Parashá 23 Pekudei
Éxodo 38:21 – 40:38
EB
Aliyás de la Torá
(los años que se lee por separado):
- 38:21 –
39:1
- 39:2-21
- 39:22-32
- 39:33-43
- 40:1-16
- 40:17-27
- 40:28-38
- Maftir:
40:34-38
Haftará: 1 Reyes 7:51
– 8:21 (Ashkenazíes); 7:40-50 (Sefardíes)
Código Real (HaTsofen HaMaljutí): Lucas 22:47 – 24:53
Lecturas en el CR:
- 22:47-71
- 23:1-25
- 23:26-49
- 23:50 – 24:24
- 24:25-53
Pekudei
Significa “Cuentas de”.
Primera
aliyá, 38:21 – 39:1
Moshé ordena que se haga un recuento de todo el
material que se ha utilizado para el tabernáculo. El servicio de los levitas
estará bajo la dirección de Itamar hijo de Aharón. Betsalel, junto con Aholiav,
han hecho todo lo que el Eterno ha mandado a Moshé. La cantidad total de oro
empleado en toda la obra es de 29 talentos y 730 siclos. Se ha usado 100
talentos y 1775 siclos de plata, que corresponden a una beka por cabeza de los
603.550 hombres contados, de 20 años para arriba. Los 100 talentos han sido
usados para las 100 basas de las tablas del santuario y las columnas del velo.
Los 1775 siclos se usaron para los ganchos y demás detalles de los pilares del
atrio. La contribución del cobre fue de 70 talentos y 2400 siclos, con el cual
se hizo las basas de los pilares para la entrada de la tienda, el altar y sus
utensilios, las basas de los pilares del atrio y su portal y todas las estacas.
De la lana se han hecho vestiduras de encajes para el servicio en el santuario.
También se han hecho vestiduras para Aharón.
Segunda aliyá, 39:2-21
El efod se ha hecho de oro, lana y lino y todos sus
detalles han sido hechos según el Eterno ordenó a Moshé.
Tercera aliyá, 39:22-32
El manto del Efod y las vestiduras sacerdotales han
sido hechos según el Eterno ordenó a Moshé. La placa frontal ha sido hecha
según el Eterno ordenó a Moshé. La obra del tabernáculo ha sido terminada y los
hijos de Israel han hecho conforme a todo lo que el Eterno ha ordenado a Moshé.
Cuarta aliyá, 39:33-43
Los hijos de Israel traen el tabernáculo a Moshé con
todos sus utensilios y él lo revisa. Ellos han hecho como le ha ordenado el
Eterno. Moshé los bendice.
Quinta aliyá, 40:1-16
En
el primer día del primer mes tendrá que ser erigida la tienda de la cita. El
arca será colocado en su lugar y protegido con el velo. Serán colocados la
mesa, el candelabro, el altar de oro y la pantalla de entrada del tabernáculo.
Serán puestos el altar y la fuente con agua en sus lugares. El atrio y su
entrada serán arreglados. Moshé tendrá que ungir el tabernáculo y todo lo que
está en él y santificarlo. También será ungido y santificado el altar y todos
sus utensilios así como la fuente y su base. Moshé hará que se acerquen Aharón
y sus hijos para ser lavados, vestidos, ungidos y santificados. La unción hará
que puedan oficiar delante del Eterno y su unción les será por sacerdocio
perpetuo para sus generaciones. Moshé hace según todo lo que el Eterno le ha
ordenado.
Sexta aliyá, 40:17-27
En
el primer mes del segundo año el tabernáculo es erigido por Moshé. Coloca sus
basas, fija los maderos y sus barras, levanta sus pilares, extiende la tienda
sobre el tabernáculo y coloca la cobertura por encima, como el Eterno ha
mandado. Coloca el testimonio dentro del arca, inserta las varas en el arca,
pone la cubierta sobre el arca, mete el arca en el mishkán y coloca el velo de
separación, como el Eterno ha mandado. Pone la mesa en la tienda de la cita, en
el lado norte, fuera del velo y dispone el arreglo de los panes delante del
Eterno, como el Eterno ha mandado. Pone el candelabro en la tienda de la cita,
frente a la mesa, en el lado sur del mishkán y enciende las lámparas delante
del Eterno, como el Eterno ha mandado. Coloca el altar de oro en la tienda de
la cita, en frente del velo y hace que el sahumerio suba en humareda, como el
Eterno ha mandado.
