Parashá 17 Yitró
Éxodo 18:1 – 20:26 (23 heb.)
Para ser compartida hoy 22 shevat
5777/18 Febrero 2017.
Aliyás de la Torá:
1.
18:1-12
2.
18:13-23
3.
18:24-27
4.
19:1-6
5.
19:7-19
6.
19:20 – 20:17 (v.
14 heb.)
7.
20:18-26 (15-23
heb.)
Haftará: Isaías
6:1-13 (Sefardíes); 6:1 – 7:6; 9:6-7 (5-6 heb.) (Ashkenazíes)
Brit Hadasha: Lucas 10:1 – 11:54
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PRIMERA ALIYÁ, 18:1-12
18:1
“Y Yitró, sacerdote de Midyán, suegro de Moshé, oyó de todo lo que
Eloah había hecho por Moshé y por su pueblo Israel, cómo el Eterno había sacado
a Israel de Mitsrayim.” – Rashí
dice que cuando la palabra “kohen”, traducida como “sacerdote”, está
relacionada a un lugar geográfico se refiere a un príncipe. Hay otro ejemplo con los
hijos de David, que no venían de la tribu de Leví, y no podían ser sacerdotes,
sino príncipes, cf. 2 Samuel 8:18; 1 Crónicas 18:17.
18:7 “Salió Moshé a recibir a su suegro, se inclinó y lo
besó; y se preguntaron uno a otro cómo estaban, y entraron en la tienda.” – La
palabra hebrea que ha sido traducida como “se inclinó” es “va-yishtaju” que es
una forma de “shajá” que significa “echarse al suelo”, “arrodillarse”,
“postrarse”, “inclinarse”, “reverenciar” “adorar”. De esto aprendemos que está
permitido inclinarse en reverencia ante una persona. En este caso Moshé honró a
su suegro de esta manera.
18:8 “Y Moshé contó a su suegro todo lo que el Eterno
había hecho a Paró y a los mitsríes por causa de Israel, todas las dificultades
que les habían sobrevenido en el camino y cómo los había librado el Eterno.” –
Aquí tenemos un ejemplo de cómo se puede ganar un gentil para la fe de Israel.
· *Contar acerca de lo que el
Eterno hizo a Paró y/a los mitsríes por causa de Israel.
· *Contar acerca de todas las
dificultades del camino.
· *Contar como El Eterno los
ha liberado de todas ellas.
El testimonio personal es una herramienta muy útil para ganar almas
para el Reino de los cielos.
18:9 “Y se alegró Yitró de todo el bien que el Eterno
había hecho a Israel, al librarlo de la mano de los mitsríes.” – La conversión
está íntimamente ligada al pueblo de Israel. Uno se convierte para ser parte de
un pueblo, Israel. El primer paso en la conversión fue aceptar las palabras de
Moshé. El segundo paso para Yitró fue tener una experiencia profunda por lo que
le contó Moshé, y se alegró. La conversión está basada en una experiencia
interior real que mueve las emociones.
18:10 “Entonces Yitró dijo: Bendito sea el Eterno que os libró de la
mano de los mitsríes y de la mano de Paró, y que libró al pueblo del poder de
los mitsríes.” – El tercer paso en la conversión de Yitró fue bendecir al
Eterno. Usó las palabras hebreas “¡Baruj HaShem!”
18:11 “Ahora sé que el Eterno es más grande que todos los dioses;
ciertamente, esto se probó cuando trataron al pueblo con arrogancia.” – El
cuarto paso en la conversión de Yitró fue el rechazo de los dioses paganos y
toda práctica idolátrica. El quinto paso fue dar testimonio de lo que le había
sido revelado.
18:12 “Y Yitró, suegro de Moshé, tomó un holocausto y sacrificios
para Eloah, y Aharón vino con todos los ancianos de Israel a comer con el
suegro de Moshé delante de Eloah.” – El sexto paso de la conversión de Yitró es
dar el sacrificio de ascensión (holocausto) que representa la entrega total de
la persona. El séptimo paso es el sacrificio de paz que representa la entrega
en la relación íntima con el Eterno y con los hermanos en la fe. Si la conversión
no afecta la economía de la persona, no es auténtica, como dice nuestro Rebe en
Mateo 6:21 donde está escrito: “porque donde esté tu tesoro, allí estará
también tu corazón.”
En Mateo 6:24 está escrito:
“Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará
al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Eloah y a
las riquezas.”
Cuarta aliyá, 19:1-6
19:1 “Al tercer mes de la salida de los hijos de Israel de
la tierra de Mitsrayim, ese mismo día, llegaron al desierto de Sinai.” –
Llegaron el primer día del tercer mes, llamado siván.
19:2 “Partieron de Refidim, llegaron al desierto de Sinai
y acamparon en el desierto; allí, frente al monte, acampó Israel.” – Según
Rashí, la palabra hebrea que ha sido traducida como “frente a” significa
siempre en el lado oriental.
Esta es la primera vez que el pueblo aparece de manera singular. El
verbo está escrito en singular “acampó”. Antes había muchas peleas entre
diferentes grupos dentro de Israel, pero ahora habían llegado a un estado de
unidad, de manera que es presentado como si fueran una sola persona, “acampó
Israel”. Esta unidad fue necesaria para que se entregara la Torá desde el
cielo. Ya habían pasado 46 días desde la salida de Mitsrayim. Cada uno de esos
días representa una subida de santidad del pueblo. El máximo nivel de santidad
es el 50, que son los días entre Pesaj y Shavuot, Pascua y Pentecostés. Según
la tradición, la Torá fue dada en Shabat el día 6 del tercer mes, Siván. El primer
día del mes, el Rosh Jodesh, cayó por lo tanto el segundo día de la semana,
llamado lunes.
Cuando iba a ser renovada la entrega de la Torá con el derramamiento
del Espíritu de Santidad, vemos que los creyentes en Yeshua del pueblo de
Israel estaban todos unánimes juntos, como está escrito en Hechos 2:1:
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes en un
mismo lugar.”
La unidad fue la condición para que la Torá pudiera ser escrita en
tablas de piedra, y esta fue la condición para que la Torá pudiera ser escrita
en corazones de carne, como está escrito en Jeremías 31:31-34:
“He aquí, vienen días--declara el Eterno-- en que haré con la casa de
Israel y con la casa de Yehudá un pacto renovado, no como el pacto que hice con
sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de
Mitsrayim, mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un esposo para
ellos--declara el Eterno; porque este es el pacto que haré con la casa de
Israel después de aquellos días--declara el Eterno--.
Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y
yo seré su Eloah y ellos serán mi pueblo.
Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su
hermano, diciendo: "Conoce al Eterno", porque todos me conocerán,
desde el más pequeño de ellos hasta el más grande--declara el Eterno-- pues
perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.”
En Ezequiel 11:19-20 está escrito:
“Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de
ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de
carne, para que anden en mis estatutos, guarden mis ordenanzas y los cumplan.
Entonces serán mi pueblo y yo seré su Eloah.”
En Ezequiel 36:26-27 está escrito:“Además, os daré un corazón nuevo y
pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el
corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi
espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis
ordenanzas.”
Este pacto renovado fue sellado con la sangre del Mesías en Pesaj y
entregado a los fieles en Shavuot, según está escrito en Lucas 22:20:
“De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo:
Esta copa es el pacto renovado en mi sangre, que es derramada por vosotros.”
Y en 2 Corintios 3:6 está escrito
“el cual también nos hizo suficientes como ministros de un pacto
renovado, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el
Espíritu da vida.”
En Hechos 1:8 está escrito:
“pero recibiréis poder cuando el Espíritu de Santidad venga sobre
vosotros; y me seréis testigos en Yerushalayim, en toda Yehudá y Shomrón, y
hasta los confines de la tierra.”
19:3 “Y Moshé subió hacia Eloah, y el Eterno lo llamó
desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Yaakov y anunciarás a los
hijos de Israel:” – Moshé subió al Eterno por las mañanas. Entonces esto
ocurrió el segundo día del mes de Siván.
Según Rashí, la expresión “la casa de Yaakov” se refiere a las
mujeres, y la expresión “los hijos de Israel” se refiere a los varones. En
Génesis 46:27, donde la expresión “casa de Yaakov” aparece por primera vez, se
refiere a los hijos de Yaakov que vinieron a Mitsrayim, así que la pregunta
surge si realmente hay que entenderlo como una referencia a las mujeres
solamente.
19:4 “Vosotros habéis visto lo que he hecho a los
mitsríes, y cómo os he tomado sobre alas de águilas y os he traído a mí.” – Las
águilas son las únicas aves que llevan sus crías sobre las alas. Las demás las
aves colocan sus crías entre sus patas. No hay otras aves que vuelen por encima
de las águilas y por eso es el lugar más seguro para sus crías.
Las águilas
hacen su nido en las rocas, muy alto. Después de haber construido el nido con
palitos van quitando partes de sus plumas colocándolas en el nido para que sea
muy agradable para los aguiluchos. Cuando el aguilucho es suficientemente
grande llega el momento de sacar las plumas del nido para que el hogar ya no
sea tan agradable como antes. Así el aguilucho no querrá volver allí. Esto fue
lo que pasó en Mitsrayim. Después uno de los padres extiende sus alas delante
del aguilucho para que las vea. Luego bota a su hijo del nido para que caiga al
vacío. Como el aguilucho todavía no sabe usar sus alas, uno de los padres lo
recoge sobre sus alas y lo sube a las alturas otra vez. Luego lo tira en el
aire para que caiga de nuevo. Y así sigue hasta que el aguilucho aprenda a
volar.
He aquí los
textos de las Escrituras que hablan de las águilas, Deuteronomio 32:11; 2
Samuel 1:23; Isaías 40:23; Ezequiel 10:14; Salmo 103:5; Job 39:27-30;
Proverbios 23:5; 30:17-19; Revelación 12:13-14. En Deuteronomio 28:49 y Abdías
4 hace referencia al imperio romano, cuyo símbolo era el águila.
“os he traído a
mí” – No a una religión estática, sino a una vida íntima en relación con él
mismo, cf. Juan 15:14-15; 1 Juan 1:3; 1 Corintios 1:9. No se trata sólo de
servicio, como lo traduce el Targum, sino de una relación. El judaísmo bíblico
está basado en una relación íntima con el Padre, por medio de Su Hijo Yeshúa el
Mesías.
19:5-6 “Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto,
seréis mi especial tesoro más que todos los pueblos, porque mía es toda la
tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación
santa." Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.” – Aquí
aparece una de las palabras más importantes de las Escrituras, “si”
(condicional). La invitación ha sido dada del cielo, pero requiere una
respuesta por parte del hombre. Si el hombre responde, recibe las bendiciones
del pacto. Si el hombre no responde, no hay ni pacto ni bendiciones. Hay
condiciones para poder obtener los beneficios de los pactos. Muchas personas
quieren los beneficios sin cumplir las condiciones. El que no escucha ni
obedece no será parte de ese pueblo especial que es un tesoro para el Eterno.
La condición es la obediencia.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “especial tesoro” es
“segulá”, que significa un tesoro bien amado. Según el rabí Dan ben
Avraham implica algo que uno no puede vivir sin ello. El Eterno se ha atado al
pueblo de Israel. No puede cumplir sus propósitos sin su pueblo. Todo el plan
de redención está unido a ese pueblo. Sin el pueblo el plan de redención del
mundo fracasará, como está escrito en Juan 4:22b:
“porque la salvación viene de los judíos”
La palabra segulá aparece en estos ocho lugares en las Escrituras:
Éxodo 19:5; Deuteronomio 7:6; 14:2; 26:18; 1 Crónicas 29:3; Salmo 135:4,
Eclesiastés 2:8; Malaquías 3:17.
Rashí comenta que esta oración implica que los demás pueblos también
son tesoros para el Eterno, porque él posee toda la tierra. Israel es el tesoro
especial más que todos los demás tesoros que él posee.
“un reino de sacerdotes y una nación santa” – Rashí dice que la
palabra “kohanim”, “sacerdotes”, aquí significa “ministros”. Sin embargo en
estos dos términos se encierra todo el ministerio de Israel ante el Eterno y
ante las naciones. Israel tiene el llamado de ser un reino, una nación de
gobernantes, que van a regir sobre el resto del mundo, cf. Jeremías 31:7. Este
es el llamado hacia fuera. Pero también tiene un llamado de ser sacerdotes, que
tienen la capacidad de ministrar delante del Eterno.
Este es el llamado hacia dentro. Estos dos movimientos del pueblo del
Eterno implican el hecho de entrar y de salir, como está escrito en Juan 10:9:
“Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y
saldrá y hallará pasto.”
