Parashá
44 Devarim
Deuteronomio 1:1 – 3:22
Para ser leída y estudiada en el
Sabbat del 6 de AV de 5.774 (Agosto 2 de 2.014)
Aliyás de la Torá:
1. 1:1-11
2. 1:12-21
3. 1:22-38
4. 1:39 – 2:1
5. 2:2-2:30
6. 2:31 – 3:14
7. 3:15-22
Haftará: Isaías 1:1-27
Los Escritos Mesiánicos:
Revelación 1:1 – 2:17
Devarim
Significa “palabras” o “cosas”.1
Comentarios
Primera
aliyá, 1:1-11
Este es el quinto libro que escribió
Moshé, como está escrito en Deuteronomio 31:24: “Y sucedió que cuando Moshé
terminó de escribir las palabras de esta Torá en un rollo, hasta su
conclusión...”
Devarim es una reafirmación de aquella
Torá que ya fue dada desde el monte Sinái y en las llanuras de Moav. Se
diferencia de los otros cuatro libros de la Torá de manera no recopila las palabras dictadas por el
Eterno directamente, sino las palabras transmitidas a través del mayor de los
profetas en su clase, Moshé rabenu. Por lo tanto, este libro constituye una
repetición y explicación, por medio del profeta, de la Torá que ya fue dictada
y entregada una vez por todas desde el cielo. Por eso el libro empieza:
“Estas son las palabras que Moshé habló
a todo Israel…” Esto no significa que no sean palabras del Eterno, sino que en
vez de dictar las palabras directamente, ahora son filtradas y transmitidas por
el instrumento humano que ha llegado al mayor nivel de profecía que existe. Son
palabras del Eterno por medio de Moshé, como está escrito en 1:3: “Moshé habló
a los hijos de Israel conforme a todo lo que YHWH les había ordenado.” Sin embargo, como no son palabras dictadas
directamente por el Eterno, la base para las palabras del quinto libro de Moshé
ya está establecida en los cuatro primeros libros. Recordemos que el fundamento
de una casa es el que sostiene toda la casa. De la misma manera los cuatro
primeros libros de la Torá fueron dictados letra por letra al profeta Moshé (de
parte del Eterno) y escritos con exactitud para así ser es el fundamento para
el quinto libro de Moshé. Estos cinco libros, llamados la Torá de Moshé, son, a
su vez, el fundamento para el resto de las Escrituras. Los libros proféticos que
luego fueron añadidos, empezando con el libro de Yehoshúa (Josué) no cambian nada
del fundamento, ni añaden al fundamento, como está escrito en Deuteronomio 4:2:
“No añadiréis nada a la palabra que yo
os mando, ni quitaréis nada de ella, para que guardéis los mandamientos de YHWH
vuestro Eloha que yo os mando.”
En Deuteronomio 12:32 está escrito:
“Cuidarás de hacer todo lo que te mando;
nada le añadirás ni le quitarás.” Los
libros de los Profetas anteriores (Josué – 2 Reyes) y los Profetas posteriores
(Isaías – Malaquías), los Escritos anteriores (Salmos – 2 Crónicas) y los
Escritos Mesiánicos (Mateo – Revelación), no pueden añadir nada a las palabras
de la Torá que el Eterno dio a Moshé rabenu, ni quitar de ellas. El fundamento
de la revelación Escrita ha sido puesto una vez por todas y los demás libros no
pueden formar parte del fundamento ni quitar del fundamento. Los demás libros
inspirados divinamente van explicando y dando más luz sobre lo que ya está
escrito en el fundamento, cf. Efesios 3:5. Aunque ellos también son libros
inspirados por el Espíritu de Adonai, no tienen el mismo nivel de autoridad que
la Torá de Moshé. Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado con nuevos
conceptos que son deducidos de alguna de las otras Escrituras que no se
encuentran en la Torá dada a Moshé, puesto que toda revelación que viene
después de Moshé tiene que estar fundada en sus Escritos, como está escrito en
Juan 5:46:
“Porque si creyerais a Moshé, me
creeríais a mí, porque de mí escribió él.”
En Romanos 3:21 está escrito:
“Pero ahora, aparte de la Torá
(escrita), la justicia de Eloha ha sido manifestada (en la Torá viviente),
atestiguada por la Torá y los Profetas”
En Hechos 26:22 está escrito:
“Así que habiendo recibido ayuda de Eloha,
continúo hasta este día testificando tanto a pequeños como a grandes, no
declarando más que lo que los profetas y Moshé dijeron que sucedería”
El libro de Devarim se divide en tres
partes, que corresponden a los tres libros Éxodo, Levítico y Números, y es por
eso que también es llamado Mishné Torá, “repetición de la Torá”, sacado de
Deuteronomio 17:18. El nombre Deuteronomio viene de “Deuteronomium”, que es la
forma latina de “Deuteronomion”, que aparece en la Septuaginta, y significa “la
segunda ley”. Las tres partes son las siguientes:
1:1 – 5:5 Moral y amonestación
5:6 – 27:8 Leyes diversas
27:9 – 34:12 Bendición y maldición
Al comparar el libro de Devarim con los
antiguos documentos de pacto, que han sido encontrados por los arqueólogos, de
los heteos y otros pueblos orientales del periodo 1500 – 1300 a.E.C., que,
entre otras cosas, regulaban la relación entre los reyes y sus súbditos, se ve
una estructura muy similar, con introducción, recuento histórico, condiciones
del pacto, el propio documento del pacto, bendiciones, maldiciones, conclusión
y duración del documento.
Según la tradición, el capítulo 34, que
habla de la muerte de Moshé, fue escrito por Yehoshúa (Josué).
1:1 “Estas son las palabras que Moshé
habló a todo Israel al otro lado del Yardén, en el desierto, en el Arabá,
frente a Suf, entre Parán, Tofel, Laván, Jatserot y Di-Zahav.” – Según Rashí, al usar la palabra devarim, se
trata de amonestaciones, porque es una manera más severa de expresarse comparado
con la manera como está escrito el resto de la Torá. En los libros de Jeremías
y Eclesiastés, que también son libros de amonestación, se encuera la misma palabra
en la introducción: divrei, “palabras de...” Los lugares que son mencionados
aquí son lugares donde los hijos de Israel riñeron con el Eterno durante su
viaje. Rashí dice: “Puesto que se trata de palabras de amonestación y que
enumeran todos los lugares donde habían provocado la ira del Omnipresente, se han
disimulado los hechos recordándolos en términos generales por consideración a Israel”.
