viernes, 19 de noviembre de 2021

Parashá 08 VaYishlaj

 Parashá 08 VaYishlaj  Para

Génesis 32:3(4) – 36:43

Para ser compartida en el Shabat del día 16 del noveno mes bíblico (kislev) del 5.782

Noviembre 20 de 2021

 

Aliyás de la Torá:

  1. 32:3(4 heb.) – 32:12(13 heb.)
  2. 32:13(14) – 29(30)
  3. 32:30(31) – 33:5
  4. 33:6-20
  5. 34:1 – 35:11(Ash.) 13(Sef.)
  6. 35:12(A), 14(S) – 36:19
  7. 36:20-43
  8. Maftir: 36:40-43

Haftará: Oseas 11:7 – 12:12(Ashken.) Abdías 1-21(Sefard.)

Código Real (HaTsofen HaMaljutí): Marcos 12:1 – 12:44

Aliyás del CR:

  1. 12:1-12
  2. 12:13-18
  3. 12:19-27
  4. 12:28-34
  5. 12:35-44

VaYishlaj

Significa “y envió”.

Primera aliyá, 32:3 – 32:12

Yaakov envía mensajeros a su hermano Esav para decirle que ahora vuelve con muchos bienes para hallar gracia en sus ojos. Esav sale con 400 hombres y Yaakov se angustia y divide su gente en dos campamentos para así salvar por lo menos uno de ellos. Luego ora al Eloha de sus Padres Avraham y Yitsjak recordándole que Él le había dicho que volviera a su tierra y a sus familiares. Reconoce que es indigno de todo lo que ha recibido y pide que le libere de la mano de su hermano Esav para cumplir la promesa de que su descendencia iba a ser como la arena del mar.

Segunda aliyá, 32:13-29

Yaakov escoge un presente de aproximadamente 600 animales de todo lo que tienen para dar a su hermano. Envía sus siervos con grupos de manadas delante de él con un buen espacio entre cada grupo. Estos son regalos para Esav para aplacar su ira. Yaakov se queda esa noche a dormir en el campamento pero se levanta aun de noche, toma a toda su familia y la hace cruzar el vado de Yaboc con todo lo que tiene. Así se queda solo al otro lado del arroyo. Un hombre lucha con él hasta rayar el alba. Pero cuando ve que no puede vencerle le da un golpe en la coyuntura del muslo que se disloca. Cuando quiere irse Yaakov no le suelta si no le bendice. El hombre pregunta: “¿Cuál es tu nombre?”. Y él contesta: “Yaakov”. Luego dice: “Ya no será tu nombre Yaakov, sino Israel, porque has luchado con Elohim y con los hombres, y has prevalecido.” El hombre no revela su nombre pero bendice a Yaakov.

Tercera aliyá, 32:30 – 33:5

Yaakov llama el lugar Peniel, el rostro de Eloha, por su experiencia que tuvo allí. Cojea de su muslo y por eso los hijos de Israel no comen el tendón de la cadera. Al ver a Esav, Yaakov divide su familia entre las madres. La última es Rajel con Yosef. Luego va delante de su familia para saludar a Esav inclinándose hasta el suelo siete veces. Esav corre a su encuentro, lo abraza y lo besa y lloran. Después pregunta quiénes son las mujeres y los niños. Yaakov contesta que son los hijos que Eloha en su misericordia le ha concedido.

Cuarta aliyá, 33:6-20

Las madres se inclinan con sus hijos ante Esav. El pregunta qué propósito tienen todos estos grupos de animales y Yaakov responde que es para hallar gracia entre los ojos de su señor. Esav dice que tiene bastante, pero Yaakov insiste y él lo acepta. Esav quiere caminar junto con Yaakov, pero él prefiere caminar más lento por causa de los niños y los animales que están criando. Entonces Esav propone dejar parte de su gente para acompañarle, pero él sólo pide hallar gracia ante los ojos de su señor. Así que Esav se va por su camino a Seir y Yaakov sigue hasta Sukot donde se hace una casa y cabañas para el ganado. Luego llega a Shejem en la tierra de Kenáan y acampa frente a la ciudad. Allí compra la parcela de campo donde ha plantado su tienda, de los hijos de Jamor por cien kesitas. Allí levanta su primer altar y lo llama El-Elohei-Israel, el Poderoso es el Eloha de Israel.

