. “Espera aquí un instante”, dijo el jefe
de la guardia, en tanto enviaba a uno de sus hombres al interior de la
fortaleza para preguntale al César qué hacer con este hombre que quería
volverse “proveedor” de higos de la nobleza… “Haced que este estúpido
permanezca de pie en la entrada de mi palacio”, ordenó el colérico César, “y
dejadle gustar de sus propios higos de la siguiente manera: ¡colocad el cajón
que ha traído consigo en la puerta y que todo el que entre al palacio, o salga
de él, tome uno de los higos y se lo arroje al rostro!”
La orden del rey fue cumplida, al pie de la letra. El infeliz
quedó allí parado como un monumento vivo a la necedad mientras quienes lo veían
no hacían nada para contener la risa, luego de dar cumplimiento a la “orden
real” y estrellar uno de los higos sobre su rostro. Al atardecer, cuando tenía
su rostro lleno de moretones a causa de la “artillería”, felizmente se
terminaron las “municiones” y el hombre fue liberado y enviado de regreso a
Tiberíades. Con el rostro hinchado y la nariz colorada de dolor y vergüenza, el
hombre arribó a su hogar. Y como si la experiencia pasada no hubiera sido
suficiente, aún le faltaba la “bienvenida” de su esposa. “i,Qué te ha ocurrido,
infeliz sin suerte? ¿Dónde has puesto el oro que recibiste?” “Hubiera deseado
que fueras tú quien estuviera a mi lado en esos momentos, para poder compartir
conmigo toda la gloria y las riquezas que se me han dispensado”, respondió el
hombre amargado. “Tú sí que hubieras sido un blanco adecuado para las ‘flechas’
voladoras, los higos”, acotó instantes después, con un dejo de burla. “Pues
será mejor que eleves tus plegarias de gratitud al Cielo. Has tenido suerte de
que fueran higos y no etroguím, y que estos fueran frescos y no secos…”, le
respondió la mujer, sólo para sumar más dolor al ya sufrido hombre. Extraído de Cuentos de Distintas Epocas Editorial Kehot
ENSEÑANZA POR YIRMIYAHU BEN YISRAEL
ANOJI, ANOJIYUT, egoísta, egoísmo =se aplica ala persona que siente por si
misma un desmedido amor que le hace anteponer su propio provecho al de los
demás, y a sus actos, palabras etc.
Cualidad o actitud del
egoísta. Cualidad=cada modo de ser por el cual una cosa es lo que es y como
es.. la bondad es la cualidad del bueno, sinónimo, calidad, la elasticidad es
una de las cualidades del caucho, sinónimo de propiedad. Calidad= propiedad o
conjunto de propiedades inherentes a una cosa, que permite apreciarla en
relación con las restantes de su especie, en
cosas por el material, textura,
fabricación etc y en personas por
prestigio social y estimación general,
con carácter de o con la investidura, de.. vino en calidad de
embajador.
Egocentrismo= cualidad o
actitud de la persona que refiere asimismo todo lo que acontece, considerándose
como centro de la actividad, y atención generales. Ego= yo. Observemos lo siguiente el primero y segundo versículo
de esta parasha´en el hebreo nos dice,
Vaideber ELOHIM et
kal ha debarim ha eleh lemor.
ANOJI ADONAY ELOHEIJA ASHER hotzetija
me eretz mitzraim mibeit a`vadim. Leer
éxodo 20.3-6.
Notemos la palabra que denota al ETERNO como yo soy,
es la misma para decir egoísta en la escritura ivbrit.
