Parashá 43 Masei
Números 33:1 – 36:13
Para ser leída y estudiada el 28 de
Tammuz de 5.774 – Julio 26 de 2.014
Aliyás de la Torá (cuando Masei es
leída por separado):
1. 33:1-10
2. 33:11-49
3. 33:50 – 34:15
4. 34:16-29
5. 35:1-8
6. 35:9-34
7. 36:1-13
Haftará: Jeremías 2:4-2:28; 4:1-2
Los Escritos Mesiánicos: Juan
20:1-21:25;
Masei
Masei es la forma plural posesiva de
masá que significa “salida”, “punto de partida”,
“viaje”, “marcha”, “estación”.
Implica no sólo los lugares donde acamparon los hijos de
Israel, o también las jornadas que se hicieron entre
esos lugares.
RESUMEN DE LA PARASHÁ
MASÉI: Con
esta seccion finaliza Bamidbar/Numeros, cuarto libro de la Torah. Se
enumeran los cuarenta y dos emplazamientos en donde acamparon los hijos de
Israel durante los cuarenta años de travesía, desde la salida de mizrayim/
Egipto hasta su llegada a la Tierra Prometida. El Eterno les ordena eliminar
todo tipo de idolatria de la tierra de Canaan luego de su conquista. Se les
advierte que si no dejan a la tierra completamente libre de cananeos, los que
queden seran como espinas en los ojos, y aguijones en los costados. La Torah
establece claramente los limites de la tierra de Israel, en razon de aquellos
preceptos que son obligatorios solo dentro de ella (Rashi), incluyendo las
tierras del este del Iarden (rio Jordan). Se otorgan a los levitas la
posesion de cuarenta y ocho ciudades a ambos lados del Iarden, pues ellos no
tienen parte en la adjudicacion de territorio como las demas tribus. Estas
ciudades tambien serviran de refugio para aquellos que mataran a alguien en
forma accidental y sin intencion. Diez dirigentes, junto con Yehoshua Bin Nun y
Eleazar, el Sumo Sacerdote, son responsables de la justa distribucion de la
tierra. Las hijas de Tzelofejad contraen matrimonio con integrantes de su
propia tribu y familia (sus primos), manteniendo su heredad para la tribu de
Menashe.
Comentarios Parasha Masei
Se establecen las ciudades de refugio para los
homicidas sin intención. Se aclara que las seis ciudades de refugio son para
los homicidas sin culpa y no para los asesinos, pues estos últimos deben morir.
Se establece la normatividad para la condición de asesino. La sentencia de
muerte es mediante un juicio y no es suficiente un solo testigo. No se puede
contaminar la tierra con sangre, por la expiación se hará con la sangre de
quien la derramó. No se debe profanar la tierra de Israel pues en ella habita
el Eterno.
Moshe acepta la promesa de los hijos
de Reuben y Gad. La tierra seria de ellos si subiesen con sus hermanos a
Jordán, si no habrán pecado en contra del Eterno. Los hijos de Reuben y Gad
construyen plazas fuertes para sus ganados e hijos en Galaad.
Con esto se desprende la enseñanza de
que, no porque ya tengo lo propio puedo olvidarme de mis hermanos. La
solidaridad debe ser una constante entre los miembros del pueblo del Eterno. Y
mas con los de la misma familia; es por esto que debemos ayudarnos unos a otros
sin esperar nada a cambio y con todo nuestro corazón.
Aqui recuerdo mucho la frase que
repetía mi abuelita: “HAZ EL BIEN Y NO MIRES A QUIEN” Esta porción de la Escritura deja muy
claramente establecido que la lucha es de todos y para todos y que hasta que
todos hayan obtenido lo que les corresponde, debemos estar firmes a su lado,
así ya tengamos lo propio. El compromiso es colectivo entre los Israelitas y
hoy con mas razón entre los que nos decimos Israelitas Mesianicos del pacto
renovado. Cabe recordar las palabras de nuestro Rabi Yeshúa en Juan 17:22 Y yo la gloria que me has dado, he dado a
ellos, para que sean uno; así como nosotros, somos uno. 23 yo en ellos,
y tú en mí, para que sean consumados en uno; para que conozca el mundo que tú
me has enviado, y amándolos a ellos, así como a mí me has amado.
Hermanos; Para que el mundo nos
identifique como miembros del cuerpo de Mashiah, es indispensable que pensemos,
actuemos y vivamos como un solo pueblo, en procura del bienestar de todos. Eso
es una verdadera comunidad (unidad en común).
Es nuestra obligación buscar medios
de bienestar colectivo para ayudar a nuestra comunidad (Kehilá). Lo que hemos
venido hablando en estos últimos shabat. Ya es el tiempo de dar frutos y el
tiempo para demostrar que podemos amar incondicionalmente. Organicemos las
funciones para cada miembro del cuerpo del Mesias y manos a la obra…… hagamos
obra…. Vivíamos la Torah con Obras llenas de amor.
Amen.
