viernes, 31 de enero de 2014

Parashá 19 Terumá

Parashá 19 Terumá
Éxodo 25:1 – 27:19
 Aliyás de la Torá:
  1. 25:1-16
  2. 25:17-30 (Sefardíes); 25:17-40 (Ashkenazíes)
  3. 25:31 – 26:14 (S); 26:1-14 (A)
  4. 26:15-30
  5. 26:31-37
  6. 27:1-8
  7. 27:9-19
Haftará: 1 Reyes 5:12 (26 heb.) – 6:13
Código Real (HaTsofen HaMaljutí): Lucas 15:1 – 18:14
Lecturas en el CR:

Terumá

Significa “ofrenda alzada”, “porción separada”.
Primera aliyá, 25:1-16

El Eterno pide que los hijos de Israel hagan una ofrenda para él, todos los que tienen un corazón motivado podrá dar oro, plata, cobre, lana, lino, pieles, madera, aceite, especias y piedras preciosas para poder construir una morada para el eterno. Tendrán que hacer un santuario según el modelo que el eterno muestre a Moshé. El arca será hecha de madera cubierta de oro, de dos codos y medio de longitud, un codo y medio de ancho y un codo y medio de altura. Tendrá una diadema de oro alrededor y cuatro anillos de oro en las cuatro esquinas. Dos varas de madera cubiertas de oro se pondrán en los anillos para poder transportarla. Dentro del arca se pondrá el Testimonio

Segunda aliyá, 25:17-30

El eterno entrega las dos tablas de piedra escritas por su dedo. Cuando Moshé se demora en bajar de la montaña, el pueblo se congrega alrededor de Aharón y le pide que haga dioses que vayan delante. Aharón les dice que entreguen los pendientes de oro de sus esposas y sus hijos. Del oro Aharón forma un becerro de fundición y pueblo dice: “estos son tus dioses, Israel, que te hicieron subir de la tierra de Mitsrayim”. Aharón edifica un altar y dice que el día siguiente habrá una fiesta para El Eterno. El pueblo se levanta muy temprano para sacrificar, comer y divertirse.
Moshé recibe la orden de bajar porque el pueblo se ha corrompido. Es un pueblo de dura cerviz. El Eterno dice a moshé que le deje destruirlos y de él hará una gran nación. Moshé suplica que no lo haga por causa de haberlos sacado con poder de mitsrayim y por causa de la mala lengua de los mitsríes y por causa del juramento que hizo a los patriarcas de multiplicarlos y darlos la tierra. El Eterno desiste del mal que ha pensado hacer. Moshé desciende de la montaña con las dos tablas del testimonio que han sido hechas por Eloha y están escritas en ambos lados con escritura grabada de Eloha. Yehoshúa oye el sonido del pueblo y piensa que hay batalla en el campamento. Moshé dice que es sonido de aflicción. Cuando ve el becerro y las danzas se enciende su ira y arroja las dos tablas al suelo y las quiebra. Luego toma el becerro y lo quema y lo hace polvo. El polvo es esparcido sobre las aguas que son dadas al pueblo para beber. Moshé reprende a Aharón y él echa la culpa al pueblo. Moshé ve que el pueblo se ha expuesto y se pone en el portal y dice: “¡Quien esté por Adonai, a mí!”. Se reúnen todos los hijos de Leví. Cada varón tendrá que matar con espada a sus compatriotas, y así caen 3000 personas. Por ese acto se consagran como sacerdotes para el eterno. El día siguiente Moshé dice al pueblo que ha cometido un gran pecado. Él va a ascender al eterno y procurar cubrir frente al pecado del pueblo. moshé retorna al eterno y confiesa el gran pecado y pide que sea perdonado. Si no perdona, moshé quiere ser borrado del libro. el que ha pecado será borrado del libro.

 Moshé recibe la orden de conducir al pueblo al lugar destinado. Un ángel irá delante. Llegará un día cuando el pecado será tomado en cuenta. El Eterno hiere al pueblo con una plaga. El ángel será enviado delante y serán expulsados seis pueblos de la tierra que mana leche y miel. El Eterno no quiere subir en medio del pueblo porque es de dura cerviz y podrá ser aniquilado en el camino.

