viernes, 29 de enero de 2016

Parashá 17 Yitró

Parashá 17 Yitró
Éxodo 18:1 – 20:26 (23 heb.)
Para ser compartida hoy 20 shevat 5776/30 Enero 2016
Aliyás de la Torá:
  1. 18:1-12
  2. 18:13-23
  3. 18:24-27
  4. 19:1-6
  5. 19:7-19
  6. 19:20 – 20:17 (v. 14 heb.)
  7. 20:18-26 (15-23 heb.)
Haftará: Isaías 6:1-13 (Sefardíes); 6:1 – 7:6; 9:6-7 (5-6 heb.) (Ashkenazíes)
Código Real (HaTsofen HaMaljutí): Lucas 10:1 – 11:54
Comentarios

Primera aliyá, 18:1-12

18:1   “Y Yitró, sacerdote de Midyán, suegro de Moshé, oyó de todo lo que Eloah había hecho por Moshé y por su pueblo Israel, cómo el Eterno había sacado a Israel de Mitsrayim.” – Rashí dice que cuando la palabra “kohen”, traducida como “sacerdote”, está relacionada a un lugar geográfico se refiere a un príncipe. Hay otro ejemplo con los hijos de David, que no venían de la tribu de Leví, y no podían ser sacerdotes, sino príncipes, cf. 2 Samuel 8:18; 1 Crónicas 18:17.
18:7   “Salió Moshé a recibir a su suegro, se inclinó y lo besó; y se preguntaron uno a otro cómo estaban, y entraron en la tienda.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “se inclinó” es “va-yishtaju” que es una forma de “shajá” que significa “echarse al suelo”, “arrodillarse”, “postrarse”, “inclinarse”, “reverenciar” “adorar”. De esto aprendemos que está permitido inclinarse en reverencia ante una persona. En este caso Moshé honró a su suegro de esta manera.
18:8   “Y Moshé contó a su suegro todo lo que el Eterno había hecho a Paró y a los mitsríes por causa de Israel, todas las dificultades que les habían sobrevenido en el camino y cómo los había librado el Eterno.” – Aquí tenemos un ejemplo de cómo se puede ganar un gentil para la fe de Israel.
·           *Contar acerca de lo que el Eterno hizo a Paró y/a los mitsríes por causa de Israel.
·           *Contar acerca de todas las dificultades del camino.
·           *Contar como El Eterno los ha liberado de todas ellas.
El testimonio personal es una herramienta muy útil para ganar almas para el Reino de los cielos.
18:9   “Y se alegró Yitró de todo el bien que el Eterno había hecho a Israel, al librarlo de la mano de los mitsríes.” – La conversión está íntimamente ligada al pueblo de Israel. Uno se convierte para ser parte de un pueblo, Israel. El primer paso en la conversión fue aceptar las palabras de Moshé. El segundo paso para Yitró fue tener una experiencia profunda por lo que le contó Moshé, y se alegró. La conversión está basada en una experiencia interior real que mueve las emociones.
18:10 “Entonces Yitró dijo: Bendito sea el Eterno que os libró de la mano de los mitsríes y de la mano de Paró, y que libró al pueblo del poder de los mitsríes.” – El tercer paso en la conversión de Yitró fue bendecir al Eterno. Usó las palabras hebreas “¡Baruj HaShem!”
18:11 “Ahora sé que el Eterno es más grande que todos los dioses; ciertamente, esto se probó cuando trataron al pueblo con arrogancia.” – El cuarto paso en la conversión de Yitró fue el rechazo de los dioses paganos y toda práctica idolátrica. El quinto paso fue dar testimonio de lo que le había sido revelado.
18:12 “Y Yitró, suegro de Moshé, tomó un holocausto y sacrificios para Eloah, y Aharón vino con todos los ancianos de Israel a comer con el suegro de Moshé delante de Eloah.” – El sexto paso de la conversión de Yitró es dar el sacrificio de ascensión (holocausto) que representa la entrega total de la persona. El séptimo paso es el sacrificio de paz que representa la entrega en la relación íntima con el Eterno y con los hermanos en la fe. Si la conversión no afecta la economía de la persona, no es auténtica, como dice nuestro Rebe en Mateo 6:21 donde está escrito:
“porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.”
En Mateo 6:24 está escrito:
“Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Eloah y a las riquezas.”
Cuarta aliyá, 19:1-6
19:1   “Al tercer mes de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Mitsrayim, ese mismo día, llegaron al desierto de Sinai.” – Llegaron el primer día del tercer mes, llamado siván.
19:2   “Partieron de Refidim, llegaron al desierto de Sinai y acamparon en el desierto; allí, frente al monte, acampó Israel.” – Según Rashí, la palabra hebrea que ha sido traducida como “frente a” significa siempre en el lado oriental.
Esta es la primera vez que el pueblo aparece de manera singular. El verbo está escrito en singular “acampó”. Antes había muchas peleas entre diferentes grupos dentro de Israel, pero ahora habían llegado a un estado de unidad, de manera que es presentado como si fueran una sola persona, “acampó Israel”. Esta unidad fue necesaria para que se entregara la Torá desde el cielo. Ya habían pasado 46 días desde la salida de Mitsrayim. Cada uno de esos días representa una subida de santidad del pueblo. El máximo nivel de santidad es el 50, que son los días entre Pesaj y Shavuot, Pascua y Pentecostés. Según la tradición, la Torá fue dada en Shabat el día 6 del tercer mes, Siván. El primer día del mes, el Rosh Jodesh, cayó por lo tanto el segundo día de la semana, llamado lunes.
Cuando iba a ser renovada la entrega de la Torá con el derramamiento del Espíritu de Santidad, vemos que los creyentes en Yeshua del pueblo de Israel estaban todos unánimes juntos, como está escrito en Hechos 2:1:
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes en un mismo lugar.”