______________________________________________________________________
33:2
“Y Moshé anotó los puntos de partida según sus jornadas, por el mandamiento de
YHVH, y estas son sus jornadas, conforme a sus puntos de partida.” – Moshé
anotó los 42 (7x6) viajes que los hijos de Israel hicieron en la estepa. Hay
varios propósitos por los cuales estos lugares fueron escritos:
1.
Fueron escritos para mostrar a la posteridad que la salida de Mitsrayim de
millones de personas no es un cuento. Hay datos específicos de lugares y
sucesos, que muestran que realmente estuvieron allí. La mayoría de los
desiertos descritos en este relato eran completamente inhabitables porque allí
no había ni agua ni vida vegetal. Una gran población de hombres, mujeres y
niños jamás hubieran podido sobrevivir de manera natural. Sólo la intervención
divina podía sostenerlos en aquellos lugares inhabitables.
2.
Fueron escritos para dar a conocer la bondad del Eterno en medio de una
sentencia de tener que dar vueltas durante 40 años en la estepa. En 40 años
sólo hubo 42 viajes. Así que no estuvieron vagando de un lado para otro todo el
tiempo, sino que en varios lugares se quedaron acampados durante mucho tiempo.
Rashí
menciona que sólo hubo 20 viajes en 38 años, porque se hicieron 14 viajes
durante el primer año, y ocho viajes después de la muerte de Aharón en el
cuadragésimo año. Además estuvieron en Kadesh durante 19 años. Durante el resto
del tiempo estuvieron en 19 campamentos durante 19 años, que corresponde a un
promedio de un viaje por año.
3.
Fueron escritos para que los hijos de Israel supieran que sus peregrinajes
fueron dictados por un plan espiritual definido.
4.
Fueron escritos para revelar que en el destino final del viaje número 33 hay un
secreto mesiánico.
33:3
“El mes primero partieron de Ramsés el día quince del mes primero; el día
después de Pesaj, los hijos de Israel marcharon con mano poderosa a la vista de
todos los mitsríes.” – El 15 de Aviv/Nisán empezaron su viaje. Está escrito que
fue el día después de Pesaj. Esto nos enseña que la salida de Mitsrayim fue en
la madrugada del día 15 del primer mes, cf. Deuteronomio 16:1.
La palabra Pesaj hace referencia
al sacrificio del cordero que fue hecho durante la tarde anterior, es decir, el
14 de Aviv (Nisan) alrededor de la hora 9 o 15 horas (3 PM) .
Hoy en día, en Israel, el 15 de
Nisán es llamado el primer día de Pesaj, pero la Torá ubica Pesaj en el día 14
de Nisán, en relación con el sacrificio del cordero.
33:6
“Partieron de Sukot y acamparon en Etam, que está en el extremo del desierto.”
– Sukot es la primera parada después de la salida de Ramsés. Esto nos enseña
que va a haber una celebración de Sukot justamente después de la segunda venida
del Mesías cuando todos los hijos de Israel que son de Yeshúa van a ser sacados
de las naciones y trasladados en el aire a la Tierra de Israel (lo que afuera
llaman rapto). Sukot será la celebración de las bodas del Cordero
inmediatamente después del segundo éxodo, que es la redención final.
33:13
“Partieron de Dofká y acamparon en Alush.” – En Alush recibimos el maná por
primera vez.
33:14
“Partieron de Alush y acamparon en Refidim; allí fue donde el pueblo no tuvo
agua para beber.” – En Refidim fuimos atacados por Amalek.
33:15
“Partieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinái.” – En Sinái entramos
en el pacto con El Eterno y recibimos la Toráh.
33:16
“Partieron del desierto de Sinái y acamparon en Kivrot-HaTaavá.” –
Kivrot-HaTaavá significa “tumbas de la codicia”, porque allí sepultaron a los
que habían sido codiciosos, cf. Números 11:34.
33:18
“Partieron de Jatserot y acamparon en Ritmá.” – Desde Ritmá fueron enviados los
doce espías o exploradores.
33:22
“Partieron de Risá y acamparon en Kehelata.” – En Kehelata se rebeló el grupo
de Kóraj.
33:36
“Partieron de Etsión-Guever y acamparon en el desierto de Tsin, esto es,
Kadesh.” – Se quedaron 19 años en el desierto de Tsin, que es Kadesh. Allí
murió Miryam. Kadesh significa “santificado”. Según el Targúm Yonatán, el
Nombre del Eterno fue santificado aquí cuando Él decretó que Moshé y Aharón no
podían entrar en la Tierra.
33:37-39
“Partieron de Kadesh y acamparon en el monte Hor, al extremo de la tierra de
Edom. Entonces el sacerdote Aharón subió al monte Hor por mandato de Elohim, y
allí murió, el año cuarenta después que los hijos de Israel habían salido de la
tierra de Mitsrayim, el primer día del mes quinto. Aharón tenía ciento
veintitrés años de edad cuando murió en el monte Hor.” – El monte Hor está
situado al lado oriental del valle de Arabá. Es la montaña de piedra areniza
más alta de Edom, al lado oriental de la vieja ciudad de Petra. Hor significa
“montaña”. Hay un lugar que tradicionalmente es reconocido como la tumba de
Aharón, en un monte en el sur de Jordania, cerca de Petra.