El pueblo se entristece y deja de poner sus adornos. La tienda de la cita está colocada fuera del campamento. Todo el que quiera consultar con el Eterno tendrá que salir fuera del campamento e ir a la tienda. Cuando Moshé sale, todo el pueblo se levanta y se queda de pie a la puerta de su tienda mirando. Cuando Moshé entra en la tienda, la columna de nube desciende y se queda en la entrada. Él habla con Moshé cara a cara. El pueblo se levanta y se prosterna cuando ve la columna. Yehoshúa no se aparta de la tienda. 

Tercera aliyá, 25:31 – 26:14

  el candelabro se hará de oro puro, todo batido, con base, caña, cálices botones y flores. Tendrá seis brazos que saldrán de sus lados, tres en cada lado, con tres cálices, un botón y una flor en cada uno. Todo será de una pieza. Tendrá siete lámparas que serán encendidas por el Kohén hacia delante. Sus tenazas y paletas serán de oro puro. Todo será hecho de un talento de oro, según el modelo que le es mostrado a Moshé en la montaña. El techo del tabernáculo se hará de diez cortinas de lino trenzado, lana azul, lana púrpura y lana carmesí, con querubines de labor de diseñador. Cada cortina tendrá 28 codos de longitud y cuatro codos de anchura. Cinco cortinas serán unidas entre ellas y las otras cinco entre ellas. En cada uno de los bordes de los dos ensamblajes habrá que poner 50 lazadas de lana azul contrapuestas entre ellas. Se harán 50 ganchillos de oro para unir las cortinas entre ellas. Hay que hacer 11 cortinas de vellocino de cabra a modo de tienda sobre el tabernáculo. Cada cortina será de 30 codos de longitud y cuatro codos de ancho. Cinco cortinas serán unidas entre ellas y seis entre ellas. La sexta cortina será doblada hacia el frente de la tienda. Cincuenta lazadas serán puestas en el borde de cada primera cortina de los dos ensamblajes. Se harán 50 ganchillos de cobre que serán insertados en las lazadas para unir la tienda. Los sobrantes colgarán por los costados del tabernáculo para cubrirlo. Se hará una cobertura de pieles de carnero teñidas de rojo y una cobertura de tejashim por encima.

Cuarta aliyá, 26:15-30

Se harán maderos para el tabernáculo de acacia, de diez por un codo y medio. Cada madero tendrá dos espigas paralelas una con otra. En el lado sur habrá 20 maderos con 40 basas de plata. Lo mismo se hará para el lado norte. Para la parte posterior del tabernáculo, al oeste, habrá seis maderos y dos maderos en las esquinas, cada madero con sus dos basas. En las puntas serán acoplados entre ellos con anillos. Habrá cinco barras de madera para cada lado para unir los maderos, una de ellas pasará por en medio de los maderos de un extremo a otro. Los maderos y las barras tendrán que ser recubiertos de oro. El tabernáculo será levantado según al diseño que Moshé reciba en la montaña.

Quinta aliyá, 26:31-37
Hay que hacer un velo de lana azul, lana púrpura, lana carmesí y lino trenzado con querubines de labor de diseñador. Cuatro pilares de acacia cubiertos de oro puestos sobre cuatro basas de plata sujetarán el velo con cuatro ganchillos de oro. Dentro del velo, que separará entre el lugar santo y el lugar santísimo estará el arca. La cubierta se colocará sobre el arca. La mesa será colocada fuera del telón en el lado norte y el candelabro frente a la mesa, en el lugar sur. Se hará una pantalla para la entrada de la tienda, de lana azul, lana púrpura, lana carmesí y lino trenzado, de labor de recamador. La pantalla colgará sobre cinco ganchillos en cinco pilares de madera de acacia recubiertas de oro y con cinco basas de cobre.

Sexta aliyá, 27:1-8

Hay que hacer un altar de madera, hueco y recubierto de cobre, de cinco por cinco codos con una altura de tres codos. Cada esquina tendrá un cuerno. Se harán vasijas para deshollinarlo, badiles, escudillas, garfios y braseros, todos de cobre. Debajo de la cornisa, a la mitad del altar, hay que hacer un enrejado de cobre con cuatro anillos de cobre en las cuatro esquinas donde se colocarán las varas para transportarlo. Se hará conforme a lo que se le mostró a Moshé en la montaña. 

