viernes, 5 de septiembre de 2014

Parashá 49 Ki Tetsé

Parashá 49 Ki Tetsé
Deuteronomio 21:10 – 25:19
Para ser leída y estudiada en el Shabat del 11 de Elul de 5.774
(septiembre 6 de 2.014)
Aliyás de la Torá:
1.   21:10-21
2.   21:22 – 22:7
3.   22:8 – 23:6 (heb. 23:7)
4.   23:7(8)-23:23 (24)
5.   23:24(25) – 24:4
6.   24:5-13
7.   24:14 – 25:19

Haftará: Isaías 54:1-10

Escritos Apostólicos (Brit Hadasha) Revelación 12:1-14:20

Ki Tetsé Significa “cuando salgas”.
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Primera aliyá, 21:10-21 
21:12 “la traerás a tu casa, y ella se rasurará la cabeza y dejará crecer sus uñas” – Si un hombre desea casarse con una prisionera que ha sido tomada en una guerra no obligatoria, tendrá que hacer que se rape y deje crecer sus uñas para que no se engañe por las apariencias físicas. Si él la sigue queriendo a pesar de no tener un aspecto físico agradable, el proceso matrimonial seguirá.
21:13 “También se quitará el vestido de su cautiverio, permanecerá en tu casa y llorará por su padre y por su madre por todo un mes; después de eso podrás llegarte a ella y ser su marido, y ella será tu mujer.” – Según el Midrash, las hijas de los pueblos de la antigüedad se adornaban en tiempos de guerra para seducir sexualmente a los enemigos. Por lo tanto aquí se refiere a ropas atractivas que tenía la prisionera antes de ser capturada. El propósito de quitarlas es que el varón ya no la encuentre atractiva como antes. Antes de poder casarse con una prisionera de guerra, habrá que esperar un mes para que ella pueda “llorar por su padre y por su madre”. Esto nos enseña por un lado, que El Eterno está interesado en que su alma sea consolada antes del casamiento. También nos enseña que El Eterno no quiere que el varón tome una decisión precipitada. Ella tenía que llorar tanto tiempo para que el hombre no la vea contenta y feliz, sino fea y poco atractiva en comparación con las mujeres israelitas.
Otra opción de interpretación sería que se esté hablando de cortar los cabellos y las uñas (el texto hebreo dice literalmente “hará las uñas”), con el fin de que pase por una especie de purificación, semejante a la de los leprosos, nazarenos y levitas cuando rasuraron todo el pelo de su cuerpo, cf. Levítico 14:9; Números 6:9; 8:7. Es un tipo de conversión para que la cautiva deje su identidad anterior y sea parte del pueblo de Israel.
un mes” – La esclava puede ser comparada con Israel, que estuvo en Mitsrayim. Adonai la sacó de la esclavitud del Paró. Cuando su dueño anterior había muerto, ella era libre para casarse con el Eterno. Pero como El Eterno no quebranta su Torá, y es más, la Torá es la expresión de su carácter, él tuvo que esperar como mínimo 30 días para que se pudiera casar con ella. Por eso, entre otros motivos, hubo un tiempo de espera entre la salida de Mitsrayim y la entrega de la Ketuvá (escritura), el contrato matrimonial, en Sinái.
21:14 “Pero sucederá que si no te agrada, la dejarás ir adonde quiera; mas ciertamente no la venderás por dinero, ni la maltratarás, porque la has humillado.” – El propósito de este trato con esta mujer es que no sea agradable para el hombre.
         No es una situación ideal que él se case con ella, porque puede traer consecuencias negativas en el futuro, y por esto Elohim establece estas reglas para que finalmente él se dé cuenta que no le conviene casarse con ella. La Torá no prohíbe este tipo de matrimonio, pero tampoco lo anima. Más bien lo desanima con estas medidas. Si el hombre se quiere casar a pesar de esto, puede hacerlo. Sin embargo corre el riesgo de que con el tiempo ella se convierta en una mujer aborrecida, según los siguientes versículos, y, eventualmente nazca un hijo rebelde de su matrimonio, según los versículos que luego seguirán. Según el Midrash, la madre del rebelde Avshalom era una gentil cautiva de guerra que el rey David había capturado.
21:15-16 “no puede él hacer primogénito al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito, el día que reparta lo que tiene entre sus hijos, no puede él hacer primogénito al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito” – Esto nos enseña que cuando Yaakov dio la primogenitura a los hijos de Yosef, que era el hijo de su mujer preferida, no lo hizo por causa de su amor por Rajel, sino por otros motivos. Reuvén perdió su primogenitura por su pecado de adulterio. Shimón y Leví perdieron a su vez la oportunidad de obtenerla por su violencia en la ciudad de Shejem. Yehudá recibió una bendición especial, pero la primogenitura pasó a los hijos de Yosef, por revelación profética, cf. 1 Crónicas 5:1-2. También debemos destacar el hecho de que antes de la entrega de la Torá hubo leyes que no fueron guardadas por los patriarcas.
21:17 “sino que reconocerá al primogénito, al hijo de la aborrecida, dándole una porción doble de todo lo que tiene, porque él es el principio de su vigor; a él pertenece el derecho de primogenitura.” – Cuando dice que el primogénito hereda una porción doble de todo lo que el padre tiene, significa que él tendrá una doble porción entre los hermanos que reciben la herencia. Según el Rav Munk, al principio los primogénitos iban a ser los sacerdotes y por eso no tendrían ninguna herencia de tierra. Por eso obtuvo la doble porción de los bienes del padre, exceptuando su terreno.
