Parashá 45 VaEtjanán
Deuteronomio 3:23 – 7:11
Por Dr. K. Blad
Segunda edición 2013-14 (5774)
Prohibida toda reproducción lucrativa.
Aliyás de la Torá:
1.! 3:23 – 4:4
2.! 4:5-40
3.! 4:41-49
4.! 5:1-21(18 heb.)
5.! 5:22(19) – 6:3
6.! 6:4-25
7.! 7:1-11
8.! Maftir: 7:9-11
Haftará: Isaías 40:1-26
Los Escritos Mesiánicos: Revelación 2:18 – 4:11
VaEtjanán
Significa “y supliqué”.
Comentarios
Primera aliyá, 3:23 – 4:4
3:23 “Yo también supliqué a HaShem en aquel tiempo, diciendo” (LBLA revisada) – La
palabra va-etjanán, “supliqué” tiene el valor numérico de 515 y de allí el Midrash
deduce que Moshé suplicó 515 veces al Eterno para que le dejara entrar en la Tierra.
Su oración no fue contestada antes de su muerte. Sin embargo, cuando vino Yeshúa
el Mesías, se habla de que Moshé estuvo con él en uno de los montes de Israel,
(posiblemente Tavor), junto con Eliyahu, cf. Mateo 17, pero no fue una experiencia
física, puesto que el cuerpo de Moshé no había resucitado todavía, sino una
aparición de su espíritu en una dimensión celestial.
3:25 “Permíteme, te suplico, cruzar y ver la buena tierra que está al otro lado del Yardén,
ese buen monte y el Levanón.” (LBLA revisada) – Según Rashí, el monte bueno es
una referencia a Yerushalayim y Levanón al templo. La palabra “Levanón” viene
de laván, “blanco”. El templo es llamado “Levanón” porque blanquea los pecados
de Israel. Según Gur Aryé, Levanón es el nombre que se da a un monte que produce
muchos árboles, y los árboles mismos son llamados Levanón. Según él, el templo
fue llamado así no solamente porque blanqueaba los pecados de Israel, sino porque
estaba situado sobre un monte fértil en árboles.
3:26 “Pero HaShem se enojó conmigo a causa de vosotros, y no me escuchó; y HaShem
me dijo: "¡Basta! No me hables más de esto.” (LBLA revisada) – La expresión
traducida como “basta” es la hebrea rav-laj, “mucho para ti”, que, según Rashí, se
puede entender de dos maneras, por un lado como: “¡Basta!”; y por el otro como:
“mucho te espera”. Moshé ya tenía una herencia grande esperando para la
resurrección de los muertos y por eso no debería preocuparse demasiado por entrar
en la tierra en esta ocasión, porque tendría un futuro muy glorioso en el Olam habá,
el mundo venidero.
Las Escrituras enseñan que la herencia que recibimos de nuestro Padre celestial se
encuentra en dos tiempos, el siglo presente y el siglo futuro, en el Olam haze y el
Olam habá. Moshé no recibió ninguna herencia en la tierra en este tiempo, pero la
recibirá en el tiempo futuro después de la resurrección de los muertos en la segunda
venida de Mashíaj Yeshúa.
4:1 “Ahora pues, oh Israel, escucha los estatutos y los decretos que yo os enseño para
que los ejecutéis, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que
HaShem, el Dios de vuestros padres, os da.” (LBLA revisada) – La palabra hebrea
para “escuchar”, shamá,1 significa: “oír”, “escuchar”, “atender”, “hacer caso”,
“obedecer”, “entender”2. Esta palabra aparece más de 90 veces en Deuteronomio.
Esto nos enseña que cuando el Eterno, por medio de su profeta, nos dice que
tenemos que escuchar, no significa que seamos oidores solamente, sino también
hacedores de lo que él dice. El significado doble de la palabra shamá, de donde
viene la forma imperativa shemá, “¡escucha!”, implica que uno haga caso y
obedezca. De esto habla el shalíaj Yaakov en su carta a los judíos donde está escrito
en 1:22-25:
“Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos.
Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre
que mira su rostro natural en un espejo; pues después de mirarse a sí mismo e irse,
inmediatamente se olvida de qué clase de persona es. Pero el que mira atentamente
a la Torá perfecta, la Torá de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto
un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será dichoso en lo que hace.” (LBLA
revisada)
En Romanos 10:17 está escrito:
“Así que la fe es del oír (shamá), y el oír, por la palabra de Dios.” (LBLA revisada)
La fe es un resultado no solamente de haber escuchado, sino haber escuchado con
una actitud de querer hacer caso a lo que se dice. La fe no se desarrolla en aquella
1 Strong H8085 shâma‛, shaw-mah', A primitive root; to hear intelligently (often with
implication of attention, obedience, etc.; causatively to tell, etc.): - X attentively, call
(gather) together, X carefully, X certainly, consent, consider, be content, declare, X
diligently, discern, give ear, (cause to, let, make to) hear (-ken, tell), X indeed, listen, make
(a) noise, (be) obedient, obey, perceive, (make a) proclaim (-ation), publish, regard, report,
shew (forth), (make a) sound, X surely, tell, understand, whosoever [heareth], witness.
2 Ortiz V., Pedro, Léxico Hebreo-Español y Arameo-Español, (Santa Engracia, Madrid: Sociedad
Bíblica) 2000.
persona que sólo lee las Escrituras, sin hacer caso y ponerlas en práctica. La
confianza viene como un resultado de hacer caso a la Torá.
“Ahora pues, oh Israel, escucha los estatutos (jukim) y los decretos (mishpatim)
que yo os enseño para que los ejecutéis, a fin de que viváis…” – El propósito de los
mandamientos es dar vida. Así que si nuestra obediencia a un mandamiento nos
causa la muerte, no hemos cumplido el propósito del mandamiento. Podemos
quebrantar todos los mandamientos menos tres para salvar la vida humana. Es
preferible morir antes de quebrantar alguno de estos tres:
1.! No blasfemar y cometer idolatría.
2.! No asesinar.
3.! No cometer adulterio.
Los mandamientos fueron dados para vida, tanto en este mundo como en el mundo
venidero. Así que si uno guarda estos tres mandamientos y pierde su vida por ello,
tendrá una vida superior en el olam habá, como está escrito en Hebreos 11:35:
“Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección; y otros fueron
torturados, no aceptando su liberación, a fin de obtener una mejor resurrección.”
(LBLA)
El que guarda los mandamientos del Eterno, dados por Moshé, tendrá una vida
prolongada, como está escrito en Deuteronomio 4:40; 5:33 y 6:2:
“Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin
de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus
días sobre la tierra que HaShem tu Dios te da para siempre... Andad en todo el
camino que HaShem vuestro Dios os ha mandado, a fin de que viváis y os vaya bien,
y prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a poseer... para que temas a
HaShem tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te
ordeno, tú y tus hijos y tus nietos, todos los días de tu vida, para que tus días
sean prolongados.” (LBLA revisada)
En Deuteronomio 32:46-47 está escrito:
“Fijad en vuestros corazones todas las palabras con que doy testimonio hoy, las
cuales ordenaréis a vuestros hijos que las guarden y cumplan, todas las palabras de
esta Torá. Porque no es algo inútil para vosotros; ciertamente es vuestra vida. Por
esta palabra prolongaréis vuestros días en la tierra adonde vosotros vais,
cruzando el Yardén a fin de poseerla.” (LBLA revisada)
Los mandamientos no fueron dados para limitar al hombre, sino para prolongar su
vida y darle beneficios tanto en este mundo como en el mundo venidero. El hombre
que quiere liberarse de la Torá se muere, como está escrito en Romanos 8:6-7, 13:
“Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu
es vida y paz; ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se
sujeta a la Torá de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo... porque si vivís conforme
a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la
carne, viviréis.” (LBLA revisada)
Cuando una rama está en el árbol es libre. Si es cortada se muere. La libertad no se
encuentra fuera de la obediencia, sino en conexión con Aquel que da la vida y en
sujeción a las normas que regulan la vida, como está escrito en Juan 8:34-36:
“Yeshúa les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado
es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí
permanece para siempre. Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.”
(LBLA)
En Deuteronomio 5:29 está escrito:
“¡Quién diera que ellos tuvieran tal corazón que me temieran, y guardaran siempre
todos mis mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para
siempre!” (LBLA)
En Deuteronomio 6:3 está escrito:
“Escucha, pues, oh Israel, y cuida de hacerlo, para que te vaya bien y te
multipliques en gran manera, en una tierra que mana leche y miel, tal como
HaShem, el Dios de tus padres, te ha prometido.” (LBLA revisada)
Estos textos nos enseñan que la obediencia a los mandamientos produce prosperidad
tanto para ti como para tus hijos. ¿Quieres ser próspero en la vida? ¡Guarda los
mandamientos que te aplican!
4:2 “No añadiréis nada a la palabra que yo os mando, ni quitaréis nada de ella, para
que guardéis los mandamientos de HaShem vuestro Dios que yo os mando.” (LBLA
revisada) – Está totalmente prohibido añadir a la revelación que fue dada del cielo
por medio de Moshé rabenu (nuestro maestro). La misma prohibición se encuentra
en 12:32 (13:1 en la versión hebrea) donde dice:
“Cuidarás de hacer todo lo que te mando; nada le añadirás ni le quitarás.” (LBLA)
Esto nos enseña que el cuerpo de literatura revelada llamado Jumash, el Pentateuco,
o la Torá de Moshé, se cerró una vez por todas con la conclusión del capítulo 34 de
Deuteronomio. Esto quiere decir que ninguno de los libros posteriores, inspirados
divinamente, puede añadir mandamientos a los que ya fueron dados, ni introducir
conceptos y revelaciones nuevas aparte de los que ya fueron dados a Moshé. La
parte de las Escrituras llamada “Nuevo Testamento”, que nosotros llamamos
Escritos Apostólicos o Mesiánicos, no puede introducir conceptos ni mandamientos
nuevos, ni quitar algunos de los mandamientos que una vez fueron dados por medio
de Moshé. Si ese fuera el caso, sería una recolección de escritos rechazable y falsa.
Maimónides escribió:3
1.! Está! clara! y! expresamente! dicho! en! la!Torá! que! sus! leyes,! de! eterna!
vigencia,!no!son!susceptibles!de!modificación,!merma!o!añadidura,!pues!
está!escrito:!"Todo!lo!que!yo!os!ordeno,!guardadlo!para!cumplirB!nada!le!
añadas!ni!le!restes"!(Deuteronomio!XIII,!1![versión!cristiana!12:32]).!De!
ahí! se! infiere! que! a! ningún! profeta! le! está! permitido! introducir!
innovaciones!en!la!Torá.!Por!lo!tanto,!cualquiera,!judío!o!no!judío,!que!
