viernes, 7 de diciembre de 2012

Parashá 09 VaYéshev


Parashá 09 VaYéshev
Génesis 37:1 – 40:23

Aliyás de la Torá:
1.     37:1-11
2.     37:12-22
3.     37:23-36
4.     38:1-30
5.     39:1-6
6.     39:7-23
7.     40:1-23
Haftará: Amós 2:6 – 3:8
Brit Hadasha: Hechos 7:9-16

VaYeshev

Significa “y se estableció”, “y se asentó”.
Primera aliyá, 37:1-11
Yaakov se establece en la tierra donde ha peregrinado su padre. Cuando Yosef tiene diecisiete años apacienta el rebaño con sus hermanos, los hijos de las concubinas de su padre. Yosef trae malos informes de ellos a su padre. Yaakov ama a Yosef más que al resto de sus hijos y le hace una túnica de colores. Por eso sus hermanos le tienen odio y no pueden hablarle bien. Yosef tiene dos sueños que producen aún más odio y envidia en ellos. Primero sueña que estaban atando gavillas en el campo y las gavillas de los hermanos se inclinaron ante su gavilla que se había levantado y puesto derecha. Luego sueña que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante él. Su padre le reprende por su segundo sueño pero lo guarda en su memoria.
Segunda aliyá, 37:12-22

Los hermanos están apacentando el rebaño en Shejem y Yosef es enviado allí por su padre desde Jevrón para ver cómo están. Un hombre le encuentra dando vueltas por el campo y le informa que se han ido a Dotán. Cuando Yosef se les acerca en Dotán traman contra el soñador para matarlo y echarlo en un pozo y decir que una fiera lo devoró. Pero Reuvén impide que lo maten y les dice que le echen en un pozo para poder liberarlo y devolverlo a su padre.

Tercera aliyá, 37:23-36

Los hermanos despojan a Yosef de su túnica de colores y le echan en el pozo que está vacío. Cuando se sientan a comer ven una caravana de yishmaelitas cargada de tres productos que están bajando hacia Mitsrayim. Yehudá propone vender a Yosef como esclavo y los demás aceptan. Cuando pasan unos mercaderes midianitas sacan a Yosef del pozo. Luego lo venden a los yishmaleitas que le llevan a Mitsrayim.
Reuvén vuelve al pozo y al ver que Yosef no está allí, rasga sus vestidos y pregunta a sus hermanos adonde irá él ahora. Entonces empapan la túnica de Yosef con la sangre de un macho cabrío y la envían a su padre para que la examine. Yaakov piensa que una fiera lo ha devorado y rasga sus vestidos y se viste de cilicio y pasa mucho tiempo de duelo. No quiere recibir el consuelo de sus hijos y de sus hijas y dice que va a morir con luto. También su padre llora por él.
Los medanitas venden a Yosef a Potifar, un capitán en la guardia de Paró.
Cuarta aliyá, 38:1-30
Yehudá se aparta de sus hermanos y se casa con la hija de Shúa que le da a luz tres hijos, llamados Er, Onán y Shelá. Luego toma una mujer para su hijo primogénito, llamada Tamar, que significa palmera. Pero el Eterno quita la vida de Er porque era malvado. Onán recibe la orden de su padre de cumplir con su deber de levantar descendencia a su hermano y llegar a su mujer. Pero cuando se llega a ella derrama el semen en la tierra para no dar descendencia a su hermano. Por eso el Eterno también le quita la vida. Tamar es enviada a la casa de su padre para esperar que Shelá crezca.
Después de mucho tiempo muere la esposa de Yehudá. Después del duelo Yehudá sube a los trasquiladores de sus ovejas en Timnat junto con su amigo Jirá. Cuando Tamar es informada sobre ello se quita su ropa de viuda y se cubre con un velo y se sienta cerca del camino de Timnat, porque se ha dado cuenta de que no había sido dada a Shelá como mujer aunque había crecido. Yehudá piensa que es una prostituta y le ofrece un cabrito para poder llegar a ella. Como señal ella le pide tres cosas que lleva puesto. Y así ella concibe de él. Luego se viste de viuda de nuevo. Yehudá envía el cabrito por medio de su amigo para recobrar la prenda pero no la encuentra. Los hombres del lugar tampoco saben nada de una prostituta.