33:42
“Partieron de Tsalmoná y acamparon en Punón.” – En Punón, los hijos de Israel
se quejaron por el maná y por eso vinieron las culebras.
33:52
“expulsaréis a todos los habitantes de la tierra delante de vosotros, y
destruiréis todas sus piedras grabadas, y destruiréis todas sus imágenes
fundidas, y demoleréis todos sus lugares altos” – Según Rashí, la palabra hebrea
que ha sido traducida como “piedras grabadas”, “mashkiotam”, alude a los
templos paganos, que normalmente tenían el suelo cubierto con piedras de
mármol, donde adoraban extendiendo las manos y los pies. El Targum traduce esta
palabra como “sus templos”.
Este
texto nos enseña que el Eterno quiere que haya una sola devoción/Religion en la
tierra de Israel. Toda influencia pagana está prohibida. Esto implica hoy en
día que la Torá prohíbe que haya iglesias católicas en la tierra de Israel. El
Eterno prohíbe que haya mezquitas en su Tierra. El templo Bahai que está en
Haifa, está prohibido por la Torá. Toda imagen de Buda, de los santos, de todo
dios pagano y de todo objeto de culto de otras religiones fuera del judaísmo,
está prohibida por la Torá en la tierra de Israel. Elohim ordena eliminar todas
estas cosas, pero hoy en día la tierra de Israel está llena de idolatría.
Muchos judíos, musulmanes y cristianos están incluso ganando mucho dinero por
medio de los turistas que vienen a visitar las iglesias, las mezquitas y los
museos que están llenos de objetos de culto pagano. Está prohibido, no
solamente tener templos de otras religiones u objetos de su culto, sino también
sacar beneficio económico de la idolatría. Según la Torá, todos los lugares de
culto y objetos de culto que no están dedicados al único y verdadero Eloah, el
Eloah de Israel, tienen que ser eliminados de la Tierra. Todas las imágenes
fundidas tienen que ser eliminadas. Si el pueblo judío no lo hace antes, cuando
venga el Mesías por segunda vez, la tierra será purificada de toda religión
pagana. Entonces no habrá ni Cristianismo ni Islam en la tierra de Israel ni en
el resto del mundo, sólo el Judaísmo bíblico.
En
Ezequiel 28:24-26 está escrito:
“Y no habrá más zarza punzante ni espina dolorosa para la casa de Israel de
ninguno de los que la rodean y la desprecian; y sabrán que yo soy Adoany
vuestro Elohim. Así dice el Eterno: Cuando yo recoja a la casa de Israel de los
pueblos donde está dispersa, y manifieste en ellos mi santidad a los ojos de
las naciones, entonces habitarán en su tierra que di a mi siervo Yaakov.
Y
habitarán en ella seguros; edificarán casas, plantarán viñas, y habitarán
seguros, cuando yo haga juicios sobre todos los que a su alrededor la
desprecian. Y sabrán que yo soy el Eterno su Eloah.”
Así
que, cuando el shaliaj Shaúl habla de que tenía un aguijón en la carne, que le
impedía extenderse, se está refiriendo a las persecuciones de los incrédulos,
que tuvo que sufrir, como está escrito en 2 Corintios 12:7-10:
“Y
dada la extraordinaria grandeza de las revelaciones, por esta razón, para
impedir que me exaltase desmedidamente, me fue dada una espina en la carne, un
mensajero de hasatán que me abofetee, para que no me enaltezca. Acerca de esto,
tres veces he rogado al Señor para que lo quitara de mí. Y Él me ha dicho: Te
basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy
gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder del
Mesías more en mí. Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en
privaciones, en persecuciones y en angustias por amor al Mesías; porque cuando
soy débil, entonces soy fuerte.”
34:2
“Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando entréis en la tierra de Kenáan,
esta es la tierra que os tocará como herencia, la tierra de Kenáan según sus
fronteras.” – La frontera de Israel fue bien definida por una orden divina. De
esta manera nadie puede decir que Israel ha robado de las naciones su terreno. Elohim,
que es el dueño de cielos y tierra, tiene el derecho de dar las tierras a quién
desee. La entrega de la tierra de Kenáan a los hijos de Israel fue
jurídicamente justa. El Eterno no puede hurtar o cometer injusticia, como está
escrito en el Salmo 145:17:
“Justo es Elohim en todos sus caminos, y
bondadoso en todos sus hechos.”
Aquí
no se trataba de un robo de la tierra de otros, porque esa tierra es del Eterno
y él había prometido bajo juramento que la iba a dar a Avraham, Yitsjak, Yaakov
y sus descendientes para siempre. Cuando la medida del pecado de los hijos de
Kenáan había llegado al límite perdieron el derecho de vivir, como está escrito
en Génesis 15:16:
“Y
en la cuarta generación ellos regresarán acá, porque hasta entonces no habrá
llegado a su colmo la iniquidad de los amorreos.”
