Parashá
18 Mishpatim
Éxodo 21:1-24:18
Para ser leída y estudiada en el Shabat del 25 de Shevat de 5.775
(Febrero 14 de 2.005)
Aliyás de la Torá :
1.
21:1-19
2.
21:20 –
22:4 (3 heb.)
3.
22:5-27
(22:4-26 heb.)
4.
22:28 –
23:5 (22:27 – 23:5 heb.)
5.
23:6-19
6.
23:20-25
7.
23:26 –
24:18
Haftará:
Jeremías 34:8 – 22; 33:25-26.
Brit Hadasha: Lucas
12:1 – 14:35
Significa “reglamentos”.
Primera aliyá, 21:1-19
El Eterno comunica reglamentos a Moshé para que los ponga
delante del pueblo. Primero acerca de cómo tratar a los esclavos hebreos
hombres y mujeres. Luego acerca de cuando uno ha matado a otro voluntariamente
o involuntariamente. Sigue dando reglas acerca de la violencia contra los
padres, el secuestro, la maldición contra los padres y la restitución del daño
ocasionado por una pelea.
Segunda aliyá, 21:20 – 22:4 (3 heb.)
El Eterno regula casos de violencia contra un esclavo,
contra una mujer embarazada y contra un esclavo no hebreo. Regula daños
ocasionados a hombres por un toro violento, por daños ocasionados a animales de
otros por causa de un pozo destapado, por daños ocasionados a los animales de
otros por un toro violento. Sigue regulando acerca de la restitución por robos
de animales y los daños ocasionados a un ladrón.
Tercera aliyá, 22:5-27 (22:4-26 heb.)
Cuarta aliyá, 22:28 – 23:5
Está prohibido maldecir a Eloha y a los líderes del
pueblo. No se puede demorar la ofrenda de primicias de la cosecha o de la
vendimia. Hay que dar el primogénito de los hijos y del ganado al Eterno a
partir del octavo día. No está permitido comer carne despedazada. No se puede
admitir informes ni testimonios falsos ni ser llevado por la mayoría para hacer
mal o pervertir el juicio. Tampoco se puede hacer distinción al pobre en su
litigio. Hay que regresar el toro o el asno de un enemigo si se ha extraviado.
Si hay oportunidad hay que ayudar al enemigo a descargar su asno si está
decaído.
Quinta aliyá, 23:6-19
No se puede pervertir el derecho de un pobre en su
pleito. Hay que alejarse de una palabra falsa y no dejar que el inocente sea
ejecutado. Está prohibido recibir soborno y oprimir al extranjero.
Seis años se cultiva la tierra pero
el séptimo año no, para que coman los pobres y las bestias del campo. Seis días
se trabaja pero el séptimo día no, para que descansen los animales, los hijos
de las siervas y los extranjeros.
Está prohibido mencionar el nombre de otros
dioses y hacer que otros los mencionen. Tres veces al año hay que celebrar al
Eterno, en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de la siega y en la
fiesta de la cosecha. No se puede venir ante el Eterno con manos vacías. El
sacrificio de Pesaj no puede ser sacrificado cuando hay jamets. La grasa del
sacrificio no puede quedar hasta la mañana. Hay que llevar lo mejor de las
primicias de la tierra a la casa del Eterno. Está prohibido cocinar un cabrito
en la leche de su madre.
Sexta aliyá, 23:20-25
Un ángel irá delante del pueblo para guardarlo hasta que
llegue al lugar preparado. Hay que cuidarse de él y no ser rebelde porque el
Nombre del Eterno está en él. Si hay obediencia hay victoria sobre los
enemigos. Seis pueblos serán destruidos por completo. Está prohibido hacer las
cosas que hacen esos pueblos. Hay que destruir sus estatuas. Al servir al
Eterno será bendecido el alimento y la bebida y será eliminada toda enfermedad.
Séptima aliyá, 23:26 – 24:18
No habrá abortos en la tierra ni esterilidad
y nadie morirá antes de tiempo. El terror irá delante de Israel y todos los
enemigos serán confundidos y volverán las espaldas. Avispas serán enviadas para
echar fuera tres pueblos. No serán echados todos los pueblos en un año, para
que la tierra no quede desolada y las fieras aumenten, sino poco a poco. Los
límites de Israel serán desde el mar de Cañas hasta el mar de los pelishtíes y
desde el desierto hasta el río porque los pueblos serán echados de delante de
Israel. No se puede hacer pacto con ellos ni con sus dioses y ellos no podrán
habitar en la tierra para que no hagan pecar a Israel, por causa de su
idolatría.