Quinta aliyá, 34:1 – 35:13

Diná sale de su familia y se junta con las hijas de la tierra. Shejem, el hijo del príncipe, la ve y se acuesta con ella. Luego pide a su padre Jamor que la consiga por mujer. Entonces Jamor va a hablar con Yaakov para pedirle a su hija para su hijo. Los hijos de Yaakov llegan del campo y al enterarse del asunto se enfadan mucho porque tal necedad no se debe hacer en Israel. Pero Jamor habla con ellos y pide que se unan como pueblos y que entreguen a sus hijos en matrimonios mutuos. También Shejem habla con ellos y ofrece cualquier cosa para poder casarse con la mujer. Pero los hijos de Yaakov contestan con engaño diciendo que no pueden entregar una hermana a un incircunciso. Sólo si todos los hombres se circuncidan podrán enlazarse en matrimonio para ser un solo pueblo. Jamor y Shejem aceptan la propuesta logran convencer a todos los hombres de la ciudad a circuncidarse. Pero al tercer día, cuando estaban con dolor, Shimón y Leví entran en la ciudad y matan a todos los varones con sus espadas. Sacan a Diná de la casa de Shejem y salen. Después llegan los demás hijos de Yaakov y saquean la ciudad por haber deshonrado a su hermana, tomando todo, animales, cosas, niños y mujeres. Yaakov los reprende por haberle hecho odioso entre los habitantes de la tierra. Teme que sus acciones producirán una destrucción de él y su familia. Pero ellos dicen: “¿Había de tratar él a nuestra hermana como una ramera?”

Elohim dice a Yaakov que suba a habitar en Betel y que haga un altar allí. Yaakov dice a todos que se purifiquen y cambien los vestidos para luego poder subir a Betel y hacer un altar al que le respondió cuando estaba en angustia huyendo de su hermano y que ha estado con él en el camino por donde haya andado. Entonces le entregan todos los ídolos y él los esconde debajo de la encina que está junto a Shejem. En ese momento hay gran terror en las ciudades alrededor y no persiguen a los hijos de Yaakov.

Así llega a Luz, que es Betel, y edifica un altar llamándole El-Betel, el Poderoso de Betel, porque allí hubo una manifestación de ángeles y del Eterno cuando huía de su hermano. Dvorá, nodriza de Rivká, muere y es sepultada al pie de Betel, debajo de una encina llamada Alón-bacut, encina del llanto.

Eloha se aparece a Yaakov y le dice: “Tu nombre es Yaakov, no te llamarás más Yaakov, sino que tu nombre será Israel.” También dice que es El Shadai y le ordena ser fecundo y multiplicarse. Una nación y una congregación de naciones serán de él y reyes saldrán de sus lomos. Le repite la promesa de la tierra que le será entregada tanto a él como a su descendencia. Después de hablar con él, Eloha sube de su lado.

Sexta aliyá, 35:14 – 36:19

Yaakov erige una piedra en el lugar y derrama una libación y aceite sobre ella y le llama al lugar Betel. Salen de Betel y cuando falta poco para llegar a Efrata, Rajel da a luz con mucha dificultad. En el momento de nacer su segundo hijo lo llama Ben-oní, hijo de mi tristeza, y en ese momento sale su alma. Pero su padre lo llama Binyamín. Rajel es sepultada allí en el camino de Efrata, y Yaakov erige un monumento sobre su sepultura que se ha quedado allí hasta hoy. Israel sale de allí y planta su tienda más allá de Migdal-Eder, la torre del rebaño. En ese lugar Reuvén se acuesta con Bilhá.

Los hijos de Yaakov son doce. Leá tuvo Reuvén, Shimón, Leví, Yehudá, Yisajar y Zvulún. Rajel tuvo Yosef y Binyamín. Bilhá tuvo Dan y Naftalí. Zilpá tuvo Gad y Asher.