Si
los hijos de Kenáan habían llegado al colmo de su iniquidad, ¿cómo entonces
podrían tener el derecho de heredar la tierra de El Eterno donde sólo los
justos tienen el derecho de vivir? La destrucción de Sedom y Amorá es un
ejemplo delante del mundo entero de que los pecadores no tienen el derecho de
vivir en la tierra de como también está
escrito en Mateo 5:5:
“Dichosos
los humildes, pues ellos heredarán la tierra.”
Según
Filipenses 2:8 la humildad consiste en hacer la voluntad del Padre, como está
escrito:
“Y
estando en esa condición de hombre, se humilló, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte (por colgamiento) en un árbol.”
Así
que la humildad consiste en ser obediente. ¿Obediente a qué? A la Instrucción
del Eterno, la Torá. Entonces, según la enseñanza del Mesías, sólo los
humildes, los que obedecen la Torá, tienen el derecho de vivir en la tierra de
Israel y sólo los que obedecen la Torá serán los que tendrán el derecho de
vivir en la tierra de Israel durante el reino mesiánico. Los hijos de Israel
fueron expulsados de la tierra en varias ocasiones en la historia por causa de
no haber obedecido la Torá. Así que los únicos que tienen el derecho divino de
habitar la tierra de Israel son los que cumplen la Torá de El Eterno.
En
Éxodo 23:31-33 está escrito:
“Y
fijaré tus límites desde el mar de Cañas hasta el mar de los filisteos, y desde
el desierto hasta el río (Eufrates); porque en tus manos entregaré a los
habitantes de esa tierra, y tú los echarás de delante de ti. No harás pacto con
ellos ni con sus dioses. Ellos no habitarán en tu tierra, no sea que te hagan
pecar contra mí; porque si sirves a sus dioses, ciertamente esto será
tropezadero para ti.”
Según
la Torá, el que sirve a otros dioses no tiene el derecho de vivir en la tierra
de Israel. El que sirve a Alá no tiene el derecho de vivir en la Tierra, ni el
que practica el politeísmo católico.
En
el Salmo 25:12-13 está escrito:
“¿Quién
es el hombre que teme a Elohim? Él le instruirá en el camino que debe escoger.
En prosperidad habitará su alma, y su descendencia poseerá la tierra.”
En
el Salmo 37:22, 29 está escrito:
“Porque
los que son bendecidos por Elohim poseerán la tierra, pero los maldecidos por
Él serán exterminados... Los justos poseerán la tierra, y para siempre morarán
en ella.”
Los
que quebrantan los mandamientos puestos por el Eloha de Israel son maldecidos
por Él y pierden el derecho de la tierra, cf. Levítico 26 y Deuteronomio 28.
En
el Salmo 69:35-36 está escrito:
“Porque Eloah salvará a Tsión y edificará las ciudades de Yehudá, para que
ellos moren allí y la posean. Y la descendencia de sus siervos la heredará, y
los que aman su nombre morarán en ella.”
Los
hijos de Israel actuaron bajo un mandato divino en la conquista de la tierra
exterminando aquellas naciones. Todas ellas tenían la misma posibilidad que la
ramera Rajav en Yerijó para convertirse de sus pecados y entregarse al Eloah de
Israel, pero se obstinaron en seguir pecando y resistiendo al Altísimo. Por lo
tanto perdieron el derecho de la Tierra de Elohim. Esa tierra ha sido escogida
por el Eterno de una manera especial y la llama Suya, como está escrito en
Jeremías 2:7:
“Yo
os traje a una tierra fértil, para que comierais de su fruto y de sus delicias;
pero vinisteis y contaminasteis mi tierra, y de mi heredad
hicisteis abominación.”
En
Deuteronomio 11:12 está escrito:
“Es
una tierra que El Etero tu Eloah cuida; los ojos de Adonay Eloah están siempre
sobre ella, desde el principio hasta el fin del año.”
En
Jeremías 16:18 está escrito:
“Pero
primero, pagaré al doble su iniquidad y su pecado, porque ellos han contaminado
mi tierra con los cadáveres de sus ídolos abominables y han llenado mi
heredad con sus abominaciones.”
En
Ezequiel 36:5 está escrito:
“por eso, así dice Adonay, - Elohim:
'Ciertamente en el fuego de mi celo he hablado contra las demás naciones y
contra todo Edom, que se han apropiado para sí de mi tierra como
posesión, con alegría, de todo corazón y con desprecio de alma, para dejarla
como presa.'”
En
Joel 2:18 está escrito:
“Entonces
Elohim se llenará de celo por su tierra, y tendrá piedad de su pueblo.”