Séptima aliyá, 27:9-19

El atrio tendrá cortinas de lino trenzado de 100 codos en los lados sur y norte sujetadas con 20 pilares de cobre con veinte basas de cobre. Los ganchillos y cinturillas de los pilares serán de plata. El lado oeste del atrio tendrá cortinas de 50 codos, sujetadas con diez pilares sobre diez basas. El lado este será de 50 codos, con 15 codos de cortinas por uno y otro lado, sujetadas con tres pilares sobre tres basas. El portal del atrio tendrá una pantalla de 20 codos de lana azul, lana púrpura, lana carmesí y lino trenzado, de labor de recamador y sujetada por cuatro pilares sobre cuatro basas. Todos los pilares tendrán cinturillas de plata, ganchillos de plata y  basas de cobre. La altura del atrio será de cinco codos y todos sus utensilios serán de cobre.

COMENTARIOS DE LA PARASHA


25:8  “Y que hagan un santuario para mí, para que yo habite en ellos.” – en los capítulos anteriores hemos visto como se ha establecido un pacto matrimonial entre la Palabra del eterno e Israel. Después del primer paso, el desposorio, llega el tiempo de preparar una casa para el nuevo matrimonio. Es la razón por la cual ahora el Eterno pide una casa para poder vivir junto con su esposa. Esta casa es una sombra de una casa celestial que el Eterno ha preparado para ser revelada en los tiempos finales, cf. revelación 15:5; 21:3.

El texto hebreo no dice que el Eterno va a habitar “entre ellos” sino “en ellos”, “betojam”. Lo más lógico hubiera sido decir: “y yo residiré en él”, pero aquí está diciendo que va a morar dentro del pueblo de Israel y por eso tendrán que hacerle un santuario. El verdadero lugar de la morada es el corazón de cada uno del pueblo de Israel que ha entregado su corazón al Eterno. Esto nos enseña que la Presencia divina residía en el Mishkán, la morada, el tabernáculo, por causa de los israelitas. Ellos eran el verdadero “santuario” de la presencia divina.

25:9  “conforme a todo lo que te voy a mostrar, conforme al diseño del tabernáculo y al diseño de todo su mobiliario, así lo haréis.” – el tabernáculo del desierto es una figura de varias cosas. Se puede entender como un reflejo del mismo universo. Hay varias palabras idénticas en este re- lato que nos conectan con el relato de la creación. Moshé tuvo que estar durante seis días en la nube antes de ser llamado desde el interior en el séptimo día, lo cual conecta esta obra con la creación que fue hecha durante seis días, cf. Éxodo 24:16. A parte del universo podemos comparar el Mishkán, tabernáculo, con cuatro otras cosas:

•       Un santuario celestial, cf. Hebreos 8:2; 9:11-24.
•       El cuerpo del Mesías, Juan 1:14; 2:18-22.
•       El cuerpo del creyente, 1 Corintios 6:19.
•     La Kehilá, congregación, del Mesías, 1 Pedro 2:4-10; 1 corintios 3:16-17; 2 corintios 6:16.
En todos estos está morando la presencia del Eterno de manera más o menos poderosa.

25:10 “Harán también un arca de madera de acacia; su longitud será de dos codos y medio, su anchura de un codo y medio, y su altura de un codo y medio.” El arca es el objeto más íntimo del mishkán. El Eterno siempre empieza su obra desde dentro para fuera. El hombre mira desde fuera hacia dentro, pero El Eterno mira desde dentro hacia fuera, como está escrito en 1 Samuel 16:7:

“Pero el Eterno dijo a Shmuel: no mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Elohim ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Eterno mira el corazón.”

Cuando El Eterno trata con un hombre, lo hace desde dentro hacia fuera. El problema de muchos es que intentan quitarse los malos frutos, las malas obras de su vida, pero no tratan con la raíz que es la causa que produce esos malos frutos. Podemos estar toda la vida intentando mejorar nuestras acciones y nuestras palabras pero no vamos a tener éxito al menos que vayamos al corazón, que es la causa de todas las malas obras, como está escrito en marcos 7:21-22:

“Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre.”

Cuando hay conflictos hay que ir a la causa, a la raíz, y no intentar de cambiar las consecuencias. No trates de cambiar las consecuencias, sino las causas que producen esas consecuencias, y verás cambios sustanciales.

El espíritu de la profecía es el que está dando testimonio en nuestro interior, en lo más profundo de nuestro corazón, no en nuestra mente. Ese espíritu está dando testimonio de Yeshúa, está revelando los secretos del mesías en las escrituras. Si uno es sensible al testimonio de Yeshúa que hay en su espíritu va a encontrar muchos secretos en la Torá.

