Parashá 28 Metsorá /Levítico 14:1 – 15:33.
Para
ser compartido en el Shabat del 8 de Aviv de 5.776 (Abril 16 de 2.016)
- Alía (14:1 - 14:12)
- Alía (14:13 -20)
- Alía (14:21 - 32)
- Alía (14:33 - 53)
- Alía (14:54 - 15:15)
- Alía (15:16 - 28)
- Alía (15:29 - 30)
Haftará:
2 Reyes
7:3-20
Brit Hadasha (HaTsofen
HaMaljutí):
Mateo 13:1 – 15:39
Metsorá. Significa “el que tiene tsaráat”.
Comentarios
El Eterno ha puesto su morada entre los hijos de Israel. Su
presencia santa requiere que los hijos de Israel vivan una vida santa. El
santuario terrenal puede ser contaminado por medio de las impurezas rituales de
los hijos de Israel, y para evitarlo, ellos necesitan conocer todas las normas
acerca de lo que produce impureza y cómo ser libres de ella. Por esta razón, en
los capítulos 11 hasta 15 de Levítico, la Torá va desarrollando una enseñanza
profunda en cuanto a la impureza ritual. Así el pueblo podrá vivir en un
campamento donde mora la presencia divina. El capítulo 11 habla de la
prohibición de comer animales impuros. El tipo de impureza que es producida por
medio de eso no puede ser eliminado por medio de ritos de purificación y es más
grave que el resto. Al tocar los cadáveres de los animales impuros se produce
la impureza ritual en los hombres, pero esta impureza puede ser eliminada por
medio de actos de purificación. El capítulo 12 habla de la impureza producida
en la mujer por un parto. El capítulo 13 habla de la impureza producida por la
plaga de tzraráat, traducida como “lepra”. En el capítulo 14 se habla de la
purificación de tzaráat en una persona y cómo tratar con esta plaga en una
casa. En el capítulo 15 se encuentra la enseñanza de la impureza ritual
producida por flujos que vienen de los aparatos reproductores del hombre y de
la mujer.
Todas estas instrucciones han sido dadas con el fin de evitar que
el tabernáculo sea contaminado y el pueblo dañado por la presencia divina que
está en medio de ellos, tanto en el desierto como luego en la tierra prometida.
Las reglas en cuanto a la impureza ritual tienen que ver con la santidad en
relación con la presencia física de Adonai dentro el pueblo de Israel, en el
tabernáculo y en el templo. Algunas de estas reglas son aplicables solamente
cuando hay un santuario, como por ejemplo las que requieren sacrificios. Pero
otras de estas reglas son aplicables aún en la ausencia del santuario, como las
del kashrut y de nidá. Mientras que no tenemos templo, no podemos guardar las
leyes que tienen que ver con los sacrificios, pero sí podemos guardar las
reglas de no comer animales inmundos y la purificación de nuestros cuerpos por
medio de una mikvé. El pueblo judío sigue guardando las instrucciones en cuanto
a la pureza ritual que son aplicables sin el santuario, porque sigue siendo un
pueblo santo.
Las reglas de tsaráat sólo son aplicables dentro de la tierra de
Israel cuando hay templo, así que no aplicarán hasta que el tercer templo sea
construido, y, según los profetas, lo será muy pronto.
El Talmud menciona que el nombre del Mesías es “el estudioso
leproso”. Por lo tanto las leyes de la purificación de tsaráat están
íntimamente relacionadas con él, y más concretamente con su muerte y
resurrección, como veremos a continuación.
14:2 “Esta será la ley del
leproso en los días de su purificación. Será llevado al sacerdote” – Según
nuestro conocimiento, antes de venir Yeshúa no había habido ningún caso de
tsaráat en la historia de Israel, que haya podido cumplir este mandamiento de
la Torá en cuanto a mostrarse ante el sacerdote y presentar la ofrenda después
de haber sido sanado, excepto el caso de Miryam, la hermana de Moshé. Ella fue
golpeada con esta plaga y seguramente cumplió con este mandamiento, cf. Números
12. Naamán, el siervo sirio, fue limpiado de su tzaráat cuando se sumergió en
el río Yardén por mandato del profeta Elishá. Pero como él no era israelita, no
fue aplicado sobre él el mandamiento de ir al sacerdote y presentar ofrendas.
¿Entonces por qué la Torá ha dado estas instrucciones, si no han sido
necesarias a lo largo de la historia de Israel? Como una respuesta a esta
inquietud surgió la idea de que cuando venga el Mesías, una de las cosas que él
hará es limpiar a los hombres de la tzaráat. Esa será una de las señales del
verdadero Mashíaj. Por esto está escrito en Lucas 7:18-23:
“Entonces los discípulos de Yojanán le informaron de todas estas
cosas. Y llamando Yojanán a dos de sus discípulos, los envió al Señor,
diciendo: ¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro? Cuando los hombres
llegaron a él, dijeron: Yojanán HaMatbil nos ha enviado a ti, diciendo:
"¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro?" En esa misma hora
curó a muchos de enfermedades y aflicciones, y malos espíritus, y a muchos
ciegos les dio la vista. Y respondiendo él, les dijo: Id y contad a Yojanán lo
que habéis visto y oído: los CIEGOS RECIBEN LA VISTA, los cojos andan, los
leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son resucitados y a
los POBRES SE LES ANUNCIA LA BUENA NUEVA. Y dichoso es el que no se escandaliza
de mí.”
