Parashá
34 BeMidbar
Números 1:1 – 4:20
Para ser
leída y estudiada en el Shabat el 2 de Sivan de 5777 Mayo 27 De 2.017
Aliyás
de la Torá:
1.
1:1-19
2.
1:20-54
3.
2:1-34
4.
3:1-13
5.
3:14-39
6.
3:40-51
7.
4:1-20
8.
Maftir: 4:17-20
Haftará: Oseas 1:10 – 2:20 (2:1-22 versión
hebrea)
El Código Real (HaTsofen
HaMaljutí): Juan 1:1
– 2:25
BeMidbar
significa “en la estepa” o “en el desierto”.
Comentarios
1:1
“YHVH habló a Moshé en el desierto de Sinái, en la tienda de reunión,
el primer día del segundo mes, en el segundo año de su salida de la tierra de
Mitsrayim, diciendo” – La palabra hebrea que ha sido
traducida como “desierto” es “midbar”[1] que significa “estepa”, “desierto”,
“conversación”, y viene de la raíz “davar”[2] que significa
“hablar”, “conversar”.
La
palabra “midbar” no significa “desierto” en el sentido literal de la palabra
castellana, que denota “un terreno muy seco, generalmente lleno de arena y con
muy poca o ninguna vegetación”,[3] sino más bien algo como una estepa, que es una “llanura extensa
sin árboles y con la vegetación adaptada a la sequedad”.[4] Un midbar es un lugar inhabitado con pocos árboles donde hay pasto
para los animales. Esto explica porque los hijos de Israel podían tener tantos
animales consigo cuando salieron de Mitsrayim que podían sobrevivir en el
“desierto”. La Torá no dice que los animales comieron el maná en
el desierto. Así que tenía que haber habido pastos para ellos durante los 40
años en el midbar, cf. Números 32:1. Un midbar, por lo tanto, es un lugar donde
hay pastos para los animales.
Las cuevas que se pueden encontrar en el midbar son lugares adecuados
para guardar los rebaños durante la noche. Un pastor normalmente pasaba la
noche en el campo juntamente con sus ovejas. Si tenía acceso a una cueva, metió
las ovejas dentro y se puso en la entrada para guardarlas de todo peligro de la
noche. De esta manera el pastor mismo se convirtió en una puerta para las
ovejas. De allí viene la expresión: “Yo soy la puerta”, como está escrito en
Juan 10:1-18:
Un pastor es la puerta de sus ovejas. Si alguien desea pastar una
oveja que no es de su cuidado, tendrá que pasar por la puerta, que es el
pastor. Si no tiene el visto bueno del pastor para ayudarle en su tarea, no
tendrá el derecho de meterse con sus ovejas. Esto nos enseña que si alguien
intenta dirigir las ovejas de otros pastores, necesita el visto bueno de ellos,
porque son responsables del desarrollo de las ovejas que están bajo su cuidado.
Sólo los ladrones no pasan por la puerta. Ellos intentan sacar beneficio propio
de las ovejas de otros sin el visto bueno de los pastores.
Yeshúa es el pastor de las ovejas de Israel, como está escrito en Ezequiel
34:23:
“Entonces pondré sobre ellas un solo pastor que
las apacentará, mi siervo BEN David; él las apacentará
y será su pastor.”
En Ezequiel 37:24 está escrito:
“Mi
siervo BEN David será rey sobre ellos, y todos ellos
tendrán un solo pastor; andarán en mis
ordenanzas y
guardarán mis estatutos y los cumplirán.”
Yeshúa es la puerta de las ovejas de Israel.
El que no pasa por Yeshúa HaMashiaj no tiene el derecho
de enseñar a las ovejas de Israel que el Padre le ha dado. Esto nos enseña que
no podemos permitir que maestros que no son de Yeshúa
enseñen en nuestras congregaciones
. Mateo 23:8. Nosotros no tenemos el derecho
de tener discípulos nuestros. Cuando hacemos discípulos de
todas las naciones, no los hacemos discípulos nuestros, sino de nuestro Rabino
Yeshúa HaMashiaj ben David. Él ha recibido todo el poder del Padre para regir
sobre todos los seres vivos en el cielo y en la tierra, cf. Mateo 28:18-20. La
señal de los falsos maestros es que arrastran tras ellos a los discípulos de
Yeshúa, como está escrito en Hechos 20:29-30:
“Sé que después de mi partida, vendrán lobos
feroces entre vosotros que no perdonarán el rebaño, y que de entre vosotros
mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los
discípulos tras ellos.”