En
Joel 3:1-2 está escrito:
“Porque he aquí que en aquellos días y en aquel tiempo, cuando yo restaure el
bienestar de Yehudá e Yerushalayim, reuniré a todas las naciones, y las haré
bajar al valle de Yehoshafat. Y allí entraré en juicio con ellas a favor de mi
pueblo y mi heredad, Israel, a quien ellas esparcieron entre las
naciones, y repartieron mi tierra.”
Este
texto enseña que el juicio de El Eterno va a caer sobre todas las naciones que
han repartido Su tierra.
34:12b
“Esta será vuestra tierra, según sus fronteras alrededor.” – Otra de las
razones por las cuales la Torá define bien dónde están las fronteras de la
tierra es para que se sepa en qué área se aplican los mandamientos de la Torá
que sólo se pueden cumplir en la Tierra de Israel.
Desde
el principio de la creación Elohim ha puesto límites que hacen la diferencia
entre una cosa y otra. Ya en el huerto del Edén había límites entre diferentes
países. Además Elohim puso un límite entre lo que estaba permitido comer y lo
que estaba prohibido comer. Estos límites existían antes de que el pecado
entrara en el mundo. Esto nos enseña que no es el pecado que ha causado que la
Torá trace límites entre una cosa y otra. El trazo de los límites es parte de
la misma creación. Incluso en el tabernáculo en el cielo hay diferentes
habitaciones y niveles con límites entre ellos. Toda cosa creada necesita
límites en los cuales existir y funcionar, como está escrito en Hechos 17:26:
“y
de uno hizo todas las naciones del mundo para que habitaran sobre toda la faz
de la tierra, habiendo determinado sus tiempos señalados y los límites de su
habitación”
La
esencia del pecado es traspasar o cambiar los límites, cf. 1 Juan 3:4.
Entonces
el Mesías no vino para quitar los límites, ni cambiar los límites, sino para
ayudar al hombre a respetar y funcionar dentro de los límites que están
marcados por Elohim en la Torá. El que predica a un Mesías que vino para
cambiar o quitar los límites que han sido marcados por el Eterno, está
presentando un falso mesías. La esencia del espíritu del anti-mesías es que
cambie los límites puestos por Elohim en la Torá, como está escrito en Daniel
7:25-26:
“Y
él proferirá palabras contra el Altísimo y afligirá a los santos del Altísimo,
e intentará cambiar los tiempos y la ley; y le serán entregados en sus
manos por un tiempo, por tiempos y por medio tiempo. Pero el tribunal se
sentará (para juzgar), y su dominio le será quitado, aniquilado y
destruido para siempre.”
En
2 Tesalonicenses 2:3-4, 7-8 está escrito:
“Que nadie os engañe en ninguna manera, porque (no vendrá) sin que
primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de
perdición, el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es
objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Eloah, presentándose
como si fuera Eloah... Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción,
sólo que aquel que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado
de en medio. Y entonces será revelado ese inicuo, a quien el Señor matará con
el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.”
La
palabra griega que ha sido traducida como “iniquidad” es “anomía” que significa
“alegalidad” o “sin ley”. La palabra griega que ha sido traducida como “inícuo”
es “anomos” que significa “alegal”, “uno que no se sujeta a la Torá”. Aquí se
habla del hombre de pecado, el a-legal, y el misterio de la a-legalidad. Este
es el espíritu del anti-mesías, que resiste la ley del Eterno e intenta
cambarlo y eliminarlo y sus límites. El hombre a-legal es un hombre totalmente
carnal, como está escrito en Romanos 8:7-8:
“la mente carnal es enemiga de Eloah, porque no se sujeta a la ley de Eloah,
pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a
Eloah.”
Lo
que va a caracterizar la última generación antes de la segunda venida del
Mesías es que no sabrá dónde están los límites. No sabrán la diferencia entre
hombre y mujer, entre jóvenes y mayores, entre lo bueno y lo malo, entre lo
justo y lo injusto, entre la luz y las tinieblas, entre la verdad y la mentira
o entre lo permitido y lo prohibido. El Eterno ha marcado en la Torá dónde están
los límites, pero el hombre perverso lo tuerce todo. El hombre perverso enseña
que su Cristo vino para quitar la ley o para cambiar los límites marcados por
la ley disque de Moshé. El fin de ese
hombre perverso es la muerte.
La
parashá de esta semana nos enseña que El Eterno pone límites muy bien definidos
para Israel y las naciones. Dichoso el hombre que respeta esos límites.
