viernes, 20 de diciembre de 2024

Parashá 09 VaYéshev

 

Parashá 09 VaYéshev

Génesis 37:1 – 40:23

Para ser compartida en el Shabat del 20 de Kislev de 5.785 (Diciembre 21 de 2.024)

 

Aliyás de la Torá:

1. 37:1-11

2. 37:12-22

3. 37:23-36

4. 38:1-30

5. 39:1-6

6. 39:7-23

7. 40:1-23

 

Haftará: Amós 2:6 – 3:8

 

Escritos Apostólicos: Meir (Marcos) 12:1- al 14:31

 

1ª. Aliya Meir 13:1-4

2ª. ASliya Meir 13:5-20’

3ª. Aliya Meir 13:21-31

4ª. Aliya  Merir 13:32-14:1-11

5ª, Aliya  Meir  14;12-31

 

 

VaYeshev

Significa “y se estableció”, “y se asentó”.

 

Primera aliyá, 37:1-11

Yaakov se establece en la tierra donde peregrinó su padre. A la edad de diecisiete años Yosef apacienta el rebaño con sus hermanos,. Yosef trae malos informes de ellos a su padre. Yaakov ama a Yosef más que al resto de sus hijos y le hace una túnica de colores. Por eso sus hermanos le tienen odio y no pueden hablarle bien.

Dos sueños que tiene Yosef producen aún más odio y envidia en ellos. Primero sueña que estaban atando gavillas en el campo y las gavillas de los hermanos se inclinaron ante su gavilla que se había levantado y puesto derecha. Luego sueña que el sol, la luna y once

estrellas se inclinaban ante él. Su padre le reprende por su segundo sueño pero lo guarda en su memoria.

 

Segunda aliyá, 37:12-22

Los hermanos están apacentando el rebaño en Shejem y Yosef es enviado allí por su padre desde Jevrón para ver cómo están. Un hombre le encuentra dando vueltas por el campo y le

informa que se han ido a Dotán. Cuando Yosef se les acerca en Dotán traman contra el soñador para matarlo y echarlo en un pozo y decir que una fiera lo devoró. Pero Reuvén impide que lo maten y, para poder liberarlo y devolverlo a su padre, les dice que le echen en un pozo.

 

Tercera aliyá, 37:23-36

Los hermanos despojan a Yosef de su túnica de colores y le echan en un pozo vacío. Cuando se sientan a comer ven una caravana de yishmeelitas cargada de tres productos que están bajando hacia Egipto. Yehudá propone vender a Yosef como esclavo y los demás aceptan.

Cuando pasan unos mercaderes midianitas sacan a Yosef del pozo. Luego lo venden a los yishmeleitas que le llevan a Egipto.

Reuvén vuelve al pozo y, al ver que Yosef no está allí, rasga sus vestidos y pregunta a sus hermanos adonde irá él ahora. Entonces empapan la túnica de Yosef con la sangre de un macho cabrío y la envían a su padre para que la examine. Yaakov piensa que una fiera lo ha devorado, rasga sus vestidos, se viste de cilicio y pasa mucho tiempo de duelo. No quiere recibir el consuelo de sus hijos y de sus hijas y dice que va a morir con luto.

Los medanitas venden a Yosef a Potifar, un capitán en la guardia del faraón.

 

Cuarta aliyá, 38:1-30

Yehudá se aparta de sus hermanos y se casa con la hija de Shúa que le da a luz tres hijos, lamados Er, Onán y Shelá. Luego toma una mujer para su hijo primogénito, llamada Tamar.

Pero HaShem quita la vida de Er porque era malvado. Onán recibe la orden de su padre de cumplir con su deber de levantar descendencia a su hermano y llegar a su mujer. Pero cuando

se llega a ella derrama el semen en la tierra para no dar descendencia a su hermano. Por eso el Eterno también le quita la vida. Tamar es enviada a la casa de su padre para esperar que

Shelá crezca.