La meta es que
Israel gobierne sobre el mundo para que el Reino de los cielos se establezca
por toda la tierra, conforme al plan original para el hombre, cf. Génesis
1:26-28. Pero primero hay que ser sacerdote. El primer paso para gobernar es
sacrificar. El Mesías vino primero para ser sacrificado y luego volverá para
gobernar. Primero fue sacerdote y luego rey. Ese es el orden. El pueblo de
Israel ha sido llamado a ser reyes sobre las naciones, pero el camino a ese
reinado pasa a través del sufrimiento y sacrificio al Eterno. Uno que nos sabe
entrar en la presencia del Eterno y tener una relación íntima con Él no es
capaz de ser un buen rey.
Un sacerdote es un mediador para que las personas puedan conectarse
con el Eterno. Israel es una nación sacerdotal, con el fin de redimir a los
gentiles del pecado, orar por los pueblos y ser una puerta para que las
naciones puedan encontrarse con el Eloah de Israel, que también es Eloah de los
gentiles, según Romanos 3:29 donde está escrito:
“¿O es Eloah el Eloah de los judíos solamente? ¿No es también el Eloah
de los gentiles? Sí, también de los gentiles”
En Isaías 56:6-8 está escrito:
“Y a los extranjeros que se alleguen al Eterno para servirle, y para
amar el nombre del Eterno, para ser sus siervos, a todos los que guardan el día
de reposo sin profanarlo, y se mantienen firmes en mi pacto, yo los traeré a mi
santo monte, y los alegraré en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus
sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de
oración para todos los pueblos. Declara el Señor Eterno que reúne a los
dispersos de Israel: Todavía les juntaré otros a los ya reunidos.”
En la primera carta de Pedro a los judíos se encuentra un paralelismo
con la salida de Mitsrayim y la entrega de la Torá. En 1 Pedro 1:18 se habla de
la redención de la vana manera de vivir heredada de los padres, semejante a la
redención de Mitsrayim. En 1 Pedro 1:19 se habla de la sangre del Cordero que
produce redención, semejante a la liberación de la muerte de los primogénitos
en Mitsrayim por la sangre del cordero. En 1 Pedro 1:20 se habla del Cordero
que fue asignado desde antes de la fundación del mundo, semejante al cordero de
Pesaj que fue señalado cuatro días antes de ser sacrificado. En 1 Pedro 1:21-23
se habla de la resurrección del Mesías, la purificación del alma y el nuevo
nacimiento, semejante al cruce del mar de Cañas. En 1 Pedro 2:1-3 se está
hablando del deseo de la leche pura de la palabra, que corresponde a la entrega
de la Torá en Sinaí, en Shavuot, como está escrito:
“Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias
y toda difamación, desead como niños recién nacidos, la leche pura de la
palabra, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis probado la
benignidad del Señor.”
Esto corresponde al deseo de los hijos de Israel expresado en las
palabras de Éxodo 19:8a donde está escrito:
“Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Haremos todo lo que el
Eterno ha dicho.”
En 1 Pedro 2:7-8 está escrito:
“Este precioso valor es, pues, para vosotros los que creéis; pero para
los que no creen, LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA
ANGULAR SE HA CONVERTIDO, y, PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE ESCÁNDALO; pues ellos
tropiezan porque son desobedientes a la palabra, y para ello estaban también
destinados.”
Esto concuerda con el texto de Éxodo 19:5 donde hay una condición para
poder ser el especial tesoro del Eterno, la fidelidad. El que no escucha el
testimonio que el Padre ha dado de su Hijo, no será parte del tesoro especial.
En 1 Pedro 2:9 está escrito:
“Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido para posesión(segulá), a fin de que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”
Esto concuerda con el texto de Éxodo 19:5-6 donde dice que el pueblo
de Israel será un tesoro especial(segulá) y un reino de sacerdotes,
si obedece la voz del Eterno y guarda su pacto.
En Revelación 1:5-6 está escrito:
“y de Yeshúa el Mesías, el testigo fiel, el primogénito de los muertos
y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de
nuestros pecados con su sangre, e hizo de nosotros un reino y sacerdotes para
su Eloah y Padre, a Él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos.
Amén.”
En Revelación 5:8-10 está escrito:
“Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro
ancianos se postraron delante del Cordero; cada uno tenía un arpa y copas de
oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Y cantan un
cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos,
porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Eloah a gente de toda
tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para
nuestro Eloah; y reinarán sobre la tierra.”
Este texto habla de la gran redención de Israel en los últimos tiempo,
que será sacado de toda tribu, lengua, pueblo y nación para ser ese Israel que
se convertirá en un reino de sacerdotes para Eloah y reinarán sobre la tierra
durante el reinado mesiánico.
Séptima aliyá 19:20- 20:26 (v. 23 heb.)
19:20 “Y el Eterno descendió al monte Sinai, a la cumbre del monte; y
llamó el Eterno a Moshé a la cumbre del monte, y Moshé subió.” – Aquí está
escrito que el Eterno descendió al monte. Sin embargo en 20:22 está escrito que
el Eterno habló desde el cielo. ¿Cómo se puede entender esta aparente
contradicción? Rashí dice que el Eterno inclinó los cielos superiores e
inferiores y los extendió sobre la montaña como una sábana sobre una cama, y el
Trono de Gloria descendió sobre ella. Así él estaba tanto en el cielo como en
la tierra.
19:21 “Y el Eterno dijo a Moshé: Desciende, advierte al pueblo, no sea
que traspasen los límites para ver al Eterno y perezcan muchos de ellos.” – Cuatro
veces está escrito que el pueblo no puede traspasar los límites de lo
prohibido, v. 12, 21, 23 y 24. ¡Qué importante es para el hombre no traspasar
los límites!, como dice Deuteronomio 19:14:
“No moverás los linderos de tu prójimo, fijados por los antepasados,
en la herencia que recibirás en la tierra que el Eterno tu Eloah te da en
posesión.”
La raíz de la palabra “Torá”, “instrucción”, es “yará”, que
significa “lanzar”, “disparar”, “apuntar”, “marcar”, “señalar”. Esto nos enseña
que la Torá pone los límites necesarios para el bien del hombre y la
naturaleza. La Torá del Eterno marca dónde está la diferencia entre lo
permitido y lo prohibido. Pecar es cruzar los límites marcados por la Torá del
Eterno, como está escrito en 1 Juan 3:4:
“Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la
ley, pues el pecado es infracción de la ley.”