La expresión “el que viene” es una expresión mesiánica. El Mesías
es “el que viene”, en hebreo “habá”. La respuesta que Yeshúa da a los discípulos
de Yojanán nos enseña que el hecho de que los “leprosos” son limpiados es una
de las señales que el pueblo esperaba para saber quién era el verdadero Mesías,
cf. Isaías 29:18; 35:5-6.
En Mateo
8:3-4 está escrito: “Y extendiendo la mano, lo tocó,
diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra. Entonces
Yeshúa le dice: Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y
presenta la ofrenda que ordenó Moshé, para que les sirva de testimonio a
ellos.”
¿Cuál fue el testimonio que los sacerdotes iban a recibir? El
testimonio de que el Mesías ya había venido. Por medio de este milagro, todos
los sacerdotes en el templo podrían saber que el Mesías ya estaba presente.
Seguramente esta es una de las razones por las que muchos de los sacerdotes
luego creyeron en Yeshúa, como está escrito en Hechos 6:7:
“Y la palabra de Eloha crecía, y el número de los discípulos se
multiplicaba en gran manera en Yerushalayim, y muchos de los sacerdotes
obedecían a la fe.”
14:3 “y el sacerdote saldrá
fuera del campamento. El sacerdote lo examinará, y si la afección ha sido
sanada en el leproso” – Aquí vemos que aparece la palabra “sanado” en relación
con la plaga de tzaráat. Como hemos dicho antes, las Escrituras hablan más de
ser limpiado de esta plaga que de ser sanado. Pero este texto nos enseña que es
obvio que hace falta un acto de sanidad para que una persona pueda ser limpiada
de esta plaga.
14:4 “el sacerdote mandará
tomar dos avecillas vivas y limpias, madera de cedro, lana carmesí e hisopo
para el que ha de ser purificado.” – Los rabinos reconocen que no conocen a
fondo el significado del por qué se usan estos ingredientes para la
purificación del metsorá. Rashí y el Midrash asocian las aves con las palabras
sueltas de lashón hará que el metsorá habló para traer sobre sí la plaga de
tsaráat (mas adelante tocaremos el tema de lashon hara).
También asocian el cedro con la soberbia y el hisopo con la humildad. Como la
soberbia es una de las razones por las que vino esta plaga sobre el hombre,
ahora tendrá que ser purificado por medio de dos elementos que hablan de la
soberbia y la humildad.
Por otro lado las Escrituras nos enseñan que las aves representan
al hombre. Una de estas dos aves morirá y la otra será soltada libre. Esto
puede representar dos cosas.
En primer lugar representa al que tenía la plaga de tzaráat y que
estaba como muerto, sin poder tener relación con nadie, expulsado fuera del
campamento de Israel. Así el ave que tiene que morir, simboliza la muerte del
metsorá. El ave viva que es soltada representa al metsorá que ahora es liberado
de esta plaga mortal que le ataba.
En segundo lugar, y ante todo, las dos aves representan al Mesías,
y específicamente su muerte y resurrección. El ave que muere anuncia la muerte
del Mesías y el ave que es soltada anuncia la resurrección del Mesías. Todo el
proceso de purificación de tzaráat está relacionado con el Mesías. Por eso
podemos encontrar en este contexto también un trozo de madera que indica que la
muerte del Mesías tiene que ocurrir sobre un madero. Como aquí se usa madera de
cedro, es posible que el palo horizontal, donde fue colgado Yeshúa, haya sido
de cedro.
En Números 19 el cedro, el hisopo y la lana carmesí también están
mencionados como medios de purificación por medio de las ascuas de la vaca
roja, como está escrito en el versículo 6:
“Y el sacerdote tomará madera de cedro, e hisopo y lana carmesí, y
los echará en medio del fuego en que arde la novilla.”
El cedro es uno de los árboles más altos. La madera de cedro fue
la madera más cara y apreciada, cf. 2 Samuel 7:2, 7; 1 Reyes 6:9, 18.
La lana carmesí simboliza la sangre y el ministerio sacerdotal. La
lana viene de la oveja y fue teñida en un color rojo. Esto nos habla también de
la muerte del Mesías. El Mesías está representado por “el hilo rojo” que
atraviesa toda la Escritura, cf. Josué 2:18, 21.
Mientras que el cedro es uno de los árboles más altos, el hisopo
es una de las plantas más bajas. Por esta razón el rey Shlomo toma estas dos
plantas como dos extremos, como está escrito en 1 Reyes 4:33a:
“Disertó sobre los árboles, desde el cedro que está en el Levanón
hasta el hisopo que crece en la pared.”
