Parashá 12 VaYejí
Génesis 47:28 – 50:26
Para
ser compartida en el Shabat del 14 de Tevet de 5.776
(Diciembre
26 de 2.015)
.
Aliyás de la Torá:
1. 47:28 – 48:9
2. 48:10-16
3. 48:17-22
4. 49:1-18
5. 49:19-26
6. 49:27 – 50:20
7. 50:21-26
Haftará: 1 Reyes 2:1-12
Escritos Apostólicos: Marcos 15:6 – 16:8
VaYejí
Significa “y vivió”.
Primera aliyá, 47:28 –
48:9
Yaakov vive en la tierra de Egipto 17 años y así llega a tener 147
años. Antes de morir llama a su hijo Yosef y le pide que haga un juramento para
no sepultarle en Egipto, sino en el sepulcro de sus padres. Yosef lo jura.
Entonces Israel se inclina en la cabeza de su cama.
Luego Yaakov se enferma y cuando Yosef se entera de ello, toma a
sus dos hijos Menashé y Efrayim y se presenta ante su padre. Israel hace un
esfuerzo para levantarse y sentarse en la cama. Yaakov dice a Yosef que El
Shadai se le apareció en Luz y le bendijo y prometió hacerle una multitud de
pueblos y sus descendientes heredarán la tierra de Israel como posesión
perpetua. Los dos hijos de Yosef que han nacido en Egipto antes de la llegada
de Yaakov,
ahora serán adoptados como hijos de Israel, para estar en el mismo
nivel que Reuvén y Shimón.
El resto de los hijos de Yosef serán llamados por el nombre de sus
hermanos en su heredad.
Rajel se le murió en el camino a Bet-Lejem y fue sepultada allí.
Cuando Israel ve a los hijos de Yosef, dice: “¿Quiénes son
estos?”. Yosef responde: “Son mis hijos que el Eterno me ha dado aquí”. Y
Yaakov contesta: “Acércalos para que yo los bendiga”.
Segunda aliyá,
48:10-16
Los ojos de Israel están muy débiles por la vejez. Por eso Yosef
le acerca a sus dos hijos.
Yaakov los besa y los abraza y dice: “Nunca esperaba ver tu
rostro, y he aquí, el Eterno me ha permitido ver también a tu simiente”. Entonces
Yosef los toma de sus rodillas y se inclina con su rostro en tierra.
Luego Yosef acerca a los dos, a Efrayim con la derecha y Menashé
con la izquierda. Pero Israel cruza sus
manos y pone su derecha sobre la cabeza de Efrayim el menor y su izquierda
sobre la cabeza de Menashé el primogénito y los bendice.
Tercera aliyá,
48:17-22
Yosef se disgusta al ver que su padre ha puesto su mano derecha
sobre la cabeza de Efrayim, e intenta moverla a la cabeza de su hermano mayor,
diciendo a su padre que él es el primogénito y que la derecha debe estar sobre
su cabeza. Pero el padre dice que lo sabe. Él llegará a ser un gran pueblo pero
la descendencia de su hermano menor llegará a ser una multitud de naciones.
El pueblo de Israel bendecirá mediante estos hijos, diciendo: “Que
el ETERNO te haga como Efrayim y Menashé”.
Israel está a punto de morir pero Eloha hará que sus descendientes
vuelvan a la tierra de sus padres. Yosef recibe la ciudad de Shejem que fue
tomada del amorreo con espada y arco.
Cuarta aliyá, 49:1-18
Yaakov reúne a sus hijos y pronuncia sobre ellos lo que va a
suceder en los últimos días.
Reuvén es el primogénito, pero como subió a la cama de su padre no
tendrá la preeminencia.
Shimón y Leví eran violentos y por eso es maldecida su ira. Ellos
serán esparcidos en Israel.
Yehudá será alabado por sus hermanos. Es un cachorro de león.
Gobernará hasta que venga Shiló y a él será dada la obediencia de los pueblos.