La carne del hombre, el yetser hará, no quiere límites, como está
escrito en Romanos 8:6-8:
“Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en
el Espíritu es vida y paz; ya que la mente puesta en la carne es enemiga de
Eloah, porque no se sujeta a la ley de Eloah, pues ni siquiera puede hacerlo, y
los que están en la carne no pueden agradar a Eloah.”
El hombre espiritual no está dirigido por sus impulsos naturales y
pecaminosos, sino por los principios que el Eterno ha marcado en su Torá. Un
hombre espiritual es un hombre de principios, no de impulsos. ¿Por qué razón
cumple los principios marcados por la Torá? ¿Por amor o para cumplir? El que
cumple por amor ha llegado a la perfección.
El placer permitido es un resultado de la obediencia a los principios
marcados por el Eterno en la Torá. El pecado ofrece placer sin límites, sin
principios, sin obediencia. Ese placer se convierte a la larga en amargura. El
placer sometido a los principios de la Torá es duradero y no produce daño ni
amargura.
El pecado, el traspaso de los límites, crea un desequilibrio en la
creación. Muchas de las cosas buenas se convierten en mala cuando son empleadas
fuera de los límites marcados en la Torá. Un hombre maduro es capaz de negarse
un placer a corto plazo, para obtener un placer mayor a largo plazo.
¡Sé celoso para no traspasar los límites en tu vida! ¡Sé un hombre de
principios y no de impulsos, y serás prosperado en todo!
Las culturas del mundo que se rigen por principios son los más
influyentes. Los países pobres son pobres porque la gran mayoría de sus
habitantes están traspasando los límites y eso produce maldición que resulta en
pobreza. Los países que tienen una población que ha aprendido a regirse por
principios basados en la Torá, prosperan en todo sentido.
19:22 “También que se santifiquen los sacerdotes que se acercan al
Eterno, no sea que el Eterno irrumpa contra ellos.” – Los sacerdotes eran los
primogénitos de todo Israel. Ellos podían acercarse al Eterno. Esto nos enseña
que hay diferentes niveles de santidad entre las diferentes funciones dentro
del pueblo del Eterno.
19:23 “Y Moshé dijo al Eterno: El pueblo no puede subir al monte
Sinaí, porque tú nos advertiste, diciendo: "Pon límites alrededor del
monte y santifícalo."” – Lo que santifica algo es que tiene un límite. El
monte fue santificado por el límite y la presencia del Eterno que estaba
limitada dentro de esos límites, cf. Éxodo 29:43.
19:24 “Entonces el Eterno le dijo: Ve, desciende, y vuelve a subir, tú
y Aharón contigo; pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites
para subir al Eterno, no sea que Él irrumpa contra ellos.” – Moshé podía
acercarse más que Aharón, Aharón podía acercarse más que los sacerdotes, los
sacerdotes podían acercarse más que el pueblo y el pueblo no podía traspasar
los límites.
Nos surge la pregunta: ¿No revela el Código Real que el Novio es el
Hijo? ¿Por qué se presenta aquí el Eterno como el Novio? ¿Será que hay dos
matrimonios, uno entre el Padre con Israel y el otro entre el Hijo con la
Iglesia? Esto es lo que enseñan muchos cristianos. En primer lugar tenemos que
descartar la idea de dos pueblos del Eterno. Sólo hay un pueblo y ese pueblo se
llama Israel, cf. Daniel 7:27. El nuevo pacto fue hecho con Israel, según
Jeremías 31:31, no con otro pueblo. El Mesías Yeshúa no fundó una nueva
religión, porque si lo hubiera hecho sería un falso profeta. Ya hemos hablado
mucho de este tema, así que no vamos a repetir esta verdad. Sólo hay un pueblo,
Israel, y ese pueblo es la novia, según dijo el rabí Yojanán ben Zejariá, como
está escrito en Juan 3:26-29:
“Y vinieron a Yojanán y le dijeron: Rabí, mira, el que estaba contigo
al otro lado del Yardén, de quien diste testimonio, está haciendo tevilá y
todos van a él. Respondió Yojanán y dijo: Un hombre no puede recibir nada si no
le es dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: "Yo no
soy el Mesías, sino que he sido enviado delante de él." El que
tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está allí y le
oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se
ha completado.”
El mensaje de este profeta revela que la novia es el pueblo de Israel.
La novia, la congregación, existía antes de la muerte del Mesías, como está
escrito en Efesios 5:25:
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como el Mesías amó a la
congregación y se dio a sí mismo por ella.”
No se puede amar algo que no existe. Así que la congregación, “la
iglesia”, no fue creada en ese día de Pentecostés que está relatado en
Hechos 2, sino en el primer Pentecostés que está relatado en Éxodo 19. La
congregación que aparece en Efesios 5 refiere a la congregación de Israel, como
está escrito en Hechos 7:38:
“Este es el que estaba en la congregación en el desierto junto con el
ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y el que recibió
palabras de vida para transmitirlas a vosotros.”
La congregación, que en hebreo se llama “kahal”, en griego “ekklesia”,
y en latin “iglesia”, fue formada en Sinai.
En Hebreos 2:12 hay una referencia a las palabras del Mesías justo
antes de su muerte:
“diciendo: ANUNCIARÉ TU NOMBRE A MIS HERMANOS, EN MEDIO DE LA
CONGREGACIÓN TE CANTARE ALABANZAS.”
Aquí dice que Yeshúa anunciaría el Nombre del Eterno a sus hermanos y
cantaría alabanzas en medio de la congregación, la iglesia. El texto está
sacado del Salmo 22 que Yeshúa citó cuando estaba colgado sobre el madero. En
los versículos 22-23 del mismo Salmo está escrito:
“Hablaré de tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te
alabaré. Los que teméis al Eterno, alabadle; descendencia toda de Yaakov,
glorificadle, temedle, descendencia toda de Israel.”
Este texto nos muestra que la congregación, en la cual en Mesías iba a
anunciar el Nombre de HaShem y cantar alabanzas, se compone de los que temen al
Eterno, es decir los conversos de entre las naciones, junto con toda la
descendencia de Yaakov y toda la descendencia de Israel. Esta es la
congregación por la cual murió el Mesías para purificarla y llevarla a la
perfección, como está escrito en Efesios 5:25b-27:
“El Mesías amó a la congregación (de Israel) y se dio
a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento
del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una congregación en
toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que
fuera santa e inmaculada.”