Yaakov va a su padre Yitsjak en Mamré de Kiryat-arbá, que es Jevrón. Yitsjak muere a los 180 años y sus hijos Esav y Yaakov lo sepultan.

Esav, que es Edom, ha tomado dos mujeres de las hijas de Kenáan. Ellas le han dado a luz un hijo cada una, Elifaz y Reuel. Esav también ha tomado una mujer de las hijas de Yishmael que le ha dado a luz tres hijos en la tierra de Kenáan. Ahora Esav toma a su familia y a sus bienes y se va a vivir en la región montañosa de Seir, lejos de Yaakov, porque ya no pueden vivir juntos por causa de su mucho ganado. Elifaz tiene allí cinco hijos con su esposa y el hijo Amalek con su concubina. Todos estos llegan a ser jefes. Uno de ellos, Kóraj, es el producto de un incesto entre Elifaz, el hijo primogénito de Esav, y la segunda esposa de Esav. Reuel tiene cuatro hijos que también llegan a ser jefes. Los tres hijos de la tercera esposa de Esav, también llegan a ser jefes.

Séptima aliyá, 36:20-43

Los hijos de Seir eran los habitantes nativos de la tierra de Seir antes de la venida de Esav. Seir tuvo siete hijos. Dos de ellos fueron Tsivón y Aná. Tsivón era también el padre de Aná su hermano. Aná fue el primero en encontrar la forma de hacer mulas. Su esposa fue la madre de Adá, esposa de Esav. Los joreos, que habitaron la tierra de Seir tenían siete jefes. Luego gobernarían ocho reyes en la tierra de Edom antes de que los hijos de Israel tuvieran un rey. Luego otros once jefes descendientes de Esav tendrían dominio sobre once localidades.

Comentarios

Primera aliyá, 32:3 – 32: 12

32:3 “Entonces Yaakov envió mensajeros delante de sí a su hermano Esav, a la tierra de Seir, región de Edom.” – La palabra hebrea para “mensajeros” es “malajim”[1] que normalmente se traduce como ángeles. Rashí dice que eran ángeles de verdad. Pero otros consideran que eran hombres de alto nivel espiritual usados por el Eterno para ejercer la función de Malahim .

Hay muchos casos donde la palabra “malajim” hace referencia a los hombres, no solamente a los ángeles del Eterno, cf. Números 20:14; Josué 6:17; Jueces 6:35; 1 Samuel 6:21. La palabra hebrea se traduce al griego como “ángelos”[2] y tiene el mismo significado que la palabra “malajim”, cf. Lucas 7:24; Jacobo (Stg.) 2:25; Revelación 2:1 etc.

32:7 “Entonces Yaakov tuvo mucho temor y se angustió; y dividió la gente que estaba con él, y las ovejas, las vacas y los camellos, en dos campamentos” – Esta es la primera vez que el pueblo de Israel es dividido en dos. La división de Israel en dos campamentos ha seguido desde entonces. En tiempos del rey David había una división entre la casa de Yehudá y la casa de Israel. David reinó siete años sólo sobre la casa de Yehudá y 33 años sobre todo Israel, cf. 2 Samuel 2:4, 11; 5:5. Con la muerte del rey Shlomo el reino fue dividido en dos naciones y la casa de Israel ha estado dividida de la casa de Yehudá hasta hoy, cf. 1 Reyes 12:19; 2 Crónicas 10:19. Si no entendemos que Israel está compuesto por dos campamentos, no vamos a entender el consejo del Eterno, como ha sido revelado en las Escrituras. Los dos ejes principales de estos dos campamentos son Yehudá por un lado y Efrayim por el otro.

