viernes, 2 de septiembre de 2016

Parashá 47 Reé

Parashá 47 Reé
Deuteronomio 11:26 – 16:17

Para ser compartida en el Shabat del 30 de AV de 5.776
Septiembre 3 de 2.016
Al finalizar este Shabat es 1° de ELUL, es ROSH JODESH
                      
Primera alía (11:26-12:10)
Segunda alía (12:11-12:28)
Tercera alía (12:29-14:9)
 
Cuarta alía (14:10-14:21)
 Quinta alía (14:22-14:29)
Sexta alía (15:1-15:18)
Séptima alía (15:19-16:17)

Haftará: Isaías 54:11 – 55:5
Brit Hadasha Revelación 7:9 – 9:21

Reé Contempla o mira. Significa ¡observa! Es más fuerte que Shemá que habla de Escuchar y obedecer. Tiene que ver con una percepción más profunda, una visión interior, con los ojos del corazón. Pues el observar nos involucra el llevarlo a la práctica; el vivir la torah.
Resumen Parashá Reé –
 “La bendición si cumplierais...” (Devarim 11:27)
"Fíjate, que hoy pongo delante de ti la bendición y la maldición. La bendición si cumplieras los mandamientos que te encomiendo... y la maldición si no cumplieras los mandamientos...".
Entre la bendición y la maldición es decir entre bien o mal. Aquí la parasha, Nos quiere enseñar que la bendición en sí se encuentra en el cumplimiento de los preceptos y no como resultado de los hechos, mientras que la maldición es el efecto de no escuchar y cumplir con los preceptos que el Todopoderoso nos encomienda. Amen.
La sensación de todo Israelita se ve reflejada por la expresión "OL", yugo, y así escuchamos en diferentes ocasiones "el yugo de los preceptos", "el yugo de la Toráh" o expresiones como servidumbre etc. Esta parashá nos enseña cómo debe ser nuestro comportamiento y relaciones.
El Todopoderoso NO necesita de nuestros hechos, como tampoco disfruta de nuestro servicio; así como un padre desea el buen comportamiento de su hijo por su bien, así El Eterno "espera" nuestro desenvolvimiento dentro de los parámetros de la Toráh para nuestro bien, al igual que el ingeniero que programa una máquina, "sabe" sobre la necesidad de cada pieza y el buen funcionamiento de la misma, pues también Elohim, como razón de todo lo Creado, nos dio la vida en este mundo con ese manual de uso llamado la Torá. Así como no es
Lógico manejar un automóvil sin conocer las normas de conducción, tampoco es posible pensar que algo tan complejo como lo es nuestra vida, podamos desenvolverla solamente con la intuición o la lógica. O en algunos casos con filosofías baratas; o teologías egocéntricas humanas.
La Parashá Tras enumerarnos una larga lista de obligaciones y prohibiciones como la sangre, los animales impuros, la idolatría, las costumbres paganas etc., nos advierte la Torá sobre los sesudos profetas, hacedores de milagros y de maravillas, lectores del futuro, intérpretes de sueños, que en el momento que contradigan cualquiera de las obligaciones de la Torá, tendremos que desecharlos ya que la verdad de la Torá no depende de situaciones ni de tiempos, pues la naturaleza fue creada sobre la base de la propia Torá  es decir basada el verbo divino de Elohim  y no que la Torá sea un libro de normas para corregir lo creado.
"Se fijó el Eterno en la Torá e hizo al hombre". "Hijos sois para el Todopoderoso". "Lo Titgodedu" es una expresión que nuestros Sabios tradujeron fuera de su normal explicación como prohibición de arañarse la cara por señal de luto, sino como: No hagan grupos (Gedud). La división en grupos va en contra del deseo Divino; doce tribus formaron el pueblo de Israel pero todos unidos bajo la misma dirección, no estaba en la diferencia el pecado sino la separación. Dos mil años de diáspora entre los pueblos hicieron aparecer una nueva generación de esas doce tribus, cada una con sus costumbres, con sus tradiciones, hasta con sus leyes, y todo eso no los separaba, sino estaban unidos pero con ciertas diferencias.
El Pueblo de Israel se destacó en todas sus épocas por esa unión que los ataba con sus hermanos del otro lado del mar o del continente, mismo cuando la relación familiar que podían tener se alejaba mucho más allá que la del país donde vivía. "Banim Atem La Adonay - Hijos sois para Adonay". Amen.
Moshé explica que mediante el cumplimiento de una Mitzvá(Mandamiento) se imparte una bendición a sí mismo e incurre en una maldición al transgredirla 
Dirigiéndose hacia el futuro líder, Iehoshua, Moshé le indicó: "Después de conducir a los hebreos cruzando el Iardén, sitúa la mitad de la nación en el Monte Guerizim y la otra mitad en el Monte Eval. Pronto les revelaré las bendiciones y maldiciones a ser pronunciadas allí".