A los tres meses informan a Yehudá que Tamar ha fornicado. El ordena que sea quemada. Entonces ella envía a decir a su suegro que investigue para saber de quién son las tres cosas que tiene como señal. Yehudá reconoce que ella tiene razón y que él es el responsable del embarazo por no haberle dado a su hijo Shelá. Pero no vuelve a conocerla más. Cuando va a dar a luz tiene mellizos. Uno de los dos saca su mano y la partera le ata un hilo escarlata pensando que va a salir primero. Pero retira su mano y el hermano sale. Por eso fue llamado Perets, brecha. El hermano que tiene el hilo es llamado Zeraj.
Quinta aliyá, 39:1-6
Potifar, el oficial de Paró, compra a Yosef. El Eterno está con él y llega a ser un hombre próspero. Está sirviendo en la casa de su amo y todo lo que hace prospera. Su amo se da cuenta de ello y le hace su siervo personal y mayordomo sobre toda su casa. La casa y los campos del mitsri son bendecidos por causa de Yosef. Le deja todo lo que posee en las manos de Yosef y sólo se preocupa por el pan que come. Yosef tiene un aspecto muy hermoso.
Sexta aliyá, 39:7-23
La mujer del amo de Yosef pone su mirada en él y le dice que se acueste con ella. Pero él le contesta que no puede cometer esa gran maldad y pecar contra Eloha. Ella insiste día tras día pero él no quiere ni estar con ella. Un día, cuando no hay nadie en la casa, Yosef entra para hacer su trabajo. Ella lo ase de su roba y le dice que se acueste con ella. Pero él deja su ropa y sale huyendo afuera. Ella llama a los hombres de la casa y dice que Yosef vino para acostarse con ella y que ella había gritado a gran voz y que por eso él había dejado la ropa allí y había salido huyendo. Luego cuenta el mismo cuento a su marido. Su marido se enfada y echa a Yosef en la cárcel donde tendrá que seguir mucho tiempo. Pero el Eterno está con Yosef y le da misericordia de manera que el jefe de la cárcel le da la confianza de administrar toda la cárcel. Todo lo que él emprende el Eterno lo hace prosperar.
Séptima aliyá, 40:1-19
El copero y el panadero de Paró le ofenden y son puestos en la cárcel donde está Yosef. Después de un año tienen ambos un sueño la misma noche. Por la mañana Yosef los ve preocupados y les pregunta qué pasa. Le dicen que han tenido un sueño y nadie lo puede interpretar. Yosef dice que las interpretaciones pertenecen a Eloha y les pide que se lo cuenten. El jefe de los coperos soñó con una vid con tres sarmientos que brotaron y produjeron uvas maduras. Tomó las uvas y las exprimió en la copa del Paró que estaba en su mano y la dio a Paró. Yosef dice que los tres sarmientos son tres días y que en tres días su cabeza será levantada y le será devuelto el puesto que tenía antes. Luego Yosef le pide que se acuerde de él cuando le vaya bien para mencionarle ante Paró para sacarle de la cárcel. Cuenta como fue secuestrado y que tampoco ha hecho nada malo para tener que estar en el calabozo.
El jefe de los panaderos soñó con tres cestas de pan sobre su cabeza llenas de manjares hechos por un panadero para Paró. Pero fueron comidos por los pájaros. Yosef dice que las tres cestas son tres días y que dentro de tres días Paró le va a quitar la cabeza y colgarle en un árbol para que las aves coman su carne.
Al tercer día es el cumpleaños de Paró y hay un banquete para todos sus siervos. El jefe de los coperos es restaurado en su cargo y el jefe de los panaderos es ahorcado. Pero el jefe de los coperos no se acuerda de Yosef.