21:18 “Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde que no obedece a su padre ni a su madre, y cuando lo castigan, ni aun así les hace caso” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “terco” es “sarar”, que significa “descarriado”. La raíz de la palabra hebrea que ha sido traducida como “rebelde” es “mará”, que significa “desobedecer”, “negarse”. Se trata de uno que desobedece las palabras del padre. La rebeldía es considerada por el Eterno como una actitud muy grave y tiene que ser duramente corregida en la vida de un niño antes de que llegue a la adolescencia.
Según el Talmud, aquí se trata de un joven, mayor de 13 años, porque de otra forma no podría ser castigado ante un tribunal judío, específicamente se refiere a un hijo en los tres primeros meses después de su bar mitsvá. Después de esos tres meses ya no se aplican las leyes del “hijo descarriado y rebelde”.
Cuando aquí se habla de castigarlo se refiere a hacer una advertencia formal ante el tribunal para que sea azotado. Si luego sigue robando de su padre para comer mucha carne y beber mucho vino, tendrá que ser ejecutado. La tradición enseña que este caso de la ejecución de un joven rebelde, llamado glotón y bebedor, nunca se ha dado en la historia de Israel por no cumplir todas las exigencias requeridas por los jueces.
Como no se ha cumplido en la historia del pueblo de Israel, ¿será que cuando vuelva Mashiaj se cumplirá, conforme a lo que dijo: “…hasta que toda se cumpla”, cf. Mateo 5:18?
21:20 “y dirán a los ancianos de la ciudad: "Este hijo nuestro es terco y rebelde, no nos obedece, es glotón y borracho."” – El carácter insaciable es considerado como algo muy negativo por la Torá. El dominio propio es fruto del Espíritu de Santidad, cf. Gálatas 5:23; 2 Timoteo 1:7. La autodisciplina es parte de un buen carácter y algo que los padres tienen que enseñar a sus hijos de pequeños. Una de las tareas más importantes que tienen los padres es enseñar a sus hijos a no ser esclavos de sus deseos, sino dominar sus impulsos y ser dirigidos por principios.
         La falta de dominio propio es condenada por la Torá. Hay especialmente dos áreas donde el hombre tiene que aprender a dominarse, la comida y el sexo. Si  no puede domar estas dos áreas en su vida, nunca llegará a ser maduro espiritualmente. La borrachera es condenada por la Torá. El Rebe Yeshúa fue falsamente acusado de ser un glotón y borracho, cf. Mateo 11:19.
Segunda aliyá, 21:22 – 22:7
21:22 “Y si un hombre ha cometido pecado digno de muerte, y se le ha dado muerte, y lo has colgado de un árbol” – Una de las cuatro formas de ejecución es por estrangulamiento. Pero aquí no se habla de estrangulamiento, sino de primero dar muerte al culpable y luego colgarle en un árbol. La palabra hebrea para árbol, “ets”, significa “árbol(es)”, “planta”, “madera”, “leña”. De aquí aprendemos que el Mesías podía haber sido colgado en un árbol, cf. Gálatas 3:13.
 21:23 “su cuerpo no colgará del árbol durante la noche, sino que ciertamente lo enterrarás el mismo día (pues el colgado es maldito de Eloha), para que no contamines la tierra que Adonai tu Eloha te da en heredad.” – Este mandamiento se aplica a todos los muertos en Israel. Hay que enterrarlos el mismo día cuando mueren. Sólo se puede demorar el entierro si el hecho de esperar un día más da más honra al muerto. Si las leyes de un país en la diáspora prohíbe que se entierre el mismo día, hay que respetarlas. Sin embargo, es considerada una deshonra para el muerto dilatar el tiempo hasta ser sembrado en la tierra para que pueda resucitar. También es considerado una deshonra dejar el cadáver sólo, sin atención.
En este texto encontramos una evidencia de que el día termina con la caída del sol, no a la medianoche o por la mañana.
“para que no contamines la tierra” – La tierra se contamina por un cadáver que ha sido colgado sobre un madero, si no es enterrado el mismo día.
22:1  “No verás extraviado el buey de tu hermano, o su oveja, sin que te ocupes de ellos; sin falta los llevarás a tu hermano.” – Si encuentras algo por allí que no es tuyo, no tienes el derecho de apropiarte de eso. Si sabes de quién es o si tienes la posibilidad de hacer una búsqueda para saber quién es el dueño de la cosa perdida, tienes la obligación de buscar a la persona y devolver el objeto o el animal perdido. Si no sabes de quién es, podrás guardar la cosa o el animal, hasta que alguien pregunte por ello. Entonces tendrás que devolverlo.
Esto nos enseña acerca de la importancia que la Torá da al derecho de propiedad privada. Es muy importante no apropiarse de los bienes ajenos. Cualquier forma de apropiación de bienes ajenos es un hurto, incluso del tiempo.
22:2  “Y si tu hermano no está cerca de ti, o si no lo conoces, entonces lo traerás a tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque; entonces se lo devolverás.” – El Talmud[8] dice que si es un animal que come y produce, debe producir y comer. Pero si es un objeto que no produce o come, debe ser vendido. El dinero se guarda y luego lo entrega al dueño del objeto. Así el que extravió el objeto no pierde nada si es un objeto que se deteriora con el tiempo.