“ANOJI” el egoísmo, también es tomar lo que no es
nuestro, o tomar mas de lo que nos corresponde sabiendo los límites y nuestras
limitaciones, por esto no respetar, cualidad, calidad, propiedad e investidura,
NO TOMARAS SU SANTO NOMBRE, O PONER EN DUDA, LA EXISTENCIA, DIGNIDAD Y HONOR
DEL QUE TODO LO CREO, ANTE PONER A OTRO O A OTROS, OLVIDANDO AL ETERNO, QUIEN TIENE TODA POTENCIA,TODA
PRECENCIA,TODA SAPIENCIA, es negarnos a
nosotros mismos por que por la misericordia de EL, tu puedes, tu estas ,tu
sabes. EL nos da sus atributos El es el
que tu invoques ELOHEINU.,RAFA, NISI,SHADAY,YIREJ, y donde lo invoques, en tu corazón, lev, en
tu tierra eretz, en los cielos, shamayim, en el mar ,yam, en el monte har, KI
ANY, ELIAV ANY, SOY YO, YO SOY, pero
cuando comenzamos a entender lo inefable
de su gran nombre, SERE EL QUE SERE, ESTARE DONDE ESTARE.
Nuestro ego muere,
entonces, EL, vive, la humildad y serenidad están en mi ,e iradian todo alrededor.
El ETERNO quiere que el ser humano deponga su naturaleza material egoísta y tracienda a los senderos eternos poniendo todo
su ser( espíritu y cuerpo) a su servicio
transfigurándose en un alma humana” neshama”
dejando todo, doblegándonos en la presencia del ruaj ha kodes, sumergiéndonos
en cada shabat e ir escalando en la sabiduría y plenitud de la perfeccion,
avanzando cada dia en un nivel de la sefirot y estar en un ejad con EL en la
ETERNIDAD.
Cuando faraón en
su prepotencia, egocentrismo y soberbia se antepone al creador, no seda cuenta
que mas tarde el y su gente serán
afectados y que estas cualidades desaforadas y fanáticas por si mismo , son
utilizadas por el CREADOR, para mostrar
quien tiene y es la verdad, como siempre sucede. Leer éxodo 5..1-2.,
exodo5..6-9, EL ETERNO quiere que los
hombres se den cuenta por si mismos de sus equivocaciones, para que pueda entender y practicar la verdad. En
Proverbios 19:20 está escrito:
“Escucha
el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el resto de tus días.”
En Proverbios 27:9 está escrito:
“El
ungüento y el perfume alegran el corazón, y dulce para su amigo es el consejo
del hombre.”Moshé no recibió esta revelación del
cielo, sino de un hombre. ELOHA nos ha dado personas a nuestro alrededor para
aconsejarnos a través de ellas. Un sabio escucha consejos de los demás, cf. 2
Samuel 16:23; 1 Reyes 12. El que piensa que va a recibir toda la dirección
directamente del cielo tiene soberbia y altivez de espíritu. ELOHIM ha creado
la dependencia de los demás para que el hombre aprenda a ser humilde y sensible
a las opiniones de los demás. La esposa ha sido creada para aconsejar a su
marido, cf. Génesis 21:12. El consejo de Yitró vino del cielo, pero por medio
de un hombre. Si no vivimos en unidad vamos a cometer muchos errores. Pero hay
que tener cuidado para no unirse con los malvados, porque dan malos consejos,
como está escrito en el Salmo 1:1-2:
“¡Cuán dichoso es el hombre que no anda en el consejo de los
impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla
de los escarnecedores sino que en la ley del Eterno está su deleite, y en su
ley medita de día y de noche!”
En el Salmo 33:10-11 está escrito:
“El Eterno hace nulo el consejo de las naciones; frustra los
designios de los pueblos. El consejo del Eterno permanece para siempre, los
designios de su corazón de generación en generación.”
18:19 “Ahora, escúchame; yo te
aconsejaré, y Eloah estará contigo. Sé tú el representante del pueblo delante
de Eloah, y somete los asuntos a Eloah.” –
Aquí vemos que Moshé sirvió como mediador entre ELOHIM y el pueblo de Israel.