Séptima aliyá, 40:28-38
Coloca
la pantalla en la entrada del mishkán, pone el altar de la ofrenda de ascensión
a la entrada y de la tienda y ofrece ofrenda de ascensión y la oblación, como
el Eterno ha mandado. Coloca la fuente entre la tienda y el altar y pone allí
agua para lavarse. Allí se lavan Moshé, Aharón y sus hijos antes de entrar en
la tienda de la cita y antes de acercarse al altar, como el Eterno ha mandado.
Erige el atrio alrededor del tabernáculo y del altar y coloca la pantalla de la
puerta del atrio. Así Moshé concluye la obra.
Entonces
la nube cubre la tienda de la cita y la gloria del Eterno llena el mishkán.
Moshé no puede entrar. Cuando la nube se eleva, los hijos de Israel parten en
todos sus viajes. Si la nube no se eleva no parten. De día está la nube del
Eterno sobre el tabernáculo y de noche hay fuego sobre él a la vista de toda la
casa de Israel, en todos sus viajes.
Comentarios
Primera aliyá, 38:21 – 39:1
38:21 “Estas son las
cuentas del tabernáculo, el tabernáculo del testimonio, según fueron contadas
conforme al mandato de Moshé. El servicio de los levitas estuvo bajo la
dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aharón.” – Moshé dio la orden para rendir cuentas ante todo el pueblo de cómo
se había utilizado el material donado para la obra del Eterno. No sólo el pueblo
de Israel podía ver estas cuentas, sino todo el mundo que tiene acceso a la Torá puede ver como Moshé
había administrado el oro, la plata, el cobre, las piedras preciosas y los
demás objetos de valor. Esto nos enseña la importancia de tener cuentas claras
en las congregaciones y en la administración pública de cualquier organización.
Moshé tomó la iniciativa para hacer esta rendición de cuentas ante el pueblo,
para que nadie le acusara de corrupto. En ningún momento dio oportunidad para
que el pueblo pensara que él se había hecho rico a costa de los donativos a la
obra del Eterno, como está escrito en Números 16:15b:
“No he tomado de ellos ni
un solo asno, ni le he hecho daño a ninguno de ellos.”
Moshé podía haber reclamado el asno que usó para ir
de Midyán a Mitsrayim cuando fue llamado a servir en la obra del Eterno, cf.
Éxodo 4:20. Él entregó su propiedad personal para cumplir con la tarea de sacar
el pueblo de la esclavitud y no la reclamó después, aunque tenía todo el
derecho para ello.
En 1 Samuel 12:3 el profeta Shmuel está hablando
delante del pueblo según está escrito:
“Aquí estoy; testificad
contra mí delante de HaShem y delante de su ungido. ¿A quién he quitado buey, o
a quién he quitado asno, o a quién he defraudado? ¿A quién he oprimido, o de
mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? Testificad, y os lo
restituiré. Y ellos dijeron: Tú no nos has defraudado ni oprimido, ni has
tomado nada de mano de ningún hombre.”
En 2 Corintios 7:2 está escrito:
“Aceptadnos; a nadie
hemos ofendido, a nadie hemos corrompido, de nadie hemos tomado ventaja.”
El procedimiento de Moshé en relación con los
objetos de valor del tabernáculo es un ejemplo para todo líder que administra
el dinero, y especialmente el dinero que ha sido donado para la obra del
Eterno. Al viajar por los diferentes países me he dado cuenta que hay mucho
descuido en esta área por parte de los que administran la economía de las
congregaciones. Esta es una de las razones por las que la shejiná no viene más
fuertemente sobre nosotros, porque no estamos haciendo las cosas bien. Si no
administramos bien nuestra economía privada y la colectiva, no vamos a poder
administrar las manifestaciones espirituales. Si no hemos sido fieles con las
riquezas de este mundo, ¿cómo vamos a poder ser fieles con las verdaderas
riquezas?, como está escrito en Lucas 16:10-12:
“El que es fiel en lo muy
poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también
es injusto en lo mucho. Por tanto, si no habéis sido fieles en el uso de las
riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas? Y si no habéis
sido fieles en el uso de lo ajeno, ¿quién os dará lo que es vuestro?”
Este texto nos enseña que no vamos a poder recibir
los dones del Espíritu si no somos fieles en la economía. Un líder que se
aprovecha de la obra del Eterno para su propia ganancia es objeto de la ira del
Mesías, como está escrito en Juan 2:13-16:
“La Pascua de los judíos
estaba cerca, y Yeshúa subió a Yerushalayim, y encontró en el templo a los que
vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. Y
haciendo un azote de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y
los bueyes; desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas; y dijo a
los que vendían palomas: Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre
una casa de comercio.”
