viernes, 8 de abril de 2022

Parashá 28 Metsorá

 Parashá 28 Metsorá /Levítico 14:1 – 15:33.

Para ser compartido en el Shabat del 8 de Aviv (NISAN) de 5.782 (Abril 9 de 2.022)

  1. Alía (14:1 - 14:12)
  2. Alía (14:13 -20)
  3. Alía (14:21 - 32)
  4. Alía (14:33 - 53)
  5. Alía (14:54 - 15:15)
  6. Alía (15:16 - 28)
  7. Alía (15:29 - 30)

 

Haftará: 2 Reyes 7:3-20

Brit Hadasha (HaTsofen HaMaljutí): Mateo 13:1 – 15:39

Metsorá. Significa “el que tiene tsaráat”.

Aliyot del Brit Hdasha:

1ª.  13:1-23

2ª.  13:24-57

3ª.  14:1-32

4ª.  14:33-15:11

5ª.  15:12-39 

Metzora

Levítico 14:1 Y habló el Eterno a Moshé, diciendo: 2. Esta será la ley tocante al leproso, en el día de su purificación, cuando será llevado al sacerdote

Temas de la Parasha

La parasha habla sobre los siguientes temas:

Primera alía (12:1 - 13:23)
Leyes para la parturienta. Algunas leyes relacionadas con la tzaraát -lepra- de las personas.

Segunda alía (13:24 - 39)
Otras leyes relacionadas con la tzaraát de las personas

Tercera alía (13:40 - 54)
Más leyes relacionadas con la tzaraát de las personas. Leyes relativas a la tzaraát de las ropas.

Cuarta alía (13:55 - 14:20)
Otras leyes relativas a la tzaraát de las ropas. La purificación del metzorá -persona enferma de tzaraát-.

Quinta alía (14:21 - 32)
La purificación del metzorá pobre.

Sexta alía (14:33 - 15:15)
Las leyes de la tzaraát de las casas. Algunas leyes relativas a la impureza de las personas.

Séptima alía (15:16 - 33)
Otras leyes relativas a diversas impurezas del hombre y de la mujer.

 

REFLEXIÓN

Estudiando desde la semana pasada la Parashá Tazria, aprendíamos la enfermedad que se llama Tzaarát que ha sido mal traducida como lepra, ya que no es como la lepra que todos conocemos sino una enfermedad espiritual que se manifiesta físicamente como consecuencia entre muchas otras de la Lashón Harrá (lengua mala), en pocas palabras el chisme y la murmuración.

 

Sabemos que es una enfermedad espiritual, mandada por El Eterno, porque el diagnóstico y la cura para ella no la daba ningún médico sino el sacerdote.

 

En la parashá de esta semana se trata del Metzoráh, que no es otra cosa sino la persona que padece la enfermedad de Tzaarát.

 

Pero, es oportuno que demos un vistazo a este tema desde el Brit-Hadasha, pues desde allí se hace referencia al poder dañino de la mala lengua

 

 1Pe 5:8  Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo el hasatan, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar.

Sant 3:4 Y fíjense también en los barcos: aunque son tan grandes y los vientos que los empujan son fuertes, los pilotos, con un pequeño timón, los guían por donde quieren.

Sant 3:5 Lo mismo pasa con la lengua; es una parte muy pequeña del cuerpo, pero es capaz de grandes cosas. ¡Qué bosque tan grande puede quemarse por causa de un pequeño fuego!

Sant 3:6 Y la lengua es un fuego. Es un mundo de maldad puesto en nuestro cuerpo, que contamina a toda la persona. Está encendida por el infierno mismo, y a su vez hace arder todo el curso de la vida.

Es importante que destaque el hecho de que la enfermedad de Tzaraát, tal y como lo comenté al principio, era provocada como consecuencia del lashón hará –mala lengua-, es decir, el hablar mal del prójimo, y por lo tanto era pecado, constatémoslo en el siguiente pasuk:

Vayicra 13:1 Habló el Eterno a Moshé y a Aarón, y les dijo: 2«Cuando el hombre tenga en la piel de su cuerpo una hinchazón o una erupción o una mancha blanca, y haya en la piel de su cuerpo como una llaga de lepra, será llevado a Aarón, el sacerdote, o a uno de sus hijos, los sacerdotes.