3 Mishné Torá, en el apartado “Fundamentos de la Torá” capítulo 9.
presentando! señales! y! prodigios,! afirme! que! el! Eterno! lo! envió! para!
añadir!o!restar!un!precepto,!o!para!dar!de!cualquiera!de!los!preceptos!
una!interpretación!contraria!a!lo!que!hemos!oído!de!Moshé,!o!diga!que!
ésos!que!Israel!tiene!como!preceptos!no!son!para!siempre!y!para!todas!
las!generaciones!sino!sólo!temporales,!es!un!falso!profeta,!puesto!que!
viene! a! desmentir! la! profecía! de! Moshé.! Es! pasible! de! muerte! por!
estrangulamiento! por! la! perversidad! de! hablar! en! nombre! del! Eterno!
cuando!éste!no!se!lo!ordenó.!Él,!bendito!sea!su!Nombre,!ordenó!a!Moshé!
que! esta! Torá! fuera! para! nosotros! y! para! nuestros! hijos! hasta! la!
eternidad,!y!Dios!no!es!un!hombre!como!para!mentir.!
2.! Entonces,!¿por!qué!está!escrito!en!la!Torá:!"Les!haré!surgir!un!profeta!de!
entre! sus! hermanos,! como! tú"! (Deuteronomio! XVIII,! 18)?! Es! que! el!
profeta! aludido! no! vendría! a! establecer! una! nueva! religión,! sino! a!
reafirmar! las! palabras! de! la! Torá! y! a! prevenir! al! pueblo! que! no! la!
transgrediera,!como!dijo!el!último!de!los!profetas:!"Recordad!la!Torá!de!
mi!siervo!Moshé"!(Malaquías!III,"22![versión!cristiana!4:4]).!
Esto concuerda con las palabras del Mesías Yeshúa, escritas en Mateo 5:17-19,
cuando dijo:
“No penséis que he venido para abolir la Torá o los Profetas; no he venido para
abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y
la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Torá hasta que
toda se cumpla. Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun
de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino
de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande
en el reino de los cielos.” (LBLA revisada)
“que yo os mando… mandamientos de HaShem vuestro Dios que yo os mando” –
Moshé tuvo la autoridad para transmitir los mandamientos del Eterno, bajo
inspiración divina, basada en lo dictado por el Eterno en los cuatro primeros libros
del Jumash. Por esto Moshé puede decir que son mandamientos del Eterno los que
él manda. Son explicaciones y afirmaciones, expresadas en mandamientos, de lo
que ya fue revelado.
Más adelante se da un mandamiento por la boca de Moshé según está escrito en
Deuteronomio 18:15:
“Un profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará HaShem tu
Dios; a él oiréis.” (LBLA revisada)
Este es uno de los 613 mandamientos que hay en la Torá. Así que hay un
mandamiento que nos ordena escuchar y obedecer al profeta que HaShem iba a
levantar de en medio del pueblo de Israel, como Moshé. Ese profeta habló de la
misma manera como Moshé como está escrito en Juan 5:24:
“En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene
vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.” (LBLA)
En Juan 8:51 está escrito:
“En verdad, en verdad os digo que si alguno guarda mi palabra, no verá jamás la
muerte.” (LBLA)
En Juan 14:23 está escrito:
“Yeshúa respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre
lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.” (LBLA)
Además, la expresión “yo os digo”, que aparece en la boca de nuestro Maestro más
de 80 veces en los Escritos Mesiánicos, muestra que él vino como aquel profeta,
anunciado por Moshé, que tiene la autoridad del Padre para interpretar
correctamente y definitivamente a Moshé.
En Deuteronomio 18:18-19 está escrito:
“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras
en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no
oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.” (LBLA)
En Hechos 3:23 está escrito:
“Y será, que cualquiera alma que no oyere á aquel profeta, será desarraigada del
pueblo.” (LBLA)
4:4 “Mas vosotros que os pegasteis á HaShem vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.”
(LBLA revisada) – Hasta ahora hemos visto que el cumplimiento de los
mandamientos trae vida y prosperidad en este mundo y en el mundo venidero. Este
versículo nos enseña otro aspecto de lo mismo. La palabra traducida por RV60
como “seguisteis” y en LBLA como “permanecisteis fieles” viene de la palabra
hebrea davek4 que significa: “pegarse”, “asociarse”, “adherirse”. Así que, adherirse
al Eterno es lo mismo que serle fiel y no juntarse con otros dioses y sus costumbres.
Esta unión con el Eterno es la que da vida. Todos los que se habían adherido al
Eterno fueron preservados con vida hasta el día llamado hayom,5 “hoy”, que, en el
nivel drash, puede ser entendido como el presente eterno, y también el día final. El
que se apega a HaShem siempre tendrá un hoy, una existencia en el presente. El que
se aparta de él, un día perderá el derecho de experimentar el día que entonces será
llamado “hoy”. La palabra hebrea hayom (literalmente “el día”), traducida como
“hoy”, aparece 75 veces en el libro de Deuteronomio, más de dos veces por capítulo.
Esto nos enseña que no hay que dejar el cumplimiento de los mandamientos para
mañana. Hoy es el día para cumplirlos. Tú no puedes cumplir los mandamientos
ayer ni mañana, sólo hoy. Así que si HaShem te habla hoy, no lo dejes para otro día,
como está escrito en el Salmo 95:7b-11:
4 Strong H1695 dâbêq, daw-bake', From H1692; adhering: - cleave, joining, stick closer.
Strong H1692 dâbaq, daw-bak', A primitive root; properly to impinge, that is, cling or
adhere; figuratively to catch by pursuit: - abide, fast, cleave (fast together), follow close
(hard, after), be joined (together), keep (fast), overtake, pursue hard, stick, take.
5 Strong H3117 yôm, yome, From an unused root meaning to be hot; a day (as the warm
hours), whether literally (from sunrise to sunset, or from one sunset to the next), or
figuratively (a space of time defined by an associated term), (often used adverbially): - age,
+ always, + chronicles, continually (-ance), daily, ([birth-], each, to) day, (now a, two) days
(agone), + elder, X end, + evening, + (for) ever (-lasting, -more), X full, life, as (so) long as (.
. . live), (even) now, + old, + outlived, + perpetually, presently, + remaineth, X required,
season, X since, space, then, (process of) time, + as at other times, + in trouble, weather,
(as) when, (a, the, within a) while (that), X whole (+ age), (full) year (-ly), + younger.
“Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón como en Merivá, como en el día
de Masá en el desierto, cuando vuestros padres me tentaron, me probaron, aunque
habían visto mi obra. Por cuarenta años me repugnó aquella generación, y dije: Es
un pueblo que se desvía en su corazón y no conocen mis caminos. Por tanto, juré
en mi ira: Ciertamente no entrarán en mi reposo.” (LBLA revisada)
Hoy es el día para ti, querido lector. Hoy es el momento para adherirse al Eterno y
cumplir sus mandamientos. Hoy es el día para serle fiel. El que lo es hoy, también
lo será cuando en el día de mañana se diga “hoy”.
En Hebreos 3:12-13 está escrito:
“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de
incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada
día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el
engaño del pecado.” (LBLA)
Segunda aliyá, 4:5-40
4:5, 14 “Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos tal como HaShem mi Dios me
ordenó, para que los cumpláis en medio de la tierra en que vais a entrar para
poseerla... Y HaShem me ordenó en aquella ocasión que os enseñara estatutos y
decretos, a fin de que los cumplierais en la tierra a la cual vais a entrar para
poseerla.” (LBLA revisada) – Aquí la Torá está hablando de dos tipos de
mandamientos, jukim y mishpatim, traducidos como “estatutos” y “decretos”. Los
jukim son aquellos estatutos que no tienen explicación lógica del por qué hay que
cumplirlos. Los mishpatim son mandamientos de carácter social que son fáciles de
entender su razón de ser.
También está escrito que hay que cumplir los mandamientos en la tierra. La tierra
de Israel es el primer lugar donde hay que guardar la Torá de HaShem. La Torá fue
dada para ser guardada en la tierra de Israel, en primer lugar. Fuera de ella hay varios
mandamientos que no aplican. Esto convierte la tierra en una tierra santa, apartada,
diferente, más elevada espiritualmente.
Esto también nos enseña que la Torá no fue dada a las naciones para ser cumplida
en su totalidad por ellas, sino a los hijos de Israel para ser guardada en su totalidad
en la tierra que el Eterno les entregó.
4:6 “Así que guardadlos y ponedlos por obra, porque esta será vuestra sabiduría y
vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos que al escuchar todos estos
estatutos, dirán: "Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente.””
(LBLA) – En este texto la Torá revela la mejor manera de llegar a las naciones con
el mensaje del Eterno. Guardar los mandamientos es la mejor manera de impactar
en las naciones. La segunda cosa se encuentra en los versículos 9-10 donde habla
de transmitir la Torá a los hijos. Esto concuerda bien con la enseñanza de nuestro
Maestro Yeshúa en Mateo 28:18-20, done está escrito:6
6 Según la recuperación del texto más antiguo citado por el historiador Eusebio en el siglo IV.
“Y acercándose Yeshúa, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el
cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones en mi nombre,
enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (LBLA revisada)
En Juan 13:35 está escrito:
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los
otros.” (LBLA)
El hecho de amarnos unos a otros constituye la esencia de la Torá. Así que si
cumplimos la Torá, por medio de amarnos unos a otros, todos conocerán a Yeshúa.
Lo más trágico que puede pasar es cuando los que dicen ser creyentes en Yeshúa y
proclaman las buenas nuevas de salvación no viven según las normas establecidas
por la Torá. El Espíritu fue entregado a los discípulos del Mesías, no para testificar,
sino para ser testigos, como está escrito en Hechos 1:8:
“pero recibiréis poder cuando el Espíritu de Santidad venga sobre vosotros; y me
seréis testigos en Yerushalayim, en toda Yehudá y Shomrón, y hasta los confines de
la tierra.” (LBLA revisada)
Ser testigo no es lo mismo que testificar. El que no vive según las normas de la Torá
y da testimonio de Yeshúa hace más daño que bien. El mal testimonio de los que se
dicen ser el pueblo de Dios, es lo que causa el mayor daño en el mundo. Ello hace
que los corazones se cierran para la salvación de Dios. Así que sólo los que viven
según la Torá son los que podrán impactar en el mundo y causar cambios
sustanciales para el bien de las naciones.
“Así que guardadlos y ponedlos por obra, porque esta será vuestra sabiduría y
vuestra inteligencia” – La sabiduría y la inteligencia hebrea no consisten en saber
con la cabeza sino tener un estilo de vida y practicar los mandamientos que fueron
dados por Moshé y confirmados por el Mesías Yeshúa.