34:15 “Las
dos tribus y la media tribu han recibido su posesión al otro lado del Yardén,
frente a Yerijó, al oriente, hacia la salida del sol.” – La expresión “al otro
lado del Yardén” se encuentra en muchos lugares de las Escrituras, cf. Números
22:1; 35:14; Deuteronomio 1:1, 5; 3:8, 20; 4:41, 47, 49; Josué 1:14, 15 etc.,
casi siempre refiriéndose a la parte oriental, este, del río, donde obtuvieron
su territorio las dos tribus y media. Es interesante ver que, aunque Moshé no
estaba ubicado al oeste del río, en la tierra de Kenáan propiamente dicha, al
usar esta expresión, es como si la Torá viniese desde allí. Cuando El Eterno m
ismo redactó este texto a Moshé, los hijos de Israel todavía no habían pasado
el río Yardén, y aun así se habla de la tierra que esta “al otro lado del
Yardén”. Allí estaba Moshé junto con el pueblo. Esto nos enseña que la Torá
sale de la tierra de Israel, y más específicamente desde Tsión, como está
escrito en Isaías 2:3b:
“Porque de Tsión saldrá la Torá, y de Yerushalayim la palabra de Adonay.”
En
Amós 1:2 está escrito:
“Y dijo: Elohim ruge desde Tsión, y desde Yerushalayim da su voz; los pastizales
de los pastores están de duelo, y se seca la cumbre del Karmel.”
Está
escrito en texto hebreo de Ezequiel 5:5 y 38:12 que Yerushalayim es el ombligo
del mundo, es decir, el centro de la tierra.
35:7
“Todas las ciudades que daréis a los levitas serán cuarenta y ocho ciudades,
junto con sus tierras de pasto.” – Los levitas recibieron 48 ciudades en todo
el territorio de Israel. Seis de ellas servirían como ciudades de refugio.
Alrededor de cada ciudad tenían un terreno de dos mil codos en cada dirección. En
el versículo 4 se habla de mil codos y en el versículo 5 se habla de dos mil
codos. El Talmud resuelve esta aparente contradicción diciendo que los primeros
mil codos fueron dejados como espacio abierto y los otros mil codos servían
para campos y viñas.
35:11
“escogeréis para vosotros ciudades para que sean vuestras ciudades de refugio,
a fin de que pueda huir allí el homicida que haya matado a alguna persona sin
intención.” – Si una persona mataba a alguien por accidente tenía la
posibilidad de huir a una de las seis ciudades de refugio, en hebreo “arei
miklat”. Cuando alguien había matado a otro, uno de los familiares más cercanos
al muerto tenía la autoridad de ser el “vengador de la sangre” del muerto, en
hebreo “goel hadam” “redentor de la sangre”, para ejecutar la venganza de Elohim
y derramar la sangre de aquel que había matado a su familiar, conforme a
Génesis 9:6 donde está escrito:
“El
que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a
imagen de Eloah hizo Él al hombre.”
35:25
“Y la congregación librará al homicida de la mano del vengador de sangre, y la
congregación lo restaurará a la ciudad de refugio a la cual huyó; y vivirá en
ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fue ungido con óleo santo.” – Aquí
la palabra “congregación” se refiere al corte de justicia, el Beit Din. El
Talmud enseña que en el caso de que el que había
muerto no tuviera ningún familiar que pudiera ser el “goel hadam”, el Beit Din
tenía la responsabilidad para proveer con uno. Este goel tenía la autoridad
para matar al asesino en todo lugar donde lo encontrara. Pero si el tribunal
juzgaba que el homicida había matado sin intención, el goel tenía prohibido
vengarle dentro del área de la ciudad de refugio. El que había huido a una
ciudad de refugio tendría que estar fuera de su propia casa durante todo el
tiempo en que permanecía con vida el Sumo Sacerdote que estaba en funciones
cuando sucedió el accidente. Incluso el que ha matado a otra persona por medio
de un accidente tiene que sufrir un tipo de castigo de cárcel. Esto nos enseña
cuánto Elohim valora una vida humana. No obstante, este tipo de cárcel fue un
lugar de santidad donde vivían los levitas, que dedicaban la mayor parte del
tiempo al estudio de la Torá. Pero en el momento de la muerte del Sumo
Sacerdote, la persona quedaba libre para volver a su propia casa y su propio
terreno y el vengador de la sangre perdió su derecho de ejecutarle.
36:6
“Esto es lo que El Eterno ha ordenado tocante a las hijas de Tselofjad,
diciendo: "Cásense con el que bien les parezca; pero deben casarse dentro
de la familia de la tribu de su padre."” – La herencia de los terrenos en
Israel se daba en primer lugar a los hijos varones. Cuando una hija se casaba
podía gozar de un terreno y una casa en la tribu de su esposo. Sin embargo, en
este caso algunas hijas de Israel recibieron un terreno de su padre, por no
tener hermanos. Ellas tenían que casarse dentro de su propia tribu para que su
terreno no pasara a la posesión de otras tribus.