Después de mucho tiempo muere la esposa de Yehudá. Después del duelo Yehudá sube a los trasquiladores de sus ovejas en Timna junto con su amigo Jirá. Cuando Tamar es informada

sobre ello se quita su ropa de viuda y se cubre con un velo y se sienta cerca del camino de Timna porque se ha dado cuenta de que no había sido dada a Shelá como mujer aunque había

crecido. Yehudá piensa que es una prostituta y le ofrece un cabrito para poder llegar a ella.

Como señal ella le pide tres cosas que lleva puesto. Y así ella se entrega a él. Luego se viste de viuda de nuevo. Yehudá envía el cabrito por medio de su amigo para recobrar la prenda pero

no la encuentra. Los hombres del lugar tampoco saben nada de una prostituta.

A los tres meses informan a Yehudá que Tamar ha fornicado y él ordena que sea quemada.

Entonces ella envía a decir a su suegro que investigue para saber de quién son las tres cosas que tiene como señal. Yehudá reconoce que ella tiene razón y que él es el responsable del

embarazo por no haberle dado a su hijo Shelá. Pero no vuelve a conocerla más. Cuando va a dar a luz tiene mellizos. Uno de los dos saca su mano y la partera le ata un hilo escarlata

pensando que va a salir primero. Pero retira su mano y el hermano sale. Por eso fue llamado Perets, brecha. El hermano que tiene el hilo es llamado Zeraj.

 

Quinta aliyá, 39:1-6

Yosef es comprado por Potifar, el oficial del faraón. El Eterno está con él y llega a ser un hombre próspero. Está sirviendo en la casa de su amo y todo lo que hace prospera. Su amo se

da cuenta de ello y le hace su siervo personal y mayordomo sobre toda su casa. La casa y los campos del egipcio son bendecidos por causa de Yosef y le deja todo lo que posee en las manos de Yosef y sólo se preocupa por el pan que come. Yosef tiene un aspecto muy hermoso.

 

Sexta aliyá, 39:7-23

La mujer del amo de Yosef pone su mirada en él y le dice que se acueste con ella. Pero él le contesta que no puede cometer esa gran maldad y pecar contra Eloha. Ella insiste día tras día

pero él no quiere ni estar con ella. Un día, cuando no hay nadie en la casa, Yosef entra para hacer su trabajo. Ella ase de su ropa y le pide que se acueste con ella. Pero él deja su ropa y sale huyendo afuera. Ella llama a los hombres de la casa y dice que Yosef vino para acostarse con ella y que ella había gritado a gran voz y que por eso él había dejado la ropa allí y había salido huyendo. Luego cuenta el miso cuento a su marido. Su marido se enfada y echa a

Yosef en la cárcel donde tendrá que seguir por mucho tiempo. Pero el Eterno está con Yosef y le da misericordia de manera que el jefe de la cárcel le da la confianza de administrar toda la

cárcel. Todo lo que él emprende el Eterno lo hace prosperar.

 

Séptima aliyá, 40:1-19

El copero y el panadero del faraón le ofenden y son puestos en la cárcel donde está Yosef.

Después de un año tienen ambos un sueño la misma noche. Por la mañana Yosef los ve preocupados y les pregunta qué pasa. Le dicen que han tenido un sueño y nadie lo puede interpretar. Yosef dice que las interpretaciones pertenecen a Dios y les pide que se lo cuenten.

El jefe de los coperos soñó con una vid con tres sarmientos que brotaron y produjeron uvas maduras. Tomó las uvas y las exprimió en la copa del faraón que estaba en su mano y la dio al

faraón. Yosef dice que los tres sarmientos son tres días y que en tres días su cabeza será levantada y le será devuelto el puesto que tenía antes. Luego Yosef le pide que se acuerde de él cuando le vaya bien para mencionarle ante el faraón para sacarle de la cárcel. Revela que

fue secuestrado y que no ha hecho nada malo para tener que estar en el calabozo.

El jefe de los panaderos soñó con tres cestas de pan sobre su cabeza llenas de manjares hechos por un panadero para el faraón. Pero fueron comidos por los pájaros. Yosef dice que las tres cestas son tres días y que dentro de tres días el faraón le va a quitar la cabeza y colgarle en un árbol para que las aves coman su carne.

