Parashá 46 Ékev. Deuteronomio 7:12 – 11:25
Para compartir este Shabat 18 AV 5780 /08 Agosto 2020.
Aliyás de la Torá:
1. 7:12 – 8:11
2. 8:12 – 9:3
3. 9:4-29
4. 10:1-11
5. 10:12-22
6. 11:1-9
7. 11:10-25
Haftará: Isaías 49:14 – 51:3
Brith Hadasha: Revelación 5:1 – 7:8
Ékev. Significa, entre otras muchas cosas: “consecuencia”.
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Primera aliyá, 7:12 – 8:11
7:12-16a “Y como consecuencia de que escuchéis estos decretos (mishpatim) y los guardéis y los cumpláis, YHVH tu Eloha guardará su pacto contigo y su misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu cereal, tu mosto, tu aceite, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño en la tierra que Él juró a tus padres que te daría. Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá varón ni hembra estéril en ti, ni en tu ganado. Y YHVH apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Mitsrayim que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian. Y destruirás a todos los pueblos que YHVH tu Eloha te entregue” – Estos versículos enseñan que hay condiciones para que YHVH guarde, con los hijos de Israel, el pacto que juró a sus padres. También hablan de las consecuencias de la fidelidad al pacto. Hay unas condiciones y unas consecuencias. Las condiciones son las siguientes:
- Oír y obedecer (shamá) los mishpatim (leyes sociales).
- Guardar (shamar) los mishpatim.
- Cumplir (asá) los mishpatim.
Las consecuencias son:
- Adonai guardará su pacto con Israel.
- Adonai guardará su misericordia con Israel.
- Adonai amará a Israel.
- Adonai bendecirá a Israel.
- Adonai multiplicará a Israel.
- Adonai bendecirá los hijos de los israelitas.
- Adonaí bendecirá los productos agrícolas de los israelitas.
- Adonai bendecirá la producción de los animales de los israelitas.
- Los israelitas tendrán más bienestar que otros pueblos.
- No habrá esterilidad en los hombres o en los animales israelitas.
- No habrá enfermedad entre los israelitas.
- Las enfermedades alcanzarán los enemigos de Israel.
- Los israelitas tendrán poder para exterminar las siete naciones.
Las condiciones para obtener los beneficios del pacto en primer lugar tienen que ver con la fidelidad a las leyes que tienen que ver con el amor al prójimo. La obediencia a los mishpatim, que son las leyes sociales, es una condición para poder recibir el amor del Eterno. Esto nos enseña que el amor que el Eterno muestre a nosotros está relacionado con el amor que mostremos al prójimo. El mismo principio se encuentra en el Brit Hadasha (pacto renovado), donde vemos que el amor que mostramos hacia el prójimo es un reflejo del amor que tenemos hacia el Padre, como está escrito en 1ª de Juan 3:14, 23; 4:8, 12, 20:
“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte... Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Yeshúa el ungido, y nos amemos unos a otros como Él nos ha mandado... El que no ama no conoce a Eloha, porque Eloha es amor... Si alguno dice: Yo amo a Eloha, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Eloha a quien no ha visto.”
La relación entre nosotros y el prójimo determina nuestra relación con el Padre. Es imposible servir al Eterno sin amar a los hermanos. Es imposible sacar los beneficios del pacto sin estar bien con los demás.
“Y YHVH apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Mitsrayim que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian.” – La sanidad divina es una consecuencia de la obediencia a las leyes sociales, los mishpatim. Si hay una relación armoniosa entre los integrantes del pacto, tendremos todos los beneficios del pacto, que también incluyen la prosperidad económica, la sanidad divina y el poder sobre los enemigos, incluso los demonios. Si tenemos relaciones de enemistad entre nosotros, no podremos hacer frente a los demonios. Si no nos tratamos bien tendremos enfermedades que no van a sanar, escasez económica y sequía espiritual.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “amar” es “ahav”, que significa: “amar”, “desear”, “querer”, “enamorarse”, “sentir cariño, afecto y afección”; “sentir pasión”, “gustar”, “ser leal”, “ser adicto”. Hay dos tipos generales de amor:
- Amor condicional – que ama dependiendo de las actitudes, de la manera de ser o del comportamiento del otro. Tenemos un ejemplo en las palabras del Rabí en Juan 14:23 donde está escrito:
“Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará…”
- Amor incondicional – que ama independiente de las actitudes, de la manera de ser o del comportamiento del otro. Tenemos un ejemplo de ese amor en Deuteronomio 7:7-8 donde está escrito:
“YHVH no os deseó ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; mas porque YHVH os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, YHVH os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Paró, rey de Mitsrayim”
Otro ejemplo se encuentra en Romanos 5:6-10 donde está escrito:
“Porque Mashiaj, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Eloha muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Mashiaj murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Eloha por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.”