32:9-12 “Y dijo Yaakov: Oh Eloha de mi padre Avraham y Eloha de mi padre Yitsjak, oh Eterno, que me dijiste: "Vuelve a tu tierra y a tus familiares, y yo te haré bien", indigno soy de toda misericordia y de toda la fidelidad que has mostrado a tu siervo; pues con sólo mi cayado crucé este Yardén, y ahora he llegado a tener dos campamentos. Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esav, porque yo le tengo miedo, no sea que venga y me hiera a mí y a las madres con los hijos. Y tú dijiste: "De cierto te haré bien, y haré tu descendencia como la arena del mar que no se puede contar por su gran cantidad."” – La oración de Yaakov está basada en tres cosas fundamentales:

1.     Confianza en las promesas – “me dijiste”

2.     Humildad – “indigno soy”

3.     Sinceridad – “le tengo miedo”

 

Era la hora de la verdad. Esav tenía poder y deseo para matarlo. La razón por la que Yaakov había vuelto a la tierra prometida, fue por una orden divina. Yaakov no podía confiar en su propia fuerza ni en sus propios méritos, sino sólo en la misericordia y las promesas del Eterno para su vida. Tampoco escondía su temor. Con plena sinceridad sacó a la luz lo que había en su interior, sin fingir, sin aparentar algo que no era. Hay una enseñanza que ha salido por el mundo cristiano que dice que solamente hay que confesar la Palabra todo el tiempo y no hablar de lo negativo en ningún momento para poder lograr tener éxito en toda circunstancia. Es verdaderamente muy bueno confesar la Palabra en todo momento, pero también hay que sacar a luz la verdad de las cosas negativas que existen y ser sincero delante del Eterno. El Eterno aprecia más nuestra sinceridad que nuestra fe fingida, como está escrito en 1 Timoteo 1:5-6:

Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe no fingida. Pues algunos, desviándose de estas cosas, se han apartado hacia una vana palabrería

Y en 2 Timoteo 1:5 está escrito:

Porque tengo presente la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Lois y en tu madre Eunike, y estoy seguro que en ti también.

No vale la pena intentar de fingir ante el Eterno. Si tenemos temor, es mejor no ocultarlo, sino ser sinceros delante de Él y contarle todo. En la luz está la fuerza. En la verdad está la victoria. En los momentos críticos no podemos usar frases religiosas para aparentar algo que no es. Seamos sinceros y oremos al Eterno que nos ayude en nuestra debilidad, como está escrito en Romanos 8:26:

Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros  con gemidos indecibles

En 2 Corintios 12:10 está escrito:

“Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor al Mesías; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”

En Mateo 6:30 está escrito:

Y si Eloha viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho  más por vosotros, hombres de poca fe?

Aquí no dice que Eloha va a vestir a los hombres de mucha fe, sino a los de poca fe. Es mejor tener poca fe en un Eloha grande que mucha fe en un Eloha pequeño.

En nuestra debilidad está la fuerza, porque allí desarrollamos una relación de dependencia y de confianza en el Todopoderoso que está con nosotros. El Eterno había puesto a Yaakov en esta situación de crisis. Detrás de él estaba Laván y delante de él estaba la promesa acompañada con un peligro de muerte, su hermano Esav. No tenía más remedio que unirse más con el que le podía ayudar y sacarle de la prueba, como está escrito en 1 Corintios 10:13:

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Eloha, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla.

Vuelve a tu tierra y a tus familiares, y yo te haré bien” – Este mensaje contrasta con el que recibió nuestro padre Avraham en 12:1 donde está escrito:

“Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre”

Estos son los dos mensajes que el Eterno está dando ahora en el tiempo de la vuelta del galút de todos aquellos que son descendientes de Yaakov pero cuyos antepasados se asimilaron entre las naciones gentiles. Para ellos ha llegado el momento de salir de la identidad nacional donde nacieron y volver a la identidad nacional israelita, aunque todavía no es posible ser ciudadano israelí. Ahora es el tiempo de dejar de identificarse con la familia gentil y retornar a la familia de Israel. Si no hacen estos dos movimientos no van a poder recibir todo el bien que el Eterno desea darles en este tiempo profético en el cual nos ha tocado vivir, como está escrito en Hebreos 11:24-26:

“Por la fe Moshé, cuando era ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Paró, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Eloha, que gozar de los placeres temporales del pecado, considerando como mayores riquezas el oprobio del Mesías que los tesoros de Mitsrayim; porque tenía la mirada puesta en la recompensa.”

En Mateo 5:11-12 está escrito:

“Dichosos seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.