22:3 “Así harás con su asno, y asimismo harás con su vestido; lo mismo harás con cualquier cosa perdida que tu hermano haya perdido y que tú halles. No te es permitido esconderte.” – De aquí se saca la idea de poner una señal o una nota para que la persona pueda encontrar al que ha encontrado lo perdido. En el tiempo del segundo templo había un lugar fuera de Yerushalayim donde la gente podía entregar y retirar objetos perdidos. Después de la destrucción del templo se anunciaban los bienes perdidos en las sinagogas y las casas de estudio.
Este principio puede ser encontrado también en los países donde la Torá ha tenido influencia sobre la conciencia de la población, de modo que el nivel de honestidad sea alto.
Por ejemplo, la policía sueca tiene una función de guardar objetos perdidos donde la gente puede entregar cosas que han encontrado por allí. Si la persona que ha perdido algo no encuentra lo perdido, podrá ir a anunciarlo en la policía. En el caso de que se encuentre allí, se le devuelve al dueño. Es costumbre entregar un poco de dinero a la persona que encontró el objeto, como una remuneración por su honestidad y molestia.
22:5 “La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace esto es abominación a El Eterno tu Eloha.” – En primer lugar se habla de una inclinación travestí. Incluso en Purim está prohibido vestir ropa del sexo opuesto. Sin embargo, Rashí dice que la prohibición sólo es cuando la intención es cometer una inmoralidad sexual. Es una abominación para el Eterno. En el judaísmo ortodoxo no se permite a la mujer llevar pantalones(pero ya sabemos que existen pantalones masculinos y femeninos). Una buena costumbre es que las mujeres no usen pantalones fuera de su casa, y si lo hacen, deben llevar una falda por encima.
El Targum Onkelós tradujo el texto de esta manera:
“No habrá un arma de guerra de varón en una mujer, y un hombre no se arreglará con los afeites de una mujer.”
El Talmud prohíbe a los hombres arrancar sus canas, usar joyas femeninas u ornamentos, o afeitarse el pelo que normalmente se afeitan las mujeres. También está prohibido, según la halajá, que las mujeres no solamente lleven armas, sino que estén presentes en el ejército, porque conduce a la inmoralidad.
22:6-7 “Si encuentras un nido de pájaros por el camino, en un árbol o en la tierra, con polluelos o con huevos, y la madre echada sobre los polluelos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos; sin falta dejarás ir a la madre, mas a los hijos los puedes tomar para ti, para que te vaya bien y prolongues tus días.” – Esta promesa se encuentra en mandamientos considerados como más importantes. De aquí los rabinos sacaron la enseñanza de que no se sabe si un mandamiento es grande o pequeño. Si cumples este “pequeño” mandamiento tendrás una recompensa grande. Así que  mejor es cumplir todos los mandamientos, porque uno no sabe qué recompensa hay en cada uno de ellos.
La Torá promete larga vida al que no trata a los animales con crueldad. La crueldad acorta nuestras vidas. El Eterno nos creó sensibles a los animales débiles y a las cosas creadas que son frágiles. La naturaleza nos enseña que si somos duros con el trato con ella, vamos a salir perdiendo. Si no riegas tus plantas se mueren. Si no das de comer a tus gallinas no te van a dar huevos. Si somos sensibles a la naturaleza, y especialmente a los animales, nos irá bien y tendremos larga vida.
Tercera aliyá, 22:8 – 23:6 (heb. 23:7)
22:8 “Cuando edifiques casa nueva, le harás un muro a tu azotea, para que no traigas culpa de sangre sobre tu casa si alguno se cayera de ella.” –  El que cuida el precepto de hacer huir la madre de su casa antes de tomar los huevos, será bendecido para poder construir una casa.
Aquí hay un mandamiento que habla a favor de la protección de la vida humana. De aquí se sacan muchas aplicaciones. No habla solamente de una casa, sino de tomar medidas para proteger al ser humano en todos los aspectos, poner vallas y señales de tráfico en las carreteras, tapar los agujeros de los enchufes para que los niños no metan los dedos allí, etc. etc.
·        Los hombres, cf. Génesis 15:5. Simiente en hebreo, “zera”, significa también semilla. La mala semilla son los pueblos paganos, que no pueden ser sembrados en el pueblo de Israel, para que el pueblo no sea estropeado. Un israelita no tiene el derecho de casarse con personas de otros pueblos que no han hecho conversión al judaísmo. La asimilación eventualmente destruye el pueblo consagrado.
·        La Torá, cf. Lucas 8:11. La mala semilla puede ser una enseñanza de origen maligno. No podemos mezclar paganismo con la cultura de las Escrituras, para que Israel no sufra daño.
·        La fe, cf. Mateo 17:20. La fe no puede mezclarse con temor o duda, que es contraproducente.
22:10 “No ararás con buey y asno juntos.” – Según el nivel peshat, simple, podemos hablar aquí de la protección de los animales tanto para que no se dañen cuando trabajan juntos, como para que no se mezclen. La mezcla entre especies está prohibida. Antes del diluvio fueron mezclados los especies de los animales y al final dice que toda la carne, no solamente los hombres, estaba corrompida, cf. Génesis 6:12.
En el nivel remez, alegórico, podemos comparar el buey con los líderes que trabajan en las congregaciones. En 1 Corintios 9:9-11 se compara al líder con un buey. No es bueno poner diferentes líderes con visiones diferentes y que no estén unidos, en una kehilá, una congregación. No se puede permitir en el liderazgo alguno que no tenga el espíritu de Mashíaj y haya nacido de nuevo.