En el texto de Devarim, que nos ocupa, vemos que el pacto es condicional, de manera que el pueblo tiene que cumplir con los mandamientos para mantenerse dentro del pacto. La idolatría rompe el pacto entre el Eterno e Israel al igual que el adulterio rompe el pacto matrimonial entre los cónyuges. El que comete adulterio quiebra el pacto matrimonial.
En un pacto hay condiciones para ambas partes.
El pacto que el Eterno hizo con Avraham en Génesis 15 es incondicional. Por medio de ese pacto el Eterno puso su propia existencia en juego. Si Él no cumple sus promesas dadas en ese pacto dejará de ser. Esa es la razón por la que Él mismo toma la iniciativa para cambiar el corazón del pueblo de Israel para que guarden sus mandamientos, con el fin de que las promesas dadas en el pacto puedan ser cumplidas, como está escrito en Ezequiel 36:22-27:
“Por tanto, di a la casa de Israel: "Así dice el Señor YHVH: 'No es por vosotros, casa de Israel, que voy a actuar, sino por mi santo nombre, que habéis profanado entre las naciones adonde fuisteis. 'Vindicaré la santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy el Eterno'--declara Adonai el Eterno-- 'cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas. 'Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. 'Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 'Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 'Pondré dentro de vosotros mi espíritu (RUAJ HaKODESH) y haré que andéis en mis estatutos (jukim), y que guardéis mis ordenanzas (mishpatim), y los pongáis por obra.”
En Deuteronomio 7:9 está escrito:
“Él guarda el pacto y la bondad con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos”
Esto nos enseña que el pacto sinaítico es condicional. Por otro lado, hay una profecía que dice que Israel seguirá siendo un pueblo mientras existan las leyes naturales, como está escrito en Jeremías 31:35-36:
“Así dice YHVH, el que da el sol para luz del día, y las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar para que bramen sus olas; YHVH de los ejércitos es su nombre: Si se apartan estas leyes de mi presencia--declara YHVH-- también la descendencia de Israel dejará de ser nación en mi presencia para siempre.”
¿Será que Israel no dejará de ser fiel al pacto? Si la existencia de Israel depende de su fidelidad al pacto ¿cómo puede el Eterno prometer que Israel nunca dejará de ser? La respuesta es: por causa del remanente. Lo que causó que estas promesas pudieran ser establecidas, es la existencia de un remanente fiel, un grupo reducido dentro de Israel. Siempre ha habido, y siempre habrá, un remanente fiel al pacto. Ese remanente ha sido, y sigue siendo, la salvación para el resto del pueblo. Sin ese remanente, Israel hubiera sido destruido como Sedom, según Isaías 1:9 donde está escrito:
“Si YHVH de los ejércitos no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes, seríamos como Sedom, y semejantes a Amorá.”
En Romanos 11:1-6 está escrito:
“Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Eloha a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Avraham, de la tribu de Binyamín. Eloha no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura en el pasaje sobre Eliyahu, cómo suplica a Eloha contra Israel: Señor, HAN DADO MUERTE A TUS PROFETAS, HAN DERRIBADO TUS ALTARES; Y YO SOLO HE QUEDADO Y ATENTAN CONTRA MI VIDA? Pero, ¿qué le dice la respuesta divina?: Me HE RESERVADO SIETE MIL HOMBRES QUE NO HAN DOBLADO LA RODILLA A BAAL. Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia. Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia.”
El remanente que ha habido, y que todavía hay en Israel, es el que ha hecho que los pactos hayan podido seguir vigentes y que el Eterno pueda cumplir sus promesas de restauración para Israel en los últimos tiempos.
7:18 “no tengas temor de ellas; recuerda bien lo que YHVH tu Eloha hizo a Paró y a todo Mitsrayim” – Esta parashá habla de cinco cosas para recordar:
1. Recordar los milagros de la salvación que experimentaste, 7:18.
2. Recordar todo el camino por donde pasaste, 8:2.
3. Recordar de donde saliste, 8:14.
4. Recordar a YHVH, 8:18.
5. Recordar lo que eras, 9:7.
Estos recuerdos nos ayudan a no caer en el pecado y a tener gratitud al Eterno y alabarle todos los días de nuestras vidas.
“no tengas temor de ellas; recuerda bien lo que YHVH tu Eloha hizo…” – ¿Cuál es el antídoto contra el temor? Recordar la revelación del poder del Eterno y confiar en Su presencia protectora, como está escrito en el Salmo 23:4a:
“Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo”
El que es consciente de la presencia del Eterno, nunca tiene temor.