Tercera aliyá, 25:31 – 26:14

25:31 “Harás además un candelabro de oro puro. El candelabro, su base y su caña han de hacerse labrados a martillo; sus cálices, sus botones y sus flores serán hechos de él.” – el candelabro, en hebreo “menorá”, simboliza la Torá y el espíritu. La Torá, porque está escrito en el Salmo 119:105:
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.” 

Y en Proverbios 6:23 está escrito:
“Porque el mandamiento es lámpara, y la instrucción luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción”

El espíritu, porque está escrito en Isaías 11:2:
“Y reposará sobre él el espíritu de el Eterno, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Adonai.”

Y en revelación 1:4; 3:1; 4:5; 5:6 está escrito:
“Juan, a las siete congregaciones que están en Asia: Gracia a vosotros y paz, de aquel que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono... Y escribe al ángel de la congregación en Sardis: “el que tiene los siete espíritus de Elohim y las siete estrellas, dice esto: ‘Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero estás muerto... del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete espíritus de Elohim... miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Elohim enviados por toda la tierra.”

en Filipenses 2:1-4:
“Por tanto, si hay algún estímulo en el mesías, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del espíritu, si algún afecto y compasión, haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.”

en Colosenses 3:12-15 está escrito:
“entonces, como escogidos de Elohim, santos y ama- dos, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como el mesías os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. Y que la paz del mesías reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.”

En 1 Pedro 2:5 está escrito:
“también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Elohim por medio de Yeshúa el mesías.”

Exodo 25. 8 , Me harán un santuario y habitare en medio de ellos.

Pero es el propio hombre que debe ofrecerse Al Eterno como residencia, El Texto no dice: Yo quiero residir (Betojo) en el (santuario) sino en medio de ellos (Betojam) es decir en medio de los hombres, en su corazón y en su espíritu. Eloha  le pide a cada uno de construirle un santuario en la intimidad de su corazón, de prepararse, de ser un tabernáculo para Eloha  y una morada para recibir su esplendor. De erigir un altar para elevar desde allí su alma  Al Eterno y estar listo a sacrificarla a Él en todo momento.

25: 23 También harás una mesa de madera... la mesa representa de una manera general el lugar donde se comen los alimentos y por ese hecho es el símbolo de la alimentación humana y del bienestar material.
La mesa dispuesta en el santuario ante Eloha concreta entonces la idea de la santificación de nuestra existencia física y material  llama al hombre a santificar su propia mesa donde se reúnen los suyos en su hogar familiar.

El alimento que se ingiere allí es la primera  condición de la subsistencia y por ende  del servicio al Eterno. Asimismo la elevación de la mesa familiar al grado de santidad ocupa un lugar privilegiado entre los objetos sagrados del santuario.
Esta significación está basada en primer lugar en las leyes llamadas rituales que reglamentan la alimentación, por otra parte crean un ambiente de pureza serena que envuelve y ennoblece el instinto de alimentarse.
Por cada gota de agua que bebe, por cada pedazo de pan que come, por cada flor que huele el hombre judío debe acordarse del Eterno y dirigirle una ferviente acción de gracias. Y la mujer que se dedica a los cuidados de la casa encuentra a cada paso y en cada trabajo un mandamiento religioso.
Es así como las leyes rituales constituyen la vida sacerdotal y dan a nuestro hogar un olor de santidad.

El padre de familia debe tener en cuenta las (dibre Torah) palabras de la Torah, en la mesa pues estas constituyen un carácter de santidad.  Estas conversaciones sobre la Tora  elevan el espíritu y el corazón por encima de los propósitos fútiles y vulgares que envilecen nuestra alma, llevándolos al nivel de pureza y de santidad.

El otro elemento es la hospitalidad otorgada a los pobres y a los desvalidos en la mesa familiar, son precisamente estos factores que la elevan al rango de un altar.

Como decía Rabi Johannan en la época del santuario: era el altar el que traía al hombre su expiación y después fue la mesa familiar, su valor expiatorio no descansa solamente sobre las obras de caridad que allí se realizan sino también sobre el nivel de pureza y de espiritualidad que ello nos permite adquirir. Esto trae mucha bendición, al hogar primeramente y a nuestra vida.


¡SHABAT SHALOM!

Preparado por: Shimón ben Yosef



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