Parashá 47 Reé
Deuteronomio 11:26 – 16:17
Para ser compartida en el Shabat del 29 de AV de 5785 /agosto22 de 2025
Aliyás de la Torá:
1. 11:26 – 12:10
2. 12:11 – 12:28
3. 12:29 – 13:18 (19 heb.)
4. 14:1-21
5. 14:22-29
6. 15:1-18
7. 15:19 – 16:17
Haftará: Isaías 54:11 – 55:5
Los Escritos Mesiánicos: Revelación
7:9 – 9:21
- Revelación 7:9-17
- Revelación 8:1-5
- Revelación 8:6-13
- Revelación 9:1-10
- Revelación
9:11-21
Reé
Significa ¡observa! Es más fuerte que shemá que habla de oír y
obedecer. Reé tiene que
ver con una percepción más profunda, una visión interior,
con los ojos del corazón.
Comentarios
En esta semana haremos referencia a la 3ª. Y 4ª. Aliyot
de la parashá de esta semana
Tercera aliyá, 12:29 – 13:18 (19 heb.)
IDOLATRIA
12:30 “cuídate de que no seas atraído tras ellos, después que hayan sido
destruidas delante
de ti, y de no
buscar sus Elohaes, diciendo: "¿Cómo servían estas naciones a sus Elohaes para
que yo haga lo mismo?"” ( ) – En este texto vemos la
gran importancia
de ser muy radical en cuanto a la idolatría y todo lo que tiene que ver con el culto pagano, tan
radical que hasta hay que estar dispuesto a entregar los familiares más íntimos a la corte de
justicia para su ejecución, tan radical que hay que estar dispuesto a eliminar todos los
habitantes de una ciudad y quemarla como ofrenda al ETERNO de manera que nunca más sea
reconstruida. La idolatría es tan maligna y tan contagiosa que la Torá establece un
comportamiento sumamente violento para erradicarla de en medio de Israel. Esa es la
actitud que EL ETERNO quiere que tengamos siempre. Tenemos que hacernos la pregunta:
¿tengo algo en mi vida que está conectado con el culto de otra religión que no sea la
de la Torá? ¿Hay algo en mi casa que conecta con la idolatría?
¿Estoy viendo, o permitiendo que mis hijos vean programas
de televisión que tienen que
ver con la brujería?, etc. etc. Si vemos algo en nuestras
vidas que puede dar lugar a la
idolatría, hay que ser violento con sigo mismo, como dice
nuestro Maestro en Mateo
5:29a:
“si tu ojo derecho te es ocasión de caer, arráncalo y
échalo de ti…”
Debemos tener una actitud muy radical contra la
seducción, incluso en nuestras propias
vidas. La gente hoy en día busca experiencias
espirituales. Buscan milagros, señales y
profecías. No les importa tanto si las fuentes de estas
manifestaciones están afines con la
Torá o no. Les importa más la sensación que estas
experiencias producen en sus almas y
en sus cuerpos, que la revelación pura de la Palabra del ETERNO.
Yeshúa habló de estos
movimientos en los últimos tiempos. Dijo que habría
grandes señales y prodigios
producidos por los falsos profetas, como está escrito en
Mateo 24:4-5, 11, 24:
“Respondiendo Yeshúa, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán
muchos
en mi nombre,
diciendo: Yo soy el Mesías (“ungido”); y a muchos engañarán... Y se
levantarán
muchos falsos profetas, y a muchos engañarán... Porque se levantarán falsos
Mesías y falsos
profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de
ser posible, aun
a los escogidos.”
Hoy en día se habla mucho de los predicadores “ungidos”.
¡Cuidado! ¡No todo lo que
reluce es oro! Tanto en la Torá de Moshé, como entre los
Profetas de las Escrituras,
como en la boca del Mesías, hay advertencias muy claras
contra los profetas falsos. Es
fácil ser engañado. Las apariencias pueden engañarnos.
Nuestras emociones pueden
hacer que creamos en los profetas falsos y que nos
metamos en movimientos engañosos.
La Torá de Moshé nos dice cómo podemos saber si los
profetas son verdaderos o falsos.
