Parashá
44 Devarim
Parashá 44 Devarim
Deuteronomio 1:1 – 3:22
PARA SER ESTUDIADA el 6 AV 5777-29 JULIO 2017
Aliyás
de la Torá:
1.
1:1-11
2.
1:12-21
3.
1:22-38
4.
1:39 – 2:1
5.
2:2-2:30
6.
2:31 – 3:14
7.
3:15-22
Haftará: Isaías 1:1-27
Brit
Hadasha: Revelación
1:1 – 2:17
Aliyás
del Brit Hadasha
Devarim
Significa
“palabras” o “cosas”.
DALET =
PUERTA/ENTRADA/REVELAR.
VAV =
GANCHO/UNIR.
RESH =
CABEZA/PRINCIPIO/SER.
MAYIM =AGUA/RIOS/MARES/PUEBLOS
Y
NACIONES
“Aseret ha-dvarim” = Las Diez
Palabras.
Leer
(Tehilim 33)
|
INTRODUCCION: “ Las cosas viene de las
palabras o las palabras de las cosas “ ha devarim ba me hadevarim et ha devarim me
ha devarim.” Si notamos pareciera un trabalenguas con repetición pero no es así
para entender hay que conocer y para conocer hay que saber leer y para leer hay
saber interpretar y para interpretar hay que escribir y para escribir hay que
trazar líneas, y al unirlas formamos símbolos y estos símbolos identifican lo
que vemos, que han quedado plasmados, en arboles , en madera, en piedra, en
metal, y estas son huellas y señales que quedaron y quedaran atreves de la
historia, como fundamento que no se repetirán, pero que tampoco se olvidaran,
llenando la esencia de nuestras vidas y las de las generaciones . “HAY”VIDA”YAH”. FRASES DE YIRMIYAHU BEN YISRAEL , ISRAELITA DEL PACTO RENOVADO.
Devarim
Significa
“palabras” o “cosas”.[1]
La palabra dabar, singular de devarim significa en
esta parashá "palabra" o "hablar", en hebreo . Dabar
se da en diversos contextos de la Biblia hebrea .
En la Biblia hebrea, dabar se utiliza a veces en
referencia a la "palabra divina", y en un sentido activo como un
"evento de palabra", o las palabras proféticas.
Isa 55:10 Como descienden la lluvia y la
nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan
y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para comer, 11 así será mi palabra, (dabar) la que salga
de mi boca, que no tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me
propongo y haya cumplido aquello a que la envié.
Hoy comenzamos
a estudiar el último libro de Moshé. No necesariamente el último libro de la
Torah dada a Moshé, porque en cierto sentido, los primeros cuatro libros
constituyen realmente la Torah debido a que Devarim es como una
"repetición" o "recapitulación" de todo lo que fue
previamente enseñado. Sin embargo, debido al hecho de las condiciones que
produjeron este libro, es de vital importancia pues aquí Moshé subrayará los
aspectos más importantes que consideró debía volverse a decir a nuestro pueblo.
El nombre
original del libro llamado Deuteronomio es DEVARIM cuya raíz significa Dabar
"palabra". Como es la tradición de nuestros padres, los libros de la
Torah reciben el nombre de la primera frase con la cual comienzan.
Diccionario: (Deuteronomio (del griego τὸ Δευτερονόμιον /
tò Deuteronomion , la segunda ley; hebreo: דְּבָרִים, Devarim, "estas son las palabras")
Deuteronomio
– viene de la palabra griega que significa “segunda ley” y se origina de una
mala traducción del pasúk / versículo Dev. 17:18 que realmente dice: “una copia de
esta Torah” refiriéndose a la
Torah que tenía que copiar cada rey de Israel.
El libro de
Devarim realmente es la repetición de la Torah, un resumen que Moshé en su
largo discurso de despedida al pueblo de Israel les hace a esa generación que
va a entrar en la tierra prometida.
Deu 1:1 Éstas son las palabras (Devarim) que dirigió Moshé a
todo Israel al otro lado del Yardén, en el desierto, en la Arabá, frente a Suf,
entre Parán, Tófel, Labán, Jaserot y Di Zahab.
