viernes, 10 de agosto de 2012

Parashá 46 Ékev


Parashá 46 Ékev
Deuteronomio 7:12 – 11:25
Aliyás de la Torá:
  1. 7:12 – 8:11
  2. 8:12 – 9:3
  3. 9:4-29
  4. 10:1-11
  5. 10:12-22
  6. 11:1-9
  7. 11:10-25
Haftará: Isaías 49:14 – 51:3
Brit Hadasha: Revelación 5:1 – 7:8
Ékev
Significa, entre otras muchas cosas: “consecuencia”.
Temas de la Perasha

La
parasha habla sobre los siguientes temas:

Primera alía (7:12-8:10)
Las bendiciones por escuchar sus preceptos y guardar cada uno de Sus mandatos. Y te amara, te bendecirá y te multiplicara.

Segunda alía (8:11-9:3)
Amonestación de no olvidar al Eterno, sino que cumpliendo Sus mitzvot -mandamientos-, Sus mishpatim -estatutos-, y Sus jukot -preceptos- te guardaras, no sea que por lo bien que te va te ensoberbezca y te olvides de tu Eterno.

Tercera alía (9:4-9:29)
El Eterno declara que destruirá y entregara en las manos de los hijos de Yisrael los pueblos de Canaan.

Cuarta alía (10:1-10:11)
Moshe habla al pueblo y recuenta cuando subió a
la montaña por el segundo par de tablas y las puso en el arca como el Eterno mandó.

Quinta alía (10:12-11:9)
Moshe habla a los hijos de Yisrael y les explica como el Eterno por amor a sus padres los escogió de entre todos los pueblos. Lo que requiere el Eterno de Sus benei Y'srael es que Le temamos y sigamos Sus caminos amándole y sirviéndole con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo Sus mandatos y preceptos que nos dio para nuestro bien.

Sexta alía (11:10-11:21)
Las bendiciones de la tierra prometida. La bendición por guardar y cumplir Sus mitzvot, hará que la lluvia llegue a su tiempo.

Séptima alía (11:21-11:25)
El Eterno manda guardar escrupulosamente sus mitzvot que ordeno y cumplirlos, amando al Eterno, marchando por Sus caminos y ligándonos a El. Moshe habla a los hijos de Yisrael que todo lugar que pisare la planta de vuestro pies, os dará desde el desierto hasta el Líbano y desde el rió Eufrates hasta el mar occidental (Mediterráneo).