La unidad fue la condición para que la Torá pudiera ser escrita en tablas de piedra, y esta fue la condición para que la Torá pudiera ser escrita en corazones de carne, como está escrito en Jeremías 31:31-34:
“He aquí, vienen días--declara el Eterno-- en que haré con la casa de Israel y con la casa de Yehudá un pacto renovado, no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Mitsrayim, mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un esposo para ellos--declara el Eterno; porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días--declara el Eterno--. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Eloah y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: "Conoce al Eterno", porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande--declara el Eterno-- pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.”
En Ezequiel 11:19-20 está escrito:
“Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que anden en mis estatutos, guarden mis ordenanzas y los cumplan. Entonces serán mi pueblo y yo seré su Eloah.”
En Ezequiel 36:26-27 está escrito:“Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas.”
Este pacto renovado fue sellado con la sangre del Mesías en Pesaj y entregado a los fieles en Shavuot, según está escrito en Lucas 22:20:
“De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el pacto renovado en mi sangre, que es derramada por vosotros.”
Y en 2 Corintios 3:6 está escrito
“el cual también nos hizo suficientes como ministros de un pacto renovado, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.”
En Hechos 1:8 está escrito:
“pero recibiréis poder cuando el Espíritu de Santidad venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Yerushalayim, en toda Yehudá y Shomrón, y hasta los confines de la tierra.”
19:3   “Y Moshé subió hacia Eloah, y el Eterno lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Yaakov y anunciarás a los hijos de Israel:” – Moshé subió al Eterno por las mañanas. Entonces esto ocurrió el segundo día del mes de Siván.
Según Rashí, la expresión “la casa de Yaakov” se refiere a las mujeres, y la expresión “los hijos de Israel” se refiere a los varones. En Génesis 46:27, donde la expresión “casa de Yaakov” aparece por primera vez, se refiere a los hijos de Yaakov que vinieron a Mitsrayim, así que la pregunta surge si realmente hay que entenderlo como una referencia a las mujeres solamente.
19:4   “Vosotros habéis visto lo que he hecho a los mitsríes, y cómo os he tomado sobre alas de águilas y os he traído a mí.” – Las águilas son las únicas aves que llevan sus crías sobre las alas. Las demás las aves colocan sus crías entre sus patas. No hay otras aves que vuelen por encima de las águilas y por eso es el lugar más seguro para sus crías.
Las águilas hacen su nido en las rocas, muy alto. Después de haber construido el nido con palitos van quitando partes de sus plumas colocándolas en el nido para que sea muy agradable para los aguiluchos. Cuando el aguilucho es suficientemente grande llega el momento de sacar las plumas del nido para que el hogar ya no sea tan agradable como antes. Así el aguilucho no querrá volver allí. Esto fue lo que pasó en Mitsrayim. Después uno de los padres extiende sus alas delante del aguilucho para que las vea. Luego bota a su hijo del nido para que caiga al vacío. Como el aguilucho todavía no sabe usar sus alas, uno de los padres lo recoge sobre sus alas y lo sube a las alturas otra vez. Luego lo tira en el aire para que caiga de nuevo. Y así sigue hasta que el aguilucho aprenda a volar. He aquí los textos de las Escrituras que hablan de las águilas, Deuteronomio 32:11; 2 Samuel 1:23; Isaías 40:23; Ezequiel 10:14; Salmo 103:5; Job 39:27-30; Proverbios 23:5; 30:17-19; Revelación 12:13-14. En Deuteronomio 28:49 y Abdías 4 hace referencia al imperio romano, cuyo símbolo era el águila.
“os he traído a mí” – No a una religión estática, sino a una vida íntima en relación con él mismo, cf. Juan 15:14-15; 1 Juan 1:3; 1 Corintios 1:9. No se trata sólo de servicio, como lo traduce el Targum, sino de una relación. El judaísmo bíblico está basado en una relación íntima con el Padre, por medio de Su Hijo Yeshúa el Mesías.
19:5-6 “Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro más que todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa." Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.” – Aquí aparece una de las palabras más importantes de las Escrituras, “si” (condicional). La invitación ha sido dada del cielo, pero requiere una respuesta por parte del hombre. Si el hombre responde, recibe las bendiciones del pacto. Si el hombre no responde, no hay ni pacto ni bendiciones. Hay condiciones para poder obtener los beneficios de los pactos. Muchas personas quieren los beneficios sin cumplir las condiciones. El que no escucha ni obedece no será parte de ese pueblo especial que es un tesoro para el Eterno. La condición es la obediencia.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “especial tesoro” es “segulá”, que significa un tesoro bien amado. Según el rabí Dan ben Avraham implica algo que uno no puede vivir sin ello. El Eterno se ha atado al pueblo de Israel. No puede cumplir sus propósitos sin su pueblo. Todo el plan de redención está unido a ese pueblo. Sin el pueblo el plan de redención del mundo fracasará, como está escrito en Juan 4:22b:
“porque la salvación viene de los judíos”
La palabra segulá aparece en estos ocho lugares en las Escrituras: Éxodo 19:5; Deuteronomio 7:6; 14:2; 26:18; 1 Crónicas 29:3; Salmo 135:4, Eclesiastés 2:8; Malaquías 3:17.
Rashí comenta que esta oración implica que los demás pueblos también son tesoros para el Eterno, porque él posee toda la tierra. Israel es el tesoro especial más que todos los demás tesoros que él posee.
“un reino de sacerdotes y una nación santa” – Rashí dice que la palabra “kohanim”, “sacerdotes”, aquí significa “ministros”. Sin embargo en estos dos términos se encierra todo el ministerio de Israel ante el Eterno y ante las naciones. Israel tiene el llamado de ser un reino, una nación de gobernantes, que van a regir sobre el resto del mundo, cf. Jeremías 31:7. Este es el llamado hacia fuera. Pero también tiene un llamado de ser sacerdotes, que tienen la capacidad de ministrar delante del Eterno.
Este es el llamado hacia dentro. Estos dos movimientos del pueblo del Eterno implican el hecho de entrar y de salir, como está escrito en Juan 10:9:
“Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto.”
