viernes, 17 de enero de 2025

Parashá 13 – Shemot. Nombres

 

Parashá 13 – Shemot. Nombres

Comentarios de la Parashá 13 – Shemot. (Exodo) 1:1-6:1

Para ser leída en el Shabbat  18 de tevet 5.785. Enero 18 de 2025

Shemot  Significa “nombres”.

 

Aliyás de la Torá:

1.            1:1-17

2.            1:18 – 2:10

3.            2:11-25

4.            3:1-17

5.            3:18 – 4:17

6.            4:18-31

7.            5:1 – 6:1

 

Haftará: Isaías 27:6 – 28:13; 29:22-23 (Ashkenazíes); Jeremías 1:1 – 2:3 (Sefardíes)

 

Brith Hadasha: Hilel (Lucas 1:1-2:20

 

1ª. Aliya 1:1-25

2ª, Aliya 1:26-75

3ª. Aliya 1:76-80

4ª. Aliya 2:1-7

5ª. Aliya 2:8-20

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Temas de la Parasha

 

Primera aliyá, 1:1-17

Los hijos de Israel que fueron a Egipto son doce, cada uno fue con su familia. En total salieron 70 almas de los lomos de Yaakov. Muere Yosef y toda su generación. Los hijos de Israel aumentan mucho y la tierra se llena de ellos. Se levanta un nuevo rey en Egipto que no conoce a Yosef. El pueblo de Israel es más numeroso y más fuerte que el pueblo egipcio y por eso Faraón dice que tienen que proceder astutamente con ellos para que no se multipliquen y sean una amenaza en la guerra y se vayan. Pone capataces que los oprimen con duros trabajos. Edifican las ciudades Pitom y Ramsés. Pero cuanto más los oprimen, más se multiplican. Los egipcios empiezan a temer a los hijos de Israel y amargan su vida obligándolos a trabajar duramente. El rey de Egipto dice a las parteras hebreas que maten a los hijos recién nacidos y dejen vivir a las hijas. Pero las parteras temen a Elohim y no hacen caso al rey de Egipto.

 

Segunda aliyá, 1:18 – 2:10

El rey de Egipto pregunta a las parteras por qué han dejado con vida a los niños. Las parteras contestan que es porque las mujeres hebreas son más robustas que las egipcias y dan a luz antes de la venida de las parteras. Elohim ayuda a las parteras y el pueblo sigue multiplicándose. Elohim prospera las familias de las parteras porque le temieron. Entonces Faraón manda a todo su pueblo que echen a todo niño recién nacido al río y dejen vivir toda niña. Un hombre de la tribu de Leví toma a una mujer levita. Ella concibe y da a luz un hijo bueno. Después lo esconde por tres meses. Al no poder ocultarlo más, toma una cesta de juncos y la prepara para poner allí al niño y colocarlo entre los juncos del río. La hermana del niño se pone a lo lejos para ver qué sucede. Viene la hija de Faraón para bañarse y sus doncellas ven la cestilla. La hija de Faraón la abre y al ver al niño llorando tiene compasión de él. La hermana pregunta a la hija de Faraón si quiere que llame a una nodriza hebrea para criar al niño para ella. Ella dice sí, y la muchacha va a buscar a su madre. La hija de Faraón le pide que lleve el niño para criarlo para ella y así tendrá su salario. Cuando el niño ha crecido es llevado a la hija de Faraón quien lo adopta como su hijo, llamándole Moshé, porque fue sacado de las aguas.

 

Tercera aliyá, 2:11-25

Moshé, ya crecido, sale a donde sus hermanos y ve su duro trabajo. Un egipcio está golpeando a un hebreo. Entonces Moshé mata al egipcio y lo esconde en la arena. El día siguiente ve a dos hebreos riñendo. Pregunta al ofensor por qué está golpeando a su compañero. Él responde: ¿Quién te ha puesto de príncipe o de juez sobre nosotros? ¿Estás hablando de matarme como mataste al egipcio? Moshé tiene miedo. Faraón oye del asunto y procura matar a Moshé, pero él huye de su presencia a Midyán y se sienta junto a un pozo. Siete hijas del sacerdote de Midyán vienen a sacar agua y dar de beber al rebaño de su padre. Unos pastores vienen para echarlas de allí, pero Moshé las defiende y da de beber al rebaño. Cuando vuelven a Reuel él las pregunta por qué han venido tan pronto hoy.

Responden que un egipcio los ha ayudado. Él les dice que le inviten a comer algo. Moshé accede a morar con él. Él le da su hija Tsiporá, y ella da a luz un hijo. Moshé le pone el nombre Guershom, extranjero allá, porque era peregrino en tierra extranjera.