7:20 “Además, YHVH tu Eloha enviará la tsirá contra ellos, hasta que perezcan los que queden y se escondan de ti.” – La palabra hebrea que normalmente ha sido traducida como “avispa” es “tsirá” que, según Rashí, es una especie de insecto volador que lanzaba sobre sus enemigos un veneno que los hacía impotentes y cegaba sus ojos en cualquier lugar donde se escondieran
7:22 “Y YHVH tu Eloha echará estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas rápidamente, no sea que las bestias del campo lleguen a ser demasiado numerosas para ti.” – Los hijos de Israel tendrían que experimentar muchos cambios al entrar en la tierra. Para hacer grandes cambios es mejor ir poco a poco, para no ser ahogado por malas emociones y otras cosas que pueden hacernos daño.
Por otro lado, no podemos usar la palabra “poco a poco” como una excusa para no obedecer. Cuando una persona llega nueva a la fe de Israel no puede asumirlo todo de golpe. Necesita un tiempo de acoplamiento, cf. Hechos 15:19-21. Pero si una persona lleva mucho tiempo estando con nosotros sin haber hecho los cambios necesarios para poder integrarse en el pueblo de Israel y sus costumbres, habrá que preguntar si hay rebeldía en su corazón. En ese caso no se puede usar la expresión “poco a poco”, como algunos están haciendo por costumbre, como una excusa para no obedecer. El ir poco a poco no significa no ser radical. Hay que mantener el mismo celo aunque la conquista se alargue, y no acostumbrarse a la presencia de la idolatría y las costumbres paganas, sino combatirlas hasta exterminarlas de nuestro territorio.
7:25 “Las esculturas de sus dioses quemarás a fuego; no codiciarás la plata o el oro que las recubren, ni lo tomarás para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, porque es abominación a YHVH tu Eloha.” – Hay que destruir las imágenes idólatras dentro de nuestro territorio. No tenemos derecho de hacerlo en territorios de otros.
7:26 “Y no traerás cosa abominable a tu casa, pues serás anatema como ella; ciertamente la aborrecerás y la abominarás, pues es anatema.” – ¡Ten mucho cuidado con lo que introduzcas en tu casa! Revisa todo juguete de tus hijos, toda ropa que tengas, toda revista que tengas, todo cuadro y foto que tengas, todo objeto de adorno, toda joya, y todas las demás cosas que tengas. Todos los objetos que hayan sido utilizados para adoración de culto pagano o hayan sido hechos en honor a los dioses, son objetos abominables para el Único, el Elohim de Israel. Al meter esos objetos en casa tendremos parte del juicio que cae sobre ellos, cf. Josué 7.
En Hechos 15:20a está escrito:
“que les escribamos que se abstengan de cosas contaminadas por los ídolos”
Hay que deshacerse de todas las cosas que hayan sido contaminadas por el paganismo.
8:1 “Todos los mandamientos que yo os ordeno hoy, tendréis cuidado de ponerlos por obra, a fin de que viváis y os multipliquéis, y entréis y toméis posesión de la tierra que YHVH juró dar a vuestros padres.” – Los resultados de la obediencia son vida, multiplicación y derecho de vivir en la tierra de Israel. ¿Quieres ganar almas para el Reino venidero? Guarda los mandamientos y te multiplicarás.
8:2 “Y te acordarás de todo el camino por donde YHVH tu Eloha te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos.” – El maná, en hebreo “man”, fue dado para probar a los hijos de Israel para que no dejaran nada para el día siguiente y para que no salieran en shabat a recoger, cf. Éxodo 16.
“Y te acordarás de todo el camino” – Es importante recordar el camino por donde uno ha caminado, con el fin de no olvidar:
- las bondades del Eterno en medio de los problemas.
- los castigos por causa de la desobediencia.
- las palabras que el Eterno habló en esos lugares.
- las adversidades que uno ha pasado.
El que se acuerde de sus problemas se queda humilde. En los momentos de prosperidad es muy importante recordar las penas que uno ha tenido, para mantenerse humilde. La mejor manera de no caer en pecado de soberbia es reconocer de dónde ha venido la ayuda y mostrar agradecimiento por ello.
Según este texto, el Eterno tiene cuatro propósitos con las adversidades:
1. humillarte – el alma del hombre es altivo. Lo primero que tiene que aprender es la humildad.
2. probándote – para poder promocionarte. Toda prueba tiene el propósito de hacerte subir.
3. para saber lo que había en el corazón – cuando estás bajo presión se muestra lo que hay en el corazón.
4. hacerte conocer, por experiencia, que no sólo de pan vive el hombre sino de todo lo que sale de la boca de YHVH.
8:3 “Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca de YHVH.” – El Salmo 38 fue escrito para memorial, ver la introducción. Ese Salmo habla de todos los sufrimientos que un pecador tiene que experimentar por sus pecados. ¿Por qué hay que recordar un Salmo tan negativo? Para poder aguantar la prosperidad. Es mucho más fácil mantenerse sano cuando hay dificultades que cuando hay prosperidad, porque entonces nos aferramos al Eterno. Cuando las cosas van bien es fácil enorgullecerse y olvidarse de que todo lo que tenemos ha sido dado por el Eterno.