La ira del Mesías no fue contra personas sinceras
que querían ofrecer al pueblo la posibilidad de comprar su animal para el
sacrificio que no había podido traer de lejos, o cambiar sus monedas. Su ira,
que venía del Padre, fue por otras cosas, principalmente tres:
·
En lugar de quedarse fuera por respeto al santuario
parece que habían entrado en el área del templo.
·
En lugar de ofrecer precios normales los subían y
así abusaban de los adoradores que venían para ofrendar al Eterno.
·
En lugar de servir al pueblo con amor se
aprovechaban para enriquecerse económicamente de la obra del Eterno.
El
último punto es la razón de mayor ira del Mesías. ¡Ay de aquellos líderes que
ven la obra del Eterno como un medio de ganancia económica personal!, como está
escrito en Hechos 8:20:
“Entonces Kefa le dijo: Que tu plata perezca contigo, porque pensaste
que podías obtener el don de Eloha con dinero.”
¡Ay
de aquellos líderes que sacan el dinero de un pueblo necesitado, para vivir
bien a costa de los demás!, como está escrito en 1 Timoteo 6:5b:
“hombres
de mente depravada, que están privados de la verdad, que suponen que la piedad
es un medio de ganancia.”
En
1 Pedro 5:1-2 está escrito:
“Por
tanto, a los ancianos entre vosotros, exhorto yo, anciano como ellos y testigo
de los padecimientos del Mesías, y también participante de la gloria que ha de
ser revelada: pastoread el rebaño de Eloha entre
vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere
Eloha; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo.”
Es
cierto que el que predica las buenas nuevas debe vivir de ello, como está
escrito en 1 Corintios 9:14:
“Así también ordenó el
Señor que los que proclaman las buenas nuevas, vivan de las buenas nuevas.”
Pero no es lo mismo vivir para tener lo necesario
que enriquecerse a costa de los demás. Un líder que se dedica a dirigir y
enseñar, debe recibir un salario por ello, como está escrito en 1 Timoteo 5:17:
“Los ancianos que
gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que
trabajan en la predicación y en la enseñanza.”
La expresión “doble honor” se refiere al honor por
ser líder, o anciano, y el honor por recibir remuneración económica por su
labor, cf. Hebreos 5:4; Romanos 13:7; Mateo 15:4-6; 1 Timoteo 5:3-4.
¿Cuánto dinero debe recibir un anciano que se dedica
a la obra del Eterno a tiempo completo? Una buena regla es que tenga un salario
medio, para que no tenga escasez ni sea enriquecido a costa de la obra del
Eterno. Si una comunidad no honra a su líder más que las cosas materiales, no
va a prosperar. Con otras palabras, si una congregación está más interesada en
pagar un local de reuniones que mantener a su lider está poniendo su propia
comodidad ante la necesidad del lider y esto no es agradable para el Eterno.
Había una vez un rabino que era muy flaco y pálido. Tenía un caballo muy
hermoso y bien cuidado. Una vez vino una señora anciana y le preguntó: “¿Cómo
es que usted tiene un aspecto tan miserable cuando su caballo está tan bien?”
El rabí contestó: “El caballo lo cuido YO”. Con otras palabras, a mi me cuida
la comunidad, pero el caballo lo cuido yo.
Si una congregación ama al Eterno, y por lo tanto
ama la Torá ,
está valorando el trabajo del que enseña y predica de manera que lo pone como
la máxima prioridad en la comunidad. Es más importante darle un sueldo digno al
que se dedica a enseñar la Torá
que pintar el local de reuniones. Si hay que elegir entre una cosa y otra, el
bienestar del líder va primero.
38:24 “El total del oro
empleado para la obra, en toda la obra del santuario, es decir, el oro de la
ofrenda mecida, fue de veintinueve talentos y setecientos treinta siclos, según
el siclo del santuario.” – Cuando se hace
una ofrenda voluntaria del público, siempre debe ser contada y registrada, por
escrito, por un mínimo de dos personas de suma confianza en la comunidad. Todo
el dinero recogido debe ser apuntado en un libro de cuentas, cf. Filipenses
4:15. Cada ingreso registrado en el libro de cuentas debe tener un recibo
adicional firmado por dos personas, que justifique la cantidad registrada en el
libro. En el libro de cuentas también debe haber un registro de todos los gastos
de la congregación. Para cada gasto tiene que haber un justificante sellado y/o
firmado por la persona o la empresa que ha recibido el dinero. Si es una compra
se añade la factura de compras. El libro de cuentas tiene que ser accesible a
todos los miembros de la comunidad. En la administración económica tiene que
haber una total transparencia, para que no se levanten sospechas de
malversación de fondos y de abuso de los bienes comunes. Si la congregación
posee una cuenta bancaria, la cuenta no puede estar en nombre de un individuo.