 

Cuarta aliyá, 3:1-17

Moshé apacienta el rebaño de su suegro Yitró y lo conduce más allá de la estepa, hasta el monte de Elohim, Jorev. El ángel de Adonay se aparece en una llama de fuego en una zarza que no se consume. Cuando Moshé se acerca para mirar Elohim lo llama por su nombre de en medio de la zarza. No puede acercarse sin quitarse los zapatos porque el lugar es tierra consagrada. “Yo soy el Elohim de tu padre, Elohim de Avraham, el Elohim de Yitsjak y el Elohim de Yaakov”. Moshé cubre su rostro por temor. Elohim dice que ha visto la aflicción de su pueblo en Egipto y escuchado su clamor. Por eso ha descendido para liberarlos de los egipcios para llevarlos a una tierra espaciosa donde viven seis pueblos. El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta él y él ha visto la opresión de los egipcios. Moshé es enviado a Faraón para sacar a su pueblo de Egipto. Moshé contesta: “¿Quién soy yo para ir a Faraón y sacar a los hijos de Israel de Egipto?” Elohim promete estar con él. La señal es que después de la salida le servirán en este monte. Moshé pregunta por el Nombre del Elohim de los padres de Israel. “Yo seré el que seré”, contesta. A los hijos de Israel debe decir: “SERÉ me ha enviado a vosotros”, “YHVH, el Elohim de vuestros padres, el Elohim de Avraham, el Elohim de Yitsjak y el Elohim de Yaakov, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.”

 

Quinta aliyá, 3:18 – 4:17

Moshé recibe la orden de ir a reunir a los ancianos de Israel y decirles que Adonay los ha visitado. Él sabe cómo los tratan en Egipto, y por eso los sacará de allí y los llevará a una tierra que mana leche y miel. Los ancianos le escucharán y juntos irán al rey de Egipto para decirle que el Elohim de los hebreos los ha salido al encuentro. Por eso pedirán permiso para salir tres días de camino a la estepa para ofrecer sacrificios al Eterno su Elohim. Sin embargo el rey de Egipto no los soltará. Entonces el Eterno extenderá su mano para herir a Egipto y después los soltará. Los egipcios darán al pueblo objetos de plata, oro y vestidos para sus hijos e hijas.

Moshé piensa que no le van a creer. Entonces el Eterno le da poderes para transformar su vara en una serpiente. Por eso creerán. Además podrá poner su mano en el seno para que se llene de lepra como la nieve y luego ponerla otra vez en el seno para que se sane. Si no creen la primera señal creerán la segunda. Pero si todavía no creen por las dos señales podrá derramar agua del río en la tierra para convertirla en sangre.

Moshé dice que nunca ha podido hablar bien. El Eterno le pregunta quién ha hecho la boca. Él estará con su boca. Moshé le pide que envíe su mensaje con otro. Entonces Ellohim se aira con él y le dice que su hermano Aharón podrá hablar en su lugar. Moshé tendrá que poner las palabras en la boca de su hermano. Adonay les enseñará lo que tendrán que hacer. Aharón servirá de boca y Moshé servirá de Elohim. Moshé tendrá que llevarse la vara para hacer las señales.

 

Sexta aliyá, 4:18-31

Moshé vuelve a la casa de su suegro y le pide permiso para volver a sus hermanos en Egipto. Yitró le dice: “Ve en paz”. El Eterno dice a Moshé que vuelva a Egipto porque han muerto todos los que buscaban su vida. Entonces toma su mujer y sus dos hijos y vuelve a Egipto con la vara de Elohim en su mano. Adonay le vuelve a decir que haga los milagros delante de Faraón, pero él endurecerá su corazón y no dejará ir al pueblo. Tendrá que decir a Faraón que Israel es su primogénito y si no lo deja ir, El Eterno matará su primogénito.

En una posada en el camino Elohim le sale al encuentro para matarlo. Entonces Tsiporá toma un pedernal y corta el prepucio de su hijo y lo pone a los pies de Moshé. Entonces Elohim lo suelta. El Eterno dice a Aharón que se vaya a la estepa para encontrarse con Moshé. Se encuentran en el monte de Elohim. Moshé cuenta todo lo que el Eterno le ha mandado hacer. Entonces los dos se van y reúnen a los ancianos de Israel. Aharón les dice todo lo que Elohim ha hablado a Moshé y él hace las señales ante el pueblo. El pueblo cree, y cuando oye que Elohim los ha visitado y visto su aflicción, inclinan sus cabezas en reverencia.