Una parte del hisopo se parece al algodón, y fue usado para
absorber líquidos. Con el hisopo pudieron pintar los dos postes y el dintel en
las casas en Mitsrayim y también salpicar agua y sangre sobre el pueblo en el
desierto, cf. Éxodo 12:22; Hebreos 9:19. El hisopo es mencionado por primera
vez en relación con la redención de Mitsrayim por medio de la sangre del
cordero. También está incluido en la ceremonia de la purificación por medio de
las aguas purificadoras producidas por medio de las ascuas de la vaca roja,
como está escrito en Números 19:18:
“Y una persona limpia tomará hisopo y lo mojará en el agua, y lo
rociará sobre la tienda y sobre todos los muebles, y sobre las personas que
estuvieron allí y sobre aquel que tocó el hueso, o al muerto, o al que moría
por causas naturales, o la tumba.”
En el Salmo 51:7 : “Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame,
y seré más blanco que la nieve.”
No cabe duda de que la purificación de la plaga de tzaráat es la
base de la oración del rey David en este Salmo. Después de su pecado con la
mujer de Urías, él pide ser purificado con hisopo, para así ser libre de la
“lepra” del pecado. Ser más blanco que la nieve implica tener un estado de
pureza superior al que tiene un hombre que está cubierto enteramente con la
plaga de tzaráat de manera que se ha vuelto totalmente blanco, como está
escrito en Levítico 13:13:
“entonces el sacerdote mirará, y he aquí, si la lepra ha cubierto
todo su cuerpo, declarará limpio al que tenía la afección; se ha vuelto toda
blanca y él es limpio.”
En Juan 19:29 está escrito:
“Había allí una vasija llena de vinagre; colocaron, pues, una
esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se la acercaron a la
boca.”
Es muy significativo que el hisopo vuelve a la escena de las
Escrituras en relación con la muerte de Yeshúa. Esto nos enseña que la muerte
del Mesías está relacionada con el acto de purificación de la tzaráat.
14:5 “Después el sacerdote
mandará degollar una de las avecillas en una vasija de barro sobre agua
corriente.” – La vasija de barro representa al cuerpo humano, que fue sacado de
la tierra, cf. 2 Corintios 4:7. El agua corriente puede representar la Torá o
el Espíritu del Altísimo. El agua también podría simbolizar la muerte, cf. 2
Samuel 14:14; Juan 19:34.
14:6 “En cuanto a la
avecilla viva, la tomará junto con la madera de cedro, el cordón escarlata y el
hisopo, y los mojará junto con la avecilla viva en la sangre del ave muerta
sobre el agua corriente.” – La avecilla viva que está juntada con madera de
cedro representa al Mesías que fue colgado sobre madera para así limpiar al
hombre de la lepra del pecado. La avecilla viva es sumergida en la sangre del
ave muerta.
Esto representa el momento de la
muerte de Yeshúa. El ave viva no es dejada en la sangre en el agua hasta que
muera, sino es sacada de allí. Esto simboliza la muerte y resurrección del
Mesías.
Las dos aves también podrían representar las dos inclinaciones
dentro del hombre, el yetser hará y el yetser hatov, la mala inclinación y la
buena inclinación. La primera de estas tiene que morir y la otra podrá vivir.
Esto también es un resultado de la obra redentora del Mesías Yeshúa.
14:7 “Después rociará siete
veces al que ha de ser purificado de la lepra, lo declarará limpio, y soltará
al ave viva en campo abierto.” – El ave soltada simboliza la libertad del que
es purificado y también de la vida de resurrección del hombre cuando finalmente
será liberado del pecado y de la muerte. Esto también es un resultado de la
muerte y resurrección del Mesías Yeshúa.
14:10 “En el octavo día tomará
dos corderos sin defecto, una cordera de un año sin defecto, tres décimas de
una efá de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal y un log
de aceite” – La purificación finalmente se llevó a cabo en el octavo día. El
octavo día anuncia dos cosas: el día de la resurrección del Mesías, (el día
después de una semana entera), que es la base para la liberación del hombre que
ha sido infectado con la lepra del pecado. El octavo día también habla del
octavo milenio después de Adam, cuando todos los hombres sobrevivientes, que no
participaron de la primera resurrección, finalmente serán liberados del pecado.
Durante el milenio estarán presentes los que sobrevivieron la última guerra
contra Yerushalayim, cf. Zacarías 14; Revelación 19. Durante el reinado
mesiánico habrá dos clases de hombres, los redimidos y los sobrevivientes. Los
que antes habían puesto su fe en el Mesías Yeshúa serán resucitados y/o
transformados para obtener cuerpos glorificados. Ellos son los redimidos. Ellos
participarán de la primera resurrección.
Sin embargo, no todos los hombres serán transformados con la
segunda venida del Mesías. Los que no son matados durante el resplandor de su
venida, tendrán sus cuerpos mortales y vivirán en paz bajo el reinado
mesiánico. Ellos son los sobrevivientes. Estos hombres mortales tendrán la
oportunidad de pasar al siglo siguiente, en el octavo milenio después de Adam,
pero bajo otras condiciones que los redimidos que participaron de la primera
resurrección. Ellos también serán liberados del pecado, que todavía tenían
durante el reino mesiánico, porque está escrito en 2 Pedro 3:13:
“Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva
tierra, en los cuales mora la justicia.”