La meta es que Israel gobierne sobre el mundo para que el Reino de los cielos se establezca por toda la tierra, conforme al plan original para el hombre, cf. Génesis 1:26-28. Pero primero hay que ser sacerdote. El primer paso para gobernar es sacrificar. El Mesías vino primero para ser sacrificado y luego volverá para gobernar. Primero fue sacerdote y luego rey. Ese es el orden. El pueblo de Israel ha sido llamado a ser reyes sobre las naciones, pero el camino a ese reinado pasa a través del sufrimiento y sacrificio al Eterno. Uno que nos sabe entrar en la presencia del Eterno y tener una relación íntima con Él no es capaz de ser un buen rey.
Un sacerdote es un mediador para que las personas puedan conectarse con el Eterno. Israel es una nación sacerdotal, con el fin de redimir a los gentiles del pecado, orar por los pueblos y ser una puerta para que las naciones puedan encontrarse con el Eloah de Israel, que también es Eloah de los gentiles, según Romanos 3:29 donde está escrito:
“¿O es Eloah el Eloah de los judíos solamente? ¿No es también el Eloah de los gentiles? Sí, también de los gentiles”
En Isaías 56:6-8 está escrito:
“Y a los extranjeros que se alleguen al Eterno para servirle, y para amar el nombre del Eterno, para ser sus siervos, a todos los que guardan el día de reposo sin profanarlo, y se mantienen firmes en mi pacto, yo los traeré a mi santo monte, y los alegraré en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos. Declara el Señor Eterno que reúne a los dispersos de Israel: Todavía les juntaré otros a los ya reunidos.”
En la primera carta de Pedro a los judíos se encuentra un paralelismo con la salida de Mitsrayim y la entrega de la Torá. En 1 Pedro 1:18 se habla de la redención de la vana manera de vivir heredada de los padres, semejante a la redención de Mitsrayim. En 1 Pedro 1:19 se habla de la sangre del Cordero que produce redención, semejante a la liberación de la muerte de los primogénitos en Mitsrayim por la sangre del cordero. En 1 Pedro 1:20 se habla del Cordero que fue asignado desde antes de la fundación del mundo, semejante al cordero de Pesaj que fue señalado cuatro días antes de ser sacrificado. En 1 Pedro 1:21-23 se habla de la resurrección del Mesías, la purificación del alma y el nuevo nacimiento, semejante al cruce del mar de Cañas. En 1 Pedro 2:1-3 se está hablando del deseo de la leche pura de la palabra, que corresponde a la entrega de la Torá en Sinaí, en Shavuot, como está escrito:
“Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda difamación, desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis probado la benignidad del Señor.”
Esto corresponde al deseo de los hijos de Israel expresado en las palabras de Éxodo 19:8a donde está escrito:
“Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Haremos todo lo que el Eterno ha dicho.”
En 1 Pedro 2:7-8 está escrito:
“Este precioso valor es, pues, para vosotros los que creéis; pero para los que no creen, LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA ANGULAR SE HA CONVERTIDO, y, PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE ESCÁNDALO; pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la palabra, y para ello estaban también destinados.”
Esto concuerda con el texto de Éxodo 19:5 donde hay una condición para poder ser el especial tesoro del Eterno, la fidelidad. El que no escucha el testimonio que el Padre ha dado de su Hijo, no será parte del tesoro especial.
En 1 Pedro 2:9 está escrito:
“Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión (segulá), a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”
Esto concuerda con el texto de Éxodo 19:5-6 donde dice que el pueblo de Israel será un tesoro especial (segulá) y un reino de sacerdotes, si obedece la voz del Eterno y guarda su pacto.
En Revelación 1:5-6 está escrito:
“y de Yeshúa el Mesías, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con su sangre, e hizo de nosotros un reino y sacerdotes para su Eloah y Padre, a Él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.”
En Revelación 5:8-10 está escrito:
“Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Y cantan un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Eloah a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Eloah; y reinarán sobre la tierra.”
Este texto habla de la gran redención de Israel en los últimos tiempo, que será sacado de toda tribu, lengua, pueblo y nación para ser ese Israel que se convertirá en un reino de sacerdotes para Eloah y reinarán sobre la tierra durante el reinado mesiánico.
Séptima aliyá 19:20- 20:26 (v. 23 heb.)
19:20 “Y el Eterno descendió al monte Sinai, a la cumbre del monte; y llamó el Eterno a Moshé a la cumbre del monte, y Moshé subió.” – Aquí está escrito que el Eterno descendió al monte. Sin embargo en 20:22 está escrito que el Eterno habló desde el cielo. ¿Cómo se puede entender esta aparente contradicción? Rashí dice que el Eterno inclinó los cielos superiores e inferiores y los extendió sobre la montaña como una sábana sobre una cama, y el Trono de Gloria descendió sobre ella. Así él estaba tanto en el cielo como en la tierra.
19:21 “Y el Eterno dijo a Moshé: Desciende, advierte al pueblo, no sea que traspasen los límites para ver al Eterno y perezcan muchos de ellos.” – Cuatro veces está escrito que el pueblo no puede traspasar los límites de lo prohibido, v. 12, 21, 23 y 24. ¡Qué importante es para el hombre no traspasar los límites!, como dice Deuteronomio 19:14:
“No moverás los linderos de tu prójimo, fijados por los antepasados, en la herencia que recibirás en la tierra que el Eterno tu Eloah te da en posesión.”
La raíz de la palabra “Torá”, “instrucción”, es “yará”,  que significa “lanzar”, “disparar”, “apuntar”, “marcar”, “señalar”. Esto nos enseña que la Torá pone los límites necesarios para el bien del hombre y la naturaleza. La Torá del Eterno marca dónde está la diferencia entre lo permitido y lo prohibido. Pecar es cruzar los límites marcados por la Torá del Eterno, como está escrito en 1 Juan 3:4:
“Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la ley.”