Como el midbar se encuentra fuera de la ciudad, constituye un lugar
adecuado para hablar en privado, como está escrito en Oseas 2:14:
“Por tanto, he aquí, la seduciré, la llevaré al desierto, y le hablaré
al corazón¿Por qué YHVH llevó a Israel al midbar? Para hablar personalmente con
su novia, entrar en el pacto matrimonial con ella allí y entregarle la ketuvá, la Escritura. La Torá no fue entregada en la tierra
de algún hombre, sino en la tierra de nadie, para mostrar que no solamente
pertenece al pueblo de Israel, sino que fue dada a todos los hombres de la
tierra.
.Cuando estés pasando por un desierto, no lo veas como una cosa
negativa, sino como una posibilidad de poder acercarte a YHVH y recibir
palabras e instrucciones de tu Padre que te ama y te cuida por medio de los
lugares desérticos donde aprendes a depender de él y no de tu propia capacidad
o de los demas.
El orden y la disciplina son conceptos fundamentales para que el
pueblo de Israel pueda funcionar adecuadamente y seguir adelante. Este libro de
Bamidbar nos enseña la importancia de tener un rígido control de las personas y
la economía de nuestras congregaciones para poder funcionar correctamente. El
desorden y la anarquía vienen del pecado. YHVH es un Eloah de orden, como está
escrito en 1 Corintios 14:33, 40:
“porque Eloah no es de confusión, sino de paz,
como en todas las congregaciones de los santos... Pero que todo se haga
decentemente y con orden.”
En Israel solamente son contados los disciplinados. Los que no están
dispuestos a someterse a la disciplina de YHVH, su Torá y sus líderes, no son
aptos para ser contados. YHVH no cuenta con los indisciplinados.También
aprendemos de este texto que solamente los que están listos para salir a la
guerra son contados dentro de Israel, cuyo nombre significa “el que lucha junto
con Eloah”. Sólo el que está dispuesto a luchar para vencer es contado dentro
de Israel, como está escrito en Revelación 2:7b, 11b, 17b, 26-28; 3:5, 12, 21:
Aquí vemos la importancia que la lucha tiene para un Israelita. Solamente
los que luchan pueden ser vencedores. La lucha es parte de Israel. YHVH sólo
cuenta con los que están dispuestos a disciplinarse y a luchar contra todo
enemigo que se opone contra Él, su Torá y su Mashíaj.
La mayoría de
edad civil empieza a los 18 o 20 años. La mayoría de edad moral empieza a
los 13 años para varones y 12 años para mujeres.
1:51 “Y cuando el
tabernáculo haya de ser trasladado, los levitas lo desarmarán; y cuando el
tabernáculo acampe, los levitas lo armarán. Pero el extraño que se acerque,
morirá.” – La palabra hebrea que ha sido
traducida como extraño es “zar”[9] que significa “extranjero”,
“extraño”, “profano”, “bastardo”. Esto nos enseña que a partir del pecado de
adulterio espiritual con el becerro de oro, los hijos de Israel fueron
considerados como ilegítimos, excepto los levitas, porque ellos no se habían
contaminado con ese pecado.
Dentro de la identidad general que uno tenga con todo el pueblo, es
bueno tener también una identidad tribal. Una tribu constituye una agrupación
limitada dentro de la nación, y es más grande que una familia. Podríamos
comparar las tribus con las diferentes congregaciones o movimientos mesiánicas
e Israelitas que somos. Este texto nos enseña que es importante que cada
miembro del Israel mesiánico tenga una identidad con su propia organización o
congregación. Cada uno debe ser parte de una congregación, donde se identifica
y donde se siente en casa, entre personas que puede llamar “los suyos”, como
está escrito en Hechos 4:23:
“Cuando quedaron en libertad, fueron a
los suyos y les contaron todo lo que los principales sacerdotes y los
ancianos les habían dicho.”