En esos nuevos cielo y nueva tierra, que vendrán después del reino
milenial mesiánico, sólo morará la justicia. Así que el pecado habrá sido
totalmente eliminado. El octavo milenio después de Adam, es decir, en la era
que vendrá después del reinado mesiánico, no habrá pecado, y la lepra del
pecado del hombre será finalmente eliminada. Esto también es un resultado de la
muerte y resurrección del Mesías Yeshúa.
14:14 “Entonces el sacerdote
tomará de la sangre de la ofrenda por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre
el cartílago de la oreja derecha del que ha de ser purificado, sobre el pulgar
de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.”
– Es
posible este versículo muestre que el que es purificado necesita la sangre
sobre tres lugares que representan el pecado que le llevó a recibir la tsaráat.
Si su oreja estuchó la lashón hará, si metió la mano donde no debía y si puso
su pie donde no le correspondía, fue golpeado con tsaráat. Por eso su
purificación es aplicada sobre estos tres lugares de su cuerpo.
Este rito es muy similar al rito de la instalación de los
sacerdotes en el tabernáculo, como está escrito en Éxodo 29:20:
“Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre y la pondrás sobre
el cartílago de la oreja derecha de Aharón, y sobre el cartílago de la oreja
derecha de sus hijos, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar
de su pie derecho, y rociarás el resto de la sangre en el altar por todos los
lados.”
¿Cómo vamos a entender esto? Tanto los sacerdotes como el que es
purificado de tsaráat es objeto del mismo rito. Por un lado podríamos
entenderlo como que el que había tenido tsaráat ahora tiene el derecho para
acercarse al tabernáculo. En ese sentido se asemeja al ministerio del sacerdote
que tiene el derecho de estar cerca de Elohim.
Sin embargo, por el otro lado hay algo más profundo aquí. Como el
Mesías está asociado con un hombre “leproso”, llamado en el Talmud “el estudioso
leproso”, todo este proceso de purificación del metsorá está hablando de lo que
el Mesías tenía que pasar para poder entrar en su gloria. Como él no tenía
propio pecado, pudo cargar sobre sí el pecado de todo el mundo. De esta manera
la lepra del pecado del hombre fue cargada sobre él, como está escrito en
Isaías 53:4-6:
“Ciertamente él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros
dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Eloha y
afligido. Mas él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras
iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre él, y por sus heridas
hemos sido sanados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos
cada cual por su camino; pero El Eterno hizo que cayera sobre él la iniquidad
de todos nosotros.”
Después de la resurrección Yeshúa fue limpiado de la impureza que
había obtenido por medio de la lepra del pecado, como está escrito en Zacarías
3:2b-5:
“¿No es éste un tizón arrebatado del fuego? Y Yehoshúa estaba
vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel. Y éste habló, y dijo a los
que estaban delante de él: Quitadle las ropas sucias. Y a él le dijo: Mira, he
quitado de ti tu iniquidad y te vestiré de ropas de gala. Después dijo: Que le
pongan un gorro limpio en la cabeza. Y le pusieron un gorro limpio en la cabeza
y le vistieron con ropas de gala; y el ángel de Adonay estaba allí.”
Mediante este acto de purificación Yeshúa fue introducido en el
ministerio sacerdotal según el orden de Malki-Tsedek. Por eso hay una semejanza
entre el rito de purificación del metsorá y la instalación en el ministerio
sacerdotal, cf. Éxodo 29:7, 20-21; Levítico 14:14, 17-18.
14:21 “Pero si es pobre y no
tiene suficientes recursos, entonces tomará un cordero como ofrenda por la
culpa, como ofrenda mecida, a fin de hacer expiación por él, y una décima de
una efá de flor de harina mezclada con aceite para ofrenda de cereal, y un log
de aceite” – Aunque el hombre sea pobre no hay rebaja en cuanto al animal que
se tenía que dar como ofrenda por la culpa. Tanto el rico como el pobre tenían
que dar un cordero por la culpa. Esto nos enseña que el precio para liberar al
hombre no puede rebajarse, es el mismo para el rico como para el pobre. El
precio es la muerte del Cordero de Eloha. Por medio de la muerte del Cordero
tanto el rico como el pobre podrán ser libres del pecado y purificados para
poder entrar en el santuario celestial y estar cerca de Elohim y servir en el
ministerio de Malki-Tsedek.
14:34 “Cuando entréis en la
tierra de Kenáan, que os doy en posesión, y ponga yo una marca de lepra sobre
una casa en la tierra de vuestra posesión” – Esta ley sólo se aplica sobre las
casas en la tierra de Israel. Sin embargo, las casas que están en la ciudad de
Yerushalayim nunca podrán ser declaradas impuras.
Además las casas tenían que ser de
una manera especial para que esta ley aplicara sobre ellas. Sólo las casas que
tenían piedra, madera y tierra en las paredes podían ser declaradas tamé, cf.
14:45.