La carne del hombre, el yetser hará, no quiere límites, como está escrito en Romanos 8:6-8:
“Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz; ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Eloah, porque no se sujeta a la ley de Eloah, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Eloah.”
El hombre espiritual no está dirigido por sus impulsos naturales y pecaminosos, sino por los principios que el Eterno ha marcado en su Torá. Un hombre espiritual es un hombre de principios, no de impulsos. ¿Por qué razón cumple los principios marcados por la Torá? ¿Por amor o para cumplir? El que cumple por amor ha llegado a la perfección.
El placer permitido es un resultado de la obediencia a los principios marcados por el Eterno en la Torá. El pecado ofrece placer sin límites, sin principios, sin obediencia. Ese placer se convierte a la larga en amargura. El placer sometido a los principios de la Torá es duradero y no produce daño ni amargura.
El pecado, el traspaso de los límites, crea un desequilibrio en la creación. Muchas de las cosas buenas se convierten en mala cuando son empleadas fuera de los límites marcados en la Torá. Un hombre maduro es capaz de negarse un placer a corto plazo, para obtener un placer mayor a largo plazo.
¡Sé celoso para no traspasar los límites en tu vida! ¡Sé un hombre de principios y no de impulsos, y serás prosperado en todo!
Las culturas del mundo que se rigen por principios son los más influyentes. Los países pobres son pobres porque la gran mayoría de sus habitantes están traspasando los límites y eso produce maldición que resulta en pobreza. Los países que tienen una población que ha aprendido a regirse por principios basados en la Torá, prosperan en todo sentido.
19:22 “También que se santifiquen los sacerdotes que se acercan al Eterno, no sea que el Eterno irrumpa contra ellos.” – Los sacerdotes eran los primogénitos de todo Israel. Ellos podían acercarse al Eterno. Esto nos enseña que hay diferentes niveles de santidad entre las diferentes funciones dentro del pueblo del Eterno.
19:23 “Y Moshé dijo al Eterno: El pueblo no puede subir al monte Sinaí, porque tú nos advertiste, diciendo: "Pon límites alrededor del monte y santifícalo."” – Lo que santifica algo es que tiene un límite. El monte fue santificado por el límite y la presencia del Eterno que estaba limitada dentro de esos límites, cf. Éxodo 29:43.
19:24 “Entonces el Eterno le dijo: Ve, desciende, y vuelve a subir, tú y Aharón contigo; pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites para subir al Eterno, no sea que Él irrumpa contra ellos.” – Moshé podía acercarse más que Aharón, Aharón podía acercarse más que los sacerdotes, los sacerdotes podían acercarse más que el pueblo y el pueblo no podía traspasar los límites.
Nos surge la pregunta: ¿No revela el Código Real que el Novio es el Hijo? ¿Por qué se presenta aquí el Eterno como el Novio? ¿Será que hay dos matrimonios, uno entre el Padre con Israel y el otro entre el Hijo con la Iglesia? Esto es lo que enseñan muchos cristianos. En primer lugar tenemos que descartar la idea de dos pueblos del Eterno. Sólo hay un pueblo y ese pueblo se llama Israel, cf. Daniel 7:27. El nuevo pacto fue hecho con Israel, según Jeremías 31:31, no con otro pueblo. El Mesías Yeshúa no fundó una nueva religión, porque si lo hubiera hecho sería un falso profeta. Ya hemos hablado mucho de este tema, así que no vamos a repetir esta verdad. Sólo hay un pueblo, Israel, y ese pueblo es la novia, según dijo el rabí Yojanán ben Zejariá, como está escrito en Juan 3:26-29:
“Y vinieron a Yojanán y le dijeron: Rabí, mira, el que estaba contigo al otro lado del Yardén, de quien diste testimonio, está haciendo tevilá y todos van a él. Respondió Yojanán y dijo: Un hombre no puede recibir nada si no le es dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: "Yo no soy el Mesías, sino que he sido enviado delante de él." El que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está allí y le oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se ha completado.”
El mensaje de este profeta revela que la novia es el pueblo de Israel. La novia, la congregación, existía antes de la muerte del Mesías, como está escrito en Efesios 5:25:
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como el Mesías amó a la congregación y se dio a sí mismo por ella.”
No se puede amar algo que no existe. Así que la congregación, “la iglesia”,  no fue creada en ese día de Pentecostés que está relatado en Hechos 2, sino en el primer Pentecostés que está relatado en Éxodo 19. La congregación que aparece en Efesios 5 refiere a la congregación de Israel, como está escrito en Hechos 7:38:
“Este es el que estaba en la congregación en el desierto junto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y el que recibió palabras de vida para transmitirlas a vosotros.”
La congregación, que en hebreo se llama “kahal”, en griego “ekklesia”, y en latin “iglesia”, fue formada en Sinai.
En Hebreos 2:12 hay una referencia a las palabras del Mesías justo antes de su muerte:
“diciendo: ANUNCIARÉ TU NOMBRE A MIS HERMANOS, EN MEDIO DE LA CONGREGACIÓN TE CANTARE ALABANZAS.”
Aquí dice que Yeshúa anunciaría el Nombre del Eterno a sus hermanos y cantaría alabanzas en medio de la congregación, la iglesia. El texto está sacado del Salmo 22 que Yeshúa citó cuando estaba colgado sobre el madero. En los versículos 22-23 del mismo Salmo está escrito:
“Hablaré de tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré. Los que teméis al Eterno, alabadle; descendencia toda de Yaakov, glorificadle, temedle, descendencia toda de Israel.”
Este texto nos muestra que la congregación, en la cual en Mesías iba a anunciar el Nombre de HaShem y cantar alabanzas, se compone de los que temen al Eterno, es decir los conversos de entre las naciones, junto con toda la descendencia de Yaakov y toda la descendencia de Israel. Esta es la congregación por la cual murió el Mesías para purificarla y llevarla a la perfección, como está escrito en Efesios 5:25b-27:
“El Mesías amó a la congregación (de Israel) y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una congregación en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.”