 Comentarios de las tres primeras aliya
Primera aliyá, 37:1-11
Cuando un justo quiere dejar de luchar y disfrutar de esta vida, está intentando sacar de antemano lo que recibirá en el mundo venidero.
Es necesario tener lucha en esta vida para poder estar sano espiritualmente. Cuando no hay conflictos y todo va bien hay una tendencia de querer aflojarse y dormir espiritualmente. Los problemas y las luchas nos mantienen alerta y nos obligan a buscar al Eterno en todo momento. El Hijo de Eloha aprendió la obediencia a través de los sufrimientos, como está escrito en Hebreos 5:8:
aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció
Así que el que quiere huir de los sufrimientos y de los problemas nunca aprenderá la obediencia.
Es más, los mismos sufrimientos que pasamos en el olam hazé, este siglo, producen una gloria que permanecerá en el olam habá, el siglo venidero, como está escrito en 2 Corintios 4:17:
Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación
En Romanos 8:16-18 está escrito:
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Eloha, y si hijos, también herederos; herederos de Eloha y coherederos con el Mesías, si en verdad padecemos con él a fin de que también seamos glorificados con él. Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.
Para ser herederos en el siglo venidero hay que padecer con el Mesías. Cuanto más suframos ahora más gloria tendremos entonces, como está escrito en 1 Pedro 1:7:
para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Yeshúa el Mesías
En 1 Pedro 4:13 está escrito:
antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos del Mesías, regocijaos, para que también en la revelación de su gloria os regocijéis con gran alegría.
En Hebreos 11:35b está escrito:
otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de obtener una mejor resurrección.
– La historia de una persona sigue en sus hijos. Esta no es la historia de Yosef, sino de Yaakov. En el capítulo 38 encontramos el relato de la vida de Yehudá. Estos dos, Yosef y Yehudá, son los dos hijos más importantes de Israel. Alrededor de estos dos giran toda la historia de salvación del Eterno. Yosef llegó a ser el padre de Efrayim, que es el ancestro de la tribu principal de la casa de Israel, las diez tribus del norte que eventualmente se separarían de las dos tribus en el sur. Yehudá es el ancestro del pueblo judío y del Mesías. La primogenitura pasó a los hijos de Yosef, como está escrito en 1 Crónicas 5:1-2:
Y los hijos de Reuvén, el primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como profanó la cama de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de Yosef, hijo de Israel; de modo que no está inscrito en la genealogía conforme a los derechos de primogenitura; aunque Yehudá prevaleció sobre sus hermanos, y de él es el príncipe, los derechos de primogenitura pertenecían a Yosef)
A través de Yaakov el Eterno está cumpliendo su propósito en el mundo. El pueblo de Israel y el Mesías son el medio del Eterno para bendecir el resto de la humanidad. Todos estos relatos son narraciones preparatorias para la introducción de Mashiaj en Israel y el mundo. Si desconectamos al Mesías de los relatos de la Torá creamos un seudo-Mesías, un ser híbrido sin realidad histórica. El Mesías está íntimamente conectado con la historia de Israel. Por esto podemos encontrar en los relatos acerca de Yosef y de Yehudá sombras proféticas que señalan hacia el Mesías Yeshúa. Estos textos dan paso a la proclamación de Yeshúa como el Mesías “ben Yosef”, hijo de Yosef, y el Mesías “ben David”, hijo de David.
37:2b “Yosef, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilhá y con los hijos de Zilpá, mujeres de su padre. Y Yosef trajo a su padre malos informes sobre ellos.” – Los cuatro hijos de las concubinas no se portaban bien y Yosef habló mal de ellos ante su padre. En lugar de reprenderles a ellos y aclarar posibles malos entendidos habló con su padre, lo cual constituye el pecado de “lashón hará”, lengua de maldad. Los rabinos enseñan que por esta mala lengua luego tenía que estar en la cárcel durante 10 años.