14:45
“Derribará, pues, la casa, sus piedras, sus maderas y todo el emplaste de la
casa, y los llevará fuera de la ciudad a un lugar impuro.” – El mundo es una
casa. El Eterno ha enviado sus ángeles para inspeccionar si la casa está libre
de contaminación. Pero aunque fue arrasada una vez por medio del Mabul/diluvio,
volvió a aparecer la maldad y se está extendiendo. Por lo tanto no queda más
remedio que derribar la casa. Este mundo será destruido después del milenio del
reino mesiánico, como está escrito en 2 Pedro 3:10-13:
“Pero
el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran
estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y
las obras que hay en ella serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de
ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en
santa conducta y en piedad, esperando y apresurando la venida del día de Eloha,
en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán
con intenso calor! Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y
nueva tierra, en los cuales mora la justicia.” Amen.
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Ahora si hablemos del
otro tema; La Mala lengua – Lengua de
maldición – Lashon hará
Vaykra /
Levítico 12:1-13:59
Vaykra / Levítico 14:1-15:33
Vaykra / Levítico 14:1-15:33
Levítico
14:1 Y habló el Eterno a Moisés, diciendo: 2. Esta será la ley tocante a un
Metzora (al leproso), en el día de su purificación, cuando será llevado al
sacerdote
Un
Metzora, es una persona que ha contraído la enfermedad de Tzaraat,
termino traducido generalmente como “lepra”. Sin embargo, por diversas razones,
dichas traducciones son erróneas: La lepra es una dolencia causada por el
bacilo de Hansen, mientras que la
Tzaraat era una manifestación física de una conducta
espiritual inadecuada, principalmente la difamación, la mala lengua, Iashón
hará.
El Tzaraat mencionado en el contexto escritural alude a unas manchas blancas en la piel, e incluso en objetos, con ciertas inflamaciones, hinchazones o erupciones cutáneas, de tal manera que no hay una traducción apropiado para esta enfermedad.
Nuestros sabios explican que la palabra tzaraat es un acróstico de la palabra Difamador.
Debido a la Lashón hará es uno de los pecados mas serios, el Eterno lo castigo con la enfermedad de tzaraat, una enfermedad muy fea, que hoy en día no se manifiesta físicamente por la falta de Beit Hamikdash. (sagrado Templo) Cuando alguien hablala
Lashón hará se considera que transgredió la Torá en su totalidad, porque
uno de los principio básico de la
Torá , es el amor al prójimo.
El Tzaraat mencionado en el contexto escritural alude a unas manchas blancas en la piel, e incluso en objetos, con ciertas inflamaciones, hinchazones o erupciones cutáneas, de tal manera que no hay una traducción apropiado para esta enfermedad.
Nuestros sabios explican que la palabra tzaraat es un acróstico de la palabra Difamador.
Debido a la Lashón hará es uno de los pecados mas serios, el Eterno lo castigo con la enfermedad de tzaraat, una enfermedad muy fea, que hoy en día no se manifiesta físicamente por la falta de Beit Hamikdash. (sagrado Templo) Cuando alguien habla
Numeros
12: 8Cara a cara hablaré con él, claramente y no
con enigmas, y verá la apariencia de Adonai. ¿Por qué, pues, no tuvisteis
temor de hablar contra mi siervo
Moisés?».
9Entonces la ira de Adonai se encendió contra
ellos; luego se fue. 10Tan pronto la nube se apartó del Tabernáculo,
Mirian se llenó de tzaraat, y
tenía la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón miró a Mirian y vio que estaba
metzora,
El que degradar o habla mal de una persona es ir por un camino diametralmente opuesto a los principios fundamentales de
Nuestro amado Rabino Yeshúa HaMashiaj enseño lo siguiente:
Matityahu-Mateo-5:21-22 Oíste que fue dicho a los Padres: No asesinaras y cualquiera que comete asesinato expuesto estará a juicio. Mas yo os digo que todo aquel que se enoja sin razón con su hermano es culpable del juicio y cualquiera que le llamare insensato a su hermano será expuesto ante el Sanedrín y cualquiera que le diga “Tonto” culpable será para el Valle de Ghinon/infierno de Fuego.
También se puede asesinar a una persona con la lengua, al difamarlo.
Una espada asesina a una sola persona, sin embargo
Enseñanza
Mishlé-Provervios 18: 21
La vida y la muerte están en poder de la lengua.
Este concepto del sabio Shlomó HaMelej-rey Salomón-se puede entender mejor con el siguiente Midrásh:
Este concepto del sabio Shlomó HaMelej-rey Salomón-se puede entender mejor con el siguiente Midrásh:
Una vez, un rey persa se
enfermó lo cual trajo como consecuencia la pérdida de peso del rey y su
debilitamiento. “Solo hay una cura que le podemos recomendar para que vuelva a
recuperar su estado de salud”, sus médicos!
le informaron “usted deberá beber la leche de una leona! . Si
usted puede obtener y consume esa leche, le aseguramos que su condición
mejorará de inmediato”.