Si la congregación ha sido registrada como persona jurídica puede abrir cuenta
como tal, pero en el caso de que no es una persona jurídica, debe haber tres
firmantes de la cuenta bancaria de la congregación, aunque esté en nombre uno
de los tres. La cuenta no debe estar en nombre del que recibe salario de la
congregación por su trabajo.
Si un anciano o líder recibe un sueldo por su
trabajo en la comunidad no debe administrar las cuentas de la comunidad. Ni
siquiera el Mesías tenía la responsabilidad de la economía de su ministerio,
sino tenía un shaliaj designado específicamente para este fin. Las cuentas
deben ser administradas por una sola persona, pero siempre debe tener dos
revisores que revisen las cuentas periódicamente. Si la organización es grande,
debe solicitar ayuda de revisores que no son miembros de la congregación,
preferentemente una empresa profesional de prestigio en la sociedad que se
dedica a estas cosas. Si las cuentas son claras, los líderes no corren el riesgo
de ser acusados por el pueblo y perder la confianza. Una de las cosas más
tristes es cuando un líder pierde la confianza del pueblo. Para evitar
sospechas es importante ser cuidadoso en el área de la economía y en el área de
la relación con el sexo opuesto.
38:25-26 “Y
la plata de los que fueron contados de la congregación, fue cien talentos y mil
setecientos setenta y cinco siclos, según el siclo del santuario; una beka por
cabeza, o sea medio siclo, según el siclo del santuario, por cada uno de los
que fueron contados de veinte años arriba, por cada uno de los seiscientos tres
mil quinientos cincuenta.” – La mitad de
603.550 son 301.775. Así que hubo en total 301.775 siclos de plata. Cada
talento contiene 3000 siclos. Los 100 talentos corresponden a 300.000 siclos.
Sobran 1.775 siclos. El talento normal equivale a 60 mané. El mané equivale a
25 siclos. Según Rashí, el mané utilizado para el santuario era el doble que el
mané normal. Así que el talento, en hebreo “kikar”, del cual se habla aquí, corresponde
a 120 mané. 25 siclos x 120 mané = 3000 siclos.
“una beka por cabeza” – En hebreo dice “beka
la-gulgolet”. La palabra cabeza es “gulgolet”[1] que significa “cráneo”, “calavera”. De allí viene
la palabra “Gulgolta” el lugar donde murió el Mesías, como está escrito en
Mateo 27:33:
“Cuando llegaron a un
lugar llamado Gulgolta, que significa Lugar de la Calavera ”
Aquí habla de que hay una beka conectada con el
lugar de la muerte del Mesías. La beka es precio de rescate por cada uno de los
hijos de Israel que fueron contados. La palabra hebrea “beka” [2] viene de la raíz “baká” [3] que significa “rajar”, “romper”, “cortar”,
“invadir”; “incubar”.[4] En este texto
hay palabras claves que hablan de la muerte del Mesías en Gulgolta como base
para la redención de los hijos de Israel. Hay sólo dos lugares en toda la Escritura donde aparece
la palabra “beka”, aquí y en Génesis 24:22, cf. el comentario de ese versículo
en la parashá 5 – Jayei Sará.
38:29 “Y el bronce de la
ofrenda mecida fue setenta talentos y dos mil cuatrocientos siclos.” – Si el siclo pesa 17 gramos llegamos a la
siguiente conclusión:
Oro
29 talentos y 730 siclos = 87.730 siclos. 87.730 x 17 gramos = 1.491 kilogramos .
Plata
100 talentos y 1775 siclos = 301.775 siclos. 301.775 x 17 gr. = 5.130 kilogramos .
Cobre
70 talentos y 2400 siclos = 212.400 siclos. 212.400 x 17 gr.
= 3.610
kilogramos .
TOTAL
10.231
kilogramos .
La
plata es el material más pesado del tabernáculo. La plata representa la
redención y la misericordia. Es interesante destacar que el cobre, o bronce,
tenía menos peso que la plata. El cobre representa el juicio y la justicia.