Como dice 1 Corintios 4:7:
“Porque ¿quién te distingue? ¿Qué tienes que no recibiste? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?”
Para que el Eterno pueda prosperarnos y levantarnos en alto, tenemos que tener muy presente el tiempo del sufrimiento que hemos pasado y no olvidarnos de que fue el Eterno que nos sacó de allí. Es peligroso llegar a las alturas sin haber pasado por muchas penas.
En el Salmo 119:67, 71 está escrito:
“Antes que fuera afligido, yo me descarrié, mas ahora guardo tu palabra… Bueno es para mí ser afligido, para que aprenda tus estatutos.”
Incluso Yeshúa el Ungido tuvo que aprender a obedecer por medio de sufrimientos, como está escrito en Hebreos 5:8-9:
“Y aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen”
El camino a las alturas pasa por sufrimientos. Así que es muy importante recordar los sufrimientos que uno ha pasado para no enorgullecerse y caer en el pecado en que cayó hasatán, cf. Ezequiel 28:15-17; 1 Timoteo 3:6. 8:4 “Tu ropa no se gastó sobre ti, ni se hinchó tu pie durante estos cuarenta años.” – El Midrash,[2] cuenta que Adonai dio vestimentas sobrenaturales en el momento de la entrega de la Torá. Esa ropa creció junto con los niños para que no tuvieran que cambiar al hacerse grandes.
8:5 “Por tanto, debes comprender en tu corazón que YHVH tu Eloha te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo.” – Nuestro Padre celestial es el gran ejemplo para tener una disciplina familiar correcta. Nosotros debemos tratar con nuestros hijos como el Eterno nos trata a nosotros, con mucho amor y con mucha disciplina.
La disciplina nunca es dada con el propósito de destruir o dañar, sino para producir un cambio y un fruto bueno en el hijo. Ese es el propósito de la disciplina de nuestro Padre celestial, como está escrito en Hebreos 12:5-11:
“Además, habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige: HIJO MIO, NO TENGAS EN POCO LA DISCIPLINA DE YHVH, NI TE DESANIMES AL SER REPRENDIDO POR EL; PORQUE YHVH AL QUE AMA, DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE POR HIJO. Es para vuestra corrección que sufrís; Eloha os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.”
8:6 “Guardarás, pues, los mandamientos de YHVH tu Eloha, para andar en sus caminos y para temerle.” – Andar en los caminos del Eterno significa imitar su forma de ser y actuar.
8:7-9 “Porque YHVH tu Eloha te trae a una tierra buena, a una tierra de corrientes de aguas, de fuentes y manantiales que fluyen por valles y colinas; una tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados; una tierra de aceite de oliva y miel; una tierra donde comerás el pan sin escasez, donde nada te faltará; una tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes puedes sacar cobre.” – La Torá menciona siete especies de productos de la Tierra de Israel:
1. trigo 2. Cebada 3. Uvas 4. Higos
5. granadas. 6. aceite de oliva 7. miel de abeja o de los dátiles u otra fruta dulce
Estas siete especies son la base para el diezmo de los productos agrícolas en la tierra de Israel. En el tiempo del segundo templo, los fariseos discutían entre sí para saber si hacía falta pagar el diezmo de otro tipo de productos de la tierra no mencionados en la Torá. Nuestro Rabí Yeshúa entra en esa discusión y dice que también hay que pagar el diezmo de las hortalizas que no están mencionadas en la Torah, como está escrito en Mateo 23:23:
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!, que pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la Torah: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas.”
Hay una fiesta en Israel, que cae en pleno invierno, que celebra el nacimiento de los árboles. Se llama “Tu bi-shvat”, el 15 del mes de shvat, más o menos por febrero. En tiempos modernos se hace una celebración con un programa especial, un seder, con el fin de dar gracias al Eterno por los productos de la tierra de Israel, mediante una bendición sobre cada una de estas siete especies.
8:10 “Cuando hayas comido y te hayas saciado, bendecirás a YHVH tu Eloha por la buena tierra que Él te ha dado.” – Aquí se encuentra la base para el “birkat ha-mazón”, la bendición después de la comida. Hay un solo versículo en toda la Torah que nos ordena dar gracias al Eterno después de comer. ¿Por qué no dice la Torah que hay que dar gracias antes de comer? Porque es más fácil olvidarse del Eterno cuando el estómago esté lleno. Al olvidarse de dar gracias por los alimentos después de comer, es como olvidarse del Eterno, como dice el versículo que sigue:
“Cuídate de no olvidar al Eterno…”
Cuando hay prosperidad hay una tendencia de olivarse del Eterno. ¡CUIDADO! (pereza para asistir al Shabat, aceptamos trabajos en Shabat, olvido de la comunidad, ignorar al hermano necesitado, olvido de padre y madre, en fin olvido de la Torah, etc.)