El Targúm de Onkelós tradujo este
versículo de esta manera: “Moshé os ha amonestado por haber pecado en el
desierto y por haber atraído la ira divina en el valle de Moav y (desde entonces)
frente al Mar de Cañas (Suf); por haber murmurado contra Eloha en Parán y por
haber hablado en términos desaprobatorios (Tófel) sobre el maná (Laván); por
haber pronunciado en Jatserot críticas sobre el alimento y haber erigido antes
el “becerro de oro” (Di-Zahav).”
Los hijos de Israel habían pecado “en el
desierto”, según Éxodo 16:3; “en el Arabá”, según Números 25:1-3; “frente a
Suf”, según Éxodo 14:11 y Salmo 106:7; “en Parán”, según Números 12:6 y
capítulo 13; denigraron lo blanco en Éxodo 31:16; se rebelaron en Jatserot,
según Números 11:35; y levantaron el becerro de oro, según Éxodo 32, cf.
Oseas 2:8. La palabra “Di-Zahav” se
entiende como “bastante oro”.
1:2 “Hay once días desde Jorev, por el
camino del monte de Seir, hasta Kadesh-Barnea.” – Rashí muestra las evidencias de que los
hijos de Israel hicieron ese viaje en tres días. Así se ve que el Eterno tenía
mucho interés en introducirles en la Tierra. Normalmente tardaban once días
entre Jorev y Kadesh. Sin embargo, este dato contrasta con el siguiente
versículo que habla de 40 años que los hijos de Israel habían estado dando
vueltas por el desierto. Jorev es donde la Torá fue entregada y Kadesh- Barnea
está cerca de la frontera sur de la tierra prometida. Si los hijos de Israel
hubieran creído en el Eterno hubieran entrado en la tierra mucho antes.
1:3 “Y sucedió que en el año cuarenta,
el mes undécimo, el primer día del mes, Moshé habló a los hijos de Israel
conforme a todo lo que YHWH les había ordenado” – Moshé habló sus tres discursos,
que constituyen todo este libro, durante 36 días para luego morir y ser
sepultado el día séptimo del duodécimo mes, llamado Adar.
Este texto nos enseña que Moshé no habló
estas palabras sacándolas de su propia mente, sino todo lo que dice está bien fundamentado
en la revelación que el Eterno ya había dicho a los hijos de Israel. Moshé es
un buen ejemplo a seguir para todos los que exponen la enseñanza de la Torá,
como está escrito en 1 Pedro 4:11a: “El que habla, que hable conforme a las
palabras de Eloha.”
1:4 “después de haber derrotado a Sijón,
rey de los amorreos, que habitaba en Jeshbón, y a Og, rey de Bashán, que
habitaba en Ashtarot y en Edrei” – Según
Rashí, Ashtarot era la ciudad y Edrei el reino.
1:5 “Al otro lado del Yardén, en la
tierra de Moav, Moshé comenzó a explicar esta ley, diciendo” – La palabra hebrea que ha sido traducida como
“declarar” (RV60), “proclamar” (RV95), “explicar” (LBLA) es baar2 que
significa: “explicar”, “aclarar”, “esclarecer”; “comentar”, “exponer”;
“inculcar”; “inscribir”, “grabar”. Esto nos enseña que la Torá ya había sido
dada y que lo que ahora viene es una explicación de ella. Por lo tanto, de
manera estricta podemos decir que la Torá son los cuatro primeros libros de
Moshé y lo que viene después son explicaciones, aplicaciones y comentarios de
lo que ya fue dado del cielo. Como hemos dicho antes, la base de toda revelación
divina escrita está en los primeros cuatro libros de Moshé, que son el fundamento,
junto con el toque final del fundamento, que es el libro de Devarim, que contiene
200 de los 613 mandamientos. ¿Entonces qué quiere decir Yeshúa cuando habla de
un mandamiento nuevo, en Juan 13:34 donde está escrito: “Un mandamiento nuevo
os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también
os améis los unos a los otros.”?
El no añade un nuevo mandamiento para
que sean 614, porque ya fue dicho: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, sino
habla de un mandamiento renovado. Uno de los mandamientos es renovado para que
sea como nuevo. Lo nuevo que es introducido por el Mesías es la aplicación del
mandamiento: “como yo os he amado”. Él está dando nueva vida a un mandamiento
antiguo, y está dando la aplicación perfecta a ese mandamiento de una nueva
manera. El mismo principio se encuentra en 1 Juan 2:7-8 donde está escrito:
“Hermanos, no os escribo mandamiento
nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este
mandamiento antiguo es la palabra (Torá) que habéis tenido desde el principio.
Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en
vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.”
No se trata de una nueva Torá o un nuevo
mandamiento, sino el que los hijos de Israel han tenido desde Sinái y que han
oído desde el principio, desde Bereshit, Génesis. Cuando el shalíaj Shaúl habla
de una revelación que no había sido dada en tiempos pasados, no significa que
esa verdad no se pueda encontrar en la Torá, sino que otros no lo habían visto
con claridad. Esta verdad eterna se encuentra en la Torá de Moshé, pero no
había sido revelada antes a los profetas con la misma claridad como ahora, como
está escrito en Efesios 3:4-6:
“En vista de lo cual, leyendo, podréis
comprender mi discernimiento del proyecto secreto del Mesías, que en otras
generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, en la misma medida
que ahora ha sido revelado a sus santos emisarios y profetas por el Espíritu; a
saber, que los gentiles (convertidos por medio del Mesías) son coherederos (con
los judíos) y miembros del mismo cuerpo (del Israel celestial), participando
igualmente de la promesa (porque ahora se encuentran) en el Mesías Yeshúa
mediante (la recepción de) las buenas nuevas.”
En Colosenses 1:26-27 está escrito:
“el misterio que ha estado oculto desde
los siglos y generaciones pasadas, pero que ahora ha sido manifestado a sus
santos, a quienes Eloha quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la
gloria de este misterio entre los gentiles (convertidos por medio del Mesías),
que es el Mesías en vosotros, la esperanza de la gloria.”
