viernes, 8 de diciembre de 2023

PARASHA 09 VAYESHEV

 

PARASHA 09 VAYESHEV. Y Habitó/Y se estableció/Y se Asentó
Para la semana que termina el 26 de Kislev de 5784/9 Dic 2023
Bereshit / Génesis 37:1-40:23

 

VaYeshev Significa: y Habito. “y se estableció”, “y se asentó”.


Aliyás de la Torá:
1. 37:1-11
2. 37:12-22
3. 37:23-36
4. 38:1-30
5. 39:1-6
6. 39:7-23
7. 40:1-23

Haftará: Amós 2:6 – 3:8


Brit Hadasha: Hechos 7:9-16

 

1ª. Aliya Meir 13:1-4

2ª. ASliya Meir 13:5-20’

3ª. Aliya Meir 13:21-31

4ª. Aliya  Merir 13:32-14:1-11

5ª, Aliya  Meir  14;12-31

Temas de la Parasha

La parasha habla sobre los siguientes temas:

Primera aliá (37:1-37:11): Yaacov se estableció en la tierra de Canaán. Su hijo favorito Yosef, le reporta información crítica sobre sus hermanos, Yaacov le fabrica a Yosef una túnica de colores. Yosef irrita a sus hermanos al contarles sus sueños proféticos, Yosef sueña que todas las gavillas de trigo se inclinan a su gavilla, y que el sol y la luna le hacen reverencias, estos sueños significan que su familia le reconocerá como Rey.

Segunda aliá (37:12-37:22) Los hermanos de Yosef apacientan las ovejas de su padre en Siquem. Yaacov manda a Yosef a ver como están sus hermanos y cómo están las ovejas, Yosef los encuentra, un hombre lo halla errante por el campo y le informa que sus hermanos se fueron a Dotán. Cuando lo ven llegar sus hermanos conspiran contra él para matarlo. Rubén los persuade y les aconseja que mejor lo hechen a un pozo en vez de matarle.

Tercera aliá (37:23-37:36) Yehuda convence a los hermanos de sacarlo del pozo y de venderlo a una caravana de Ismaelitas que estaba pasando por el lugar en ese momento. Cuando Rubén vuelve y encuentra el pozo vacío, se rasga las vestiduras. Los hermanos remojan la túnica de Yosef en la sangre de un cabrito y se la enseñan a su padre Yaacov, quien cree que su hijo ha sido devorado por animales salvajes. Yaacov queda totalmente desconsolado. Mientras tanto, los ismaelitas venden a Yosef como esclavo a Potifar, el jefe de carniceros del Faraón.

Cuarta aliá (38:1-38:38:30) Aconteció que Yehuda se aparto de sus hermanos y vio allí a la hija de un adulamita la cual se llamaba Súa, y ella le concibió, y dio a luz a un hijo llamado Er. Después Yehuda toma mujer para su primogénito la cual se llamaba Tamar, y Er fue malo ante los ojos del Eterno y le quitó la vida. Yehuda le pide a Onán hermano de Er, que se despose con Tamar y también el muere en circunstancias parecidas a las de su hermano. Tamar es mandada a casa de su padre hasta que crezca Sela hijo de Yehuda. Cuando la esposa de Yehuda muere, Tamar decide tener hijos a través de él. Tamar da a luz gemelos.

Quinta aliá (39:1-39:6) Aunque Yosef fue vendido como esclavo y llevado a casa de Faraón, el Eterno estaba con Yosef, y fue varón prospero, Yosef halló gracia ante los ojos del egipcio; y el hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía. Y era Yosef de hermoso semblante y bella presencia.

Sexta aliá (39:7-39:23) La mujer de Potifar se siente atraída por la belleza física de Yosef, y al no ser correspondida acusa falsamente a Yosef de intento de seducción y Potifar lo echa a la cárcel. Pero el Eterno estaba con Yosef y le extendió su misericordia y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel, y el jefe de la cárcel le entrega a Yosef el cuidado de los presos y de todo lo que se hacia allí.