En la tradición de nuestro pueblo Israel, se enseña que dicha enfermedad no tendría curación médica, sino que la única alternativa para sanar, era acudir a la misericordia del Eterno, de ahí que el arrepentimiento tendría un papel fundamental para tal efecto, y también se sabe, que solamente existió mientras el Beit Hamikdash –Santo Templo- estuvo de pié, ¿la razón? Es que solamente podría cumplirse la purificación total con su correspondiente agradecimiento a el Eteno a través de ese lugar, mientras el Beit Hamikdash no estuvo o ha estado en pié, el tzaraát no se ha presentado.

 

La condición de Metzora, cuando esta enfermedad se adquiere entre otras por lashón Harra requería el aislamiento social para que no produjera contaminación. Esto nos enseña que quienes practica lashón Harra, son contaminantes u arrastran a otros a hablar del prójimo.

 

Un metzora por lashón  Harra se debe aislar socialmente hasta su completa restauración.

En el caso de una persona de escasos recursos fuera afectada, para purificarse tenía una exención, es decir, no ofrecería el mismo sacrificio dado que implicaba un gasto considerable (que en tiempos modernos ascendería mas o menos a 400 dólares), y por lo tanto Adonai le permitía reducir el sacrificio:

Vayicra 14:21 Mas si fuere pobre, y no tuviere para tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido como ofrenda mecida por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina amasada con aceite para ofrenda, y un log de aceite, 22 y dos tórtolas o dos palominos, según pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto. 23 Al octavo día de su purificación traerá estas cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante del Eterno.

Con lo anterior, démonos cuenta que el paso para la purificación de un Metzora resultaba en un gasto considerable, implicando aún una inversión de tiempo, y toda vez que esto se cumplía, la purificación se concretaría, juntamente con la reintegración a su núcleo familiar y dicho sea de paso, eran dos las implicaciones considerables para el Metzora: 1) Las  económicas 2) Las sociales, las cuales, desde luego afectarían no solo al Metzora –enfermo de tzaraát- sino también a la familia, y detrás de ello el estigma social al evidenciar que la persona era sometida a un castigo divino como consecuencia de su lengua, ahora bien, recordemos que el metzora debía apartarse de su familia e incluso salir de la ciudad donde moraba, lo que provocaría que se juntara con otros metzoraim, y a mi juicio, podría provocar ello dos cosas: 1) que estando en compañía de otras personas que usaron mal su lengua se fortalecieran unos a otros esperando en la misericordia del Eterno, o 2) Que les resultara más difícil su reintegración a la sociedad por cuanto podrían caer sucumbidos ante el vicio que les provocaría seguir hablando mal de los demás en la medida que se rodeaba de personas semejantes.

Hoy por falta del Templo, Tzaarát no se manifiesta físicamente pero si hay      Metzora porque lashón  Harra está vigente y es una enfermedad espiritual que hace que las personas muevan su lengua en el chisme, la murmuración, la crítica y lo mas peligroso, la imaginación. Resultan implicados en el pecado, el que habla, el que escucha y de qui´n se habla.

En algunas religiones que dicen creer en las Escrituras, sustentan sus actividades en un amor que implica entre comillas el perdonar todo, sobrellevando actitudes negativas que resultan perjudiciales a la kehilá –congregación-, sin embargo no es necesariamente eso lo que la Torah  enseña, un buen ejemplo de ello es el Metzora, dado que las personas de nuestro pueblo deberían de alejarse de los metzoraim, e incluso, el metzora debería hacer público su estado no solo a través de su vestimenta, sino tal y cual lo hemos leído, si transitaba por un lugar de personas limpias de tzaraát, debía gritar: ¡impuro! ¡impuro! -¡tame! ¡tame!- Con el objetivo de que ellas se apartaran para no contaminarse, no obstante, la persona que se alejaba tenía la obligación de dedicar un instante para clamar al Eterno por la sanidad del metzora. Lo anterior me recuerda a un pasaje del Brit Jadashá del cual estoy convencido que el rabino Shaúl, - basándose en dicho principio mandó lo siguiente:

1 Corintios 5:9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.

Lo anterior nos advierte que un enfermo de tzarát (de Lashón harra) debe ser apartado de nuestra comunidad a la espera de su sanación a lo que podemos contribuir con nuestras oraciones y ayunos.


No debemos sustentar un supuesto “amor” a costillas de que una comunidad se vea afectada por comportamientos no propios que lleven a arrastrar a los demás al mismo mal, sin embargo es importante que conozcamos que el hecho de apartarnos de personas que llamándose a si mismas hijas del Eterno, no nos exime de clamar al Eterno para que sean restauradas y que su comportamiento negativo venga a ser quitado.