Cuando el Mesías habla de edificar su congregación en Mateo 16:18 no se está refiriendo a un pueblo nuevo, separado de Israel, sino del mismo pueblo de Israel, (que también incluye a los conversos de las naciones), conforme está escrito en Jeremías 24:6:
“Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los traeré de nuevo a esta tierra; los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré.”
En Jeremías 31:4 está escrito:
“De nuevo te edificaré, y serás reedificada, virgen de Israel; de nuevo tomarás tus panderos, y saldrás a las danzas con los que se divierten.”
En Jeremías 33:7 está escrito:
“Restauraré el bienestar de Yehudá y el bienestar de Israel y los reedificaré como eran al principio.”
Estos textos nos muestran que la edificación de la congregación del Mesías no es otra cosa que la restauración y la perfección de la fe judía dentro del pueblo de Israel.
En Mateo 16:18 está escrito:
“Yo también te digo que tú eres Kefas, y sobre esta roca edificaré mi congregación; y las puertas del sheol no prevalecerán contra ella.”
Yeshúa prometió edificar su congregación sobre la roca. La roca es el Mesías que ha sido colocado como fundamento en Tsión, no en Roma, según Isaías 8:14; 28:16; Romanos 9:33, 1 Corintios 10:4 y 1 Pedro 2:4-8. Yeshúa promete edificar el pueblo de Israel sobre el fundamento del Mesías. Los que no edifican sobre ese fundamento, finalmente perderá el derecho de ser parte del pueblo de Israel, como está escrito en Hechos 3:23:
“Y sucederá que todo el que no preste atención a aquel profeta, será totalmente destruido de entre el pueblo.”
Las “puertas del sheol”, el reino de los muertos, es una expresión judía, un hebraísmo, que hace referencia a las puertas de las ciudades gentiles, es decir a los gobiernos de las naciones. Estos gobiernos no podrán resistir el avance de la congregación del Mesías. Hay una referencia a lo mismo en Génesis 22:17 donde está escrito:
“de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos.
Esta palabra fue dada a nuestro padre Avraham justamente después de haber atado a Yitsjak sobre el altar. Así que los que van a poseer las puertas de sus enemigos, las puertas del sheol, son los descendientes de Avraham, no otro pueblo. La misma profecía se encuentra en Génesis 24:60 donde la familia de Rivká pronuncia la siguiente bendición:
“Y bendijeron a Rivká y le dijeron: Que tú, hermana nuestra, te conviertas en millares de miríadas, y posean tus descendientes la puerta de los que los aborrecen.”
Así que, queda claro que la novia no es otra cosa que el pueblo de Israel, descendiente de Avraham y Rivká, renovado y reedificado por medio del Mesías Yeshúa.
Entonces nos queda resolver la pregunta sobre ¿quién es el Novio? ¿Es el Padre Eterno o el Hijo del Hombre? Según la enseñanza del Mesías, el Novio es el Hijo, como está escrito en Mateo 22:2:
“El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete de bodas para su hijo.”
20:1 “Y habló Eloah todas estas palabras, diciendo” – El Targum tradujo este versículo: “Y habló la Palabra de HaShem...” En muchas ocasiones el Targum usa la expresión “la Palabra de HaShem” cuando hay una manifestación clara de HaShem en la tierra. En Génesis 1:27; 9:17; 17:7; 15:6; 19:4; 22:14; 28:20-21; Éxodo 3:14 y 24:1 aparece la expresión “la Palabra de HaShem” en los diferentes Targumes como sustituto de Elohim o HaShem. Esto nos enseña que los que tradujeron el hebreo al arameo habían entendido la manifestación del Eterno en la tierra como una revelación de su Palabra. El Eterno es tan grande y tan inmenso que no se puede ver ni comprender al menos que él haga una transformación de su inmensidad a algo más pequeño. Por esta razón surgió la expresión “YHWH-katán”, “el pequeño YHWH”. Se puede comparar con un transformador que cambia la tensión eléctrica de 15,000 Voltios, que hay en los cables de alta tensión, a 220 o 120 Voltios, para que la corriente eléctrica pueda ser utilizada en las casas. La tensión de 120 Voltios está muy reducida y así podrá ser utilizada en el hogar. En caso contrario estaríamos en peligro mortal cada vez que utilizáramos un aparato eléctrico. La manifestación del Eterno en la tierra es parecida. Él no puede revelar toda su potencia porque entonces el hombre quedaría calcinado. Según el Targum, Él se revela al hombre a través de su Palabra, que es la reducción del Eterno de manera que pueda ser manifestada en el mundo y comprendida por el hombre. Yeshúa es la Palabra del Eterno hecha carne, como está escrito en Juan 1:14:
“Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
En 1 Juan 1:1-2 está escrito:
“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca de la Palabra de vida, pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó.”
En el Sinai el cielo bajó sobre la montaña y el Eterno se manifestó al pueblo hablando audiblemente. La traducción del Targum dice que fue la Palabra del Eterno que habló todas estas palabras al pueblo y que Moshé tenía que subir a la Palabra del Eterno que estaba en la montaña. Esta Palabra fue la que luego fue hecha carne en Yeshúa. El Mesías Yeshúa es la manifestación del Padre en la tierra, como está escrito en Juan 14:9b:
“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.”
En Hebreos 1:3a está escrito:
“Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza.”
En Colosenses 2:9 está escrito:
“Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en él.”
El Hijo es la manifestación reducida del Eterno que está en los cielos. Él no solamente lo revela sino también lo representa, como está escrito en el Salmo 118:26a:
“Bendito el que viene en el nombre del Eterno.”