Y tú dijiste: "De cierto te haré bien, y haré tu descendencia como la arena del mar que no se puede contar por su gran cantidad."” – En la oración de Yaakov hay una síntesis de las palabras proféticas que fueron pronunciadas anteriormente sobre Avraham y Yaakov, cf. 22:17; 28:13-15; 31:3. Sin embargo, vemos que no es exactamente igual. El Eterno habló cosas con Yaakov que no fueron escritas hasta este momento. Cuando habló con Avraham dijo que su descendencia iba a ser como la arena en la orilla del mar, pero aquí sólo se menciona la arena del mar. La arena en la orilla no es la misma que la que está dentro del mar. La arena en la orilla representa los hijos físicos de Avraham y Yaakov que no son asimilados por las naciones gentiles. La arena dentro del mar son todos aquellos descendientes de Yaakov que han perdido su identidad entre las aguas de las naciones. Es interesante notar que cuando ahora se trata de la vuelta de Yaakov de su diáspora, lo más destacado es la descendencia como la arena del mar. Esto nos enseña que en el momento de la vuelta a la tierra de los hijos de Israel, en los últimos tiempos, la descendencia de Yaakov, que se ha mezclado entre las naciones, es mencionada de una manera especial delante del Eterno. Yaakov está orando por sus descendientes que iban a ser como la arena del mar. Esto implica que él estaba orando por todos aquellos que iban a mezclarse con las naciones y que, en el momento del regreso de los judíos a la tierra de Israel, iban a re-aparecer y volver a su verdadera familia, la familia de Israel.

Este regreso del pueblo judío a su propia tierra es el anuncio del encuentro de las ovejas perdidas de la casa de Yisrael hoy asimilada DE ENTRE LAS NACIONES COMO LA ARENA DEL MAR. los judíos son el pueblo visible del remanente de Yisrael, que han mantenido su presencia física de generación en generación, como la arena a la orilla del mar, siendo los primeros en fácilmente ser identificados pero, los huesos secos de que habla Ezequiel , son las ovejas perdidas de que habla Yeshùa, que se encuentras asimilados  entre las naciones del mundo,

De la misma manera como la descendencia de Yaakov estaba en peligro de extinción con el enfrentamiento con Esav, los hijos de Yaakov que han estado mezclados entre las naciones y que ahora están redescubriendo su verdadera identidad, están en un peligro muy grande con el enfrentamiento con el sistema romano, descendiente de Esav. La oración de Yaakov por su descendencia hará que sus hijos finalmente venzan sobre el falso sistema del cristianismo romano y el resto del paganismo para que vuelvan a casa sanos y salvos durante la gran tribulación, como está escrito en Revelación 7:9-10, 14b-15:

Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos[3]. Y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Eloha que está sentado en el trono, y al Cordero. Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Eloha, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.

Segunda aliyá, 32:13 – 29

32:13 “Y pasó la noche allí. Entonces de lo que tenía consigo escogió un presente para su hermano Esav” – Yaakov hizo tres cosas para enfrentarse con su hermano, envió un regalo, oró y se preparó para la guerra.

32:14 “doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros” – Doscientas cabras necesitan veinte machos cabríos. Lo mismo pasa con el resto de los animales, los machos son dados conforme a la necesidad de las hembras. El Midrash[4] interpreta este pasaje en referencia del periodo mínimo para las relaciones matrimoniales estipulado en la Torá. Para los ociosos, todos los días; para los obreros, dos veces por semana; para los arrieros de asnos, una vez por semana; para los arrieros de camellos, una vez cada treinta días, para los marineros, una vez cada seis meses.

El esposo tiene la obligación de tener un periodo mínimo de relaciones maritales con su esposa, según Éxodo 21:10 donde dice:

Si toma para sí otra mujer, no disminuirá a la primera su alimento, ni su ropa, ni sus derechos conyugales.

32:24-25 “Yaakov se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba. Cuando vio que no había prevalecido contra Yaakov, lo tocó en la coyuntura del muslo, y se dislocó la coyuntura del muslo de Yaakov mientras luchaba con él.” – Yaakov había dado una promesa cuando huía de su hermano, de que el Eterno iba a ser su Eloha, cf. 28:21. La pregunta que nos viene es si no lo era antes. Es obvio que Yaakov no había dado todo su corazón al Eterno. El Creador estaba interesado en llegar a él solo, a su corazón.

