Parashá 24 VaYikrá
Levítico 1:1 – 6:7
(5:26)
Aliyás de la Torá :
- 1:1-13
- 1:14 – 2:6
- 2:7-16
- 3:1-16
- 4:1-26
- 4:27 – 5:10
- 5:11 – 6:7 (5:26 versión hebrea)
Haftará: Isaías 43:21 –
44:23
Brit Hadasha: Mateo 1:1 –
3:17
VaYikrá Significa “y llamó”.
RESUMEN DE LAS ALIYOT
Primera
alía (1:1-1:13)
El Eterno llama a Moshé desde el Mishkán de reunión, para darle instrucciones para las ofrendas que se presentan en el Mishkán. Le da instrucciones acerca de las ofrendas en lo concerniente al ganado vacuno, la persona que traía la ofrenda colocaba las manos sobre el animal, luego el animal era sacrificado y el Cohen salpicaba su sangre sobre el Altar. Se le desollaba y se lo trozaba, y luego las partes eran dispuestas y lavadas, y se les quemaba en el Altar.
Segunda alía (1:14-2:6)
Se describe el proceso en que se presentan las ofrendas igneas de los demás animales y aves. Se describen además, las distintas ofrendas vegetales, partes de las cuales se queman en el Altar, mientras que el resto será de los Cohanim.
Tercera alía (2:7-2:16)
Se prohibe mezclar levadura o miel en las ofrendas. Se da instrucciones de sazonar con sal toda ofrenda. Se explica como deben de ser las ofrendas de primicias.
Cuarta alía (3:1-3:17)
Se describe la ofrenda de paz, parte de la cual es quemada en el Altar, y la otra parte comida, puede ser de tanto ganado vacuno, como de ovejas y cabras. La Torá prohibe comer sangre y jelev -cierto cebo de los animales-.
Quinta alía (4:1-4:26)
Se especifican las ofrendas que se darán si una persona peca por ignorancia, o si toda la comunidad de Israel peca por ignorancia o si peca un jefe.
Sexta alía (4:27-5:10)
Se indica la ofrenda que se dará por un pecado de inadvertencia haciendo algo prohibido por D-os, presentará como ofrenda una cabra sin defecto o unas ovejitas. Se especifican las ofrendas para aquellos que podían testificar y no lo hicieron, para el que toco cosa impura o un animal impuro. Cuando uno cometiera uno de esos pecados debía llevar una hembra oveja o cabra y si no pudiere llevara dos tórtolas o dos pichones.
Séptima alía (5:11-5:23)
Se explica las leyes de ofrenda para aquellos que no tienen para ofrecer las tórtolas o los pichones. Se presentara en su lugar una décima parte de flor de harina sin mezclarla con aceite ni incienso. El sacerdote la quemará y él hará la expiación por el pecado. También se dan las ordenes para la ofrenda para sí alguno pecare por error, que será un carnero. También se especifican por los pecados haciendo una cosa prohibida por la ley de Dios. Y por el pecado de infidelidad contra Dios, defraudando a su prójimo o hizo falso juramento.
El Eterno llama a Moshé desde el Mishkán de reunión, para darle instrucciones para las ofrendas que se presentan en el Mishkán. Le da instrucciones acerca de las ofrendas en lo concerniente al ganado vacuno, la persona que traía la ofrenda colocaba las manos sobre el animal, luego el animal era sacrificado y el Cohen salpicaba su sangre sobre el Altar. Se le desollaba y se lo trozaba, y luego las partes eran dispuestas y lavadas, y se les quemaba en el Altar.
Segunda alía (1:14-2:6)
Se describe el proceso en que se presentan las ofrendas igneas de los demás animales y aves. Se describen además, las distintas ofrendas vegetales, partes de las cuales se queman en el Altar, mientras que el resto será de los Cohanim.
Tercera alía (2:7-2:16)
Se prohibe mezclar levadura o miel en las ofrendas. Se da instrucciones de sazonar con sal toda ofrenda. Se explica como deben de ser las ofrendas de primicias.