Este texto también nos enseña que un justo no debe unirse a un malvado en una empresa o negocio.
22:11 “No vestirás ropa de material mezclado de lana y lino.” – Según los sabios significa que las dos clases de hilo no pueden ser rastrilladas, hiladas o trenzadas juntas. Sólo se aplica a la mezcla de lana y lino. La lana es de origen animal puro. Lino es de origen vegetal.
Rashí, citando el Talmud, dice que era permitido mezclar lana y lino en el talit. Los flecos son de lana, y está permitido poner los flecos de lana sobre un manto de tela de lino.
Estas prohibiciones de mezclas en los tres niveles, suelo, animal y ropa, nos enseñan que tenemos que ser cuidadosos en no traspasar los límites que la Torá marca ni mezclar conceptos entre sí, sino marcar bien la diferencia entre una cosa y otra.
22:12 “Te harás borlas en las cuatro puntas del manto con que te cubras.” – El r. Aryeh Kaplan[12] escribe:
Hay tres palabras básicas que precisan ser definidas: Tzitzit, petil y guedilim.  La palabra Tzitzit únicamente aparece en otro lugar de la Biblia, en donde vemos lo siguiente: “la forma de una mano surgió, y me tomó de un mechón de pelo (Tzitzit) de mi cabeza” (Yejezkel/Ezequiel 8:3). En referencia a este versículo, el Talmud nos informa que los Tzitzit son un conjunto de hilos que cuelgan libremente, parecidos a un mechón de cabello. De este modo obtenemos el primer requerimiento de los Tzitzit: deberán contener un cierto número de hilos sueltos. Esta parte de los Tzitzit es denominada anaf.
A continuación la Torá nos dice: “…pondrán en el Tzitzit de la esquina una hebra trenzada (petil) de (lana) azul”… la palabra petil o “hebra trenzada” tiene un significado particular. Sí denota una hebra trenzada, pero también tiene otras tres connotaciones:
La primera connotación de la palabra petil es la de enrollamiento; de esto inferimos el hecho de que uno de los hilos deberá estar enrollado alrededor de los demás. Por ello la Torá declara que deberá estar colocado “en el Tzitzit de la esquina”. La palabra Tzitzit se refiere a los hilos sueltos, y el petil o “enrollamiento” es colocado sobre y alrededor de ellos. Inicialmente los hilos son colgados para formar hilos sueltos o Tzitzit. Acto seguido, tomamos uno de los hilos y lo enrollamos “en” ellos. En tiempos antiguos, cuando la hebra azul era utilizada, ésta era el hilo que se utilizaba para hacer la mayor parte del enrollamiento.
La segunda connotación se refiere a dos hebras entrelazadas entre sí. Esta es una de las razones por las cuales cada uno de los hilos de los Tzitizit están hecho de dos hilos entrelazados a modo de cuerda. La mayor parte de las autoridades halájicas también concuerdan en que siempre que se menciona un “hilo” en la ley judía, es definido como un entrelazamiento de una o más hebras. Los Tzitzit siguen esta regla.
La tercera connotación de la palabra petil es casi una combinación de las dos primeras. La palabra significa tanto “unido” como “torcido”, y por consiguiente también denota un hilo doble. De aquí aprendemos que los hilos son dobles. Esta es la razón por la cual hacemos los Tzitzit de cuatro hilos, y luego los doblamos para hacer ocho. Encontramos varios lugares donde una hebra azul era utilizada, como por ejemplo en las vestiduras sacerdotales; en ese caso también era colocado a través de un agujero y doblado sobre sí mismo.
Finalmente, la Torá dice: “Harás guedilim (flequillos) en las cuatro esquinas de tu vestimenta con la que te cubres”. Esto inmediatamente nos informa que los Tzitzit únicamente son llevados puestos en una vestimenta de cuatro esquinas o rectangular. Esta es la razón de porqué tanto el Talit como el talit katán son de forma rectangular.
La palabra guedilim misma nos enseña otro hecho importante acerca de los Tzitzit. Mientras que la palabra Tzitzit hace referencia a cabellos sueltos o hilos, la palabra guedil significa cabello o hilos unidos entre sí para formar una trenza o una cuerda. Obviamente, un solo hilo, incluso si estuviera doblado y enrollado, no sería llamado un guedil o “flequillo”. (Como vimos, la palabra petil ya tiene esta connotación). Por consiguiente, es necesario que se refiera a un mínimo de dos hilos dobles. La palabra utilizada en la Torá, guedilim, está en plural; por lo tanto, deberá haber un “flequillo doble” en cada esquina. Esto constituye una alusión al hecho de que los Tzitzit deben contener cuatro hilos dobles. Guedil en singular son dos hilos, y guedilim en plural son cuatro hilos. Por supuesto, además de esta alusión este mismo hecho también es sabido por la tradición.
Para recapitular lo ahora dicho, vemos que los Tzitzit tienen dos partes básicas. La primera consiste de hilos sueltos, los cuales son aludidos por la palabra Tzitzit. Esto es lo que se llama el anaf.
La segunda parte consiste en la sección superior, que es donde los hilos son amarrados entre sí junto con el enrollamiento. Eso es lo que se denomina el guedil. Por razones estéticas, nuestros sabios decretaron que el guedil esté formado por un tercio de la longitud de los Tzitzit enteros, y que el anaf ocupe los dos tercios restantes.”