 

Séptima aliyá, 5:1 – 6:1

Moshé y Aharón van a Faraón y le dicen: “Así dice Adonay, Elohim de Israel: “Deja ir a mi pueblo para que me celebre fiesta en la estepa.”” Pero Faraón no sabe quién es El Eterno para que escuche su voz y deje ir a Israel. Ellos le dicen que el Elohim de los hebreos los ha encontrado. Piden tres días de camino para sacrificar al Eterno su Elohim para que no venga sobre ellos con peste o espada. Faraón no los escucha y ordena que vuelvan a sus labores. Manda a sus capataces que ya no entreguen paja al pueblo para hacer ladrillos, como antes, la tendrán que buscar ellos. Pero tendrán que exigir la misma cantidad de ladrillos diarios porque son perezosos al querer sacrificar a su Elohim. Así no escucharán palabras mentirosas.

El pueblo sale por toda la tierra para recoger rastrojos en lugar de paja. Los capataces los maltratan por no entregar la misma cantidad de ladrillos como cuando tenían paja. Los jefes israelitas son azotados porque no se cumplió la tarea diaria.

Los jefes van a Faraón y se quejan. Faraón dice que son perezosos por querer sacrificar a El Eterno. Tendrán que entregar la misma cantidad de ladrillos sin recibir paja. Los jefes ven que están en problemas. Cuando salen de Faraón se encuentran con Moshé y Aharón que los están esperando. Los jefes se enfrentan con ellos pidiendo que el Eterno los juzgue por haberlos hecho odiosos ante Faraón y sus siervos para que los maten. Entonces Moshé se queja contra Elohim y pregunta por qué le ha enviado. Desde que vino a hablar con Faraón, en el Nombre de El Eterno, Faraón ha hecho mal al pueblo. Tampoco Adonay ha hecho nada para liberarlo. El Eterno responde y dice: “Ahora verás lo que haré a Faraón; porque por la fuerza los dejará ir; y por la fuerza los echará de su tierra.” Amen.

 

Comentarios: Examinaremos la 4ª. T quinta LIYA.

Cuarta aliyá, 3:1-17

3:1     "Y Moshé apacentaba el rebaño de Yitró su suegro, sacerdote de
Midyán; y condujo el rebaño tras el desierto, y llegó a Jorev, el monte de
Eloha." - Siempre se produce una manifestación y un encuentro sobrenatural si logramos atravesar el desierto espiritual guiados por el Eterno. Más allá del desierto está la revelación.

3:2     "Y se le apareció el ángel del Eterno en una llama de fuego, en  medio de una zarza; y Moshé miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía." - El Eterno se manifiesta en la tierra por medio de sus malajes, ángeles. Muchas veces estos seres maravillosos se manifiestan como llamas de fuego, como está escrito en Hebreos 1:7:

"Y de los ángeles dice: EL QUE HACE A SUS ÁNGELES, ESPÍRITUS, Y A SUS  MINISTROS, LLAMA DE FUEGO."

Los que sirven al Eterno tienen que estar ardiendo. Eloha no es un Eloha de muertos sino de vivos, y la vida necesita fuego para existir. Por esto los sacrificios delante del Eterno se dan por medio del fuego, que arde, cf. Números 28:7. Nuestra entrega al Eterno es por medio del fuego, como está escrito en Romanos 12:11:

"no seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu,  sirviendo al Señor"


Aprendemos dos cosas de este arbusto que ardía en una llama de fuego sin ser consumido. Nuestro servicio al Eterno no puede ser hecho por medio de nuestra propia inspiración, nuestro propio fuego. Ese fuego nos consume, como está escrito en Ezequiel 28:18:

"Por la multitud de tus iniquidades, por la injusticia de tu comercio,  profanaste tus

santuarios. Y yo he sacado fuego de en medio de ti, que te ha consumido; y te he reducido a ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran."

La inspiración del hombre es un fuego que le consume. Esto se puede ver ejemplificado en la música rock que consume a los roqueros. Pero cuando viene la inspiración del Eterno, no nos consumimos. Es importante que nuestro servicio al Eterno sea con la aportación de su fuego, no con el nuestro, que es un fuego extraño que nos mata, como está escrito en Números 26:61:

" Pero Nadav y Aviú murieron cuando ofrecieron fuego extraño delante del Eterno."
Lo otro que aprendemos de este fenómeno maravilloso es que el pueblo de Israel estaba pasando por una opresión muy grande en Mitsrayim y a lo largo de toda la historia humana, y a pesar de ello no ha sido consumido.

3:5     "Entonces Él dijo: No te acerques aquí; quítate el calzado de los
pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa." - Cualquier
pastor de ganado menor que va por la estepa en el Oriente Medio cubre su cabeza para protegerse del sol y los vientos. Cuando el Eterno se manifestó a Moshé no le pidió descubrir su cabeza, sino quitar sus botas. No eran sandalias, porque necesitaba algo más fuerte para proteger sus pies en ese terreno.