Cuando el Mesías habla de edificar su congregación en Mateo 16:18 no
se está refiriendo a un pueblo nuevo, separado de Israel, sino del mismo pueblo
de Israel, (que también incluye a los conversos de las naciones), conforme está
escrito en Jeremías 24:6:
“Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los traeré de nuevo a
esta tierra; los edificaré y no los derribaré, los plantaré y
no los arrancaré.”
En Jeremías 31:4 está escrito:“De nuevo te edificaré, y serás reedificada,
virgen de Israel; de nuevo tomarás tus panderos, y saldrás a las danzas
con los que se divierten.”
En Jeremías 33:7 está escrito:“Restauraré el bienestar de Yehudá y el
bienestar de Israel y los reedificaré como eran al principio.”
Estos textos nos muestran que la edificación de la congregación del
Mesías no es otra cosa que la restauración y la perfección de la fe judía
dentro del pueblo de Israel.
En Mateo 16:18 está escrito:
“Yo también te digo que tú eres Kefas, y sobre esta roca edificaré mi
congregación; y las puertas del sheol no prevalecerán contra ella.”
Yeshúa prometió edificar su congregación sobre la roca. La roca es el
Mesías que ha sido colocado como fundamento en Tsión, no en Roma, según Isaías
8:14; 28:16; Romanos 9:33, 1 Corintios 10:4 y 1 Pedro 2:4-8. Yeshúa promete
edificar el pueblo de Israel sobre el fundamento del Mesías. Los que no
edifican sobre ese fundamento, finalmente perderá el derecho de ser parte del
pueblo de Israel, como está escrito en Hechos 3:23:
“Y sucederá que todo el que no preste atención a aquel profeta, será
totalmente destruido de entre el pueblo.”
Las “puertas del sheol”, el reino de los muertos, es una expresión
judía, un hebraísmo, que hace referencia a las puertas de las ciudades
gentiles, es decir a los gobiernos de las naciones. Estos gobiernos no podrán
resistir el avance de la congregación del Mesías. Hay una referencia a lo mismo
en Génesis 22:17 donde está escrito:
“de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar,
y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos.
Esta palabra fue dada a nuestro padre Avraham justamente después de
haber atado a Yitsjak sobre el altar. Así que los que van a poseer las puertas
de sus enemigos, las puertas del sheol, son los descendientes de Avraham, no
otro pueblo. La misma profecía se encuentra en Génesis 24:60 donde la familia
de Rivká pronuncia la siguiente bendición:
“Y bendijeron a Rivká y le dijeron: Que tú, hermana nuestra, te
conviertas en millares de miríadas, y posean tus descendientes la puerta de los
que los aborrecen.”
Así que, queda claro que la novia no es otra cosa que el pueblo de
Israel, descendiente de Avraham y Rivká, renovado y reedificado por medio del
Mesías Yeshúa.
Entonces nos queda resolver la pregunta sobre ¿quién es el Novio? ¿Es
el Padre Eterno o el Hijo del Hombre? Según la enseñanza del Mesías, el Novio
es el Hijo, como está escrito en Mateo 22:2:
“El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete
de bodas para su hijo.”
20:1 “Y habló Eloah todas estas palabras, diciendo” – El Targum
tradujo este versículo: “Y habló la Palabra de HaShem...” En muchas ocasiones
el Targum usa la expresión “la Palabra de HaShem” cuando hay una manifestación
clara de HaShem en la tierra. En Génesis 1:27; 9:17; 17:7; 15:6; 19:4; 22:14;
28:20-21; Éxodo 3:14 y 24:1 aparece la expresión “la Palabra de HaShem” en los
diferentes Targumes como sustituto de Elohim o HaShem/EL ETERNO. Esto nos
enseña que los que tradujeron el hebreo al arameo habían entendido la manifestación
del Eterno en la tierra como una revelación de su Palabra. El Eterno es tan
grande y tan inmenso que no se puede ver ni comprender al menos que él haga una
transformación de su inmensidad a algo más pequeño. Por esta razón surgió la
expresión “YHVH-katán”, “el pequeño YHVH”. Se puede comparar con un
transformador que cambia la tensión eléctrica de 15,000 Voltios, que hay en los
cables de alta tensión, a 220 o 120 Voltios, para que la corriente eléctrica
pueda ser utilizada en las casas. La tensión de 120 Voltios está muy reducida y
así podrá ser utilizada en el hogar. En caso contrario estaríamos en peligro
mortal cada vez que utilizáramos un aparato eléctrico. La manifestación del
Eterno en la tierra es parecida. Él no puede revelar toda su potencia porque
entonces el hombre quedaría calcinado. Según el Targum, Él se revela al hombre
a través de su Palabra, que es la reducción del Eterno de manera que pueda ser
manifestada en el mundo y comprendida por el hombre. Yeshúa es la Palabra del
Eterno hecha carne, como está escrito en Juan 1:14:
“Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
En 1 Juan 1:1-2 está escrito:
“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos
visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras
manos, acerca de la Palabra de vida, pues la vida fue manifestada, y nosotros
la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba
con el Padre y se nos manifestó.”
En el Sinai el cielo bajó sobre la montaña y el Eterno se manifestó al
pueblo hablando audiblemente. La traducción del Targum dice que fue la Palabra
del Eterno que habló todas estas palabras al pueblo y que Moshé tenía que subir
a la Palabra del Eterno que estaba en la montaña. Esta Palabra fue la que luego
fue hecha carne en Yeshúa. El Mesías Yeshúa es la manifestación del Padre en la
tierra, como está escrito en Juan 14:9b:
“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.”
En Hebreos 1:3a está escrito: “Él es el resplandor de su gloria y la
expresión exacta de su naturaleza.”
En Colosenses 2:9 está escrito: “Porque toda la plenitud de la Deidad
reside corporalmente en él.”
El Hijo es la manifestación reducida del Eterno que está en los
cielos. Él no solamente lo revela sino también lo representa, como está escrito
en el Salmo 118:26a: “Bendito el que viene en el nombre del Eterno.”
