viernes, 1 de enero de 2016

Parashá 13 – Shemot.

Parashá  13 – Shemot.
Shemot (Exodo) 1:1-6:1
Para ser compartida en el Shabat del 21 Tevet 5776/02 Enero 2016.


Aliyás de la Torá:
  1. 1:1-17
  2. 1:18 – 2:10
  3. 2:11-25
  4. 3:1-17
  5. 3:18 – 4:17
  6. 4:18-31
  7. 5:1 – 6:1
Haftará: Isaías 27:6 – 28:13; 29:22-23 (Ashkenazíes); Jeremías 1:1 – 2:3 (Sefardíes)

Brith Hadasha - Los Escritos Apostólicos: Lucas 1:1-2:20

Shemot  Significa “nombres”.

Temas de la Parasha

Primera aliyá, 1:1-17
Los hijos de Israel que fueron a Egipto son doce, cada uno fue con su familia. En total salieron 70 almas de los lomos de Yaakov. Muere Yosef y toda su generación. Los hijos de Israel aumentan mucho y la tierra se llena de ellos. Se levanta un nuevo rey en Egipto que no conoce a Yosef. El pueblo de Israel es más numeroso y más fuerte que el pueblo egipcio y por eso Faraón dice que tienen que proceder astutamente con ellos para que no se multipliquen y sean una amenaza en la guerra y se vayan. Pone capataces que los oprimen con duros trabajos. Edifican las ciudades Pitom y Ramsés. Pero cuanto más los oprimen, más se multiplican. Los egipcios empiezan a temer a los hijos de Israel y amargan su vida obligándolos a trabajar duramente. El rey de Egipto dice a las parteras hebreas que maten a los hijos recién nacidos y dejen vivir a las hijas. Pero las parteras temen a Elohim y no hacen caso al rey de Egipto.

Segunda aliyá, 1:18 – 2:10
El rey de Egipto pregunta a las parteras por qué han dejado con vida a los niños. Las parteras contestan que es porque las mujeres hebreas son más robustas que las egipcias y dan a luz antes de la venida de las parteras. Elohim ayuda a las parteras y el pueblo sigue multiplicándose. Elohim prospera las familias de las parteras porque le temieron. Entonces Faraón manda a todo su pueblo que echen a todo niño recién nacido al río y dejen vivir toda niña. Un hombre de la tribu de Leví toma a una mujer levita. Ella concibe y da a luz un hijo bueno. Después lo esconde por tres meses. Al no poder ocultarlo más, toma una cesta de juncos y la prepara para poner allí al niño y colocarlo entre los juncos del río. La hermana del niño se pone a lo lejos para ver qué sucede. Viene la hija de Faraón para bañarse y sus doncellas ven la cestilla. La hija de Faraón la abre y al ver al niño llorando tiene compasión de él. La hermana pregunta a la hija de Faraón si quiere que llame a una nodriza hebrea para criar al niño para ella. Ella dice sí, y la muchacha va a buscar a su madre. La hija de Faraón le pide que lleve el niño para criarlo para ella y así tendrá su salario. Cuando el niño ha crecido es llevado a la hija de Faraón quien lo adopta como su hijo, llamándole Moshé, porque fue sacado de las aguas.


Tercera aliyá, 2:11-25
Moshé, ya crecido, sale a donde sus hermanos y ve su duro trabajo. Un egipcio está golpeando a un hebreo. Entonces Moshé mata al egipcio y lo esconde en la arena. El día siguiente ve a dos hebreos riñendo. Pregunta al ofensor por qué está golpeando a su compañero. Él responde: ¿Quién te ha puesto de príncipe o de juez sobre nosotros? ¿Estás hablando de matarme como mataste al egipcio? Moshé tiene miedo. Faraón oye del asunto y procura matar a Moshé, pero él huye de su presencia a Midyán y se sienta junto a un pozo. Siete hijas del sacerdote de Midyán vienen a sacar agua y dar de beber al rebaño de su padre. Unos pastores vienen para echarlas de allí, pero Moshé las defiende y da de beber al rebaño. Cuando vuelven a Reuel él las pregunta por qué han venido tan pronto hoy. Responden que un egipcio los ha ayudado. Él les dice que le inviten a comer algo. Moshé accede a morar con él. Él le da su hija Tsiporá, y ella da a luz un hijo. Moshé le pone el nombre Guershom, extrangero allá, porque era peregrino en tierra extranjera.