Segunda aliyá, 8:12 – 9:3
8:18 “Mas acuérdate de YHVH tu Eloha, porque Él es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar su pacto, el cual juró a tus padres como en este día.” – Las riquezas son un resultado del pacto. El Eterno te hace rico para confirmar el pacto. Si estás dentro de un pacto tienes el derecho de recibir los beneficios del pacto. Según el pacto, tenemos el derecho de tener abundancia económica. Si cumplimos nuestra parte del pacto podremos disfrutar de estas bendiciones materiales, como está escrito en 1 Timoteo 6:17b:
“Elohim… nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos.”
Si estamos viviendo en escasez tendremos que hacernos la pregunta: Si los bienes materiales son parte del pacto que tenemos con el Eterno ¿por qué no tenemos más riquezas? Para contestar esta pregunta presentamos aquí 7 razones posibles:
1. Maldiciones familiares – Sufrimos las consecuencias de la desobediencia de nuestros antepasados. Si confesamos los pecados de nuestros antepasados y pedimos perdón por ellos, cambiando nuestra conducta, y no haciendo más como ellos hicieron, obedeciendo los mandamientos, podremos romper esa maldición.
2. Maldiciones regionales y/o nacionales – Por vivir en un país, ciudad o barrios pobre es posible ser parte del ambiente de pobreza que hay allí. Las maldiciones que han causado esa pobreza no son levantadas sin el arrepentimiento del pueblo, de aquellos pecados que causaron esas maldiciones. Especialmente los tres pecados cardinales causan este tipo de maldiciones en las naciones: idolatría y ocultismo, derramamiento de sangre inocente y sexo libre. Es posible romper la maldición sobre una tierra de manera parcial, como vemos en la vida de Yitsjak en Génesis 26.
3. Maldiciones confesadas – Por medio de tu lengua podrás traer pobreza o abundancia sobre tu vida. No digas “No tengo” o “soy pobre”. Di “el Eterno me dará todo lo que yo necesito.” Confiesa la palabra: “nunca he visto desamparado al justo ni a sus hijos mendigando pan”, Salmo 37:25. “YHVH es mi pastor nada me faltará”, Salmo 23:1. En Romanos 10:10 está escrito: “Con la boca se confiesa para salvación.” Salvación implica que el hombre es rescatado de una situación que le limita para no poder cumplir los propósitos del Eterno. Así que, salvación implica también la liberación de la pobreza económica, y para obtener esa salvación hay que confesar la Torá con la boca. La confesión de las Palabras del Eterno te salvará de la pobreza.
4. Prioridades equivocadas, cf. Hageo 1. Las prioridades del Eterno tienen que ser las mías. Lo que él considera importante tiene que ser importante para mí. Si puedes gastar en un restaurante más dinero para una comida que en la ofrenda para apoyar al que te enseña la Torah, has mostrado que tu estómago es más importante que tu amor por el Eterno. Estás más interesado en satisfacer tus deseos naturales que buscar el Reino del Elohim.
5. Motivaciones equivocadas, cf. Jacobo (Stg.) 4:2-4; Proverbios 22:4.
6. Falta de oración, cf. Jacobo (Stg.) 4:2.
7. Mala administración – Cuando aprendamos a administrar lo que tenemos de manera correcta, Adonai nos dará mucho más. Si hay una mala administración de los bienes materiales, el Eterno retiene su mano, porque no confía en nosotros. Si no sabemos administrar poco, ¿cómo él nos confiará mucho?
9:1-2 “Oye, Israel: Hoy vas a pasar el Yardén para entrar a desposeer a naciones más grandes y más poderosas que tú, ciudades grandes y fortificadas hasta el cielo, un pueblo grande y alto, los hijos de los gigantes, a quienes conoces y de quienes has oído decir: "¿Quién puede resistir ante los hijos de gigante?"” – Si la población de Israel era mayor de 2,000,000 y cada nación de las siete era más grande, tenía que haber más de 15,000,000 habitantes en la tierra de Kenáan.
9:3 “Comprende, pues, hoy, que es YHVH tu Eloha el que pasa delante de ti como fuego consumidor. Él los destruirá y los humillará delante de ti, para que los expulses y los destruyas rápidamente, tal como YHVH te ha dicho.” – El Midrash cuenta que la población de las siete naciones fue diezmada antes de la conquista de los hijos de Israel por medio de plagas y enfermedades.