Al tercer día es el cumpleaños del faraón y hay un banquete para todos sus siervos. El jefe de los coperos es restaurado en su cargo y el jefe de los panaderos es ahorcado. Sin embargo, el jefe de los coperos no se acuerda de Yosef.

 

Comentarios

vamos a centrar nuestra reflexión de hoy en la primera y cuarte aliyá.

 

Primera aliyá, 37:1-11

37:1 “Y Yaakov habitó en la tierra donde había peregrinado su padre, en la tierra de Kenáan.” – No es lo mismo habitar que peregrinar. La actitud de un peregrino es que no tiene una morada fija, siempre está de camino a otro lugar. Ahora Yaakov tiene el deseo de asentarse y dejar de ser peregrino. Esto es un error. Cuando un justo quiere dejar de luchar y disfrutar de esta vida, está intentando sacar de antemano lo que recibirá en el mundo venidero. Pero el Eterno no le permitió hacer esto y le sucedió el problema con Yosef.

Es necesario tener lucha en esta vida para poder estar sano espiritualmente. Cuando no hay conflictos y todo va bien hay una tendencia de querer aflojarse y dormir espiritualmente. Los problemas y las luchas nos mantienen en alerta y nos obligan a buscar al Eterno en todo momento. El Hijo enviado de Eloha aprendió la obediencia a través de los sufrimientos, como está escrito en Hebreos 5:8:

“aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció”

Así que el que quiere huir de los sufrimientos y de los problemas nunca aprenderá la obediencia.

Es más, los mismos sufrimientos que pasamos en el olam hazé, este siglo, producen una gloria que permanecerá en el olam habá, el siglo venidero, como está escrito en 2 Corintios 4:17:

“Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación”

 

En Romanos 8:16-18 está escrito:

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Eloha, y si hijos, también herederos; herederos de Eloha y coherederos con el Mesías, si en verdad padecemos con él a fin de que también seamos glorificados con él. Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.”

Para ser herederos en el siglo venidero hay que padecer con el Mesías. Cuanto más suframos ahora más gloria tendremos entonces, como está escrito en 1 Pedro 1:7:

“para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Yeshúa el Mesías”

 

En 1 Pedro 4:13 está escrito:

“antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos del Mesías, regocijaos, para que también en la revelación de su gloria os regocijéis con gran alegría.”

 

En Hebreos 11:35b está escrito:

“otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de obtener una mejor resurrección.”

 

En 1 Corintios 15:41 está escrito en relación con la resurrección:

“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria.”

 

37:2a “Esta es la historia de las generaciones de Yaakov: Yosef...” – La historia de una persona sigue en sus hijos. Esta no es la historia de Yosef, sino de Yaakov. En el capítulo 38 encontramos el relato de la vida de Yehudá. Estos dos, Yosef y Yehudá, son los dos hijos más importantes de Israel. Alrededor de estos dos giran toda la historia de salvación del Eterno. Yosef llegó a ser el padre de Efrayim que es el ancestro de la tribu principal de la casa de Israel constituida por las diez tribus del norte que eventualmente se separarían de las dos tribus en el sur. Yehudá es el ancestro del pueblo judío y del Mesías. La primogenitura pasó a los hijos de Yosef, como está escrito en

1 Crónicas 5:1-2: “Y los hijos de Reuvén, el primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como profanó la cama de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de Yosef, hijo de Israel; de modo que no está inscrito en la genealogía conforme a los derechos de primogenitura; aunque Yehudá prevaleció sobre sus hermanos, y de él es el príncipe, los derechos de primogenitura pertenecían a Yosef)”

 Esta es la razón por la que aparecen entrelazados los relatos de Yosef y Yehudá en esta

sección de las Escrituras.