Esto nos enseña que la misericordia del Eterno supera su juicio, como está
escrito en Romanos 5:20:
“Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el
pecado abundó, sobreabundó la gracia”
En
el Salmo 103:10 está escrito:
“No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a
nuestras iniquidades”
En
Tito 3:5 está escrito:
“El nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho,
sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y
la renovación por el Espíritu de santidad”
Estos
dos materiales, la plata y el cobre, son el fundamento del tabernáculo. En la
tienda de reunión hay 100 basas de plata que hablan de la misericordia del
Eterno y en las 60 basas de los pilares del atrio hay cobre que hablan de la
justicia del Eterno. Las cuatro columnas que sostenían el velo entre el lugar
santo y el santísimo fueron cubiertas de oro y sus basas eran de plata. Las
cinco columnas que estaban en la entrada del tabernáculo, que sujetaban la
pantalla que dividía entre el atrio y el lugar santo estaban cubiertas de oro y
sus basas eran de cobre. El fundamento del atrio era de cobre. El fundamento
del lugar santo era de cobre y plata y el fundamento del lugar santísimo era de
plata. En los pilares del atrio que estaban hechos de cobre, también había
elementos de plata. Esto nos habla de que el Eterno muestra su misericordia en
medio del juicio.
39:1 “Además,
de la lana azul, lana púrpura y lana carmesí hicieron vestiduras finamente
tejidas para ministrar en el lugar santo, y también hicieron las vestiduras
sagradas para Aharón, tal como HaShem había mandado a Moshé.” – En la primera parte del versículo se mencionan
tres tipos de lana, azul, púrpura y carmesí, pero no se menciona el lino. La
conclusión que hace Rashí de esto es que allí no se habla de las vestiduras
sacerdotales, que contenían lino, sino de las vestiduras con las que se
recubrían los utensilios del santuario a la hora de emprender los viajes, cf.
Números 4:8, 12, 13.
“tal como HaShem había
mandado a Moshé” – Esta expresión aparece 18
veces en esta parashá. ¡Qué importante es hacer las cosas conforme a las
palabras que han sido habladas desde el cielo por medio de Moshé!
Correspondientemente a estas 18 veces cuando aparece
la misma expresión, los hombres de la Gran Asamblea[5] instituyeron que la oración de la amidá[6] contenga 18 bendiciones.[7]
Segunda aliyá, 39:2-21
39:5 “Y
el cinto para ceñirse que estaba sobre él, era de él mismo, de la misma
hechura: de oro, de lana azul, lana púrpura y lana escarlata y de lino
trenzado, tal como HaShem había mandado a Moshé.” – Sólo una persona en toda la congregación recibió la visión
completa de la construcción de la obra del santuario. Los demás tenían que
someterse al líder principal para poder hacer la voluntad del Eterno. ¡Qué
importante es someterse a la palabra que el Eterno ha hablado por medio del
lider de la congregación donde uno está sirviendo!
Tercera aliyá, 39:22-32
39:32 “Así fue acabada
toda la obra del tabernáculo de la tienda de reunión. Los hijos de Israel
hicieron conforme a todo lo que HaShem había mandado a Moshé; así lo hicieron.” – Según el Midrash[8], Moshé bajó del monte después de haber recibido el
perdón por el pecado del becerro de oro, el día 10 del 7º mes, llamado tishrí.
Después empezaron la construcción del tabernáculo que estaba terminada antes
del primer mes del segundo año. De esto aprendemos que la construcción no podía
haber durado más de cinco meses. Según el Midrash,[9] el mishkán fue finalizado el día 25 de kislev del
año 2449. Kislev es el 9º mes hebreo. Esto significa que la obra duraría algo
más de dos meses. En el 25 de kislev es hoy en día la fecha del inicio de la
fiesta del Januká, que fue establecida para conmemorar la rededicación del
segundo templo en el tiempo de los macabeos.
Cuarta aliyá, 39:33-43
39:43 “Y Moshé examinó
toda la obra, y he aquí, la habían llevado a cabo; tal como HaShem había
ordenado, así la habían hecho. Y Moshé los bendijo.” – La bendición viene por la obediencia. Si quieres ser bendecido,
obedece al Eterno y sométete al liderazgo que él ha establecido. La bendición
vino por medio de Moshé. El liderazgo transmite la bendición al pueblo.