COMENTARIO
Estos versículos enseñan que hay condiciones para que YHVH guarde, con los hijos de Israel, el pacto que juró a sus padres. También hablan de las consecuencias de la fidelidad al pacto. Hay unas condiciones y unas consecuencias. Las condiciones son las siguientes:
-       Oír y obedecer (shemá) los mishpatim (leytes sociales).
-       Guardar (shamar) los mishpatim.
-       Cumplir (asá) los mishpatim.
Las consecuencias son:
-       Adonai guardará su pacto con Israel.
-       Adonai guardará su misericordia con Israel.
-       Adonai amará a Israel.
-       Adonai bendecirá a Israel.
-       Adonai multiplicará a Israel.
-       Adonai bendecirá los hijos de los israelitas.
-       Adonai bendecirá los productos agrícolas de los israelitas.
-       Adonai bendecirá la producción de los animales de los israelitas.
-       Los israelitas tendrán más bienestar que otros pueblos.
-       No habrá esterilidad en los hombres o en los animales israelitas.
-       No habrá enfermedad entre los israelitas.
-       Las enfermedades alcanzarán los enemigos de Israel.
-       Los israelitas tendrán poder para exterminar las siete naciones.
Las condiciones para obtener los beneficios del pacto en primer lugar tienen que ver con la fidelidad a las leyes que tienen que ver con el amor al prójimo. La obediencia a los mishpatim, que son las leyes sociales, es una condición para poder recibir el amor del Eterno. Esto nos enseña que el amor que el Eterno muestre a nosotros está relacionado con el amor que mostremos al prójimo. El mismo principio se encuentra en el  Brit Hadasha (pacto renovado), donde vemos que el amor que mostramos hacia el prójimo es un reflejo del amor que tenemos hacia el Padre, como está escrito en 1ª de Juan 3:14, 23; 4:8, 12, 20:
“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte... Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Yeshúa el ungido, y nos amemos unos a otros como Él nos ha mandado... El que no ama no conoce a Eloha, porque Eloha es amor... Si alguno dice: Yo amo a Eloha, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Eloha a quien no ha visto.”
La relación entre nosotros y el prójimo determina nuestra relación con el Padre. Es imposible servir al Eterno sin amar a los hermanos. Es imposible sacar los beneficios del pacto sin estar bien con los demás.
“Y YHWH apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Mitsrayim que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian.” – La sanidad divina es una consecuencia de la obediencia a las leyes sociales, los mishpatim. Si hay una relación armoniosa entre los integrantes del pacto, tendremos todos los beneficios del pacto, que también incluyen la prosperidad económica, la sanidad divina y el poder sobre los enemigos, incluso los demonios. Si tenemos relaciones de enemistad entre nosotros, no podremos hacer frente a los demonios. Si no nos tratamos bien tendremos enfermedades que no van a sanar, escasez económica y sequía espiritual.
-        Amor condicional – que ama dependiendo de las actitudes, de la manera de ser o del comportamiento del otro. Tenemos un ejemplo en las palabras del Rabí en Juan 14:23 donde está escrito:
“Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará…”
-        Amor incondicional – que ama independiente de las actitudes, de la manera de ser o del comportamiento del otro. Tenemos un ejemplo de ese amor en Deuteronomio 7:7-8 donde está escrito:
“YHWH no os deseó ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; mas porque YHWH os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, YHWH os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Paró, rey de Mitsrayim”
Otro ejemplo se encuentra en Romanos 5:6-10 donde está escrito:
“Porque Mashiaj, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Eloha muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Mashiaj murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Eloha por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
En el texto de Devarim, que nos ocupa, vemos que el pacto es condicional, de manera que el pueblo tiene que cumplir con los mandamientos para mantenerse dentro del pacto. La idolatría rompe el pacto entre el Eterno e Israel al igual que el adulterio rompe el pacto matrimonial entre los cónyuges. El que comete adulterio quiebra el pacto matrimonial.