“Cásense
con el que bien les parezca” – Esto nos enseña que Elohim no ha destinado una
sola persona con la cual se puede casar. En la Torá no existe el concepto de
“encontrar la media naranja”. Adonay da libertad para que uno pueda casarse con
la pareja que bien le parezca con tal que sea dentro de la tribu de uno. El
mismo pensamiento se encuentra en 1 Corintios 7:39:
Un
israelita, por nacimiento o por adopción mesiánica, no tiene el derecho de
casarse con uno que no es israelita, ni con un israelita que no cree en Yeshúa,
como está escrito en 2 Corintios 6:14-18:
“No
estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos (que no creen en Yeshúa),
pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz
con las tinieblas? ¿O qué armonía tiene el Mesías con Belial? ¿O qué tiene en
común un creyente con un incrédulo? ¿O qué acuerdo tiene el templo de Eloah con
los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Eloah vivo, como Eloah dijo:
HABITARÉ EN ELLOS, Y ANDARÉ ENTRE ELLOS; Y SERÉ SU ELOAH, Y ELLOS SERÁN MI
PUEBLO. Por tanto, SALID DE EN MEDIO DE ELLOS Y APARTAOS, dice el Señor; Y NO
TOQUÉIS LO INMUNDO, y yo os recibiré. Y yo seré para vosotros padre, y vosotros
seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.”
Mashiaj en esta parashá
33:37-39
“Partieron de Kadesh y acamparon en el monte Hor, al extremo de la tierra de
Edom. Entonces el sacerdote Aharón subió al monte Hor por mandato de El Eterno,
y allí murió, el año cuarenta después que los hijos de Israel habían salido de
la tierra de Mitsrayim, el primer día del mes quinto. Aharón tenía ciento
veintitrés años de edad cuando murió en el monte Hor.” – En el campamento
numero 33 desde la salida de Mitsrayim murió el Sumo Sacerdote Aharón sobre un
monte, el monte llamado Hor, que significa “montaña”. Él fue un mashiaj, un
ungido, el primero que es llamado mashiaj en las Escrituras, cf. Levítico 4:3,
5, 16.
Este
suceso es una figura profética de Yeshúa HaMashiaj, que también murió sobre un
monte, a la edad de 33 años, que coincide con el número 33 de las jornadas de
Israel desde la salida.
“murió,
el año cuarenta después que los hijos de Israel habían salido de la tierra de
Mitsrayim.” – Esto alude a la muerte y resurrección de Mashiaj 4000 años
después de la creación de Adam. En Génesis 13:10 Mitsrayim es comparado con el
huerto del Edén. De esa manera hay una conexión entre la expulsión de Adam y
Javá del paraíso y la salida de Mitsrayim de los hijos de Israel. Por lo tanto,
de la misma manera como Aharón, el ungido, murió 40 años después de la salida
de Mitsrayim, Yeshúa el Mesías murió 4000 (100 x 40) años después de la salida
de los primeros hombres del huerto del Edén.
Es
más, Aharón murió el primer día del 5º mes, exactamente 3 ½ meses después de la
fecha de la salida, el día 15 del primer mes. Los 3 ½ meses aluden a los 3 ½
años de ministerio del Mesías, después de los cuales murió, y resucitó. Como
Aharon murió 3 ½ meses después de la fecha de salida, Yeshúa murió 3 ½ años
después de haber empezado su ministerio público.
Aharón
tenía tres años más de vida que su hermano Moshé, que murió a los 120 años.
Esos tres años también nos hablan del Mesías, que tenía tres años y pico de
ministerio, que tenía 30 años y pico de edad cuando murió y que estuvo tres
días en el interior de la tierra antes de resucitar. El monte Hor es mencionado
tres veces en el texto.
35:19
“El vengador de sangre, (goel hadam), él mismo dará muerte al asesino;
le dará muerte cuando se encuentre con él.” – De esto aprendemos que hay una
persona que es llamada “goel hadam”, “redentor de la sangre” o “vengador”, que
tiene la responsabilidad de buscar y ejecutar al asesino.
¿Quién
fue el que mató al primer hombre y que por lo tanto es llamado homicida por
nuestro Rebe, según Juan 8:44 y 10:10? La respuesta es: hasatán.
¿Quién
es el familiar más cercano de Adam y Javá? La respuesta es: el Mesías ben Adam,
el Hijo del Hombre, que fue el prototipo que El Eterno nuestro Elhim usó para
la creación de Adam.
¿Quién, pues, tiene la
responsabilidad de buscar y ejecutar al que asesinó al ser humano? La respuesta
es: Yeshúa HaMashíaj, como está escrito en Juan 12:31:
“Ya
está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado
fuera.”
En
Juan 16:11está escrito:
“y
de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado.”
En
1 Juan 3:8b está escrito:
“El
Hijo de Eloah se manifestó con este propósito: para destruir las obras del
diablo.”