Séptima aliá (40:1-40:19) En la prisión, Yosef predice con éxito los sueños de dos de los sirvientes de Faraón que estaban arrestados en la prisión. Al copero le predice que va a volver a palacio, y al panadero le predice que le van a colgar, Yosef le pide al copero que se acuerde de él y haga mención de él ante Faraón, y le pide que lo saque de esa casa.

37:1 Y habitó Ya'akov en la tierra de las peregrinaciones de su padre, en la tierra de Kenaán.

 

Primera aliyá, 37:1-11

37:1 “Y Yaakov habitó en la tierra donde había peregrinado su padre, en la tierra de Kenáan.” ( ) – No es lo mismo habitar que peregrinar. La actitud de un peregrino es que no tiene una morada fija, siempre está de camino a otro lugar. Ahora Yaakov tiene el deseo de asentarse y dejar de ser peregrino. Esto es un error. Cuando un justo quiere dejar de luchar y disfrutar de esta vida, está intentando sacar de antemano lo que recibirá en el mundo venidero. Pero HaShem no le permitió hacer esto y le sucedió el problema con Yosef.

Es necesario tener lucha en esta vida para poder estar sano espiritualmente. Cuando no hay conflictos y todo va bien hay una tendencia de querer aflojarse y dormir espiritualmente. Los problemas y las luchas nos mantienen en alerta y nos obligan a buscar al Eterno en todo momento. El Hijo de Dios aprendió la obediencia a través de los sufrimientos, como está escrito en Hebreos 5:8:

aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció

Así que el que quiere huir de los sufrimientos y de los problemas nunca aprenderá la obediencia.

Es más, los mismos sufrimientos que pasamos en el olam hazé, este siglo, producen una gloria que permanecerá en el olam habá, el siglo venidero, como está escrito en 2 Corintios 4:17:

Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación

En Romanos 8:16-18 está escrito:

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con el Mesías, si en verdad padecemos con él a fin de que también seamos glorificados con él. Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.

Para ser herederos en el siglo venidero hay que padecer con el Mesías. Cuanto más suframos ahora más gloria tendremos entonces, como está escrito en 1 Pedro 1:7:

para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Yeshúa el Mesías

En 1 Pedro 4:13 está escrito:

antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos del Mesías, regocijaos, para que también en la revelación de su gloria os regocijéis con gran alegría.

En Hebreos 11:35b está escrito:

otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de obtener una mejor resurrección.

En 1 Corintios 15:41 está escrito en relación con la resurrección:

“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria.”

37:2a “Esta es la historia de las generaciones de Yaakov: Yosef...  – La historia de una persona sigue en sus hijos. Esta no es la historia de Yosef, sino de Yaakov. En el capítulo 38 encontramos el relato de la vida de Yehudá. Estos dos, Yosef y Yehudá, son los dos hijos más importantes de Israel. Alrededor de estos dos giran toda la historia de salvación del Eterno. Yosef llegó a ser el padre de Efrayim que es el ancestro de la tribu principal de la casa de Israel constituida por las diez tribus del norte que eventualmente se separarían de las dos tribus en el sur. Yehudá es el ancestro del pueblo judío y del Mesías. La primogenitura pasó a los hijos de Yosef, como está escrito en 1 Crónicas 5:1-2:

Y los hijos de Reuvén, el primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como profanó la cama de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de Yosef, hijo de Israel; de modo que no está inscrito en la genealogía conforme a los derechos de primogenitura; aunque Yehudá prevaleció sobre sus hermanos, y de él es el príncipe, los derechos de primogenitura pertenecían a Yosef)

Esta es la razón por la que aparecen entrelazados los relatos de Yosef y Yehudá en esta sección de las Escrituras.

El Eterno está cumpliendo su propósito en el mundo a través de Yaakov. El pueblo de Israel y el Mesías son el medio del Eterno para bendecir el resto de la humanidad. Todos estos relatos son narraciones preparatorias para la introducción del Mashíaj en Israel y el mundo. Si se desconecta al Mesías de los relatos de la Torá se crea un seudo-Mesías, un ser híbrido sin realidad histórica. El Mesías está íntimamente conectado con la historia de Israel. Por esto podemos encontrar en los relatos acerca de Yosef y de Yehudá sombras proféticas que señalan hacia el Mesías Yeshúa. Estos textos dan paso a la proclamación de Yeshúa como el Mesías ben Yosef, hijo de Yosef, y el Mesías ben David, hijo de David.