El Eterno está cumpliendo su propósito en el mundo a través de Yaakov. El pueblo de Israel y el Mesías son el medio del Eterno para bendecir el resto de la humanidad. Todos estos relatos son narraciones preparatorias para la introducción del Mashíaj en Israel y el mundo. Si se desconecta al Mesías de los relatos de la Torá se crea un seudo-Mesías, un ser híbrido sin realidad histórica. El Mesías está íntimamente conectado con la historia de Israel. Por esto podemos encontrar en los relatos acerca de Yosef y de Yehudá sombras proféticas que señalan hacia el Mesías Yeshúa. Estos textos dan paso a la proclamación de Yeshúa como el Mesías ben Yosef, hijo de Yosef, y el Mesías ben David, hijo de David.

 

37:2b “Yosef, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilháh y con los hijos de Zilpá, mujeres de su padre. Y Yosef trajo a su padre malos informes sobre ellos.” – Como hemos dicho antes, el nombre Yosef significa “quitará” y “añadirá” y es una referencia al Mesías que vino  para quitar el pecado de Israel y el mundo y sus consecuencias, y resucitar a Israel para añadir a los gentiles creyentes  dentro del pueblo escogido.

“apacentaba el rebaño” – Como Yosef era un pastor también lo era Yeshúa, pero en otro nivel, según:

 

Juan 10:11 donde dice:

“Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.”  “Y Yosef trajo a su padre malos informes sobre ellos.” – Los cuatro hijos de las concubinas no se portaban bien y Yosef habló mal de ellos ante su padre. En lugar de reprenderles a ellos y aclarar posibles malos entendidos habló con su padre, lo cual constituye el pecado de lashón hará, lengua de maldad. Los rabinos enseñan que por esta mala lengua luego tenía que estar en la cárcel durante 10 años.

 

37:3 “Y amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.” – Hay varias razones por las que Israel amaba a Yosef: era el hijo de su vejez, era el hijo de su esposa preferida, tenía mucho en común con él mismo y, según un Midrash2, Yaakov sabía por medio de una profecía que Yosef iba a ser una gran persona. Yaakov y Yosef se parecían en muchos aspectos:

Ambos tenían una madre estéril y nacieron por una intervención divina.

Ambos fueron odiados por sus hermanos.

Ambos experimentaron como sus hermanos querían matarlos.

Ambos se hicieron ricos.

Ambos se casaron fuera de la Tierra.

Ambos fueron acompañados por ángeles.

Los suegros de ambos fueron bendecidos por causa de ellos.

Ambos viajaron a Egipto.

Ambos pidieron que sus huesos fueran trasladados a la Tierra prometida.

Ambos murieron en Egipto.

 

37:4 “Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente.”– La lucha entre hermanos depende, hasta cierto grado, de la tensión que hay entre los padres. Los hijos son el reflejo de sus padres. La “poca” envidia que hubo entre las madres se multiplicaba en los hijos y se transformó en envidia de muerte. La razón por la que esta envidia llegó a tal extremo fue el favoritismo que mostraba Yaakov hacia uno de sus hijos. No es lo mismo reconocer las buenas cualidades de un hijo que tener favoritismo. Como padre, es necesario destacar las cualidades buenas de todos los hijos y no hacer comparaciones entre ellos. Las comparaciones crean muchas luchas innecesarias. Cada hijo es diferente y tiene diferentes dones y cualidades, unos más que otros. Pero esto no significa que uno sea mejor que el otro. El que tiene más dones tiene más responsabilidad y hay que exigirle más, como está escrito en

 

Lucas 12:48b:

“A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán.”

Para ser buenos padres hay que tratar a nuestros hijos de la misma manera como el Padre celestial trata a Sus hijos, como está escrito en Efesios 6:4:

“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Eterno.”

 

Y en Hebreos 12:7-11, donde está escrito:

 “Es para vuestra corrección que sufrís; Eloha os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero El nos disciplina para nuest robien, para que participemos de su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.”

Es importante destacar las virtudes de nuestros hijos en todas las diferentes áreas en que El Eterno  los haya dotado.

A pesar de la situación crítica en la familia de Israel e incluso, por medio de estas tensiones familiares, el Eterno en su infinita sabiduría, lleva a cabo su plan de salvación para Israel y el mundo. El puede usar nuestra carnalidad para cumplir su propósito, ¡Bendito sea su Nombre! Los hijos de Leá nacieron con un complejo de inferioridad y de rechazo, heredado de su madre. Como Leá se sentía menospreciada por Yaakov, porque él prefería a Rajel antes que a ella, su sentimiento pasó a los hijos.