No es lo mismo ser el Eterno que venir en el Nombre del Eterno. Yeshúa
venía para representar al Eterno. El que estaba en el monte haciendo pacto con
Israel fue el Padre por medio de su Palabra que luego fue hecha carne. De esta
manera resolvemos el problema de quién es el Novio. El Padre todo lo ha hecho,
y todo lo hace a través de su Palabra que fue hecha carne. Con otras palabras
el Mesías, el Hijo del Hombre, es el canal por medio del cual el Eterno ha
creado el universo y por medio del cual se está dirigiendo la creación y por
medio del cual se está relacionando con el ser humano. El Hijo de Eloah es la
cara humana del Eterno, por medio del cual podemos llegar al Padre. Sin él
nadie llega al Padre, porque él es el representante que el Padre está revelando
aquí abajo. El que intente pasar por otro canal no llegará al padre. El que
tiene a Eloah como su
Padre ama a Yeshúa y se acerca a Yeshúa, como está escrito en Juan
8:42:
“Yeshúa les dijo: Si Eloah fuera vuestro Padre, me amaríais, porque yo
salí de Eloah y vine de Él, pues no he venido por mi propia iniciativa, sino
que Él me envió.”
En Juan 6:45 está escrito:
“Escrito está en los profetas: "Y TODOS SERÁN ENSEÑADOS POR
ELOAH." Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a mí.”
El Mesías es el Novio y la parte renovada y restaurada de Israel es la
Novia.
Primera palabra 20:2 “Yo soy el Eterno tu Eloah, que te saqué de la
tierra de Mitsrayim, de la casa de servidumbre.” – En Éxodo 34:28; Deuteronomio
4:13 y 10:4 se encuentra la expresión “las diez palabras”, en hebreo “aseret
ha-dvarim”, en referencia a Éxodo 20:2-17 (20:2-14 según la versión hebrea).
Esta es la primera de las diez. La expresión “diez mandamientos” no aparece en
las Escrituras. Es más, en estas diez palabras se encuentran 14 de los 613
mandamientos de la Torá. Así que es más exacto hablar de las “diez palabras”
que los “diez mandamientos” puesto que ¡los “diez mandamientos” no son diez,
sino catorce!
Como en las Escrituras el número diez representa la totalidad, estas
diez palabras representan toda la Torá. La Torá nos enseña que estas diez
palabras estaban escritas en dos tablas de piedra. La tradición enseña que en
la primera tabla había cinco palabras y en la segunda había cinco. Las cinco
primeras tienen que ver con la relación entre el hombre y el Eterno y las cinco
últimas tienen que ver con la relación entre el hombre y su prójimo. En las
cinco primeras palabras aparece el nombre YHWH ocho veces, pero en las últimas
cinco palabras no aparece. Las diez van desde lo más importante hasta lo menos
importante. La primera es la más importante pero la última es la más difícil
porque es más fácil controlar las acciones que los pensamientos.
La primera de
las diez palabras empieza con “Yo soy...” El Eterno se presenta como el Eterno
tu Eloah, de forma singular. Cada uno tiene que tener una relación personal y
singular con él. La base de nuestra relación con Él es la redención que hemos
experimentado, tanto la primera, que se hizo por medio de Moshé como la
segunda, que se hizo y se hará por medio de Yeshúa HaMashíaj.
Segunda
palabra20:3-6 “No
tengas otros dioses delante de mí. No te hagas ídolo, ni semejanza alguna de lo
que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de
la tierra. No los adores ni los sirvas; porque yo, el Eterno tu Eloah, soy
Eloah celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la
tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.” – Esta
es la segunda palabra. No es que existan otros dioses, cf. Deuteronomio 4:39; 1
Reyes 8:60; 1 Corintios 8:5-6, sino que se trata de no aceptar como nuestro
Eloah algo que ha sido creado como si fuera el Creador, cf. Romanos 1:25. Esta
palabra implica que está prohibido confiar en cualquier poder además de HaShem,
adorar ídolos, santos o estatuas, inclinarse ante ellos, hacerlos o poseerlos.
Hay unas preguntas que nos ayudan para saber si tengo otros dioses en
mi vida:
-
¿Quién manda en mi
vida?
- ¿Dónde está mi confianza?·
-
¿Dónde está mi
pasión?
- ¿Quién es la fuente de mi vida?·
- ¿Quién es mi alabanza?·
Si un ídolo, una persona, un sistema, una organización o un objeto
puede ser puesto como respuesta a una o varias de estas cinco preguntas, tengo
un o varios dioses en mi vida.
El dinero es el ídolo más importante en este mundo. Los avaros no
heredarán el Reino del Eterno porque son idólatras, como está escrito en 1
Corintios 6:10:
“ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores,
ni los estafadores heredarán el reino de Eloah.”
En Efesios 5:5 está escrito:“Porque con certeza sabéis esto: que
ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino
del Mesías y de Eloah.”
En 1 Timoteo 6:10 está escrito:
“Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual,
codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos
dolores.”
En Mateo 6:24b está escrito:
“No podéis servir a Eloah y a las riquezas.”
El Eterno castiga la idolatría de los padres sobre sus hijos hasta la
tercera y cuarta generación cuando no hay arrepentimiento en los hijos por la
conducta de sus padres y cuando los hijos siguen esa conducta. En el momento
del arrepentimiento es rota esta maldición, cf. Deuteronomio 24:16; Ezequiel
18.
Por causa de
este mandamiento existe la prohibición de no hacer estatuas de ninguna clase ni
de hombres ni de animales ni de otro objeto en el universo.
Tercera palabra
20:7
“No tomes el nombre del Eterno tu Eloah en vano, porque el Eterno no
tendrá por inocente al que tome su nombre en vano.” – La prohibición no se refiere a no usar el Nombre, sino usarlo
vanamente y sin sentido. Rashí dice que significa que está prohibido hacer un
juramente falso. Esta prohibición también se aplica sobre aquellos que dicen
que son del Eterno y no lo son, dando apariencia de piedad mientras que sus
corazones tengan otra realidad, cf. Ezequiel 36:21-23; 39:7. La prohibición de
pronunciar el Nombre del Eterno es de origen rabínico, no de la Torá. Por eso
los judíos no pronuncian el Nombre del Eterno, sino lo sustituyen por Adonai
(Señor), HaShem (El Nombre) o el Eterno. En AMI no pronunciamos el Nombre por
cuatro motivos:
- Por respeto al Eterno. Nadie
llama a su padre terrenal por su nombre.·
- Para no herir la conciencia
de nuestros hermanos judíos.·
- Por no estar seguros de
cuál es la pronunciación exacta.·
- Porque la manera de pronunciar
el Nombre debe venir desde Tsión, no del galút (diáspora).·
Cuarta
palabra
20:8-11 “Acuérdate del Shabat para santificarlo. Seis días trabajarás
y harás toda tu obra, mas el séptimo día es Shabat para el Eterno tu Eloah; no
harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu
sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo. Porque en seis días
hizo el Eterno los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y
reposó en el séptimo día; por tanto, el Eterno bendijo el Shabat y lo
santificó.” – El verbo “acuérdate” en hebreo está escrito en la forma paol, la
cual implica algo constante, como el español gerundio “guardando”. Según Rashí,
implica que uno se acuerde del Shabat durante toda la semana. Al comprar algo bonito
se destina para el Shabat.