LA TZARAÁT EN EL BRIT JADASHA

En el Brit Jadashá aparecen varias alusiones a personas enfermas de tzaraát, que por cierto, en el griego del Brit Jadashá es de donde proviene la palabra Lepra, ya que el sinónimo de la palabra tzaraát en hebreo, en el griego se usó literalmente la palabra lepra, que al igual que tzaraát es un sustantivo femenino, el adjetivo en griego correspondiente a la palabra hebrea metzora es Lepros. Uno de los casos de tzaraát, lo registran tres escritores de las buenas nuevas, concretamente en Matitiaju –Mateo- 8 del 1 al 4, Marcos que es el que veremos, y  por último Lucas 5 del 12 al 16, leamos a Marcos:
 
Marcos 1:40 Vino a él un leproso (netzorá), rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. 41Y Yeshúa, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. 42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra (Tzaraát) se fue de aquél, y quedó limpio. 43 Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego, 44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moshé mandó, para testimonio a ellos.
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Éste Metzora que no se da su nombre (muy probablemente se llamaba Shimón ver Mateo 26:6, Marcos 14:3, el cual en su casa se daría el evento del ungimiento de Yeshúa HaMashíaj –El Mesías- en su cabeza y en sus pies),  debió cumplir conforme a la Torah, y desde luego obedeciendo al Mesías con ir a presentarse al Cohen y seguir los lineamientos que están marcados en esta parasha, cumpliendo así con lo dispuesto por el Eterno y que Yeshúa usando un eufemismo a tal directriz uso la frase “lo que Moshé mando”, no por que fuera voluntad de hombre, en este caso de Moshé, sino por cuanto fue él, el que lo recibió del Eterno. Este ejemplo es una muestra mas de que Yeshúa fue un hombre observante de Torah, y cumplió escrupulosamente aún con el mínimo detalle.

Como he comentado previamente, la tzaraát solo podría ser sanada por el Eterno, de ahí que cuando Yeshúa sana al Metzora, provoca un revuelo en la sociedad, y con ello un aumento de fama, dado que si él había sanado, la mano del Eterno estaba detrás de él, leamos la continuación del evento antes descrito:

Marcos 1:45 Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Yeshúa no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.

La historia de Yeshúa es histórica y de ninguna manera es un cuento o un mito creado, sino que los hechos que se registraron fueron notorios a sus contemporáneos.

Otro ejemplo con metzoraim y Yeshúa es cuando le aparecieron diez de ellos, clamaron por sanidad, y Mashíaj les instó a presentarse con el Cohen:

Lucas 17:11 Yendo Yeshúa a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. 12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos,(mesorot) los cuales se pararon de lejos 13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Yeshúa, Maestro, ten misericordia de nosotros! 14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. 15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Elohym a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17 Respondiendo Yeshúa, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Elohym sino este extranjero? 19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

Es de resaltar que solo uno volvió a agradecerle una vez que constató su sanidad, ¿cuántos habrán ido al cohen? Lo mas probable es que solo uno igualmente, lo que resalta el hecho de que en medio de problemas, las personas podrán clamar a un poder superior, incluso hacer compromisos, sin embargo, tristemente el resultado arrojará que muy probablemente, solo el 10% cumplirá.

Por otra parte, tengamos presente que la palabra “EXTRANJERO” no es del todo literal, pues este leproso que había regresado era de Samaria (Yisraelita) no de la tribu de Judá. Los judío no consideraban a los samaritanos como de su pueblo pues simbolizaban las tribus perdidas del norte

EL TZARAÁT EN OBJETOS

El capítulo que nos ocupa sigue enunciando hasta donde podría haber llegado la contaminación de tzaraát, el cual podría manifestarse en objetos como vestidos, de cualquier material como la lana, lino, cuero, etc:

Vayicra 13:47»Cuando en un vestido aparezca una mancha de lepra, ya sea vestido de lana o de lino, 48 o en urdimbre o en trama de lino o de lana, o en cuero, o en cualquier objeto de cuero, 49 y si la mancha es verdosa o rojiza, en vestido o en cuero, en urdimbre o en trama, o en cualquier objeto de cuero, es mancha de lepra y se ha de mostrar al sacerdote.

Todo objeto que diera indicios de tzaraát debería igualmente el dueño, hacerlos examinar por un cohen, tal y como lo hemos leído.