Tercera aliyá, 9:4-29
9:4-6 “No digas en tu corazón cuando YHVH tu Eloha los haya echado de delante de ti: "Por mi justicia YHVH me ha hecho entrar para poseer esta tierra", sino que es a causa de la maldad de estas naciones que YHVH las expulsa de delante de ti. No es por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón que vas a poseer su tierra, sino que por la maldad de estas naciones YHVH tu Eloha las expulsa de delante de ti, para confirmar el pacto que YHVH juró a tus padres Avraham, Yitsjak y Yaakov. Comprende, pues, que no es por tu justicia que YHVH tu Eloha te da esta buena tierra para poseerla, pues eres un pueblo de dura cerviz.”
– En Génesis 15:16b está escrito:
“aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo”
“No digas… por mi justicia… sino a causa de la maldad de estas naciones... No es por tu justicia… sino que por la maldad de estas naciones… para confirmar el pacto... No es por tu justicia…” – Para enfatizar el hecho, la Torah habla tres veces de que no es por la justicia de Israel que ellos van a recibir la tierra. Estas tres veces también aluden a las tres veces cuando el pueblo de Israel volvería a la tierra.
1. La primera vuelta fue cuando entró bajo Yehoshúa – por causa de la maldad de estas naciones, versículo 4.
2. La segunda vuelta fue cuando volvieron de Babilonia bajo Ezrá y Nejemyá – por la maldad de estas naciones, y para confirmar el pacto incondicional con Avraham, versículo 5.
3. La tercera y última vuelta, de todas las naciones en los últimos tiempos – no por la justicia del pueblo de Israel, sin mencionar la maldad de las naciones, versículo 6.
9:7-8 “Acuérdate; no olvides cómo provocaste a ira a YHVH tu Eloha en el desierto; desde el día en que saliste de la tierra de Mitsrayim hasta que llegasteis a este lugar, habéis sido rebeldes contra YHVH. Hasta en Jorev provocasteis a ira a YHVH, y YHVH se enojó tanto contra vosotros que estuvo a punto de destruiros.” – Este texto nos enseña la importancia de ver a Israel como un cuerpo colectivo. Los que estaban allí presentes no habían hecho el becerro de oro. Sin embargo, fueron señalados como causantes de la ira del Eterno en el desierto y tuvieron que llevar la culpa del pecado de sus padres. Los hijos son responsables para llevar las consecuencias de los errores de sus padres. Pero el propósito principal por el que Moshé destaca los momentos de rebeldía del pueblo, es enseñarles los errores de sus antepasados para que los hijos no vuelvan a cometer los mismos.
9:9 “Cuando subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que YHVH había hecho con vosotros, me quedé en el monte cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua.” – El número 40 simboliza un tiempo de prueba y de preparación para poder pasar de un nivel a otro. Un anciano en Israel tiene que tener como mínimo 40 años de edad. No es bueno poner jóvenes en puestos de liderazgo altos.
9:15 “Y volví, y descendí del monte mientras el monte ardía en fuego, y las dos tablas del pacto estaban en mis dos manos.” – Aquí está escrito que el monte ardía en fuego. El monte Yebel El Luz en Arabia Saudita tiene el pico quemado. Hay restos arqueológicos que indican que ese fue el lugar donde se entregó la Torah, cf. Gálatas 4:25.
9:18 “Y me postré delante de YHVH como al principio, por cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo el pecado que habíais cometido al hacer lo malo ante los ojos de YHVH, provocándole a ira.” – Según Rashí, esta fue la segunda vez que Moshé estuvo cuarenta días en la montaña ante YHVH, desde el día 19 del 4º mes hasta el día 29 del 5º mes.
9:19 “Porque temí la ira y el furor con que YHVH estaba enojado contra vosotros para destruiros, pero YHVH me escuchó también esta vez.” – Después de esos cuarenta días el Eterno le dijo que hiciera dos tablas nuevas. Luego permaneció otros cuarenta días más en la montaña.
9:25 “Entonces me postré delante de YHVH los cuarenta días y cuarenta noches, lo cual hice porque YHVH había dicho que os iba a destruir.” – Esta es una repetición del tiempo para la segunda vez cuando Moshé estuvo a la montaña.
Cuarta aliyá, 10:1-11
10:1 “En aquel tiempo YHVH me dijo: "Lábrate dos tablas de piedra como las anteriores, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera.” – Aquí vemos como el Eterno renueva el pacto a base de la intercesión de Moshé en la que había expuesto su propia vida para salvar al pueblo. De la misma manera el pacto fue renovado con Israel por medio de la sangre de Yeshúa que dijo: “Esta copa es la renovación del pacto en mi sangre.”
10:2 “Y yo escribiré sobre las tablas las palabras que estaban sobre las primeras tablas que quebraste, y las pondrás en el arca.” – Según Rashí, este arca no fue la que hizo Betsalel luego, cf. Éxodo 37:1, sino otro, que Moshé había hecho solamente para guardar las tablas de piedra hasta que fuera construido el nuevo arca. En esta arca fueron luego guardadas las dos tablas rotas. Cuando los hijos de Israel salieron a la guerra, no llevaban el arca del tabernáculo, sino esta arca que Moshé había hecho, excepto cuando pelearon contra los filisteos y el arca fue tomada, cf. 1 Samuel 4-5.
10:8 “En aquel tiempo YHVH apartó la tribu de Leví para que llevara el arca del pacto de YHVH, y para que estuviera delante de YHVH, sirviéndole y bendiciendo en su nombre hasta el día de hoy.” – La tribu de Leví fue escogida para cuatro cosas:
1 – llevar el arca
2 – estar delante del Eterno
3 – servir al Eterno
4 – bendecir en el Nombre del Eterno
Sólo los levitas podían llevar el arca, y sólo los sacerdotes fueron escogidos para bendecir en el Nombre de YHVH. Una cosa depende de la otra. El que sirve en lo práctico puede obtener una posición importante delante del Eterno. Una relación correcta con YHVH produce un servicio correcto. Un servicio correcto te capacita para transmitir al pueblo lo que viene de YHVH. Un sacerdote no puede bendecir al pueblo sin haber ministrado al Eterno primero.
“hasta el día de hoy” – Hoy en día, los kohanim, sacerdotes, siguen teniendo el ministerio de bendecir al pueblo de Israel, pronunciando la bendición aharonica sobre el pueblo en las sinagogas durante la oración de la amidá.
10:10 “Y me quedé en el monte cuarenta días y cuarenta noches como la primera vez, y YHVH me escuchó también esta vez; y YHVH no quiso destruirte.” – Según Rashí, estos últimos cuarenta días concluyeron en Yom Kipur, el 10º día del 7º mes. Por esta razón fue instituido ese día como el día del perdón.
Quinta aliyá, 10:12-22
10:12a “Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti YHVH tu Eloha” – ¿Qué pide el Eterno de Israel? Los versículos 12, 13, 20 y 21 nos dan la respuesta:
1. Temer al Eterno 2. Andar en Sus caminos 3. Amarle 4. Servirle
5. Guardar sus mandamientos. 6. Pegarse a Él 7. Certificar en su Nombre 8. Alabarle
Lo más importante es temerle. Por esto viene primero. Sin el temor a YHVH las demás cosas no son llevadas a cabo de la manera correcta.
10:16 “Circuncidad, pues, vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.” – Cada pacto tiene una o varias señales. Aquellos pactos que YHVH ha hecho a lo largo de la historia, tienen cada uno una señal particular:
· El pacto con Noaj – el arco iris, Génesis 9:12-13.
· El pacto con Avraham y exclusivo para su sangre – la circuncisión en la carne, Génesis 17:11.
· El pacto con Israel en Sinai – el shabat y la Torah, Éxodo 31:16-17; 34:28.
· El pacto renovado con Israel – la entrega del Espíritu, la circuncisión del corazón, Romanos 8:16; Efesios 1:13-14; Colosenses 2:11.
Cuando el Espíritu kadosh entra en una persona, como resultado de la resurrección de Yeshúa, se produce una operación en su interior. Es la circuncisión de su corazón, como está escrito en Colosenses 2:11:
“En Él también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión del Mesías”
La persona que tiene esa experiencia siente en su interior un gran cambio. Es el nuevo nacimiento del cual está hablando el Rebe en Juan 3. La circuncisión de la carne es una sombra de la circuncisión del corazón. El que tiene la circuncisión en la carne necesita también la del corazón. La circuncisión del corazón tiene que ver con la anulación de todo lo que impide que el corazón sea sensible. Está relacionada con el amor al Eterno y la obediencia a la Torah, según Deuteronomio 30:6, donde está escrito:
“Además, YHVH tu Eloha circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames YHVH tu Eloha con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.”,
En Romanos 2:25-26 está escrito:
“Pues ciertamente la circuncisión es de valor si tú practicas la Torah, pero si eres trasgresor de la Torah, tu circuncisión se ha vuelto incircuncisión. Por tanto, si el incircunciso cumple los requisitos de la Torah, ¿no se considerará su incircuncisión como circuncisión?”
“Circuncidad, pues, vuestro corazón” – Esto contrasta con Deuteronomio 30:6 donde está escrito: “YHVH tu Eloha circuncidará”. Por un lado, se habla de que el hombre tiene que hacer esta operación y por el otro lado vemos que el Eterno la hace. De esto aprendemos que hay una parte que le toca al hombre y otra que le toca al Eterno en cuanto a la circuncisión del corazón.
Con esta expresión, Moshé dijo que los hijos de Israel necesitaban eliminar todo lo que impedía la sensibilidad de sus corazones. Esto se hace mediante la Teshuvá, la Torah y la Tefilá, el arrepentimiento, el estudio de la Torah y la oración.