Una persona con ese complejo siente que otros son amados y yo no, otros son apreciados pero yo no, otros son aceptados pero yo no. El complejo de inferioridad lleva la persona al auto desprecio. No importa cuánto se esfuerce, nunca se sentirá contenta consigo misma. Este complejo es formado por actitudes y palabras de los padres incluso desde antes de nacer. Un niño que ha sido engendrado por padres que no deseaban tener hijos está acomplejado desde antes de nacer. Un niño que oye palabras como: “tú no vales”, “qué malo eres”, “eres un pesado”, “no quiero verte”, “ya no te quiero”, etc., es acomplejado por sus padres. Las palabras de los padres tienen muchísima influencia en la formación del carácter del niño, especialmente durante el primer tiempo de su vida.

Los seis primero años de la vida de un niño son decisivos para el resto de su vida. Por eso es importante que los padres no dejen a sus hijos al cuidado de otros durante sus primeros años. La ausencia de los padres y, especialmente en el primer tiempo, la de la madre, crea un vacío emocional dentro del niño que no puede ser llenado con nada del mundo al menos que el Eterno haga una intervención sobrenatural para sanar su alma dañada.

 

Los padres proyectan en sus hijos la imagen del Eterno. Los niños reciben una imagen del Eterno según hayan sido sus padres con ellos. Si un padre nunca está en casa para dedicar tiempo con sus hijos los hijos van a creer que el Eterno está ausente y no está interesado en sus vidas. Si un padre trata con dureza a sus hijos y los castiga por sus errores los hijos van a pensar que el Eterno los castiga por cualquier error que cometan.

Hay padres que pegan a sus hijos cuando cometen errores no cuando son rebeldes. Esto crea un trauma en el niño que difícilmente es quitado. Ese niño tendrá problemas en su relación con el Eterno. Pensará que él le castiga por cualquier cosa. No ha aprendido que hay una relación entre rebeldía y castigo, entre desobediencia y maldición. Piensa que todo lo malo que le sucede es porque el Eterno le está castigándolo según Sus propios caprichos.

 

Si los padres no tienen normas claras y constantes los hijos aprenden que el Eterno es caprichoso y fluctuante y que cambia sus mandamientos de un tiempo a otro, de una era a otra. Si los padres prometen cosas a sus hijos y luego no las cumplen los hijos van a dudar de las promesas eternas del Padre celestial, que no puede mentir. Si los padres dicen mentiras entre ellos o a sus hijos los hijos van a pensar que la Biblia no es verdad y que el Eterno puede engañar a los hombres. Si los padres no valoran y premian el esfuerzo de los niños eventualmente perderán su interés en progresar en la vida y pensarán que no son aptos para servir al Eterno. Si un padre hace comparaciones y muestra favoritismo entre los hijos van a pensar que algunos hijos del Eterno son favorecidos más que otros y esto crea envidias, luchas y endiosamientos idolátricas de los líderes entre el pueblo del Eterno.

 

Cuando un niño recibe amor, atención, instrucción y corrección y es estimulado sin ser comparado con sus hermanos o con otros compañeros, sino valorado, en primer lugar por lo que es y, en SEGUNDO lugar por lo que produce, aprenderá a apreciarse a si mismo y así podrá apreciar a los demás sin sentir envidia cuando otros progresen más que él. El remedio de la envidia es el amor, como está escrito en 1 Corintios 13:4b:

“El amor no tiene envidia”

Cuando una persona no ama es porque no se siente amada, como está escrito en 1 Juan 4:19:

“Nosotros amamos, porque El nos amó primero.”

El que da amor a otros es porque ha recibido amor. No puedes dar algo que no has recibido. Así que el remedio contra la envidia es recibir el amor del Eterno personalmente.

Para ser libre del complejo de rechazo y de inferioridad hace falta recibir amor. Algunos han sido tan dañados en sus emociones que no son capaces de creer en el amor que están recibiendo, como está escrito en 1 Juan 4:16:

“Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Elohim tiene para nosotros. Eloha  es amor, y el que permanece en amor permanece en Eloha y Eloha permanece en él.”

Según este texto hay dos maneras de relacionarse con el amor del Eterno, primero conocerlo, que no es algo intelectual sino experimental. Segundo, creer en el amor que el Eterno tiene para nosotros. Hay momentos cuando no siento el amor del Eterno y en esos momentos mis emociones me están mintiendo. En esa situación tendré que salir de la cárcel emocional y creer en el amor que el Eterno ha mostrado al dejar que su Hijo muera por mi personalmente, como está escrito en Gálatas 2:20b:

“la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Eloha, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Pero si una persona está muy dañada en sus emociones ha creado un muro de protección alrededor de su interior que no le permite salir ni permite entrar a nadie. Ni siquiera el amor del Eterno puede alcanzar ese corazón herido. Esa persona no puede ni sentir ni creer en el amor del Eterno por mucho que se le diga que le ame. Como sus emociones dicen que nadie le quiere no cree en alguien que le dice que le ama. Prefiere creer más en sus propias emociones que en la verdad y esto es muy grave cuando se trata de la Palabra del Eterno. En las Escrituras el Eterno ha mostrado su amor por todo el mundo, como está escrito en Juan 3:16:

“Porque de tal manera amó Eloha al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

La mayor manifestación del amor del Eterno es la muerte y resurrección de Su ungido a favor de todas las personas en particular,

 como está escrito en 1 Juan 4:9:

“En esto se manifestó el amor de Eloha en nosotros: en que Eloha ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de El.”

 

Una persona acomplejada tiene mucha dificultad para recibir este amor. Hay sólo una cosa que puede entrar dentro de su alma y romper esa muralla que ha edificado alrededor de sus emociones mentirosas, la Palabra del Eterno dada por medio de una revelación en el poder del Espíritu. Con otras palabras, sólo Yeshúa el Mesías, que es la Palabra viva del Creador y Padre universal, puede sanar esa alma, como está escrito en 1 Pedro 2:25:

“Pues vosotros andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas.”

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Cuarta aliyá, 38:1-30

38:1-2 “Sucedió por aquel tiempo que Yehudá descendió de sus hermanos, y visitó a un adulamita llamado Jirá. Y allí vio Yehudá a la hija de un kenaanita llamado Shuá; la tomó, y se llegó a ella.”– Yehudá había sido elegido para ser el padre de los reyes dentro de Israel, incluyendo el rey Mesías. Por lo tanto era muy importante que tuviera una situación familiar aprobada por el Eterno. Ahora se aparta y desciende espiritualmente de sus hermanos y se casa con una mujer de origen dudoso. Rashí cita el Tárgum que dice que era hija de un comerciante, puesto que la palabra “comerciante” tiene la misma raíz que “kenaanita”. Sin embargo el rabino Ibn Ezrá dice que efectivamente se casó con una mujer kenaanita. El pueblo kenaanita había sido maldecido por Noaj y por eso no era conveniente casarse con él.

 

38:7-10 “Pero Er, primogénito de Yehudá, era malvado ante los ojos del Eterno, y el Eterno le mató. Entonces Yehudá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y cumple con ella tu deber como cuñado, y levanta descendencia a tu hermano. Y Onán sabía que la descendencia no sería suya; y acontecía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, derramaba su semen en tierra para no dar descendencia a su hermano. Pero lo que hacía era malo ante los ojos del Eterno; y también a él le mató.” – Según Rashí, la palabra “también”, en el versículo 10, muestra que murieron por la misma razón. Los dos desechaba su semen para que su esposa no se quedara embarazada.

Según Rashí Er lo había hecho para que Tamar no perdiera su belleza. El Eterno los mató a los dos.

Tenemos que entender este hecho en relación con el Mesías. Estos dos hijos no calificaban para ser ancestros para el Mesías, y por lo tanto tenían que ser eliminados del programa de salvación para el mundo.

Como Yehudá había hecho sufrir a su padre por la pérdida de su hijo, al proponer su venta, ahora tenía que sufrir las consecuencias de la pérdida de sus dos hijos para sentir el dolor que había causado a su padre.

Es interesante ver que la ley de levirato7 fue practicada antes de la entrega de la Torá en Sinai.

En Deuteronomio 25:5-6 está escrito:

“Cuando dos hermanos habitan juntos y uno de ellos muere y no tiene hijo, la mujer del fallecido no se casará fuera de la familia con un extraño. El cuñado se allegará a ella y la tomará para sí como mujer, y cumplirá con ella su deber de cuñado. Y será que el primogénito que ella dé a luz llevará el nombre de su hermano difunto, para que su nombre no sea borrado de Israel.” 7 La palabra española deriva del término latino levir, cuñado.

 

Tenemos aquí otro ejemplo de mandamientos practicados antes de Sinai en el pueblo de Israel.

 

38:17a “El respondió: Yo te enviaré un cabrito de las cabras del rebaño.” – Ahora Yehudá es engañado por medio de un cabrito de la misma manera como él había engañado a su padre con la sangre de un macho cabrío, cf. 37:31.

 

38:18 “Y él respondió: ¿Qué prenda tengo que darte? Y ella dijo: Tu sello, tu cordón y el báculo que tienes en la mano. Y él se los dio y se llegó a ella, y ella concibió de él.”– Rashí cita el Tárgum que enseña que las tres cosas fueron: su sello, su vestimenta y su bastón. El sello habla de la personalidad, la vestimenta habla de la distinción y el bastón habla de la posición. La entrega de estas cosas es parecida a una boda y por eso un Midrash9 dice que se casaron en ese momento ante testigos. Otro Midrash10 dice que el anillo de sello profetiza acerca de los reyes que descenderían de esta unión, la capa alude al sanedrín quienes usaban Talít y Tefilín todo el tiempo, el bastón de pastor se refiere al Mesías que nacerá de la tribu de Yehudá. Más adelante hay una profecía que habla del cetro de gobernante en relación con Yehudá, cf. 49:10.

Tamar actuó con el fin de levantar una descendencia para que el Mesías pudiera nacer. Sus motivos eran puros pero su forma de actuar no era correcta. Sin embargo el Eterno utilizó la situación para llevar a cabo sus planes, como siempre.

 

38:24 “Y sucedió que como a los tres meses, informaron a Yehudá, diciendo: Tu nuera Tamar ha fornicado, y he aquí, ha quedado encinta a causa de las fornicaciones. Entonces Yehudá dijo: Sacadla y que sea quemada.” – Según el libro de Yashar, Tamar era hija de Elam, hijo de Shem, hijo de Noaj la sentencia de la fornicación cometida por Tamar era según la ley de Israel, como está escrito en Levítico 21:9:

“Y la hija de un sacerdote, si se profana como ramera, a su padre profana; en el fuego será quemada.”

 

Lo que dijo Yehudá no fue por una decisión caprichosa sino según las normas que el Eterno entregó a sus hijos. Él dictó sentencia como un juez en Israel. Aquí hay otro ejemplo de un mandamiento que se practicaba antes de la entrega de la Torá.

Hay diferentes opiniones entre los rabinos en cuanto a si el hecho de Tamar tiene que ser considerado como adulterio o no, porque estaba comprometida con Shelá, el hijo menor de Yehudá, o como un acto de fornicación como hija de sacerdote. La pena por adulterio es por lapidación y si es una hija de un sacerdote comete fornicación la pena es ser quemada por fuego.

Ahora, hay una interpretación que dice que no se trataba aquí de quemar a Tamar por medio del fuego, sino de imprimir una marca vergonzosa en su cuerpo mediante un hierro candente. Aquí cabe destacar que en este texto no aparece la palabra baesh, “en el fuego”, que es usada en todas las demás referencias cuando habla de la pena capital por medio de fuego, cf. Levítico 20:14; 21:9. Esta interpretación es semejante a la ley de Hamurabi12 que dice en su apartado 126:13 “ordena marcar a las esposas infieles en la frente con hierro candente”.

 

38:25 “Y aconteció que cuando la sacaban, ella envió a decir a su suegro: Del hombre a quien pertenecen estas cosas estoy encinta. Y añadió: Te ruego que examines y veas de quién es este sello, este cordón y este báculo.” – Ella no anunció el nombre de su suegro. No le acusó directamente para no avergonzarle. El Talmud14 dice: “Dijo el Rabí Yojanán en nombre de Rabi Shimón bar Yojai: es mejor que la persona se arroje a un horno encendido antes de avergonzar al prójimo públicamente, y ello lo aprendemos de Tamar”.

 

38:26 “Yehudá los reconoció, y dijo: Ella es más justa que yo, por cuanto yo no la di por mujer a mi hijo Shelá. Y no volvió a tener más relaciones con ella.”

Según Rashí, hay que entender el texto hebreo como: “Razón tiene, de mí es”. La última frase significa: “de mí está embarazada”.

 

38:29 “Pero he aquí, sucedió que cuando él retiró su mano, su hermano salió. Entonces ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Por eso le pusieron por nombre Pérets.15” – Perets16 significa “brecha”.

 

Un Midrash17 dice:

“El es el salvador, el Rey Mashíaj... así que Yehudá salió ganando porque de él vino Pérets y Jetsrón, de quienes saldría luego David y el Rey Mesías quien salvará a Israel.”

 

En Rut 4:18-22 está escrito:

“Estas son las generaciones de Pérets: Pérets engendró a Jetsrón, Jetsrón engendró a Ram, Ram engendró a Aminadav, Aminadav engendró a Najshón, Najshón engendró a Salmá, Salmón engendró a Boaz, Boaz engendró a Oved, Oved engendró a Yishai y Yishai engendró a David.”

 

Otro Midrash18 dice:

“Ella quiso decir: Este es más grande que todos los que hacen roturas para quien tú te levantarás y de quien está escrito: ‘subirá el rompedor de los caminos delante de ellos’”

 

En Miqueas 2:13 está escrito:

 “El que abre brecha subirá delante de ellos; abrirán brecha, pasarán la puerta y saldrán por ella; su rey pasará delante de ellos, y el Eterno a su cabeza.”

El nacimiento de Pérets habla del Mesías que iba a nacer para abrir una brecha. En primer lugar vendría para hacer una brecha y destruir la muerte y el pecado.

 

En el midrash Shemot Rabbá 30 se puede leer:

“Esta es la historia de Perets y su profundo significado... Cuando el Bendito creó su mundo, no había aun el Ángel de la Muerte... pero cuando Adam y Eva cayeron en pecado, todas las generaciones fueron corruptas. Pero cuando PERETZ nació, la historia comenzó a ser cumplida por medio de él, pues a través de él, el Mesías será levantado y en sus días, el Bendito causaría que la muerte fuese sorbida, como está escrito: “El destruirá la muerte para siempre” (Isaías 25:8).

Esto concuerda con Romanos 5:12 que dice:

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre y por medio del pecado la muerte, así también la muerte pasó a todos los hombres”.

 

Y con 1 Corintios 15:21, 22, 26, 54 donde está escrito:

“Porque por cuanto la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, así también en el Mesías todos serán vivificados... y el postrer enemigo que será destruido es la muerte... Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte fue sorbida para victoria”.

 

En segundo lugar el Mesías vendría para abrir una brecha en el vallado que impedía a otros pueblos entrar en el Israel celestial, como está escrito en Efesios 2:14:

“Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación”

El Mesías vino para abrir brecha en el muro de separación entre el judío y el Israel perdido junto con  el gentil para que la salvación pudiera llegar hasta los últimos rincones del mundo y para que se cumpliera la palabra profética de bendecir a todas las naciones de la tierra por medio de la simiente de Avraham, Yitsjak y Yaakov, cf. Génesis 22:18; 16:4; 28:14.

El Mesías es también capaz de romper aquellas murallas que impiden que la vida emocional de una persona sea tocada por el amor de Eloha.

 

¡SHABAT SHALOM!

 

Fuente: E Blad

 

Adaptación: HOSHEA BEN YISRAEL

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