EL TZARAÁT EN LAS CASAS

Por falta de espacio, y sin llegar al detalle, deben también conocer que en el capítulo siguiente, es decir el 14 de Vayicra, desde el pasuk 32 al 53, se describe la posibilidad de que un lugar habitado igualmente se contamine:

Vayicra 14:33 Habló también Adonai a Moshé y a Aarón, diciendo: 34 Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, la cual yo os doy en posesión, si pusiere yo plaga de lepra en alguna casa de la tierra de vuestra posesión, 35 vendrá aquel de quien fuere la casa y dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo como plaga ha aparecido en mi casa.

En los versículos que corresponden al tzaraát en las casas, que previamente enuncié, describe las alternativas posibles para efectuar la purificación del lugar, hasta llegar al punto de que fuera imposible erradicarla y como consecuencia llegar hasta su destrucción total. Te invito a que leas los versículos con detenimiento por que hay mucho más para aprender.

Ahora que hemos visto las evidencias que podrían demostrar o no, la presencia de tzaraát en el cuerpo, objetos o casas, vayamos a ver la condición que debería de guardar el hombre o la mujer que tuviera tzaraát.

Existían cuatro condiciones básicas que debería guardar la persona contaminada con tzaraát, veámoslas:

1.- Deberá llevar vestidos rasgados:

Vayicra 13:45»El leproso que tenga llagas llevará vestidos rasgados ...

2.- Deberá llevar su cabeza descubierta y su rostro semicubierto:

Vayicra 13:45 ... y su cabeza descubierta, y con el rostro semicubierto ...

3.- Cuando vea a personas deberá gritar su condición:

Vayicra 13:45 ...gritará: “¡Impuro! ¡Impuro!”.

4.- El metzora deberá habitar fuera del campamento:

Vayicra 13:46 Todo el tiempo que tenga las llagas, será impuro. Estará impuro y habitará solo; fuera del campamento vivirá.


. Conclusión

Tzaraát es una enfermedad que solo la cura el ETERNO. Por esta razón  quien lo representa es el sacerdote. Metzora (enfermo de Tzaraát) Yeshúa como observante supremo de Torah (la Torah viva) producía el milagro pero los enviaba al sacerdote quien verificaba y declaraba la sanación y exigía los correspondientes sacrificios. Demostrando así Yeshúa Su respeto a la Torah y total sujeción al Eterno.
El Brit Jadashá da muestras de que existe una coherencia con el TaNaJ –mal llamado Antiguo Testamento-, y no solo eso, hay una armonía perfecta entre ambos, y de ninguna manera como tantas gentes quieren demostrar que fue la creación de una nueva religión, sino que el judaísmo mesiánico fue la práctica del Mesías, de sus seguidores y de aquellos de entre los gentiles que serían llamados, el contraste cultural lo vivirían estos últimos, y poco a poco se integrarían a la comunidad con sus respectivas prácticas hebreas.

Yojanán –conocido como Juan- HaMatvil –el Inmersor- para el efecto de cerciorarse que Yeshúa fuera el Mashíaj, mandó a dos talmidim –estudiantes- a inquirirle:

Lucas 7:18 Los discípulos de Yojanán le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Yojanán a dos de sus discípulos, 19 y los envió a Yeshúa, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 20 Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Yojanán el El Inmersor nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 21 En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. 22 Y respondiendo Yeshúa, les dijo: Id, haced saber a Yojanán lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 23 y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.


Yeshúa les contestó con seis signos que debería tener el que fuera el Mesías según las profecías de Yeshaya –Isaías-:

1)    Los ciegos verán (Yeshaya 29:18; 35:5)
2)    EL cojo saltará o caminará (Yeshaya 35:6; 61:1)
3)    Sanar enfermos incluyendo a la tzarát (Yeshaya 61:1)
4)    Los sordos oirán (Yeshaya 29:18; 35:5)
5)    Levantar a los muertos (Implicado en Yeshaya 11:1-2)
6)    Dar buenas nuevas (Yeshaya 61:1-2)

Amados, las pruebas de que Yeshúa efectivamente fue el Mesías son muchas, y una pequeña muestra de ello es esta parasha, por lo que te invito a que entiendas: ¡Mashíaj puede venir hoy a tu vida incluyendo la demostración de los signos antes mencionados, solo basta creerle!

¡Shabbath shalom!

Preparado por: HOSHEA BEN YISRAEL

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