¿Tienes algún grupo de personas o una congregación que consideras el
tuyo, donde están los tuyos? Si no lo tienes, debes pedir a Padre que puedas
incorporarte y formar parte de una agrupación espiritual que será tu identidad
tribal dentro de la identidad general del pueblo de Israel. Es necesario ser
parte de una congregación para poder funcionar correctamente como israelitas,
como está escrito en Hebreos 10:25:
“no dejando de congregarnos, como algunos
tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros , y mucho más al ver que
el día se acerca.”
Yehudá – color azul celeste, tejelet, con la
figura de un león
Reuvén – rojo con una flor de mandrágora,
parecido a un hombre.
Yisajar – color negro con el sol y la luna.
Shimón – verde con una ciudad (Shejem).
Zevulún – color blanco con una nave.
Gad – hilos blancos y negros con una tropa de
soldados.
Efrayim – negro con un novillo (Yehoshúa).
Dan – ópalo con una serpiente (Shimshón).
Menashé – negro con un buey (Gideón).
Asher – color de perla con un olivo.
Binyamín – colores de todas las demás tribus
con un lobo encima.
Naftalí – color vino diluido con un ciervo
La
bandera de Leví estaba hecha de tres colores: blanco, negro y rojo y tenía el
pectoral del juicio bordado encima.
¿Cómo podemos resolver la tensión que hay entre el individualismo y el
colectivismo?
Una
persona espiritualmente inmadura sólo piensa en sí misma. No ve más allá de su
nariz. No tiene amor, porque el amor no busca lo suyo. Una persona
espiritualmente inmadura sólo busca su propia felicidad y se relaciona con
otros con el fin de satisfacer sus propios deseos. Busca contacto con otros, e
incluso puede hacerse miembro de una congregación, con el fin de que sus
propias necesidades sean cumplidas. Pueden ser necesidades de carácter
espiritual, psicológico, físico o económico. Si uno sólo busca satisfacer sus
propias necesidades en una congregación es un niño espiritual. Una persona que
es espiritualmente madura busca también satisfacer las necesidades de todos los
que le rodean porque ama a su prójimo como a sí mismo. Está dispuesto a
sacrificar de sus propios derechos para llenar las necesidades de los demás.
El individualismo se manifiesta con el deseo de satisfacer el ego,
pero no necesariamente como un aislamiento de los demás, sino relacionándose
con el colectivo, pero siempre con el motivo egoísta de satisfacerse a sí
mismo.
El comunismo se aprovechó de parte de un principio torásico para
llevar a cabo su propia visión equivocada. Es el principio del predominio del
colectivo sobre el individuo, donde el colectivo es más importante que el
individuo y el individuo deja de buscar lo suyo con el fin de beneficiar el colectivo.
Con este principio se fortaleció el movimiento comunista y llegó a tener mucho
poder durante un tiempo. No porque la visión comunista haya sido correcta, sino
porque la manera de llevar a cabo la visión se basó en parte en un principio
divino.
Si una persona aprende a considerar el colectivo como más importante
que ella misma, podrá llegar a formar, junto con otros que tienen el
mismo pensamiento, un cuerpo tremendamente potente. El hecho de aprender a
trabajar en un grupo es algo muy importante para el desarrollo del Reino. Este
principio vemos en el libro de los Hechos de los apóstoles En esta
Parashá encontramos el equilibrio perfecto entre el individuo y el
colectivo, entre el individualismo y el colectivismo. Cada individuo fue
contado, lo cual muestra que cada individuo cuenta y es muy importante y digno
de ser tomado en cuenta. Pero el individuo se encuentra dentro de un colectivo
más grande que es más importante que él. El individuo debe buscar el bien del
colectivo y el colectivo debe buscar el bien del individuo. Para que Israel
pueda seguir adelante como pueblo, los individuos tendrán que aprender a
aportar al colectivo todo lo necesario para que se mantenga unido y vaya
prosperando y el colectivo tiene que preocuparse pos los individuos que lo
componen, como está escrito en Hechos 2:44-45:
En Hechos 4:32-35 está escrito: Vemos que las manifestaciones del
Espíritu no son para la exaltación de una persona sino para que el colectivo,
la congregación del Eterno, sea beneficiada. ¡Ay de aquel que busca los dones
del Espíritu para su propia exaltación o para su enriquecimiento económico!