Como en este
caso la frase dice: "Estas son las palabras que habló Moshé...",
entonces el nombre del libro hace referencia a ella. Como "palabra"
está en plural, entonces el nombre del libro no es DABAR, sino DEVARIM, es
decir, las "palabras" que habló Moshé a nuestros padres.
Este quinto
libro de Moisés consiste de 32 capítulos y está dividido en 11 secciones que
son las 11 semanas que nos separan de la conclusión del ciclo anual de lectura
de la Torah. El cual concluye con la festividad de sinja Torah, al
terminar Sukot.
Devarim recoge
los tres más importantes discursos dados por Moshé antes de morir, cuando
nuestro pueblo Israel estaba a punto de entrar en la Eretz Israel, la tierra
prometida.
En
el primer discurso él
mira hacia atrás, a los 40 años que habían pasado desde la salida de Egipto.
En
el segundo, repite los diez mandamientos y otras leyes,
estatutos e instrucciones relacionadas con la familia, la vida social, los
sacrificios del Santuario y el gobierno de Israel.
Como nuestros
padres estaban pasando de una realidad nómada a una de patria y estado, la
nueva vida que vendría requeriría algunas nuevas instrucciones y nuevas
aplicaciones de otras instrucciones dadas que se adaptaran a las nuevas
condiciones sociales del pueblo.
En
el tercer discurso, Moshé asegura a Israel las
bendiciones que vendrían si obedecían los mandamientos del Eterno así como la
disciplina a que serían sometidos si los abandonaban.
El libro
concluye con los últimos días de Moshé, la bendición que levantó sobre todas
las tribus de Israel, su muerte y sepultura así como los días de duelo que
guardaron nuestros padres por su partida.
CONTENIDO
DE LA PARASHAH.-
Primera alía
(1:1-10)
Las palabras que Moshé habló al pueblo. Moshé habla al pueblo haciendo un recuento de la tierra prometida que Adonai les había entregado.
Segunda alía (1:11-21)
El recuento de la elección de los Jefes.
Tercera alía (1:22-38)
El recuento de la elección de los doce espías y la incredulidad de ellos de tomar la tierra.
Cuarta alía (1:39-2:1)
El recuento de la derrota de Yisrael por su rebelión saliendo a enfrentar a los Amorreos aun, cuando el Eterno no estaba con ellos.
Quinta alía (2:2-30)
El recuento del paso por las tierras de los hijos de Esav en Seir, la advertencia a no provocarlos y el paso por Moab y Amon.
Sexta alía (2:31-3:14)
Yisrael toma a Hesbon y despoja a Basán.
Séptima alía (3:15-3:22)
Recuento de las heredades de Reuben y Gad. Recuento de las palabras de Moshé a Yehoshua. No temer pues el Eterno será quien pelee por ellos.
Las palabras que Moshé habló al pueblo. Moshé habla al pueblo haciendo un recuento de la tierra prometida que Adonai les había entregado.
Segunda alía (1:11-21)
El recuento de la elección de los Jefes.
Tercera alía (1:22-38)
El recuento de la elección de los doce espías y la incredulidad de ellos de tomar la tierra.
Cuarta alía (1:39-2:1)
El recuento de la derrota de Yisrael por su rebelión saliendo a enfrentar a los Amorreos aun, cuando el Eterno no estaba con ellos.
Quinta alía (2:2-30)
El recuento del paso por las tierras de los hijos de Esav en Seir, la advertencia a no provocarlos y el paso por Moab y Amon.
Sexta alía (2:31-3:14)
Yisrael toma a Hesbon y despoja a Basán.
Séptima alía (3:15-3:22)
Recuento de las heredades de Reuben y Gad. Recuento de las palabras de Moshé a Yehoshua. No temer pues el Eterno será quien pelee por ellos.
Palabras
Tenemos dos dimensiones en la Torá: una
dimensión en que el contenido y "el envoltorio" se dan desde Arriba,
y una dimensión en que la sabiduría y la voluntad Divina están envueltas en
"nuestras propias palabras".
Devarim quiere decir "Palabras", y es
el nombre de la parashá de esta semana -la primera que se lee en el Libro de
Devarim, el quinto libro de la Torá. Por supuesto, toda la Torá --como nos fue
comunicada a nosotros, seres terrenales--consiste en palabras; pero en el Libro
de Devarim, la naturaleza de estas palabras es de capital importancia.