Ahora las circunstancias habían llegado a tal punto que ya no quedaba más remedio que enfrentar la situación y rectificar lo que se había hecho mal desde el principio. Yaakov había engañado a su hermano y ahora tenía que enfrentar las consecuencias de esta realidad y no huir más. La huida de los problemas no los resuelve.

El Eterno siempre nos llevará de vuelta al punto donde hemos huido de nuestra responsabilidad, para que aprendamos la lección de ser maduros y responsables de nuestros hechos y para que podamos rectificar los errores.

Yaakov todavía podía salir corriendo para escapar de su hermano. Elohim envió uno de sus ángeles con el fin de tratar con la vida de Yaakov. El ángel tenía como misión debilitarle para que se humillara totalmente ante el Eterno. Todavía Yaakov dominaba su propia vida. Era un hombre sumamente fuerte. Hasta ahora no había tenido la experiencia de la entrega total al Eterno. Su fuerza era él mismo. Este varón de El Eterno, estaba intentado de llegar a lo más íntimo de Yaakov, era una lucha física-espiritual.

Parece ser que Yaakov confiaba en su propia fuerza física y su propia inteligencia. ¿Por qué envió todos los animales y todas las personas delante de él? Era una estrategia astuta que estaba empleando. Mediante sobornos intentaba ganarse el favor de Esav, es decir, humanamente, por medio de su propia astucia. Pero esas cosas no eran suficientes para aplacar la ira de Esav. El problema en el enfrentamiento con Esav era el corazón de Yaakov. El no estaba listo para enfrentar a Esav.

No se había rendido totalmente ante el Eterno y tenia demasiada confianza en si mismo, era demasiado fuerte física e intelectualmente, y ese fue el problema de Yaakov. “¿Te quedas hasta lo último para poder salir corriendo? Ahora te voy a quitar tu último recurso, tu propia fuerza, para que ya no puedas correr más. Y vendrá Esav a por ti y tendrás que enfrentar la situación y confiar en Adonai, no en tu propia capacidad.”

La lucha entre el malaj y Yaakov fue una lucha de poder, ¿quién va a dominar la vida de Yaakov? ¿El Eterno o Yaakov? El ángel no pudo dominar a Yaakov, era demasiado fuerte en si mismo. Recordemos que los ángeles son enviados por nuestro ABBA cada vez para efectuar una obra Suya en la tierra. ¿Cuál fue la misión de este malaj? Quebrantar la autosuficiencia de Yaakov y hacer que se sometiera de una vez al Eterno, que dejara de confiar en si mismo.

Pero cuando no pudo con Yaakov, le dio el golpe final. El lugar más fuerte del cuerpo del hombre es el músculo del fémur. Fue el último recurso que tenía el ángel, dañar el punto más fuerte de su cuerpo. Y esa fue la gota que hizo rebosar el vaso. Ese golpe era suficiente para quebrantar la autosuficiencia de Yaakov.

En Oseas 12:2-5 está escrito:

“El Eterno tiene también contienda con Yehudá, y castigará a Yaakov conforme a sus caminos; conforme a sus obras le pagará. En el vientre tomó a su hermano por el talón, y en su madurez luchó con Elohim. Sí, luchó con el ángel y prevaleció, lloró y le pidió su ayuda; en Betel le encontró, y allí El habló con nosotros, sí, el Eterno, Eloha de los ejércitos, el Eterno es su nombre.

Este texto nos muestra que El Eterno no estaba conforme con los caminos de Yaakov hasta que fue quebrantado y pidió ayuda. La palabra hebrea que ha sido traducida como “prevaleció” es “va-yujal” que viene de la raíz “yajol”[5] que significa “poder (verbo)”, “vencer”, “prevalecer”, “sufrir”. Así que se podría traducir como: “Luchó con el ángel y venció”. La victoria fue cuando se quebrantó y reconoció su necesidad de ayuda. Finalmente hubo un encuentro muy importante en Betel, donde Yaakov pudo cumplir sus tres promesas que había dado cuando huía de su hermano.