No es lo mismo ser el Eterno que venir en el Nombre del Eterno. Yeshúa venía para representar al Eterno. El que estaba en el monte haciendo pacto con Israel fue el Padre por medio de su Palabra que luego fue hecha carne. De esta manera resolvemos el problema de quién es el Novio. El Padre todo lo ha hecho, y todo lo hace a través de su Palabra que fue hecha carne. Con otras palabras el Mesías, el Hijo del Hombre, es el canal por medio del cual el Eterno ha creado el universo y por medio del cual se está dirigiendo la creación y por medio del cual se está relacionando con el ser humano. El Hijo de Eloah es la cara humana del Eterno, por medio del cual podemos llegar al Padre. Sin él nadie llega al Padre, porque él es el representante que el Padre está revelando aquí abajo. El que intente pasar por otro canal no llegará al padre. El que tiene a Eloah como su Padre ama a Yeshúa y se acerca a Yeshúa, como está escrito en Juan 8:42:
“Yeshúa les dijo: Si Eloah fuera vuestro Padre, me amaríais, porque yo salí de Eloah y vine de Él, pues no he venido por mi propia iniciativa, sino que Él me envió.”
En Juan 6:45 está escrito:
“Escrito está en los profetas: "Y TODOS SERÁN ENSEÑADOS POR ELOAH." Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a mí.”
El Mesías es el Novio y la parte renovada y restaurada de Israel es la Novia.
 Primera palabra
 20:2   “Yo soy el Eterno tu Eloah, que te saqué de la tierra de Mitsrayim, de la casa de servidumbre.” – En Éxodo 34:28; Deuteronomio 4:13 y 10:4 se encuentra la expresión “las diez palabras”, en hebreo “aseret ha-dvarim”, en referencia a Éxodo 20:2-17 (20:2-14 según la versión hebrea). Esta es la primera de las diez. La expresión “diez mandamientos” no aparece en las Escrituras. Es más, en estas diez palabras se encuentran 14 de los 613 mandamientos de la Torá. Así que es más exacto hablar de las “diez palabras” que los “diez mandamientos” puesto que ¡los “diez mandamientos” no son diez, sino catorce!
Como en las Escrituras el número diez representa la totalidad, estas diez palabras representan toda la Torá. La Torá nos enseña que estas diez palabras estaban escritas en dos tablas de piedra. La tradición enseña que en la primera tabla había cinco palabras y en la segunda había cinco. Las cinco primeras tienen que ver con la relación entre el hombre y el Eterno y las cinco últimas tienen que ver con la relación entre el hombre y su prójimo. En las cinco primeras palabras aparece el nombre YHWH ocho veces, pero en las últimas cinco palabras no aparece. Las diez van desde lo más importante hasta lo menos importante. La primera es la más importante pero la última es la más difícil porque es más fácil controlar las acciones que los pensamientos.
La primera de las diez palabras empieza con “Yo soy...” El Eterno se presenta como el Eterno tu Eloah, de forma singular. Cada uno tiene que tener una relación personal y singular con él. La base de nuestra relación con Él es la redención que hemos experimentado, tanto la primera, que se hizo por medio de Moshé como la segunda, que se hizo y se hará por medio de Yeshúa HaMashíaj.
Segunda palabra
20:3-6 “No tengas otros dioses delante de mí. No te hagas ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adores ni los sirvas; porque yo, el Eterno tu Eloah, soy Eloah celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación  de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.” – Esta es la segunda palabra. No es que existan otros dioses, cf. Deuteronomio 4:39; 1 Reyes 8:60; 1 Corintios 8:5-6, sino que se trata de no aceptar como nuestro Eloah algo que ha sido creado como si fuera el Creador, cf. Romanos 1:25. Esta palabra implica que está prohibido confiar en cualquier poder además de HaShem, adorar ídolos, santos o estatuas, inclinarse ante ellos, hacerlos o poseerlos.
Hay unas preguntas que nos ayudan para saber si tengo otros dioses en mi vida:
       - ¿Quién manda en mi vida?                     - ¿Dónde está mi confianza?
       - ¿Dónde está mi pasión?                         - ¿Quién es la fuente de mi vida?
       - ¿Quién es mi alabanza?
       
      Si un ídolo, una persona, un sistema, una organización o un objeto puede ser puesto como respuesta a   
      una o varias de estas cinco preguntas, tengo un o varios dioses en mi vida.
El dinero es el ídolo más importante en este mundo. Los avaros no heredarán el Reino del Eterno porque son idólatras, como está escrito en 1 Corintios 6:10:
“ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Eloah.”
En Efesios 5:5 está escrito:“Porque con certeza sabéis esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino del Mesías y de Eloah.”
En 1 Timoteo 6:10 está escrito:
“Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.”
En Mateo 6:24b está escrito:
“No podéis servir a Eloah y a las riquezas.”
El Eterno castiga la idolatría de los padres sobre sus hijos hasta la tercera y cuarta generación cuando no hay arrepentimiento en los hijos por la conducta de sus padres y cuando los hijos siguen esa conducta. En el momento del arrepentimiento es rota esta maldición, cf. Deuteronomio 24:16; Ezequiel 18.
Por causa de este mandamiento existe la prohibición de no hacer estatuas de ninguna clase ni de hombres ni de animales ni de otro objeto en el universo.
Tercera palabra
20:7   “No tomes el nombre del Eterno tu Eloah en vano, porque el Eterno no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano.” – La prohibición no se refiere a no usar el Nombre, sino usarlo vanamente y sin sentido. Rashí dice que significa que está prohibido hacer un juramente falso. Esta prohibición también se aplica sobre aquellos que dicen que son del Eterno y no lo son, dando apariencia de piedad mientras que sus corazones tengan otra realidad, cf. Ezequiel 36:21-23; 39:7. La prohibición de pronunciar el Nombre del Eterno es de origen rabínico, no de la Torá. Por eso los judíos no pronuncian el Nombre del Eterno, sino lo sustituyen por Adonai (Señor), HaShem (El Nombre) o el Eterno. En AMI no pronunciamos el Nombre por cuatro motivos:
      - Por respeto al Eterno. Nadie llama a su padre terrenal por su nombre.