3:6     "Y añadió: Yo soy el Eloha de tu padre, el Eloha de Avraham, el  Eloha de Yitsjak y el Eloha de Yaakov. Entonces Moshé cubrió su rostro,  porque tenía temor de mirar a Eloha." - Las Escrituras enseñan que delante del Eterno no es costumbre descubrir la cabeza, sino más bien cubrirse, para reverenciarle y protegerse de la tremenda luz que hay en la gloria de su presencia. En el tabernáculo estaba prohibido servir al Eterno sin la cabeza cubierta. El Sumo Sacerdote tenía que tener una cobertura sobre su cabeza en todo momento delante del Eterno. Yeshúa el Mesías es el Sumo Sacerdote que está sirviendo en estos momentos en el tabernáculo celestial según el orden de Malki-Tsedek. Como el Sumo Sacerdote en la tierra es una sombra del Sumo Sacerdote que está en los cielos podemos deducir que el Mesías Yeshúa tiene su cabeza cubierta al servir en el Tabernáculo celestial, cf. Zacarías 3:1-5; Revelación 19:12. Así que los que sirven al Eterno en el ministerio de Malki-Tsedek deben también cubrir sus cabezas en señal de respeto al Eterno, cf. 2 Samuel 15:30; 1 Reyes 19:13.

3:8a   "Y he descendido para librarlos de mano de los mitsríes" - Esta es la
séptima vez que el Eterno desciende a la tierra de forma muy concreta, las otras seis veces se encuentran en Génesis 11:5; 12:7; 17:1; 18:1; 28:13 y
35:9.

3:9-10 "Y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta
mí, y además he visto la opresión con que los mitsríes los oprimen. Ahora
pues, ven y te enviaré a Paró, para que saques a mi pueblo, los hijos de
Israel, de Mitsrayim." - Adonai revela a Moshé su gran compasión por el
pueblo oprimido. Para ser un líder capacitado hay que conocer las emociones del Eterno. Moshé tenía que conocer a un Eloha que tenía compasión, que sentía lo mismo que el pueblo, que se preocupaba por su situación y que es consciente de sus sufrimientos. Si un líder no tiene la compasión del Eterno por su pueblo, nunca será capaza de tener éxito en el Reino. Esto fue lo primero que Moshé tenía que aprender en este encuentro divino. Esta revelación del Eterno compasivo está íntimamente relacionada con el nombre YHVH. Ese es el nombre que expresa la misericordia y la compasión del Eterno.

Según el segundo nivel de interpretación, remez, alegórico, podemos decir que Mitsrayim representa el sistema maligno del mundo actual, Paró representa hasatán que gobierna en este mundo de maldad, y la esclavitud representa la situación del hombre bajo el pecado. Estos son los tres enemigos más importantes del hombre, el mundo, hasatán y el pecado. El último es el más peligroso, conduce a la muerte. Moshé recibe la misión
de sacar al pueblo de estas tres cosas, de Mitsrayim, de la influencia de Paró y de la esclavitud. De la misma manera el Mesías ha recibido la misión de sacar al pueblo de Israel del sistema de este mundo, de la influencia de hasatán y del poder del yetser hará, la inclinación al mal dentro del hombre, que le lleva a la muerte.

3:11   "Pero Moshé dijo a Eloha: ¿Quién soy yo para ir a Paró, y sacar a los hijos de Israel de Mitsrayim?" - Moshé ya había perdido ese orgullo y  soberbia juvenil que tenía la primera vez cuando intentó liberar a los  israelitas de la esclavitud. Ahora se había ido al otro extremo,
menospreciando a sí mismo. Esta es la primera objeción que presenta ante el llamado divino. En total rehúsa obedecer cinco veces. Al final el Eterno se enfada con él. Humildad no es decir que uno no puede o sirve. Humildad es someterse a la voluntad del Eterno y hacer su voluntad incluso si esto va a producir exaltación, como está escrito en Filipenses 2:8b-9a:

"se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de madero. Por lo cual Eloha también le exaltó hasta lo sumo..."
Moshé no quiso ser grande por medio de humillarse, y por eso el Eterno se enfada con él.

3:12   "Y Él dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y la señal para ti de que
soy yo el que te ha enviado será ésta: cuando hayas sacado al pueblo de Mitsrayim serviréis a Eloha en este monte." - La pregunta fue: "¿Quién soy yo?" La respuesta es: "Yo estaré contigo." Moshé tenía que aprender que las cosas no se hacen a la manera propia. Ya aprendió que cuando hace las cosas por si mismo hay resultados desastrosos. No se veía capaz en sí mismo de sacar a los hijos de Israel de Mitsrayim. Pero no fue lo que el Eterno quiso. No pensaba que Moshé lo iba a hacer solo. Él iba a estar con él. Al hacer las cosas con el Eterno salen bien. Moshé tenía que aprender total dependencia del Eterno, y no confiar en sí mismo. Este es el gran secreto en el Reino, depender del Eterno, como está escrito en 2 Corintios 12:10:

"Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Mashiaj; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte."