Cuarta aliyá, 3:1-17
Moshé apacienta el rebaño de su suegro Yitró y lo conduce más allá de la estepa, hasta el monte de Elohim, Jorev. El ángel de Adonay se aparece en una llama de fuego en una zarza que no se consume. Cuando Moshé se acerca para mirar Elohim lo llama por su nombre de en medio de la zarza. No puede acercarse sin quitarse los zapatos porque el lugar es tierra consagrada. “Yo soy el Elohim de tu padre, Elohim de Avraham, el Elohim de Yitsjak y el Elohim de Yaakov”. Moshé cubre su rostro por temor. Elohim dice que ha visto la aflicción de su pueblo en Egipto y escuchado su clamor. Por eso ha descendido para liberarlos de los egipcios para llevarlos a una tierra espaciosa donde viven seis pueblos. El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta él y él ha visto la opresión de los egipcios. Moshé es enviado a Faraón para sacar a su pueblo de Egipto. Moshé contesta: “¿Quién soy yo para ir a Faraón y sacar a los hijos de Israel de Egipto?” Elohim promete estar con él. La señal es que después de la salida le servirán en este monte. Moshé pregunta por el Nombre del Elohim de los padres de Israel. “Yo seré el que seré”, contesta. A los hijos de Israel debe decir: “SERÉ me ha enviado a vosotros”, “YHWH, el Elohim de vuestros padres, el Elohim de Avraham, el Elohim de Yitsjak y el Elohim de Yaakov, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.”

Quinta aliyá, 3:18 – 4:17
Moshé recibe la orden de ir a reunir a los ancianos de Israel y decirles que Adonay los ha visitado. Él sabe cómo los tratan en Egipto, y por eso los sacará de allí y los llevará a una tierra que mana leche y miel. Los ancianos le escucharán y juntos irán al rey de Egipto para decirle que el Elohim de los hebreos los ha salido al encuentro. Por eso pedirán permiso para salir tres días de camino a la estepa para ofrecer sacrificios al Eterno su Elohim. Sin embargo el rey de Egipto no los soltará. Entonces el Eterno extenderá su mano para herir a Egipto y después los soltará. Los egipcios darán al pueblo objetos de plata, oro y vestidos para sus hijos e hijas.
Moshé piensa que no le van a creer. Entonces el Eterno le da poderes para transformar su vara en una serpiente. Por eso creerán. Además podrá poner su mano en el seno para que se llene de lepra como la nieve y luego ponerla otra vez en el seno para que se sane. Si no creen la primera señal creerán la segunda. Pero si todavía no creen por las dos señales podrá derramar agua del río en la tierra para convertirla en sangre.
Moshé dice que nunca ha podido hablar bien. El Eterno le pregunta quién ha hecho la boca. Él estará con su boca. Moshé le pide que envíe su mensaje con otro. Entonces Ellohim se aira con él y le dice que su hermano Aharón podrá hablar en su lugar. Moshé tendrá que poner las palabras en la boca de su hermano. Adonay les enseñará lo que tendrán que hacer. Aharón servirá de boca y Moshé servirá de Elohim. Moshé tendrá que llevarse la vara para hacer las señales.





Sexta aliyá, 4:18-31
Moshé vuelve a la casa de su suegro y le pide permiso para volver a sus hermanos en Egipto. Yitró le dice: “Ve en paz”. El Eterno dice a Moshé que vuelva a Egipto porque han muerto todos los que buscaban su vida. Entonces toma su mujer y sus dos hijos y vuelve a Egipto con la vara de Elohim en su mano. Adonay le vuelve a decir que haga los milagros delante de Faraón, pero él endurecerá su corazón y no dejará ir al pueblo. Tendrá que decir a Faraón que Israel es su primogénito y si no lo deja ir, El Eterno matará su primogénito.
En una posada en el camino Elohim le sale al encuentro para matarlo. Entonces Tsiporá toma un pedernal y corta el prepucio de su hijo y lo pone a los pies de Moshé. Entonces Elohim lo suelta. El Eterno dice a Aharón que se vaya a la estepa para encontrarse con Moshé. Se encuentran en el monte de Elohim. Moshé cuenta todo lo que el Eterno le ha mandado hacer. Entonces los dos se van y reúnen a los ancianos de Israel. Aharón les dice todo lo que Elohim ha hablado a Moshé y él hace las señales ante el pueblo. El pueblo cree, y cuando oye que Elohim los ha visitado y visto su aflicción, inclinan sus cabezas en reverencia.