Si dicen que la Ley de Moshé pasó a la historia, o que
haya sido abolida por medio de
“Jesucristo”, son falsos profetas, por muchos milagros
que hagan. La regla que tenemos
para medir a los profetas, no es si tienen poder o no,
sino si su poder, su mensaje y, ante
todo, su estilo de vida personal, están de acuerdo con la
Torá de Moshé, y con las
enseñanzas de los Escritos Mesiánicos. El que enseña a
los demás que Yeshúa no es el
Mesías de Israel es un falso maestro, porque se ha
aparatado de la Torá de Moshé que
escribe de él en todas las páginas.
La caricatura lamentable, que ha sido muy extendida por
el mundo, que presenta a Jesús
como el fundador de una nueva religión, no tiene mucho en
común con el verdadero
Yeshúa HaMashíaj. La
Torá de Moshé, los Profetas, las Escrituras – Tanaj – y los
Escritos Mesiánicos, enseñan que:
Yeshúa no enseñó a sus discípulos a apartarse de Moshé o
las costumbres de
Israel.
Yeshúa no fundó una nueva religión ni dijo que sus
seguidores lo hicieran.
Yeshúa no mezcló sus enseñanzas o prácticas con elementos
paganos.
Por lo tanto una religión que ha hecho todas estas cosas,
no es un producto del Mesías
de Israel ni de sus seguidores, sino el resultado de una
gran apostasía, mencionada por
los discípulos del Maestro Yeshúa en los Escritos
Mesiánicos, cf. 2 Pedro 2; Judas;
Hechos 20:29-30. Sí Yeshúa hubiera hecho alguna o varias
de estas tres cosas, no sería
el Mesías prometido a Israel, según las Escrituras
inspiradas. Es tiempo de denunciar la
mentira que se ha divulgado acerca de ese Justo y Santo,
para que el mundo judío y
cristiano vea que Él es verdaderamente el que las
Escrituras dicen que es. Es tiempo de
dejar de dibujar caricaturas del verdadero Mesías y
mostrar su cara judía y su apego a la
Torá y a las tradiciones judías de la época. Antes de ser
entregado a la muerte, todos
coincidían en que no había ningún delito en él. No
encontraron testigos que pudieran
decir nada en contra de él. Era imposible encontrar
desobediencia a los mandamientos
en este hombre porque ¡no rompió con el shabat, ni con
nada de la Torá de Moshé ni
con las reglas establecidas en el Judaísmo de la época!
13:4(5) “En pos de EL ETERNO vuestro Eloha andaréis y a El temeréis; guardaréis sus
mandamientos,
escucharéis su voz, le serviréis y a El os uniréis.”
–
Esto nos da a entender que el ETERNO se está moviendo
todo el tiempo, y si no le
seguimos nos vamos a quedar atrás. No tenemos una
religión estática, monótona, sino
viva, expansiva, desarrolladora y evolutiva, que, a pesar
de eso no pierde la base, el
punto de partida, que es la Torá escrita, la Torá oral y
la Torá Viviente. Debemos
hacernos la pregunta: ¿Qué está haciendo nuestro Padre
celestial en estos momentos? Y
luego juntarnos con ese proyecto y colaborar con Él para
cumplir con Sus planes.
Fuimos creados para cumplir los planes del ETERNO y por
eso no nos podemos quedar
quietos en algo estático, sino tenemos que movernos hacia
adelante y siempre buscar la
presencia del ETERNO y ser sensibles para saber dónde Él
camina y seguir en pos de Él y
pegarnos a Él todo el tiempo.
En Juan 5:19-20 está escrito:
“Respondió entonces Yeshúa, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No
puede el Hijo
hacer nada por
sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre
hace, también lo
hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra
todas las cosas
que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que
vosotros os
maravilléis.”
13:11(12) “Entonces todo Israel oirá y temerá, y nunca volverá a hacer tal maldad en mediode
ti.” – La ejecución del reo
de muerte sirve, entre otras cosas, para que el
pueblo tema ante el pecado y se mantenga alejado de la
idolatría.