En 2 Corintios 1:9 está escrito:

"De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Eloha que resucita a los muertos."

En 2 Corintios 3:5 está escrito:

"no que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Eloha"

En 1 Corintios 15:10 está escrito:

"Pero por la gracia de Eloha soy lo que soy, y su gracia para conmigo no  resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Eloha en mí."

3:14-15 "Y dijo Eloha a Moshé: SERÉ EL QUE SERÉ. Y añadió: Así dirás a los
hijos de Israel: "SERÉ me ha enviado a vosotros." Dijo además Eloha a Moshé: Así dirás a los hijos de Israel: "El Eterno, el Eloha de vuestros padres, el Eloha de Avraham, el Eloha de Yitsjak y el Eloha de Yaakov, me ha enviado a vosotros." Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación." - En total encontramos siete diferentes nombres del Eterno en esta revelación extraordinaria. Los siete son:

1.      Seré el que seré - Ehiyé asher ehiyé.
2.      Seré - Ehiyé, forma abreviada del primero.
3.      El Eterno - YHVH (evito escribirlo entero por no estar seguro de su
correcta pronunciación).
4.      El Eloha de vuestros padres.
5.      El Eloha de Avraham.
6.      El Eloha de Yitsjak.
7.      El Eloha de Yaakov.

El Targúm de Yerushalayim tradujo el versículo 14 de esta manera: "Y la
Palabra del Señor dijo a Moshé: Yo soy el que dijo al mundo ¡Sé!, y fue, y
en el futuro le diré ¡Sé!, y será. Y él dijo: Así dirás a los hijos de
Israel: "Yo Soy" me ha enviado a vosotros."
El Midrash[8] dice: "Yo no soy llamado por ningún nombre permanente; Mi Nombre varía de acuerdo con el modo en que Mis acciones son percibidas por el hombre ”Adonai explicó. " Cuando Yo me siento en juicio Yo libro guerra contra los malvados, Yo soy llamado Tsevaot; cuando suspendo el castigo de un pecador, soy calificado Shadai; cuando Yo soy misericordioso, me presento como YHVH (Adonai). El nombre "Ehiyé asher ehiyé significa que al igual que Yo estoy con ellos en este exilio; así estaré con ellos en sus futuros
exilios."El mismo Midrash sigue contando que Moshé preguntó si no tenían suficientes sufrimientos ahora como para ser recordados los sufrimientos futuros. Adonai le contesta que este nombre sólo le fue revelado a él como su líder, pero a los hijos de Israel sólo debes mencionar el nombre Ehiyé, "estaré", o "seré" para que sepan que yo estaré con ellos en esta aflicción.La raíz de la palabra Ehiyé es "hayá"[9] (hey, yud, hey), que significa: ser, estar, existir / haber, tener / hacerse, llegar a ser, convertirse, volverse, ponerse / pertenecer a, servir de.
La raíz del nombre YHVH es "havá"[10] (hey, vav, hey), que significa: ser,
estar, existir, devenir, llegar a ser, ocurrir. La palabra YHVH[11] (Yud, Hey, Vav, Hey) está relacionada con los dos verbos hayá y havá. YHVH es la forma causativa, (hifil), del verbo havá, lo cual implica que él es (eternamente), él vive (y no puede morir) y hace vivir (da existencia a todo ser vivo). Él es el que existe por si mismo, el único ser real, el eternamente presente. Él es la fuente de toda realidad,  incomparable, sin límite, autosuficiente, eterno e inmutable.

En Isaías 41:4 está escrito:

"¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado, llamando a las generaciones desde el principio? Yo, el Eterno (YHVH), soy el primero, y con los postreros estoy."
Esto nos enseña que el Eterno no está dentro del tiempo. Él es el primero y al mismo tiempo está con los postreros. Él está en estos momentos presente en el huerto del Edén cuando Adam toma el fruto prohibido. Él está en estos momentos presente cuando su Hijo está derramando su sangre en el madero. Él está presente en la segunda venida del Mesías y en el juicio eterno. Él está en el pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo. No necesita recordar el pasado, él está en el pasado. Él no necesita pronosticar el futuro, él está en el futuro. Él es el primero y con los postreros está.  Esto implica que él no necesitaba ver el futuro y el pasado en el momento cuando el Mesías murió por todos los hombres. Él estaba presente en todas las vidas de las personas que habían vivido, las que vivían en ese momento y las que iban a ser creadas en el futuro. Como él es, él puede trasladar los pecados de todos los hombres del pasado, presente y futuro, y colocarlos en el cuerpo de su Hijo para que él pueda morir por todos, sin excepción. Así que en estos momentos el Padre está viendo la muerte de Yeshúa, sangrando por ti. Su muerte está eternamente presente ante el trono celestial. Por causa de esa muerte tú y yo tenemos acceso a su trono de misericordia. Por causa de que ÉL ES, podemos nosotros estar con él y recibir su vida eternamente y para siempre. ¡Bendito sea su Nombre!