La base de estos dos textos se puede
encontrar, entre otros lugares, en Génesis 12:2-3 donde está escrito:
“Haré de ti una nación grande, y te
bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te
bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las
familias de la tierra.”
Como hemos dicho antes, la palabra
“benditas”, también puede significar “injertadas”. La Torá se puede comparar a
una habitación oscura que contiene varios muebles. No es posible ver lo que hay
en esa habitación hasta que alguien encienda una luz. Y cuanta más luz haya,
más detalles se verán en la habitación. La revelación se asemeja a la luz. Las
cosas estaban allí todo el tiempo pero no se vieron sin que hubiera una
revelación.
Lo mismo sucede con una película de
cámara antígua. Antes de ser revelada, no se ven las fotos que estaban allí
todo el tiempo desde que fueron tomadas. De la misma manera es con todo el
consejo del Eterno, está escondido en la Torá de Moshé, y las revelaciones
posteriores sólo han sacado a la luz lo que ya fue depositado allí. Estas revelaciones
sólo pueden ser dadas por el Espíritu del Eterno.
Así que la Torá de Moshé tiene el nivel
de mayor autoridad de las Escrituras inspiradas. Ni siquiera el mismo Mesías Yeshúa vino a
cambiar o añadir algo de lo que Moshé escribió. Sus palabras no cambiaron nada
de lo que fue dado por el Eterno mediante Moshé. Yeshúa no vino para abrogar,
sino dar el verdadero significado y la explicación final a lo que su Padre
celestial tenía en Su corazón al entregarnos los mandamientos mediante Moshé,
como está escrito en Mateo 5:17-19:
“No penséis que he venido para abolir la
Torá (de Moshé) o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir.
Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se
perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Torá hasta que toda se cumpla.
Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños,
y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero
cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de
los cielos.” Cuando Yeshúa fue
confrontado por hasatán en persona, no le contestó con palabras propias, sino
con las palabras de la Torá, y específicamente de Devarim, (ver Mateo 4:1- 11).
Si Yeshúa, como Mashíaj, tenía más autoridad que las palabras transmitidas por Moshé
¿por qué no le dijo a satán: “Vete satanás porqué YO te lo digo”? ¿Por qué nuestro
Adón, que es mayor que Moshé, no usó sus propias palabras, sino las de Moshé al
enfrentarse con el adversario? Esto nos enseña que la Torá en ningún momento
fue desacreditada, descalificada o puesta en un nivel de autoridad inferior a
la revelación posterior de las Escrituras por nuestro Señor y Salvador Yeshúa.
Si el mismo Yeshúa HaMashíaj contestó a satán con Deuteronomio y venció sobre
él, ¡tú también puedes hacer lo mismo!
Así que, el que pone lo que se llama “el
Nuevo Testamento” como superior a las palabras de la Torá dadas por Moshé o
considera que tiene mayor autoridad que el Pentateuco, está dando vuelta al
edificio poniendo el techo como fundamento, creando así un desorden mental y
una confusión teológica.
1:6 “YHWH nuestro Eloha nos habló en
Jorev, diciendo: Bastante habéis permanecido en este monte.” – Lo primero que Moshé menciona, al tener la oportunidad
para hablar proféticamente a todo el pueblo antes de su muerte, es el Nombre
Sagrado. Moshé estaba enamorado del Eterno y es lo primero que sale de su boca
en este momento tan crucial en la historia de Israel. La última palabra del
libro de Devarim es la palabra “Israel”. Esto nos enseña que todo empieza con el
Eterno y termina con Israel. Si has empezado tu vida espiritual con el Eterno,
nunca va a llegar a su perfección si no te unes con Israel. Israel es el gran
final de todo el consejo de Adonai. El que no sale de Babilonia y de Roma para
ir a Yerushalayim nunca llegará a la perfección de su fe. Querido cristiano, si
has nacido de nuevo del Espíritu del Mesías, no perteneces al Cristianismo,
sino al Israel celestial. ¡Sal de Babilonia que se encuentra en Roma y vuelve a
casa! Por aquellas raíces paganas que hay en el Cristianismo allí no hay
futuro. ¡Escápate cuanto antes para que no seas partícipe de sus plagas! En
este texto encontramos cuatro pilares fundamentales:
1. YHWH.
2. El pueblo de Israel, expresado en las
palabras: “nuestro Eloha”.
3. La Torá, expresado en las palabras:
“nos habló”.
4. La Tierra prometida, expresado en las
palabras: “Bastante habéis permanecido en este monte... Volveos; partid e id...
he puesto la tierra delante de vosotros”,
versículos 6-8.
Si se elimina alguno de estos cuatro
pilares, se cae todo el plan del Eterno.
• YHWH no puede cumplir sus planes sin
el pueblo de Israel, sin establecer la Torá para el mundo y sin entregar la
Tierra de Kenáan a Israel.
• El pueblo de Israel no puede existir
sin YHWH, sin la Torá y sin la Tierra prometida.
• La Torá no puede existir sin UHWH, sin
Israel y sin la Tierra.
• La Tierra de Israel no puede florecer
sin YHWH, sin el pueblo escogido y sin la
Torá.
Sobre estos cuatro pilares se fundamenta
todo el consejo del Eterno para toda la historia.
El Todopoderoso tiene su plan y lo
cumplirá, como está escrito en Isaías 14:24: “Ha jurado YHWH de los ejércitos,
diciendo: Ciertamente, tal como lo había pensado, así ha sucedido; tal como lo
había planeado, así se cumplirá”
En Isaías 46:11b está escrito: “En
verdad he hablado, ciertamente haré que suceda; lo he planeado, así lo haré.” Mashíaj
Yeshúa es la expresión de estos cuatro pilares. Él es la manifestación plena
que el Eterno puede dar de sí mismo a través de un hombre en el mundo creado,
como está escrito en Colosenses 1:15a, 19: “Él es la imagen del Eloha
invisible... Porque agradó al Padre que en él habitara toda la plenitud” En Hebreos 1:3a está escrito:
“Él es el resplandor de su gloria y la
expresión exacta de su naturaleza” Yeshúa
el Mesías es también la encarnación del pueblo de Israel, como está escrito en
Éxodo 4:22: “Entonces dirás a Faraón: "Así dice YHWH: 'Israel es mi hijo,
mi primogénito.” Y en Oseas 11:1 está
escrito: “Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.”