37:2b “Yosef, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilháh y con los hijos de Zilpá, mujeres de su padre. Y Yosef trajo a su padre malos informes sobre ellos.” ( ) – Como hemos dicho antes, el nombre Yosef significa “quitará” y “añadirá” y es una referencia al Mesías que vino para morir para quitar el pecado de Israel y el mundo y sus consecuencias y resucitar para añadir a los gentiles dentro del pueblo escogido.

“apacentaba el rebaño” – Como Yosef era un pastor también lo era Yeshúa, pero en otro nivel, según Juan 10:11 donde dice:

“Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.” 

Y Yosef trajo a su padre malos informes sobre ellos.” – Los cuatro hijos de las concubinas no se portaban bien y Yosef habló mal de ellos ante su padre. En lugar de reprenderles a ellos y aclarar posibles malos entendidos habló con su padre, lo cual constituye el pecado de lashón hará, lengua de maldad. Los rabinos enseñan que por esta mala lengua luego tenía que estar en la cárcel durante 10 años.[1]

37:3  “Y amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.”  – Hay varias razones por las que Israel amaba a Yosef: era el hijo de su vejez, era el hijo de su esposa preferida, tenía mucho en común con él mismo y, según un Midrash[2], Yaakov sabía por medio de una profecía que Yosef iba a ser una gran persona. Yaakov y Yosef se parecían en muchos aspectos:

         Ambos tenían una madre estéril y nacieron por una intervención divina.

         Ambos fueron odiados por sus hermanos.

         Ambos experimentaron como sus hermanos querían matarlos.

         Ambos se hicieron ricos.

         Ambos se casaron fuera de la Tierra.

         Ambos fueron acompañados por ángeles.

         Los suegros de ambos fueron bendecidos por causa de ellos.

         Ambos viajaron a Egipto.

         Ambos pidieron que sus huesos fueran trasladados a la Tierra prometida.

         Ambos murieron en Egipto.

37:4  “Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente.”  – La lucha entre hermanos depende, hasta cierto grado, de la tensión que hay entre los padres. Los hijos son el reflejo de sus padres. La “poca” envidia que hubo entre las madres se multiplicaba en los hijos y se transformó en envidia de muerte. La razón por la que esta envidia llegó a tal extremo fue el favoritismo que mostraba Yaakov hacia uno de sus hijos. No es lo mismo reconocer las buenas cualidades de un hijo que tener favoritismo. Como padre, es necesario destacar las cualidades buenas de todos los hijos y no hacer comparaciones entre ellos. Las comparaciones crean muchas luchas innecesarias. Cada hijo es diferente y tiene diferentes dones y cualidades, unos más que otros. Pero esto no significa que uno sea mejor que el otro. El que tiene más dones tiene más responsabilidad y hay que exigirle más, como está escrito en Lucas 12:48b:

“A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán.” 

Para ser buenos padres hay que tratar a nuestros hijos de la misma manera como el Padre celestial trata a Sus hijos, como está escrito en Efesios 6:4:

“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.” 

Y en Hebreos 12:7-11, donde está escrito:

“Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero El nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.” 

Es importante destacar las virtudes de nuestros hijos en todas las diferentes áreas en que HaShem los haya dotado.

A pesar de la situación crítica en la familia de Israel e incluso, por medio de estas tensiones familiares, HaShem, en su infinita sabiduría, lleva a cabo su plan de salvación para Israel y el mundo. El puede usar nuestra carnalidad para cumplir su propósito, ¡Bendito seda su Nombre!

Los hijos de Leá nacieron con un complejo de inferioridad y de rechazo, heredado de su madre. Como Leá se sentía menospreciada por Yaakov, porque él prefería a Rajel antes que a ella, su sentimiento pasó a los hijos.