Moshé recibe la orden de subir al Eterno
junto con Aharón, Nadav y Avihú y 70 de los ancianos de Israel. Los demás se
prosternarán desde lejos pero Moshé podrá acercarse al Eterno. Moshé viene al
pueblo y cuenta todas las palabras del Eterno. El pueblo responde que hará
según todas ellas. Moshé escribe todas las palabras, edifica un altar al pie
del monte y los jóvenes ofrecen sacrificios sobre él al Eterno. La mitad de la
sangre es puesta en vasijas y la otra mitad es rociada sobre el altar. Moshé
lee el libro del pacto a todo el pueblo y el pueblo promete obedecer todo.
Moshé rocía la sangre sobre el pueblo y dice: “He aquí la sangre del pacto que
el Eterno ha hecho con vosotros con respecto a todas estas palabras.” Suben los
74 y ven al Eloha de Israel con un embaldosado de zafiro debajo de sus pies. A
pesar de haber visto a Eloha no mueren sino comen y beben ante él. Moshé recibe
la orden de subir hasta el Eterno en el monte y esperar allí hasta recibir las
tablas de piedra, la Torá
y el mandamiento que Él ha escrito. Yehoshúa va con él una distancia. Moshé
dice a los ancianos que los esperen hasta que vuelvan. Aharón y Jur podrán
juzgar si hay algún asunto. Moshé sube y la nube cubre el monte durante seis
días. En el séptimo día es llamado desde el interior de la nube. La gloria del
Eterno es como un fuego consumidor en la cima de la montaña. Moshé entra en la
nube y sube al monte. Allí se queda durante 40 días.
Resumen de la Parashá
Éxodo 21:1-24:18
Luego de la
revelación en el Monte Sinaí, ELoha dicta una serie de leyes al Pueblo de
Israel. Estas incluyen las leyes de sirvientes; las penas por asesinato,
secuestro, asalto y robo; penas civiles por daños, las leyes sobre prestamos,
las responsabilidades de los "Cuatro guardianes"; y las reglas que
gobiernan la conducta de la justicia en las cortes.
También son dadas leyes
advirtiendo contra el maltrato a extranjeros; la observancia de las
festividades en las diferentes estaciones y las leyes de las ofrendas de la
agricultura que debían ser llevadas al Templo en Jerusalén; la prohibición de
cocinar carne con leche; el precepto de rezar. En total, la sección Mishpatím
contiene 53 preceptos – 23 positivos (que implican hacer algo) y 30 negativos
(que implican prohibiciones).
ELoha promete traer al Pueblo
de Israel a la Tierra Santa y los advierte para que no tomen los caminos
paganos de los habitantes actuales de la misma.
El Pueblo Hebreo proclama:
"Haremos y escucharemos" todo lo que ELoha nos manda. Dejando a Aarón
y Jur a cargo del campamento Israelita, Moshe asciende al Monte Sinaí y
permanece allí por cuarenta días y cuarenta noches para recibir la Torá de ELoha.
La semilla del éxito
En la parashá
pasada, EL ETERNO le dio al pueblo HEBREO los Diez Mandamientos. Y en esta
parashá, el próximo mandamiento que ELoha le da al pueblo hebreo es:
“Si adquieres un
esclavo hebreo, él trabajará por seis años; y en el séptimo saldrá en
libertad...” (Éxodo 21:2)
Una Lección de Vida
ELhoa le instruye al pueblo hebreo que después de
seis años de trabajo, los esclavos hebreos deben ser liberados. A primera
vista, uno tendería a pensar que cuando llegaba el séptimo año, el esclavo
entusiasta y felizmente salía volando de la casa de su amo para disfrutar de su
libertad. Pero la verdad es que un esclavo no reacciona de esta manera. La
razón de esto es que mientras más tiempo una persona está bajo el “mando” de
otra, menos cree que puede lograrlo por sus propios medios.
Uno de los aspectos más
debilitantes de cualquier tipo de esclavitud es que la esclavitud le roba a la
persona su valor propio y su autoestima. La persona se esclaviza físicamente,
emocionalmente y mentalmente. Pero el hecho de que ELohim ordena liberar al
esclavo hebreo en el séptimo año, revela una increíble y poderosa “semilla” que
EL’ plantó en todos nosotros. Y esa semilla es saber que, sin lugar a duda,
todos tenemos la habilidad de lograr grandes cosas de manera individual, sin un
“amo” sobre nosotros.