Zevulún habitará a la orilla del mar. Yisajar es un asno que se inclina para
servir. Dan juzgará a su pueblo. Es una serpiente que muerde los jarretes del
caballo. “Tu salvación espero, HaShem”.
Quinta aliyá, 49:19-26
De Gad saldrán tropas. Asher tendrá ricos alimentos. Naftalí es
una cierva que habla hermoso.
Yosef es un hijo de gracia. Lo atacaron los flecheros, pero sus
brazos se mantuvieron firmes y fueron adornado con oro por el Poderoso de
Yaakov. De allí es el pastor, la roca de Israel. El Eloha de tu padre te
ayudará y Shadai te bendecirá con bendiciones de arriba y abajo, de los lanzamientos
y de la matriz. Las bendiciones de tu padre han sobrepasado las bendiciones de mis
antepasados hasta el confín de los collados del mundo. Estas bendiciones
estarán sobre Yosef que es el apartado de sus hermanos.
Sexta aliyá, 49:27 –
50:20
Binyamín es un lobo que devora y reparte. Cada una de las doce
tribus de Israel recibe de su padre la bendición que le corresponde. Luego
Yaakov dice que va a ser reunido con su pueblo y pide que le sepulten en la
cueva que Avraham compró con el campo de Efrón para sepultura.
Allí sepultaron a Avraham y Sará, Yitsjak y Rivká y allí él sepultó
a Leá. Después recoge sus pies en la cama y expira. Yosef se echa sobre su
rostro y llora y lo besa. Luego ordena a sus siervos médicos que lo embalsamen,
lo cual tarda 40 días. Los egipcios lo lloran 70 días.
Yosef pide a los de la casa del faraón que hablen con él para pedirle
permiso para sepultar a su padre en la tierra de Kenáan, según el juramento que
ha hecho, y luego volver. El faraón le da permiso y suben todos los siervos del
faraón, los ancianos de toda la tierra de Egipto, toda la casa de Yosef y sus
hermanos. Sólo se quedan los pequeños y los animales. También suben carros y
jinetes. En la era de Atad hacen un gran duelo y Yosef guarda siete días de
duelo por su padre. Los cananeos llaman el lugar Avel-Egipto, “el luto de
Egipto”. Los hijos cumplen con lo que les ha mandado su padre y lo sepultan en
la cueva del campo de Majpelá que
Avraham ha comprado. Después todos regresan a Egipto.
Los hermanos de Yosef temen que Yosef les guarde rencor pensando
hacerles daño. Por eso le envía un mensaje diciendo que su padre había dicho
antes de su muerte que dijeran a Yosef que perdonara a sus hermanos por haberle
tratado mal. Ellos también piden perdón. Entonces Yosef llora. Los hermanos
llegan y se postran ante él diciendo que son sus siervos. Pero Yosef les pregunta
si está en lugar de Dios. “Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó
en bien
para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de
mucha gente”.
Séptima aliyá,
50:21-26
Yosef les habla al corazón diciendo que no teman. Él proveerá para
ellos y sus hijos. Yosef y la casa de su padre se quedan en Egipto. Yosef vive
110 años y ve la tercera generación de los hijos de Efrayim. También los nietos
de Menashé son criados por él.
Antes de morir Yosef dice a sus hermanos que serán visitados por
Dios y que van a subir de esa tierra a la tierra que juró dar a Avraham,
Yitsjak y Yaakov. Luego hace jurar a los hijos de Israel que lleven sus huesos
de allí cuando Dios los visite. Yosef muere y es embalsamado y puesto en un
ataúd en Egipto.
Comentarios
1
Timoteo 5:4:
“Pero
si alguna viuda tiene hijos o nietos, que aprendan éstos primero a mostrar
piedad para con su propia familia y a recompensar a sus padres, porque esto es
agradable delante de Eloha.”
El
tema podría ser honrar a padre y madre. Por razones de tiempo y dado el
conocimiento que podemos encontrar en la tercera aliyá de esta Parashá, con
relación al papel profético de Efrayim nos concentraremos en ella.