Necesitamos cultivar el pensamiento colectivista, sin perder la vista
de los individuos. Yo me niego a mí mismo por causa del Reino colectivo, para
que el Reino prospere por medio de mi aportación, y de esa manera yo también
prospero, no porque busque lo mío, sino lo del Reino. De esta manera mi
prosperidad dependerá de la prosperidad del Reino. En el Reino de los Cielos,
nadie se hace rico a costa de los demás, sino todos nos hacemos ricos porque
somos parte de un colectivo rico que ha aprendido a beneficiar a los individuos
según la necesidad de cada uno.
Un líder tiene que buscar el bien de todos los que están debajo de él.
Si él favorece un grupo reducido de su pueblo, no es un buen líder2:3 “Los que acampen al oriente, hacia la salida del sol, serán los de la
bandera del campamento de Yehudá, según sus ejércitos. El jefe de los hijos de
Yehudá, Najshón, hijo de Aminadav” – A Yehudá le tocó acamparse al oriente del tabernáculo, junto con
Yisajar y Zvulún. El oriente es el lugar de donde sale el sol, enfrente de la
entrada del mishkán. Yehudá fue la tribu predominante de las tres. Aquí vemos
que hay una agrupación de tres tribus, y una de ellas es líder sobre las otras
dos. El orden divino es tener un líder para cada agrupación. Había tres jefes
sobre las tres tribus, pero uno de ellos estaba por encima de los otros dos. El
mismo patrón de organización se encuentra en las otras agrupaciones.
En este capítulo la Torá destaca la importancia de los jefes, cf. v. 3, 5,
7, 10, 12, 14, 18, 20, 22, 25, 27, 29. Si no hay jefes en un pueblo, va a
perecer “Darás, pues,
los levitas a Aharón y a sus hijos; le son dedicados por completo de entre los
hijos de Israel.” – Los
levitas fueron dados por un lado a Aharón y sus hijos, los sacerdotes. Tenían
que servir a los sacerdotes, cf. 3:6. Pero por el otro lado fueron dados al
Eterno, cf. 3:12. El que se entrega al Eterno se entrega al liderazgo. Si uno
dice que está entregado al Eterno y no se somete al liderazgo puesto por Él,
está mintiendo.
Enfoque: Bamidbar-”Cada judío
cuenta”
Cuando sabemos que somos
indispensables, nos preocupamos de estar allí; si no, “no cuenten conmigo”.
Había una vez un pueblo
pequeño en el que habían sólo unas pocas familias judías. Entre ellos, contaban
con exactamente diez hombre mayores de la edad de bar mitzvá. Todos eran
personas muy dedicadas y se aseguraban siempre de tener minián. Un día, una
nueva familia judía se instaló en el pueblo. Mucha alegría y excitación: ¡ahora
tendrían once hombres! Pero una cosa extraña pasó. En cuanto fueron once,
¡nunca llegaban a formar el minián!
Cuando sabemos que somos
indispensables, nos preocupamos de estar allí; si no, “no cuenten conmigo.”
Esta semana en parshat
Bamidbar, leemos del censo del pueblo judío. Esta porción siempre se lee en el
Shabat ante Shavuot, el “la Estación del Dar del Torá”. Una conexión importante
y obvia es que en el Torá, también, cada letra cuenta. Una letra que falte en
el pergamino invalida al pergamino entero. Igualmente, un solo judío que falte,
deja al pueblo judío, incompleto.
Nueve de los rabinos más
santos no pueden hacer un minián. ¡Si entra un niño en edad de bar mitzvá, el
minián está completo! Cuando contamos a los judíos, no hay ninguna distinción.