Séptima aliyá, 5:1 – 6:1
Moshé y Aharón van a Faraón y le dicen: “Así dice Adonay, Elohim de Israel: “Deja ir a mi pueblo para que me celebre fiesta en la estepa.”” Pero Faraón no sabe quién es El Eterno para que escuche su voz y deje ir a Israel. Ellos le dicen que el Elohim de los hebreos los ha encontrado. Piden tres días de camino para sacrificar al Eterno su Elohim para que no venga sobre ellos con peste o espada. Faraón no los escucha y ordena que vuelvan a sus labores. Manda a sus capataces que ya no entreguen paja al pueblo para hacer ladrillos, como antes, la tendrán que buscar ellos. Pero tendrán que exigir la misma cantidad de ladrillos diarios porque son perezosos al querer sacrificar a su Elohim. Así no escucharán palabras mentirosas. El pueblo sale por toda la tierra para recoger rastrojos en lugar de paja. Los capataces los maltratan por no entregar la misma cantidad de ladrillos como cuando tenían paja. Los jefes israelitas son azotados porque no se cumplió la tarea diaria.
Los jefes van a Faraón y se quejan. Faraón dice que son perezosos por querer sacrificar a El Eterno. Tendrán que entregar la misma cantidad de ladrillos sin recibir paja. Los jefes ven que están en problemas. Cuando salen de Faraón se encuentran con Moshé y Aharón que los están esperando. Los jefes se enfrentan con ellos pidiendo que el Eterno los juzgue por haberlos hecho odiosos ante Faraón y sus siervos para que los maten. Entonces Moshé se queja contra Elohim y pregunta por qué le ha enviado. Desde que vino a hablar con Faraón, en el Nombre de El Eterno, Faraón ha hecho mal al pueblo. Tampoco Adonay ha hecho nada para liberarlo. El Eterno responde y dice: “Ahora verás lo que haré a Faraón; porque por la fuerza los dejará ir; y por la fuerza los echará de su tierra.”
Amen.
ISRAEL ES CONVERTIDO EN UN PUEBLO GRANDE
En este pasaje de las Escrituras encontramos el cumplimiento profético de las promesas dadas a Avraham, Yitsjak y Yaakov avoteinu (nuestros padres), de que su descendencia llegaría a ser una nación grande.
Encontramos esta promesa siete veces en Bereshit.
"Haré de tí una nación grande... ciertamente Avraham llegará a ser una nación grande y poderosa... De cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar... Y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo... También tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te extenderás hacia el occidente y hacia el oriente, hacia el norte y hacia el sur... Y tú dijiste: "De cierto te haré prosperar, y haré de tu descendencia como la arena del mar que no se puede contar por su gran cantidad"...
Sé fecundo y multiplícate; una nación y multitud de naciones vendrán de ti." (Bereshit 12:2a, 18:18a, 22:17a, 26:4a, 28:14a, 32:12; 35:11)
En Shemot (Exodo) 1:7, 9b, 12a, 20b está escrito:

"Pero los hijos de Israel fueron fecundos y aumentaron mucho, y se multiplicaron y llegaron a ser poderosos en gran manera, y la tierra se llenó de ellos..."el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros" (los egípcios)... Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y más se extendían... y el pueblo se multiplicó y llegó a ser muy poderoso."