Elohim se está presentando como ti tuviera un manto en Isaías 6:1; Ezequiel 16:8 y el Salmo 91:4. ¿Será que El Eterno tenga algo que se asemeja a un talit con Tsitsits? Si el hombre fue creado a la imagen de Adonai ¿será que Adam tenía algún tipo de talit de luz que cubría su cuerpo antes de caer en pecado?
En el Salmo 104:1-2 está escrito:
Bendice, alma mía, a Adonai. Eterno, Eloha mío, cuán grande eres; te has vestido de esplendor y de majestad, cubriéndote de luz como con un manto, extendiendo los cielos como una cortina.
23:9(10) “Cuando salgas como ejército contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala.” – Este texto trata con una situación específica en tiempos de guerra. La Shejiná, la presencia del Eterno, tiene que estar presente en el ejército de Israel para que pueda vencer sobre sus enemigos. Las guerras de Israel dependen de la presencia Divina. Para que esta Shejiná pueda manifestarse, el ejército tiene que vivir en un nivel alto de santidad, lo cual incluye la pureza ritual y también física. En este caso es mencionado como cosa mala la impureza ritual causada por el derramamiento seminal y los excrementos dentro del campamento. Para que El Eterno pueda liberarnos de los peligros, tenemos que vivir vidas intachables, no alcanzables para hasatán. La santidad es la mejor defensa que tenemos. La maldad abre brecha en la defensa espiritual que rodea a los justos. Por lo tanto, cuando hay luchas en nuestras vidas, tenemos que cuidarnos de una manera especial para que el enemigo no tenga motivos para acusarnos y dañarnos. Si permitimos el mal entre nosotros no vamos a poder vencer en los enfrentamientos con nuestros enemigos, ni los visibles ni los invisibles, como está escrito en Efesios 6:12:
Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales.
23:11(12) “Pero al llegar la tarde se bañará con agua, y cuando se ponga el sol, podrá entrar de nuevo al campamento.” – Según Rashí, significa que deberá sumergirse en una mikvé cerca de la puesta del sol. 
23:12(13) “Tendrás también un lugar fuera del campamento y saldrás allí” – Fuera del campamento tenía que haber un lugar de letrina, donde los soldados podían hacer sus necesidades. Pero había reglas específicas de higiene que había que seguir para que la Presencia Divina no se molestara con cosas desagradables.
23:13(14) “y tendrás entre tus herramientas una pala, y cuando te sientes allá fuera, cavarás con ella, y te darás vuelta para cubrir tu excremento” – Según Rashí, la palabra que ha sido traducida como “herramientas” significa “arma”. Vemos como la Torá cubre todas las áreas de la vida humana, incluso el momento de ir al baño. Hay mandamiento incluso para ese momento. A nuestro Padre no se le escapa nada. Nos instruye en los detalles más íntimos de nuestra vida para que actuemos siempre de manera correcta y nos da la oportunidad de servirle por medio de la vida práctica diaria.
23:15(16) “No entregarás a su amo un esclavo que venga a ti huyendo de su señor.” – Aquí se trata de un esclavo pagano que huye de su señor desde el extranjero para refugiarse en la tierra de Israel. No se puede devolver a su amo.
El caso de Onésimo no aplica porque él no huyó del extranjero para refugiarse en la tierra de Israel. Y por lo tanto el Shaliaj Shaúl lo devuelve a su amo, cf. Filemón 10-17.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “amo” o “señor”, es “adonav” (alef, dalet, nun, yud, vav), que literalmente significa “sus señores” porque la letra yud denota pluralidad. Vemos como una sola persona puede ser referida por la Torá en plural. Esto es típico en cuanto a los dueños de los esclavos.
Esto nos enseña que cuando se trata de una autoridad considerable, se emplea la forma plural, no para referirse a varias personas, sino a la autoridad de esa persona. Lo mismo sucede con las palabras Adonai y Elohim que ambas son en plural, pero no habla de varias personas, sino de Aquel que es Uno, y que tiene toda autoridad.
23:17(18) “Ninguna de las hijas de Israel será ramera de culto pagano; tampoco ninguno de los hijos de Israel será sodomita de culto pagano.” – La palabra para ramera es “kedeshá”[15] y tiene la misma raíz que “kadosh”, “santo”. De esto aprendemos que la santidad no es en primer lugar algo que tiene que ver con pureza moral, sino con una consagración. En el caso de la ramera y el sodomita, en hebreo “kedesh”,[16] se trata de personas que están dedicadas al culto pagano ofreciendo sus cuerpos para la depravación sexual. Ellos están dedicados a sus dioses y por eso su nombre tiene que ver con la palabra santo, que significa apartado, dedicado, consagrado.
23:18(19) “No traerás la paga de una ramera ni el sueldo de un perro a la casa de HaShem tu Eloha.” – Aquí la palabra ramera es “zoná”.[17] En este caso es una mujer que ha ofrecido su cuerpo por un precio monetario. La palabra perro es una referencia a un hombre homosexual que ha vendido su cuerpo para obtener dinero, (aunque Rashí dice que significa que no se puede entregar un cordero al templo que haya sido cambiado por un perro). Ambos “oficios” son abominación para el Eterno. El dinero de su trabajo no se puede permitir como ofrendas para el Eterno. De esto aprendemos también que no podemos permitir dinero en las ofrendas de nuestras congregaciones de personas que han conseguido ese dinero de forma ilegal, quebrantando los mandamientos de la Torá. Esas ofrendas ofenden al Eterno. No son ofrendas, son “ofendas”.