      - Para no herir la conciencia de nuestros hermanos judíos.
      - Por no estar seguros de cuál es la pronunciación exacta.
      - Porque la manera de pronunciar el Nombre debe venir desde Tsión, no del galút (diáspora).
Cuarta palabra
20:8-11 “Acuérdate del Shabat para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día es Shabat para el Eterno tu Eloah; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo. Porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Eterno bendijo el Shabat y lo santificó.” – El verbo “acuérdate” en hebreo está escrito en la forma paol, la cual implica algo constante, como el español gerundio “guardando”. Según Rashí, implica que uno se acuerde del Shabat durante toda la semana. Al comprar algo bonito se destina para el Shabat.
En Deuteronomio 5:12 está escrito “guarda el Shabat”. Estas dos palabras fueron dichas en un enunciado. El Eterno es el único que puede decir dos palabras en un enunciado, cf. Salmo 62:11. Según Rashí, lo mismo hizo en los siguientes versículos, Éxodo 31:14 con Números 28:9; Deuteronomio 22:11 con Deuteronomio 22:12 y Levítico 18:16 con Deuteronomio 25:5.
el séptimo día” – No el sexto, ni el primero. No se puede sustituir por otro día. HaShem mandó que fuera el séptimo día y punto. El Eterno ha hecho un camino recto, pero el hombre lo ha torcido, como está escrito en Proverbios 21:8:
“Torcido es el camino del pecador mas el proceder del limpio es recto.”
El séptimo día empieza a la caída del sol el viernes y termina a la caída del sol el sábado. Sin la tradición no se sabría qué día es Shabat. La tradición judía muestra qué día es. En este caso tenemos que regirnos por la tradición para poder cumplir la Escritura.
Shabat para el Eterno tu Eloah” – El Shabat es para dedicarse al Eterno, no para otra cosa.
no harás en él obra alguna” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “obra” es “melajá”, que significa “obra”, “tarea”, “oficio”, “fabricación”. La primera vez que aparece es en Génesis 2:2-3 donde habla de la obra de la creación. “Melajá” tiene que ver con trabajo creativo, productivo y todo lo que interviene en la creación. La obra de la construcción del tabernáculo es llamada “melajá” y de allí se han sacado 39 tipos de melajá que están prohibidas en el Shabat, cf. Éxodo 35:21.
La esposa no está mencionada en este pasaje. Ella está incluida en el padre de familia. Los dos son uno. La esposa tiene el papel de ser una ayuda idónea para que su marido pueda cumplir con lo que el Eterno le ha mandado.
“ni el extranjero” – También a los extranjeros que están entre los judíos les está prohibido quebrantar el Shabat.
“Porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra” – El Eterno es nuestro Padre. Un padre es un ejemplo a seguir para sus hijos. Como él cesó en Shabat, nosotros también lo hacemos. Y así somos como él. El hombre fue creado a su imagen y semejanza. El que no guarda el Shabat no se parece al Eterno en esa área de su vida.
“el Eterno bendijo el Shabat y lo santificó” – La bendición implica algo concreto. Por eso Rashí dice que HaShem bendijo el Shabat con el maná. La santificación implica que ha sido apartado de los demás días para ser diferente y dedicado al uso exclusivo del Eterno.
La tradición de encender dos velas antes del inicio del Shabat se asocia con varias cosas:
        -El Shabat fue bendecido y santificado.
        -Hay que acordarse y guardar el Shabat.
        -El descanso semanal anuncia el descanso en el reino mesiánico.
 Quinta palabra
 20:12 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Eterno tu Eloah te da.” – El mandamiento de honrar a los padres está entre las cinco primeras palabras que tienen que ver con la relación con el Eterno. La relación con los padres es un reflejo de nuestra relación con el Eterno. El que no honra a sus padres no honra al Eterno. El que honra sus padres honra al Eterno. Las cinco primeras palabras están resumidas en el mandamiento de amar al Eterno con todo el corazón, mente y fuerzas, cf. Deuteronomio 6:5; Mateo 22:37-38. Las cinco últimas están resumidas en el mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo, cf. Levítico 19:18; Mateo 22:39-40.
Este es el primer mandamiento con promesa, cf. Efesios 6:2. El honrar a los padres trae larga vida sobre la tierra. Honrar implica respetar con actitudes, palabras y obras. Honrar implica también ayudarles en sus necesidades materiales y prácticas, como dice Mateo 15:3-6:
“Y respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Eloah a causa de vuestra tradición? Porque Eloah dijo: "HONRA A tu PADRE Y A tu MADRE," y: "QUIEN HABLE MAL DE su PADRE O DE su MADRE, QUE MUERA." Pero vosotros decís: "Cualquiera que diga a su padre o a su madre: 'Es ofrenda a Eloah todo lo mío con que pudieras ser ayudado', no necesitará más honrar a su padre o a su madre." Y así invalidasteis la palabra de Eloah por causa de vuestra tradición.”
Así que honrar también incluye dar ayuda económica.
La palabra griega que ha sido traducida como “tradición”, es “paradosis”. Aquí significa unas enseñanzas que han sido transmitidas de maestros a discípulos, cf. Gálatas 1:14; Colosenses 2:8. No se está refiriendo a las costumbres. Yeshúa atacó aquí las enseñanzas erróneas de los rabinos que quebrantaban los mandamientos de la Torá. El Mesías atacó estas enseñanzas tradicionales de los judíos en algunos casos, pero en muchos otros casos las aceptó. Una tradición no es lo mismo que una costumbre. Nuestro Rebe no criticó las costumbres judías. Según el ejemplo de su vida vemos que las siguió.
 Las costumbres son las maneras de actuar, y las tradiciones son las interpretaciones de la Torá que han pasado de maestros a discípulos.