Una persona con ese complejo siente que otros son amados y yo no, otros son apreciados pero yo no, otros son aceptados pero yo no. El complejo de inferioridad lleva la persona al auto desprecio. No importa cuánto se esfuerce, nunca se sentirá contenta consigo misma. Este complejo es formado por actitudes y palabras de los padres incluso desde antes de nacer. Un niño que ha sido engendrado por padres que no deseaban tener hijos está acomplejado desde antes de nacer. Un niño que oye palabras como: “tú no vales”, “qué malo eres”, “eres un pesado”, “no quiero verte”, “ya no te quiero”, etc., es acomplejado por sus padres. Las palabras de los padres tienen muchísima influencia en la formación del carácter del niño, especialmente durante el primer tiempo de su vida.

Los seis primero años de la vida de un niño son decisivos para el resto de su vida. Por eso es importante que los padres no dejen a sus hijos al cuidado de otros durante sus primeros años. La ausencia de los padres y, especialmente en el primer tiempo, la de la madre, crea un vacío emocional dentro del niño que no puede ser llenado con nada del mundo al menos que el Eterno haga una intervención sobrenatural para sanar su alma dañada.

Los padres proyectan en sus hijos la imagen del Eterno. Los niños reciben una imagen del Eterno según hayan sido sus padres con ellos. Si un padre nunca está en casa para dedicar tiempo con sus hijos los hijos van a creer que el Eterno está ausente y no está interesado en sus vidas. Si un padre trata con dureza a sus hijos y los castiga por sus errores los hijos van a pensar que el Eterno los castiga por cualquier error que cometan. Hay padres que pegan a sus hijos cuando cometen errores no cuando son rebeldes. Esto crea un trauma en el niño que difícilmente es quitado. Ese niño tendrá problemas en su relación con el Eterno. Pensará que él le castiga por cualquier cosa. No ha aprendido que hay una relación entre rebeldía y castigo, entre desobediencia y maldición. Piensa que todo lo malo que le sucede es porque el Eterno le está castigándolo según Sus propios caprichos.

Si los padres no tienen normas claras y constantes los hijos aprenden que el Eterno es caprichoso y fluctuante y que cambia sus mandamientos de un tiempo a otro, de una era a otra. Si los padres prometen cosas a sus hijos y luego no las cumplen los hijos van a dudar de las promesas eternas del Padre celestial, que no puede mentir. Si los padres dicen mentiras entre ellos o a sus hijos los hijos van a pensar que la Biblia no es verdad y que el Eterno puede engañar a los hombres. Si los padres no valoran y premian el esfuerzo de los niños eventualmente perderán su interés en progresar en la vida y pensarán que no son aptos para servir al Eterno. Si un padre hace comparaciones y muestra favoritismo entre los hijos van a pensar que algunos hijos del Eterno son favorecidos más que otros y esto crea envidias, luchas y endiosamientos idolátricas de los líderes entre el pueblo del Eterno.

Cuando un niño recibe amor, atención, instrucción y corrección y es estimulado sin ser comparado con sus hermanos o con otros compañeros, sino valorado, en primer lugar por lo que es y, en SEGUNDO lugar por lo que produce, aprenderá a apreciarse a si mismo y así podrá apreciar a los demás sin sentir envidia cuando otros progresen más que él. El remedio de la envidia es el amor, como está escrito en 1 Corintios 13:4b:

“El amor no tiene envidia” 

Cuando una persona no ama es porque no se siente amada, como está escrito en 1 Juan 4:19:

“Nosotros amamos, porque El nos amó primero.” 

El que da amor a otros es porque ha recibido amor. No puedes dar algo que no has recibido. Así que el remedio contra la envidia es recibir el amor del Eterno personalmente.