La lectura de esta semana, Reé , comienza con el versículo “Mira “bendiciones” y las “maldiciones” de la vida son resultado de cómo miramos las cosas.
Quiero compartir dos ejemplos de este concepto.
El ciervo y el águila
La semana pasada tuve, gracias a D-os, una buena dosis de Najes. Estuve en Buenos Aires para celebrar el Brit Milá de nuestro nieto porteño, Tzvi Hirsch Shemtov quien lleva el nombre de su bisabuelo, Rabino Tzvi Hirsch Chitrik, A”H. Tzvi Hirsch quiere decir “ciervo” en hebreo e Idish, respectivamente.
En el brindis se habló sobre el significado del nombre mencionando la apertura del Shuljan Aruj (Código de Leyes Judías) que cita el dicho talmúdico que dice que “uno debe ser audaz como el leopardo, ligero como el águila, veloz como el ciervo y fuerte como el león para cumplir con la voluntad de nuestro Padre Celestial”.
El Shuljan Aruj explica qué quiere decir cada una de dichas características aplicadas en la práctica:
“Audaz como el leopardo” se refiere a no dejarse impresionar por los que se burlan de uno por su conducta religiosa.
“Ligero como el águila” se refiere a la rapidez para desviar la vista de lo que no debe mirar.
 
 “Veloz como el ciervo” se refiere a la velocidad para correr a hacer buenas acciones.
“Fuerte como el león” se refiere a la fuerza para controlar y dominar el instinto de uno.
Planteé una pregunta que hace mucho me llamaba la atención: la velocidad del ciervo se expresa cuando se escapa de su depredador y la velocidad del águila se ve cuando persigue su presa. ¿Por qué, entonces, cuando la Mishná aplica las cualidades de estos dos en la práctica de la conducta humana, se lo hace al revés, aplicando la velocidad del águila al escape (del mal) y la rapidez del ciervo a la persecución (del bien)?
Mi hijo Mendy planteó la siguiente solución.
La rapidez del ciervo es el resultado del miedo. Corre cuando está huyendo del peligro. La rapidez del águila es el resultado de su ambición. Se manifiesta cuando persigue la presa que le servirá de alimentación para él y sus pichones. Ambos corren como resultado de sus respectivos instintos. El hombre, en cambio, aplica dichas cualidades con criterio. Es la huida del mal lo que lo impulsa a hacer el bien y es el afán por hacer el bien lo que lo ayuda a escaparse del mal.
Funciona así: si uno es motivado por hacer el bien únicamente por el beneficio que le puede producir, es capaz de decidir que tiene suficientes logros y no necesita ser tan ambicioso. Lo lleva a aflojarse en el desempeño de su misión de vida. Ahí es cuando la característica del ciervo, la huida del peligro, lo puede ayudar. El miedo a caer en manos del mal lo empuja para que se dedique a hacer el bien. Aunque se conformaría con menos logros, el miedo de caer en manos de los males que vienen como consecuencia del ocio lo motivan a seguir adelante. Cuando uno escala una montaña si no sube, cae.
Conversamente, cuando se trata de apartarse del mal, uno puede estar motivado por el temor a las consecuencias o puede evitar el mal por estar demasiado ocupado con hacer el bien.
El águila no tiene tiempo para mirar donde no debe porque está concentrado con atrapar su presa.
El ejemplo del Rey David
Dicen nuestros sabios que el Rey David había eliminado su instinto al mal por medio del ayuno. ¿Qué tiene que ver el ayuno con la eliminación del instinto negativo?
Una posible explicación: el Rey David estaba tan ocupado con hacer el bien que no tuvo tiempo para comer. Fue eso, la ocupación constante con lo positivo, lo que no dejó lugar para que el instinto al mal prospere hasta el punto de lograr eliminarlo totalmente.
Comprobando la existencia de D-os
Alguien comenta: Tuve la oportunidad de participar el fin de semana en un encuentro internacional de jóvenes judíos organizado por el Centro para la Juventud de Buenos Aires. En dicho encuentro, realizado en Carillo, Argentina, participaron unos 250 jóvenes con el objetivo de profundizar sus conocimientos y compromiso judíos.
Tuve muchas conversaciones interesantes y profundas de las cuales aprendí mucho.
Quiero compartir aquí una síntesis de una de ellas.
“Che, Rabino,” me dice Facundo en medio de una conversación. “Tiendo a ser más bien ateo. ¿Puede Ud. comprobarme que D-os existe?”
“No existe semejante prueba,” le dije. “El mundo fue creado de tal manera que permite a la persona elegir entre creer y no creer en D-os. Es por eso que la palabra hebrea por “mundo” es Olam, de la misma raíz que la palabra Heelem, o sea, ocultamiento. Creer en D-os es una decisión personal tuya.”
“Wow,” exclamó el joven. “Es la primera vez que escucho de un Rabino Ortodoxo que diga que no se puede comprobar la existencia de D-os. Es justo lo que necesitaba escuchar. Gracias.”
Me dejó pensando. Paradójicamente, ayudé al joven a entender la existencia de D-os, justamente al explicarle como no había cómo comprobar su existencia.
Uno pensaría que si una afirmación es “incomprobable”, ¿por qué debería uno tomarlo en cuenta? Pero depende de cómo uno lo mira. Puede ser justamente al revés: el hecho de que no sea “científicamente” o “matemáticamente” comprobable, hace que sea una cuestión de elección personal y le da otro sentido a la relación que resulta.
¿Con quién preferirías casarte, con alguien que te quiere porque fue “científicamente comprobado” que son compatibles como pareja o con alguien que te elige a pesar de no haber ninguna “prueba “de que son el uno para el otro?
Maimónides abre su Mishné Torá diciendo que “el fundamento de los fundamentos y el pilar de las sabidurías es saber que hay una existencia primaria de la cual todo proviene”. No dice que hay que creer, sino que hay que saber.
“Saber” no es necesariamente el resultado de “pruebas”. ¿Se puede comprobar que matar a un inocente está mal? No hay “prueba” que valga. Es axiomático. Uno sabe que está mal asesinar a un inocente sin poder “comprobarlo”. Tampoco tiene necesidad de “pruebas”; es evidente. Similarmente, uno puede saber que D-os existe sin necesidad de tener “pruebas”.
Como dijimos al principio, todo depende del cristal por el cual uno mira2 .