La palabra griega que normalmente se traduce como “costumbre” es “ethos”.  Aparece en los siguientes versículos del texto griego del Código Real: Lucas 1:9; 2:42; 22:39; Juan 19:40; Hechos 6:14; 15:1; 21:21; 25:16; 26:3; 28:17; Hebreos 10:25. Vemos como el rabí Shaúl no quebrantó las costumbres judías, según Hechos 28:17:
“Y aconteció que tres días después Pablo convocó a los principales de los judíos, y cuando se reunieron, les dijo: Hermanos, sin haber hecho yo nada contra nuestro pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres, desde Yerushalayim fui entregado preso en manos de los romanos.”
Sexta palabra
20:13 “No mates.”  – Aquí no se trata de la ejecución de un juicio divino sobre una persona que ha sido condenada a muerte, sino de un asesinato. El que mata a un ser humano que ha sido creado a imagen de Eloah, es como si matara a Eloah mismo. El castigo por un asesinato es la pena capital, cf. Levítico 24:17.
Es una forma de asesinato avergonzar a una persona en público, causando que su sangre se vea en su rostro.
Séptima palabra
 20:14 “No adulteres  – Se trata de ser infiel en el pacto matrimonial mediante una relación sexual con una tercera persona, cf. Ezequiel 16:32. Con ese acto se quiebra el pacto. El castigo por adulterio es la pena capital, cf. Levítico 20:10.
Octava palabra
20:15 “No hurtes. – Aquí se interpreta como una prohibición para secuestrar una persona ya que en Levítico 19:11 aparece otro mandamiento que prohíbe el hurto en relación con los bienes materiales. El castigo por secuestro es la pena capital, cf. Éxodo 21:16.
Novena palabra
20:16 “No des falso testimonio contra tu prójimo.” – En primer lugar se refiere a no testificar falsamente contra una persona en un tribunal, pero también implica no decir cosas contra el prójimo a otras personas, y en general no mentir. Una de las formas más graves de dar falso testimonio es cuando una persona dice algo en el nombre del Eterno que él no ha hablado. Ese delito merece la pena capital, Deuteronomio 18:20. El falso testimonio conduce a la destrucción de la sociedad. Causa que los inocentes sean castigados por algo que no hicieron. También permite que se comentan robos, asesinatos y opresiones para luego escapar del castigo. El que testifica falsamente trae destrucción al mundo.
En Deuteronomio 19:15-21 está escrito:
“No se levantará un solo testigo contra un hombre por cualquier iniquidad o por cualquier pecado que haya cometido; el caso será confirmado por el testimonio de dos o tres testigos. Si un testigo falso se levanta contra un hombre para acusarle de transgresión, los dos litigantes se presentarán delante del Eterno, delante de los sacerdotes y de los jueces que haya en esos días. Y los jueces investigarán minuciosamente; y si el testigo es un testigo falso y ha acusado a su hermano falsamente, entonces le haréis a él lo que él intentaba hacer a su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti. Los demás oirán y temerán, y nunca más volverán a hacer una maldad semejante en medio de ti. Y no tendrás piedad: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.”
En el Salmo 34:12-13 está escrito:
“¿Quién es el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.”
En Proverbios 6:16-19 está escrito:
“Seis cosas hay que odia el Eterno, y siete son abominación para El: ojos soberbios, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, un corazón que maquina planes perversos, pies que corren rápidamente hacia el mal, un testigo falso que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.”
En Proverbios 12:22; 19:5, 9; 25:18 está escrito:
“Los labios mentirosos son abominación al Eterno, pero los que obran fielmente son su deleite... El testigo falso no quedará sin castigo, y el que cuenta mentiras no escapará... El testigo falso no quedará sin castigo, y el que cuenta mentiras perecerá... Como maza y espada y aguda saeta es el hombre que levanta falso testimonio contra su prójimo.”
El chisme y la calumnia es uno de los males más dañinos y es capaz de matar una persona, como está escrito en Levítico 19:16;
“No andarás de calumniador entre tu pueblo; no harás nada contra la vida de tu prójimo; yo soy el Eterno.”
En Proverbios 10:18 está escrito:
“El que oculta el odio tiene labios mentirosos, y el que esparce calumnia es un necio.”
En Revelación 21:8, 27 está escrito:
“Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda... y jamás entrará en ella (la nueva Yerushalayim) nada inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino sólo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero.”
En Proverbios 10:18 está escrito:
“El que oculta el odio tiene labios mentirosos, y el que esparce calumnia es un necio.” ante ellas! Esto también nos enseña la importancia de cubrir nuestro cuerpo cuando estamos sirviendo al Eterno.
En esta Parashá se encuentran los mandamientos número 25 hasta 41 de los 613.
  1. Precepto de creer en la existencia de Eloah, 20:2.
  2. Prohibición de creer en otra deidad fuera de Eloah, 20:3.
  3. Prohibición de hacer efigies talladas, 20:4.
  4. Prohibición de postrarse ante un ídolo, 20:5.
  5. Prohibición de servir a un ídolo según el modo usual en que se le sirve, 20:5.
  6. Prohibición de jurar en vano, 20:7.
  7. Precepto de consagrar el Shabat con palabras, 20:8.
  8. Prohibición de hacer labores en Shabat, 20:10.
  9. Precepto de honrar al padre y a la madre, 20:12.
  10. Prohibición de matar a un ser humano, 20:13.
  11. Prohibición de cometer adulterio, 20:14 (13 heb.).
  12. Prohibición de secuestrar a un ser humano, 20:15 (13 heb.).
  13. Prohibición de dar falso testimonio, 20:16 (13 heb.).
  14. Prohibición de codiciar lo que pertenece a otra persona, 20:17 (14 heb.).
  15. Prohibición de hacer imágenes, incluso para ornamentar, 20:23 (20 heb.).
  16. Prohibición de construir un altar de piedra con instrumentos de metal, 20:25 (22 heb.).
  17. Prohibición de ascender en gradas al altar, 20:26 (23 heb.).


Shabat shalom

Recopilado por Orlando Unda Ramirez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario