Parashá 01 BeReshit/Génesis 1:1 – 6:8
Para compartir en
el Shabat del 27 de Thisri- Etamin de 5.779. Octubre 6 de 2.016
Primera Parasha
para el año anual de la lectura de la Torah
El martes 9 de
octubre de 2.018 a la caída del sol, es 1° de
bull (Jeshvan) de 2.779
Es ROSH JODESH
(cabeza de mes)
Aliyás de la Torá:
1. 1:1-13
2. 1:14-23
3. 1:24 – 2:3
4. 2:4 – 3:21
5. 3:22 – 4:26
6. 5:1-24
7. 5:25 – 6:8
Haftará: Isaías 42:5-21
Los Escritos Apostólicos: Marcos 1:1-45
BeReshit
Significa “En el principio del” o “Por causa del Principal”
Comentarios: Hoy nos concentramos en el “Principio” Proyecto Mashiaj
1:1 “En el principio creó Eloha los cielos
y la tierra.” – En contraste con las creencias
Paganas, la Torá empieza a destacar el hecho de que el universo tiene un
principio y que hay Uno que está por encima del universo, y que ha dado inicio
a todas las cosas. Este conocimiento evita toda adoración a las cosas creadas
en lugar del Creador, que es la misma esencia de la idolatría, como está
escrito en Romanos
1:20-25:
“Porque desde la creación del mundo,
sus atributos invisibles, su eterno poder y
divinidad, se han visto con toda
claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de
manera que no tienen excusa. Pues
aunque conocían a Eloha, no le honraron como a
Eloha ni le dieron gracias, sino que
se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio
corazón fue entenebrecido. Profesando
ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la
gloria del Eloha incorruptible por
una imagen en forma de hombre corruptible, de aves,
de cuadrúpedos y de reptiles. Por
consiguiente, Eloha los entregó a la impureza en la
lujuria de sus corazones, de modo que
deshonraron entre sí sus propios cuerpos;
porque cambiaron la verdad de Eloha
por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura
en lugar del Creador, quien es
bendito por los siglos. Amén.”
El hecho de que Alguien haya dado inicio y existencia a todas las cosas,
nos enseña que Él es el dueño de todo lo que existe y que tiene el derecho de
gobernar sobre todo lo que es suyo. Este hecho le convierte en el gran
Legislador del universo. Si hay Uno que ha dado inicio a todo lo que existe,
tanto en los cielos como en la tierra, entonces todo lo que existe tiene que
cumplir los propósitos suyos. Este Ser superior dio inicio al tiempo,
al espacio, a la materia, la vegetación y a los seres vivos porque tenía
una razón muy específica para hacerlo. Por lo tanto Él tiene la plena potestad
para hacer lo que le plazca con las cosas que ha creado, para que absolutamente
todo sea llevado a cumplir los propósitos suyos. Esto le convierte en el gran
Conductor de la creación. Este principio está detrás de los reclamos que Él
está haciendo sobre el hombre, al ordenarle a cumplir sus mandamientos. Todas
las cosas han sido sometidas a una Torá, una instrucción.
Cada cosa creada tiene una ley que cumplir. Esa ley es el propósito del
Creador para aquella cosa específica.
El hombre es un ser creado con un propósito muy específico, el de servir
a Aquel que le ha hecho y puesto en su plan universal. El propósito del hombre
es cumplir aquella Torá que el Eterno le ha designado. Si un hombre no sirve al
Creador conforme a la Torá, se rebela contra el mismo principio de existencia
de toda la creación y sale fuera del derecho de existir. Todo lo que existe
está allí porque el Eterno lo ha hecho y porque Él tiene un plan específico con
cada criatura. Ningún detalle en la creación carece de significado.
Este texto habla de un inicio, lo cual nos enseña que el tiempo es una
creación y que el Creador está fuera del tiempo. Luego habla de que los cielos
y la tierra fueron creados, lo cual nos enseña que el espacio y la materia no
son eternos, sino fueron llevados a la existencia en un momento histórico, en
el principio del tiempo. ¿Qué había antes del principio? Sólo uno, Eloha. Sin
embargo, dentro de Eloha había planes, que estaban allí desde la eternidad, en
un estado que carece de tiempo, puesto que a partir de la creación de todo,
empezó el tiempo. Todo lo que estaba dentro del Creador antes de la creación,
está fuera del tiempo, pero no como algo existente, como nosotros lo
entendemos, sino como parte de un pensamiento, un consejo, un plan y un
proyecto. El Midrash enseña que ese plan es la Torá, que la sabiduría infinita
del Único Eterno ha compuesto desde la
eternidad, en un estado fuera del tiempo.
Según el Talmud,1 siete cosas fueron creadas antes que el mundo fue creado:
1. La Torá, cf. Proverbios 8:22.
2. El arrepentimiento, cf. Salmo 90:2-3.
3. El huerto del Edén (el paraíso), cf. Génesis 2:8.
4. Gehinom (el infierno), cf. Isaías 30:33.
5. El trono de gloria, cf. Salmo 93:2.
6. El templo, cf. Jeremías 17:12.
7. El nombre del Mesías, cf. Salmo 72:17.
El mundo fue creado con relación a estas siete cosas. La Torá es el plan
arquitectónico de toda la creación. El hecho de que se hable del
arrepentimiento como algo que precede la creación, nos enseña que aunque el
Eterno no haya decidido de antemano que el hombre pecara, ya había planeado una
solución para el pecado del hombre, como también está escrito en Revelación
13:8b:
“El Cordero, el cual fue muerto desde
el principio del mundo” (RV1909, SSE)
En 1 Pedro 1:20 está escrito:
“Porque él estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se ha
manifestado en estos últimos tiempos
por amor a vosotros”
La palabra hebrea que ha sido traducida como “en el principio” es
“bereshit”. Es una palabra compuesta por dos palabras, “be” que significa
“dentro de”, “en”, “con”, “por
medio de”, “por causa de” etc.; y “reshít”,2 que significa
“primero (en lugar, tiempo,
orden o rango)”, “primicia”, “inicio”, “principal”, “lo mejor” etc.
Según el diccionario
Strong, esta palabra viene de la misma raíz que “rosh”3 que significa
“cabeza”, “parte superior”, “comienzo”, “jefe”, “principal”, “gobernante”, etc.
Según Rashí,4 en todos los lugares donde la palabra “reshit” aparece en las
Escrituras, se halla en el estado constructo en relación con el sustantivo que
la sigue. Este fenómeno gramatical, llamado semijút en hebreo, es muy común en
las Escrituras, y construye una relación entre dos sustantivos, uno de los
cuales está subordinado al otro, el cual lo determina. Por ejemplo “simjat
Torá”. La palabra “simjá” o “simjah” es una palabra femenina que significa
“alegría”. Cuando aparece en la forma constructa se intercambia la letra “hey”
final por una “tav”, para que tenga el significado de “alegría de”. “Simjat
Torá” significa literalmente “la alegría de la instrucción”. La letra
“tav” final en la
palabra “Bereshit” muestra que está escrita en la forma constructa,
dando el significado de “principio de”. Ahora, la palabra que sigue es “bará”,
que literalmente significa “creó”, y por lo tanto no es un sustantivo, sino un
verbo. Sin embargo, según Rashí, este verbo debe ser entendido como “el crear”.
La traducción literal de los dos primeros versículos sería entonces:
“En el principio del crear de Eloha
los cielos y la tierra, cuando la tierra era confusión y
vacío, con oscuridad sobre la
superficie del abismo y el aliento de Eloha planeaba sobre
la superficie de las aguas, entonces
Eloha dijo: "Haya luz", y hubo luz.” 5
Según esta interpretación, el primer versículo no explica el orden en
que fueron creadas las cosas.
En una de las reglas de interpretación del tercer nivel, en hebreo
“drash”, “búsqueda”, se compara y se relaciona una expresión o una palabra que
aparece en diferentes textos en las Escrituras. La palabra “reshít” aparece
casi 20 veces en el Jumash, y en más de 50 ocasiones en todo el Tanaj.6 Se usa en relación
con el inicio de un reinado, cf. Génesis
10:10; con un hijo primogénito, cf. Génesis 49:3; Deuteronomio 21:17;
con los primeros
4 Rabí Shelomó ben Yitsjak (Francia 1064-1105 e.c). Uno de los exegetas
medievales más importantes. Su comentario sobre Jumash (el Pentateuco) es
estudiado en cada Yeshivá (colegio religioso de formación rabínica) en todo el
mundo. Su obra reúne las explicaciones rabínicas desde el Talmud, el Midrash,
las tradiciones extra-talmúdicas, las traducciones antiguas al arameo, llamadas
Targumim y demás. Sus explicaciones del texto hebreo tienen como propósito dar
al lector un entendimiento de su sentido literal, en hebreo “peshat”, que es el
primer nivel de interpretación de las Escrituras.
5 “La Torá con Rashí”, con la traducción, elucidación y comentario de
Aryeh Coffman, Editorial Jerusalem de
México © 2001.
6 Conocido en el mundo cristiano como el Antiguo Testamento. Tanaj es una palabra acróstica, compuesta
por las tres primeras letras de los nombres de las tres partes del canon
hebreo, Torá (instrucción), Neviím
(Profetas) y Ketuvim (Escritos).
frutos de la tierra, las primicias, cf. Éxodo 23:19; 34:26 etc. En
Proverbios 8:22, la
sabiduría, que es la Torá, es llamada “el
principio (reshít) de su camino”. En Jeremías 2:3,
el pueblo de Israel es llamado “la
primicia (reshít) de sus frutos”.
En las Escrituras hay una relación muy íntima entre reshít y el Mesías.
El Mesías es el Reshít de todas las cosas, como está escrito en Colosenses
1:15-18:
“Él es la imagen del Eloha invisible,
el primogénito de toda creación. Porque en él fueron
creadas todas las cosas, tanto en los
cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya
sean tronos o dominios o poderes o
autoridades; todo ha sido creado por medio de él y
para él. Y él es antes de todas las
cosas, y en él todas las cosas permanecen. Él es
también la cabeza del cuerpo que es
la congregación; y él es el principio, el primogénito
de entre los muertos, a fin de que él
tenga en todo la primacía.”
El Mesías es también las primicias, el Reshít, de la resurrección, como
está escrito en 1 Corintios 15:20, 23:
“Mas ahora el Mesías ha resucitado de
entre los muertos, primicias de los que
durmieron... Pero cada uno en su
debido orden: el Mesías, las primicias; luego los que
son del Mesías en su venida”
El Mesías es el proyecto que está detrás de todas las cosas creadas. El
Mesías está en el interior del Padre eterno desde la eternidad, como está
escrito en Juan 1:18:
“A Eloha nadie lo ha visto jamás; el
unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha
dado a conocer.” (RV1995)
Aquí no está escrito que el Hijo estaba en el seno del Padre, sino en
tiempo presente, está en el seno del Padre. Como el Padre está fuera del
tiempo, su Hijo, que es el proyecto Mesías, está fuera del tiempo, dentro del
Padre, en la eternidad, en el presente continuo por toda la eternidad, como
también está escrito en Juan 17:5, 24b:
“Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto
a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el
mundo existiera... la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la
fundación del mundo.”
El Eterno ha decidido gobernar el universo por medio del Mesías. Por lo
tanto, la
palabra “reshít” está relacionada en las Escrituras con el principio de
un reinado. Es más, el proyecto Mesías es la razón por la cual todas las cosas
fueron creadas y para quién todo haya sido hecho. El Eterno creó todas las
cosas por medio del plan Mashíaj, y para Mashíaj, que más adelante iba a ser
manifestado a través de un hombre, como está escrito en 1 Juan 1:1-2:
“Lo que existía desde el principio, lo
que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros
ojos, lo que hemos contemplado y lo
que han palpado nuestras manos, acerca de la
Palabra de vida, pues la vida fue
manifestada, y nosotros la hemos visto y damos
testimonio y os anunciamos la vida
eterna, la cual estaba con el Padre y se nos
manifestó.”
En Juan 1:14a está escrito:
“Y la Palabra se hizo carne, y habitó
entre nosotros” (LBLA)
El prefijo hebreo “be” en la primera palabra de la Torá, “beReshit”,
significa “en”,
“por”, “en aras de”, “por causa de”, etc. Esto nos enseña que Eloha creó
los cielos y la tierra “en Reshít”, o “por causa de Reshít”. Como hemos visto
antes, Reshít es la Torá,
Israel y el Mesías. En realidad estos tres son uno. La Torá es el plan
eterno por medio del cual el mundo fue creado. Israel es el hijo primogénito
del Eterno, cf. Éxodo 4:22; Oseas 11:1. El Mesías es la Torá manifestada como
hombre, cf. Juan 1:14 y el que reúne en sí a todo Israel, cf. Mateo 2:15, Juan
12:32. Así que, todas las cosas fueron creadas por medio de la Torá y por causa
de Israel. Y todo fue creado por medio del Mesías y por causa del Mesías, como
también está escrito en Juan 1:1-3:
“En el principio existía la Palabra, y
la Palabra estaba con Eloha, y la Palabra era Eloha.