“ante los ojos de los pueblos” – ¿De qué manera los judíos podrán impactar en las
naciones para que crean en su Dios y se acerquen a las bendiciones que les fueron
dadas por medio de su padre Avraham y que también son para los pueblos? Este
texto nos da la respuesta: “al escuchar todos estos estatutos (jukim)” Según la Torá,
los jukim, los mandamientos que no tienen explicación lógica, son los que HaShem
está utilizando para impactar a los gentiles. Esto es muy extraño, puesto que los
mandamientos de carácter juk son los objetos de mayor burla por los que están fuera,
por no ser fáciles de entender. ¿Cuál será entonces el impacto entre los gentiles
cuando los judíos obedecen los jukim y los mishpatim?
o! Verán su obediencia que refleja su amor al Eterno incluso si no entienden la
razón por la que obedecen ciertos mandamientos.
o! Reconocerán que son una gran nación.
o! Reconocerán que tienen sabiduría.
o! Reconocerán que tienen inteligencia.
En los mandamientos, pues, hay sabiduría y conocimiento. Hoy la ciencia ha
confirmado que los que guardan los mandamientos llamados jukim, entre ellos los
del kashrut (dieta bíblica), la circuncisión, la abstinencia durante el periodo
menstrual de la mujer, reglas natalicias, etc., tienen menos enfermedades que otros
y viven una vida más sana. Ese estilo de vida es lo que tiene que impactar a las
naciones, no tanto las palabras. Además cuando el estilo de vida es correcto, las
palabras serán respaldadas con poder.
4:8 “¿O qué nación grande hay que tenga estatutos y decretos tan justos como toda esta
Torá que hoy pongo delante de vosotros?” (LBLA revisada) – Todos los
mandamientos son justos, como está escrito en el Salmo 119:160:
“La suma de tu palabra es verdad, y cada una de tus justas ordenanzas es eterna.”
(LBLA)
En el Salmo 119:62, 106, 164 está escrito:
“A medianoche me levantaré para darte gracias por tus justas ordenanzas... He
jurado, y lo confirmaré, que guardaré tus justas ordenanzas... Siete veces al día te
alabo, a causa de tus justas ordenanzas.” (LBLA)
En Romanos 7:12 está escrito:
“Así que la ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno.” (LBLA)
4:9 “Por tanto, cuídate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las
cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida;
sino que las hagas saber a tus hijos y a tus nietos.” (LBLA) – Este texto nos enseña
que no solamente hay que hablar de los estatutos con los de afuera. Hay algo más
importante, transmitir las experiencias personales y las palabras de la Torá a los
propios hijos. Los padres y los abuelos tienen una gran responsabilidad para
transmitir la revelación a los hijos y a los nietos.
4:10 “Recuerda el día que estuviste delante de HaShem tu Dios en Chorev, cuando
HaShem me dijo: "Reúneme el pueblo para que yo les haga oír mis palabras, a fin
de que aprendan a temerme todos los días que vivan sobre la tierra y las enseñen a
sus hijos.” (LBLA revisada)” – Los padres tienen la obligación de enseñar a los hijos
la Torá del Eterno, no otros. Los padres son los responsables para que sus hijos
aprendan la Torá. Para cumplir este mandamiento podrán también pedir ayuda de
otros.
4:12 “Entonces HaShem os habló de en medio del fuego; oísteis su voz, sólo la voz, pero
no visteis figura alguna.” (LBLA revisada) – En esta parashá se encuentra la palabra
fuego 14 veces. Diez de ellas se encuentran en relación con la entrega de las palabras
de la Torá, como está escrito en 4:15, 24, 33, 36; 5:4, 5, 22, 24, 26:
“HaShem os habló en Chorev de en medio del fuego... Porque HaShem tu Dios es
fuego consumidor, un Dios celoso... ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios,
hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y ha sobrevivido?... Desde
los cielos te hizo oír su voz para disciplinarte; y sobre la tierra te hizo ver su gran
fuego, y oíste sus palabras de en medio del fuego... Cara a cara habló HaShem con
vosotros en el monte de en medio del fuego yo estaba en aquella ocasión entre
HaShem y vosotros para declararos la palabra de HaShem, porque temíais a causa
del fuego y no subisteis al monte... Estas palabras HaShem habló a toda vuestra
asamblea en el monte, de en medio del fuego… y dijisteis: "He aquí, HaShem
nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en
medio del fuego; hoy hemos visto que Dios habla con el hombre, y éste aún vive...
Porque, ¿qué hombre hay que haya oído la voz del Dios vivo hablando de en medio
del fuego, como nosotros, y haya sobrevivido?"” (LBLA revisada)
En Deuteronomio 9:10 está escrito:
“Y HaShem me dio las dos tablas de piedra escritas por el dedo de Dios; y en ellas
estaban todas las palabras que HaShem os había dicho en el monte, de en medio
del fuego, el día de la asamblea.” (LBLA revisada)
En Deuteronomio 10:4 está escrito:
“Y Él escribió sobre las tablas, conforme a la escritura anterior, las diez palabras
que HaShem os había hablado en el monte de en medio del fuego el día de la
asamblea; y HaShem me las dio.” (LBLA revisada)
En Deuteronomio 33:2b está escrito:
“A su diestra la Torá de fuego para ellos” (LBLA revisada)
En Jeremías 23:29 está escrito:
“¿No es mi palabra como fuego--declara HaShem-- y como martillo que despedaza
la roca?” (LBLA revisada)
Cuando el Mesías Yeshúa enseñaba desde las Escrituras lo hacía por medio del
fuego, como está escrito en Lucas 24:32:
“Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras
nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras?” (LBLA)
Cuando el shalíaj Shaúl predicaba, lo hacía con fuego, como está escrito en 1
Corintios 2:4-5:
“Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría,
sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no descanse en
la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” (LBLA)
En 1 Corintios 4:20 está escrito:
“Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.” (LBLA)
De esto aprendemos dos cosas: Primero, la Torá tiene que convertirse en fuego en
nuestro corazón para que sea efectiva.
En el Salmo 39:3 está escrito:
“Ardía mi corazón dentro de mí; mientras meditaba, se encendió el
fuego…”(LBLA)
La manera de obtener ese fuego es meditar. La palabra hebrea que se tradujo como
“meditaba”7, hagig, significa: “susurrar”, “pronunciar”, “gemir”, “meditar”. La
meditación hebrea consiste, no solamente, en usar la mente, sino también la boca,
lo cual implica repetir las palabras de la Torá con un espíritu de oración. El estudio
de la Torá junto con la oración en el Espíritu es lo único que puede producir el fuego
divino en nuestro corazón.
Estos textos nos enseñan, en segundo lugar, que debemos transmitir la Torá a otros
por medio del fuego para que haga efecto. Para esto necesitamos ser sumergidos y
estar llenos del Espíritu de Santidad y fuego, y dejar que la Torá se convierta en
fuego en nuestro interior. No podemos dar algo que no tenemos. Asegúrate que tu
corazón esté ardiendo para que puedas enseñar la Torá a los demás en medio del
fuego.
“oísteis su voz, sólo la voz, pero no visteis figura alguna” – La palabra hebrea que
ha sido traducida como “figura” es temuná8 que significa “imagen”, “figura”,
“silueta”, “retrato”. Esto nos enseña que HaShem no tiene figura, o por lo menos
que no ha mostrado ninguna figura a los hijos de Israel, con el fin de que no tengan
la tentación de hacer alguna figura de la deidad.
4:13 “Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; las diez palabras, y las
escribió en dos tablas de piedra.” (LBLA revisada) – En el hebreo no está escrito:
“los diez mandamientos”, sino “las diez palabras”, aseret ha-devarim.
4:18 “semejanza de cualquier animal que se arrastra sobre la tierra, semejanza de
cualquier pez que hay en las aguas debajo de la tierra.” (LBLA) – Está prohibido
representar al Mesías por medio de un pez. El origen del símbolo del pez llamado
IXTUS es el culto al dios-pez filisteo Dagón que fue infiltrado en la fe por los
cristianos durante el segundo siglo después del Mesías. En lugar de abandonar sus
ídolos y servir al único Dios arrastraron sus prácticas paganas y las mezclaron con
el judaísmo mesiánico. Así se iba formando el Cristianismo como una mezcla del
Judaísmo con prácticas paganas populares que existían en todo el imperio romano.
4:23-24 “Guardaos, pues, no sea que olvidéis el pacto que HaShem vuestro Dios hizo con
vosotros, y os hagáis imagen tallada en forma de cualquier cosa que HaShem tu
Dios te ha prohibido. Porque HaShem tu Dios es fuego consumidor, un Dios
celoso.” (LBLA revisada) – El nombre El Kaná, “Dios Celoso”, se encuentra en tres
ocasiones en esta parashá, 4:24; 5:9; 6:15.
El Eterno creó la relación sentimental entre esposos para que pudiéramos aprender
algo de Su amor por nosotros. De la misma manera creó también el sentimiento de
7 Strong H1901 hâgîyg, haw-gheeg', From an unused root akin to H1897; properly a murmur, that
is, complaint: - meditation, musing.
8 Strong H8544 temûnâh temûnâh, tem-oo-naw', tem-oo-naw', From H4327; something
portioned (that is, fashioned) out, as a shape, that is, (indefinitely) phantom, or
(specifically) embodiment, or (figuratively) manifestation (of favor): - image, likeness,
similitude.
Strong H4327 mîyn, meen, From an unused root meaning to portion out; a sort, that is,
species: - kind. Compare H4480.
celo en el momento de que uno de los cónyuges deje de ser fiel a su pareja y se junte
con otro. El celo que siente un varón cuando su mujer empiece a flirtear con otro es
un pequeño reflejo de cómo el Eterno actúa cuando nosotros buscamos en otras
fuentes.
4:25-26 “Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y os hagáis veteranos en la tierra, y
os corrompáis y hagáis un ídolo en forma de cualquier cosa, y hagáis lo que es malo
ante los ojos de HaShem vuestro Dios para provocarle a ira, pongo hoy por testigo
contra vosotros al cielo y a la tierra, que pronto seréis totalmente exterminados de
la tierra donde vais a pasar el Yardén para poseerla. No viviréis por mucho tiempo
en ella, sino que seréis totalmente destruidos.” (LBLA revisada) – Aquí hay una
profecía de lo que iba a pasar con el pueblo de Israel. Después de haberse hecho
veteranos en la tierra se corrompieron e hicieron ídolos. El resultado de esa idolatría
fue las deportaciones a Asiria de las diez tribus del norte y a Babilonia de las dos
tribus del sur. Rashí comenta que la palabra “os hagáis veteranos”, en hebreo venoshantem,
tiene el valor numérico 852, lo cual alude a que el exilio iba a suceder
después de 852 años. Sin embargo, como el texto dice que iban a ser totalmente
exterminados de la tierra, lo cual no pasó, porque fue dejado un remanente en la
tierra, el exilio fue adelantado dos años, para ocurrir 850 años después de la
conquista de la tierra, cf. Daniel 9:14. El Talmud9 menciona que HaShem trató con
el pueblo con caridad, en hebreo tsedaká, y trajo el exilio dos años antes de su
tiempo destinado. Así no fue destruido todo el pueblo.