Tercera aliyá,
48:17-22
48:17 “Cuando Yosef vio que su padre había
puesto su mano derecha sobre la cabeza de
Efrayim,
esto le desagradó; y asió la mano de su padre para cambiarla de la cabeza de
Efrayim
a la cabeza de Menashé.” – El orden profético
tiene preferencia sobre el orden natural.
48:19 “Mas su padre rehusó y dijo: Lo sé,
hijo mío, lo sé; él también llegará a ser un pueblo, y él también será grande.
Sin embargo, su hermano menor será más grande que él, y su descendencia llegará
a ser plenitud de naciones.”– Menashé llegó a ser un pueblo, una tribu grande dentro de Israel con
un territorio inmenso en los dos lados del
río Yardén. En el censo de Números 1, Menashé es la tribu más
pequeña. Pero según Números 26:34 hay un aumento de 64 % de su población
durante los 38 años en el desierto. Fue la tribu que más crecía durante ese
tiempo. También llegó a ser grande por el juez Guidón que surgió de Menashé,
cf. Jueces 7-8. Pero Efrayim sería mayor. De él salió Yehoshúa, el sucesor de
Moshé. Efrayim recibe también la palabra de que llegará a ser plenitud de
naciones, en hebreo meló ha-goyim. Rashí se basa en los midrashim diciendo que
significa que su descendencia llenará los pueblos, en el sentido de que la fama
de Yehoshúa produciría un impacto entre las naciones por haber detenido el sol
en Guivón y la luna en el valle de Ayalón, cf. Josué 10:12.
Sin embargo el texto hebreo invita a una consideración mayor.
Literalmente dice “y su descendencia será plenitud de las naciones (gentiles)”.
Hay un lugar más en las Escrituras donde aparece la misma expresión, en Romanos
11:25-26, donde está escrito: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este
misterio, para que no seáis sabios en vuestra propia opinión: que a Israel le
ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de
los gentiles; y así, todo Israel será salvo; tal como está escrito:
EL LIBERTADOR VENDRA DE TSION; APARTARA LA IMPIEDAD DE
YAAKOV.”
De este texto podemos sacar varias conclusiones importantes:
Sólo una parte de Israel ha sido endurecida
durante un tiempo limitado. No se trata de todo Israel ni para siempre.
Esto es un misterio, es decir, es parte del plan
divino para la salvación del mundo que es difícil de entender.
La plenitud de los gentiles tiene que entrar en
esa salvación que pertenece a Israel.
La salvación de todo Israel depende de la
entrada de la plenitud de los gentiles.
Todo Israel incluye no solamente el pueblo
judío, sino también la plenitud de los
gentiles.
La impiedad será quitada de Yaakov, que son las
doce tribus, no solamente los
judíos que representan dos tribus de Israel, Yehudá y Binyamín y
posiblemente
Leví.
Este plan de salvación del Eterno es uno de los misterios más
maravillosos. Voy a intentar de trazarlo con pocas palabras.
En 1 Reyes 12 se ve como el reino se dividió en dos naciones. Esto
ocurrió en el territorio de Efrayim, en la ciudad de Shejem, que fue entregado
a Yosef, según Génesis 48:22.
Efrayim llegó a ser la tribu principal para el reino del norte. El
primer rey de las diez tribus del norte fue Yeravam (Jeroboam), de la tribu de
Efrayim, 1 Reyes 11:26, 28.
Desde ese día en adelante ha habido división entre las dos casas
de Israel, 1 Reyes 12:19; 2 Crónicas 10:19. Esta división vino del Eterno, 1
Reyes 12:24; 2 Crónicas 10:15.
Este es uno de los misterios del plan divino de salvación para todo
el mundo gentil. El reino del norte se paganizó rápidamente con la introducción
de una religión sincretista, 1 Reyes 12:28-33. Los profetas Amós y Hoshea
fueron enviados al reino del norte para anunciarmsu pronta destrucción. La casa
de Israel iba a ser enviada a las naciones y para mezclarse entre ellas, como
está escrito en Oseas 7:8a: “Efrayim se mezcla con
las naciones”
En Levítico 26:33a está escrito:
“A vosotros, sin embargo, os esparciré
entre las naciones”
En el Salmo 106:26-27 está escrito:
“Por tanto, les juró abatirlos en el desierto, y esparcir su
simiente entre las naciones, y dispersarlos por las tierras.”