         Ree(Deuteronomio 11:26-16:17)


Más Mitzvot, ¡Elige la Vida!
La situación en el Servicio de Inteligencia Israelí era muy tensa. El peligro que amenazaba al estado judío era demasiado horrible de imaginar. Irak estaba a punto de desarrollar armas nucleares. Su reactor tenía que ser bombardeado; de esto no había duda. La existencia de Israel estaba en riesgo.
La única pregunta era ¿cuándo atacaría Israel? Si destruyen el reactor demasiado temprano los iraquíes serían capaces de reconstruirlo fácilmente. Por otro lado, si esperaban demasiado, ¡todo el oriente medio podría explotar!
         La información precisa era esencial. El agente Ploni era el hombre perfecto para el trabajo. Como amigo personal de Saddam Hussein, él podía entrar a Irak libremente y mantener conexiones íntimas con oficiales iraquíes de alto rango.
Una semana después, Ploni se encontraba en Bagdad junto con 10 miembros de la inteligencia israelí. Mientras que Ploni tenía éxito en obtener la información crítica, los otros espías se sentaban en la ciudad todo el día bebiendo cerveza y fumando pipas de agua. Se encontraron nuevamente en el aeropuerto, en donde Ploni le entregó a cada agente una copia firmada y sellada del mensaje. Cada agente voló a un país diferente, y se encontró con otro agente en el aeropuerto, en donde transmitieron los mensajes sellados y firmaron sus nombres.
Diez países después, los 10 mensajes firmados y sellados llegaron a Israel, cada copia firmada por 10 agentes. Cada mensaje era idéntico: “Bombardeen el reactor en esta fecha, y a esta hora. Este es mi mensaje final. Si alguien afirma que hice algún cambio, es un agente enemigo y deben eliminarlo inmediatamente”. (Adaptado de un guion utilizado en seminarios Arajim).
Puedan variar de lugar a lugar). Desde los judíos yemenitas, quienes no tuvieron ningún contacto con otras comunidades por cientos de años, a los judíos sefarditas y ashkenazies en sus vastas comunidades, todos los judíos comparten el mismo texto de la Torá, las mismas leyes de Shabat y Cashrut, e incluso decretos rabínicos como Janucá y Purim.
En la parashá Reé, Moisés ordena a los hebreos ejecutar a un “profeta falso” si es que éste les ordena adorar ídolos. Este es el mensaje final que estoy comunicando, dice Moisés. No hay forma de que pueda ser cambiado. Si alguien intenta cambiar el mensaje, él es un impostor y debe ser asesinado “comité” hubo
 Escrito la Torá, ¡seguro hubieran dejado una “cláusula de escape” para hacer las correcciones necesarias en el futuro!)
Esta parasha en mashiaj        por Yirmiyahu ben   Yisrael: Cuando   revisamos, miramos y observamos EL Mesías también nos advierte de las bendiciones y las maldiciones,   leer:  marcos 11:11-23, lucas 13:22-30. El también nos reafirma  que escojamos el camino del bien no solo por  nosotros también por las generaciones venideras y por los galardones que se recibirán o no   en el  tiempo por venir así que hermanos mira bien, observa bien y escoge lo bueno por ti  y por los tuyos.    SHABAT SHALOM VE TOV ROS HODES.  

         Yirmiyahu ben   Yisrael                         

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