23:21(22) “Cuando hagas un voto a El Eterno tu Eloha, no tardarás en pagarlo, porque El Eterno tu Eloha ciertamente te lo reclamará, y sería pecado en ti.” – Aquí se trata de votos de ofrendas. Pueden ser animales, dinero, otros objetos de valor o la dedicación de una persona, cf. 1 Samuel 1:11.
En Eclesiastés 5:4-6 está escrito:
Cuando haces un voto a Eloha, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo. Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas. No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Eloha a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos?
Las obras de nuestras manos sufrirán destrucción si no cumplimos las promesas que han salido de nuestras bocas. ¡se acuerdan hermanos; Cuán importante es la palabra que sale de nuestra boca!
Quinta aliyá, 23:24(25) – 24:4
23:24-25(25-26) “Cuando entres en la viña de tu prójimo, entonces podrás comer las uvas que desees hasta saciarte, pero no pondrás ninguna en tu cesto. Cuando entres en la mies de tu prójimo, entonces podrás arrancar espigas con tu mano, pero no meterás la hoz a la mies de tu prójimo.” – Según el Talmud, esto sólo aplica a los obreros. Ellos podrán comer uvas y espigas en las pausas durante el día de trabajo. Otros no tienen permiso de entrar en los campos de los demás y comer. Un obrero que come de las uvas cuando trabaja, rinde mejor en su trabajo, y así esta legislación también beneficia al propietario de la viña.

En Mateo 12:1-8 está escrito:
Por aquel tiempo Yeshúa pasó por entre los sembrados en shabat; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. Y cuando lo vieron los fariseos, le dijeron: Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en shabat. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Eloha y comieron los panes consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la Torá, que en los shabats los sacerdotes en el templo profanan el shabat y están sin culpa? Pues os digo que algo mayor que el templo está aquí. Pero si hubierais sabido lo que esto significa: "MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO", no hubierais condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor del shabat.
Los talmides del Mesías estaban arrancando espigas al pasar por un campo sembrado. Fue en shabat, y arrancaron espigas para saciar su hambre. Es probable que estaban yendo a, o saliendo de, la sinagoga. Este hecho fue criticado por algunos fariseos que lo consideraban como una violación del shabat, pero no criticaron el hecho de que pasaran por un campo ajeno o arrancaran espigas de un campo ajeno. Por esto tendremos que cuestionar la interpretación del Talmud en este caso al permitir sólo a los trabajadores comer del campo. Por otro lado, es posible que fue un campo de algún conocido y que tenían permiso para hacer lo que estaban haciendo.
Los talmides tenían hambre en shabat y cogieron espigas de un campo ajeno. Por la regla de kal va-jómer, argumento con mayor peso, Yeshúa permitió que el shabat fuese quebrantado, al arrancar las espigas, para saciar el hambre. Esta legislación del Mesías concuerda con la halajá judía.
 24:1  “Cuando alguno toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa” – Un matrimonio judío sólo es válido si se hace bajo jupá. De la misma manera un divorcio judío no es válido sin un guet.
En el tiempo del segundo templo había dos interpretaciones principales de la palabra “reprochable”, en hebreo “ervá”, que significa “desnudez”, “desgracia”, “defecto”, “indecencia”, “inmundicia”, “confusión”, “descubierto”, “vergüenza”, “impureza”, “promiscuidad”. Por un lado tenemos la interpretación de la casa de Hilel que dice que se puede despedir a una mujer por cualquier cosa que cause molestia en el esposo, incluso si ella fracasa en la cocina. La casa de Shamai era más estricta, sólo permitía divorcio cuando había un comportamiento sexual indecente en la mujer.
El autor de Séfer HaJinuj considera que el documento de divorcio, llamado “guet”, representa un termino medio entre aquellos que prohíben el divorcio en todos los casos y los que lo autorizan con una sola palabra del marido, como: “vete”.
 En Mateo 19:3-10 está escrito:
Y se acercaron a él algunos fariseos para probarle, diciendo: ¿Es lícito a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo? Y respondiendo dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio LOS HIZO VARÓN Y HEMBRA, y añadió: "POR ESTA RAZÓN EL HOMBRE DEJARA A SU PADRE Y A SU MADRE Y SE UNIRÁ A SU MUJER, Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE"? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Eloha ha unido bajo el mismo yugo, ningún hombre lo separe. Ellos le dicen: Entonces, ¿por qué mandó Moshé DARLE CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARLA? Él les dice: Por la dureza de vuestro corazón, Moshé os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el principio. Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por fornicación, y se case con otra, comete adulterio. Los discípulos le dicen: Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse.
Vemos aquí como el Mesías entra en la discusión que había entre la casa de Hilel y la casa de Shamai dando razón a la interpretación de éste último. Podemos sacar varias conclusiones de este texto:
1.      El divorcio no es el plan original del Eterno para el hombre.
2.      El divorcio fue permitido por el Eterno, no ordenado.
3.      El Eterno permitió el divorcio por causa de la dureza del corazón del hombre y la mujer.
4.      La causa de un divorcio para poder casarse con otra no puede ser cualquiera – sólo por algo indecente, hebreo “ervat davar”, traducido como fornicación (RV) y infidelidad (LBLA) en Mateo 19:9.
ha encontrado algo reprochable en ella” – La expresión “ervat davar” (alguna promiscuidad) es la clave en toda esta discusión. La pregunta que le hicieron al Rebe fue: “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?”, siguiendo la interpretación de Hilel que entiende la expresión “ervat davar” como cualquier causa. El Rebe contesta que “ervat davar” no significa cualquier cosa que desagrade al hombre, sino tiene que ver con una desviación sexual en ella, que fue traducido al griego como “porneia”,[20] “fornicación”.