En Oseas 1:4-5 está escrito:
“Y el Eterno dijo a Hoshea: Ponle por
nombre Yizreel, porque dentro de poco castigaré a la casa de Yehú por la sangre
derramada en Yizreel, y pondré fin al reino de la casa de
Israel.
Y sucederá que en aquel día quebraré el arco de Israel en el valle de Yizreel.”
Este Yizreel fue el primer hijo del profeta con su mujer que era
prostituta. El matrimonio entre el profeta y esta mujer refleja el pacto entre
la casa de Israel, las 10 tribus del norte, y el Eterno. El primer hijo fue
llamado Yizreel que significa “Eloha sembrará”. Así que los hijos de la casa de
Efrayim eran las semillas para la siembra que Eloha iba a esparcir entre las naciones,
como dice Mateo 13:3b: “He aquí, el sembrador salió a
sembrar.”
Esa siembra dará un fruto en los últimos tiempos, como está
escrito en Mateo 13:39b: “la siega es el fin del
mundo, y los segadores son los ángeles.”
En Oseas 1:6-11 está escrito:
“Ella concibió otra vez y dio a luz una hija. Y el Señor le dijo:
Ponle por nombre Lo-
Rujamá (ninguna compasión), porque ya no me compadeceré de la casa de
Israel, pues no los perdonaré jamás. Pero me
compadeceré de la casa de Yehudá (el pueblo judío) y los salvaré
por el Eterno su Eloha; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con
batalla, ni con caballos ni jinetes. Después de haber destetado a Lo-Rujamá,
ella concibió y dio a luz un hijo. Y el Señor dijo: Ponle por nombre Lo-Amí, porque vosotros
no sois mi pueblo y yo no soy vuestro Eloha. Y el número de los hijos de Israel será
como la arena del mar, que no se puede medir ni contar; y
sucederá que en el lugar donde se les dice: No sois mi pueblo, se
les dirá: Sois hijos del Eloha viviente. Y los hijos de Yehudá y los hijos de
Israel se reunirán, y nombrarán para sí un solo jefe, y subirán de la
tierra, porque grande será el día de Yizreel.”
El profeta dibuja el plan del Eterno para la casa de Israel con
pocos brochazos. Primero la casa de Israel será rechazada. Luego se convertirá
en una cantidad tan grande que no se puede contar, como la arena del mar, lo
cual indica que están dentro de las naciones del mundo. Luego se habla de una
restauración de la identidad israelita en el mismo lugar donde fueron
rechazados, en la tierra de Israel. Esto será el resultado de una unificación entre
los hijos de Yehudá, los judíos, que nunca perdieron su identidad, y los hijos
de Israel que hayan dejado su identidad gentil en los últimos tiempos. Juntos
reconocerán a Yeshúa como el Mesías. Luego dice que subirán de la tierra lo
cual es una alusión al arrebatamiento de todos los que son del Mesías. Como el
día de Yizreel, el día de la siembra de Eloha, era grande, los hijos de Israel
están entre todas las naciones gentiles, y desde allí serán arrebatados para
encontrarse con el Mesías cuando vuelva a la tierra.