Cuarta alía (3:1-3:17)
Se describe la ofrenda de paz, parte de la cual es quemada en el Altar, y la otra parte comida, puede ser de tanto ganado vacuno, como de ovejas y cabras. La Torá prohibe comer sangre y jelev -cierto cebo de los animales-.
Quinta alía (4:1-4:26)
Se especifican las ofrendas que se darán si una persona peca por ignorancia, o si toda la comunidad de Israel peca por ignorancia o si peca un jefe.
Sexta alía (4:27-5:10)
Se indica la ofrenda que se dará por un pecado de inadvertencia haciendo algo prohibido por D-os, presentará como ofrenda una cabra sin defecto o unas ovejitas. Se especifican las ofrendas para aquellos que podían testificar y no lo hicieron, para el que toco cosa impura o un animal impuro. Cuando uno cometiera uno de esos pecados debía llevar una hembra oveja o cabra y si no pudiere llevara dos tórtolas o dos pichones.
Séptima alía (5:11-5:23)
Se explica las leyes de ofrenda para aquellos que no tienen para ofrecer las tórtolas o los pichones. Se presentara en su lugar una décima parte de flor de harina sin mezclarla con aceite ni incienso. El sacerdote la quemará y él hará la expiación por el pecado. También se dan las ordenes para la ofrenda para sí alguno pecare por error, que será un carnero. También se especifican por los pecados haciendo una cosa prohibida por la ley de Dios. Y por el pecado de infidelidad contra Dios, defraudando a su prójimo o hizo falso juramento.
EN SEÑANZA DE LA PARASHÁ VAYIKRA
Este shabat marca el comienzo de la
lectura semanal del tercer libro de la Torá, Vaikrá (Levítico), que trata
principalmente sobre el servicio y responsabilidad de los Kohanim (sacerdotes);
es por eso que también se lo conoce como Torat Kohanim (Leyes de los
Sacerdotes). Esta sección y la de la próxima semana, se centran en su mayor
parte sobre los korbanot u ofrendas a ser traídas como expiación al Mishkán
(Tabernáculo) recientemente construido. Parashat Vaikrá empieza cuando el
Eterno llama a Moshé al Santuario para instruirlo en una serie de mitzvot que
deben ser transmitidas al pueblo de Yisrael.
La primera parte describe las varias
ofrendas voluntarias a ser traídas por los individuos, las que se pueden
clasificar en tres categorías generales, cada una dividida a su vez, en varios
niveles según el tamaño y el costo: el Korbán Olah (ofrenda de elevación), que
era completamente consumida en el altar; el Korbán Minjá (ofrenda de comida),
que por su contenido más reducido, era usualmente traída por personas de bajos
recursos y el Korbán Shelamim aofrenda de paz), parcialmente quemada en el altar
y el resto dividido entre los ofrendantes y los sacerdotes. La segunda mitad de
la perashá, comenzando con el capitulo 4, trata sobre las ofrendas Jatat
(pecado) y Asham (culpa) que debían traerse para expiación de transgresiones no
intencionales.
2- SEAMOS MUY, PERO MUY HUMILDES
“VAIKRá EL MOSHÉ” (“Y LLAMó A MOSHÉ”)
(Vaikrá 1:1)
La primera palabra de este libro, que
identifica a todo el libro como Vaikrá, contiene una letra inusualmente
pequeña, la Alef, como si la palabra estuviese escrita así:VAIKRá.
“Vayikrá” (Y Él llamo). Está escrito
en la Torá con una alef pequeña. La Alef es la letra que representa la
voluntad, el ego. Es la primera letra de la palabra “Anoji” (yo). Cuando una
persona se ve a sí misma muy pequeña, como la alef pequeña, da lugar a que la
Presencia Divina more en ella. Moshé Rabenu fue el hombre más humilde; solo él,
como ningún otro hombre ni antes ni después, vio que hay una sola Alef en toda
la Creación – el Eterno (Di-s). Moshé hizo que su ego -su Alef- sea tan
pequeño, que fue merecedor de ser el portador de la Torá.
Nuestros Sabios objetaron a Moshé por
haber escrito la alef en miniatura. Podría haberla escrito normalmente. Pero no
lo hizo.