4:29 “Pero desde allí buscarás a HaShem tu Dios, y lo hallarás si lo buscas con todo tu
corazón y con toda tu alma.” (LBLA revisada) – Todas las veces cuando los profetas
hablan de juicio por causa del pecado de Israel, también pronuncian una promesa
de restauración. Lo mismo sucede en este texto. Aquí vemos que la promesa de
hallar al Eterno es dada a los descendientes de los israelitas que se encuentran entre
las naciones. La condición para encontrar al Eterno es buscarle con todo el corazón
y con todo el alma. ¿Cómo se hace? El versículo 30 nos da la respuesta: “volverás
a HaShem tu Dios y escucharás su voz.” La manera de buscar al Eterno es escuchar
su voz. Esa voz se encuentra en la Torá de Moshé y el resto de las Escrituras
inspiradas.
4:30 “En los postreros días, cuando estés angustiado y todas esas cosas te sobrevengan,
volverás a HaShem tu Dios y escucharás su voz.” (LBLA revisada) – La expresión
“los postreros días” hace referencia al tiempo antes de la introducción del reinado
mesiánico en la tierra, es decir nuestro tiempo. Tanto el Midrash,10 como Rambam11
relacionan esta parashá con la redención final. Por otro lado, Rambán considera
que se trata del exilio babilónico y que la redención final es anunciada en las
parashás Nitsavim, (Deuteronomio 30:3-4) y Haazinu (Deuteronomio 32).
“escucharás su voz” – En los últimos tiempos los descendientes de Israel van a
retornar a la Torá. Esa es la manera de buscarle con todo el corazón y con todo el
alma. Es imposible volver al Eterno sin hacer caso a lo que Él dice en las Escrituras.
Nuestro amor por Él se manifiesta en nuestro interés en estudiar y poner en práctica
la enseñanza de al Torá.
9 Sanhedrín 38a, Guitín 88a.
10 Devarim Rabá 2:14.
11 Hiljot Teshuvá 7:5.
4:31 “Pues HaShem tu Dios es Dios compasivo; no te abandonará, ni te destruirá, ni
olvidará el pacto que Él juró a tus padres.” (LBLA revisada) – En los postreros días,
cuando los descendientes de Israel se vuelvan al Eterno, escuchando y obedeciendo
las palabras de la Torá experimentarán Su compasión y Su fidelidad para ser
reintroducidos en el Pacto que fue jurado a los padres, Avraham, Yitsjak y Yaakov.
El Midrash12 enseña que hay cinco motivos para que venga la redención final, según
estos versículos, y de acuerdo con lo que pasó durante la primera redención, de
Egipto:
•! El pueblo de Israel está en angustia.
•! El pueblo de Israel hace teshuvá (se arrepiente y vuelve a HaShem).
•! El pacto con los antepasados está vigente.
•! La misericordia de HaShem se manifiesta.
•! El tiempo predestinado para la redención final habrá llegado.
4:32 “Ciertamente, pregunta ahora acerca de los días primeros que fueron antes de ti,
desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra; inquiere desde un extremo
de los cielos hasta el otro. ¿Se ha hecho cosa tan grande como ésta, o se ha oído algo
como esto?” (LBLA) – La Torá nos exhorta a estudiar la historia de la humanidad
desde Adam y Javá. También nos exhorta a investigar en la geografía y las culturas
del mundo para asegurarnos de que lo que pasó con la salida de Egipto y con la
entrega de la Torá en Sinaí fue algo extraordinario, nunca visto y vivido por otros
hombres. Esto es una muestra de que HaShem es el único Dios en el cielo y en la
tierra.
Tercera aliyá, 4:41-49
4:45 “Estos son los testimonios, los estatutos y las ordenanzas que Moshé dio a los hijos
de Israel cuando salieron de Egipto” – Aquí aparece otro término aparte de los dos
términos jukim y mishpatim mencionados anteriormente. Es el término hebreo
edá,13 en plural edot traducido como “testimonios”. Se refiere a aquellos
mandamientos que dan una identidad especial al pueblo judío, como por ejemplo
tsitsit, mezuzá, tefilín, el shabat y las fiestas. Estos mandamientos son llamados edot,
testimonios, porque dan testimonio de que son un pueblo diferente a las demás
naciones, escogido para servir al Eterno de una manera especial. También nos dan
motivo para dar testimonio a las naciones de los mandamientos del Eterno. El uso
del tsitsit se convertirá más y más en este tiempo en un medio para que las naciones
conozcan la Torá del Eterno, según está escrito en Zacarías 8:23 donde dice:
“Así dice HaShem de los ejércitos: "En aquellos días diez hombres de todas las
lenguas de las naciones asirán el vestido de un judío, diciendo: 'Iremos con
vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.'"”(LBLA revisada)
12 Devarim Rabá 2:15, Maraz.
13 Strong H5713 ‛êdâh, ay-daw', Feminine of H5707 in its technical sense; testimony: -
testimony, witness. Compare H5712.
Cuarta aliyá, 5:1-21 (18 heb.)
5:6 “Yo soy HaShem tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de
servidumbre.” (LBLA revisada) – Como vimos antes, el texto hebreo no habla de
diez mandamientos, sino de diez palabras. En los textos en Éxodo 20:1-17 (verso
14 en la versión hebrea) y Deuteronomio 5:6-21 (v. 10 heb.) hay 15 mandamientos
diferentes, los mandamientos número 25-38 y 424.
La numeración de estas diez palabras ha sido alterada por la Iglesia Católica y luego
por el reformador Lutero. Según la Torá y la tradición judía, la correcta numeración
de estas diez palabras es la siguiente:
1.! Yo soy el Eterno tu Dios…
2.! No tengas otros dioses…
3.! No tomes en vano el Nombre…
4.! Acuérdate y guarda el shabat…
5.! Honra a tu padre y a tu madre…
6.! No asesines.
7.! No cometas adulterio.
8.! No hurtes.
9.! No des falso testimonio…
10.!No desees ni codicies…
Según la tradición, había cinco frases en cada tabla de piedra. Las cinco primeras
frases hablan de la relación entre el Eterno y el hombre y las cinco últimas hablan
de la relación entre hombres. La relación entre los hijos y los padres es un reflejo
de la relación que hay entre el Eterno y los hombres y por eso esta palabra está en
la primera tabla. Hay un mandamiento que resume las cinco palabras de la primera
tabla: “Amarás al Eterno tu Dios con toda tu corazón, con toda tu alma y con toda
tu posibilidad”, cf. 6:5. El amor al Eterno se expresa en la obediencia a los
mandamientos, cf. 5:10. También hay un mandamiento que resume las cinco
palabras de la segunda tabla: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, Levítico
19:18.
5:7 “No tendrás otros dioses delante de mí.” (LBLA) – Podemos hacernos unas
preguntas para saber si tenemos otros dioses en nuestras vidas:
o! ¿Quién dirige mi vida?
o! ¿Quién es mi fuente?
o! ¿Dónde está mi confianza?
o! ¿Dónde está mi pasión?
o! ¿Quién es mi alabanza?
5:12 “Guarda el shabat para santificarlo, como HaShem tu Dios lo ha mandado.” (LBLA
revisada) – Al comparar los relatos de Éxodo 20 y Deuteronomio 5, se puede
encontrar varias diferencias, especialmente donde habla del Shabat. ¿Será que
Moshé no podía citar al Eterno de manera correcta? ¿Cómo se puede explicar esta
aparente contradicción?
Cuando el hombre habla, sólo puede trasmitir una palabra a la vez, pero así no es el
Eterno. Él puede transmitir varias palabras al mismo tiempo. Por eso existen las
diferencias entre el primer relato y el segundo de las diez palabras que fueron oídas
por todo el pueblo desde el pico de la montaña. Así que, cuando el Eterno habló del
shabat hay dos verdades incorporadas en ese anuncio, y las dos están escritas en los
dos pasajes que estamos comparando. Rashí dice que ambas expresiones fueron
anunciadas en un solo enunciado y en una sola palabra, y también fueron escuchadas
en un solo acto de escucha.
Según Éxodo 20, el shabat está conectado con la creación del mundo, pero aquí en
Devarim 5 está escrito que el shabat tiene que ver con la salida de Egipto. En Éxodo
está escrito que hay que acordarse del shabat y aquí está escrito que hay que guardar
el shabat. Acordarse no es lo mismo que guardar. Las dos cosas son necesarias y las
dos se complementan.
El shabat fue dado para hacernos recordar dos eventos importantes en la historia; la
creación y la salida de Egipto. Esto nos enseña que el shabat también es para los
que no salieron de Egipto, los que son hijos de Adam, ellos deben acordarse del
shabat. El shabat existe desde la creación y es para todos los hombres. Pero los hijos
de Adam y Noaj no están obligados a guardar el shabat, porque ellos no salieron de
Egipto.
Además de esto, el shabat fue dado, de una manera especial, a los hijos de Israel,
para ser guardado como señal del pacto que fue hecho después de la salida de
Egipto, como está escrito en Éxodo 31:13:
“Habla, pues, tú a los hijos de Israel, diciendo: De cierto guardaréis mis shabats,
porque esto es una señal entre yo y vosotros por todas vuestras generaciones, a fin
de que sepáis que yo soy HaShem que os santifico.” (LBLA revisada)
1.! El mandamiento nos obliga a acordarnos del shabat. Esto implica una
actividad intelectual. Así que, está permitido “trabajar” con el cerebro en
shabat, en forma de leer, estudiar, orar y meditar en los caminos del Eterno,
especialmente la liberación de la esclavitud, y los caminos de uno mismo. Con
esta actividad santificamos el shabat, es decir, lo hacemos diferente y lo
consagramos para el Eterno.
Rashí menciona, por otro lado, que el acordarse del shabat significa que uno
debe estar pensando en el shabat durante todos los demás días de la semana,
y si uno compra algo bonito, lo hace en honor al shabat que viene.
2.! También está escrito que el pueblo que salió de Egipto tiene que guardar el
shabat. Guardar implica una actitud de vigilancia. Guardar tiene que ver con
no hacer algo que está prohibido por la Torá en shabat. Los judíos tienen que
cuidarse bien para no hacer alguna melajá14, obra, en shabat. De esta manera,
entre otras, podemos guardar el shabat, ser cuidadosos en no profanarlo, y así
es santificado.
14 Ver el comentario sobre Exodo 20
Santificar significa apartar de los demás y dedicarlo al uso exclusivo del Eterno. En
Levítico 23:2-3 se habla también de la necesidad de hacer una reunión
congregacional santa al Eterno en Shabat.