En Mateo 2:14-15 está escrito:
“Y él, levantándose, tomó de noche al
Niño y a su madre, y se trasladó a Egipto; y estuvo allá hasta la muerte de
Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta,
diciendo: DE EGIPTO LLAMÉ A MI HIJO.”
Yeshúa es también la Torá viviente, como
está escrito en Juan 1:1, 14:
“En el principio existía la palabra, y
la palabra estaba con Eloha, y la palabra era Eloha... Y la palabra se hizo
carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito
del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
En 1 Juan 1:1-2 está escrito:
“Lo que existía desde el principio, lo
que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado
y lo que han palpado nuestras manos, acerca de la palabra de vida, pues la vida
fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la
cual estaba en el Padre y se nos manifestó.”
Yeshúa está unido con la tierra de
Israel de varias maneras. El hombre fue formado del polvo de la tierra de
Israel. Por lo tanto todos los descendientes de Adam y Javá están sacados
físicamente de esa tierra. De ese modo el cuerpo de Yeshúa, como hijo de Adam,
está conectado con el suelo de Israel. En segundo lugar, Yeshúa nunca salió de
la tierra de Israel durante los tres años y medio de su ministerio. La región
de Tiro también pertenece a la tierra de Israel, cf. Mateo 15:21; Josué 19:28-29.
En tercer lugar, Yeshúa volverá a la tierra de Israel para gobernar desde allí
sobre el resto del mundo.
1:10 “YHWH vuestro Eloha os ha
multiplicado y he aquí que hoy sois como las estrellas del cielo en multitud.” – Se cumplió la promesa a Avraham, en Génesis 15:5.
El polvo representa los hijos naturales, físicos, de Avraham y las estrellas representan
sus hijos celestiales.
1:11 “Que YHWH, el Eloha de vuestros
padres, os multiplique mil veces más de lo que sois y os bendiga, tal como os
ha prometido.” – En ese momento había
unos 600,000 varones de guerra, lo cual corresponde a una población de más de
dos millones. Mil veces más serían más de dos mil millones, es decir más que la
cuarta parte de la población mundial actual. ¿Cuándo se va a cumplir esta profecía,
que las estrellas, hijos celestiales de Avraham sean tantos? AHORA es ese
tiempo. ¡No somos una minoría, sino el principio de la mayoría!
Hay otros textos que pueden ser
entendidas de manera que la mayoría de la población mundial será salva y
entrará en Israel como estrellas, hijos de Avraham, cf. Éxodo 1:9; Isaías 9:3;
45:22; 49:6; 52:10; 53:11; 60:22; Salmo 22:25, 29; 35:18; 40:3, 9, 10; 98:1-3; Juan
12:24; 15:5, 8, 16; Gálatas 4:27; Revelación 7:9.
Segunda aliyá, 1:12-21
1:13 “Escoged de entre vuestras tribus
hombres sabios, entendidos y conocidos entre sus tribus, y yo los nombraré como
vuestros jefes.” – Moshé exige cuatro requisitos para poder ser juez, los
cuatro son:
• Tiene que ser hombre, en hebreo ish.3
La halajá judía4 no permite que una mujer actúe como juez. Devorah fue una
excepción por no haber hombres, Jueces 5:7.
• Tiene que ser sabio, en hebreo jajam.5
La sabiduría que, según el rabino Hirsch6, está relacionada con la palabra
agam7 – una acumulación de aguas, es la capacidad intelectual para captar,
entender y retener verdades y entender la naturaleza y el propósito de cada
cosa. En este caso se refiere a personas conocedoras de la Torá. Jojmá –
sabiduría – es conocimiento acumulado.
• Tiene que ser entendido, de la palabra
hebrea bein,8 “entre”. El entendimiento es la capacidad de discernir y separar
entre una idea y otra y sacar nuevas conclusiones. En este caso tienen que
saber sacar conclusiones correctas de los hechos que están delante de ellos.
Biná – entendimiento – es conocimiento teorético.
• Tiene que ser conocido, en hebreo
yadá,9 por su tribu. El concepto hebreo de conocer tiene más que ver con una
relación y experiencia que con acumulación de pensamientos. El conocimiento se obtiene
por medio de un acto de preocupación, dedicación, simpatía o afecto por
alguien. Daat – conocimiento – es conocimiento práctico.
Aquí vemos como los jueces fueron
escogidos por el pueblo y luego instalados por el liderazgo. Este es el proceso
correcto a la hora de instalar un liderazgo. El pueblo ve y sabe por
experiencia quienes están capacitados para ser líderes. Los líderes principales
dan luego su aprobación a la elección del pueblo, como también vemos en Hechos
6:1- 7:
“Por aquellos días, al multiplicarse el
número de los discípulos, surgió una queja de parte de los (judíos) helenistas
en contra de los judíos (nativos), porque sus viudas eran desatendidas en la
distribución diaria (de dinero). Entonces los doce convocaron a la congregación
de los discípulos, y dijeron: No es conveniente que nosotros descuidemos la
palabra de Dios para servir (dinero) en las mesas. Por tanto, hermanos, escoged
de entre vosotros siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de
sabiduría, a quienes podamos encargar esta tarea. Y nosotros nos entregaremos a
la oración y al ministerio de la palabra. Lo propuesto tuvo la aprobación de
toda la congregación, y escogieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del Espíritu
de santidad, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás,
un prosélito de Antioquía; a los cuales presentaron ante los emisarios, y
después de orar, pusieron sus manos sobre
ellos. Y la palabra de Dios crecía, y el
número de los discípulos se multiplicaba en gran manera en Yerushalayim, y
muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.”
En esta ocasión había una necesidad
similar a la que hubo en el desierto. Los mismos requisitos son listados para
los que iban a trabajar con la distribución económica entre los pobres de la
comunidad:
• Hombre, (ish).
• Buena reputación, (yadá).
• Lleno del Espíritu, lo que produce
entendimiento y capacidad creativa, (bein).
• Lleno de sabiduría, (jajam).