Según el Talmud,5 hay
dos de los 613 mandamientos que nunca se han aplicado en la
historia: el mandamiento número 443 en nuestra lista –
que habla de incendiar a la
ciudad de descarriados a la idolatría y eliminar a sus
ciudadanos y el mandamiento
número 474 en nuestra lista – que habla de no construir
la ciudad de los descarriados, cf.
Deuteronomio 13:16 (heb 17). ¿Será que se cumplirán estos
dos mandamientos con la
segunda venida del Mesías? Él dijo según está escrito en
Mateo 5:18:
“Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se
perderá ni la
letra más
pequeña ni una tilde de la Torá hasta que toda se cumpla.”
Estos mandamientos también tendrán que cumplirse antes de
la destrucción del cielo y
la tierra.
Cuarta aliyá, 14:1-21
Los hijos del ETERNO
14:1 “Vosotros sois hijos de EL ETERNO vuestro Eloha; no os sajaréis ni os
rasuraréis la frente a
causa de un
muerto.” ( ) – Aquí los hijos de Israel son llamados hijos del
ETERNO.
En Isaías 1:2 está escrito:
“Oíd, cielos, y escucha, tierra, porque EL ETERNO habla: hijos crié y los
hice crecer, mas
ellos se han
rebelado contra mí.”
Es obvio que los hijos físicos de Israel son considerados
por el ETERNO como hijos suyos,
incluso los que se hayan rebelado contra Él.
En Juan 11:51-52 está escrito:
5 R. Eliezer en Sanedrín 71.
“Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa, sino que siendo el sumo
sacerdote ese
año, profetizó
que Yeshúa iba a morir por la nación (judía); y no sólo por la nación, sino
también para
reunir en uno a los hijos de Eloha que están esparcidos.”
Las Escrituras enseñan, por un lado, que los hijos de
Israel son llamados hijos de Eloha,
pero por el otro lado, enseñan que tienen que cumplir
ciertos requisitos para llegar a
serlo.
En Mateo 5:9, 44-45 está escrito:
“Dichosos los de limpio corazón, pues ellos serán llamados hijos de Eloha... Pero yo
os digo: amad a
vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen, para que seáis
hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque Él
hace salir su sol sobre malos
y buenos, y
llover sobre justos e injustos.”
Es interesante ver la tensión entre “para que seáis”, y
luego “vuestro Padre”. Si Eloha ya
era su Padre, ¿por qué tenían que amar a los enemigos
para llegar a ser sus hijos?
Vemos que hay diferentes significados de la palabra hijo,
y el hecho de tener a Eloha por
Padre.
En Lucas 6:35-36 está escrito:
“Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando
nada a
cambio, y
vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es
bondadoso para
con los ingratos y perversos. Sed misericorElohaos, así como vuestro
Padre es misericorElohao.”
Vemos la misma tensión aquí. Se dice "vuestro
Padre" a aquellos que necesitan amar y
prestar sin esperar nada a cambio para poder llegar a ser
hijos de Altísimo. Por un lado
ya eran hijos, pero por el otro necesitaban vivir de
acuerdo a los mandamientos para
llegar a serlo. Comparemos con dos textos escritos
después de la resurrección del
Mesías.
En Efesios 5:1 está escrito:
“Sed, pues, imitadores de Eloha como hijos amados.”
En Filipenses 2:15a está escrito:
“Para que seáis irreprensibles
y sencillos, hijos de Eloha sin tacha en medio de
una
generación torcida y perversa...”
Aquí se encuentran los mismo pensamientos, parecidos a
los que fueron presentados por
Yeshúa.
Hay una conversación radical entre Yeshúa y algunos de
los hijos físicos de Israel en
Juan 8:31a, 37, 42a, 44a, 47 donde está escrito:
“Entonces Yeshúa decía a los judíos que habían creído en él... Sé que sois
descendientes de Avraham; y sin embargo procuráis matarme porque mi palabra
no tiene cabida
en vosotros.... Si Eloha fuera vuestro Padre, me amaríais, porque yo
salí de Eloha y
vine de él... sois de vuestro padre el diablo... El que es de Eloha
escucha las
palabras de Eloha; por eso vosotros no escucháis, porque no sois de Eloha.”
Este texto nos enseña que no es suficiente ser hijos
físicos de Avraham para ser
contados como Hijos de Eloha. Estos judíos era hijos
físicos de Avraham, circuncidados
en la carne, pero no fueron reconocidos como hijos de Eloha
por Yeshúa, sino todo lo
contrario, como hijos del adversario, satanás.
Según el pensamiento hebreo, el hecho de ser hijo tiene
que ver con dos cosas; por un
lado significa haber nacido físicamente y ser un heredero
genético de aquel que es
llamado padre. Y por el otro lado significa ser un
representante y un seguidor de
alguien. Tener a satán como padre no significa que satán
podrá engendrar hijos. De la
misma manera, cuando las Escrituras hablan de ser hijo de
Eloha, no significa que Eloha
pueda engendrar, sino que él es tu origen y que tú eres
su representante y su seguidor.
Teniendo en cuenta esto, es fácil entender por qué el
Mesías y Shaúl enseñan que uno
tiene que cumplir los mandamientos de Eloha para llegar a
ser un hijo del Padre celestial.
De esa manera uno actúa como un buen seguidor y su manera
de ser representa la
manera de ser de tu Padre celestial, y de esa manera
llegas a ser su hijo.
Toma nota de que aquí no estamos hablando de la
salvación, sino el camino para llegar a
ser un fiel representante de Eloha.
En las Escrituras también hay otro aspecto en cuanto a
ser hijo de Eloha – la adopción
como hijos.
En Romanos 9:8, 26 está escrito:
“Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Eloha, sino que los
hijos de la promesa son considerados como descendientes... Y acontecerá que en
el lugar donde
les fue dicho: "Vosotros no sois mi pueblo", allí serán llamados hijos del
Eloha viviente.”
En Romanos 9:3-4 está escrito:
“Porque desearía yo mismo ser anatema, separado del
Mesías por amor a mis hermanos,
mis parientes según la carne, que son israelitas, a quienes pertenece la adopción
como hijos, y la gloria, los
pactos, la promulgación de la Torá, el culto y las promesas.”
Según este texto, el derecho de ser hijos de Eloha
pertenece a los hijos físicos de
Avraham, Yitsjak e Israel, los judíos, que eran parientes
en la carne del shalíaj Shaúl.
Este texto enseña que el derecho de ser hijos de Eloha es
algo que pertenece a los hijos
de Israel. Pero también nos enseña que, de alguna manera,
muchos de los hijos de Israel
pierden ese derecho por causa de su infidelidad contra EL
ETERNO, cf. Lucas 15.
En Oseas 1:10 está escrito:
“Y el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se
puede medir
ni contar; y
sucederá que, en el lugar donde se les dice: No sois mi pueblo, se les
dirá: hijos del Eloha viviente.”
Los hijos de Israel de las diez tribus perdieron el
derecho de ser pueblo de Eloha, y por lo
tanto no fueron contados más como hijos. Este texto nos
enseña, lo mismo que hemos
visto antes, que los israelitas pueden perder lo que les
pertenece, por su infidelidad al
pacto con EL ETERNO. Pero el profeta habla de una
restauración de ese privilegio, y
mediante la redención en el Mesías los descendientes de
la casa de Israel, que se habían
perdido entre las naciones, tendrán de vuelta el derecho
de ser llamados hijos de Eloha.
En Juan 1:12-13 está escrito:
“Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Eloha, a
los que creen en
su nombre, que no fueron engendrados de sangre ni de la voluntad de
la carne, ni de
la voluntad del hombre, sino de Eloha.”
Según este texto, todos los que reciben a Yeshúa y creen
en su Nombre llegan a ser hijos
de Eloha. De esa manera son engendrados por Eloha para
ser sus hijos. Este texto está
hablando tanto a los judíos como a los no judíos. Esta
forma de ser hijo de Eloha no se
puede obtener por medio de ser descendiente de Israel
según la sangre, ni por la
voluntad de la carne, ni por la voluntad de ningún
hombre, porque es una obra
sobrenatural hecha por el mismo Eloha. Obviamente, en
este contexto están excluidos
como hijos de Eloha, los que reclaman serlo únicamente por medio de ser
descendientes
físicos de Israel. Necesitan esta experiencia divina,
activada por medio del Mesias, para
poder recibir la potestad de llegar a ser hechos hijos de
Eloha.
En Gálatas 4:5 está escrito:
“A fin de que redimiera a los que estaban bajo ley, para que recibiéramos la
adopción de hijos. Y porque sois hijos, Eloha ha
enviado el Espíritu de su Hijo a
nuestros
corazones, clamando ¡Abba! ¡Padre!”
Vemos que los que estaban "bajo ley"
necesitaban ser redimidos para poder recibir esa
adopción de hijos, que realmente les pertenecía como
hijos de Israel, y miembros del
pacto. (“Bajo la ley” es una expresión que significa
legalismo, y alude a la parte
legalista del judaísmo de la época). Este mismo
pensamiento podemos también
encontrar en Efesios 1:4-5, 12-14a, donde está escrito:
“Nos escogió (a los judíos) en él (Mesías) antes de la fundación del mundo, para que
fuéramos santos
y sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para
adopción como hijos para sí mediante Yeshúa el Mesías, conforme al beneplácito
de su
voluntad... a fin de que nosotros (los judíos), que fuimos los primeros en esperar
en el Mesías,
seamos para alabanza de su gloria. En él también vosotros (los gentiles),
después de
escuchar el mensaje de la verdad, las buenas nuevas de vuestra salvación, y
habiendo creído,
fuisteis sellados con el Espíritu de santidad de la promesa, que nos es
dado (a judíos y no judíos
que recibieron el mensaje de la verdad) como garantía de
nuestra
herencia...”
Podemos hacernos la pregunta: ¿No eran Moshé y David, que
vivían antes de Yeshúa,
verdaderos hijos de Eloha? En el versículo 12 tenemos la
respuesta a esta pregunta, como
está escrito:
“a fin de que nosotros (los judíos y sus ancestros), que fuimos los primeros en esperar
en el Mesías,
seamos para alabanza de su gloria.”
Aquí habla de los que eran los primeros en esperar en el
Mesías. Los que esperaban en
el Mesías eran los que vivían antes de Yeshúa. Entonces,
según este contexto, los que
antes estaban esperando al Mesías están incluidos entre
los que han sido predestinados
desde antes de la fundación del mundo para recibir la
adopción como hijos de Eloha,
mediante Yeshúa el Mesías, en quien tienen redención
mediante su sangre, el perdón de
los pecados según las riquezas de la gracia del Padre,
cf. versos 1-7. Entonces los que
antes habían estado esperando en el Mesías y habían
puesto su confianza en lo que el
ETERNO iba a hacer por meEloha de él, fueron considerados
como hijos de Eloha.
De la misma manera como nosotros miramos hacia atrás en
una obra redentora eterna y
terminada con la muerte y resurrección del Mesías, así
también ellos miraron hacia el
futuro esperando y creyendo en la misma obra salvadora,
aunque no tenían todos los
detalles tan claros como nosotros. Los que vivían antes
de Yeshúa fueron salvos por
medio de la fe en el poder redentor de EL ETERNO al igual
que nosotros que vivimos
después de la primera venida de Yeshúa. Es la misma fe en
la misma obra redentora
mediante la sangre del Mesías, testificada y afirmada por
las Sagradas Escrituras desde
el principio hasta el fin.
En Juan 5:39, 46 está escrito:
“Examináis las Escrituras, porque vosotros pensáis que en
ellas tenéis vida eterna; y
ellas son las que dan testimonio de mí... Porque si
creyerais a Moshé, me creeríais a mí,
porque de mí escribió él.”
En 1 Pedro 1:10-11 está escrito:
“Acerca de esta salvación, los profetas que profetizaron
de la gracia que vendría a
vosotros, diligentemente inquirieron e indagaron,
procurando saber qué persona o
tiempo indicaba el Espíritu del Mesías dentro de ellos,
al predecir los sufrimientos del
Mesías y las glorias que seguirían.”
Según este texto, el Espíritu del Mesías indicaba cosas
dentro de los profetas que vivían
antes del Mesías. Ellos sabían que el Mesías iba a venir
para morir y luego resucitar. El
pueblo que creyó el mensaje de los profetas recibieron la
salvación por la fe en EL ETERNO
que iba a enviar al Redentor, que los iba a liberar del
pecado y de la muerte, cf. Génesis
3:15.
La pregunta surge si estos profetas verdaderamente tenían
el Espíritu del Mesías
morando dentro de ellos todo el tiempo o si solamente
estaba sobre ellos e indicaba
cosas dentro de ellos. Es obvio que Moshé y David tenían
el Espíritu del Mesías sobre
ellos, pero no sé si verdaderamente tenían el Espíritu
morando dentro de ellos como
nosotros lo estamos experimentando, cf. Juan 14:17;
Hechos 5:32; 19:2; Romanos 5:5;
8:9, 11, 15-16; 1 Corintios 3:16; 6:19; 2 Corintios
1:21-22; 5:5; Gálatas 3:2, 14; 4:5;
Efesios 1:13-14; 4:23, 30; 5:18; 2 Timoteo 1:14; Hebreos
6:4b; Jacobo 4:5; 1 Juan 1:27;
3:24; 4:13.
En Romanos 8:16 está escrito:
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de
que somos hijos de Eloha.”
Parece ser que los que vivieron y murieron antes de la
resurrección del Mesías no
podían experimentar en su interior lo que es la
regeneración de sus espíritus. Lo tenían
"potencialmente", pero no experimentalmente. Lo
tenían en la esperanza, pero no en la
experiencia.
Según entiendo, nadie podía experimentar el resultado de
la resurrección del Mesías en
su interior hasta después de ese evento, cf. 1 Pedro 1:3.
Parece ser que fue lo que ocurrió
con los discípulos cuando Yeshúa sopló sobre ellos
después de su resurrección, cf. Juan
20:22. Ellos experimentaron la nueva creación por el
soplo del Hijo de Eloha, al igual
que Adam experimentó la vida por primera vez, por un
soplo del ETERNO. La experiencia
de la nueva vida en el Mesías es un resultado de su
resurrección, y esa experiencia
sobrenatural ocurrió con los discípulos cuando Yeshúa
sopló sobre ellos después de
haber resucitado. Por lo tanto, los que vivían antes de
la resurrección de Yeshúa, no
habían podido experimentar la regeneración del espíritu.
No podían recibir el Espíritu de
Santidad ni como una fuente dentro de sí, cf. Juan 4:14,
ni como ríos de agua viva en su
interior, cf. Juan 7:37-39; 2 Corintios 3.
En Juan 14:16-17 está escrito:
“Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Ayudador para
que esté con vosotros para
siempre; el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede
recibir, porque ni le ve ni le
conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros.”
Según mi entendimiento, la fuente dentro del ser humano,
de la cual se habla en Juan
4:14, es un resultado de la experiencia de la
regeneración del espíritu del hombre,
cuando el Espíritu de Padre entra a morar dentro del
creyente, en su espíritu. Los ríos de
agua viva, de los cuales se hablan en Juan 7:37-39, es la
experiencia del sumergimiento
(purificación-Tevilah) en el Espíritu de santidad, que no
era posible experimentar antes de que Yeshúa fuese glorificado. Vemos como los
discípulos del Mesías experimentaron, por
primera vez, este sumergimiento espiritual en el día de shavuot (Pentecostés), según el
relato en Hechos 2.
En Gálatas 3:26 está escrito:
“Pues todos sois hijos de Eloha mediante
la fe en el Mesías Yeshúa.” ( )
En Romanos 8:14-15 está escrito:
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Eloha,
los tales son hijos de Eloha.
Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para
volver otra vez al temor, sino que
habéis recibido un espíritu de adopción
como hijos, por el cual clamamos ¡Abba!
¡Padre!”
En 1 Juan 3:1-2, 10; 5:2 está escrito:
“Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que
seamos llamados hijos de
Eloha; y eso somos. Por esto el mundo no
nos conoce, porque no le conoció a Él.
Amados, ahora somos hijos de Eloha
y aún no se ha manifestado lo que habremos de
ser. Pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos
semejantes a él porque le
veremos como él es… En esto se reconocen los hijos de Eloha y los hijos del
adversario:
todo aquel que no practica la justicia (expresada en la Torá), no
es de Eloha: tampoco
aquel que no ama a su hermano… En esto sabemos que amamos
a los hijos de Eloha:
cuando amamos a Eloha y hacemos sus mandamientos.”
Los Escritos Mesiánicos enseñan que los que creen en
Yeshúa reciben la adopción como
hijos de Eloha. En el momento de recibir a Yeshúa, el
espíritu del hombre es regenerado
y el Espíritu de Eloha entra a morar dentro de su cuerpo
que se convierte en un templo
santo.
Pero al mismo tiempo vemos que la adopción como hijos de Eloha
contiene una
connotación futura. No nos hemos convertido en hijos de Eloha
totalmente, puesto que
nuestros cuerpos no han sido transformados todavía, según
Romanos 8:19, 21, 23b
donde está escrito:
“Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de
los hijos de Eloha... la creación misma será también liberada de la esclavitud de la
corrupción a la
libertad de la gloria de los hijos de Eloha... Aun nosotros mismos
gemimos en
nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos,
la redención de
nuestro cuerpo.”
Sumario:
Los hijos de Israel son hijos de Eloha por ser parte de
los pactos.
Ser hijo significa por un lado ser parte de un pacto
familiar y por el otro ser un
imitador fiel y un representante del padre.
Solamente los hijos de Israel, que son creyentes en el
Mesías redentor, serán
finalmente reconocidos como hijos de Eloha.
Uno puede ser hijo de Eloha en un nivel sin serlo en otro
nivel más alto.
Los santos que vivían antes de Yeshúa fueron salvos por
medio de la fe en El que
había prometido la venida del Mesías sufriente, pero no
podían experimentar la
regeneración de sus espíritus, porque el Mesías Yeshúa
todavía no había
resucitado.
Para poder ser hijo de Eloha, mediante la regeneración
del espíritu, hay que recibir
a Yeshúa HaMashíaj.
No seremos plenamente hijos de Eloha hasta la segunda
venida del Mesías.
Como dijimos antes, ser un hijo no significa
obligatoriamente, que uno haya sido
engendrado en el sentido biológico, sino puede significar
ser un seguidor, un imitador,
un discípulo y un representante. Por lo tanto, los jueces
son también llamados “hijos de
Eloha” por haber recibido puestos de autoridad y
representan al ETERNO en la sociedad, cf.
Salmo 82.
En el Talmud podemos leer: 6
Rabí Yehudá dijo: “Cuando os comportáis como hijos sois llamados hijos; si
no, sois llamados esclavos del ETERNO”. Rabí Meír decía: “De todas formas
sois “hijos” pues se dice: “Son hijos insensatos”, cf. Jeremías 4:22;
Deuteronomio 32:20.
14:2 “Porque eres pueblo santo para EL ETERNO tu Eloha; y EL ETERNO te ha
escogido para que le seas un pueblo de su exclusiva posesión de entre los
pueblos que están sobre la faz de la tierra. No comerás nada abominable.” – La
santidad tiene mucho que
ver con lo que comemos. Hay una diferencia entre lo que
está permitido comer a los
hijos de Israel y a las demás naciones. Esta diferencia
de comida es debida a la
diferencia entre el nivel de santidad de los hijos de
Israel y los demás pueblos.
14:8 “Y el cerdo, aunque tiene la pezuña dividida, no rumia; será impuro para
vosotros. No
comeréis de su
carne ni tocaréis sus cadáveres.” – Aquí
está escrito que
el cerdo es impuro “para vosotros”, es decir para los
hijos de EL ETERNO, los hijos de
Israel, cf. 14:1-2, no para los demás. Según Rashí, la
prohibición de tocar los cadáveres
de estos animales es sólo durante el tiempo de las
fiestas.
14:10 “pero no comeréis nada que no tenga aletas ni escamas; será impuro para
vosotros.”
– Los animales marítimos
que no tienen aletas ni escamas son impuros
para los judíos, no para los demás. Esta escritura nos
enseña que sólo para los hijos del
ETERNO, el pueblo de Israel, estos animales son
prohibidos. Ahora, si una persona, de
origen gentil, que se ha convertido al Eloha de Israel
por medio de Yeshúa HaMashíaj,
ya no está fuera de la esfera espiritual de Israel, como
dicen las Escrituras en Romanos
11:17, 24; Efesios 2:11-19; 3:1-7, hace bien si sigue
estos mandamientos, porque ha
sido apartado de los demás pueblos para ser diferente, y
esa diferencia se notará aun en
su manera de comer. Los Yisraelitas tienen la obligación de seguir estas reglas de
kashrut
para ser santos, y los justos de las naciones hacen bien
en seguir estas reglas para vivir
en un nivel alto de santidad. Sin embargo, a los que no
son Yisraelitas de nacimiento ni
de conversión, no se les puede obligar a cumplir estos mandamientos.
14:21 “No comeréis ningún animal que se muera. Lo podrás dar al forastero que está
en tusbciudades, para que lo coma, o lo podrás vender a un extranjero, porque
tú eres un
pueblo santo a EL
ETERNO tu Eloha. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.” – La
palabra que ha sido traducida como “que se muera” es la palabra hebrea nevelá.7 La Enciclopedia Judaica8 enseña:
NEVELÁ (Heb. "cadáver"), un sustantivo descriptivo para cualquier
animal, pájaro o criatura que haya muerto como un resultado de cualquier otro
proceso que no sea una matanza ritual válida (shejitá).
La TORAH prohíbe el consumo de ese tipo de carne, que puede ser dada abun
extranjero residente, o vendida a un no Yisraelita (Deuteronomio 14:21; ver
Deu 14:21
No deben comer nada que haya muerto de muerte natural; dáselo al extranjero que haya en tu comunidad para que coma, o puedes
vendérselo a un forastero. Porque tú eres un pueblo consagrado a YHWH tu
Elohim. No debes hervir un cabrito en la leche de su madre.
también Pes. 21b). El castigo de comer nevelá sólo se aplica sobre animales
“limpios
La nevelá es también una de las categorías principales de impureza ritual
Un extranjero gentil que reside en Israel que ha aceptado
no hacer idolatría puede comer
animales puros no degollados según la halajá.
Algunos consideran que aquí se trata solamente de no
cocer una cría en la leche de su
madre, pero surge la pregunta si este mandamiento no debe
entenderse como un ejemplo
de un principio general de no cocer o comer la carne
junto con la leche. Así se ha
interpretado en el judaísmo tradicional durante miles de
años.
Estaa mitzva se aplica penamente a los mamíferos que
aplican dentro de la ley kashurut ( kasher o kosher,) y es una manera física de
mantener el cuerpo sano y puro
SHABAT SHALOM!
Fuente EB
Adaptado por; HOSHEA BENYISRAEL
shabat shalom
ResponderEliminarSi tu hermano, hijo de tu padre o hijo de tu madre, tu hijo o tu hija, la esposa que reposa en tu seno o el amigo que es tu otro yo, trata de seducirte en secreto diciéndote: 'Vamos a servir a otros dioses', desconocidos de ti y de tus padres,
ResponderEliminar8 de entre los dioses de los pueblos próximos o lejanos que os rodean de un extremo a otro de la tierra,
9 no accederás ni le escucharás, tu ojo no tendrá piedad de él, no le perdonarás ni le encubrirás,
10 sino que le harás morir; tu mano caerá la primera sobre él para darle muerte, y después la mano de todo el pueblo.
11 Le apedrearás hasta que muera, porque trató de apartarte de Adonai tu Di-s, el que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre.
12 Y todo Israel, cuando lo sepa, tendrá miedo y dejará de cometer este mal en medio de ti.