Este pasaje también nos revela el plan profético para el pueblo de Israel en los últimos tiempos. Si Egipto es un cuadro profético del mundo entero, los hijos de Israel que estaban en Egipto son un cuadro profético de todos los que van a nacer en el Mesías para formar parte del Israel de Elohim en el mundo entero en los últimos tiempos. Y así como los hijos de Israel llegaron a ser más numerosos que los egípcios, entendemos que los salvos serán más numerosos que los perdidos, conforme a las escrituras:
"Son más los hijos de la desolada que los hijos de la casada - dice el Señor." Yeshayahu (Isaías) 54:1b, Gál. 4:27.
Moshé es un cuadro profético del Mesías  
Moshé, el gran líder de nuestro pueblo, habló del Mesías de esta manera:

"Un profeta de en medio de ti, de tus hermanos, COMO YO, te levantará YHWH, tu Elohim; a él oiréis." Deuteronomio 18:15

Más adelante en el mismo texto Adonai vuelve a confirmar esta profecía con estas palabras.
"Un profeta COMO TU levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande. Y sucederá que a cualquiera que no oiga las palabras que él ha de hablar en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta." Deuteronomio 18:18-19
Vemos por tanto que la vida y ministerio de Moshé constituye una sombra profética del mismo Mesías. El Mesías sería como Moshé. En la Parashá de esta semana, vamos a ver algunas cosas de la vida de Moshé que hablan del Mesías.
 
1) Moshé nació en una situación de peligro y tenía que ser escondido.
"Entonces Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que nazca lo echaréis al Nilo... Entontes puso al niño en ella, y la colocó entre los juncos a la orilla del Nilo." Shemot 1:22; 2:3b
Cuando nació el niño, que más adelante llevaría el nombre de "Moshé", había una amenaza de muerte sobre él. El Paró (Faraón), rey de Egipto, había ordenado que todos los niños varones de Israel fueran brutalmente asesinados, con el fin de que el pueblo hebreo no se multiplicara más sobre la tierra, y para que los egípcios pudieran dominarlos. Por lo tanto los padres de este niño hermoso tenían que mantenerle escondido durante varios meses para salvar su vida. De la misma manera, cuando el Mesías Yeshúa nació, hubo una amenaza de muerte sobre él (Mat. 2). El rey Herodes temía que el nuevo rey de Israel, que había nacido, llegara a quitarle de su puesto. Por eso mandó matar a todos los niños de Beitlejem (Belén).Yeshúa se salvó.

Por la mano de Elohim tanto Moshé como Yeshúa fueron salvados de la mano de los reyes que querían matarlos.
 
2) El nombre Moshé es una profecía mesiánica.

"Y le puso por nombre Moshé, diciendo: Pues lo he sacado de las aguas." Shemot 2:10b

La hija de Paró, que posiblemente era Hatsyepsut, puso el nombre Moshé sobre el niño. Ese nombre viene de la palabra "mashá", que significa: "sacar (del agua)", "hacer salir", "extraer", "salvar". Moshé fue sacado de una muerte segura en el rio Nilo (ver Hechos 7:21-22), y por eso llegó a ser un cuadro profético del Mesías. El Mesías no solamente fue sacado de las aguas dentro de su madre Miryam, al nacer; sino cuando había dado su vida, fue sacado de las aguas del lago de fuego, que su alma tuvo que sufrir en lugar de nosotros. Como Moshé fue sacado de la muerte del Nilo, el Mesías fue sacado del lago de fuego, (Salmos 18; 69; 88).
 
3) Moshé dejó su gloria para unirse a su pueblo.
"Y aconteción en aquellos días, crecido ya Moisés, salió a sus hermanos..." Shemot 2:11a
Según informa la historia, es posible que Moshé fuera el siguiente rey de Egipto, puesto que eran los hijos de las hijas de los faraones que llegaron a ser los sucesores del trono. A pesar de esta posición de gloria y riqueza mundial, Moshé valoró su identidad hebrea más que todos los privilegios de Egipto.