El suegro de Moshé, Yitró, propuso otras
cuatro cualidades, según Éxodo 18:21, donde está escrito:
“Además, escogerás de entre todo el
pueblo hombres capaces (1), temerosos de Eloha (2), hombres veraces (3) que aborrezcan
las ganancias deshonestas (4), y los pondrás sobre el pueblo como jefes de mil,
de cien, de cincuenta y de diez.”
1:15 “Entonces tomé a los principales de
vuestras tribus, hombres sabios y conocidos, y los nombré como dirigentes
vuestros, jefes de mil, de cien, de cincuenta, y de diez, y oficiales para
vuestras tribus.” – La palabra hebrea
que ha sido traducida como “nombré” es natán,10 que significa “dar”. Esto nos enseña
que los jueces son dados como regalos al
pueblo. El liderazgo es un regalo del cielo al pueblo. Este texto omite la palabra
“entendidos” (bein). Esto nos enseña que los jueces que fueron escogidos tenían
deficiencia para pensar por sí mismos y discernir entre una idea y otra. A
pesar de que no tenían las cuatro cualidades mencionadas fueron aceptados,
porque no había hombres totalmente capaces entre el pueblo para esta tarea.
1:16 “Y en aquella ocasión mandé a
vuestros jueces, diciendo: "Sed oyentes entre vuestros hermanos, y juzgad
justamente entre un hombre y su hermano o el forastero que está con él.” – Lo
primero que tiene que hacer un juez es oír. El verbo oír, en hebreo shamoa,
está conjugado de forma makor, lo cual significa una acción continua, parecido
al gerundio español, “oyendo”. Para que un juez pueda evaluar una situación
correctamente tiene que oír, percibir, discernir y entender todo el tiempo que dure
el juicio.
La segunda cosa que tiene que hacer es
juzgar justamente, es decir, según la verdad y la justicia de la Torá. Si un
juez se presta a la mentira y la perversión de la justicia, no está cumpliendo
su función y profana el Nombre del Juez celestial.
La tercera cosa que un juez tiene que
hacer es oír todas las versiones que se presentan.
Si un juez dicta sentencia sin haber
oído la versión del acusado, pervierte la justicia, como está escrito en Juan
7:51:
“¿Acaso juzga nuestra Torá a un hombre a
menos que le oiga primero y sepa lo que hace?”
1:17 “No mostraréis parcialidad en el
juicio; lo mismo oiréis al pequeño que al grande. No tendréis temor del hombre,
porque el juicio es de Eloha. Y el caso que sea muy difícil para vosotros, me
lo traeréis a mí, y yo lo oiré.” – La
cuarta cosa que tiene que hacer un juez es no ser parcial, no haciendo
diferencia entre personas, no tener simpatía por uno u otro, ni tener en cuenta
el estatus social de los litigantes, sino saber que un juicio justo no viene de
los hombres sino de Dios y Él respalda a un juez que actúa con justicia. Cada
persona mayor de edad es igual ante la ley. Un juez que teme a los hombres a la
hora de dictar sentencia, no es apto para su cargo.
En Proverbios 17:15 está escrito:
“El que justifica al impío, y el que
condena al justo, ambos son igualmente abominación a YHWH.”
En 2 Crónicas 19:5-7 está escrito:
“Puso jueces en el país en todas las
ciudades fortificadas de Yehudá, ciudad por ciudad, y dijo a los jueces: Mirad
lo que hacéis, pues no juzgáis en lugar de los hombres, sino en lugar de YHWH
que está con vosotros cuando hacéis justicia. Ahora pues, que el temor de YHWH
esté sobre vosotros; tened cuidado en lo que hacéis, porque con YHWH nuestro
Eloha no hay injusticia ni acepción de personas ni soborno.”
En Deuteronomio 16:19-20 está escrito:
“No torcerás la justicia; no harás
acepción de personas, ni tomarás soborno, porque el soborno ciega los ojos del
sabio y pervierte las palabras del justo. La justicia, la justicia buscarás,
para que vivas y poseas la tierra que YHWH tu Eloha te da.”
Hay cinco maneras de pervertir la
justicia:11
• Escuchar a uno de los litigantes antes
de que el otro llegue (lo cual es favoritismo).
• Actuar parcialmente a favor de uno de
los litigantes.
• Acomodar la sentencia a favor de uno u
otro de acuerdo a su estatus. 11 Rashí y Toldot Yitshar.
• No dar suficiente tiempo a un caso o
tratarlo con poco cuidado.
• Dictar una sentencia por falta de
conocimiento de la Torá o la halajá (leyes prácticas).
1:8, 21 “Mirad, he puesto la tierra
delante de vosotros; entrad y tomad posesión de la tierra que YHWH juró dar a
vuestros padres Avraham, Yitsjak y Yaakov, a ellos y a su descendencia después
de ellos... Mira, YHWH tu Eloha ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma
posesión de ella, como YHWH, el Eloha de tus padres, te ha dicho. No temas ni
te acobardes.” – La palabra hebrea que
ha sido traducida como “puesto” es natán,9 que significa “dar”. La fe habla de
las cosas que no son como si fuesen. El Eterno ya había dado la tierra a los
hijos de Israel, pero hacía falta una respuesta a este hecho espiritual por
parte de ellos.
El camino a los milagros casi siempre
tiene una participación de un esfuerzo humano. El Eterno da una promesa y el hombre tiene que pagar un
precio para ver esa promesa cumplida. La gran mayoría de las promesas del
Eterno necesitan la participación humana para su cumplimiento.
Tercera aliyá, 1:22-38
1:26 “Sin embargo, no quisisteis subir,
y os rebelasteis contra el mandato de YHWH vuestro Eloha.” – En esta parashá Moshé destaca de una manera
muy especial la importancia de la confianza en el Eterno Al mismo tiempo vemos
como reprocha al pueblo por no haber puesto su confianza en el Eterno a pesar
de todas las muestras de amor y bondad que habían recibido. Este texto muestra
que el pueblo no quiso subir a tomar posesión de la tierra por fe. De eso
aprendemos que la fe es un asunto de elección. Cuando viene la revelación del Eterno
tenemos la libertad para escoger entre confiar en él, creyendo en sus palabras,
o rechazarle, al no confiar en sus palabras.