¿Por qué? Porque Eloha llamó a Bilaam,
el perverso profeta gentil, con Vaikar, sin la alef, lo que Rashi (Francia
1040-1105) describe como un llamado denigrante. Moshé no estaba interesado en
la autopromoción, y era de hecho tan, pero tan humilde, que ni siquiera quiso
hacerse más grande que Bilaam, que estaba tan lejos de su nivel moral y
espiritual, aunque se le habían conferido las mismas capacidades. De modo que
no quiso más que un Vaikar para sí. Pero nuestros sabios dicen que el Eterno le
concedió la radiante expresión que emanaba de su rostro –el símbolo patente de
su grandeza- como compensación por la tinta que le sobró a Moshé por su
humildad.
Cuando alguien que realmente cometió
una mala acción y reveló un mal comportamiento, intenta minimizar y excusarse
por lo hecho, buscando justificaciones en lugar de admitir su culpa o su error,
está demostrando que su orgullo está por encima de todo y no le permite
disculparse por lo actuado. Todos sus semejantes, en consecuencia, tienen una
opinión muy baja de él.
¡Qué contraste entre Moshé y un
individuo así! Uno escapó del honor y lo encontró. El otro lo persiguió y lo
perdió. Esto es, precisamente, lo que nuestros Sabios nos dicen acerca del
orgullo: “Persigue el orgullo y escapará de ti. Escapa de él y te seguirá”.
El Rambam (Maimónides) dice que, en
cada aspecto de nuestro carácter, debemos buscar el “término medio” –excepto
cuando en la humildad. Con respecto a la humildad uno debe ir al extremo y ser
extremadamente humilde. La pequeña Alef nos habla de la clave del éxito de
Moshé en acercarse a Eloha: su absoluta humildad ante el Creador y ante sus
semejantes.
Rabenu Bajie enseña que para ser
humilde, una persona debe ser vergonzosa y paciente, honrar a los demás y tomar
cualquier agravio en forma suave y sin contestar. Y agrega que cuatro cosas
vienen como resultado de su humildad: 1) Temor del Cielo, 2) riqueza 3) Honor y
4) Vida. El individuo humilde adquiere temor del Cielo porque se da cuenta de
que no puede triunfar por sí solo –todo su sustento, tanto material como
espiritual, proviene de Eloha. Se percata de su pequeñez en relación con su
Creador. La persona humilde que siente temor del Cielo, se vuelve rica porque
es feliz con su porción. Este individuo es feliz con lo que tiene y no busca
más de lo que necesita. Como dice la sabiduría Judía: “¿Quién es rico? El que
se contenta con su parte”.
El Mashiaj Yeshua dijo:
Mat 11:29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
Zec 9:9 ¡Exulta sin freno, Sión, grita de alegría, Jerusalén! Que viene a ti tu
rey: justo y victorioso, humilde y montado en un asno, en una cría de asna.
La persona humilde que teme al Cielo
y es feliz con su porción, también encontrará el honor, porque al ser feliz con
lo que el Eterno le ha asignado, es capaz de controlar sus pasiones y deseos.
Esto-dice Rabenu Bajia- es honor.
La humildad lleva a la persona a la
vida. Cuando un individuo desea cosas extras, siempre estará preocupado por sus
bienes: “¿Subirán las acciones? ¿Aumentará el valor de las propiedades?
¿Conseguiré una promoción?”. Las preocupaciones e inquietudes lo persiguen
todos sus días y su “vida” está llena de agonía y de ansiedad por el mañana. La
preocupación y la inquietud acortan la vida de una persona. Por eso, dice
Rabenu Bajia, que nadie se preocupe por el mañana, pues no sabe siquiera, qué
le deparará el día de hoy. Puede que no haya un mañana. De modo que una persona
que se preocupa, se está preocupando por un mundo que no es de él!
Luk 12:22 Dijo a sus discípulos: "Por eso os digo: No andéis preocupados por
vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis:
Luk 12:23 porque la vida vale más que el alimento y el cuerpo más que el vestido;
Luk 12:24 fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni
granero, pero Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves!
Luk 12:25 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un
codo a la medida de su vida?