El rey estaba completamente desorientado con la idea de obtener leche de una leona y decidió enviar dos mensajeros y dinero al rey Shlomó, que se encontraba un Yerushaláim y era mundialmente conocido por su sabiduría, para implorarle que ideará un plan para conseguir la leche. Shlomó le encomendó dicha tarea a su asesor Benaiau ben Yeoida.
“Quiero que me den diez cabras”, ordeno Benaiau. Luego, le pidió a uno de los servidores de Shlomó que buscara en el bosque una guarida de Leones. El servidor se interno en el bosque y buscó arduamente hasta que descubrió una guarida en la cual una leona estaba alimentando a sus cachorros. Benaiau ordeno que el servidor le mostrara el camino y que trajera junto con el una cabra. Benaiau se quedó parado a una distancia prudente de la guarida y envió la cabra hacia ésta. La leona la devoró de inmediato. Al día siguiente, Benaiau, se animo a acercarse unos pasos más y le arrojó a la leona otra cabra. Repitió este procedimiento a diario, y cada día se acercó más hasta que su presencia se convirtió en familiar para la leona. Con el tiempo, le permitió acercarse sin lastimarlo. Ella ya no sospecho de la presencia de Benaiau y hasta permitió que la ordeñara.
Tan pronto como Shlomó recibió la leche, la envió con sus servidores al rey persa.
Mientras el mensajero marchaba por la carretera, sus extremidades comenzaron a discutir la una con la otra acerca de cual de ellas en verdad merecía llevarse los laureles por el logro de haber ordeñado a la leona.
“Somos Maravillosos” se vanagloriaban los pies “Somos superiores al resto de las extremidades porque si no hubieras caminado hasta la guarida, no hubiera sido posible obtener la leche”. “No es cierto” objetaron las manos. “Nosotras fuimos imprescindibles para realizar la tarea. Si no hubiéramos ordeñado a la leona, ahora no tendríamos la leche” “y que hay de nosotros” Exclamaron los ojos “acaso no descubrimos el camino hacia la guarida” Sin nosotros el plan jamás hubiese resultado.
El rey estaba completamente desorientado con la idea de obtener leche de una leona y decidió enviar dos mensajeros y dinero al rey Shlomó, que se encontraba un Yerushaláim y era mundialmente conocido por su sabiduría, para implorarle que ideará un plan para conseguir la leche. Shlomó le encomendó dicha tarea a su asesor Benaiau ben Yeoida.
“Quiero que me den diez cabras”, ordeno Benaiau. Luego, le pidió a uno de los servidores de Shlomó que buscara en el bosque una guarida de Leones. El servidor se interno en el bosque y buscó arduamente hasta que descubrió una guarida en la cual una leona estaba alimentando a sus cachorros. Benaiau ordeno que el servidor le mostrara el camino y que trajera junto con el una cabra. Benaiau se quedó parado a una distancia prudente de la guarida y envió la cabra hacia ésta. La leona la devoró de inmediato. Al día siguiente, Benaiau, se animo a acercarse unos pasos más y le arrojó a la leona otra cabra. Repitió este procedimiento a diario, y cada día se acercó más hasta que su presencia se convirtió en familiar para la leona. Con el tiempo, le permitió acercarse sin lastimarlo. Ella ya no sospecho de la presencia de Benaiau y hasta permitió que la ordeñara.
Tan pronto como Shlomó recibió la leche, la envió con sus servidores al rey persa.
Mientras el mensajero marchaba por la carretera, sus extremidades comenzaron a discutir la una con la otra acerca de cual de ellas en verdad merecía llevarse los laureles por el logro de haber ordeñado a la leona.
“Somos Maravillosos” se vanagloriaban los pies “Somos superiores al resto de las extremidades porque si no hubieras caminado hasta la guarida, no hubiera sido posible obtener la leche”. “No es cierto” objetaron las manos. “Nosotras fuimos imprescindibles para realizar la tarea. Si no hubiéramos ordeñado a la leona, ahora no tendríamos la leche” “y que hay de nosotros” Exclamaron los ojos “acaso no descubrimos el camino hacia la guarida” Sin nosotros el plan jamás hubiese resultado.
“Me ignoran” se quejo la
cabeza “Yo fui el que pensó en esta idea brillante en primer
lugar”.
Los murmullos fueron interrumpidos por completo por el sonido exaltado de la lengua,
“Ustedes no valen nada, si no fuera por mi ¿ustedes donde estarían?
En este momento, todas las extremidades protestaron “¿Cómo te atreves a comportarte así con nosotros? ¡Tu solo eres un bulto suave sin hueso guardado en una cavidad obscura! Ofendida, la lengua respondió “¡Solo esperen y verán que yo soy el amo de todas ustedes!”.
El mensajero llegó a la corte del rey persa y se dirigió de inmediato al trono. Le entrego la leche e intentó transmitirle un mensaje del rey Shlomó, sin embargo, las palabras que salieron de su boca fueron “¡Su majestad, yo. En este acto le entrego la leche de perro que usted me pidió!”.