1:27 “y murmurasteis en vuestras
tiendas, diciendo: Porque YHWH nos aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto,
para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos.” – ¿Hasta dónde puede
llegar la blasfemia? La razón por la que los hijos de Israel no confiaron en el
Eterno fue porque habían creado una imagen mental pervertida de Él. Su concepto
de Adonai no coincidía con la revelación
que les había dado al sacarlos de Egipto como un padre que ama a su hijo y le
saca de la esclavitud para llevarle a otro lugar mejor, como está escrito en
1:31:
“y en el desierto, donde has visto cómo
YHWH tu Eloha te llevó, como un hombre lleva a su hijo, por todo el camino que
habéis andado hasta llegar a este lugar.”
La imagen que tenemos del Eterno determina
nuestras decisiones, y ante todo nuestra fe en Él. La vida eterna consiste en
conocer al Eterno, de manera experimentada, y a su Hijo Yeshúa HaMashíaj, como
está escrito en Juan 17:3:
“Y esta es la vida eterna: que te
conozcan a ti, el único Eloha verdadero, y a Yeshúa el Mesías, a quien has
enviado.”
Estos hijos de Israel tenían una imagen
totalmente equivocada del Eterno, creada por ellos mismos, por no tomar en
serio la revelación que Él les había dado de Sí mismo.
Por eso no podían creerle. Por otro lado
es posible que había una provocación detrás de esas palabras. Aunque en el
fondo sabían que el Eterno los amaba, porque así lo había mostrado desde el
principio, les gustaba discutir, provocar y hablar mal. Así son muchas personas.
Aunque conocen la verdad, chismorrean con rumores, mentiras y malos entendidos para
divertirse y entretenerse con eso. Ese comportamiento no corresponde a los
justos, como está escrito en Éxodo 23:7:
“Aléjate de acusación falsa, y no mates
al inocente ni al justo, porque yo no absolveré al culpable.” En Proverbios 30:8a está escrito: “Aleja de
mí la mentira y las palabras engañosas”
1:32 “Pero con todo esto, no confiasteis
en el Eterno vuestro Eloha” – pesar de
haber recibido palabras de ánimo y experiencias reveladoras de quién es el
Eterno, el pueblo de Israel escogió la incredulidad. La incredulidad es lo
mismo que la desconfianza. El concepto de fe en el mundo hebreo es muy diferente
al concepto de fe en el mundo griego. La palabra hebrea que ha sido traducida
como “confiasteis” es heemin, que significa “creer”, “confiar”,“esperar”.
La raíz de esa palabra es amán12 que significa
“sostener”, “apoyar”, “criar”, “afirmar”, “establecer”. La palabra hebrea para
fe, emuná,13 significa “rectitud”, “veracidad”, “sinceridad”, “verdad”,
“fidelidad”, “lealtad”, “honradez”, “firmeza”, “constancia”, “confianza”.
El concepto de fe griego tiene que ver
con una actividad intelectual, cuando la persona piensa algo específico. La fe
para un hebreo es poner su confianza y ajustar su vida de acuerdo a la persona
en la cual es depositada su confianza. La fe griega se basa en unos puntos
doctrinales, dogmas, frases aprendidas de memoria, que no necesariamente afectan
el estilo de vida de la persona. La fe para un hebreo es algo que hay que vivir
y experimentar cada día, es un estilo de vida en obediencia a los mandamientos
y comunicación constante con el Creador. La fe hebrea es relacional. La fe
griega es racional.
1:34 “Entonces oyó YHWH la voz de
vuestras palabras, y se enojó y juró, diciendo”– La voz de las palabras del
hombre tiene poder para darle un futuro de prosperidad o de derrota. El hombre
normalmente no entiende el poder de sus palabras. Tu vida y tu muerte depende
de tus palabras, como está escrito en Proverbios 18:21:
“Muerte y vida están en poder de la
lengua, y los que la aman comerán su fruto.”
En Mateo 12:37 está escrito:
“Porque por tus palabras serás
justificado, y por tus palabras serás condenado.”
1:35 “Ninguno de estos hombres, esta
generación malvada, verá la buena tierra que juré dar a vuestros padres” – ¿Qué fue lo que hizo que el Eterno
considerara esa generación como malvada? En el versículo 32 está la respuesta,
allí está escrito:
“Pero con todo esto, no confiasteis en YHWH
vuestro Eloha” No confiaron en Él. Así
que la falta de confianza en el Eterno es una maldad, como también vemos en Mateo
17:14-21 donde está escrito:
“Cuando llegaron a la multitud, se le
acercó un hombre, que arrodillándose delante de él, dijo: Señor, ten
misericordia de mi hijo, porque es epiléptico y sufre terriblemente, porque
muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. Y lo traje a tus discípulos y
ellos no pudieron curarlo. Respondiendo Yeshúa, dijo: ¡Oh generación incrédula
y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que
soportar? Traédmelo acá. Y Yeshúa lo reprendió y el demonio salió de él, y el
muchacho quedó curado desde aquel momento. Entonces los discípulos, llegándose
a Yeshúa en privado, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? Y él les
dice: Por vuestra poca confianza; porque en verdad os digo que si tenéis confianza
como un grano de mostaza, diréis a este monte: "Pásate de aquí allá",
y se pasará; y nada os será imposible. Pero esta clase no sale sino con oración
y ayuno.”
1:36 “excepto Kalev, hijo de Yefuné; él
la verá, y a él y a sus hijos daré la tierra que ha pisado, pues él ha seguido
a YHWH completamente.” – Kalev fue
puesto como un ejemplo de fidelidad en contraste con el resto de los hijos de
Israel. Él siguió al Eterno plenamente. Esto nos enseña que es posible seguir a
al Eterno completamente.
¿Cómo? Confiando en Él y en lo que Él ha
dicho. La razón por la que la gran mayoría no entró en la tierra fue la falta
de confianza, como está escrito en Hebreos 3:19: “Vemos, pues, que no pudieron
entrar a causa de su incredulidad.”