El Libro de Devarim es un discurso de Moshé de
37 días, comenzando el 1 de Shvat y termina el 7 de Adar--el día que Moshé
falleció --en el año 2488 de la Creación (1273 de la Era Común). En su
discurso, Moshé vuelve a narrar los eventos y leyes más importantes que se
encuentran en los otros cuatro libros de la Torá. Así, el Libro de Devarim
también se llama Mishné Torá, "la Repetición de la Torá" (de ahí su
nombre anglo-latino, Deuteronomio, o "Segunda Ley").
Técnicamente, Moshé escribió todos los cinco
libros. Pero como explican nuestros Sabios, en los primeros cuatro libros,
Moshé transcribió todo como él lo recibió de Di-s, mientras que en Devarim él
lo dice "en sus propias palabras". La distinción se ve claramente por
el hecho de que los primeros cuatro libros están escritos en tercera persona
("Y Di-s habló a Moshé"), mientras que en Devarim escuchamos a Moshé
en primera persona ("En ese momento, Di-s me dijo", etc).
No obstante, Devarim pertenece a lo que
llamamos la Torá Escrita, no sólo significa que el contenido sino también las
palabras y las letras son de origen Divino. Nuestros Sabios explican que Moshé
había renunciado totalmente su ego a Di-s, de modo que "la presencia
Divina hablaba de su garganta"--las propias palabras de Moshé también son
las propias palabras de Di-s.
Como tal, el Libro de Devarim actúa como un
puente entre la Torá Escrita y la Torá Oral. La Torá Oral incluye el Talmud y
los Midrashim, los comentarios y los códigos, el Zohar y la Kabala, y
"todo lo que un digno estudiante expondría ante su maestro"--todo lo
que se ha producido en treinta y tres siglos de estudio de Torá, interpretando
la Torá de acuerdo con la tradición del Sinai. En la Torá Oral que se genera en
las mentes y gargantas menos humildes que la de Moshé, el contenido es Divino,
pero las palabras y las letras son humanas --propias del hombre.
En otras palabras, tenemos dos dimensiones en
la Torá: una dimensión en que el contenido y "el envoltorio" se dan
desde Arriba, y una dimensión en que la sabiduría y la voluntad Divina están
envueltas en "nuestras propias palabras". Y luego tenemos el Libro de
Devarim en que las dos convergen: un ser humano, Moshé, logra un nivel de
identificación con la sabiduría y voluntad Divina, en que sus "propias
palabras" están completamente en armonía con su contenido Divino--tanto en
armonía, que son no menos que las palabras que Di-s dictó en los primeros
cuatro libros.
De hecho, es del Libro de Devarim que fluye
toda la Torá Oral. La absoluta identificación de Moshé con la sabiduría Divina
lleva a nuestras propias almas -cada una de ellas con "una chispa del alma
de Moshé", a hacer lo mismo (aunque en un nivel menor): crear de
"nuestras propias palabras" los receptáculos para la sabiduría
Divina.
El Hombre hablador
Esto pasa, en cierto nivel, cada vez que
abrimos la boca.
Los antiguos filósofos se refieren al ser humano
como "el hablador" y nadie ha propuesto una denominación mejor
todavía para nuestra "especie parlante". Nosotros amamos hablar.
Testigos de interminables conversaciones, charlas que nos sentimos obligados a
"hacer", cuatrillones de palabras liberadas cada día en cada uno de
los medios de comunicación. ¿Por qué esta necesidad insaciable de poner todo en
palabras, como si nada existiera de verdad hasta que se pueda encajar en un
juego de sonidos emitidos humanamente?
Porque, dicen los maestros jasídicos, no hay
nada que el ser humano quiera más, que ser como Di-s hizo: Él dijo la realidad
en existencia. Dijo, "Haya luz" y hubo luz. Dijo, "Que las
aguas...se junten en un área y que aparezca la tierra seca", y se formaron
océanos y continentes. Pero el hombre mira la creación de Di-s y la ve como
algo todavía inacabado, sin definición. Así que hablamos y hablamos y hablamos,
categorizando, cuantificando y calificando el mundo de Di-s, en un esfuerzo
para darle significando y propósito.