El rey pensó que estaba siendo ridiculizado y, en un ataque de furia, dio órdenes para que se colgara al mensajero de inmediato. El pobre hombre fue llevado a la horca de inmediato y todas las extremidades estaban aterrorizadas. “¿Se dan cuenta ahora que ustedes, comparadas conmigo, no valen nada? Declaró la lengua en un tono triunfante. “lo confesamos” exclamaron los otros órganos al unísono. “De ti depende la vida y la muerte”. La lengua quedo satisfecha.
“Tengo un mensaje muy importante para relatar al rey”, declaro. “por favor llévenme a él solo por un instante”. Los soldados lo escucharon y lo llevaron a él sólo por un instante”. Y lo llevaron hacia donde se encontraba el rey. “¿Porque me van a ejecutarme? “Pregunto el mensajero, “¡Me has traído leche de perro! Contesto el rey furioso. “le aseguro” dijo el mensajero, “que esta leche lo curará. Mis palabras han sido un error ya que en nuestro idioma, se utiliza la misma palabra para perro y para león.” El rey le creyó. Bebió la leche y se recuperó. Luego, perdonó al mensajero.
Con este Midrásh podemos entender que lo que hablamos, puede cambiar todas las circunstancias de nuestra vida.
Nuestra lengua es una arma muy poderosa, con ella se puede ganar la vida o llevarnos a la muerte.
Nuestro amado Rabi Yeshua HaMashiaj dijo: Matityahu - Mateo- 12 : 36-37 “Mas yo os digo, que toda palabra inútil que hablaren los hombre, de ella darán cuenta en el día del juicio. Por que por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado”.
Que importante y trascendente es lo que hablamos, lo que sale de la boca adquiere un poder de destrucción o bien de construcción, por eso amados todo hombre sea pronto para oír y tardío para hablar.
El libro de Ya’akov -Santiago- se dice lo siguiente.
Ya’akov 3 : 4 – 5 “Mirad también las naves: aunque tan grandes y llevadas por impetuosos vientos, son gobernadas con un pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna. Así también la lengua es un pequeño miembro, y se gloria de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡Cuan grande bosque enciende!”
La lengua, es difícil de gobernar, a diario enfrentamos innumerables ocasiones que dan lugar a hablar la lashón hará-mala lengua, de todas las extremidades, la lengua es el órgano que se mueve con mayor facilidad, por ellola Lashón Hará es el
pecado que se comete con mayor facilidad y con mayor frecuencia.
Ya’akov 3: 7-8 “Porque toda naturaleza de bestias y de aves y de serpientes y de seres de la mar, se doman, pero ningún hombre puede domar la lengua”
Debemos esforzarnos por domar nuestra lengua, tener cuidado de lo que decimos, el Eterno coloco a la lengua un una posición horizontal, descansando y encerada, para enseñarnos que hay que mantenerla en reposo lo mas posible, es decir hablar poco.
Ya’akov 3: 9-10 “Con ella bendecimos a nuestro Elohim y Aba y con ella maldecimos a los hombres. De una misma boca proceden bendición y maldición. Amados, no conviene que estas cosas sean así”
Rabi Shimon bar Yojai declaró, “Si hubiera estado presente en Matan Torá, le hubiera pedido al Todopoderoso que le diera a todos los seres humados una segunda boca que sirva exclusivamente para hablar cosas de Torá.
Sin embargo lo volvió a pensar y cambio de idea. “Eso no estaría bien” decidió “La gente tiene solo una boca y habla demasiada Lashón Hará ¿Que ocurriría si tuviera dos?
El Eterno le encomendó a cada órgano una tarea especial, la lengua fue otorgada para que pronuncie las palabras dela
Torá , tefilá-oración- y para que beneficie al prójimo. Es
tarea de todos educar nuestra lengua y evitar pronunciar maldiciones con ella.
Conclusion
Los murmullos fueron interrumpidos por completo por el sonido exaltado de la lengua,
“Ustedes no valen nada, si no fuera por mi ¿ustedes donde estarían?
En este momento, todas las extremidades protestaron “¿Cómo te atreves a comportarte así con nosotros? ¡Tu solo eres un bulto suave sin hueso guardado en una cavidad obscura! Ofendida, la lengua respondió “¡Solo esperen y verán que yo soy el amo de todas ustedes!”.
El mensajero llegó a la corte del rey persa y se dirigió de inmediato al trono. Le entrego la leche e intentó transmitirle un mensaje del rey Shlomó, sin embargo, las palabras que salieron de su boca fueron “¡Su majestad, yo. En este acto le entrego la leche de perro que usted me pidió!”.
El rey pensó que estaba siendo ridiculizado y, en un ataque de furia, dio órdenes para que se colgara al mensajero de inmediato. El pobre hombre fue llevado a la horca de inmediato y todas las extremidades estaban aterrorizadas. “¿Se dan cuenta ahora que ustedes, comparadas conmigo, no valen nada? Declaró la lengua en un tono triunfante. “lo confesamos” exclamaron los otros órganos al unísono. “De ti depende la vida y la muerte”. La lengua quedo satisfecha.