En Deuteronomio
5:12 está escrito “guarda el Shabat”. Estas dos palabras fueron dichas en un
enunciado. El Eterno es el único que puede decir dos palabras en un enunciado,
cf. Salmo 62:11. Según Rashí, lo mismo hizo en los siguientes versículos, Éxodo
31:14 con Números 28:9; Deuteronomio 22:11 con Deuteronomio 22:12 y Levítico
18:16 con Deuteronomio 25:5.
“el séptimo día” – No el sexto, ni el primero. No se puede
sustituir por otro día. Adonay mandó que fuera el séptimo día y punto. El
Eterno ha hecho un camino recto, pero el hombre lo ha torcido, como está
escrito en Proverbios 21:8: “Torcido es el camino del pecador mas el proceder
del limpio es recto.”
El séptimo día
empieza a la caída del sol el viernes y termina a la caída del sol el sábado.
Sin la tradición no se sabría qué día es Shabat. La tradición judía muestra qué
día es. En este caso tenemos que regirnos por la tradición para poder cumplir
la Escritura.
“Shabat para el Eterno tu
Eloah” – El Shabat es
para dedicarse al Eterno, no para otra cosa.
“no harás en él obra alguna”
– La palabra hebrea que ha sido traducida como “obra” es “melajá”, que
significa “obra”, “tarea”, “oficio”, “fabricación”. La primera vez que aparece
es en Génesis 2:2-3 donde habla de la obra de la creación. “Melajá” tiene que
ver con trabajo creativo, productivo y todo lo que interviene en la creación.
La obra de la construcción del tabernáculo es llamada “melajá” y de allí se han
sacado 39 tipos de melajá que están prohibidas en el Shabat, cf. Éxodo 35:21.
La esposa no está mencionada en este pasaje. Ella está incluida en el
padre de familia. Los dos son uno. La esposa tiene el papel de ser una ayuda
idónea para que su marido pueda cumplir con lo que el Eterno le ha mandado.
“ni el extranjero” – También a los extranjeros que están entre los
judíos les está prohibido quebrantar el Shabat.
“Porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra” – El
Eterno es nuestro Padre. Un padre es un ejemplo a seguir para sus hijos. Como
él cesó en Shabat, nosotros también lo hacemos. Y así somos como él. El hombre
fue creado a su imagen y semejanza. El que no guarda el Shabat no se parece al
Eterno en esa área de su vida.
“el Eterno bendijo el Shabat y lo santificó” – La bendición implica
algo concreto. Por eso Rashí dice que El Eterno bendijo el Shabat con el maná.
La santificación implica que ha sido apartado de los demás días para ser
diferente y dedicado al uso exclusivo del Eterno.
La tradición de encender dos velas antes del inicio del Shabat se
asocia con varias cosas:
-El
Shabat fue bendecido y santificado.·
-Hay
que acordarse y guardar el Shabat.·
-El
descanso semanal anuncia el descanso en el reino mesiánico.·
Quinta palabra 20:12 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean
prolongados en la tierra que el Eterno tu Eloah te da.” – El mandamiento de
honrar a los padres está entre las cinco primeras palabras que tienen que ver
con la relación con el Eterno. La relación con los padres es un reflejo de nuestra
relación con el Eterno. El que no honra a sus padres no honra al Eterno. El que
honra sus padres honra al Eterno. Las cinco primeras palabras están resumidas
en el mandamiento de amar al Eterno con todo el corazón, mente y fuerzas, cf.
Deuteronomio 6:5; Mateo 22:37-38. Las cinco últimas están resumidas en el
mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo, cf. Levítico 19:18; Mateo
22:39-40.
Este es el primer mandamiento con promesa, cf. Efesios 6:2. El honrar
a los padres trae larga vida sobre la tierra. Honrar implica respetar con
actitudes, palabras y obras. Honrar implica también ayudarles en sus
necesidades materiales y prácticas, como dice Mateo 15:3-6:
“Y respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el
mandamiento de Eloah a causa de vuestra tradición? Porque Eloah dijo:
"HONRA A tu PADRE Y A tu MADRE," y: "QUIEN HABLE MAL DE su PADRE
O DE su MADRE, QUE MUERA." Pero vosotros decís: "Cualquiera que diga
a su padre o a su madre: 'Es ofrenda a Eloah todo lo mío con que pudieras ser ayudado',
no necesitará más honrar a su padre o a su madre." Y así invalidasteis la
palabra de Eloah por causa de vuestra tradición.”
Así que honrar también incluye dar ayuda económica.
La palabra griega que ha sido traducida como “tradición”, es “paradosis”. Aquí
significa unas enseñanzas que han sido transmitidas de maestros a discípulos,
cf. Gálatas 1:14; Colosenses 2:8. No se está refiriendo a las costumbres.
Yeshúa atacó aquí las enseñanzas erróneas de los rabinos que quebrantaban los
mandamientos de la Torá. El Mesías atacó estas enseñanzas tradicionales de los
judíos en algunos casos, pero en muchos otros casos las aceptó. Una tradición
no es lo mismo que una costumbre. Nuestro Rebe no criticó las costumbres
judías. Según el ejemplo de su vida vemos que las siguió.
Las costumbres son las maneras de actuar, y las tradiciones son
las interpretaciones de la Torá que han pasado de maestros a discípulos.