El shabat fue creado, en primer lugar, para que el hombre cesara de su actividad de
intervención en la creación, lo mismo que hizo el Eterno después de haber creado
todo. Pero, vemos que este texto también habla de descanso en shabat. A pesar de
que la palabra shabat no significa descanso, sino “cese de actividades creativas”, la
palabra “descansar”, en hebreo nuaj15, también está relacionada con el shabat, como
está escrito en 5:14b:
“para que tu siervo y tu sierva también descansen como tú.” (LBLA)
Sin embargo, el concepto de descansar no es el principal para el shabat sino el de
cesar de las actividades creativas y productivas.
“como HaShem tu Dios lo ha mandado.” – Según el Talmud,16 el mandamiento del
Shabat no fue dado a Israel por primera vez en el monte Sinái, sino en Mará, donde
les dio algunas leyes, cf. Éxodo 15:25.
5:15 “Y acuérdate que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que HaShem tu Dios te sacó
de allí con mano fuerte y brazo extendido; por lo tanto, HaShem tu Dios te ha
ordenado que hagas el día de shabat.” (LBLA revisada) – El pueblo de Israel tiene
que recordar que fueron esclavos en Egipto. Por haber sido liberados de allí,
HaShem ahora les ordena guardar el shabat. Esto nos enseña que no guardábamos
el shabat en Egipto. Ahora somos libres para guardar los mandamientos del Eterno,
no por esclavitud y amenazas, sino por gratitud y amor. Esto también nos enseña
que el que no guarda el shabat o el que está obligado a trabajar en shabat, es todavía
un esclavo bajo el sistema de este mundo.
Aquí está escrito que tenemos que “hacer”, en hebreo laasot, el día del shabat.
(Lamentablemente no fue traducido así en las dos versiones RV y LBLA.) “Hacer
el día del shabat” significa que hay que hacer algo especial para que el shabat sea
shabat en relación con los demás días de la semana. Por esta razón surgieron muchas
de las tradiciones para el shabat, por ejemplo la de encender dos velas una cantidad
de minutos antes del shabat, (como señal del último trabajo que se hace antes del
inicio del día del cese), la tradición de beber una copa de vino para iniciar el shabat,
(en señal de alegría por la bendición que representa el día festivo), la tradición de
poner un mantel blanco sobre la mesa, (en recuerdo de la capa protectora blanca que
había debajo del maná en el desierto), la tradición de tener dos panes grandes
especialmente preparados para el shabat, (en recuerdo de la doble porción del maná
que hubo en el desierto cada sexto día), la tradición de cubrir los panes con un
mantel blanco, (como recuerdo de la capa blanca protectora que hubo sobre el maná
en el desierto), la tradición de bendecir a la esposa y los hijos de una manera
15 Strong H5117 nûach, noo'-akh, A primitive root; to rest, that is, settle down; used in a great
variety of applications, literally and figuratively, intransitively, transitively and causatively
(to dwell, stay, let fall, place, let alone, withdraw, give comfort, etc.): - cease, be
confederate, lay, let down, (be) quiet, remain, (cause to, be at, give, have, make to) rest, set
down. Compare H3241.
16 Sanhedrín 56b.
especial, la tradición de comer mucha comida y diferente a la de los demás días de
la semana, la tradición de vestirse con ropas elegantes en honor al shabat, la
tradición de hacer oraciones especialmente redactadas para ese día, la tradición de
llamar a siete varones a la lectura del rollo de la Torá en la sinagoga, la tradición de
hacer kidush sobre el vino antes de comer el día del shabat etc. etc. Todas estas
cosas son maneras de “hacer el día del shabat”, para así cumplir con el
mandamiento.
En resumen, podemos decir que en shabat hay que:
o! Acordarse – pensar en la obra de la creación y de la liberación de la esclavitud,
Éxodo 20:8; Deuteronomio 5:15.
o! Guardar – ser cuidadoso con el shabat para no hacer cosas prohibidas, Éxodo
20:10; Deuteronomio 5:12; Isaías 58:13-14.
o! Santificar – dedicarse al Eterno y a su Torá de una manera especial,
Deuteronomio 5:12, 14 “para el Eterno”. Esto se hace en la familia,
Deuteronomio 5:14, y en la congregación, Levítico 23:3.
o! Descansar – no hacer cosas que cansen o causen molestias, dormir extra,
Deuteronomio 5:14.
o! Hacer el día de shabat – cumplir ciertos ritos para que ese día sea diferente a
los demás días de la semana, Deuteronomio 5:15b.
o! Disfrutar del shabat – comer bien y hacer otras cosas que alegran el alma,
Isaías 58:14.
El shabat es también un día para recordar la liberación de la esclavitud del pecado,
por medio de la muerte y resurrección de Yeshúa el Mesías. La salida de Egipto es
una sombra profética de la salida de la verdadera esclavitud, bajo el pecado y el
adversario, Juan 8:32-36.
Como Yeshúa estuvo muerto durante tres días, incluyendo el shabat, y así pagó por
nuestros pecados, nosotros hemos experimentado la liberación de la esclavitud del
pecado, de la muerte y del adversario. Esto nos da una razón aún mayor para
celebrar el shabat. ¡Bendito sea el Eterno por el Mesías que nos dio el shabat eterno!
5:16 “Honra a tu padre y a tu madre, como HaShem tu Dios te ha mandado, para que
tus días sean prolongados y te vaya bien en la tierra que HaShem tu Dios te da.”
(LBLA revisada) – Esta palabra enseña que también el mandamiento de honrar a los
padres, fue dado antes de la entrega de la Torá en Sinái. Según el Talmud17, fue en
Mará.
Quinta aliyá, 5:22(19) – 6:3
5:22(19) “Estas palabras HaShem habló a toda vuestra asamblea en el monte, de en
medio del fuego, de la nube y de las densas tinieblas con una gran voz que no cesó.
Y las escribió en dos tablas de piedra y me las dio.” (LBLA revisada) – Según Rashí,
cuando dice que su gran voz no cesó, significa que no necesitaba parar y coger aire,
como los hombres, para poder seguir hablando.
17 Sanhedrín 56b.
6:1 “Este, pues, es el mandamiento, los estatutos y los decretos que HaShem vuestro
Dios me ha mandado que os enseñe, para que los cumpláis en la tierra que vais a
poseer” (LBLA revisada) – Ahora entramos en lo que es considerado como la
declaración de fe del judaísmo, el shemá. En este versículo está escrito que este es
el mandamiento, en singular. Cuando le preguntaron a nuestro Maestro Yeshúa cuál
es el mandamiento más importante, contestó con las palabras del shemá, cf. Marcos
12:29.
Sexta aliyá, 6:4-25
6:4-9 “Escucha, Israel, HaShem es nuestro Dios, HaShem es uno. Y amarás a HaShem
tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con todos tus medios. Y estas
palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos,
y hablarás de ellas cuando estés sentado en tu casa y cuando andes por el camino,
cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal sobre tu brazo,
y serán por insignias entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus
puertas.” (LBLA revisada)
En estas palabras, llamadas el shemá, encontramos la clave para poder vivir cerca
del Eterno en todo momento.
Shemá – Lo primero que el hombre tiene que hacer para estar cerca del Eterno es
escuchar y obedecer. El Eterno toma la iniciativa para acercarse a nosotros y
nosotros sólo tenemos que hacerle caso para poder obtener su gracia. Acércate cada
mañana al Eterno y toma unos minutos para escuchar, sin hacer nada más, y deja
que el Espíritu de HaShem te hable por las palabras de la Torá que has leído. No
seas tan rápido en tus oraciones que sólo hables y no escuches. Es mejor escuchar a
HaShem que hablarle. El shemá nos enseña a poner el escuchar como la máxima
prioridad en nuestras vidas.
Israel – La segunda cosa que es destacada es nuestra identidad como pueblo. El
gentil que ha hecho la conversión al Dios de Israel por medio del Mesías Yeshúa es
parte del Israel celestial, y aunque no se haya convertido en judío, puede
identificarse con el pueblo, cf. Efesios 2:19.
HaShem es nuestro Dios – Esta es la declaración de los que son parte de Israel. Los
que tienen otros dioses no son parte de Israel. Rashí destaca el hecho de que este
versículo dice que HaShem es únicamente el Dios de Israel en este momento, pero
en el futuro será el Dios de toda la humanidad, como está escrito en Sofonías 3:9:
“En ese tiempo daré a los pueblos labios puros, para que todos ellos invoquen el
nombre de HaShem, para que le sirvan de común acuerdo.” (LBLA revisada)
En Zacarías 14:9 está escrito:
“Y HaShem será rey sobre toda la tierra; aquel día HaShem será uno, y uno su
nombre.” (LBLA revisada)
HaShem es uno – La palabra traducida como “uno”, ejad,18 implica unidad y
unicidad. Hay veces cuando las Escrituras usa este término para marcar la unidad
entre varios elementos o personas, pero cuando se usa en relación con el Eterno no
puede tener ese sentido, porque no hay más que una Persona en la Deidad. Por lo
tanto, la palabra ejad tiene los siguientes dos significados en este contexto: que
HaShem no es plural y que no hay otro. Él es el único Dios que existe y esa unicidad,
esa singularidad, lo ha revelado a Israel.
La vida eterna consiste en conocer – por experiencia – al único Dios verdadero, y a
quién ha enviado, Yeshúa el Mesías, como está escrito en Juan 17:3:
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Yeshúa
el Mesías, a quien has enviado.” (LBLA revisada)
Este versículo nos enseña que en el único Dios verdadero no está incluido Yeshúa
el Mesías. El único Dios verdadero es sólo el Padre, HaShem, como también está
escrito en 1 Corintios 8:6-7a:
“para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas y
nosotros somos para Él; y un Señor, Yeshúa HaMashíaj, por quien son todas las
cosas y por medio del cual existimos nosotros. Sin embargo, no todos tienen este
conocimiento…” (LBLA revisada)
Y amarás – Como Él es el Único para nosotros, la consecuencia es amarle. Por eso
el hebreo usa la palabra “y”. Según Rashí, amarle significa cumplir sus palabras por
amor, no por temor.
Con todo tu corazón – Se refiere a lo más íntimo de nuestro ser, que no puede estar
dividido en la devoción al Eterno, como está escrito en Jacobo (Stg.) 4:8:
“Acercaos a Dios, y El se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores;
y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” (LBLA revisada)
Con toda tu alma – Significa que hay que estar dispuesto a dar su vida por amor a
él y vivir solamente para él.
Con todos tus medios – La palabra hebrea que normalmente ha sido traducida como
“fuerzas”, es meodeja, que no sólo significa tu fuerza, sino también “tus
posesiones”, “tus medios”, “tus capacidades”, de meod,19 “mucho”. Esta palabra no
habla de la fuerza física, en primer lugar, sino de todo lo que uno tiene y es, lo cual
también incluye las posesiones materiales. El amor al Eterno también se expresa en
la manera de administrar nuestros bienes materiales. Pero el amor siempre empieza
en el corazón y luego va saliendo hacia fuera.
18 Strong H259 'echâd, ekh-awd', A numeral from H258; properly united, that is, one; or (as an
ordinal) first: - a, alike, alone, altogether, and, any (-thing), apiece, a certain [dai-] ly, each
(one), + eleven, every, few, first, + highway, a man, once, one, only, other, some, together.
19 Strong H3966 me'ôd, meh-ode', From the same as H181; properly vehemence, that is, (with or
without preposition) vehemently; by implication wholly, speedily, etc. (often with other
words as an intensive or superlative; especially when repeated): - diligently, especially,
exceeding (-ly), far, fast, good, great (-ly), X louder and louder, might (-ily, -y), (so) much,
quickly, (so) sore, utterly, very (+ much, sore), well.
Y estas palabras que yo te mando hoy – Se refiere a las palabras de la Torá de
Moshé, que siempre deben ser consideradas como dadas hoy, es decir, son actuales
ahora.
Estarán sobre tu corazón – Es la responsabilidad de cada uno de nosotros poner las
palabras de la Torá sobre nuestro corazón, como está escrito en 11:18:
“Poned, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas
como una señal a vuestra mano, y serán diadema entre vuestros ojos.” (LBLA
revisada)
No es lo mismo tener las palabras en la mente que en el corazón. El corazón es la
sede de la personalidad, lo más íntimo de nosotros, donde normalmente sólo cabe
una cosa. En la mente pueden caber muchas ideas y opciones, pero no en el corazón.
Allí sólo cabe una cosa o una opción, y esa cosa es la que, en los momentos
decisivos de la vida, define nuestras decisiones.
Dentro de los dos tefilín, que se colocan sobre el brazo izquierdo y sobre la cabeza,
hay una diferencia. En el tefilín de la cabeza hay cuatro apartamentos con cuatro
pergaminos con cuatro textos diferentes de la Torá. Pero en el tefilín del brazo
izquierdo, que está pegado al corazón, hay un solo departamento con un solo
pergamino con los cuatro textos. Esto nos enseña que cuando las palabras de la Torá
están en nuestra cabeza pueden ser entendidas e interpretadas de muchas maneras
diferentes, pero cuando llegan al corazón, sólo hay unidad entre ellas y hay una sola
cosa.
Cuando la Torá entra en el corazón va a marcar nuestras decisiones. Cuando hay
que elegir entre una propuesta y otra, lo que hay en el corazón marcará la diferencia.
Es nuestra responsabilidad ver que las palabras de la Torá lleguen al corazón.
Primero las oímos con nuestra cabeza, pero luego hay que meditar en ellas hasta
que entren en nuestro corazón. Entonces es desalojado lo que antes estaba allí,
porque en el corazón sólo cabe una cosa. Cuando estás enamorado, sólo podrás tener
una persona en tu corazón. De la misma manera es con HaShem y su Torá.
Asegúrate que la Torá esté en tu corazón para que tomes las decisiones conforme a
ella en los momentos críticos de tu vida, cuando tendrás que elegir entre la
obediencia y la desobediencia. Si no pones las palabras de la Torá en tu corazón, te
engañará en la crisis, porque no hay nada más engañoso como el corazón del
hombre.
En Marcos 4 el Mesías nos da la clave para entender el secreto del Reino de los
cielos. En el versículo 11 se habla del secreto del Reino de Dios. Hay un secreto
que es considerado el más grande del Reino y por eso es llamado “el secreto”. ¿Cuál
es?
En Marcos 4:3-20 está escrito:
“¡Oíd! He aquí, el sembrador salió a sembrar; y aconteció que al sembrar, una parte
de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte
cayó en un pedregal donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó por no tener
profundidad de tierra. Pero cuando salió el sol, se quemó; y por no tener raíz, se
secó. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio
fruto. Y otras semillas cayeron en buena tierra, y creciendo y desarrollándose,
dieron fruto, y produjeron unas a treinta, otras a sesenta y otras a ciento por uno.
Y él decía: El que tiene oídos para oír, que oiga. Cuando se quedó solo, sus
seguidores junto con los doce, le preguntaban sobre las parábolas. Y les decía: A
vosotros os ha sido dado el secreto del reino de Dios, pero los que están afuera
reciben todo en parábolas. para que VIENDO VEAN PERO NO PERCIBAN, Y
OYENDO OIGAN PERO NO ENTIENDAN, NO SEA QUE SE CONVIERTAN Y
SEAN PERDONADOS. Y les dice: ¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues,
comprenderéis todas las parábolas? El sembrador siembra la palabra. Y éstos que
están junto al camino donde se siembra la palabra, son aquellos que en cuanto la
oyen, al instante viene satanás y se lleva la palabra que se ha sembrado en ellos. Y
de igual manera, estos en que se sembró la semilla en pedregales son los que al oír
la palabra enseguida la reciben con gozo; pero no tienen raíz profunda en sí
mismos, sino que sólo son temporales. Entonces, cuando viene la aflicción o la
persecución por causa de la palabra, enseguida tropiezan y caen. Otros son aquellos
en los que se sembró la semilla entre los espinos; éstos son los que han oído la
palabra, pero las preocupaciones del mundo, y el engaño de las riquezas, y los
deseos de las demás cosas entran y ahogan la palabra, y se vuelve estéril. Y otros
son aquellos en que se sembró la semilla en tierra buena; los cuales oyen la palabra,
la aceptan y dan fruto, unos a treinta, otros a sesenta y otros a ciento por uno.”
(LBLA)
En el versículo 3 dice el Mesías: “¡Oíd!”, que viene del shemá, y luego sigue
hablando de la parábola que es considerada como la modelo para todas las
parábolas, como se ve en el versículo 13 donde dice:
“¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, comprenderéis todas las parábolas?”
(LBLA)
Esta parábola del sembrador contiene la llave para entender todas las otras
parábolas. El que entiende esta parábola ha entendido el gran secreto del Reino de
Dios. ¿Qué nos enseña?
“El sembrador siembra la palabra.” – este es el gran secreto.
Nuestro Gran Maestro empezó la parábola diciendo: “¡Oíd!” y la terminó diciendo:
“El que tiene oídos para oír, que oiga.” Así que, él destaca la importancia de
escuchar, al igual que Moshé rabenu en el texto del shemá.
En el versículo 20 está escrito:
“Y otros son aquellos en que se sembró la semilla en tierra buena; los cuales oyen
la palabra, la aceptan y dan fruto, unos a treinta, otros a sesenta y otros a ciento
por uno.” (LBLA)
¿Qué podemos aprender de esto? El gran secreto del Reino es recibir las semillas
que el Sembrador está sembrando. La tierra es el hombre, que una vez fue formado
con el polvo de la tierra. Dependiendo de cómo entra la semilla en la tierra, así será
su fruto. El gran secreto del Reino es lograr que la Torá llegue a lo más profundo
del corazón. Según esta parábola hay cuatro tipos de hombres:
1.! Los del camino – que tienen una dureza por encima de su corazón para que la
semilla no pueda entrar adentro. Los caminos de la época fueron producidos
por los pasos de los hombres. Cuantos más hombres pasaban por el campo,
más duro se hacía. Así que las tradiciones de los hombres es el obstáculo
número uno para no poder recibir la semilla en el corazón. Uno tiene la
costumbre de caminar por donde todo el mundo anda y no quiere hacer
cambios según la Torá y así viene satanás y lleva la semilla preciosa de cebada
que fue sembrada.
2.! Los de los pedregales – que tienen una actitud mental de recibir, pero en el
fondo tienen el corazón endurecido y no están dispuestos a cambiar su manera
de ser. Les gusta escuchar y reciben la Torá con muchas emociones, pero a la
hora de la verdad cuando hay persecución por causa de la Torá, se apartan,
porque sólo buscaban placeres y no quieren sufrir por causa del Reino.
3.! Los de los espinos – que han oído y hecho caso a la Torá, pero están más
interesados en las cosas de este mundo que del Reino. Buscan satisfacer sus
propios deseos más que los deseos del Padre Celestial. Con el tiempo perderán
su entusiasmo por el Reino porque les interesa más lo que les da placer a corto
plazo, que la obediencia a los mandamientos, que produce mayor placer a
largo plazo.
4.! Los de la buena tierra – que oyen la Torá y la aceptan con todas sus
consecuencias, con confrontaciones internas y persecuciones externas. Ellos
dejan que la Torá penetre en lo más hondo de su corazón y ajustan sus vidas
según su enseñanza, a pesar de los dolores que son causados por ello. No son
temporales, sino constantes y con el paso del tiempo habrá un resultado bello
de su fidelidad a la Palabra que fue sembrada en su interior. Dan fruto en tres
niveles, lo cual muestra que hay tres clases de fieles en el Reino.
En Marcos 4:24a está escrito:
“Mirad qué oís.” (LBLA revisada)
Es muy importante ver que lo que entre en el corazón sea la Torá dada del cielo y
no una que es falsificada. El secreto del Reino es poner la Torá en el corazón. Lo
mismo se puede encontrar en Marcos 4:26-28 donde está escrito:
“Decía también: El reino de Dios es como un hombre que echa semilla en la tierra,
y se acuesta y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece; cómo, él no
lo sabe. La tierra produce fruto por sí misma; primero la hoja, luego la espiga, y
después el grano maduro en la espiga.” (LBLA)
Tú eres responsable delante del Cielo para hacer que la semilla de la Torá entre en
tu corazón. Cuando hayas logrado meter esa semilla en el corazón vas a tener una
experiencia única: La semilla produce fruto por sí misma. No eres tú el que tiene
que producir fruto en tu vida, la Torá produce por sí misma. Tu preocupación no
tiene que ser si vas a dar fruto o no, sino cómo poder meter la semilla en el corazón.
El resto vendrá por sí solo.
¿Cuánto fruto quieres tener en tu vida? ¿Treinta, sesenta o cien? Depende de la
medida de semilla que logres poner en tu corazón, como está escrito en Marcos
4:24b:
“con la medida con que medís seréis medidos, y aún más se os dará.” (LBLA)
Así que: “Estas palabras que yo te mando hoy pondrás sobre tu corazón.” – Este es
el Gran Secreto del Reino. ¿Pero, cómo podemos lograr que la semilla llegue al
corazón? El shemá también nos da la respuesta:
“Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés sentado en tu casa y
cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.” (LBLA)
¿Qué es lo primero que hay que hacer con la Torá para que llegue al corazón?
Repetirla con la boca a los hijos, que también son hijos espirituales.
Lo segundo es hablar de ellas al estar sentado en la casa. ¿Qué debemos hablar
cuando estamos sentados en la mesa para comer? ¿Qué debemos hablar cuando
estamos sentados en el sofá o en el sillón? ¿Cuál es el botón más santo de la
televisión? El rojo, para apagar, para poder hablar la Torá en lugar de ver porquería
que no hace otra cosa que ahogar los conceptos divinos de las Escrituras.
Lo tercero es hablar de las palabras de la Torá cuando andes por el camino. ¿Qué
cosas hablamos con nuestros hijos cuando estamos viajando con ellos?
Lo cuarto es hablar de las palabras de la Torá cuando te acuestes. Lo último que
debemos tener en nuestras mentes antes de dormir es la palabra del Eterno. El sueño
ha sido creado para que el Eterno pueda obrar en nuestro interior durante la noche.
Por eso es muy importante tener las palabras del Tanaj en la mente antes de dormir.
Así podrá el Eterno hacer que esa palabra baje al corazón durante el sueño. Nunca
te acuestes mirando la televisión o escuchando canciones o discutiendo con tus
familiares. Acuéstate con las palabras del Cielo y tendrás un corazón lleno de
semillas que van a dar fruto, como está escrito en Marcos 4:27:
“se acuesta y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece.” (LBLA)
Recita el shemá antes de dormir para reconocer al Eterno como tu único Dios y así
encomendarte en Sus manos protectoras y moldeadoras.
Lo quinto es hablar de las palabras de la Torá cuando te levantes. Lo primero que
un judío debe hacer al despertar es decir: “Gracias doy ante ti, Rey Vivo y Eterno,
porque has devuelto mi alma dentro de mí con misericordia. Grande es Tu
fidelidad.” Después de ir al baño, se lava las manos y antes de alimentar a su cuerpo
con comida, sigue exaltando al Eterno, con bendiciones basadas en las Escrituras,
hasta llegar a la recitación del shemá y otras oraciones escriturales. Luego lee y
medita sobre textos del Tanaj. Así cumple con este mandamiento de hablar de las
palabras del Eterno cuando se levante.
Las atarás como una señal sobre tu brazo, y serán por insignias entre tus ojos –
En la oración de la mañana, un varón judío se coloca el talit, manto de oración, con
los flecos, que fueron ordenados en Números 15:37-41, y luego pone los tefilín, para
cumplir el mandamiento de atar las palabras sobre el brazo y entre los ojos.
Hay varios niveles de entendimiento para la práctica de poner los tefilín. En primer
lugar está el nivel peshat (simple), que se cumple de manera literal atando las
palabras en el brazo y en la cabeza en la línea intermedia entre los ojos, por encima
del borde del pelo en la frente.
Desde el nivel remez (alegórico), que no puede sustituir al nivel simple, se puede
entender el mandamiento de manera que se refiere a cumplir las palabras con la
mano, es decir, se trata de vivir, de forma práctica, todo lo que ordena el Eterno en
su Torá y, también, de tener las palabras de la Torá en la mente y como el motivo
de nuestra mirada. La visión de un verdadero hijo de Dios es que la Palabra del
Eterno sea cumplida en su vida.
Y las escribirás en los postes de tu casa – Se cumple al escribir las palabras de la
Torá en un pergamino que se coloca en una cajita en la jamba de la puerta, mezuzá.20
Es una obligación para un judío poner las palabras de la Torá en las jambas de las
puertas de las habitaciones en la casa donde vive. Este mandamiento está dado para
que la Torá esté presente en nuestras casas. Al tener una parte de las Escrituras en
las puertas hay un recuerdo de que son nuestro modelo de vida y la base para
nuestras conversaciones en la casa. En una casa donde está la Torá en las puertas
no se puede vivir de cualquier manera. Tampoco se puede hablar de cualquier
manera o de cualquier cosa en esa casa. Tampoco se puede introducir por medio de
las puertas o por la televisión o internet cualquier cosa en esa casa. Una casa con
mezuzá en cada puerta es una casa apartada para servir los propósitos de Dios.
Y en tus puertas – Se refiere al lugar donde se reunían los ancianos en la ciudad
para tratar asuntos gubernamentales, es decir algo parecido a la municipalidad de
hoy en día. La puerta fue el ayuntamiento de la época. Este mandamiento fue dado
para recordar a los gobernantes de que deben estar reunidos, para tratar los asuntos
de la ciudad, siempre dentro de los marcos de la Torá de Moshé. Así la Torá es
puesta como la única regla para los gobernantes del país.
6:10-12 “Y sucederá que cuando HaShem tu Dios te traiga a la tierra que juró a tus padres
Avraham, Yitsjak y Yaakov que te daría, una tierra con grandes y espléndidas
ciudades que tú no edificaste, y casas llenas de toda buena cosa que tú no llenaste,
y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivos que tú no plantaste, y comas y
te sacies; entonces ten cuidado, no sea que te olvides de HaShem que te sacó de la
tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.” (LBLA revisada) – Cuando las cosas
van bien y lo material se aumenta es fácil olvidar al Eterno. ¡Tengamos cuidado con
eso!
6:13a “Temerás a HaShem tu Dios; y a Él servirás…” (LBLA revisada) – Este fue el texto
que Yeshúa citó cuando se enfrentó con satanás que le pedía que se postrara ante él,
como está escrito en Mateo 4:9-10:
20 Strong H4201 mezûzâh mezûzâh, mez-oo-zaw', mez-oo-zaw', From the same as H2123; a door post
(as prominent): - (door, side) post.
“y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras. Entonces Yeshúa le dice:
¡Vete, satanás! Porque escrito está: "Al Eterno tu Dios adorarás y sólo a él servirás.”
(LBLA revisada)”
La palabra hebrea que significa temer fue traducida al griego como adorar. Vemos,
por tanto, que hay una conexión entre postrarse ante el Eterno y temerle. De esto
aprendemos que nuestro culto ante el Eterno tiene que ser hecho con temor
reverente. En varias ocasiones dice nuestro Maestro que debemos temer al que tiene
el verdadero poder, cf. Mateo 10:28; Lucas 12:5; Hebreos 10:31; 12:28. La falta de
temor al Eterno es la causa de la mayoría de los pecados que se comenten. El que
no tiene temor al Eterno a la hora de servirle no le sirve de manera correcta.
6:16a “No tentaréis a HaShem vuestro Dios…” (LBLA revisada) – Estas palabras fueron
también citadas por nuestro Maestro cuando tuvo su momento de decisión en el
desierto, cf. Mateo 4:7.
Durante el tiempo del segundo templo, cuando vino Yeshúa a predicar, no se seguía
el ciclo anual de lecturas del Jumash en la Tierra de Israel, sino el ciclo trianual.
Ese ciclo empieza en el primer mes del año, llamado aviv y nisán, y sigue durante
tres años hasta terminar en el mes duodécimo, llamado adar. Así que, necesitaban
tres años enteros para poder leer los cinco libros de Moshé en las sinagogas en el
tiempo del segundo Templo. Y como Yeshúa es la Torá viviente, él tenía que pasar
por toda la lectura del Jumash durante sus tres años y medio de ministerio.
Con toda probabilidad podemos asumir que Yojanán ben Zejaryá (Juan el Bautista)
empezó su ministerio durante el mes de la teshuvá (arrepentimiento), que es el sexto
mes del anuario judío, llamado elul, (que en Israel cae en pleno verano). A partir
del inicio de ese mes el pueblo se está preparando durante cuarenta días para poder
estar delante del Eterno en el gran día de expiación, yom kipur, que cae en el 10º día
del séptimo mes, llamado tishrí. De esta manera aprendemos que Yeshúa tenía que
haber sido sumergido en el río Yardén por esas fechas. Y como luego fue llevado al
desierto durante 40 días para ser tentado por satanás, es probable que esos días
hayan sido los mismos que los 40 días de preparación para yom kipur, o por lo
menos gran parte de ellos.
Meses del
3er año
Texto de la Torá del 3er año Texto de los Profetas del
3er año
Tishrí (7º) Deuteronomio 5:1 - 6:3 No había
Deuteronomio 6:4 - 7:26 (6:13,16 citados en
Luc 4:8, 12)
1 Reyes 10:39
Deuteronomio 8:1-20 (8:3 citado por Yeshúa
en Luc 4:4)
Jeremías 9:22-24
Deuteronomio 9:1-29 Jeremías 2:1, 2 Reyes 8:30
Jeshván (8º) Deuteronomio 10:1 - 11:25 2 Reyes 13:23
Deuteronomio 11:26 - 12:19 Isaías 54:11 - 55:6
Deuteronomio 12:20 - 15:6 Jeremías 23:9
Deuteronomio 15:7 - 16:17 Isaías 61:1-2 (leído por
Yeshúa)
Kislev (9º) Deuteronomio 16:18 - 17:13 (texto usado en
Luc 4:31s)
1 Samuel 8:1
Deuteronomio 17:14-20 (texto usado en Luc
4:31s)
1 Samuel 10:24
Deuteronomio 18:1 - 20:9 (texto probable en
Luc 4:33ss)
Jeremías 29:8
Deuteronomio 20:10 - 21:9 Josué 24:1
Según esta lista de lecturas en la sinagoga, podemos ver cuándo fueron leídos los
textos que Yeshúa estaba citando en la cara del adversario cuando fue tentado. Esos
tres textos se encuentran en Deuteronomio 6:13, 16 y 8:3. Los dos primeros textos
están dentro de la parashá trianual que se leía durante la segunda semana del
séptimo mes, justamente durante la semana en que caía la celebración de yom kipur.
El tercer texto citado por el Maestro fue leído durante la tercera semana del mismo
mes, una semana más tarde. Esto nos indica que Yeshúa inició su ministerio al final
de las lecturas del Jumash (Pentateuco), para que en el año siguiente, antes de pesaj,
pudiera empezar un nuevo ciclo de lectura y así pasar por toda la Torá en los tres
últimos años de su vida en la tierra, antes de ser levantado. Y como él era la Torá
viviente, tenía que vivir los cinco libros de Moshé durante su ministerio público.
Es más, en Lucas capítulo 4 vemos como él leía el texto de la Haftará desde Isaías
62:1-2 cuando fue llamado a la lectura en la sinagoga en Natseret. Ese texto es leído
en el último shabat de jeshván, el octavo mes, cinco shabats después de la lectura
de los textos citados en el desierto. Antes de la lectura de Isaías, aquel shabat, se
había leído el texto de la Torá desde Deuteronomio 15:7 – 16:17. En ese texto se
habla del año sabático y las tres fiestas anuales.