No miramos su apego religioso o su logro académico. El rabino y el rebelde, el
filántropo y el pobre–todos cuentan; ni uno más, ni uno menos.
Si contamos a los judíos que
porque cada uno cuenta, entonces eso implica una responsabilidad en la
dirección comunitaria judía de asegurar que ningún judío falte de una kehilá, y
de la comunidad en total. Implica una responsabilidad para mantener dentro a
esos judíos que están en la periferia de la vida judía. Asegurarse de que se
sientan que pertenecen y son bienvenidos–aun, como sucede en algunos templos)
cuando no hayan pagado ninguna cuota de membresía. También significa que el
judío en particular tiene compromisos y obligaciones. Si usted es importante,
no se pierda. Lo necesitan.
Hoy, estamos perdiendo
muchos judíos por ignorancia. Pero a veces también los perdemos porque no los
integramos como podríamos haberlo hecho. En el momento cuando ellos están
receptivos, nosotros no los hicimos sentir bienvenidos.
Hoy, estamos perdiendo
muchos judíos por ignorancia. Pero a veces también los perdemos porque no los
integramos como podríamos haberlo hecho. En el momento cuando ellos están
receptivos, nosotros no los hicimos sentir bienvenidos.
Otras creencias, ideologías
y cultos usan “bombas de amor” para incitar a los judíos a su estilo de vida.
Muy a menudo captan a débiles y vulnerable de entre nosotros. Cualquiera en
busca de calor humano, amor y un sentido de pertenencia será un blanco fácil
para estos grupos. Pero hay muchas personas comunes, estables que piden estas
cosas también. ¿No los hacemos todos nosotros? Si la comunidad judía no
proporciona esa cálida bienvenida, podemos muy bien encontrarla yendo a otra
parte.
Hace algunos años, tuvimos en
nuestro shil la visita de un rabino de Canadá. Su charla fue sobre la real
amenaza de los “judíos para J.” y también llamados “Hebreo-Cristianos” quienes
captaban a judíos usando símbolos judíos e incluso llamando “Shils” o Sinagogas
Mesiánicas a lo que realmente son iglesias. Él describía cómo estos individuos
hacían tremendos esfuerzos para confundir a los judíos ignorantes en la
creencia que iban a una verdadera sinagoga judía.
Una mujer del público
entonces preguntó: “Rabino, si estoy viajando, lejos de mi ciudad y quiero ir
al Shil, cómo me doy cuenta si voy a una verdadera sinagoga o a una falsa?”.
El Rabino se rió y dijo,
“Cuando usted entra a esos lugares, ellos lo bombardean a uno. En cuanto ven
una cara nueva, un docena de personas vendrán a darle la bienvenida y ofrecerle
un asiento, un libro y le harán sentir en casa. Pero qué pasa cuando usted
entra a un verdadero Shil? Nadie lo saluda. Nadie lo mira. ¡Y la primera
persona en decirle una palabra, le gruñe porque usted está sentado en su asiento!”
Un chiste, de hecho, muy
triste.
Necesitamos “abrazar” a
todos los que atraviesan nuestras puertas. Y necesitamos hacer más que sólo
esperar a que la gente venga al shil y necesitamos que se sientan bienvenidos.
Necesitamos salir y encontrar a nuestra gente dondequiera que puedan estar. Más
aún, cuando alguien muestra una chispa de interés –una alma en busca de su
fuente– nosotros necesitamos estar allí; como una comunidad organizada, y como
individuos.
Así que la próxima vez que
usted note que alguien se sienta en la parte de atrás del Shil, algo perdido, o
incluso cuando solo vea una cara nueva de entre la gente, ofrézcale una
sonrisa. Podría salvar un alma. Cada judío realmente cuenta. ¡Contemos con
ellos!
Rab Yossy Goldman, Jabad de
Sudáfrica
Todos Tenemos una Tarea Especial;
La Torá te Dice Cómo Hacerla
La nave espacial dejó el Planeta
Tierra en medio de una bola de fuego. El más reciente viaje del hombre a la luna ya estaba en
marcha. Desde su espectacular vista en el asiento del piloto, Jack podía ver la
visión sobrecogedora del Planeta Tierra haciéndose cada vez más pequeño. Su
misión, al llegar a la luna, tendría consecuencias enormes para toda la vida
del planeta.