Para ser libre del complejo de rechazo y de inferioridad hace falta recibir amor. Algunos han sido tan dañados en sus emociones que no son capaces de creer en el amor que están recibiendo, como está escrito en 1 Juan 4:16:

“Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.” ()

Según este texto hay dos maneras de relacionarse con el amor del Eterno, primero conocerlo, que no es algo intelectual sino experimental. Segundo, creer en el amor que el Eterno tiene para nosotros. Hay momentos cuando no siento el amor del Eterno y en esos momentos mis emociones me están mintiendo. En esa situación tendré que salir de la cárcel emocional y creer en el amor que el Eterno ha mostrado al dejar que su Hijo muera por mi personalmente, como está escrito en Gálatas 2:20b:

“la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Pero si una persona está muy dañada en sus emociones ha creado un muro de protección alrededor de su interior que no le permite salir ni permite entrar a nadie. Ni siquiera el amor del Eterno puede alcanzar ese corazón herido. Esa persona no puede ni sentir ni creer en el amor del Eterno por mucho que se le diga que le ame. Como sus emociones dicen que nadie le quiere no cree en alguien que le dice que le ama. Prefiere creer más en sus propias emociones que en la verdad y esto es muy grave cuando se trata de la Palabra del Eterno. En las Escrituras HaShem ha mostrado su amor por todo el mundo, como está escrito en Juan 3:16:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.

La mayor manifestación del amor del Eterno es la muerte y resurrección de Su Hijo a favor de todas las personas en particular, como está escrito en 1 Juan 4:9:

“En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de El.” 

Una persona acomplejada tiene mucha dificultad para recibir este amor. Hay sólo una cosa que puede entrar dentro de su alma y romper esa muralla que ha edificado alrededor de sus emociones mentirosas, la Palabra del Eterno dada por medio de una revelación en el poder del Espíritu. Con otras palabras, sólo Yeshúa el Mesías, que es la Palabra viva de HaShem, puede sanar esa alma, como está escrito en 1 Pedro 2:25:

“Pues vosotros andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas.” 

En esta era mesiánica en la que vivimos HaShem ha depositado en su Hijo Yeshúa la autoridad y la capacidad para tratar con las almas de los hombres. Yeshúa es el único que puede sanar el alma del hombre, como está escrito en Mateo 11:27-30:

“Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.

También Yeshúa ha delegado a sus siervos la autoridad para tratar con este tipo de complejos dentro de las personas, como está escrito en 2 Corintios 10:3-6:

“Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne; porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia del Mesías, y estando preparados para castigar toda desobediencia cuando vuestra obediencia sea completa.” 

Las fortalezas son las defensas sicológicas que la persona acomplejada ha creado en su interior. Esas defensas están basadas sobre argumentos mentirosos como: “Nadie me ama”, “Soy malo”, Soy fea”, “Soy un pobre y siempre lo seré”, “Siempre me salen las cosas mal”, etc. Todos estos argumentos son falsos y atentan contra la verdad divina revelada en las Escrituras. El complejo de rechazo e inferioridad es una cosa emocional que no siempre tiene su base en la realidad. Por medio de las Escrituras y el poder del Espíritu del Eterno es posible quebrantar todos estos argumentos.

La segunda cosa que es mencionada en este texto son los razonamientos altivos que se levantan. La reacción sicológica para intentar de superar el sentimiento de rechazo y de inferioridad es la soberbia, la altivez. Como las emociones me dicen que no soy nadie hago todo lo posible para mostrarme a mi mismo y a todo el mundo que sí soy alguien. Y así voy buscando todas las virtudes mías y las destaco y las muestro a los demás, intentando mostrarme a mi mismo y a los demás que no soy tan malo como me dicen mis sentimientos. “Mira, YO soy bueno en esto”, “Fíjate que YO logré esto” etc. La auto exaltación y el orgullo son síntomas de una persona acomplejada que en el fondo de su corazón no se siente amada por nadie, ni siquiera por el Eterno.

Otro intento de superar el sentimiento de rechazo interior es hacerse amigos mediante regalos. Si yo les doy esto me va a amar. Tenemos un buen ejemplo de esto en Leá que dijo, según Génesis 29:32:

“Y concibió Leá y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Reuvén, pues dijo: Por cuanto el Eterno ha visto mi aflicción, sin duda ahora mi marido me amará.” 