La Escritura dice en la carta a los Hebreos 11:24-27:
"Por la fe Moisés, cuando era ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Elohim, que gozar de los placeres temporales del pecado, considerando como mayores riquezas el oprobio del Mesías que los tesoros de Egipto; porque tenía su mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al Invisible."
De la misma manera el Mesías dejó su gloria que tenía junto con su Padre desde antes que el mundo existiera (Yojanán (Juan) 17:5). El había gozado de toda la gloria y potencia de ser el rey del universo, puesto por su Padre. En lugar de quedarse en esa posición de gloria y semejanza de Elohim, se despojó de si mismo y vino al mundo con la semejanza de cualquier hombre (Filipenses 2:6-7). Su cuerpo tenía la "semejanza de carne de pecado" (Romanos 8:3), pero él no tenía pecado (2 Corintios 5:21). Su cuerpo no brillaba como el cuerpo de Adam antes de su caída en el pecado. Adam había sido creado a "imagen del que había de venir" (Romanos 5:14b) y antes de su caída en pecado su cuerpo había brillado con la gloria de Elohim, reflejada en el Hijo. Pero después de la caída en pecado el hombre se convirtió en un esclavo del pecado y había perdido esa gloria original que tenía. En lugar de vestirse de luz celestiál, el hombre tiene que vestirse con ropas fabricadas de la creación para cubrir su desnudez. Los animales no tienen la necesidad de fabricar ropas para cubrirse. Esto es señal de que el hombre no es completo. Los lirios del campo están mejor vestidos que el hombre. Ni aún Salomón en toda su gloria podía vestirse como uno de los lirios del campo. El hombre no es capaz de recuperar esa gloria original que tenía antes de su caída en pecado. Lo grande en el amor del Mesías es que, por ser también él un hombre, se identificó tanto con el ser humano que estaba dispuesto a dejar esa gloria para venir a salvar a la humanidad, que había sido puesta bajo esclavitud del pecado. Estando en la corte del rey de Egipto, Moshé sentía una fuerte identificación con el pueblo hebreo.

Dentro de él había algo que le identificaba con ese pueblo más que con los egipcios, a pesar de los muchos privilegios que pudiera tener como rey.  De pequeño había aprendido las costumbres hebreas en la casa de su padre y ese impacto no podía ser olvidado. Además había un llamado sobre su vida de liberar a los hijos de Israel de la esclavitud. De la misma manera el Hijo de Elohim dejó esa gloria que tenía junto con su Padre para venir a este mundo como uno de nosotros. Había algo dentro de él que le identificaba con nosotros (que lo identifica con nosotros??) ¡El es Torah viva!. Tenía un llamado de salvarnos de la esclavitud del pecado y sus consecuencias, las maldiciones y la muerte.  El Paró (Faraón) es un cuadro del jasatán. Egipto es un cuadro del sistema mundial gobernado por el enemigo de Elohim. Moshé es una figura del Mesías que vino para liberar a  su pueblo, los judíos en primer lugar, pero también a los no judíos, de la esclavitud del sistema mundial gobernado por el Jasatán (diablo).
 
  4) Moshé fue rechazado por su propio pueblo cuando vino la primera vez.
 
"¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros?" Shemot 2:14ª
Cuando Moshé era grande salió de su situación de gloria para estar con sus hermanos. Dos veces vemos repetida la palabra "hermanos" en el versículo 11 del capítulo 2 donde está escrito:
 
"Y aconteció que en aquellos días, crecido ya Moisés, salió a sus hermanos y vio sus duros trabajos; y vio a un egipcio golpeando a un hebreo, a uno de sus hermanos."

Observe las palabas "sus hermanos". Esto nos habla de identificación con el propio pueblo. Moshé no se sentía bien entre los egipcios. Había algo fuerte dentro de él que le llevó a preferir ser del pueblo esclavizado antes que del pueblo opresor. La razón fue que ellos eran "sus hermanos".

Pero al intentar de resolver los conflictos de injusticia con su propia fuerza, fue rechazado por sus propios hermanos. Pesaba sobre él el llamado de ser el libertador de los hebreos, pero todavía no era el tiempo.
En Hechos 7:22-28 está escrito:

"Y Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era un hombre poderoso en hechos y en palabras. Pero cuando iba a cumplir la edad de cuarenta años, sintió en su corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver que uno de ellos era tratado injustamente, lo defendió y vengó al oprimido matando al egipcio. "Pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad por medio de él, pero ellos no entendieron. Al día siguiente se les presentó , cuando dos de ellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo: "Varones, vosotros sois hermanos, ¿por qué os herís el uno al otro?" Pero el que estaba hiriendo a su prójimo lo empujó, diciendo: "¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? ¿Acaso quieres matarme como mataste ayer al egipcio?""