En Oseas 2:14-23 habla del proceso desde la deportación a Asiria
hasta el regreso a la tierra bajo el Mesías, según está escrito:
“Por tanto, he aquí, la seduciré, la llevaré al desierto (las naciones
gentiles), y le hablaré al corazón. Le daré sus viñas
desde allí, y el valle de Ajor por puerta de esperanza. Y allí cantará como en
los días de su juventud, como en el día en que subió de la tierra de Egipto. Sucederá en aquel día--declara el Eterno-- que me llamarás Ishí y
no me llamarás más Baalí. Porque quitaré de su boca los nombres de los Baales, y
nunca más serán mencionados por sus nombres. En aquel día haré también un pacto
por ellos con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la
tierra; quitaré de la tierra el arco, la espada y la guerra, y
haré que ellos duerman seguros. Te desposaré conmigo para
siempre; sí, te desposaré conmigo en justicia y en derecho, en misericordia y
en compasión; te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás al
Eterno. Y sucederá que en aquel día yo responderé--declara el Eterno--, responderé a los
cielos, y ellos responderán a la tierra, y la tierra responderá al trigo, al
mosto y al aceite, y ellos responderán a Yizreel. La sembraré
para mí en la tierra, y tendré compasión de la que no recibió
compasión, y diré al que no era mi pueblo: Tú eres mi pueblo, y él dirá: Tú
eres mi Elohim,”
En Amós 5:1-2 está escrito acerca de la casa de Israel como
nación:
“Oíd esta palabra que yo pronuncio como lamentación sobre
vosotros, casa de Israel (no incluye al pueblo judío). Ha caído, no volverá a levantarse la
virgen de Israel;
abandonada
yace en su tierra, no hay quien la levante.”
En Amós 8:2 está escrito:
“y El dijo: ¿Qué ves, Amós? Y
respondí: Una canasta de fruta de verano. Entonces el
Eterno
me dijo: Ha llegado el fin para mi pueblo Israel (no para el pueblo judío). Ya no
volveré
a dejarlos sin castigo.”
En Amós 9:8-15 está escrito:
“He aquí, los ojos del Señor Eterno están sobre el reino pecador (la del norte), y yo lo destruiré de sobre la faz de la tierra; sin embargo, no destruiré
totalmente a la casa de Yaakov (se refiere a las doce tribus) --declara el Eterno. Porque he
aquí, yo daré un mandato, y zarandearé a la casa de Israel entre todas las
naciones, como se zarandea el grano en la criba, sin que caiga ni
un grano en tierra. A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, los que
dicen: "No nos alcanzará ni se nos acercará la desgracia."
En
aquel día levantaré el tabernáculo caído de David, repararé sus brechas,
levantaré sus ruinas, y lo reedificaré como en tiempo pasado, para que tomen
posesión del remanente de Edom y de todas las naciones donde se invoca mi
nombre --declara el Eterno, que hace esto. He aquí, vienen días--declara el
Eterno-- cuando el arador alcanzará al segador, y el que pisa la uva al que
siembra la semilla; cuando destilarán vino dulce los montes, y todas las
colinas se derretirán. Restauraré el bienestar de mi pueblo Israel (las 12 tribus), y ellos
reedificarán las ciudades asoladas y habitarán en ellas; también plantarán
viñas y beberán su vino, y cultivarán huertos y comerán sus frutos. Los plantaré
en su tierra, y no serán arrancados jamás de la tierra que les he dado --dice
el Eterno tu Eloha.”
La casa de Israel no recibió ninguna compasión con la invasión
asiria en el año 722 a.E.C., sino que fue totalmente destruida como nación. Las
diez tribus fueron llevadas a los países que están ubicadas al norte de Israel,
cf. 2 Reyes 17:6. De allí se esparcieron por todo el mundo. Sin embargo se
puede encontrar rastros claros de varias de las diferentes tribus en los países
noroccidentales, de Europa y Norteamérica.