37:3  “Y amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.” – Hay varias razones por las que Israel amaba a Yosef: era el hijo de su vejez, era el hijo de su esposa preferida, tenía mucho en común con él mismo y, según un Midrash, Yaakov sabía por medio de una profecía que Yosef iba a ser una gran persona. Yaakov y Yosef se parecían en muchos aspectos:
       Ambos tenían una madre estéril y nacieron por una intervención divina.
       Ambos fueron odiados por sus hermanos.
       Ambos experimentaron como sus hermanos querían matarlos.
       Ambos se hicieron ricos.
       Ambos se casaron fuera de la Tierra.
       Ambos fueron acompañados por ángeles.
       Los suegros de ambos fueron bendecidos por causa de ellos.
       Ambos viajaron a Mitsrayim.
       Ambos pidieron que sus huesos fueran trasladados a la Tierra prometida.
       Ambos murieron en Mitsrayim.
37:4  “Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente.” – La lucha entre hermanos depende, hasta cierto grado, de la tensión que hay entre los padres. Los hijos son el reflejo de sus padres. La “poca” envidia que hubo entre las madres se multiplicaba en los hijos y se transformó en envidia de muerte. La razón por la que esta envidia llegó a tal extremo fue el favoritismo que mostraba Yaakov hacia uno de sus hijos. No es lo mismo reconocer las buenas cualidades de un hijo que tener favoritismo. Como padre, es necesario destacar las cualidades buenas de todos los hijos y no hacer comparaciones entre ellos. Las comparaciones crean muchas luchas innecesarias. Cada hijo es diferente y tiene diferentes dones y cualidades, unos más que otros. Pero esto no significa que uno es mejor que el otro. El que tiene más dones tiene más responsabilidad y hay que exigirle más, como está escrito en Lucas 12:48b:
“A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán.”
Para ser buenos padres hay que tratar con nuestros hijos de la misma manera como el Padre celestial trata con Sus hijos, como está escrito en Efesios 6:4:
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Eterno.”
Y en Hebreos 12:7-11, donde está escrito:
“Es para vuestra corrección que sufrís; Eloha os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero El nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.”
Es importante destacar las virtudes de nuestros hijos en todas las diferentes áreas en que el Eterno los haya dotado.
A pesar de la situación crítica en la familia de Israel, e incluso por medio de estas tensiones familiares, el Eterno, en su infinita sabiduría, lleva a cabo su plan de salvación para Israel y el mundo. El puede usar nuestra carnalidad para cumplir su propósito, ¡Bendito seda su Nombre!
Hay dos tipos de amor del Eterno, un amor incondicional y un amor condicional. El amor incondicional no depende del hombre, si es bueno o malo, si cumple o no, como está escrito en Oseas 3:1:
“Y el Eterno me dijo: Ve otra vez, ama a una mujer amada por otro y adúltera, así como el Eterno ama a los hijos de Israel a pesar de que ellos se vuelven a otros dioses y se deleitan con tortas de pasas.”
En Mateo 5:44-45 está dicho:
“Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.”
Y en Romanos 5:6-8 está escrito:
Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo el Mesías murió por los impíos. Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Eloha demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, el Mesías murió por nosotros.”
Ese amor incondicional es el que nos sana de nuestros complejos.
El amor condicional del Eterno es desarrollado cuando hay una respuesta por parte del hombre a Su amor incondicional, como está escrito en Deuteronomio 7:11-13:
“Guarda, por tanto, el mandamiento y los estatutos y los decretos que yo te mando hoy, para cumplirlos. Y sucederá que porque escuchas estos decretos y los guardas y los cumples, el Eterno tu Eloha guardará su pacto contigo y su misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu cereal, tu mosto, tu aceite, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño en la tierra que El juró a tus padres que te daría.”