Esta fue la primera vez que Moshé intentó llegar al corazón de sus hermanos. Pero no le reconocieron. En esto encontramos un evento profético que habla de lo que iba a pasar con el Mesías en su PRIMERA venida a su pueblo, sus hermanos. Es cierto que miles y miles le recibieron cuando vino. Es cierto que tres mil le recibieron en el día de Shavuot (Pentecostés), cuando cayó el Ruaj Ha-Kódesh (Espíritu Santo). Es cierto que más adelante la Escritura dice que cinco mil le habían recibido en Yerushalayim. Es cierto que dice en Hechos 21:20 que hasta más de 30.000 en Yerushalayim le habían recibido como el Mesías. Es cierto que los primeros 100.000 creyentes mesiánicos eran solamente judíos y es cierto que cerca del año 100 d.M. alrededor de un millón de judíos le habían recibido como el Mesías prometido, el Mesías ben Yosef. Pero tristemente la mayoría del pueblo de Israel no le recibió cuando vino, y él fue rechazado por los líderes de la nación judía, sus propios hermanos.


Por esto él les fue quitado durante mucho tiempo para luego ser presentado otra vez con poder.
   
  5) Moshé volvió por segunda vez a Israel después de mucho tiempo.
 
"Y aconteció que pasado mucho tiempo..." Shemot 2:23a

Aunque Moshé estuvo lejos de su pueblo durante mucho tiempo, su corazón estaba con ellos. Y a pesar de que pudo tener una familia propia, nunca se sentía integrado en el pueblo y la cultura de su suegro Jetro. El hijo que tuvo con su esposa Siporá fue llamado Guer-shom, que significa "Extranjero Allí". Moshé nunca se sentía como en casa con su suegro. Su corazón estaba con los israelitas en Egipto. Después de cuarenta años Moshé fue enviado a volver a Egipto para enfrentar al Paró y sacar a los hijos de Israel de su poder. De la misma manera el Mesías va a volver después de mucho tiempo, por segunda vez; a Israel con la autoridad de Yahuwé para liberar definitivamente a los hijos de Israel de la opresión del sistema del Nuevo Orden Mundial.
 
  6) Moshé fue enviado para enfrentarse directamente con el Paró (Faraón) y destruir su poder mágico.

"Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón..." Shemot 3:10a

El poder mágico de Egipto tenía el pueblo hebreo bajo esclavitud. La única forma de liberar al pueblo era desafiar a los poderes de los dioses falsos de Egipto. También Paró era considerado como un dios. Los dioses egipcios habían sido creados por los ángeles caídos con el fin de manipular al pueblo por medio de ellos. Los magos que había en Egipto conocían los poderes mágicos de los demonios. Moshé fue enviado para desafiar todo ese poder demoníaco que estaba dominando el sistema mundial de aquel entonces.

De la misma manera el Mesías vino al mundo para deshacer las obras del diablo, como está escrito:

"El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo." (1 Yojanán 3:8b)
Cuando el Mesías murió, en la misma noche que el cordero pascual fue comido por el pueblo de Israel, el poder de satán fue destruido para siempre, como está escrito en Hebreos 2:14-17a:
 
"Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo; y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida. Porque ciertamente no toma a los ángeles, sino que toma a la descendencia de Avraham. Por tanto, tenía que ser semejante a sus hermanos en todo..."

7) Moshé fue enviado para liberar al pueblo de la esclavitud bajo el Paró en Egipto.
 
"Para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto." Shemot 3:10b

El Paró simboliza el satán. Egipto simboliza el mundo, y la esclavitud de nuestros padres simboliza la esclavitud de los hombres bajo el poder del pecado que mora en nosotros. Como Moshé fue enviado para liberar al pueblo de Israel del poder del Paró, así el Mesías vino para liberarnos del poder del jasatán. Como Moshé fue enviado para liberar al pueblo de Israel de la tierra de Egipto, así el Mesías vino para liberar a los hijos de Avraham del sistema de este mundo.

Como Moshé fue enviado para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud fisica, así el Mesías vino para liberarnos de la esclavitud del pecado, como está escrito en la carta a los Romanos 6:5-7:
 
"Porque si hemos sido unidos a Él en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado."

8) Moshé reveló el Nombre Santo del Padre al pueblo.
 