32:26-27 “Entonces el hombre dijo: Suéltame porque raya el alba. Pero Yaakov respondió: No te soltaré si no me bendices. Y él le dijo: ¿Cómo te llamas? Y él respondió: Yaakov.” – Yaakov fue quebrantado por el golpe que le dio el ángel. Había dejado a sus siervos y a su familia y se había quedado solo, pero con su propia fuerza, y El Eterno quería que se despojara también de ella. En ese momento Yaakov llora, y le pide una ayuda desesperada para poder seguir adelante, y el malaj le dijo: ¿Cómo te llamas? ¿Estás dispuesto a reconocer quien eres, dispuesto a enfrentar la verdad de quien verdaderamente eres? ¿Cómo te llamas? Y él responde: “Me llamo engañador”. El Eterno quería llegar a ese punto en su vida, al punto de confesar quien verdaderamente era en sí mismo. Soy un engañador. Imagínate todo lo que venía a la mente de Yaakov en ese momento. ¿Por qué fue llamado engañador? Porque tomó a su hermano por el talón, porque quitó a su hermano la primogenitura con la venta de un plato de lentejas, porque engañó a su padre y robó la bendición de su hermano. Y esa era la razón por la cual Esav venía contra él, porque era un engañador. Ahora él tenía que confesar quien era. Y en ese preciso punto está la victoria. En el reconocimiento de nuestros errores está la victoria. En el quebranto está la victoria. “Soy Yaakov”, y sigue llorando. “Tengo que reconocer quien soy. Toda mi vida muestra que he sido un engañador y he sido engañado. Lo que sembré con mi hermano y mi padre lo he recogido con mi suegro. Mi vida ha sido un engaño, y ya no me quedan fuerzas para salir huyendo.”

Ese es el lugar de la verdadera conversión y arrepentimiento de este hombre. Nuestro Rebe Yeshúa dijo: “el que pierde su vida la hallará”.

32:28 “Y el hombre dijo: Ya no será tu nombre Yaakov, sino Israel, porque has luchado con Elohim y con los hombres, y has prevalecido.” – Esta es la primera vez cuando aparece el nombre Israel[6] en las Escrituras. Significa “luchará y reinará como Eloha” o “Eloha luchará y reinará”. También tiene relación con la raíz “sarar”[7] que significa “luchar”, “tener autoridad”, “tener una conducta noble”.

Ese nombre es dado a un hombre quebrantado, solo, dañado, enfermo, dolorido y necesitado, y que reconoce su debilidad y su dependencia del Eterno. En el momento más débil recibió el nombre de “Victorioso”. “Has luchado con Elohim y con los hombres y has vencido.”

¿Cómo podemos vencer en la lucha con El Eterno? Humillándonos, no resistiéndole más. El Eterno lucha contra nosotros cuando somos fuertes en nosotros mismos. Pero cuando nos rendimos ante él, ganamos. La lucha contra El Eterno es contraria a una lucha contra hombres. Pues, en una lucha contra los hombres, el que vence es el ganador. Pero el que se rinde en la lucha con El Eterno es el que gana.

“con los hombres” – Rashí dice que se refiere a Laván y Esav. ¿Cómo Yaakov pudo vencer sobre Lavan? Con la obediencia a la palabra del Eterno ¿cómo pudo vencer sobre Esav? Humillándose ante El Eterno y ante su hermano.

21:29 “Entonces Yaakov le preguntó, y dijo: Dame a conocer ahora tu nombre. Pero él respondió: ¿Para qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.” – ¿Dónde lo bendijo? En el lugar del quebranto de sinceridad y verdad, ahí está la bendición.

El Midrash[8] dice que el ángel reconoció que Yaakov tenía el derecho de obtener la bendición que antes había conseguido por medio de una trampa, “be-akvá”, pero ahora la recibió sobre la base de una lucha en honestidad. Según Rashí, la palabra hebrea para “luchar” en Oseas 12:4, “va-yasar”, indica que la lucha se hizo dignamente.

En Juan 1:47 está escrito:

Yeshúa vio venir a Natanael y dice de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño.