En Zacarías 10:3-12 está escrito:
“Contra los pastores se enciende mi ira (los líderes en Israel
durante el tiempo del
segundo templo), y a los machos cabríos castigaré (los poderosos que
oprimían a los pobres); porque el Eterno de los ejércitos ha visitado su rebaño, la casa
de Yehudá (sólo el pueblo judío,
no la casa de Efrayim), y hará de ellos como su
caballo de honor en la batalla. De él saldrá
la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, de él todo gobernante (El
Mesías); juntos
serán como valientes, que en la batalla huellan al enemigo en el barro de las calles; pelearán, porque el Eterno
estará con ellos, y serán avergonzados los que montan a
caballo. Fortaleceré la casa de Yehudá (el
restablecimiento del estado de Israel en 1948) y la casa
de Yosef salvaré (esparcida entre los gentiles), y los haré volver porque me he compadecido de ellos (las 10 tribus
perdidas); y serán
como si no los hubiera rechazado (restauradas en Israel), porque
yo
soy
el Eterno su Eloha, y les responderé. Efrayim (Las 10 tribus) será como un
valiente, y se alegrará su corazón como por el vino (cf. Génesis 43:34); sus hijos (las
generaciones
futuras) lo verán y se alegrarán, y se
regocijará su corazón en el Eterno. Y les silbaré para reunirlos, porque los he
redimido; y serán tan numerosos como eran. Cuando yo los esparza entre los
pueblos, aun en lejanas tierras se acordarán de mí, y vivirán con sus hijos, y
volverán. Los haré volver de la tierra de Egipto (Egipto), y de
Ashur (Asiria) los recogeré; los traeré a la tierra de Guilad (Jordania) y del
Levaón (Líbano), hasta
que no haya sitio para ellos (las 10 tribus restauradas). Pasarán
por el mar de la angustia, y El herirá las olas en el mar y se secarán todas
las profundidades del Nilo; y será abatido el orgullo de Ashur y apartado el
cetro de Egipto. Yo los fortaleceré en el Eterno, y en su
nombre
andarán--declara el Eterno.”
¡ALABEMOS A YA!!!.......¡MAS CLARO NO PUEDE ESTAR, EFRAYIM SERÁ
RESTAURADO Y JUUNTO CON YUDA SEREMOS UN SOLO PUEBLO Y TENDREMOS UN MISMO
PASTOR, EL MASHIAJ.
En Romanos 9:23-26 está escrito:
“Lo hizo para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los
vasos de misericordia, que de antemano El preparó para gloria, es decir,
nosotros, a quienes también llamó, no sólo de entre los judíos, sino también de
entre los gentiles. Como también dice en Hoshea: A LOS QUE NO ERAN MI PUEBLO,
LLAMARE: "PUEBLO MÍO", Y A LA QUE NO ERA AMADA: "AMADA
mía." Y ACONTECERÁ QUE EN EL LUGAR DONDE
LES FUE DICHO: "VOSOTROS NO SOIS MI PUEBLO", ALLÍ SERÁN
LLAMADOS HIJOS DEL ELOHIM VIVIENTE.”
El shalíaj (apóstol) Shaúl está usando los textos de Oseas
2:23 y 1:10 que fueron dados para la casa de Israel, en referencia a los
gentiles. Así que lo que anteriormente era la casa de Israel ahora son
gentiles. Con la salvación de los gentiles está volviendo la casa de Israel de
entre todas las naciones, y así será salvo todo Israel, como leímos en Romanos 11:26.
De esta manera Efrayim cumple un plan profético, por medio de
salvación para los
gentiles.
En Oseas 11:8-10 está escrito:
“¿Cómo podré abandonarte, Efrayim? ¿Cómo podré entregarte, Israel?
¿Cómo podré yo hacerte como a Adma? ¿Cómo podré tratarte como a Tsevoyim? Mi
corazón se conmueve dentro de mí, se enciende toda mi compasión. No ejecutaré el furor de mi ira; no volveré a destruir
a Efrayim. Porque yo soy Eloha y no hombre, el Santo en medio de ti, y
no vendré con furor. En pos del Eterno caminarán, El rugirá como un león;
ciertamente El rugirá, y sus hijos vendrán temblando desde el occidente.”
Como el Eterno está interesado en salvar a su hijo Efrayim, al
mismo tiempo salva a los gentiles que no son descendientes de Israel. Ese es el
misterio del cual se habla de Romanos 11:25. Por medio de la entrada de la
plenitud de los gentiles, que son los hijos de Efrayim, según Génesis 48:19,
será salvo TODO Israel, las 12 tribus, incluyendo a los judíos que nunca
perdieron su identidad israelita.