Luk 12:26 Si, pues, no sois capaces ni de lo más pequeño, ¿por qué preocuparos de lo
demás?
Luk 12:27 Fijaos en los lirios, cómo ni hilan ni tejen. Pero yo os digo que ni
Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Luk 12:28 Pues si a la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno,
Dios así la viste ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe!
Luk 12:29 Así, pues, vosotros no andéis buscando qué comer ni qué beber, y no estéis
inquietos.
Luk 12:30 Que por todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya sabe
vuestro Padre que tenéis la necesidad de eso.
Luk 12:31 Buscad más bien su Reino y esas cosas se os darán por añadidura.
La persona humilde, que carece de
tales preocupaciones, VIVE en este mundo. La persona humilde realmente tiene
VIDA.
(© 1997 Rab Y. Menken – Project
Genesis, Inc.)
3- LA SAL DE NUESTRO TALENTO
“Ni levadura ni miel podréis elevar
como ofrenda al Eterno… sobre toda ofrenda tuya ofrecerás sal (Vaikrá 2:11-13)
La levadura y la miel agregan sabor a
la comida. La sal es diferente. La sal extrae y realza el gusto propio del
alimento. El Rab Mordajai Gifter Z´L, explicaba que Adonay desea enseñarnos la
lección de la sal. ¿Cual es esta lección? No debemos pasar por alto aquello que
Elohim nos concede para servirlo a El.
Antes que buscar otras formas
externas de cumplir nuestras obligaciones con Adonay, debemos utilizar nuestras
propias capacidades, talento y habilidades. Y si esos talentos yacen dormidos,
es nuestro deber “salarlos” y extraer su entero sabor y potencial.
Meam Loez (Melajim I 21:14) registra
la historia de un hombre que falló en usar su potencial al máximo y fue
severamente castigado. Nabot vivía próximo al rey Ahab. Cada año concurría
Nabot al Bet HaMikdash y realizaba allí el servicio Divino para todo Israel con
su melodiosa voz. Todos los que hacían su peregrinación al Bet HaMikdash se
reunían a su alrededor y disfrutaban embelesados del maravilloso servicio
religioso que él oficiaba.
Cierto año, Nabot decidió quedarse en
casa para las festividades. Ese mismo año, una inusual avidez por su propiedad
se apoderó del rey Ahab y de su esposa, la malvada Izebel, quienes
eventualmente mandaron a ejecutar a Nabot.
¿Por qué el Eterno permitió este
terrible fin para él? Nabot defraudó a los miles de visitantes del Bet
haMikdash por no ofrecer su acostumbrada interpretación para el servicio
religioso de la festividad. Falló en usar sus talentos para servir al Eterno y
santificar Su nombre.
Mat 5:13 "Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si
la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para
ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.
El Eterno ha conferido a cada persona
muchas bendiciones en forma de talentos, características y capacidades únicas y
especiales. Pero con éstas también vienen obligaciones: el deber de desplegar y
desarrollar esas cualidades dadas por el Creador y emplearlas para servirlo a
Él, perfeccionando el mundo donde vivimos.
Mar 9:50 Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis?
Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros."
Publicado en Sucat David
LA BASE DE LA TEFILÁ
Adam ki iakrib miKem korban
lahashem (Vaikra 1-2)
Cuando alguien de ustedes ofrezca una ofrenda al Eterno
Cuando escuché acerca del
sufrimiento por el que atravesaba un querido Abrejde nuestro Colel, cuyo hijo
se enfermó gravemente, se conmovió profundamente mi corazón, ya que se
trataba de un niño que no llegaba a la edad de diez años.
Su padre, una persona respetada por todos – no tenía consuelo, y no lograba concentrarse en su estudio, como lo había hecho hasta el día en que fue notificado de la enfermedad de su hijo.
Me senté un momento a solas,
pensando de que forma podía ayudar a esta familia que había sido tan
duramente golpeada por el sufrimiento.
Acaso yo soy especialista en medicina? No. Acaso tengo yo la posibilidad de solventar el costo de los tan numerosos y caros tratamientos? No. A causa de estas respuestas negativas, puedo yo quedarme sentado y cruzado de brazos? Entonces qué sí puedo?
Puedo hacer Tefilá por ellos de
todo corazón, eso seguro que puedo… y es una Mitzvá hacerlo.
Me preparé para encarar el largo camino de la Tefilá para la curación del joven, concentrándome en invertir toda la fuerza de mi voluntad en esta tarea, me reforcé en el tema de la Tefilá, y me repetía a mi mismo, para que me quede bien claro, que la Tefilá nunca vuelve vacía, que cada una y una provoca algo en el mundo, y está prohibido dejar caer los brazos y darse por vencido.
Logrado esto, durante largos meses,
alcancé a sacar de lo más profundo de mi corazón una Tefilá llena de súplica,
llorando y rogando al Eterno, que tenga piedad y misericordia de mi amigo y
cure a su hijo de esta grave enfermedad.
Así hice día tras día, y durante las vacaciones, me esforcé aún más. Viajé al norte de Israel, allí visité las tumbas de los Tzadikim donde volqué una sentidaTefilá frente al Creador.
Hasta que un día… cuando llego al
Colel, me encuentro con un anuncio colgado en la cartelera, en el que mi
amigo invita a todos a la fiesta de agradecimiento con motivo del
restablecimiento de su querido hijo, agradeciendo y alabando al Creador por
haberlo salvado y liberado de esta tragedia tan grande que había caído sobre
su familia.
Yo también participé de esa fiesta.
Yo también escuché las palabras de mi amigo, que repetía una y otra vez, y
volvía a contar que según los diagnósticos de los doctores, no había
esperanza alguna que su hijo se curara. Lo que había ocurrido era un milagro
manifiesto del Cielo.
Pensé en mi interior: Quién sabe?
Si bien es correcto que por un lado, la persona no debe condicionar su oración
a la salvación, por otro lado, tengo muy claro que cuando me dispuse a hacer
Tefilá por el niño, lo hice de todo corazón y con intención pura. De ser así,
es posible que también yo tenga parte en el milagro que ocurrió.
Para valorar el elevado nivel de la
Tefilá, tengamos en cuenta que, en nuestra época, las Tefilot reemplazan a
los Korbanot,
Rom 12:1 Os exhorto, pues,
hermanos, por la misericordia de Eloha, a que os ofrezcáis a vosotros mismos
como un sacrificio vivo, santo, agradable a Eloha: tal será vuestro culto
espiritual.
1Pe 2:5 también vosotros, cual
piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por
mediación de Yeshúa nuestro Mashiaj.
Cuando escuchamos de alguno de
nuestros conocidos, o que alguno de nuestros afectos fue atacado por algún
sufrimiento, y es necesario hacer Tefilá por él pidiéndole al Eterno que lo
cure y le de fuerza, en primer lugar, debemos confiar en que la Tefilá si
ayuda, y cada palabra, cada ruego que sacamos de la boca, tiene el poder de
hacer grandezas y maravillas.
Esta es la base de la Tefilá. Sin
esto, en otras palabras, mientras que la persona no esté convencida que la
Tefilá que hace tiene el poder de influir en el desenlace de todas las
situaciones, la Tefilá de él no saldrá del corazón, y por ende le faltará
peso.
Si escuchas de un amigo que no está
bien, que está atravesando por algún problema, tómate unos minutos, y antes
de abrir tu boca en la oración, piensa en las palabras de los Jajamim,(sabios)
que nos explican claramente que no hay una Tefilá que no se escuche.
Ciertamente, nadie asegura que la
Tefilá dará resultado de un momento a otro, que inmediatamente después de
pronunciar la última palabra el enfermo se curará y se levantará de su cama,
que el problema se resolverá en ese instante, pero es seguro cien por ciento
que influye.
Cuando estés seguro de esto,
entrégate a la Tefilá, y entonces podrás realizarla con mucha emoción, e
invirtiendo en ella cada rincón de tu corazón.
Ya que, si la Tefilá ayuda, y en su
potencial está influir sobre la situación de mi vecino, como podría no
hacerla?
En esta situación, nuestra Tefilá sería otra completamente! De esta forma tendrá más probabilidades de ser aceptada frente al Creador! Confiemos en la fuerza de la Tefilá para liberarnos de todos los sufrimientos y dificultades. Confiemos, confiemos y la salvación llegará rápidamente. |
|
(Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus,
Argentina.
Editor responsable:Eliahu Saiegh)
Para que el aroma de la oración que reemplaza a los sacrificios del
Templo
Sagrado llegue hasta el Trono Celestial, hay que tomar por diferentes
caminos
y transformar la Tefilá en un instrumento de acercamiento al Creador.
La oración dicha por la persona con sus propias palabras, tiene ese
aroma especial.
No solo porque es prácticamente imposible no prestar atención a nuestros propios
pedidos, a diferencia del texto de la Tefilá que repetimos
diariamente durante tanto
tiempo que termina siendo rutinaria y nos resulta difícil concentrarnos en ella, sino
que
¿Cómo es posible no prestar atención a las palabras que la persona saca de su
boca con los ojos cerrados, los puños apretados y el corazón abierto?
Cuando alguien habla con un compañero y le cuenta sus cosas, no
necesita una
concentración especial para que las palabras lleguen a sus
oídos.
Estas fluyen naturalmente y automáticamente, de la misma forma son recibidas por
quien lo está escuchando.
Esta es la ventaja más notable de la Tefilá dicha con el estilo
personal de cada
uno y también es la causa por la cual una oración como esta,
cuyo origen es el
corazón – a veces es más aceptada que otras…
El Gaon Rabí Masuud Benshimon, contó un episodio ocurrido en la casa
del Baba
Sali, Rabí Israel Abujatzira ZZ”L, en la ciudad de Netivot en
Israel.
Fue durante uno de los banquetes de Rosh Jodesh, organizado en casa del Rab. Rabí Masuud fue una de las personas que tuvo el honor de asistir a ese banquete.
Los presentes, no eran solo personas estudiosas de Torá, absolutamente
no.
La multitud que se encontraba presente allí estaba compuesta, en su
gran mayoría,
por personas desafortunadas cuyos sufrimientos los habían desbordado y
acudían
a la casa del Tzadik para pedirle que
hiciera Tefilá por ellos y que los bendijera para
que acabaran sus desventuras.
En el banquete al que me refiero en esta oportunidad, cuenta Rabí
Masuud, había un
hombre sentado entre nosotros, que no dejaba de llorar y lamentarse.
Él mismo le contó al Baba Sali que había dejado en su hogar, no menos de siete hijas, a las
que debería casar y en su
bolsillo no tenía ni una moneda.
Además de su extrema pobreza, él y su esposa habían sido golpeados por diversas
enfermedades que afectaron la
salud de ambos y no hicieron más que agregarles
sufrimientos. El hombre le rogó al Baba Sali que lo bendijera para que
de una vez por
todas terminaran sus sufrimientos.
Todos los presentes pudieron percibir como el dolor de este Yehudí
perforaba el
corazón del Tzadik, vieron como se apiadaba de este hijo del Eterno que sufría
tanto.
En ese momento, se abrió la puerta y entró el yerno del Baba Sali. Cuando el Rab lo vio, alzó su voz y exclamó ante la sorpresa de todos: “¿Por qué entraste? ¿Quién te dio permiso para que entraras?” El yerno empalideció. También en la cara de los presentes se notaba la zozobra.
Todos conocían el cariño que reposaba en el corazón del Tzadik hacia
todo Yehudí.
“¡¿Por qué le habrá gritado a su yerno, que lo amaba y lo respetaba tanto?!”. Todos sabían que este grito no había sido en vano, seguramente algo muy elevado
contenía.
¡No era posible escuchar estas palabras del Baba Sali y no temblar! El Tzadik no se inmutó por la sorpresa de sus invitados y nuevamente repitió su
agresiva pregunta: “¿Quién te dio permiso de entrar?”
Después de una pausa, que pareció eterna, Rabí Israel Abujatzira miró
fijamente a su
yerno y le dijo: “Te pido que repitas,
una a una, las palabras que diré ahora. Palabra
por palabra: ´el yerno es como el hijo, y el
hijo puede entrar a lo de su padre cuando lo desee´ (dándole a entender: esta
es la respuesta que contestaba mi pregunta)
El yerno que todavía no se había repuesto de la sorpresa, no conseguía
articular una
palabra.