Cuarta aliyá, 1:39 – 2:1
1:41-42 “Entonces respondisteis y me
dijisteis: "Hemos pecado contra HaShem; nosotros subiremos y pelearemos
tal como YHWH nuestro Eloha nos ha mandado.” Y cada uno de vosotros se ciñó sus
armas de guerra, y pensasteis que era fácil subir a la región montañosa. Pero YHWH
me dijo: "Diles: 'No subáis, ni peleéis, pues yo no estoy entre vosotros;
para que no seáis derrotados por vuestros enemigos.'” Este texto nos enseña la importancia de hacer
caso a los profetas. A pesar de que la voluntad de Adonai era que el pueblo de
Israel heredara la Tierra, no era el tiempo para ello, por una situación de
pecado. Hay cosas que están prometidas en las Escrituras que no podemos aplicar
en todo momento. Por esto es importante escuchar la voz de los profetas. Los
profetas pueden dar mensajes que aparentemente van en contra de las Escrituras
en ciertos momentos. Este es uno de esos casos. Moshé dio la orden de no subir
a tomar la tierra, cuando antes había dicho que lo podían hacer. Cuán importante
es depender del espíritu de profecía y escuchar a los profetas, como está
escrito en 2 Crónicas 20:20b:
“Oídme, Yehudá y habitantes de
Yerushalayim, confiad en YHWH vuestro Eloha, y estaréis seguros. Confiad en sus
profetas y triunfaréis.”
Quinta aliyá, 2:2-2:30
2:5, 9, 19 “no los provoquéis, porque
nada de su tierra os daré, ni siquiera el derecho de poner un pie, porque a
Esav he dado el monte Seir por posesión... Entonces YHWH me dijo: "No
molestes a Moav, ni los provoques a la guerra, porque no te daré nada de su
tierra por posesión, pues he dado Ar a los hijos de Lot por posesión... Y
cuando llegues frente a los hijos de Amón, no los molestes ni los provoques,
porque no te daré nada de la tierra de los hijos de Amón en posesión, pues se
la he dado a los hijos de Lot por heredad.” – Según Génesis 15:19-21 YHWH prometió dar el territorio
de 10 pueblos a los hijos de Avraham como está escrito: “Al keneo (ceneo), al
kenizeo (cenezeo), y al kadmoneo, y al jiteo (hitita), y al perizeo (ferezeo), y
a los refaítas. Y al emoreo (amorreo), y al kenaaneo (cananeo), y al guirgasheo
(gergeseo) y al yevuseo (jebuseo).”
Según Rashí, los kadmoneos fueron
conquistados por los hijos de Esav, que son los edomitas, los kenizeos fueron
conquistados por los hijos de Moav y los keneos fueron conquistados por los
hijos de Amón. Por lo tanto, como los hijos de Israel no recibieron ninguna
orden para conquistar estos tres pueblos, Edom, Moav y Amón, sólo podían obtener
el terreno de siete de las diez naciones prometidas a Avraham. Además, el
Eterno dijo claramente que había dado esos terrenos a estos tres pueblos. Según
Rashí, por ser Esav descendiente de Avraham pudo heredar parte de la herencia
prometida. Sin embargo aunque Lot no era descendiente de Avraham, su
descendencia pudo heredar la tierra de dos de estas naciones como recompensa
porque Lot había guardado silencio en Egipto cuando Avraham dijo que Sará era
su hermana. Por este mérito fue hecho como hijo de Avraham.
Ahora bien, en el texto hebreo del
versículo 2:5 se encuentra la palabra ad, que ha sido traducida como “ni
siquiera”. Pero el significado principal de esa palabra es “hasta”. De allí
Rashí menciona acerca de un Midrash agádico que dice que Dios no permite a los hijos
de Israel obtener ese territorio hasta (ad) que el Eterno ponga su pie en el
Monte de los Olivos, como está escrito en Zacarías 14:4:
“Sus pies se posarán aquel día en el
monte de los Olivos, que está frente a Yerushalayim, al oriente; y el monte de
los Olivos se hendirá por el medio, de oriente a occidente, formando un enorme
valle, y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia
el sur.” En Isaías 11:12-14 está
escrito:
“Alzará un estandarte ante las naciones,
reunirá a los desterrados de Israel, y juntará a los dispersos de Yehudá de los
cuatro confines de la tierra. Entonces se disipará la envidia de Efrayim, y los
que hostigan a Yehudá serán exterminados; Efrayim no envidiará a Yehudá, y
Yehudá no hostigará a Efrayim. Y ellos se lanzarán sobre el costado de los
filisteos al occidente, juntos despojarán a los hijos del oriente; Edom y Moav
estarán bajo su dominio, y los hijos de Amón les estarán sujetos.”
Aquí vemos que las diez tribus, junto
con los judíos, después de la unificación de las dos casas, van a conquistar
esos tres territorios en los últimos tiempos. Personalmente creo que será antes
de la segunda venida del Mesías. Esos tres territorios corresponden hoy a
Jordania. En Zacarías 10:6-10 está escrito:
“Fortaleceré la casa de Yehudá y la casa
de Yosef salvaré, y los haré volver porque me he compadecido de ellos; y serán
como si no los hubiera rechazado, porque yo soy YHWH su Eloha, y les
responderé. Efrayim será como un valiente, y se alegrará su corazón como por el
vino; sus hijos lo verán y se alegrarán, y se regocijará su corazón en YHWH. Y les
silbaré para reunirlos, porque los he redimido; y serán tan numerosos como
eran.
Cuando yo los esparza entre los pueblos,
aun en lejanas tierras se acordarán de mí, y vivirán con sus hijos, y volverán.
Los haré volver de la tierra de Egipto, y de Asiria los recogeré; los traeré a
la tierra de Guilad y del Levanón, hasta que no haya sitio para ellos.”
La tierra de Guilad está en lo que hoy
se llama Jordania y Levanón es Líbano. He aquí otra profecía que dice que los
hijos de Israel tendrán el territorio de las tierras al este del río Yardén en
los últimos tiempos.