“¡Oh, profundidad de las riquezas y de
la sabiduría y del conocimiento de Eloha! ¡Cuán
insondables
son sus juicios e inescrutables sus caminos!” (Romanos 11:33,)
48:20 “Y los bendijo aquel día, diciendo:
Por ti bendecirá Israel, diciendo: Que Eloha te haga como Efrayim y Menashé.
Así puso a Efrayim antes de Menashé” – Esta
bendición se pronuncia cada kabalat shabat, recepción del Shabat, cuando el padre judío bendice a sus hijos
varones en la mesa del Shabat. Al poner sus manos sobre la cabeza de cada uno
de ellos pronuncia estas palabras: Yesimjá Elohim ke-Efrayim ve-ji-M’nashé.
¿Por qué estos dos hijos de Yosef fueron puestos como ejemplos
para todos los hijos de Israel? Podemos destacar varias razones:
A pesar de que el menor fuera puesto sobre el
mayor nunca hubo riña entre ellos.
A pesar de ser criados en un ambiente de paganismo
y de magia, nunca perdieron la fe en el Dios de Israel, su identidad israelita
o las instrucciones de sus
antepasados.
A pesar de haber nacido y vivido toda la vida
fuera de la tierra de Israel, nunca
perdieron la esperanza de volver a la tierra de sus padres. Estos
dos son grandes ejemplos para todos los hijos de Israel.
48:22 “Y yo te doy una parte más que a tus
hermanos, la cual tomé de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.”– La palabra hebrea que ha sido traducida como
“una parte” es shejem. Se trata de la parcela
que Yaakov compró enfrente de la ciudad, cf. Génesis 33:19, y también la misma
ciudad que fue tomada por Shimón y Leví, cf. Génesis 34. Este lugar fue dado a
Yosef, como también está escrito en
Juan 4:5-6a:
“Llegó, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la
parcela de tierra que Yaakov dio a su hijo Yosef; y allí estaba el pozo de Yaakov.”
En Josué 24:32 está escrito:
“Los huesos de Yosef, que los hijos de Israel habían traído de
Egipto, fueron sepultados en Shejem, en la parcela de campo que Yaakov había
comprado a los hijos de Jamor, padre de Shejem, por cien monedas de plata; y
pasaron a ser posesión de los hijos de Yosef.”
Desde su primera venida el Mesías ha estado buscando las ovejas
perdidas de las dos casas. Esa fue la razón por la que tenía que pasar por
Shomrón (Samaria), según está escrito en
Juan 4:4: “Y tenía que pasar por Shomrón.”
El Mesías se fue a un lugar clave en la historia de Israel y en el
plan de salvación del Eterno, al territorio de Sicar, que es lo mismo que Shejem.
Shejem fue una ciudad de refugio en el territorio de la tribu de Efrayim, cf.
Josué 20:7; 21:21; 1 Crónicas 6:67. Allí fue dividido el reino. Shejem fue la
primera capital del reino del norte, 1 Reyes 12:25.
Allí vivían los samaritanos, que son una mezcla entre los pocos
sobrevivientes de las tribus del norte y los pueblos gentiles que el rey de
Asiria trajo a la tierra después de la destrucción del reino de Israel, cf. 2
Reyes 17:24, 29. Los samaritanos son los únicos descendientes de la casa de
Efrayim que no han perdido su identidad israelita, como está escrito en
Juan 4:12:
“¿Acaso eres tú mayor que nuestro
padre Yaakov, que nos dio el pozo del cual bebió él
mismo,
y sus hijos, y sus ganados?”
La mujer samaritana llamó a Yaakov “nuestro padre”. Este pueblo
era parte del plan de salvación del Eterno por ser descendientes de Yaakov y
por eso el Mesías tenía que pasar por allí para buscar y salvar lo que
se había perdido.
En Juan 4:6-7 está escrito:
“y allí estaba el pozo de Yaakov.
Entonces Yeshúa, cansado del camino, se sentó junto al
pozo.