“Tengo un mensaje muy importante para relatar al rey”, declaro. “por favor llévenme a él solo por un instante”. Los soldados lo escucharon y lo llevaron a él sólo por un instante”. Y lo llevaron hacia donde se encontraba el rey. “¿Porque me van a ejecutarme? “Pregunto el mensajero, “¡Me has traído leche de perro! Contesto el rey furioso. “le aseguro” dijo el mensajero, “que esta leche lo curará. Mis palabras han sido un error ya que en nuestro idioma, se utiliza la misma palabra para perro y para león.” El rey le creyó. Bebió la leche y se recuperó. Luego, perdonó al mensajero.
Con este Midrásh podemos entender que lo que hablamos, puede cambiar todas las circunstancias de nuestra vida.
Nuestra lengua es una arma muy poderosa, con ella se puede ganar la vida o llevarnos a la muerte.
Nuestro amado Rabi Yeshua HaMashiaj dijo: Matityahu - Mateo- 12 : 36-37 “Mas yo os digo, que toda palabra inútil que hablaren los hombre, de ella darán cuenta en el día del juicio. Por que por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado”.
Que importante y trascendente es lo que hablamos, lo que sale de la boca adquiere un poder de destrucción o bien de construcción, por eso amados todo hombre sea pronto para oír y tardío para hablar.
El libro de Ya’akov -Santiago- se dice lo siguiente.
Ya’akov 3 : 4 – 5 “Mirad también las naves: aunque tan grandes y llevadas por impetuosos vientos, son gobernadas con un pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna. Así también la lengua es un pequeño miembro, y se gloria de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡Cuan grande bosque enciende!”
La lengua, es difícil de gobernar, a diario enfrentamos innumerables ocasiones que dan lugar a hablar la lashón hará-mala lengua, de todas las extremidades, la lengua es el órgano que se mueve con mayor facilidad, por ello
Ya’akov 3: 7-8 “Porque toda naturaleza de bestias y de aves y de serpientes y de seres de la mar, se doman, pero ningún hombre puede domar la lengua”
Debemos esforzarnos por domar nuestra lengua, tener cuidado de lo que decimos, el Eterno coloco a la lengua un una posición horizontal, descansando y encerada, para enseñarnos que hay que mantenerla en reposo lo mas posible, es decir hablar poco.
Ya’akov 3: 9-10 “Con ella bendecimos a nuestro Elohim y Aba y con ella maldecimos a los hombres. De una misma boca proceden bendición y maldición. Amados, no conviene que estas cosas sean así”
Rabi Shimon bar Yojai declaró, “Si hubiera estado presente en Matan Torá, le hubiera pedido al Todopoderoso que le diera a todos los seres humados una segunda boca que sirva exclusivamente para hablar cosas de Torá.
Sin embargo lo volvió a pensar y cambio de idea. “Eso no estaría bien” decidió “La gente tiene solo una boca y habla demasiada Lashón Hará ¿Que ocurriría si tuviera dos?
El Eterno le encomendó a cada órgano una tarea especial, la lengua fue otorgada para que pronuncie las palabras de
Conclusion
El castigo de
Tzaraat ya no tiene efecto hoy día, sin embargo no por ello tenemos la libertad
de hablar la Lashón
hará. Nuestros sabios explican que cada palabra que habla nuestra boca se graba
en el cielo. Tomando conciencia de ello debemos evitar hablar, la Lashón hará.
Nuestros sabios nos aconsejan dos hábitos para evitar hablarla Lashón hará.
1.- El estudio dela
Torá.
La gente que habla la Lashón hará es aquella que no tiene nada
que hacer y que busca algún tema que lo divierta y que la saque de su
aburrimiento que experimenta a diario, disfrutar de cualquier noticia
sensacionalista, así sea a costa de algún tercero. Por otra parte, aquel
que ocupa su tiempo con el estudio de la Torá , descubrirá que su mente se encuentra
absorbida en la tarea constante y emocionante y solo deseará comunicarles a los
demás todos sus aprendizajes de la
Torá , sus conversaciones versará sobre temas de la Torá y no tendrá necesidad de
hablar de otras personas. El estudiar Torá posee el poder de purificar y
limpiar la mente de una persona.
2.- Ser humilde
La satisfacción que se obtiene al difamar a otro, analizada Psicológicamente, es el sentimiento de superioridad que se adquiere de esta manera. Si alguien cuenta con humildad buscará la manera de justificar el comportamiento del otro y de juzgarlo favorablemente.
Estos consejos nos pueden ayudar a evitarla Lashón hará, sin olvidar que en nuestras Tefilot
-Oraciones- diarias pedirle a Eterno que nos asista para evitar hacer mal uso
de nuestra lengua.
Amen. Asi sea.
¡Shabat Shalom!
Nuestros sabios nos aconsejan dos hábitos para evitar hablar
1.- El estudio de
La
2.- Ser humilde
La satisfacción que se obtiene al difamar a otro, analizada Psicológicamente, es el sentimiento de superioridad que se adquiere de esta manera. Si alguien cuenta con humildad buscará la manera de justificar el comportamiento del otro y de juzgarlo favorablemente.
Estos consejos nos pueden ayudar a evitar
Amen. Asi sea.
¡Shabat Shalom!
Orlando Unda
Ramirez.
Shabat shalom...
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