El pacto que el Eterno hizo con Avraham en Génesis 15 es incondicional. Por medio de ese pacto el Eterno puso su propia existencia en juego. Si Él no cumple sus promesas dadas en ese pacto dejará de ser. Esa es la razón por la que Él mismo toma la iniciativa para cambiar el corazón del pueblo de Israel para que guarden sus mandamientos, con el fin de que las promesas dadas en el pacto puedan ser cumplidas, como está escrito en Ezequiel 36:22-27:
“Por tanto, di a la casa de Israel: "Así dice el Señor YHWH: 'No es por vosotros, casa de Israel, que voy a actuar, sino por Mi santo nombre, que habéis profanado entre las naciones adonde fuisteis. 'Vindicaré la santidad de Mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy el Eterno'--declara Adonai el Eterno-- 'cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas. 'Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. 'Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 'Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 'Pondré dentro de vosotros mi espíritu (RUAJ HaKODESH) y haré que andéis en mis estatutos (jukim), y que guardéis mis ordenanzas (mishpatim), y los pongáis por obra.”
En Deuteronomio 7:9 está escrito:
“Él guarda el pacto y la bondad con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos”
Esto nos enseña que el pacto sinaítico es condicional. Por otro lado, hay una profecía que dice que Israel seguirá siendo un pueblo mientras existan las leyes naturales, como está escrito en Jeremías 31:35-36:
“Así dice YHWH, el que da el sol para luz del día, y las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar para que bramen sus olas; YHWH de los ejércitos es su nombre: Si se apartan estas leyes de mi presencia--declara YHWH-- también la descendencia de Israel dejará de ser nación en mi presencia para siempre.”
¿Será que Israel no dejará de ser fiel al pacto? Si la existencia de Israel depende de su fidelidad al pacto ¿cómo puede el Eterno prometer que Israel nunca dejará de ser? La respuesta es: por causa del remanente. Lo que causó que estas promesas pudieran ser establecidas, es la existencia de un remanente fiel, un grupo reducido dentro de Israel. Siempre ha habido, y siempre habrá, un remanente fiel al pacto. Ese remanente ha sido, y sigue siendo, la salvación para el resto del pueblo. Sin ese remanente, Israel hubiera sido destruido como Sedom, según Isaías 1:9 donde está escrito:
“Si YHWH de los ejércitos no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes, seríamos como Sedom, y semejantes a Amorá.”
En Romanos 11:1-6 está escrito:
“Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Eloha a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Avraham, de la tribu de Binyamín. Eloha no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura en el pasaje sobre Eliyahu, cómo suplica a Eloha contra Israel: Señor, HAN DADO MUERTE A TUS PROFETAS, HAN DERRIBADO TUS ALTARES; Y YO SOLO HE QUEDADO Y ATENTAN CONTRA MI VIDA? Pero, ¿qué le dice la respuesta divina?: Me HE RESERVADO SIETE MIL HOMBRES QUE NO HAN DOBLADO LA RODILLA A BAAL. Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia. Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia.”
El remanente que ha habido, y que todavía hay en Israel, es el que ha hecho que los pactos hayan podido seguir vigentes y que el Eterno pueda cumplir sus promesas de restauración para Israel en los últimos tiempos.
7:18 “no tengas temor de ellas; recuerda bien lo que YHWH tu Eloha hizo a Paró y a todo Mitsrayim” – Esta parashá habla de cinco cosas para recordar:
1.     Recordar los milagros de la salvación que experimentaste, 7:18.
2.     Recordar todo el camino por donde pasaste, 8:2.
3.     Recordar de donde saliste, 8:14.
4.     Recordar a YHWH, 8:18.
5.     Recordar lo que eras, 9:7.
Estos recuerdos nos ayudan a no caer en el pecado y a tener gratitud al Eterno y alabarle todos los días de nuestras vidas.
“no tengas temor de ellas; recuerda bien lo que YHVH tu Eloha hizo…” – ¿Cuál es el antídoto contra el temor? Recordar la revelación del poder del Eterno y confiar en Su presencia protectora, como está escrito en el Salmo 23:4a:
“Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo”
El que es consciente de la presencia del Eterno, nunca tiene temor.
Por otro lado, no podemos usar la palabra “poco a poco” como una excusa para no obedecer. Cuando una persona llega nueva a la fe de Israel no puede asumirlo todo de golpe. Necesita un tiempo de acoplamiento, cf. Hechos 15:19-21. Pero si una persona lleva mucho tiempo estando con nosotros sin haber hecho los cambios necesarios para poder integrarse en el pueblo de Israel y sus costumbres, habrá que preguntar si hay rebeldía en su corazón. En ese caso no se puede usar la expresión “poco a poco”, como algunos están haciendo por costumbre, como una excusa para no obedecer. El ir poco a poco no significa no ser radical. Hay que mantener el mismo celo aunque la conquista se alargue, y no acostumbrarse a la presencia de la idolatría y las costumbres paganas, sino combatirlas hasta exterminarlas de nuestro territorio.
8:1    “Todos los mandamientos que yo os ordeno hoy, tendréis cuidado de ponerlos por obra, a fin de que viváis y os multipliquéis, y entréis y toméis posesión de la tierra que YHWH juró dar a vuestros padres.” – Los resultados de la obediencia son vida, multiplicación y derecho de vivir en la tierra de Israel. ¿Quieres ganar almas para el Reino venidero? Guarda los mandamientos y te multiplicarás.
8:2    “Y te acordarás de todo el camino por donde YHWH tu Eloha te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos.” – El maná, en hebreo “man”, fue dado para probar a los hijos de Israel para que no dejaran nada para el día siguiente y para que no salieran en shabat a recoger, cf. Éxodo 16.
“Y te acordarás de todo el camino” – Es importante recordar el camino por donde uno ha caminado, con el fin de no olvidar:
-       las bondades del Eterno en medio de los problemas.
-       los castigos por causa de la desobediencia.
-       las palabras que el Eterno habló en esos lugares.
-       las adversidades que uno ha pasado.
El que se acuerde de sus problemas se queda humilde. En los momentos de prosperidad es muy importante recordar las penas que uno ha tenido, para mantenerse humilde. La mejor manera de no caer en pecado de soberbia es reconocer de dónde ha venido la ayuda y mostrar agradecimiento por ello.
Según este texto, el Eterno tiene cuatro propósitos con las adversidades:
1.     humillarte – el alma del hombre es altivo. Lo primero que tiene que aprender es la humildad.
2.     probándote – para poder promocionarte. Toda prueba tiene el propósito de hacerte subir.
3.     para saber lo que había en el corazón – cuando estás bajo presión se muestra lo que hay en el corazón.
4.     hacerte conocer, por experiencia, que no sólo de pan vive el hombre sino de todo lo que sale de la boca de YHWH.
8:3    “Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca de YHWH.” – El Salmo 38 fue escrito para memorial, ver la introducción. Ese Salmo habla de todos los sufrimientos que un pecador tiene que experimentar por sus pecados. ¿Por qué hay que recordar un Salmo tan negativo? Para poder aguantar la prosperidad. Es mucho más fácil mantenerse sano cuando hay dificultades que cuando hay prosperidad, porque entonces nos aferramos al Eterno. Cuando las cosas van bien es fácil enorgullecerse y olvidarse de que todo lo que tenemos ha sido dado por el Eterno, como dice 1 Corintios 4:7:
Para que el Eterno pueda prosperarnos y levantarnos en alto, tenemos que tener muy presente el tiempo del sufrimiento que hemos pasado y no olvidarnos de que fue el Eterno que nos sacó de allí. Es peligroso llegar a las alturas sin haber pasado por muchas penas.
En el Salmo 119:67, 71 está escrito:
“Antes que fuera afligido, yo me descarrié, mas ahora guardo tu palabra… Bueno es para mí ser afligido, para que aprenda tus estatutos.”
Incluso Yeshúa el Ungido tuvo que aprender a obedecer por medio de sufrimientos, como está escrito en Hebreos 5:8-9:
“Y aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen”
El camino a las alturas pasa por sufrimientos. Así que es muy importante recordar los sufrimientos que uno ha pasado para no enorgullecerse y caer en el pecado en que cayó hasatán, cf. Ezequiel 28:15-17; 1 Timoteo 3:6.
8:4    “Tu ropa no se gastó sobre ti, ni se hinchó tu pie durante estos cuarenta años.” – El Midrash,[2] cuenta que Adonai dio vestimentas sobrenaturales en el momento de la entrega de la Torá. Esa ropa creció junto con los niños para que no tuvieran que cambiar al hacerse grandes.
8:5    “Por tanto, debes comprender en tu corazón que YHWH tu Eloha te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo.” – Nuestro Padre celestial es el gran ejemplo para tener una disciplina familiar correcta. Nosotros debemos tratar con nuestros hijos como el Eterno nos trata a nosotros, con mucho amor y con mucha disciplina.
La disciplina nunca es dada con el propósito de destruir o dañar, sino para producir un cambio y un fruto bueno en el hijo. Ese es el propósito de la disciplina de nuestro Padre celestial, como está escrito en Hebreos 12:5-11:
“Además, habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige: HIJO MIO, NO TENGAS EN POCO LA DISCIPLINA DE YHVH, NI TE DESANIMES AL SER REPRENDIDO POR EL; PORQUE YHVH AL QUE AMA, DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE POR HIJO.  Es para vuestra corrección que sufrís; Eloha os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.”
8:6    “Guardarás, pues, los mandamientos de YHWH tu Eloha, para andar en sus caminos y para temerle.” – Andar en los caminos del Eterno significa imitar su forma de ser y actuar.
8:10 “Cuando hayas comido y te hayas saciado, bendecirás a YHWH tu Eloha por la buena tierra que Él te ha dado.” – Aquí se encuentra la base para el “birkat ha-mazón”, la bendición después de la comida.  Hay un solo versículo en toda la Torah que nos ordena dar gracias al Eterno después de comer. ¿Por qué no dice la Torah que hay que dar gracias antes de comer? Porque es más fácil olvidarse del Eterno cuando el estómago esté lleno. Al olvidarse de dar gracias por los alimentos después de comer, es como olvidarse del Eterno, como dice el versículo que sigue:
“Cuídate de no olvidar al Eterno…”
8:18 “Mas acuérdate de YHWH tu Eloha, porque Él es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar su pacto, el cual juró a tus padres como en este día.” – Las riquezas son un resultado del pacto. El Eterno te hace rico para confirmar el pacto. Si estás dentro de un pacto tienes el derecho de recibir los beneficios del pacto. Según el pacto, tenemos el derecho de tener abundancia económica. Si cumplimos nuestra parte del pacto podremos disfrutar de estas bendiciones materiales, como está escrito en 1 Timoteo 6:17b:
Si estamos viviendo en escasez tendremos que hacernos la pregunta: Si los bienes materiales son parte del pacto que tenemos con el Eterno ¿por qué no tenemos más riquezas? Para contestar esta pregunta presentamos aquí ocho razones posibles:
1.       Maldiciones confesadas – Por medio de tu lengua podrás traer pobreza o abundancia sobre tu vida. No digas “No tengo” o “soy pobre”. Di “el Eterno me dará todo lo que yo necesito.” Confiesa la palabra: “nunca he visto desamparado al justo ni a sus hijos mendigando pan”, Salmo 37:25. “YHWH es mi pastor nada me faltará”, Salmo 23:1.
En Romanos 10:10 está escrito: “Con la boca se confiesa para salvación.” Salvación implica que el hombre es rescatado de una situación que le limita para no poder cumplir los propósitos del Eterno. Así que, salvación implica también la liberación de la pobreza económica, y para obtener esa salvación hay que confesar la Torá con la boca. La confesión de las Palabras del Eterno te salvará de la pobreza.
2.     Desobediencia a los mandamientos, cf. Deuteronomio 28, Levítico 26.
3.     Retención del diezmo, cf. Malaquías 3:9.
4.     Hurto no restituido, cf. Zacarías 5:1-3.
5.     Prioridades equivocadas, cf. Hageo 1. Las prioridades del Eterno tienen que ser las mías. Lo que él considera importante tiene que ser importante para mí. Si puedes gastar en un restaurante más dinero para una comida que en la ofrenda para apoyar al que te enseña la Torah, has mostrado que tu estómago es más importante que tu amor por el Eterno. Estás más interesado en satisfacer tus deseos naturales que buscar el Reino del Elohim.
1. Las prioridades del Eterno tienen que ser las mías. Lo que él considera importante tiene que ser importante para mí. Si puedes gastar en un restaurante más dinero para una comida que en la ofrenda para apoyar al que te enseña la Torah, has mostrado que tu estómago es más importante que tu amor por el Eterno. Estás más interesado en satisfacer tus deseos naturales que buscar el Reino del Elohim.
6.     Motivaciones equivocadas, cf. Jacobo (Stg.) 4:2-4; Proverbios 22:4.
7.     Falta de oración, cf. Jacobo (Stg.) 4:2.
8.     Mala administración – Cuando hemos aprendido a administrar lo que tenemos de manera correcta, Adonai nos da mucho más. Si hay una mala administración de los bienes materiales, el Eterno retiene su mano, porque no confía en nosotros. Si no sabemos administrar poco, ¿cómo él nos confiará mucho?
Que Eta parasha haya sido puesta en nuestra mente y corazón para ser cada día una mejor persona, sirviendo  y cumpliendo la Torah, como el único camino para obtener  la vida Eterna en la esencia de nuestro Eloha, el uno y único Elohim.
¡SHABAT SHALOM!
Comentario extractado de la enseñanza del Rabino Estefan  Blad.
Interpretación y explicación de SHIMON BEN YOSEF
COMUNIDAD BIBLIOCA SHALOM  (Villavicencio Meta Colombia)

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