Pero el Tzadik le insistía que
repitiera la frase.
Una vez que pudo recomponerse y hacer lo que su suegro le pedía,
repitiendo en
voz alta cada palabra, el Baba Sali se paró junto a la pared y estalló en
llanto,
mientras decía: “Tú escuchaste, Padre de los Cielos, lo que dijo mi
yerno, un hijo
puede entrar a lo de su padre cuando quiera. Siendo así, quiero entrar ahora mismo
a Tu Morada para
pedirte que ayudes a este Yehudí que está a mi lado”.
Una larga hora se quedó parado al lado de la pared Orando, luego regresó
a la mesa,
se dirigió al hombre y le dijo: “Oré y se
me respondió”.
¿Cuál es el mensaje de esta historia?
¡El mensaje es que hay que saber como hacer Tefilá! Cuando le hablamos al Eterno
con
nuestras palabras y le pedimos de todo corazón El nos escucha y la
Tefilá es
respondida.
Esto se debe a que cada elemento de la creación alaba al Eterno a
partir de sí mismo.
Reflexionemos: ¡Cuánto mas cada uno de nosotros, hijos del Eterno!
Es correcto que seguramente las palabras del Baba Sali tenían peso específico en las
alturas, pero nosotros tenemos prohibido
desvalorizarnos, también nosotros somos Sus hijos, de
forma tal que cada uno tiene
permiso para ingresar a la morada del Padre en el
momento que desee y pedirle todo lo que necesita.
Incluso cuando pecamos y actuamos en contra de los deseos de nuestro
Padre
Celestial, seguimos siendo sus hijos y también en esa situación tenemos
la
posibilidad de golpear a su puerta e ingresar en cualquier momento.
Mat 7:7 "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
Mat 7:8 Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se
le abrirá.
|
Publicado en Maor
HaTora
“Cuando un hombre entre ustedes
traiga una ofrenda” (Vayikrá 1:2)
La raíz de la palabra `traer una ofrenda’ en Hebreo es la misma que la
palabra `cercanía’. Cerca y lejos son distancias no necesariamente medidas en
metros o millas. Las personas pueden estar muy cerca aún cuando están en dos
lugares del mundo diferentes, y pueden estar muy distantes aún si se sientan
juntas en un autobús o si viven en la misma casa. La espiritualidad del Bet
HaMikdash creó una cercanía palpable que cada persona sentía al traer las
ofrendas. El reino físico está dividido en 4 partes: Mineral, Orgánico, Animal
y el Hombre. El mundo Mineral esta desprovisto de vida, crecimiento y
movimiento; el mundo Orgánico es el que crece y está activo; el mundo Animal
-de instinto y conocimiento. El Hombre es el `locutor’ – es el poder del
intelecto y la razón. El propósito de los Korbanot (ofrendas) es acercar a
todas estas partes de la Creación y elevarlas. Cuando un animal era ofrecido
-acercado– esto acercaba a toda la vida animal en el mundo.
Similarmente, la ofrenda de los menajot y los nesajim -la ofrenda de
harina y libaciones de vino- acercaban toda vida orgánica. Y con cada ofrenda
tenía que haber sal -la representación del mundo Mineral- que elevaba y
acercaba a la vida inorgánica. En el versículo nombrado, la expresión “un
hombre entre ustedes traerá una ofrenda” puede significar también “un hombre
traerá una ofrenda de sí mismo”. El hombre mismo se ofrece, acercándose,
poniendo su alma en su ofrenda. Hoy que no tenemos la cercanía con Eloha que el
Bet HaMikdash nos daba, tenemos un sustituto, la Oración. Cuando desbordamos
nuestro corazón en oración, cuando nos ofrecemos al Eterno, acercamos al mundo
y a nosotros mismos a nuestro Padre en los Cielos.
¡SHABAT SHALOM!
Preparado Y RECOPILADO por: HERNAN FLOREZ GARZÓN
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