35:25,
28 “Y la congregación librará al homicida de la mano del vengador de sangre, y
la congregación lo restaurará a la ciudad de refugio a la cual huyó; y vivirá
en ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fue ungido con óleo santo…
porque el homicida debió haber permanecido en la ciudad de refugio hasta la
muerte del sumo sacerdote. Pero después de la muerte del sumo sacerdote, el
homicida volverá a su tierra.” – Tres veces se habla aquí de la muerte del Sumo
Sacerdote. Otra vez se encuentra el número tres en relación con la muerte del
Sumo Sacerdote, lo cual es una alusión a la muerte del Mesías. Lo único que
podía liberar al asesino por accidente de su situación de exilio es la muerte
del Sumo Sacerdote “que fue ungido con óleo santo.” La Torá destaca el hecho de
que el Sumo Sacerdote había sido ungido para aludir a Yeshúa, el Ungido, en
hebreo “HaMashíaj”. Por medio de su muerte somos liberados de las consecuencias
de nuestros pecados que hemos cometido por error. Querido hermano, si estás
sufriendo una “cárcel” por haber hecho cosas terribles por error, debes saber
que la muerte de Yeshúa también ha provisto para que seas libre de esas
consecuencias y no serán levantadas en tu contra en el juicio final.
35:33
“Así que no contaminaréis la tierra en que estáis; porque la sangre contamina
la tierra, y no se puede hacer expiación por la tierra, por la sangre derramada
en ella, excepto mediante la sangre del que la derramó.” – Aquí vemos la
gravedad de un delito de asesinato. Un asesino tiene que ser juzgado por las
autoridades de cada país, para que la justicia del Eterno se establezca en el
mundo. Según la ley judía no se puede juzgar a muerte a una persona que no haya
sido advertida por dos o tres personas antes de cometer un asesinato. La Torá
destaca la importancia de no dejar con vida al asesino que haya sido condenado
a muerte, para que no se contamine la tierra de Israel. El derramamiento de
sangre inocente en la tierra es una de las cosas que traen el juicio divino
sobre Israel y las naciones. La manera de evitar el juicio divino por los
asesinatos es ejecutar a los asesinos. Si los asesinos no son juzgados
correctamente todo el pueblo será objeto del juicio por la sangre inocente que
haya sido derramada en la tierra, cf. 2 Reyes 24:4.
Sin
embargo, cuando el asesino se arrepienta, no se aplicará la ley en su rigor y
el culpable debe ser absuelto de la pena de muerte y recibir una pena menos
severa. Pero donde no hay arrepentimiento hay que aplicar la ley en toda su
fuerza para evitar que la tierra sea contaminada y maldecida.
¿Cómo
puede el Eterno perdonar al pecador que se arrepiente si la única manera de
hacer expiación por un asesinato es que el culpable pague con su propia sangre,
según este texto? ¿Cómo el Eterno puede perdonar y absolver al culpable y al
mismo tiempo seguir siendo justo?
En
Proverbios 17:15 está escrito:
“El
que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente
abominación para El Eterno.”
Si
un juez justifica al impío está cometiendo un acto abominable para el Eterno.
¿Cómo entonces el Juez Justo Celestial podrá justificar al impío que se
arrepiente y seguir siendo justo? La única respuesta es: Por medio de un
sustituto.
Los
animales que murieron en el templo no podían representar plenamente al hombre.
No fueron sustitutos verdaderos. Sólo constituyen una sombra del único y
verdadero sacrificio por los pecados de todos los hombres durante toda la
historia, el sacrificio del Cordero de Eloah que quita el pecado del mundo. La
muerte de Yeshúa HaMashiaj es la única base legalmente justa sobre la cual el
Eterno puede seguir siendo justo al perdonar y justificar a un pecador que se
arrepiente de su pecado, como está escrito en Romanos 3:24b-26:
“Mashiaj
Yeshúa, a quien Eloah exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través
de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Eloah pasó
por alto los pecados cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo su
justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que es de la fe
de Yeshúa.”
La
única manera como el Eterno puede demostrar al mundo entero su justicia al
perdonar a los pecadores arrepentidos, es por medio de la exhibición pública de
la muerte sangrienta de Aquel que murió en lugar del hombre, como está escrito
en 2 Corintios 5:21:
“Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos
hechos justicia de Eloah en él.”
Así
que cuando te sientes acusado por tu conciencia que ha sido despertada por el
mensaje de la Torá y por medio de la convicción del Espíritu de Santidad que ha
sido enviado para convencer al mundo de pecado, debes saber, querido hermano,
que hay un sustituto que sufrió en tu lugar para que no tengan que venir sobre
ti todas las consecuencias mortales de tu pecado. Por medio de tu arrepentimiento
El Eterno traspasa la última consecuencia de tu pecado al Sustituto, para que
tú no tengas que morir por tus pecados, sino ser perdonado y justificado. La
justificación por fe en la sangre de Yeshúa te pone en una situación de
inocencia delante del Tribunal Celestial y podrás tener paz con Eloah, como
está escrito en Romanos 5:1-2:
“Por
tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Eloah por
medio de nuestro Señor Yeshúa HaMashíaj, por medio de quien también hemos
obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos
gloriamos en la esperanza de la gloria de Eloah.”
¡Bendito
sea el Eterno por este intercambio de papeles!
Y después de haber terminado un libro
de la Torá decimos:
“Jazak, jazak,
ve-nitjazek!” – ¡Sé fuerte, sé fuerte y seamos fortalecidos!
Recopilado por: ORLANDO UNDA RAMIREZ