Repentinamente, mientras
maniobraba la aeronave, Jack escuchó interferencias en su radio. “Esta es una
mala señal”, exclamó el astronauta preocupado. “Mi conexión de radio con los
que controlan la misión en Cape Kennedy es la única forma en la que puedo
completar mi misión. Sin las instrucciones de los supercomputadores que están
ahí abajo, nunca lograré llegar a la luna y tampoco podré volver jamás al
Planeta Tierra. ¡Terminaré siendo un asteroide!”.
Jack hizo ajustes a su radio
en forma frenética hasta que finalmente el mensaje se transmitió claramente.
“¡Gira esto! ¡Abre esto! ¡Ajusta eso!”. Jack suspiró aliviado, emocionado de
poder seguir las instrucciones.
Observando esta escena
podríamos preguntarnos: Por qué Jack no responde a los que controlan la misión:
“¡Déjenme solo! ¿Por qué me dicen qué hacer todo el tiempo?”. Obviamente Jack
entiende que él tiene una misión que cumplir y que sólo con la ayuda del
“Control de Tierra” puede esperar cumplirla y retornar en forma segura a su
hogar.
El judaísmo dice que
nosotros somos astronautas. La única diferencia es que venimos de arriba, a este
mundo, con una misión que cumplir. Cuando lleguemos al mundo venidero la
primera cosa que nos preguntarán será: “¿Cumpliste tu misión?”.
Si nosotros respondemos:
“¿Qué misión? ¡No sabía que tenía una misión!”. Entonces ellos preguntarán,
“¿Realmente pensaste que el propósito de tu vida fue comer, tomar y ser feliz?
¡Se te debe haber ocurrido en algún momento que había algo más importante y más
elevado en la vida!”.La Torá es nuestra “radio” que nos da las “Instrucciones
para Vivir desde el Control en el Cielo”, es decir, Dios en persona. ¡Debemos
asegurarnos de que nuestro receptor está funcionando adecuadamente y de que
estamos recibiendo los mensajes apropiados!
El Libro de Números
El tema principal del libro
de Números es la “Divina Providencia”. ELOHA guía los caminos de todas las
naciones, y en un nivel individual, ¡cada persona es guiada por ELOHA a lo
largo de su vida! Sin embargo, nosotros vivimos nuestra vida con la noción de
que simplemente es una “casualidad” que yo naciera en esta familia, en este
lugar y en aquel momento – entonces, ¡mientras esté aquí debo disfrutar!
¡Equivocado! Naciste
específicamente en esa familia, en ese lugar y en aquel momento particular
porque tienes una misión que cumplir y solamente tú estás programado para ese trabajo.
Desde el principio del tiempo y hasta el fin del mismo, nunca ha habido o habrá
¡alguien exactamente igual a ti! ELOHA maneja el mundo y cada uno de nosotros
tiene una misión única en esta Tierra. Además de esto, el pueblo judío tiene
una importante contribución que hacer a la civilización.
El libro de Números revela
la Divina Providencia que ocurrió durante los 40 años que el pueblo judío
acampaba y viajaba en el desierto. Tal como veremos, las mitzvot que se
presentan en este libro también se relacionan con el tema de la preocupación de
ELOHA por el bienestar de cada individuo.
CONCLUSION POR YIRMIYAHU BEN
YISRAEL.
¿Quien tenia que cumplir
esta misión? Yeshua´ en el desierto , y contara las cabezas de los
suyos de entre las naciones, leer Mateo 26:1-5, Mateo25:
31-46.
Am Yisrael, estas cumpliendo
tu misión obedientemente siguiendo lainstrucción(torah) con sus indicaciones,
decretos ,ordenanzas, leyes, mandamientos, para no poner en riesgo el retorno a
casa y no arriesgar la vida, la vida eterna.
Shabta shalom jag sameaj be
shavot ve simja Tora´.
Preparado por: Yirmiyahu ben
Yisrael
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