Por supuesto que hay diferencias. Di-s es
infinito y omnipotente; nosotros somos finitos y falibles. Di-s habló la luz en
existencia; a nosotros nos han concedido el poder para hablar esa luz en una
luminiscencia más brillante, más enfocada--pero preferimos hablarla hacia la oscuridad.
Podemos verbalizar los continentes como países y provincias de una comunidad
mundial productiva--o podemos hablar de animosidad y disputa.
Pero ese es el "socio en la creación"
que Di-s deseó: un compañero que así como destruye, también crea. Un socio
libre, independiente cuyas elecciones son totalmente propias--y por
consiguiente totalmente su responsabilidad y totalmente su éxito. Porque Di-s
quiso verdaderos socios en Su esfuerzo, no un manojo de empleados y mensajero
(ya tenía suficientes de ésos cuando creó al hombre--se llaman
"ángeles").
Pasando al próximo nivel
Pero Di-s hizo más aun. No sólo sometió Su
creación a sonidos humanos, también puso Su Torá--Sus propios pensamientos y
deseos--en palabras humanamente reconocibles, y luego Nos invitó al proceso de
poner en palabras Su Torá.
Porque si somos Sus socios, tenemos que estar
en toda Su creación. Un verdadero socio no sólo hace su parte en el
funcionamiento y el desarrollo del negocio--sino que él también participa
preparando la misión, el modus operandi, las reglas y regulaciones.
Así que Di-s concedió a la mente y habla humana
no solo un mandato para formar Su mundo, sino que también para participar en la
formulación de la Torá--las leyes, el proyecto, el "código fuente" de
creación.
Así nació Devarim, el Libro de Palabras.
El primero en recibir este mandato fue Moshé
que lo cumplió tan bien, que su "contribución" se volvió uno de los
cinco libros claves de la Torá. Y los logros de Moshé contienen las semillas
para los futuros "socios humanos" en pos de la sabiduría Divina.
ENFOQUE
MESIANICO.
POR: YIRMIYAHU BEN YISRAEL
En
estos tiempos se habla de autoridad para mandar y gobernar en muchos
trópicos materiales y humanos, en especial sobre las cosas pasajeras y
superfluas , no indispensables que están demás ,pero que lamentablemente
La mayoría del mundo lo ponen como lo mas
esencial, por solo el afán de ganar
imagen y sobresalir, por eso la cantidad de proyector de leyes sin importar si menoscaban y denigran al mas
necesitado en el escenario de la tierra , dándosen ínfulas de poder siendo vitrinas para todos olvidando lo importante y de la verdad histórica que no se puede
borrar.
YESHUA’
= HOMBRE APARTADO KADOS. LEER JUAN
1:14 -15
MASHIAJ= CELESTIAL, UNCION. LUZ, DABAR
PALABRA LEER JUAN 1:1-4
RUAJ
HA KODES= SOPLO DIVINO, VIENTO SANTO LEER MATEO1:18-21 , JUAN 20:21-22.
Sexta aliyá, 2:31 – 3:14
2:31 “Y YHVH me dijo: "Mira,
he comenzado a entregar a Sijón y su tierra en tus manos. Comienza a ocuparla
para que poseas la tierra.” – La entrega ya era un hecho en el mundo
espiritual. El secreto para tener éxito en el mundo visible es colaborar con lo
que el Eterno está haciendo en el mundo invisible. Todo lo que sucede en el
mundo material es un resultado de lo que primero ha sucedido en el mundo
espiritual. Para cambiar el mundo material es necesario cambiar el mundo
espiritual primero. Esto se hace a través de la oración.
En Romanos 10:17 está escrito:
“Así que la fe es por el oír,
y el oír, por la palabra de Eloha
MASHIAJ BE YESHUA’= UNCION CELESTIAL, LA
LUZ DIVINA, EL DABAR EMET LA PALABRA DE VERDAD.
LAUNCION CELESTIAL EN LOS HOMBRES SANTOS
KADOS REVELADA FISICAMENTE CON SU
RESPLANDOR.
Leer primera de JUAN 2:1-8, Mateo 24:29-31,
Apocalipsis11:15-19. Apocalipsis22 :1-9.
ESCRITO Y RECOPILADO POR YIRMIYAHU BEN
YISRAEL.
SHABAT SHALOM.
Shabat shalom
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