Ella estaba en el principio con
Eloha. Todas las cosas fueron hechas por medio de ella, y
sin ella nada de lo que ha sido
hecho, fue hecho.” (LBLA)
Esta Palabra, esta Torá, este proyecto Mashíaj, fue luego materializado
poco a poco por medio de la creación de todas las cosas. Pero aunque el Mesías
no había sido manifestado como hombre, todas las cosas fueron preparadas por
causa de él, y por causa de que él iba a venir y ser puesto como gobernante
sobre todas las cosas creadas.
Por esto podríamos traducir el texto de esta manera:
“Por causa del Principal creó Eloha
los cielos y la tierra.”
La primera letra de la Torá es bet, que significa “casa”. Por lo tanto
podríamos entender el primer versículo también de esta manera:
“Una casa de Reshít creó Eloha los
cielos y la tierra.”
Esto nos enseña que los cielos y la tierra son la casa de Reshít, que es
el Mesías. Casa y ropa es esencialmente lo mismo. La creación es la ropa del
Mesías, como está escrito en el Salmo 102:25-27 y Hebreos 1:10-12:
“Desde la antigüedad tú fundaste la
tierra, y los cielos son la obra de tus manos. Ellos
perecerán, pero tú permaneces; y
todos ellos como una vestidura se desgastarán, como
vestido los mudarás, y serán
cambiados. Pero tú eres el mismo, y tus años no tendrán
fin.” (LBLA)
¿Por qué el Creador no empezó su historia consigo mismo? ¿No es él el
que precede todas las cosas y por lo tanto debería estar puesto en primer
lugar? ¿Por qué no escribió
“Eloha creó en el principio...”? No empezó a hablar de sí mismo, sino de
lo que ha hecho por medio de Reshít. Esto nos enseña dos cosas, primero, que
Eloha es muy modesto en relación con la creación. No se presenta primero a sí
mismo, sino se coloca detrás de Reshít. Por esta razón una persona que conoce
al Eterno no empieza consigo mismo cuando escribe una carta o cuando se
presenta junto con otras personas. Siempre empieza a hablar de otras cosas o de
otras personas y luego habla de sí mismo.
La segunda cosa que aprendemos de este hecho es que nadie puede conocer
al Creador directamente, sino sólo por medio de las cosas que él ha creado,
como está escrito en
Romanos 1:19-20:
“porque lo que se conoce acerca de
Eloha es evidente dentro de ellos, pues Eloha se lo hizo
evidente. Porque desde la creación
del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder
y divinidad, se han visto con toda
claridad, siendo entendidos por medio de lo creado,
de manera que no tienen excusa.” (LBLA)
El Creador es invisible e inalcanzable para las cosas creadas. Sólo es
posible conocerle por medio de lo que Él revele de sí mismo. En este texto él
nos enseña que el camino para conocerle pasa a través de la creación y Reshít.
De esta manera el Hijo, el Mesías, es el principal agente por medio del cual el
Invisible se manifiesta en el mundo, como está escrito en Hebreos 1:1-3:
“Eloha, habiendo hablado hace mucho
tiempo, en muchas ocasiones y de muchas
maneras a los padres por los profetas,
en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo,
a quien constituyó heredero de todas
las cosas, por medio de quien hizo también el
universo. Él es el resplandor de su
gloria y la expresión exacta de su esencia, y sostiene
todas las cosas por la palabra de su
poder. Después de llevar a cabo la purificación de
los pecados, se sentó a la diestra de
la Majestad en las alturas.” (LBLA)
En Juan 14:6, 9b está escrito:
“Yeshúa le dice: Yo soy el camino, y
la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por
mí... El que me ha visto a mí, ha
visto al Padre” (LBLA revisada)
El Padre se manifiesta en este mundo a través de su Hijo. Ahora, no
podemos caer en la trampa de pensar que el Eterno sea como los hombres o los
animales de manera que se pueda reproducir y tener hijos como nosotros, o
mezclarse con los hombres y tener hijos. Este pensamiento se encuentra en las
religiones paganas entre personas que no conocen la verdad de Torá. Cuando
habla del Hijo, se refiere a la función de ser el seguidor y el representante,
al igual que un hijo imita y representa a su padre en una familia.