Esto nos enseña que un verdadero israelita es uno en el cual no hay engaño. Yaakov tenía que dejar de ser engañoso para ser un verdadero israelita y recibir el nombre de Israel.

En el libro de Revelación, en los capítulos 2 y 3 hay siete mensajes a las comunidades judeomesiánicas de Asia menor. Mashiaj está enviando un mensaje diferente a cada una de ellas según su necesidad particular. Pero cada uno termina hablando de los que vencen, como una referencia a los verdaderos israelitas, los que vencen como Yaakov.

·       “Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Eloha.” (2:7)

·       “El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda.” (2:11)

·       “Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe.” (2:17)

·       “Y al vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin, LE DARE AUTORIDAD SOBRE LAS NACIONES;  Y LAS REGIRÀ CON VARA DE HIERRO, COMO LOS VASOS DEL ALFARERO SON HECHOS PEDAZOS, como yo también he recibido autoridad de mi Padre; y le daré el lucero de la mañana.” (2:26-28)

·       “Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.” (3:5)

·       “Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Eloha, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Eloha, y el nombre de la ciudad de mi Eloha, la nueva Yerushalayim, que desciende del cielo de mi Eloha, y  mi nombre nuevo.” (3:12)

·       “Al vencedor, le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono.” (3:21)

Un verdadero israelita es un vencedor. La palabra Israel tiene que ver con prevalecer en la lucha. En estos textos se habla de obtener la vida eterna, de no sufrir la muerte segunda, de recibir un nombre nuevo (lo que pasó con Yaakov). Se habla de obtener autoridad sobre las naciones, de ser vestido de vestiduras blancas, de ser reconocido por Yeshúa ante el Padre, de ser una columna en el templo, de tener tres nombres celestiales escritos sobre sí y de poder sentarse en el trono de Mashiaj junto con él. El que haya pasado por la experiencia del quebranto y del nuevo nacimiento, una conversión auténtica, y sigue prevaleciendo, siendo fiel al Eterno en las luchas diarias de la vida, hasta llegar a la madurez espiritual, es un verdadero israelita y recibirá todo esto.

La experiencia que tuvo Yaakov también hace referencia al quebranto que tuvo que pasar el Mesías Yeshúa. También sus huesos fueron dislocados, como está escrito en Salmo 22:14:

Soy derramado como agua, y todos mis huesos están descoyuntados; mi corazón es como cera; se derrite en medio de mis entrañas.

No hay efecto sin su causa ni causa sin su efecto; Yaakov había querido ser desde el vientre de su madre ser primero por encima de su hermano. Habìa  obtenido beneficios a pesar de que había sido oportunista al comprar la primogenitura en un mometo de debilidad de su hermano,  había sido protagonista de un engaño al tomar la identidad de su hermano para robar la bendición de Esav .

Seguramente pasaron varios años entre un episodio y otro, pero estos hechos ya habían preparado un efecto en el futuro y pese a su vida de hombre espiritual y en fondo de su corazón se gestaban envidia, oportunismo y engaño de lo cual tendría que padecer mas adelante en su vida, el había sembrado de lo que tendría que recoger. Y solo fue libre cuando entendió que estaba llamado a dar testimonio y esto solo lo podía obtener mediante un cambio por lo que tubo que luchar con Eloha y los hombres. Este cambio es marcado con un nuevo nombre seguido de obediencia al Eterno.

Solo cuando somos capaces de reconocer nuestras debilidades, habremos vencido y solo así nuestra relación con el Creador será completa.

1Jn 1:9 Si confesamos nuestros pecados, ELOHA, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.

1Jn 1:10 Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros.

 

Jn 2:9 El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad.

1Jn 2:10 El que ama a su hermano permanece en la luz, y no hay nada en su vida* que lo haga tropezar.

1Jn 2:11 Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad y en ella vive, y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver.

 

 

Hermanos amados, no luchemos mas con ELOHA, y depongamos nuestro orgullo y demos paso a la humildad en el verdadero amor y restablezcamos la convivencia con nuestra sociedad, nuestra comunidad y demanera especial con nuestra familia.

¡SHABAT SHALOM!

Adaptado por: HOSHEA BEN YISRAEL

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