"Ve y reune a los ancianos de Israel, y diles: YHWH", Shemot 3:16a

Cuando Moshé recibió el llamado de ir al pueblo de sus padres, quiso saber el Nombre de su Elohim. Posiblemente los hijos de Israel conocían el Nombre y al venir Moshé pronunciando el Nombre delante de ellos, reconocieron que verdaderamente había conocido el Dios de Avraham, Yitsjak y Yaakov.
Moshé fue encomendado pronunciar el Nombre delante del pueblo según está escrito en Shemot 3:15:
 
"Dijo además Elohim a Moshé: Así dirás a los hijos de Israel: "YHWH, el Elohim de vuestros padres, el Elohim de Avraham, el Elohim de Yitsjak y el Elohim de Yaakov, me ha enviado a vosotros." Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación."

Moshé fue ordenado pronunciar el Nombre delante de los hijos de Israel. El fue enviado para que ellos conocieran verdaderamente el significado de ese nombre. Un significado maravilloso de liberación de esclavitud, redención y salvación. De la misma manera vino Yeshúa en el Nombre de Yhwh como está escrito en Yojanán (Juan) 12:13 (compare con (Sal.) 118:25-26):
 
"¡Hoshianá! (sálvanos por favor) Bendito el que viene en el NOMBRE del Yhwh, el Rey de Israel."
Así el Mesías no vino en su propio nombre, sino en el Nombre de su Padre. Vino para dar a conocer el Nombre como está escrito en Yojanán 17:6a, 26:
"He manifestado tu Nombre a los hombres que del mundo me diste... Yo les he dado a conocer tu Nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos."
Según lo expuesto en un artículo escrito por el Dr. James Trimm sobre el Nombre de YHWH Yeshúa fue juzgado y condenado a muerte por el Sanedrín precisamente por haber pronunciado el Nombre Sagrado delante de ellos. Lo llamaban blasfemia, según está escrito en Matityahu (Mateo) 26:64-66:
 
"Yeshúa les dijo... desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder (por la reacción del sumo sacerdote entendemos que aquí pronunció el Nombre, citando del (Salmo) 110:1), y viniendo sobre las nubes del cielo."
"Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído la blasfemia (según el Talmud, pronunciar el Nombre Sagrado es considerado como blasfemia); ¿qué os parece? Ellos respondieron y dijeron: ¡Es reo de muerte!"
Como Moshé vino a dar a conocer el Nombre de Adonay a Israel, así el Mesías vino para dar a conocer el nombre de Su Padre a Israel.
 

  9) Moshé hizo milagros extraordinarios.

"Por esto creerán que se te ha aparecido Yhwh...", Shemot 4:5a

Moshé fue enviado para hacer milagros extraordinarios. No hemos visto ningún hombre en la tierra, hasta venir el Mesías, que haya podido hacer los milagros que hizo Moshé. Hay rabinos que dicen que Yirmeyahu (Jeremías) es el profeta prometido, que fue levantado como Moshé, porque como a Moshé, Adonai también le dice a Yirmeyahu que Sus palabras fueron puestas en su boca, Yer. 1:9. Pero si observamos la autoridad para hacer milagros, vemos que Yirmeyahu no fue el profeta prometido a Israel como Moshé. Es cierto que Yirmeyahu hablaba la Palabra de Adonai, pero no hizo los milagros que hizo Moshé. Por lo tanto él no podía haber sido el profeta que Adonai levantaría como Moshé. No cabe duda de que los milagros hechos por el Mesías Yeshúa, documentados en los cuatro libros llamados Evangelios, constituyen una evidencia de que él es el cumplimiento de la promesa de un profeta como Moshé, con la autoridad del Padre para hacer toda clase de milagros extraordinarios, entre ellos abrir los ojos de los ciegos, limpiar a los leprosos, restaurar a los paralíticos, expulsar a los demonios y levantar a los muertos.
"Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y también a mi Padre. Yhojanán 15:24
Como Moshé fue enviado a hacer milagros extraordinarios para enfrentar al maligno y liberar al pueblo, así el Mesías vino con todo el poder del cielo para destruir las obras del jasatán y liberar al pueblo de Israel y al mundo entero, de las consecuencias de la esclavitud del pecado.
 
  10) Moshé habló las palabras de Yhwh.
 
"Yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar", Shemot 4:12b

Moshé fue el profeta número uno de Israel. No tenemos ninguno que haya escrito tantas palabras de Adonai que él. Mediante su ministerio nos ha llegado la revelación de la Torá de una forma maravillosamente gloriosa. Sin embargo, cuando vino el Mesías, nos llegó la máxima revelación de la Torá de Elohim, como está escrito en Matityahu 5:17-18:
 
"No penséis que he venido para abolir la Torá o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña (la yud) ni una tilde (taguín) de la Torá, hasta que toda se cumpla."

La palabra "Torá" se refiere en este contexto a los cinco libros de Moshé. El Mesías no vino para anular nada de los escritos de Moshé, sino al contrario, confirmarlos y explicarlos para que podamos cumplirlos correctamente. La palabra "cumplir" en este contexto se refiere a un término rabínico que tiene que ver con una aplicación correcta de los mandamientos. Cumplir no significa de ninguna manera terminar o acabar, sino llevar a su máxima aplicación práctica en la vida diaria.

Como Moshé vino como profeta para darnos la Torá, la Palabra de Elohim, así vino el Hijo de Elohim como el profeta de los profetas para hablarnos definitivamente lo que hay en el corazón del Padre, como está escrito en Hebreos 1:1-2: "Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quién constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo."

11) Moshé es llamado Elohim (Dios).   
"Tú serás Elohim para él" Shemot 4:16b

Moshé es llamado Elohim en las Escrituras. Es exactamente la misma palabra que es usada para el Creador en Bereshit 1:1. Elohim es la palabra más frecuente en la Biblia para "Dios" y es usada principalmente para el Creador, pero también para los ángeles. En un par de ocasiones es usada para hombres, en Shemot 4:16; 7:1 (Moshé), y en Shemot (Exodo) 22:8-9, donde ha sido traducida como "jueces", refiriéndose a los jueces de Israel. El título Elohim tiene que ver con poder, autoridad y juicio, y en este caso vemos que el Padre delega su autoridad tanto a los ángeles como a los hombres. De esta manera vemos que Moshé es llamado "Elohim".
Si estudiamos el texto hebreo en Shemot 4:16 vemos que las palabras "como" (LBA) y "en lugar de" (RV) no está en el texto original, sino sólo la letra Lamed que primeramente significa "para".
Según entiendo el texto la traducción literal del hebreo sería:
"Tú serás para él paro Elohim (Dios)" (En el texto hebreo no hay mayúsculas.)
En Shemot 7:1 dice la Escritura: "Yo te he hecho Elohim para Paró"

Como Moshé ha recibido la autoridad delegada de funcionar en lugar de Elohim en la tierra, así el Mesías ha recibido el derecho de ser llamado Juez y Elohim/ Dios y llevar el Nombre sobre todo Nombre, que es el Nombre del Padre- Yhvh, como está escrito: "Y el Verbo (Torá) era con Dios" Yojanán 1:1

"Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el Nombre que es sobre todo nombre" Filipenses 2:9
"Pero del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos..." Hebreos 1:8a

Resumen
En este comentario hemos visto que el Mesías Yeshúa es el cumplimiento de las promesas dadas por Moshé de que Adonai levantaría un profeta como él de en medio de sus hermanos, como está escrito en el libro de los Hechos 3:22-23:
"Moshé dijo: El Señor Dios os levantará un profeta como yo de vuestros hermanos; a él prestaréis atención en todo cuanto os diga. Y sucederá que todo el que no preste atención a aquel profeta, será totalmente destruido de entre el pueblo.
El que no preste atención a Yeshúa el Mesías, el profeta como Moshé, prometido a Israel, será totalmente destruido del pueblo, y no tendrá herencia en el Siglo Venidero, el Olam Habá.
 
Hay muchas más áreas de la vida de Moshé que podríamos sacar como sombras del Mesías, pero vamos a parar aquí recordando las palabras de Yeshúa en Yojanán 5:39, 46:
 
"Examináis las Escrituras, porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí... Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él."

¡Shabat shalom sobre todo Israel, en el Nombre de Su Majestad el Rey de Israel, Yeshúa el Mesías!


Recopilado y Adaptado por:


ORLANDO UNDA RAMIREZ.

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