2:24 “Levantaos; partid y pasad por el
valle del Arnón. Mira, he entregado en tu mano a Sijón amorreo, rey de Jeshbón,
y a su tierra; comienza a tomar posesión y entra en batalla con él.” – Primero
dice: “he entregado” y luego “comienza a tomar posesión”. La fe habla de las
cosas que no son como si fuesen, cf. Romanos 4:17. Las cosas que están en el
mundo celestial son vistas, confesadas y recibidas por una persona que cree,
para que con el tiempo sean manifestadas en el mundo físico. La fe es la
convicción de que algo que está en el mundo celestial se va a materializar,
tarde o temprano, aunque no se vea en estos momentos con los ojos físicos, como
está escrito en Hebreos 11:1:
“Ahora bien, la fe es la certeza de lo
que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Sexta aliyá, 2:31 – 3:14
2:31 “Y YHWH me dijo: "Mira, he
comenzado a entregar a Sijón y su tierra en tus manos. Comienza a ocuparla para
que poseas la tierra.” – La entrega ya
era un hecho en el mundo espiritual. El secreto para tener éxito en el mundo
visible es colaborar con lo que el Eterno está haciendo en el mundo invisible.
Todo lo que sucede en el mundo material es un resultado de lo que primero ha
sucedido en el mundo espiritual. Para cambiar el mundo material es necesario
cambiar el mundo espiritual primero. Esto se hace a través de la oración.
2:34 “En aquel tiempo tomamos todas sus
ciudades, y exterminamos a hombres, mujeres y niños de cada ciudad. No dejamos
ningún sobreviviente.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “y
exterminamos a hombres” es metim14 que significa “muertos”. Así que la palabra
“muertos” hace referencia a estos hombres que todavía estaban vivos pero
condenados a muerte. La misma palabra se encuentra con el mismo significado en
Job 11:3 donde está escrito:
“¿Harán tus jactancias callar a los
hombres (metim)? ¿Harás escarnio sin que nadie te reprenda?”
Así que los “muertos” pueden referirse a
hombres que viven físicamente, como está escrito en Efesios 2:1:
“Y a vosotros, que estabais muertos en
vuestros delitos y pecados” En Colosenses 2:13 está escrito:
“Y cuando estabais muertos en vuestros
delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él,
habiéndonos perdonado todos los delitos”
3:2 “Pero YHWH me dijo: "No le
tengas miedo, porque en tu mano yo lo he entregado a él, y a todo su pueblo y
su tierra; y harás con él tal como hiciste con Sijón, rey de los amorreos, que
habitaba en Jeshbón.” – el Eterno dio una palabra de ánimo para que Moshé no
temiera al gigante Og rey de Bashán. El Eterno está muy interesado en que su
pueblo no tema, porque el temor bloquea el fluir del Espíritu. El temor es lo
contrario de la fe, pero actúa de la misma manera. Lo que uno teme mucho tiempo,
al final le viene, y lo que uno cree, basado en la promesa del Eterno, al final
le viene. El temor y la fe no pueden estar juntos. Por eso dice Yeshúa “no
temas, cree solamente”.
En 1 Juan 4:18-19 está escrito: “En el
amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor
lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
Nosotros le amamos a él, porque él nos
amó primero.”
Confiar en el amor de Eloha es lo único que puede eliminar plenamente el
temor del corazón. Él ha mostrado tanto de su amor que no tenemos excusa para
no confiar en él.
Séptima aliyá, 3:15-22
3:21-22 “Y ordené a Yehoshúa en aquel
tiempo, diciendo: "Tus ojos han visto todo lo que YHWH vuestro Eloha ha
hecho a estos dos reyes; así hará YHWH a todos los reinos por los cuales vas a
pasar. No les temáis, porque YHWH vuestro Eloha es el que pelea por vosotros.””
– Moshé dio palabras de ánimo a Yehoshúa para que no tuviera temor sino
creyera. En este caso vemos como la fe se puede basar en una experiencia
juntamente con una promesa, “tus ojos han visto… así hará el Eterno...”. En
Romanos 10:17 está escrito:
“Así
que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Eloha.”
La base de la fe es la revelación del
Eterno. La fe es algo que la persona
puede obtener al hacer caso a lo el Creador está comunicando. No hay excusa para no creer,
porque hay suficiente revelación de nuestro Padre celestial en todo los que nos
rodea para confiar en Él. El incrédulo no tiene excusa porque ha optado por
cerrar sus ojos, su oído y su corazón a la revelación que nuestro ABBA está
dando a través de lo que le rodea, como está escrito en Romanos 1:18-20:
“Porque la ira de Eloha se revela desde
el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia
restringen la verdad; porque lo que se conoce acerca de Eloha es evidente
dentro de ellos, pues Eloha se lo hizo evidente. Porque desde la creación del
mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con
toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no
tienen excusa.”
Mashíaj en esta parashá
1:38 “Yehoshúa hijo de Nun, que está
delante de ti, él entrará allá; fortalécele, porque él hará que Israel la
posea.”
Yehoshúa es el nombre dado por Moshé a
este varón que originalmente se llamaba Hoshea. Yehoshúa es la forma larga del
nombre Yeshúa. Así que Yehoshúa representa al Mesías Yeshúa. De esta manera,
podemos destacar siete verdades acerca del Mesías según la revelación profética
que nos da este versículo.
a. El Mesías tenía que ser llamado
Yehoshúa y Yeshúa.
b. El Mesías está delante del Eterno,
representado por Moshé.
c. El Mesías permanecerá, en hebreo
omed, eternamente delante del Eterno.
d. Moshé, como figura del Mesías, morirá
pero luego resucitará simbólicamente, por medio del sucesor Yehoshúa, para
entrar en la tierra prometida.
e. El Mesías fue fortalecido por el
Eterno en la resurrección de modo que recibió toda la autoridad en el cielo y
en la tierra.
f. El Mesías hará que finalmente todas
las doce tribus de Israel vuelvan a la tierra de Israel.
g. El Mesías hará que Israel herede no
solamente la tierra física sino también el Maljut HaShamayim, el Reino de los Cielos,
que vendrá a la tierra. ¡Que el Mesías Yeshúa venga pronto y en nuestros días! Amén
veamén.
En esta parashá se encuentran los
mandamientos número 414 – 415 de los 613: 414. Prohibición de nombrar un juez
que no sea experto en Torá, aunque conozca otras ciencias, Deuteronomio 1:17. 415.
Prohibición de que un juez tenga miedo de un hombre malvado en un juicio, Deuteronomio
1:17
¡SHABAT SHALOM!
Por Dr. K. Blad
Adaptado por: HOSHEA BEN
YISRAEL.
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