Ya sea que
te des cuenta o no, cada uno de nosotros está esclavizado por “alguien” o por
“algo”. Ya sea permanecer en un trabajo que no nos agrada, continuar en una
relación poco sana, involucrarnos en conductas autodestructivas, o ver
televisión durante horas para escapar de la realidad - de una manera u otra,
todos decidimos voluntariamente ser esclavos.
Y si bien a
nadie le gusta ser controlado, nosotros creemos que esta esclavitud es una
mejor opción que la libertad. Nos da miedo ser libres. Dentro de nosotros
existe un poderoso impulso que cuestiona nuestra habilidad de “lograrlo por
nuestros propios medios”, sin la necesidad de un “amo” sobre nosotros. Y a
pesar de que la esclavitud es dura, frustrante y dolorosa, no somos capaces de
dejar a nuestro “amo” ya que dudamos de nuestra capacidad de ser
independientes.
Pero lo
opuesto es verdad. Cuando una situación poco sana controla una parte de tu vida
y te impide florecer y crecer, debes saber que puedes alejarte de ella cuando
quieras, y que puedes lograrlo sin la ayuda de este “amo”.
Y cuando
reúnes la fuerza necesaria para liberarte y combatir la voz interna que
cuestiona tu capacidad de triunfar, entonces ya has ganado el 99% de la
batalla. Ya que cuando te comprometes a ser libre, entonces ahora sólo debes
pasarle el mando a ELOHA, y Él te dará todo lo que necesitas para lograrlo.
Había una vez un burro
Le dijo al dueño del burro: “¡Qué
animal obstinado! Golpéalo con tu azote.”
Era de huesos fuertes,
grueso de piel y de mente obstinada; y como todos los burros antes que él,
desde el comienzo de la historia, nació al servicio de un dueño humano.
Su dueño ponía cargas
pesadas en su lomo, artículos y frutos para llevar al mercado. Pero el burro se
quedaba parado ahí, masticando pasto.
Un hombre pasó y le dijo al
dueño del burro: “¡Qué animal obstinado! Golpéalo con tu azote.” Pero el burro
solo hundió sus talones más profundamente en la tierra y se rehusó a moverse.
Otro hombre pasó y le dijo
al dueño: “Tu bestia necesita que le enseñen su propósito. Su carga es
demasiado liviana, piensa que todo lo que se requiere de él es que coma su
pasto.” Entonces trajo más platos y cacerolas y repollos y libros para aumentar
la carga del burro. El peso aumentó y aumentó hasta que el burro colapsó.
Un tercer hombre llegó y
dijo: “¿Quién necesita a ese tonto animal? Estás mucho mejor sin él. Todas esas
cosas en su lomo son totalmente inútiles, incluso, para los hombres de
espíritu. Abandona a tu bestia y su carga y sígueme a mí, yo te mostraré la
entrada al cielo.”
El dueño del burro todavía
vacilaba. Le gustaba su burro. También le gustaban sus platos y sus cacerolas,
sus repollos y sus libros. ¿Quizás los podría cargar él mismo? Pero sabía que
no lo podía hacer solo. Un cuarto maestro apareció en escena. “No golpees a tu
bestia,” le dijo al dueño del burro. “No lo sobrecargues y no lo abandones.
Ayúdalo.”
“¿Ayudarlo?”,
preguntó el hombre.
“Ayúdalo a llevar
su carga. Muéstrale que su peso es un peso compartido, que no es sólo el
haciendo el esfuerzo y tú recogiendo los beneficios, sino que es un proyecto en
común en el que ambos trabajan y ambos se benefician. Cuando lo consideres un
socio en vez de un esclavo, tu bestia se transformará. Su obstinación se
convertirá en resistencia, su fortaleza se tornará de una fuerza de oposición a
una fuerza de transporte.”
El hombre le puso
su hombro a la carga del burro. La bestia se levantó del piso y tensó sus
músculos; el hombre, también, se levantó y se esforzó. Juntos transportaron su
mercadería al mercado.
El Rabí Israel Baal
Shem Tov (1698-1760) vivió en una época de conflicto entre el cuerpo y el alma.
Era una época de toscos y
ascetas. Los “toscos” eran en realidad personas inteligentes y sensibles, pero
ampliamente ignorantes. La pobreza y la persecución conspiraron para disminuir
su educación abruptamente y consignarlos al taller o al campo de sol a sol.
Eran un sector deprimido, porque era comúnmente aceptado que una vida ocupada
en asuntos materiales no era una vida digna de vivirse.
Los ascetas eran la
comunidad de élite: hombres que pasaban sus días y noches estudiando el Talmud
y analizando minuciosamente textos cabalísticos. Ayunaban frecuentemente,
evitaban los placeres corporales y renegaban de toda ocupación con asuntos
mundanos, porque generalmente se entendía que el cuerpo era el enemigo del
alma.
El alma se libraba
alegremente del insípido animal con el cual había sido forzada a unirse. Pero
tenía un problema. Para servir a Eloha apropiadamente, el alma necesitaba
cumplir con “mitzvot”, mandamientos Divinos. Y necesitaba al cuerpo para
cumplirlas. Necesitaba un cuerpo para atarse tefilín en su brazo y cabeza;
necesitaba un cuerpo para comer matzá en Pésaj; incluso necesitaba un cuerpo
para estudiar y rezar. El cuerpo, sin embargo, era una bestia tosca y obstinada,
y prefería masticar torta y pickles a llevar la carga del alma.
De manera que el cuerpo y el
alma permanecían atrapados en un matrimonio de mutua dependencia, enemistad y
desdén. Los ascetas intentaron desnutrir y golpear a su cuerpo hasta la
sumisión, y aumentar su carga en la esperanza de que finalmente entendiera el
mensaje. Las personas comunes siguieron caminando con dificultad. La carga del
alma era demasiado para que un cuerpo la cargue por si solo, y muchos cuerpos
colapsaron en el camino.
Entonces llegó el Baal Shem
Tov y dijo: “No golpeen a su animal. No lo sobrecarguen y no lo abandonen. Ayúdenlo.”
“¿Ayudarlo?”, preguntaron
las masas deprimidas.
“¿Ayudar a la bestia?”,
preguntaron los santos ascetas.
“Ayuden a la bestia,” enseñó
el maestro jasídico. “El problema es que el cuerpo está cargando el peso del
alma. Pero las mitzvot del Eterno son tanto para el cuerpo como para el alma;
¡es tanto la mercadería del cuerpo como del alma! Las Mitzvot refinan el
cuerpo, lo elevan, dándole propósito a su existencia. Una Mitzvá es una acción
bilateral, ejecutada por una persona, por un alma y cuerpo unidos para actuar
en unísono. El alma asciende a sus alturas espirituales y se conecta con Eloha;
el cuerpo perfora hasta la esencia de su ser y se conecta con Eloha.
“Cuando el alma considera al
cuerpo un aliado en vez de un enemigo; cuando el alma nutre e inspira al cuerpo
en lugar de golpearlo; cuando el cuerpo siente que las Mitzvot son su propia
carga y no sólo del alma, la fortaleza animal deja de resistir la carga y
utiliza su poder para transportarla.”
El Baal Shem Tov solía citar
el siguiente pasaje de la Torá:
“Si ves el burro de tu
enemigo caído bajo su carga y te sientes inclinado a negarte ayudarlo; sin duda
lo ayudarás con él.” (Éxodo 23:5)
Este pasaje es de la lectura
de la Torá de Mishpatim, que registra muchas de las leyes que gobiernan el
comportamiento civil apropiado y caritativo entre individuos. El significado
básico del versículo se refiere a una persona que ve un burro sobrecargado
colapsando en el camino y piensa ignorar la escena dado que nunca le cayó bien
el dueño del burro. A él la Torá le dice: a pesar de que este es el burro de tu
enemigo, debes ayudarlo. Pero, como todo en la Torá, hay un significado más
profundo también, un significado que pertenece a nuestra vida interior.
Y así es como el Baal Shem
Tov interpretó el versículo:
“Cuando veas al burro...” -
Cuando mires a tu cuerpo (la palabra hebrea para burro, jamor, también significa
“arcilla” (jaimor) y materialidad (jomer)) y lo percibas como,
“tu
enemigo” -
dado que tu alma anhela la Divinidad y espiritualidad, y tu cuerpo dificulta y
obstruye sus esfuerzos,
“caído bajo
su carga” -
la Torá y las Mitzvot, que en verdad son su (del cuerpo) carga también, dadas a
él por el Eterno para refinarlo y elevarlo; pero el cuerpo no la reconoce como
suya, y la rechaza. Cuando mires todo esto, se te puede ocurrir, “negarte a
ayudarlo” - puedes pensar
elegir el camino de la mortificación de la carne para quebrar la tosca
materialidad del cuerpo. Sin embargo, en este enfoque no residirá la luz de la
Torá. Sino, “sin duda lo ayudarás con él” - nutre el cuerpo, inspíralo, refínalo
y elévalo, para que el cuerpo y el alma se complementen, se satisfagan y se
ayuden uno al otro a cargar su “mercadería” al mercado.
Por: yanqui
tauber.
Shemot 22:25 “”
Es una mitzva muy importante el
prestar dinero a personas
necesitadas, forma parte de lo que se llama Guemilut Jeded/Acciones de bondad a
favor del prójimo. El Shuljan Aruj, el libro de las leyes y practicas de
nuestro pueblo dice, “Efectivamente,
el grado más elevado de beneficencia es ofrecer ayuda en forma de préstamo u
otra, a una persona que se halla en situación financiera critica para evitar
que caiga y se empobrezca, En
el brit jadasha del libro de Matitiaju 5: 43y 44, en su correcta traducción debió
decir Yeshuah ha Mashiaj, “Oíste
que fue dicho amarás a tu prójimo, y ayudarás a tu enemigo, por lo tanto Amad a
vuestro enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os ultrajan y persiguen.” Para mi
no cabe duda que el cristianismo cambio esta palabra de ayudar por la de aborrecer, puesto que en la
Torah EL ETERNO nunca dijo eso, tal y como lo vemos en esta mitzva de ayudarlo.
". Isaias 58:9
". Isaias 58:9
ANALOGIAS POR :YIRMIYAHU BEN YISRAEL.
Entonces,
al realizar, analogías, comparaciones,
igualdades y diferencias vamos quitando
las cargas pesadas, haciéndolas mas
livianas, como nos enseña el Maestro Yeshua’ leer mateo; 11: 28-30.
Tomar su yugo
con mansedumbre y humildad de corazón , cuando
nuestros cuerpos descansan en EL’ hallamos
descanso en nuestras almas. Por que su
yugo es fácil y ligera la carga. mateo;10:16-25. A los suyos vino y no le
conocieron” tribu de juda”, he venido primeramente por las ovejas perdidas de
la casa de Israel ”efraimitas 10 triubus esparcidas ”Yeshua el judío, el
purificado en el yarden, y perfumado por la mujer pecadora, el que tomo nuestras culpas y enfermedades, el
maltratado, ultrajado en su carne por los romanos, escarnecido hasta el
sacrificio, con la autorización y beneplácito de los del sanedrim, como
autoridad mayor de su creencia, para que todo Israel en el sea uno, hasta que entre la plenitud de
los goyim, entonces volverá e impartir justicia con la reglamentación, leyes
dadas por el ETERNO, para que todo se cumpla y am Israel seamos luz para camino de salvación alas naciones.
Cuando confesamos el reconocimiento del Mesias
delante de los demas, EL nos reconocerá y confesara delante del ABA kados que
esta’ en los cielos, pero el que lo negare no le reconocerá y también lo negara
ante Eterno. Por no entenderlo ni
comprender su posición de cordero inmolado, y su cumplimiento del sacrificio
para la restauración salvadora, habrá disencion, leer mateo
10:34-39.
Tomar la cruz,
descansando en la cruz que El tomo y
seguirlo , quien no de su vida por su causa la perderá, pero
quien la tome como su estandarte la hallara.
¿Quien pone los
jueces?,¿ que obligación tienen?, según nuestro maestro que debemos buscar, aun
los mismos jueces, que todos los días
imparten, leyes, reglamentaciones, ordenansas, “Buscad el Reino y su
justicia y el resto oh será añadido.” Leer lucas;12:13-21, lucas;12:57-59.
De donde vienen
la guerras, y los pleitos, Santiago 4:1, leer apocalipsis;19:1-8,
Jamor ” Burro,
animal de carga” ¿pero cual fue su carga? mateo 21:1-7, la analogía con el pollino, hijo de animal de carga, si lo pensamos bien es el animal mas privilegiado por su carga, pues indirectamente también
cargo las nuestras, El Mesías, lo tomo como transporte con todas las cargas de
lo humano, para luego expiarlas en el madero del calvario, pero como su yugo es
liviano, aquel borrico, fue fortalecido y levantado porque por su amo de
momento también fue ayudado, tu mi
hermano mas valioso y en mejor escala ha
sido llamado, que estas esperando para cumplir lo que se te ha encomendado.
NOTA: se cuenta
a los niños como enseñanza jocosa que en el arca de Noe, sucedió que en la
clase contando de los animales que entraron, el burro, peludo y todo entro, pues mira bien también la carga en el
Mesías que cargo, y por esto se salvo,¿ y tu que estas esperando? Amados de
ELOHIM Y querida queilah busquemos lo
importante de los mandamientos no en la
carne sino en el ruaj y el amor, obedeciendo en unidad para el “ABA KADOS
BARUJU” buscando nuestra salvación.
¡ SHABAT
SHALOM.!
Preparado Y
adaptado por: YIRMIYAHU BEN YISRAEL
No hay comentarios:
Publicar un comentario