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En Revelación 4:8 está escrito:

"Y los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban
llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir: SANTO, SANTO, SANTO, es EL ETERNO ELOHA, TSEVAOT, el que era, el que es y el que ha de venir."

En 1 Timoteo 6:16 está escrito:
"el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén."

Sólo Adonai tiene inmortalidad. Es el ÚNICO que tiene inmortalidad. El único inmortal habita en una luz inaccesible. Ningún hombre ha visto ni puede ver al único que tiene inmortalidad. Así que si Yeshúa fuera inmortal no lo podríamos ver, ni podría morir. El único que tiene inmortalidad es el Padre celestial. El Hijo de Eloha pudo morir y lo pudimos ver. Así que aquí no se habla de él, sólo del Padre.

En 1 Timoteo 1:17 está escrito:

"Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Eloha, a Él sea honor  y gloria por los siglos de los siglos. Amén."

El único Eloha es el Rey eterno inmortal e invisible. Yeshúa hombre fue mortal y visible. Así que el único Eloha no puede incluir la carne de Yeshúa, pues esta lo hace hijo del hombre, pero sin lugar a duda lo que habita en él es el  mismo Eloha como Espíritu, lo que lo hace el hijo de Elohim

En Juan 5:26 está escrito:

"Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo"

Originalmente sólo el Padre tenía vida en sí mismo. Luego el Padre dio al  Hijo tener vida en sí mismo. Si el Padre no lo hubiera dado, el Hijo no lo  tendría. El Hijo recibió del Padre la inmortalidad. No la tenía en sí mismo,
 

En Romanos 2:6-7 está escrito:

"el cual PAGARA A CADA UNO CONFORME A SUS OBRAS: a los que por la perseverancia en hacer el bien buscan gloria, honor e inmortalidad: vida eterna."

El alma del hombre no es inmortal. El hombre no es inmortal. Sólo hay uno que es inmortal. El hombre busca inmortalidad. Adonai comparte su inmortalidad con los que están conectados con él. Él es el dador de la vida y la existencia. No hay vida ni existencia fuera de él. Ningún ser puede existir si el Eterno no le da existencia. Los ángeles viven porque el Eterno les está dando vida. Los demonios viven porque el Eterno les está dando vida. Los hombres viven porque el Eterno les está dando vida. El que se aleja del Dador de la vida se muere, se elimina, deja de existir,  desaparece. Fuera del dador de la vida no hay existencia.
La filosofía griega ha engañado a judíos y cristianos con la doctrina de la inmortalidad del alma. Las Escrituras dicen que sólo hay Uno que es inmortal, el que da vida a todo, como está escrito en 1 Timoteo 6:13a:

"Te mando delante de Eloha, que da vida a todas las cosas"


En Hechos 17:24-25, 28a está escrito:

"El Eloha que hizo el mundo y todo lo que en él hay, puesto que es Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos por manos de hombres, ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da a todos vida y aliento y todas las cosas... porque en El vivimos, nos movemos y existimos."

Esa capacidad de dar vida la ha entregado a su Hijo, el último Adam, como está escrito en 1 Corintios 15:45:

"Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adam, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adam, espíritu que da vida."

En Juan 5:25 está escrito:

"En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los
muertos oirán la voz del Hijo de Eloha, y los que oigan vivirán."

En Juan 10:27-28 está escrito:

"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; y yo les doy vida
eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano."

En 1 Juan 5:11-13 está escrito:

"Y el testimonio es éste: que Eloha nos ha dado vida eterna, y esta vida
está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al
Hijo de Eloha, no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que
creéis en el nombre del Hijo de Eloha, para que sepáis que tenéis vida
eterna."


"El Eterno, el Eloha de vuestros padres, el Eloha de Avraham, el Eloha de
Yitsjak y el Eloha de Yaakov..." Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación."