Otro ejemplo vemos en Génesis 30:20 donde está escrito:

“Y Lea dijo: Dios me ha favorecido con una buena dote; ahora mi marido vivirá conmigo, porque le he dado seis hijos. Y le puso por nombre Zvulún.” 

Leá pensaba que por medio de sus propios esfuerzos podía ganarse el amor de Yaakov. Ese no es el camino. El camino de ser sanado del complejo de rechazo es recibir el amor gratuito del Eterno. Su amor no depende de mí sino de él mismo. El me ama, no porque yo sea de una u otra manera, sino porque ha decidido amarme.

Hay dos tipos de amor del Eterno, un amor incondicional y un amor condicional. El amor incondicional no depende del hombre, si es bueno o malo, si cumple o no, como está escrito en Oseas 3:1:

“Y el Eterno me dijo: Ve otra vez, ama a una mujer amada por otro y adúltera, así como el Eterno ama a los hijos de Israel a pesar de que ellos se vuelven a otros dioses y se deleitan con tortas de pasas.” 

En Mateo 5:44-45 está dicho:

“Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.” 

Y en Romanos 5:6-8 está escrito:

Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo el Mesías murió por los impíos. Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, el Mesías murió por nosotros.” 

Ese amor incondicional es el que nos sana de nuestros complejos.

El amor condicional del Eterno es desarrollado cuando hay una respuesta por parte del hombre a Su amor incondicional, como está escrito en Deuteronomio 7:11-13:

“Guarda, por tanto, el mandamiento y los estatutos y los decretos que yo te mando hoy, para cumplirlos. Y sucederá que porque escuchas estos decretos y los guardas y los cumples, el Eterno tu Dios guardará su pacto contigo y su misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu cereal, tu mosto, tu aceite, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño en la tierra que El juró a tus padres que te daría.” 

Y en Juan 14:23 está escrito:

“Yeshúa respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.” 

Yaakov amaba a Yosef más que a todos los demás hijos. El amaba a todos pero amaba a Yosef más que a los demás por la relación más íntima que tenía con él, entre otras cosas, por causa del amor recíproco que recibió de él y también por la revelación profética que tenía sobre su futuro.

El amor condicional está basado en el amor incondicional. Es muy importante que un padre diga a su hijo: “No importa lo que hagas, te amaré igual”. De esa manera el hijo se siente seguro en el amor de su padre y podrá relacionarse correctamente con su Padre celestial. Ahora, si el hijo se porta mal tiene que saber que el padre no ama su conducta sino a él, y desea que se aparte de su mala conducta.

La persona acomplejada proyecta su complejo sobre otros. Una madre con un complejo de rechazo rechaza a sus hijos y es capaz de decir: “ya no te quiero”, “no quiero verte más”. La solución para todo esto es el amor.

Una persona que se siente menospreciada menosprecia a los demás y no puede aceptar que otra persona sea exaltada más que ella. Tiene envidia y celos y luchas de poder. No es capaz de reconocer una virtud de su hermano porque siente que es una amenaza contra él.

Los hijos de Leá y los hijos de las ex esclavas rechazaban a su hermanastro Yosef porque había sido puesto por su padre como el heredero de la primogenitura. Por las excavaciones arqueológicas que se han hecho en Egipto, se sabe que los jefes de las tribus semitas llevaban túnicas con muchos colores como señal de su liderazgo.[3] Es obvio que el padre había marcado a Yosef como el heredero de la primogenitura, como vimos en el texto de 1 Crónicas 5:1-2. Según Deuteronomio 21:15-17 Yaakov no tenía el derecho de quitar de Reuvén la primogenitura y dársela a Yosef. Sin embargo, por causa del pecado de Reuvén perdió su primogenitura, cf. Génesis 49:3-4, y fue dado a Yosef, no por preferencia personal sino por revelación profética. Hay varios ejemplos en las Escrituras donde vemos que el orden natural de herencia es cambiado por el orden profético, cf. Génesis 48:17-20.