En Lucas 4:31 está escrito:
“Y descendió a Kefar-Najum, ciudad de Galil. Y les enseñaba en los shabats”
(LBLA revisada)
Aquí vemos como el Mesías, después de haber leído la Haftará en la sinagoga donde
se había criado, enseñaba durante varios shabats en la sinagoga de Kefar-Najum, al
lado noroeste del mar de Galilea. Mediante la tabla de lecturas, según el ciclo
trianual, podemos saber qué textos tenía como base para su enseñanza durante esos
shabats. Es muy probable que haya enseñado en contra de las prácticas ocultas, en
el shabat cuando tocaba leer Deuteronomio 18:1 – 20:9, y por eso vino la reacción
tan fuerte en el demonio que estaba dentro de un hombre que escuchaba su
enseñanza, cf. Lucas 4:33ss.
6:20 “Cuando en el futuro tu hijo te pregunte, diciendo: "¿Qué significan los testimonios
y los estatutos y los decretos que HaShem nuestro Dios os ha mandado?"” (LBLA
revisada) – Este es el cuarto hijo que es mencionado durante la cena de pesaj. Los
tres primeros están mencionados en Éxodo 12:26; 13:8 y 14.
Séptima aliyá, 7:1-11
7:1 “Cuando HaShem tu Dios te haya introducido en la tierra donde vas a entrar para
poseerla y haya echado de delante de ti a muchas naciones: al jiteo, al guirgasheo,
al emoreo, al kenaaneo, al perizeo, al jiveo y al yevuseo, siete naciones más grandes
y más poderosas que tú” (LBLA revisada) – Los sabios nos enseñaron:21 “Quien es
21 Kohelet Rabá 7:33.
misericordioso cuando Dios desea la severidad, finalmente será cruel cuando Dios
exige misericordia”. El rey Shaúl no exterminó la totalidad de los amalekitas que
HaShem le había ordenado, cf. 1 Samuel 15. Por eso, más adelante pecó cuando
mató a todos los sacerdotes de Nov, cf. 1 Samuel 22:21. La razón para destruir a
todas las personas de las siete naciones que vivían en la Tierra prometida fue que
habían llegado a un grado tan bajo de pecado y contaminación espiritual, que por
un lado no merecían vivir y por otro lado contaminarían a los hijos del pueblo
elegido si pudieran seguir vivos y constituirían también un peligro para las demás
naciones del mundo.
7:3-4 “Y no contraerás matrimonio con ellos; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás su
hija para tu hijo. Porque él apartará a tu hijo de seguirme para servir a otros dioses;
entonces la ira de HaShem se encenderá contra ti, y Él pronto te destruirá.” (LBLA
revisada) – Este texto dice que cuando el hijo de un gentil se case con la hija de un
judío, él hará que el nieto, procreada por la hija del judío, se aparte de HaShem.
Esto nos enseña que el hijo de una hija, es llamado “hijo” en el versículo 4, aunque
haya nacido de un padre gentil. Por esto, el Talmud22 enseña que si la Torá hubiera
dicho “ella apartará a tu hijo de seguirme”, implicaría que el nieto que haya nacido
de un padre judío y una madre gentil, sería considerado “tu hijo”, es decir, judío.
Pero como no se expresa en femenino, sino en masculino, “él apartará a tu hijo...”,
implica que solamente el nieto nacido por una madre judía y un padre gentil es
considerado judío, como si fuera “tu hijo”.
7:5 “Mas así haréis con ellos: derribaréis sus altares, destruiréis sus pilares sagrados, y
cortaréis sus imágenes de Asherá, y quemaréis a fuego sus imágenes talladas.”
(LBLA revisada) – Esto es mejor que anunciar esos lugares como algo cultural para
los turistas o crear museos con estos objetos contaminados. Esto es lo que se debería
hacer con los lugares de culto de los mayas, aztecas, incas y otros pueblos que
adoraban a dioses terribles, en lugar de promocionarlos para el turismo nacional e
internacional. Por todas esas prácticas idolátricas el Eterno envió destrucción sobre
esos pueblos.
7:7-8 “HaShem no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más
numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; mas
porque HaShem os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, HaShem
os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón,
rey de Egipto.” (LBLA revisada) – La razón por la que el Eterno escogió a Israel no
fue por su grandeza, sino porque tomó la decisión de amarlos, no por sus méritos,
sino por su inmensa misericordia y por causa del juramento que había hecho con
los patriarcas. Aquí encontramos el amor incondicional que el Eterno tiene hacia el
pueblo de Israel.
7:9 “Reconoce, pues, que HaShem tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y
su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus
mandamientos” (LBLA revisada) – Si tú tienes, aunque sea un sólo ancestro fiel al
Eterno del pueblo de Israel, que vivió hasta hace mil generaciones, (que realmente
no han habido desde Adam), la misericordia del Eterno te alcanzará por causa de
ese ancestro. Esto nos enseña también que muchos descendientes de los hijos
22 Yevamot 23a, Kidushín 68b.
asimilados de Israel entre las naciones, en los últimos tiempos van a retomar su
identidad israelita y judía y volver a la Torá de Moshé y al Mesías de Israel.
No es posible amar al Eterno sin guardar sus mandamientos. El que no guarda los
mandamientos de HaShem no le ama. El amor hacia Él se manifiesta en la
obediencia a los mandamientos.
7:10 “pero al que le odia, le da el pago en su misma cara, destruyéndolo; y no se tarda
en castigar al que le odia, en su misma cara le dará el pago.” (LBLA) – Dios pagará
a cada uno según sus obras. Los que odian a HaShem recibirán su paga tarde o
temprano. A veces HaShem espera con el castigo sobre el malvado por tres motivos:
•! Para darle tiempo para arrepentirse, cf. 2 Pedro 3:9; Romanos 2:4.
•! Para recompensarle sus buenas obras en este mundo, cf. Salmo 73;
Proverbios 11:31.
•! Para darle oportunidad para engendrar hijos justos, cf. Ezequiel 18:14-17.
El malvado que no es castigado por sus malas obras en este mundo, ciertamente lo
será en el mundo venidero, como está escrito en Romanos 2:5:
“Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando
ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” (LBLA)
7:11 “Guarda, por tanto, el mandamiento y los estatutos y los decretos que yo te mando
hoy, para cumplirlos.” (LBLA) – los mandamientos dados por medio de Moshé no
han cambiado para los descendientes de Israel. Son para hoy, como está escrito en
Malaquías 4:4-5 (3:22 heb), el último libro de los profetas:
“Acordaos de la Torá de mi siervo Moshé, de los estatutos y las ordenanzas que yo
le ordené en Jorev para todo Israel. He aquí, yo os envío al profeta Eliyahu antes
que venga el día de HaShem, día grande y terrible.” (LBLA revisada)
Cuando los judíos se acuerden de la Torá de Moshé, les será enviado primeramente
el profeta Eliyahu, y luego el Mesías ben David, por segunda vez. Si no se acuerdan
de la Torá de Moshé no serán enviados, como está escrito en Hechos 3:19-21:
“Por tanto, arrepentíos y volved a Dios, para que vuestros pecados sean borrados,
a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor, y Él envíe a
Yeshúa, el Mesías designado de antemano para vosotros, a quien el cielo debe
retener hasta el día de la restauración de todas las cosas, acerca de lo cual Dios
habló por boca de sus santos profetas desde tiempos antiguos.” (LBLA revisada)
Mashíaj en esta parashá
3:28 “Pero encarga a Yehoshúa, y anímale y fortalécele, porque él pasará a la cabeza de
este pueblo, y él les dará por heredad la tierra que tú verás.” (LBLA revisada) –
Como hemos dicho antes, Yehoshúa representa a Yeshúa. Él es la cabeza del pueblo
de Israel y devolverá a las 12 tribus su herencia en la tierra cuando vuelva otra vez.
4:2 “No añadiréis nada a la palabra que yo os mando, ni quitaréis nada de ella, para
que guardéis los mandamientos de HaShem vuestro Dios que yo os mando.” (LBLA
revisada) – Moshé es una figura profética del Mashíaj. Como él mandó palabras del
Eterno, así el Mesías mandó de la misma manera.
4:5 “Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos tal como HaShem mi Dios me
ordenó, para que los cumpláis en medio de la tierra en que vais a entrar para
poseerla.” (LBLA revisada) – Yeshúa, al igual que Moshé, enseñó las palabras que
el Padre lo ordenó, cf. Juan 14:10.
5:5, 27 “yo estaba en aquella ocasión entre HaShem y vosotros para declararos la palabra
de HaShem, porque temíais a causa del fuego y no subisteis al monte… Acércate tú,
y oye lo que HaShem nuestro Dios dice; entonces dinos todo lo que HaShem
nuestro Dios te diga, y lo escucharemos y lo haremos.” (LBLA revisada) – Moshé
sirvió como mediador entre el Eterno y el pueblo. De la misma manera Yeshúa es
un mediador, pero su función es superior a la de Moshé, de manera que sin su
mediación nadie viene al Padre, como está escrito en Juan 14:6:
“Yeshúa le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí.” (LBLA revisada)
En 1 Timoteo 2:5 está escrito:
“Porque Dios es uno (ejad), y uno es el mediador entre Dios y los hombres, Mesías
Yeshúa hombre.” (LBLA revisada)
Es obvio que el shalíaj Shaúl tiene el texto de shemá en su mente cuando dice que
Dios es uno, cf. Jacobo (Stg.) 2:19. Este texto nos enseña que como sólo hay un
Dios, solo hay un mediador. Si la palabra “uno”, en hebreo ejad, significara que
Dios fuese varios, también la palabra “uno” en cuanto al mediador, daría lugar para
más mediadores. De la misma manera como Dios es uno y no varios, ni una unidad
compuesta por varias personas, el mediador es uno solo y no varios. Este texto nos
enseña también que el Mesías Yeshúa es un hombre, no Dios. Si fuera Dios sería
un mediador entre los hombres y él mismo, y entonces dejaría de ser mediador.
Yeshúa, que es un hombre, es un mediador entre hombres y Dios. Obviamente él
no es Dios.
En esta parashá se encuentran los mandamientos número 416 – 427 de los 613:
416.!Precepto respecto a la Unicidad de Dios, Deuteronomio 6:4.
414.!Precepto de amar a Dios, Deuteronomio 6:5.
415.!Precepto de estudiar Torá, Deuteronomio 6:7.
416.!Precepto de recitar el shemá en la mañana y en la noche, Deuteronomio
6:4.
417.!Precepto de colocarse tefilín en el brazo, Deuteronomio 6:8.
418.!Precepto de colocarse tefilín en la cabeza, Deuteronomio 6:8.
419.!Precepto de colocar mezuzá en la puerta, Deuteronomio 6:9.
420.!Precepto de aniquilar a las siete naciones de Kenáan, Deuteronomio 7:2.
421.!Prohibición de codiciar lo que pertenece al prójimo, Deuteronomio
5:21(18 heb.).
422.!Prohibición de probar demasiado a un verdadero profeta, Deuteronomio
7:16.
423.!Prohibición de conceder gracia a un idólatra, Deuteronomio 7:2.
424.!Prohibición de casarse con un idólatra, Deuteronomio 7:3
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