El nombre YHVH (el Eterno) está íntimamente relacionado con los tres
patriarcas. Su nombre implica que está dando existencia a estos tres. Los patriarcas habían muerto en el tiempo de Moshé, no estaban vivos. Los patriarcas no estaban vivos sino muertos en el tiempo de Yeshúa.
Los tsadukeos no creían en la resurrección. Tampoco aceptaban otras  Escrituras fuera del Jumash (la Torah) . Por lo tanto, cuando el Mesías entró en discusión con ellos en cuanto a la resurrección, no usó argumentos de los libros que ellos no aceptaban como inspirados, (donde claramente se habla de la resurrección de los muertos, cf. Job 19:26; Isaías 26:19; Daniel 12:2, 13 etc.), sino usó el Jumash. Citó el texto que estamos estudiando, como está escrito en Lucas 20:37-38:

"Pero que los muertos resucitan, aun Moshé lo enseñó, en aquel pasaje sobre la zarza ardiendo, donde llama al Señor, EL ELOHA DE AVRAHAM, Y ELOHA DE YITSJAK, Y ELOHA DE YAAKOV. El no es Eloha de muertos, sino de vivos; porque todos viven para El."

¿Cuál es el argumento del Mesías? Si no hay resurrección, como dicen los tsadukeos, ¿cómo el Eterno puede confesarse a los patriarcas y decir que es el Eloha de ellos, si están muertos? Él no es un Eloha de muertos sino de vivos. Esto nos enseña que los patriarcas estaban muertos cuando Yeshúa habló. Si Yeshúa los hubiera considerado como vivos, no tendría argumentos contra los tsadukeos. Para nuestro Rebe, la resurrección era necesaria para que el Eterno pudiera ser el Eloha de Avraham, Yitsjak e Israel. Si no hay resurrección, ellos siguen siendo muertos, y HaShem sería un Eloha de muertos. Así que la doctrina que enseña que están vivos los que han dormido en la fe, está equivocada. Los que durmieron necesitan la resurrección de sus cuerpos para estar vivos. Avraham, Yitsjak y Yaakov tienen que resucitar para que puedan ser considerados como vivos y Eloha ser un Eloha de vivos. Según el Mesías Yeshúa, el hombre no puede vivir sin cuerpo. La resurrección
es una condición para que el hombre pueda vivir eternamente, como está escrito en 1 Corintios 15:53-54:

"Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto
mortal se vista de inmortalidad. Pero cuando esto corruptible se haya
vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad,
entonces se cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria."

La muerte no podrá ser devorada hasta que venga la resurrección, cuando los cuerpos muertos serán vivificados.

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Quinta aliyá, 3:18 - 4:17

3:16   "Ve y reúne a los ancianos de Israel, y diles: "YHVH, (yod – Hey – Vat – Hey)el Eloha de vuestros padres, el Eloha de Avraham, de Yitsjak y de Yaakov, se me ha aparecido, diciendo: 'Ciertamente os he visitado y he visto lo que se os ha hecho en Mitsrayim." - Vemos claramente como Moshé pronunció el Nombre del Eterno ante los hijos de Israel. Incluso lo hizo ante Paró, cf. 5:1-2, 17. La prohibición posterior de los rabinos de pronunciar el Nombre del Eterno no es de origen Toraita. El Eterno reprende a los falsos profetas de Israel por haber hecho que el pueblo olvidara su Nombre, como está escrito en Jeremías 23:27:

"que tratan de que mi pueblo se olvide de mi nombre con los sueños que se cuentan unos a otros, tal como sus padres olvidaron mi nombre a causa de Baal?"

Como Moshé dio a conocer el Nombre de YHVH al pueblo de Israel, así el Mesías Yeshúa dio a conocer el Nombre del Padre a sus talmides, discípulos, como está escrito en Juan 17:6, 26:

"He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran tuyos y me los diste, y han guardado tu palabra... Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos."

3:18   "Y ellos escucharán tu voz; y tú irás con los ancianos de Israel al  rey de Mitsrayim, y le diréis: "El Eterno, el Eloha de los hebreos, nos ha  salido al encuentro. Ahora pues, permite que vayamos tres días de camino a la estepa para ofrecer sacrificios al Eterno nuestro Eloha." - Aquí se presenta el Eterno como el Eloha de los hebreos. Es la primera vez que aparece esta expresión en las Escrituras. La palabra "los hebreos" ("ha-ivrim") aparece catorce veces en el Jumash (Torah) de manera común, y una vez de manera diferente. Las cuatro primeras veces son estas:

1.    Génesis 40:15 - en relación con la tierra de Israel.
2.    Génesis 43:32 - en relación con la comida.
3.    Éxodo 2:6 - en relación con el pueblo.
4.    Éxodo 3:18 - en relación con el Eterno.