Y en Juan 14:23 está escrito:
“Yeshúa respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”
En el judaísmo se habla de dos tipos de Mesías. Por un lado se habla de Mashiaj ben Yosef, que es el Mesías sufriente, como hijo de Yosef, no necesariamente en el sentido literal como descendiente, sino en el sentido alegórico como seguidor, imitador. Por el otro lado se habla de Mashiaj ben David, el Mesías triunfante, descendiente directo de la casa de David.
El jajam Dan ben Avraham escribe:
“Hubo diferentes perspectivas, porque los rabinos antiguos se percataron que el Mashiaj sería humillado por un lado y exaltado por el otro. ¿Cómo intentaron resolver esta diferencia?
Primera teoría:
La primera posibilidad fue que el Mashiaj existiera (como el verbo) desde antes de la creación del mundo y fuese enviado a la tierra cuando el Segundo Templo fuese destruido. Por ejemplo[4]: “Rabi Shemuel bar Nehmani dijo: “En el día cuando el Templo fue destruido, Israel sufrió mucho por sus pecados... ¿Y desde cuándo sabemos entonces que en ese día el Mashiaj nació? Porque está escrito: “Antes que estuviese de parto, dio a luz” 
El Talmud ofrece varios reportes acerca de su trabajo luego del nacimiento.  El Talmud Bavli afirma que él se sienta “a las puertas de la ciudad de Roma” y sufre aflicción con su pueblo. Allí él espera hasta que el  Eterno lo exalte como el Redentor esperado y traiga entonces la salvación prometida a Israel.
Esta había sido, en cierta medida, la posición de los talmidim de nuestro Rabí desde el primer siglo. Rav Shaúl dijo: “Pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas”. En otras palabras, primero debe sufrir para luego entrar en su gloria. Aunque por supuesto, hay una clara diferencia entre el tiempo de su aparición y la destrucción del Bet Hamikdash.
Debido a la similitud de pensamiento, eventualmente los amoraim abandonaron esta posición y procuraron otra.
Segunda Teoría:
¿Cuál fue la segunda teoría?  La siguiente cita es interesante, dice el Talmud[6]:
“R. Alexandri dijo que R. Joshua bar Leví combinó dos pasajes contradictorios, uno dice: “He aquí uno semejante a un Hijo de Hombre vino con las nubes del cielo” (Dan. 7:13) y el otro dice: “He aquí  tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un asno” (Zakaryah 9:9) Los explicó de esta manera: “Si ellos son dignos, el Mashiaj vendrá en las nubes del cielo. Si no son dignos, vendrá humilde sobre un asno”.
Tercera teoría:
Pero otra perspectiva fue estudiada, como aparece en otro lugar del Talmud[7]. ¿De qué se trata?  De la posibilidad de existencia de dos Mesías que aparecerán en dos tiempos diferentes para realizar dos funciones distintas, cada una relacionada con la humillación y la exaltación de la cual hablaron los profetas.
El primero es visto como el Mashiaj ben Yosef, quien tiene que batallar contra fieras, sufrir una humillación espantosa y ser azotado y herido en sus espaldas. Esto cumpliría la profecía que dice[8]: “Y me mirarán a mí, a quien traspasaron. Y gemirán como quien gime por la muerte de su hijo único. Y sufrirán como quien sufre por su primogénito”
El segundo es visto como Mashiaj ben David, quien aparecerá luego, y de quien el Eterno dijo[9]: “Diré el decreto: El Eterno me dijo: Tú eres mi Hijo, en este día te he engendrado”.
Según  el Talmud[10], este Salmo es una referencia al Mashiaj. Esto es lo que se dice:
“Nuestros sabios enseñaron: El HaKadosh dijo al Mashiaj ben David: “Tú eres mi hijo, pídeme y te daré las naciones como tu herencia y tus dominios hasta lo último de la tierra”. Anticipando que el Mashiaj ben Yosef estaba destinado a morir, Mashiaj ben David le dijo al Eterno:  “Amo del universo, lo único que te pido es vida”.  ¿Vida? Respondió el Eterno, “antes que hablases he aquí tu ancestro David  ya lo había establecido, como está escrito (Salmo 21:5) ”Vida te demandó y se la diste, largura de días, eternamente y para siempre”.