Quinta aliyá, 40:1-16
40:2 “El
primer día del mes primero levantarás el tabernáculo de la tienda de reunión.” – El mes de Aviv, o Nisán, es el mes de la
redención y también para el inicio del culto en el santuario, cf. Ezequiel
45:18; 2 Crónicas 29:3, 17; Esdras 7:9. Según Rashí, el tabernáculo fue
levantado el octavo día de la iniciación de los sacerdotes.
Sexta aliyá, 40:17-27
40:18 “Moshé levantó el
tabernáculo y puso sus basas, colocó sus tablas, metió sus barras y erigió sus
columnas.” – Moshé fue el que levantó el tabernáculo. De esto
aprendemos que el Mesías es el que levanta el templo santo de los creyentes en
él, cf. Mateo 16:18.
Según el Midrash,[10] citado por Rashí, Moshé tuvo el honor de levantar
el tabernáculo por no haber podido hacer ninguna labor con él. Según esta
interpretación, ningún hombre había podido levantarlo por causa del peso de los
maderos. Moshé pudo hacerlo porque el Eterno hizo un milagro y causó que el
tabernáculo se levantara por si mismo cuando Moshé intentó hacerlo. Sin
embargo, es muy probable que Moshé recibe el honor de haber levantado el
tabernáculo por dirigir esta obra del levantamiento, de la misma manera que
Betsalel recibe la honra de haber hecho todos los objetos aunque tenía varios
colaboradores para ello. En Números 1:50-51 está escrito que los levitas
levantaron y desarmaron el tabernáculo.
Séptima aliyá, 40:28-38
40:33 “Y levantó el
atrio alrededor del tabernáculo y del altar, y colgó la cortina para la entrada
del atrio. Así acabó Moshé la obra.” – Es muy
importante que un líder tenga una visión del cielo para la obra del Eterno. Es
muy importante que esta visión sea transmitida al pueblo. Es muy importante que
el pueblo apoye esta visión y entregue sus bienes para que pueda ser una
realidad. Es muy importante que haya personas capacitadas en frente de la obra
del Eterno. Es muy importante que el pueblo trabaje con la obra con diligencia
y sin pereza. Es muy importante tener una transparencia en la contabilidad de
la obra del Eterno. Es muy importante hacer todo según el Eterno ha hablado al
líder principal. Pero lo más importante es terminar la obra y no dejarla a
medias. Tengamos en cuenta que esta obra magnífica, que duraría más de 400
años, fue hecha en el desierto. Es posible cumplir con el llamado divino en
medio de las adversidades.
40:34 “Entonces la nube
cubrió la tienda de reunión y la gloria de HaShem llenó el tabernáculo.” – Cuando la casa del Eterno estaba terminada, el
Eterno entró para morar en ella. Así se cumplió el propósito con la
construcción de este santuario.
40:35 “Y Moshé no podía
entrar en la tienda de reunión porque la nube estaba sobre ella y la gloria de
HaShem llenaba el tabernáculo.” – Aquí está
escrito que Moshé no podía entrar en la tienda de reunión. Sin embargo, en
Números 7:89 está escrito:
“Y al entrar Moshé en la
tienda de reunión para hablar con Él, oyó la voz que le hablaba desde encima
del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines,
y Él le habló.”
Estos
dos versículos parecen contradictorios. En estos casos hay que aplicar la
decimotercera regla del rabí Yishmael que dice: “Cuando dos pasajes se
contradicen entre sí, (no se puede determinar su sentido sino) hasta que aparezca
un tercero que los haga concordar.” El tercer texto, que aparece a continuación
del primero, dice: “porque la nube estaba sobre ella”. Esto nos enseña que
mientras la nube estaba sobre la tienda de la cita, Moshé no podía entrar; pero
cuando la nube se retiraba, sí podía entrar.
40:38 “Porque la nube de
HaShem estaba de día sobre el tabernáculo, y de noche había fuego allí a la
vista de toda la casa de Israel en todas sus jornadas.” – La palabra jornadas también incluye los lugares
donde acampaban, porque desde cada lugar emprendieron un nuevo viaje. La nube
no estaba sobre el tabernáculo durante los viajes, sólo cuando acampaban, cf.
40:36.
Ya hemos terminado el segundo libro de Moshé. Y,
como de costumbre después de terminar un libro de la Torá , decimos:
¡Jazak, jazak, ve-nitjazek! – ¡Sé fuerte, sé fuerte y seamos
fortalecidos!
Shabat shalom
ResponderEliminar