En Éxodo 3:18 aparece la palabra "ha-ivriyim" con una doble yud. Es la única vez que aparece así en la Escritura. Esto nos enseña que aquí hay un secreto escondido en la expresión "el Eloha de los hebreos".

·        La yud es la primera letra del Nombre del Eterno - Se identifica  tanto con los hebreos que pone su nombre entre ellos.
·        La yud es la décima letra del alefato hebreo - Las diez palabras
fueron dadas en el monte Sinai. También hubo diez plagas para liberar a los hebreos de Mitsrayim. La doble yud aparece también en la palabra "va-yitser" ("y formó") en Génesis 2:7. Según Rashí significa que hubo dos actos de formación del ser humano (a diferencia de los animales), una para este mundo y otra para la resurrección de los muertos. En el cuerpo humano está la semilla para el cuerpo de resurrección, cf. 1 Corintios 15:42-44. Cuando la doble yud aparece en la palabra "los hebreos" en Éxodo 3:18 hay una alusión a que los hebreos son los que viven en dos dimensiones, en este mundo y el mundo celestial. Entre los hebreos hay dos clases de personas, los que son de la tierra solamente, (como la arena), y los que además son del cielo, (como las estrellas). Los hebreos que tienen la relación con el Eterno son los que han sido marcados con doble yud, son los hijos celestiales.


En Juan 12:49 está escrito:

"Porque yo no he hablado por mi propia cuenta, sino que el Padre mismo que me ha enviado me ha dado mandamiento sobre lo que he de decir y lo que he de hablar."

En Juan 14:10 está escrito:

"¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las obras."

4:13   "Pero él dijo: Te ruego, Eterno, envía ahora el mensaje por medio de quien tú quieras." - Esta es una referencia al Mesías.

4:16   "Además, él hablará por ti al pueblo; y él te servirá como boca y tú  serás para él como elohim." - Moshé recibió la función de ser elohim, juez supremo, con máxima autoridad. La palabra hebrea "elohim" no es un nombre personal del Creador, sino una función, un título. El no se llama Elohim, él ES Elohim. Un hombre puede obtener varios cargos, tener varias funciones, puede ser abogado, padre, amigo y presidente. Todos estos títulos son funciones, pero ninguno de ellos es su nombre personal. El nombre personal de alguien no es lo mismo que la función que ejerce. Por ejemplo: "Miguel es policía". Su nombre es Miguel y él ejerce el cargo de policía. Lo mismo ocurre cuando está escrito: "YHVH es Elohim", Deuteronomio 4:39. Su nombre  es YHVH y él ejerce el cargo de Elohim. El Creador tiene un nombre personal con el cual se revela, YHVH, como está escrito en

Éxodo 15:3:

"El Eterno es fuerte guerrero; YHVH es su nombre."

Este es su nombre personal. Los demás nombres suyos son nombres genéricos, son títulos, que representan sus diferentes funciones, y "Elohim" es uno de ellos. Esta función de ser elohim, fue delegada a Moshé. De la misma manera, el Mesías ha recibido la autoridad del Eloha invisible para ser elohim, como está escrito en Juan 1:1:

"En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Elohim,[13] y
la Palabra era elohim.[14]"

La Palabra, la Torá, estaba con Elohim el Padre, y la Torá ejercía la
función de elohim, máxima autoridad y poder. Esa Torá luego fue hecha carne, y habitó entre nosotros, como está escrito en Juan 1:14.

"Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad."

En Éxodo 4:16 la forma plural "Elohim" está empleada sobre un hombre que representa al Todopoderoso en la tierra, cf. Éxodo 21:22; 22:8-9. Si el
término "Elohim" hubiera sido usado únicamente para mostrar pluralidad, no se podría usar sobre un solo hombre. Moshé no es más que una persona. Y cuando él recibe la autoridad de representar al Todopoderoso en la tierra no es llamado con los términos hebreos "El" o "Eloha", que son dos formas singulares, sino con la palabra plural "Elohim" que es la forma plural de "Eloha". Esto nos enseña que la palabra "Elohim" no denota pluralidad de personas, sino autoridad en extremo. El término "Elohim" es usado aquí sobre una sola persona humana, que ha recibido la autoridad plena de actuar en lugar del Todopoderoso en la tierra. Esto fue cierto en el caso de Moshé y es cierto en el caso de Yeshúa el Mesías, pero en este último su autoridad no está limitada a Mitsrayim solamente, sino ha recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra, como está escrito en Mateo 28:18:

"Y acercándose Yeshúa, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra."
La Torah (instrucción)  de YESHUA ES NUESTRO CODIGO DE CONDUCTA PARA AGRADAR AL Padre  y alcanzar la vida Eterna.

 

¡SHABAT SHALOM!

Por: HOSHEA BEN YISRAEL

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