En el Talmud se habla de dos tipos de Mesías.[4] Por un lado se habla de Mashíaj ben Yosef, que es el Mesías sufriente como hijo de Yosef, no necesariamente en el sentido literal como descendiente sino en el sentido alegórico como seguidor, imitador. Por el otro lado se habla de Mashíaj ben David, el Mesías triunfante descendiente directo de la casa de David.

En Yeshúa se cumplen estos dos papeles. En su primera aparición vino como Mesías ben Yosef y en su segunda vendrá como Mesías ben David.

“amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos... su padre lo amaba más que a todos sus hermanos” – En Mateo 3:17b el Padre celestial dice de Yeshúa:

“Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.” 

37:7 “He aquí, estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que mi gavilla se levantó y se puso derecha, y entonces vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaban hacia mi gavilla.” – Las gavillas hablan de una cosecha que tiene mucho que ver con la vida de Yosef y del Mesías. La cosecha es un producto de la nueva vida que viene de la muerte de los granos.

“mi gavilla se levantó” – Alude al levantamiento de Yosef y a la resurrección de Yeshúa de entre los muertos.

“vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaron” – Muestra que después del levantamiento de Yosef y la resurrección de Yeshúa habría un reinado. También muestra que todas las tribus de Israel tendrán que reunirse alrededor del Mesías para obedecerle con reverencia.

37:8 “le odiaron por sus palabras” – También Yeshúa fue odiado por sus palabras. En Juan 15:22-25; 17:14 está escrito:

“Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me odia a mí, odia también a mi Padre. Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y también a mi Padre. Pero han hecho esto para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: "ME ODIARON SIN CAUSA."... Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”

37:9 “el sol, la luna y once estrellas”  – El sol hace referencia a Yaakov, la luna hace referencia a la madre y las once estrellas se refiere a los hijos de Israel, cf. Génesis 15:5; 22:17; 26:4.

Este sueño no se ha cumplido en Yosef. En primer lugar no vivía su madre Rajel. Bilháh se había ocupado de él y su hermano Binyamín desde la muerte de Rajel.

El padre dice que es imposible que él y su madre se inclinen ante él. Esto tiene dos sentidos. Por un lado Rajel ya estaba muerta y no podría inclinarse ante Yosef. Por otro lado era absurdo que un padre se inclinara ante su hijo, lo cual no pasó en Egipto. Así que este sueño es una muestra de que Yosef es una figura profética del futuro Mesías.

Este mensaje muestra que todos aquellos hijos de Israel que son estrellas se inclinarán ante el Mesías, incluso los mismos patriarcas Avraham, Yitsjak y Yaakov. La Torá muestra aquí que el Mesías es mayor que los padres.

Este sueño profético es también una evidencia acerca de la resurrección de los muertos. Si Yaakov y Bilháh y mucho menos Rajel no se inclinaron ante Yosef en Egipto, tiene que haber una resurrección de entre los muertos para que esta profecía tenga su cumplimiento. Entonces Rajel, la madre de Yosef, se inclinará ante Mashíaj ben Yosef, que es Yeshúa hijo de Yosef.

La resurrección está relacionada con el sol, la luna y las estrellas, según 1 Corintios 15:41-42a, donde está escrito:

“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria. Así es también la resurrección de los muertos.” 

En Revelación 12:1-2, 5-6 está escrito:

“Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. estaba encinta, y grita, estando de parto y con dolores de alumbramiento... Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para ser sustentada allí, por mil doscientos sesenta días.”

La mujer simboliza el pueblo de Israel que dio a luz a Yeshúa que fue arrebatado hasta el trono de Dios poco antes de la dispersión del pueblo judío por las devastaciones hechas por los romanos en los años 70 y 135.

37:11a “Y sus hermanos le tenían envidia” – Mateo 27:18 dice:

“Porque él (Pilato) sabía que le habían entregado por envidia.” 

 

Estamos en tiempos de restauración y dedicación. Estamos en tiempo de luz y unción:

 

 

Shabat shalom y Jag Sameaj Januka / Feliz fiesta de Januka.

 

Fuente: E Blad

 

Adaptado por: HOSHEA BEN YISRAEL

No hay comentarios:

Publicar un comentario