Así que los rabinos vieron dos posibilidades bajo la teoría del Rabí Yehoshua bar Leví y la teoría de un grupo de sabios talmúdicos bajo la idea de dos mesías diferentes.
Cuarta Teoría:
Existe una manera como podemos reconciliar las aparentes contradicciones entre un pasuk que nos presenta un Mesías Sufriente y otro que nos habla de un Mesías Exaltado. Esta teoría es precisamente, la que sustentamos.
¿De qué se trata? La respuesta es: un solo Mashiaj ( La Torah viva) que primero aparece como Siervo Sufriente (Mashiaj ben Yosef) y muere  para que pueda resucitar y ser revestido de inmortalidad, esto es, largura de días, eternamente y para siempre a fin de estar en condiciones de cumplir con los requisitos de la redención final exigidos por la Torah y los Profetas.
Hay una sola persona que podría calificar para dicha opción: Yeshúa. Solamente en Yeshúa el dilema de los pasukim aparentemente contradictorios de las Escrituras adquieren su verdadera solución.
Hasta aquí la cita del jajam Dan.
37:2a   “Yosef, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos” – Como hemos dicho antes el nombre Yosef significa “quitará” y “añadirá”, y es una referencia al Mesías que vino para morir para quitar el pecado de Israel y el mundo y sus consecuencias y resucitar para añadir a los gentiles dentro del pueblo escogido.
“apacentaba el rebaño” – Como Yosef era un pastor también el Mesías, según Juan 10:11 donde dice:
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.”
37:3-4 “amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos... su padre lo amaba más que a todos sus hermanos” – En Mateo 3:17b el Padre celestial dice de Yeshúa:
“Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.”
37:7 “He aquí, estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que mi gavilla se levantó y se puso derecha, y entonces vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaban hacia mi gavilla.” – Las gavillas hablan de una cosecha que tiene mucho que ver con la vida de Yosef y del Mesías. La cosecha es un producto de la nueva vida como consecuencia de la muerte de los granos.
“mi gavilla se levantó” – Alude al levantamiento de Yosef y a la resurrección del Mesías de entre los muertos.
“vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaron” – Muestra que después del levantamiento de Yosef y la resurrección del Mesías habría un reinado. También muestra que todas las tribus de Israel tendrán que reunirse alrededor de Mashiaj para obedecerle con reverencia.
37:8 “le odiaron por sus palabras” – También Yeshúa fue odiado por sus palabras. En Juan 15:22-25; 17:14 está escrito:
“Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me odia a mí, odia también a mi Padre. Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y también a mi Padre. Pero han hecho esto para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: "ME ODIARON SIN CAUSA."... Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”
37:9 “el sol, la luna y once estrellas” – El sol hace referencia a Yaakov, la luna hace referencia a la madre y las once estrellas se refiere a los hijos de Israel, cf. Génesis 15:5; 22:17; 26:4.
Este sueño no se ha cumplido en Yosef. En primer lugar no vivía su madre Rajel. Bilhá se había ocupado de él y su hermano Binyamín desde la muerte de Rajel.
El padre dice que es imposible que él y su madre se inclinen ante él. Esto tiene dos sentidos. Por un lado Rajel ya estaba muerta y no podría inclinarse ante Yosef. Por otro lado era absurdo que un padre se inclinara ante su hijo, lo cual no pasó en Mitsrayim. Así que este sueño es una muestra de que Yosef es una figura profética del futuro Mesías.
Este mensaje muestra que todos aquellos hijos de Israel que son estrellas se inclinarán ante el Mesías, incluso los mismos patriarcas, Avraham, Yitsjak y Yaakov. La Torah muestra aquí que el Mesías es mayor que los padres.