Pero si ella hubiera cometido adulterio durante el tiempo de desposorio tendría que ser apedreada, no despedida en divorcio, cf. Deuteronomio 22:20-24; Levítico 20:10. La Torá no puede tener dos legislaciones diferentes para un delito. La despedida de una mujer tiene que ser por un acto oficial de entrega de una carta de divorcio, llamada “guet”. Esto le devuelve a la mujer el estatus de no casada y, por lo tanto, el derecho a casarse de nuevo con otro. La carta de divorcio es precisamente el documento oficial y legal que da el derecho a la mujer de casarse de nuevo. Sin un guet, sería una adúltera si se uniera a otro hombre.
Según la respuesta del Mesías, en Mateo 19:9, un hombre no comete adulterio al despedir a su mujer y casarse con otra, si hay en ella una conducta sexual indecente (ervat davar). La expresión “ervat davar” se encuentra también en el capítulo anterior en esta misma parashá, cf. Deuteronomio 23:14, refiriéndose a los excrementos humanos, que no podían ser vistos por la Presencia del Eterno ni dentro ni fuera del campamento de guerra. Sería algo indecente para la Presencia divina.
Concluyamos pues, que la expresión “ervat davar” en el capítulo 24 no se está refiriendo ni a cualquier conducta desagradable de la mujer, según los caprichos del hombre, ni a la fornicación anterior al matrimonio o al adulterio durante el desposorio o el matrimonio, sino a una desviación sexual de la mujer muy desagradable para el esposo, de la misma manera que los excrementos puestos en el suelo, dentro o cerca del campamento de guerra santo, causarían disgusto a la Presencia divina.
Así que, según la enseñanza del Mesías en Mateo 19, donde explica el texto de Devarim 24, el divorcio está permitido, para las personas con corazones duros, cuando existe algún tipo de comportamiento causado por una perversión sexual muy desagradable en el cónyuge. Un divorcio oficial, con la entrega de un documento legal, da el derecho a casarse de nuevo con otra persona.
24:4b “No traerás pecado sobre la tierra que HaShem tu Eloha te da por heredad.” – Las relaciones ilícitas traen pecado sobre la tierra de Israel y fueron una de las causas principales de la expulsión de los habitantes de las siete naciones, cf. Levítico 18:27-28.
Sexta aliyá, 24:5-13
24:5 “Cuando un hombre es recién casado, no saldrá con el ejército, ni se le impondrá ningún deber; quedará libre en su casa por un año para hacer feliz a la mujer que ha tomado.” – La vida familiar es tan importante en el Judaísmo que durante el primer año de matrimonio tiene prioridad sobre el deber de defender el país. El propósito con esta ley es alegrar y hacer feliz a la esposa. Lo más grande de la vida de una mujer es casarse y tener hijos.

24:7 “Si se encuentra a un hombre que haya secuestrado a alguno de sus hermanos de los hijos de Israel, y lo esclaviza, o lo haya vendido, entonces ese ladrón morirá; así quitarás el mal de en medio de ti.” – Según Rashí, un secuestrador merece la pena de muerte sólo si además del secuestro esclaviza a la persona secuestrada.
24:9 “Recuerda lo que El Eterno tu Eloha hizo a Miryam en el camino, cuando salíais de Mitsrayim.” – Miryam fue golpeada con la plaga tsaráat, (mal traducida como “lepra”), por causa de usar mal su lengua, “lashón hará”. Aquí la Torá nos manda recordar lo que le pasó para que aprendamos a no hablar mal de las autoridades.
24:10 “Cuando prestes cualquier cosa a tu prójimo, no entrarás en su casa para tomar su prenda” – Nadie tiene el derecho de entrar en una casa o propiedad ajena sin permiso.
24:13 “sin falta le devolverás la prenda al ponerse el sol, para que se acueste con su ropa, y te bendiga; y te será justicia delante de El Eterno tu Eloha.” – La justicia, en hebreo “tsedaká”, en este caso no se refiere a que uno reciba la justificación, o declaración de inocencia de pecado, como una recompensa por tratar bien a los pobres, sino que se trata de una obra de caridad hecha para suplir el derecho básico de una persona en necesidad. De aquí surge la expresión “tsedaká” en referencia a la ayuda a los necesitados, cf. v.17; Mateo 6:1.
Sin embargo, el significado de la palabra tiene que ver con hacer una cosa correcta. Cuando estamos ayudando una persona necesitada, estamos haciendo lo correcto.

Séptima aliyá, 24:14 – 25:19

24:15 “En su día le darás su jornal antes de la puesta del sol, porque es pobre y ha puesto su alma en él; para que él no clame contra ti a Elohim, y llegue a ser pecado en ti.” – Es pecado emplear una persona para un día y no darle la paga antes de la caída del sol.
24:16 “Los padres no morirán por sus hijos, ni los hijos morirán por sus padres; cada uno morirá por su propio pecado.” – Según Rashí, los padres no pueden morir por el testimonio de sus hijos.
El texto hebreo dice “cada hombre”, no “cada uno”. Según el Talmud, esto nos enseña que la pena de muerte no puede ser aplicada sobre hijos mayores de edad por lo que han hecho sus padres, pero sobre sus hijos menores sí, cf. Josué 7:24.