Era como la hora sexta. Una mujer de Shomrón viene a sacar agua, y Yeshúa le
dice:
Dame de beber.”
Este relato se parece a Génesis 24 cuando el siervo de Avraham fue
a buscar una novia para Yitsjak. En este momento el Mesías se sienta junto al
pozo porque está buscando su novia también entre los samaritanos. Estos
samaritanos esperaban la salvación por medio del Mesías, como está escrito en
Juan 4:22, 25-26:
“Vosotros (los samaritanos) adoráis (con vuestros
sacrificios) lo que no conocéis (el Dios de Israel); nosotros (los judíos) adoramos (con nuestros sacrificios en el templo) lo que conocemos, porque la
salvación viene de los judíos... La mujer le dice: Sé que el Mesías viene; cuando El venga nos declarará todo. Yeshúa le dice: Yo soy, el que habla contigo.”
En Juan 4:35 está escrito:
“¿No decís vosotros: "Todavía faltan cuatro meses, y después
viene la siega"? He aquí, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos
que ya están blancos para la siega.”
Aquí hay una similitud de expresiones con Génesis 48:8 donde dice
que Yaakov vio a los hijos de Yosef. Los samaritanos son descendientes de Yosef
y el Mesías los está viendo como una cosecha para el reino venidero, como está
escrito en Juan 4:39-42:
“Y de aquella ciudad, muchos de los samaritanos creyeron en El por
la palabra de la mujer que daba testimonio, diciendo: El me dijo todo lo que yo
he hecho. De modo que cuando los samaritanos vinieron a El, le rogaban que se
quedara con ellos; y se quedó allí dos días. Y
muchos más creyeron por su palabra, y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque
nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que éste es en verdad el Salvador del
mundo.”
Yeshúa se quedó dos días en Shejem. Estos dos días corresponden a
los dos mil años que ahora el Mesías ha estado buscando en el mundo gentil a
los descendientes de las doce tribus de Israel junto con los demás gentiles,
para salvarlos.
En Hechos 15:14-18 está escrito:
“Shimón ha relatado cómo Eloha al principio tuvo a bien tomar de
entre los gentiles un pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras
de los profetas, tal como está escrito: DESPUÉS DE ESTO VOLVERÉ, Y REEDIFICARE
EL TABERNÁCULO DE DAVID QUE HA CAÍDO. Y REEDIFICARE SUS RUINAS, Y LO LEVANTARE
DE NUEVO, PARA QUE EL RESTO DE LOS HOMBRES
BUSQUE AL SEÑOR, Y TODOS LOS GENTILES QUE SON LLAMADOS POR MI NOMBRE, DICE EL SEÑOR, QUE HACE
SABER TODO ESTO DESDE TIEMPOS ANTIGUOS.”
El texto que el nasí (presidente) Yaakov está
citando está sacado de Amós 9:11-12. La reedificación del tabernáculo de David
se refiere a la restauración del gobierno de la casa de David. Cuando Yeshúa
vino por primera vez fue iniciada esta obra de reedificación, como está escrito
en Lucas 1:32-33:
“Este será grande y será llamado Hijo
del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará
sobre la casa de Yaakov para siempre, y su reino no tendrá fin.”
Con esta venida del Mesías se abrió la puerta para que los gentiles
pudieran ser parte del pueblo que ha sido tomado para el Nombre del Eterno. La
palabra griega que ha sido traducida en Hechos 15:14, 23 como “de entre” es ex, y significa “fuera de”, “salido de”, “ex”. Se
trata de que los que han creído en el Mesías de entre las naciones son ex gentiles.
Ahora son “pueblo para su Nombre”, es decir, ya no son gentiles en su identidad
espiritual sino parte del pueblo de Israel, cf. Efesios 2:11-22; 3:4-8; 4:17; 1
Corintios 5:1; 12:2; Revelación 5:9-10.
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¡SHABAT
SHALOM!
Fuente: S Blad
Adaptado por: HOSHEA BEN TISRAEL
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