El rey David fue el octavo hijo de Yishai, pero es llamado primogénito,
cf. Salmo 89:20, 27. Cuando el shaliaj7 Shaúl escribe en Colosenses 1 que el
Mesías es el primogénito de toda creación, no significa que él haya nacido del
Padre por medio de una reproducción, sino que él fue destinado para ocupar el
lugar de gobernante sobre todas las cosas creadas, tanto las invisibles como
las visibles. El hijo primogénito es el que llevará el nombre de su padre y el
derecho de gobernar en la familia cuando el padre ya no esté presente. De la
misma manera el Mesías es llamado Hijo, no porque el Eterno haya podido parir o
se haya reproducido, sino porque el Mesías ha obtenido la posición de
gobernante sobre todas las cosas creadas. El Hijo es el que representa al Padre
en la creación. El concepto hebreo de Hijo tiene que ver con discipulado,
representatividad y delegación de autoridad. En las Escrituras hebreas los
discípulos son llamados hijos, a pesar de no haber sido engendrados
biológicamente por su maestro, cf. 1 Reyes 2:12;
20:35; 2 Reyes 2:3ss; Juan 8:39, 41; Efesios 5:1. Estos “hijos” luego
reciben la
autoridad delegada para actuar como representantes de su maestro.
Por lo tanto, cuando las Escrituras hablan de los “hijos de Eloha” se
está refiriendo a ángeles u hombres que han recibido poder del Creador para
juzgar y gobernar sobre alguna área de la creación, se trata de autoridad
delegada, cf. Job 1:6; 38:7; Salmo 82:6; Juan 10:34-38. Por esto a todos los
que reciben a Yeshúa les es concedido el poder, es decir la autoridad, de ser
hechos hijos de Eloha, como está escrito en Juan 1:12:
“Pero a todos los que le recibieron,
les dio el poder de llegar a ser hijos de Eloha, es decir,
a los que creen en su nombre”
Ser hecho hijo de Eloha, significa recibir una posición de liderazgo y
un puesto de
autoridad en alguna área de la creación.
“En el principio creó...” – La palabra
hebrea que ha sido traducida como “creó” es
“bará”.8 Esta palabra aparece unas 50 veces en las Escrituras y siempre tiene que
ver con la acción de producir o hacer algo que no existía antes. Se trata de
traer algo a la existencia. En el sentido estricto sólo el Creador puede crear.
Sólo Él puede hacer que algo llegue a tener existencia sin haber existido
antes. La expresión “crear de la nada” es una manera de expresar este concepto.
Sin embargo esta expresión no explica bien lo que la palabra bará significa,
puesto que el Eterno no ha creado las cosas de la nada porque antes de
existir como creación sí existían como un proyecto en la mente del Creador. Por
lo tanto las cosas visibles son el resultado de las cosas invisibles, que a su
vez están dentro de la mente del Creador, como está escrito en Hebreos 11:3:
“Por la fe entendemos que el universo
fue preparado por la palabra de Eloha, de modo
que lo que se ve no fue hecho de
cosas visibles.”
Todo lo visible fue hecho de lo invisible. Las cosas visibles son el
resultado de las cosas invisibles. Todo lo que sucede en el mundo visible es un
resultado de lo que primero sucedió en el mundo invisible.
“En el principio creó Eloha
(Elohim)...” – La palabra hebrea “Elohim”,9 es la forma
plural de “Eloah”,10 que significa “Poderoso”. Viene de “El”11 que significa
“poderoso”,
“poder”, “fuerza”. Estas tres palabras, “El”, “Eloah” y “Elohim”, son
utilizadas en las
Escrituras como sinónimas para referirse al Creador. Las tres han sido
traducidas como “Eloha”12 en la mayoría de las versiones castellanas. La palabra hebrea “El” aparece
alrededor de 200 veces en las Escrituras, prácticamente siempre en referencia
al Creador. Algunas veces tiene el significado de “poder”, cf. Génesis 31:29;
Proverbios 3:27; Miqueas 2:1.
¡SHABATSHALOM!
Fuente: EstuEloha Mesiánicos Stefan Blat
Recopilado y adatado por; HOSHEA BEN YISRAEL.
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