La idea que hay en el Judaísmo no mesiánico de que el judío no necesita
mediador, no está basada en la Torá, sino en un espíritu anti-mesiánico. Así
como Moshé fue mediador entre el Eterno e Israel, así el Mesías Yeshúa es
mediador entre el Eterno e Israel y todos los hombres, como está escrito en 1
Timoteo 2:5:
“Porque hay un solo Eloah, y
también un solo mediador entre Eloah y los hombres, Mesías Yeshúa hombre.”
En Juan 14:6 está escrito:
“Yeshúa le dice: Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”
En 1 Pedro 5:1-4 está escrito:
“Por tanto, a los ancianos
entre vosotros, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos
del Mesías, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: pastoread el rebaño de Eloah entre vosotros, velando por
él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Eloah; no por la
avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío
sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño.
Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona
inmarcesible de gloria.”
Novena palabra. 20:16 “No des falso testimonio contra tu prójimo.” – En primer lugar se refiere a no testificar falsamente contra
una persona en un tribunal, pero también implica no decir cosas contra el
prójimo a otras personas, y en general no mentir. Una de las formas más graves
de dar falso testimonio es cuando una persona dice algo en el nombre del Eterno
que él no ha hablado. Ese delito merece la pena capital, Deuteronomio 18:20. El
falso testimonio conduce a la destrucción de la sociedad. Causa que los
inocentes sean castigados por algo que no hicieron. También permite que se
comentan robos, asesinatos y opresiones para luego escapar del castigo. El que
testifica falsamente trae destrucción al mundo.
En
Proverbios 6:16-19 está escrito:
“Seis
cosas hay que odia el Eterno, y siete son abominación para El: ojos soberbios,
lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, un corazón que maquina
planes perversos, pies que corren rápidamente hacia el mal, un testigo falso
que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.”
El
chisme y la calumnia es uno de los males más dañinos y es capaz de matar una
persona, como está escrito en Levítico 19:16;
“No
andarás de calumniador entre tu pueblo; no harás nada contra la vida de tu
prójimo; yo soy el Eterno.”
En
Proverbios 10:18 está escrito:
“El que
oculta el odio tiene labios mentirosos, y el que esparce calumnia es un necio.”
Lucas 22.1
1
Faltaban dos días para que comenzara la fiesta de Pesaj y de Matzot. Y los
principales de los cohanim y de los soferim procuraban encontrar la manera de
prenderle por engaño para causar su muerte.
MATEO
27.62-65.
62
Y al día siguiente, que es la de Preparación para los panes sin levadura, los
principales cohanim y los perushim que se le habían unido, se reunieron ante
Pilato, 63 diciendo: Adón, recordamos que aquel impostor, estando aun vivo,
dijo: Después de tres días, estaré resucitado. 64 Manda, pues, que sea
asegurado el sepulcro hasta que pase el tercer día, no sea que, llegando sus
talmidim, lo hurten y digan al pueblo: Ha resucitado de entre los muertos. Y el
postrer error sea peor que el primero. 65 Pilato les dijo: Tenéis una guardia.
Id, aseguradlo como sabéis. Y les dio una guardia armada la que se asentó frente
al sepulcro, manteniéndose allí, día y noche.
NO CODICIARAS ES LA DECIMA PALABRA., EL QUE CODICIA
ES EGOISTA.
No desear lo ajeno , nada del prójimo. Éxodo 20..17.en la
restauración el pueblo del ETERNO am yisrael, será el pueblo guía del resto de
las naciones, y esta restauración ha comenzado y en nosotros los portadores
de la TORAH, esta el cumplimiento, para
que cada día, el retorno de las ovejas
perdidas sea inmediato, y de Shabat en Shabat y de fiestas de Sukot a fiestas
de Sukot, reverenciemos a Yeshua` ha mashiaj, bajo la autoridad y potestad del
ETERNO, PARA QUIEN ES TODO HONOR Y TODA GLORIA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS
AMEN.
¡Shabat shalom lehavev
queila!
Preparado por: YERMIYAHU BEN YISRAEL
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