Este sueño profético es también una evidencia acerca de la resurrección de los muertos. Si Yaakov y Bilhá, y mucho menos Rajel, no se inclinaron ante Yosef en Mitsrayim, tiene que haber una resurrección de entre los muertos para que esta profecía tenga cumplimiento. Entonces Rajel, la madre de Yosef, se inclinará ante Mashiaj ben Yosef, que es Yeshúa hijo de Yosef.
La resurrección está relacionada con el sol, la luna y las estrellas, según 1 Corintios 15:41-42a, donde está escrito:
“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria. Así es también la resurrección de los muertos.”
En Revelación 12:1-2, 5-6 está escrito:
“Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. estaba encinta, y grita, estando de parto y con dolores de alumbramiento... Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Eloha y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Eloha, para ser sustentada allí, por mil doscientos sesenta días.”
La mujer simboliza el pueblo de Israel que dio a luz a Yeshúa que fue arrebatado hasta el trono de Eloha poco antes de la dispersión del pueblo judío por la invasión romana en los años 70 y 135.
37:11 a “Y sus hermanos le tenían envidia” – Mateo 27:18 dice:
“Porque él (Pilato) sabía que le habían entregado por envidia.”
Segunda aliyá, 37:12-22
37:13b “Te enviaré a ellos. Y él les dijo. Iré” – Yosef fue enviado por su padre a los hijos de Israel. El estaba dispuesto a obedecer a su padre aunque implicaba el rechazo y el sufrimiento causado por ellos. Lo mismo pasó con Yeshúa, como está escrito en Lucas 20:13-15a:
“Entonces el dueño de la viña dijo: "¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá a él lo respetarán." Pero cuando los labradores lo vieron, razonaron entre sí, diciendo: "Este es el heredero; matémoslo para que la heredad sea nuestra." Y arrojándolo fuera de la viña, lo mataron.”
37:14 “Entonces le dijo: Ve ahora y mira cómo están tus hermanos y cómo está el rebaño; y tráeme noticias de ellos. Lo envió, pues, desde el valle de Jevrón, y Yosef fue a Shejem.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “cómo están” es “shalom”[11] que significa “paz”, “bienestar”, “prosperidad”, “salud”. El Mesías busca el shalom de Israel, su paz, su bienestar, su prosperidad y su salud. El Mesías es el mensajero de Shalom para Israel, los que están cerca, como está escrito en Efesios 2:17:
“Y vino, y anunció paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca”
37:14b “fue a Shejem” – Shejem significa “hombro” y alude al madero puesto sobre los hombros de Yeshúa. En la búsqueda de sus hermanos israelitas en la misión de shalom tuvo que ir a Shejem, tuvo que morir en el madero.
37:16a “busco a mis hermanos” – Mashiaj vino para buscar y salvar a lo que se había perdido, las ovejas perdidas de la casa de Israel. En Mateo 15:24 dice:
“No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.”
37:17b “Yosef fue tras sus hermanos y los encontró” – Después de haber estado en Shejem, que representa la muerte y resurrección, el Mesías se fue en búsqueda de los hijos de Israel hasta encontrarlos. Nosotros somos el resultado de esa búsqueda.
         “y los encontró” – Todos los hijos de Israel serán encontrados por Mashiaj en los últimos días.
37:18b “tramaron contra él para matarlo” – Lo mismo con Yeshúa.
En Mateo 26:4 está escrito:
“Y tramaron entre ellos prender a Yeshúa con engaño y matarle.”

Tercera aliyá, 37:23-3 

37:23b “Despojaron a Yosef de su túnica” – La túnica representa realeza y autoridad. No le reconocieron como el jefe que el Padre había puesto sobre ellos. Los hermanos de Yeshúa tampoco reconocieron su autoridad que tenía del Padre, como está escrito en Mateo 21:23:
“Cuando llegó Yeshúa al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras enseñaba, diciendo: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio esta autoridad?”
El Salmo 22:18 dice:
“reparten mis vestidos entre sí, y sobre mi ropa echan suertes.”