La palabra griega que normalmente se traduce como “costumbre” es
“ethos”. Aparece en los siguientes versículos del texto griego del
Código Real: Lucas 1:9; 2:42; 22:39; Juan 19:40; Hechos 6:14; 15:1; 21:21;
25:16; 26:3; 28:17; Hebreos 10:25. Vemos como el rabí Shaúl no quebrantó las
costumbres judías, según Hechos 28:17:
“Y aconteció que tres días después Pablo convocó a los principales de
los judíos, y cuando se reunieron, les dijo: Hermanos, sin haber hecho yo nada
contra nuestro pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres, desde
Yerushalayim fui entregado preso en manos de los romanos.”
Sexta palabra
20:13 “No mates.” – Aquí no se trata de la ejecución de un
juicio divino sobre una persona que ha sido condenada a muerte, sino de un
asesinato. El que mata a un ser humano que ha sido creado a imagen de Eloah, es
como si matara a Eloah mismo. El castigo por un asesinato es la pena capital,
cf. Levítico 24:17.
Es una forma de asesinato avergonzar a una persona en público,
causando que su sangre se vea en su rostro.
Séptima palabra 20:14
“No adulteres – Se trata de ser infiel en el pacto matrimonial mediante
una relación sexual con una tercera persona, cf. Ezequiel 16:32. Con ese acto
se quiebra el pacto. El castigo por adulterio es la pena capital, cf. Levítico
20:10.
Octava
palabra20:15 “No
hurtes. – Aquí se interpreta como una prohibición para secuestrar una persona
ya que en Levítico 19:11 aparece otro mandamiento que prohíbe el hurto en
relación con los bienes materiales. El castigo por secuestro es la pena
capital, cf. Éxodo 21:16.
Novena
palabra
20:16 “No des falso testimonio contra tu prójimo.” – En primer lugar
se refiere a no testificar falsamente contra una persona en un tribunal, pero
también implica no decir cosas contra el prójimo a otras personas, y en general
no mentir. Una de las formas más graves de dar falso testimonio es cuando una
persona dice algo en el nombre del Eterno que él no ha hablado. Ese delito
merece la pena capital, Deuteronomio 18:20. El falso testimonio conduce a la
destrucción de la sociedad. Causa que los inocentes sean castigados por algo
que no hicieron. También permite que se cometan robos, asesinatos y opresiones
para luego escapar del castigo. El que testifica falsamente trae destrucción al
mundo.
En Deuteronomio 19:15-21 está escrito: “No se levantará un solo
testigo contra un hombre por cualquier iniquidad o por cualquier pecado que
haya cometido; el caso será confirmado por el testimonio de dos o tres
testigos. Si un testigo falso se levanta contra un hombre para acusarle de
transgresión, los dos litigantes se presentarán delante del Eterno, delante de
los sacerdotes y de los jueces que haya en esos días. Y los jueces investigarán
minuciosamente; y si el testigo es un testigo falso y ha acusado a su hermano
falsamente, entonces le haréis a él lo que él intentaba hacer a su hermano. Así
quitarás el mal de en medio de ti. Los demás oirán y temerán, y nunca más
volverán a hacer una maldad semejante en medio de ti. Y no tendrás piedad: vida
por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.”
En el Salmo 34:12-13 está escrito: “¿Quién es el hombre que desea vida
y quiere muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios
de hablar engaño.”
En Proverbios 6:16-19 está escrito: “Seis cosas hay que odia el
Eterno, y siete son abominación para El: ojos soberbios, lengua mentirosa,
manos que derraman sangre inocente, un corazón que maquina planes perversos,
pies que corren rápidamente hacia el mal, un testigo falso que dice mentiras, y
el que siembra discordia entre hermanos.”
En Proverbios 12:22; 19:5, 9; 25:18 está escrito: “Los labios
mentirosos son abominación al Eterno, pero los que obran fielmente son su
deleite... El testigo falso no quedará sin castigo, y el que cuenta mentiras no
escapará... El testigo falso no quedará sin castigo, y el que cuenta mentiras
perecerá... Como maza y espada y aguda saeta es el hombre que levanta falso
testimonio contra su prójimo.”
El chisme y la calumnia es uno de los males más dañinos y es capaz de
matar una persona, como está escrito en Levítico 19:16;
“No andarás de calumniador entre tu pueblo; no harás nada contra la
vida de tu prójimo; yo soy el Eterno.”
En Proverbios 10:18 está escrito: “El que oculta el odio tiene labios
mentirosos, y el que esparce calumnia es un necio.”
En Revelación 21:8, 27 está escrito: “Pero los cobardes, incrédulos,
abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los
mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre,
que es la muerte segunda... y jamás entrará en ella (la nueva
Yerushalayim) nada inmundo, ni el que practica abominación
y mentira, sino sólo aquellos cuyos nombres están escritos en el
libro de la vida del Cordero.”
En Proverbios 10:18 está escrito: “El que oculta el odio tiene labios
mentirosos, y el que esparce calumnia es un necio.” ante ellas! Esto también
nos enseña la importancia de cubrir nuestro cuerpo cuando estamos sirviendo al
Eterno.
En esta Parashá se encuentran los mandamientos número 25 hasta 41 de
los 613.
25.
Precepto de creer en la existencia de Eloah, 20:2.
26.
Prohibición de creer en otra deidad fuera de Eloah, 20:3.
27.
Prohibición de hacer efigies talladas, 20:4.
28.
Prohibición de postrarse ante un ídolo, 20:5.
29.
Prohibición de servir a un ídolo según el modo usual en que se le
sirve, 20:5.
30.
Prohibición de jurar en vano, 20:7.
31.
Precepto de consagrar el Shabat con palabras, 20:8.
32.
Prohibición de hacer labores en Shabat, 20:10.
33.
Precepto de honrar al padre y a la madre, 20:12.
34.
Prohibición de matar a un ser humano, 20:13.
35.
Prohibición de cometer adulterio, 20:14 (13 heb.).
36.
Prohibición de secuestrar a un ser humano, 20:15 (13 heb.).
37.
Prohibición de dar falso testimonio, 20:16 (13 heb.).
38.
Prohibición de codiciar lo que pertenece a otra persona, 20:17 (14
heb.).
39.
Prohibición de hacer imágenes, incluso para ornamentar, 20:23 (20
heb.).
40.
Prohibición de construir un altar de piedra con instrumentos de metal,
20:25 (22 heb.).
41.
Prohibición de ascender en gradas al altar, 20:26 (23 heb.).
Shabat Shalom
Recopilado
por Orlando Unda Ramirez.
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