24:18 “sino que recordarás que fuiste esclavo en Mitsrayim y que El Eterno tu Eloha te rescató de allí; por tanto, yo te mando que hagas esto.” – Este es uno de los 12 recuerdos diarios de los cuales hablan las Escrituras. Los doce son:
1.      La salida de Mitsrayim, Éxodo 13:3; Deuteronomio 5:15; 24:18, 22.
2.      El maná, Éxodo 16:32-33.
3.      El shabat, Éxodo 20:8.
4.      Lo que hizo Amalek, Deuteronomio 25:17.
5.      La revelación en Sinai, Malaquías 4:4.
6.      La provocación en el desierto, especialmente con el becerro de oro, Deuteronomio 9:7.
7.      Lo que hicieron Balak y Bilam, Miqueas 6:5.
8.      Lo que pasó con Miryam, Deuteronomio 24:9.
9.      El Eterno, que da fuerzas para hacer riquezas, Deuteronomio 8:18.
10.  Yerushalayim, Salmo 137:5.
11.  La mujer de Lot, Lucas 17:32.
12.  Yeshúa HaMashiaj, Lucas 22:19; 2 Timoteo 2:8.
24:19 “Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides alguna gavilla en el campo, no regresarás a recogerla; será para el forastero, para el huérfano y para la viuda, para que El Eterno tu Eloha te bendiga en toda obra de tus manos.” – Vemos como la prosperidad laboral viene como resultado de tratar bien a los necesitados. Hay tres preceptos, aplicables sólo en la tierra de Israel, en cuanto a la cosecha de un campo para que el necesitado también pueda ser atendido:
1.      Pea – no segar todo, dejar entre 1/60 – 1/40 (1.8 – 2.5 %) en las esquinas del campo.
2.      Leket – no recoger uno o dos tallos que hayan caído detrás del cosechador.
3.      Shikjá – no volver a buscar una o dos gavillas dejadas en el campo.
25:15 “Tendrás peso completo y justo; tendrás medida completa y justa, para que se prolonguen tus días en la tierra que Adonai tu Eloha te da.” – Una persona que no anda con engaños tendrá una vida prolongada.
25:16 “Porque todo el que hace estas cosas, todo el que comete injusticia, es abominación para tu Eloha.” – El engañador es abominación para el Eterno.
25:17 “Acuérdate de lo que te hizo Amalek en el camino cuando saliste de Mitsrayim” – Si andamos con pesas falsas Amalek obtendrá permiso para dañarnos
Mashiaj en esta parashá
21:22-23 “colgado de un árbol… es maldito de Eloha” – Yeshúa fue maldito por Eloha. Toda la maldición de la Torá cayó sobre él en el momento cuando estaba colgado.
En Gálatas 3:13-14 está escrito:
Mashiaj nos redimió de la maldición de la Torá, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO), a fin de que en Mashiaj Yeshúa la bendición de Avraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.
La Torá no es una maldición, como algunos interpretan este texto. La Torá es una de las bendiciones mayores que nos han llegado desde el cielo. Pero hay maldiciones en la Torá, cf. Levítico 26 y Deuteronomio 27 – 28. Esas maldiciones son el resultado de la desobediencia a los mandamientos. Yeshúa nos compró libres de las consecuencias de nuestros pecados, que son las maldiciones que están escritas en la Torá. Esto es para todos aquellos que se apropien de la obra de Mashiaj mediante el arrepentimiento y la confianza en Eloha, que suplió nuestras necesidades por medio de la muerte y resurrección de Yeshúa. Al redimirnos, lo cual significa liberarnos por medio de un precio de rescate, como hemos dicho antes, el Mesías tuvo que pagar las consecuencias de nuestras desobediencias a los mandamientos, las maldiciones escritas en la Torá. Todas las maldiciones cayeron sobre él. Todas las enfermedades cayeron sobre él. Toda la ira de Elohim cayó sobre él, como está escrito en Isaías 53:4-6:
Ciertamente él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Eloha y afligido. Mas él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre él, y por sus heridas hemos sido sanados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero El Eterno hizo que cayera sobre él la iniquidad de todos nosotros.
Yeshúa tomó nuestro lugar cargando la maldición que nos correspondía a nosotros. Así podemos ser liberados, perdonados y restaurados. El resultado de que Yeshúa tomó la maldición de la Torá es que la bendición de Avraham venga sobre los hijos de Israel e incluso sobre los gentiles.
Si Yeshúa fue objeto de la maldición de la Torá para que la bendición de Avraham llegara a los gentiles, entonces tiene que haber una conexión entre las maldiciones de la Torá y los gentiles. Si la Torá no aplica a los gentiles ¿cómo Yeshúa podía tomar la maldición que correspondía a los gentiles para que la bendición de Avraham les alcanzara? Si no aplica la maldición tampoco aplica la bendición. Si no hay Torá para los gentiles, no hay maldición para ellos, puesto que la maldición es el resultado de la desobediencia de la Torá. Si no hay ley, no hay desobediencia, y no hay maldición. Yeshúa llevó la maldición para los judíos y también para los gentiles para que la bendición de Avraham les alcanzase a todos. Esto muestra que los gentiles no están totalmente fuera de la Torá, sino que hay mandamientos escritos en la Torá que aplican a los gentiles.
Gracias a la maldición que cayó sobre el Mesías al ser colgado de un árbol, somos liberados de las maldiciones que nos tocaban por nuestras desobediencias. ¡Baruj HaShem!


!SHABAT SHALOM!

RECOOPILADO POR; Orlando Unda R.

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