En Mateo 27:35 está escrito:
“Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes”
37:24a “lo echaron en el pozo” – El pozo simboliza la muerte, el abismo, cf Salmo 30:3 donde aparece la misma palabra hebrea “bor”.[12] Según Rashí, era un lugar de escorpiones y serpientes.
Dos veces aparece la palabra pozo en la historia de Yosef, aquí y en 41:14 donde se tradujo como “cárcel o “calabozo”. La Torah muestra dos pozos en el relato de Yosef. El primero fue en la tierra de Israel y el segundo fue en la tierra de Mitsrayim. Esto nos enseña que la muerte del Mesías ben Yosef fue para los hijos de Israel y también para el mundo entero, representado en Mitsrayim.
37:25a “Entonces se sentaron a comer pan” – Justamente después de haber tirado a Yosef al pozo se sientan a comer pan. Aquellos judíos que habían entregado a Yeshúa para morir luego comieron la pascua por la noche como está escrito en Juan 18:28:
“Entonces llevan a Yeshúa de casa de Caifás al Pretorio. Era muy de mañana. Y ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua.”
37:26-27 “Y Yehudá dijo a sus hermanos: ¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre? Venid, vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra. Y sus hermanos le hicieron caso.” – Yehudá fue el protagonista en la venta de Yosef. Lo mismo pasó con el discípulo de Yeshúa llamado Yehudá, como está escrito en Mateo 26:14-16:
“Entonces uno de los doce, llamado Yehudá Ishk’riotí, fue a los principales sacerdotes, y dijo: ¿Qué estáis dispuestos a darme para que yo os lo entregue? Y ellos le pesaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba una oportunidad para entregarle.”
37:28b “Pasaron entonces unos mercaderes midianitas, y ellos sacaron a Yosef, subiéndolo del pozo, y vendieron a Yosef a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y éstos llevaron a Yosef a Mitsrayim.”
“sacaron a Yosef” – Habla de la resurrección.
“vendieron” – Yosef fue vendido por lo menos tres veces antes de llegar a Mitsrayim. Los midianitas, los yishmaelitas y luego los medanitas, v. 36, representan los gentiles que entraron en la escena del programa de salvación del Eterno en relación con la resurrección del Mesías. Y como los gentiles estaban haciendo comercio con Yosef, también se están haciendo muchos comercios con el nombre de Jesucristo hoy en el mundo.
Mashiaj fue vendido primero por Yehudá (Judas) y luego por el sanedrín a los gentiles. Así como los gentiles recibieron a Yosef los gentiles recibieron el mensaje del Mesías resucitado.
“a Mitsrayim” – Mashiaj fue llevado al mundo gentil para llegar a ser rey sobre muchos de ellos.
37:31 “Entonces tomaron la túnica de Yosef y mataron un macho cabrío, y empaparon la túnica en la sangre” – Como Yaakov había engañado a su padre con las pieles de un macho cabrío, ahora es engañado por sus hijos con lo mismo.
Aquí vemos que hay una muerte sustituta en relación con la desaparición de Yosef. De la misma manera la muerte del Mesías es una muerte sustituta.
         “macho cabrío” – Es el animal escogido por Eloha para todos los sacrificios por el pecado. La sangre del macho cabrío es la que más se parece a la sangre humana, según Rashí. También habla del animal que se usa en Yom Kipur, cf. Levítico 16.
         “Empaparon la túnica en sangre” – habla de dos cosas:
-        Mashiaj tenía que morir por causa del rechazo de sus hermanos.
-        La muerte de Mashiaj es la base para su reinado, representado en la túnica.
         Hay una conexión entre la sangre y el manto en Génesis 49:11; Isaías 63:2-3 y Revelación 19:13. La sangre habla del ministerio sacerdotal y el manto habla de realeza. El Mesías tiene ambos ministerios, cf. Salmo 110:4; Hebreos 7:1.

Extractado: Rab  ESTEFAN  BLAD

Adaptado y Preparado por:  SHIMON BEN YOSEF

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