Sin embargo, el hombre no puede eliminar su yetser hará, su mala inclinación, el pecado, que está dentro de él. Sólo puede confesarlo y arrepentirse de los pecados que fueron producidos por esa naturaleza pecaminosa. El que puede quitar definitivamente el pecado que está dentro de nosotros es el Eterno, y lo hará finalmente por medio de Mashiaj Yeshúa. Por lo tanto, la circuncisión del corazón que el Eterno hace, es llamada “la circuncisión del Mesías”, cf. Colosenses 2:11. Esa circuncisión del Mesías fue anunciada por los profetas, como está escrito en Ezequiel 36:26-27:
“'Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 'Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis mis ordenanzas poniéndolas por obra.”
“quitaré de vuestra carne el corazón de piedra” – Aquí se habla de una operación interna en el hombre.
“Pondré dentro de vosotros mi espíritu” – Esta es una experiencia real que se obtiene por medio de la fe en Yeshúa el Mesías, cf. Hechos 19:1ss; Gálatas 3:14.
El corazón de piedra es un corazón insensible. Es una forma alegórica de hablar del espíritu no regenerado. La promesa dada por medio del profeta muestra como El Eterno decide cambiar el mismo interior de los hijos de Israel en los últimos tiempos para que obedezcan cuidadosamente los mandamientos. Otro texto profético que habla de esta realidad es Jeremías 31:33-34 donde está escrito:
“Porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días--declara YHVH--. Pondré mi Torah dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Eloha y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: "Conoce a YHVH", porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande--declara YHVH-- pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.”
Esto nos enseña que la experiencia que se obtiene mediante el pacto renovado, por medio de la sangre del Mesías, afecta todo el interior de la persona, de modo que la Torah es escrita en el corazón.
En Deuteronomio 5:29 está escrito:
“¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!”
La respuesta a ese clamor es: Yeshúa HaMashiaj es el que finalmente hará que los hijos de Israel tengan ese corazón circuncidado para poder temer al Eterno y guardar todos los días todos sus mandamientos.
En Colosenses 2:11 está escrito:
“En él también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión del Mesías.”
“El cuerpo de la carne” es una referencia al yetser hará, la mala inclinación, que en Ezequiel 36 es llamado “el corazón de piedra”, que está dentro de cada uno de nosotros. Al quitar ese cuerpo de carne hay una mayor sensibilidad en el hombre para recibir los impulsos y ser dirigido por el Espíritu y la Torah del Eterno. Por lo tanto, el resultado de la circuncisión del Mesías es la obediencia a los mandamientos. Esto concuerda con el texto en Hechos 5:32b donde está escrito:
“el Espíritu de santidad, el cual Eloha ha dado a los que le obedecen.”
El que recibe a Yeshúa como único mediador entre el eterno y los hombres; o como dicen en popularmente lo acepta como su Salvador personal, experimenta un nuevo nacimiento en su interior, de manera que su espíritu es regenerado y así el Espíritu del Eterno viene a morar en su interior. Con esta shejiná, presencia divina, el creyente puede tener victoria sobre la inclinación al mal que todavía está en su interior, y que aún no ha sido quitada del todo. Sólo fue eliminado su dominio dentro de él. Sin embargo, cuando venga el Mesías por segunda vez será finalmente eliminado el yetser hará para que podamos ser totalmente y eternamente fieles a los mandamientos de la Torá.
En resumen:
1. La circuncisión en la carne – es una sombra de la circuncisión del corazón.
2. La circuncisión del corazón se hace en dos niveles – el hombre hace su parte y YHVH hace su parte.
3. La parte del Eterno tiene dos pasos –
a. el primero es cuando introduce su Espíritu en nuestro interior para eliminar el dominio del yetser hará en nosotros.
b. El segundo paso será cuando el Eterno elimine definitivamente el yetser hará en nosotros, con la segunda venida del Mesías.
10:18 “Él hace justicia al huérfano y a la viuda, y muestra su amor al extranjero dándole pan y vestido.” – El amor al extranjero se muestra dándole alimento y cobijo. Son las dos necesidades básicas del hombre.
10:19 “Mostrad, pues, amor al extranjero, porque vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de Mitsrayim.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “extranjero” es “guer”. Como hemos visto antes, hay diferentes tipos de “guer”. Los conversos al judaísmo también son llamados “guer”. Este es el significado que los rabinos dan a la palabra en este texto, para enseñar que hay que tratar a los conversos con mucho amor y respeto porque hicieron un gran sacrificio a la hora de convertirse al judaísmo. Sin embargo la palabra “guer”, en este caso, no se refiere, en primer lugar, al prosélito, puesto que el texto habla de que los hijos de Israel fueron “guerim” (plural de “guer”) en Mitsrayim, y los israelitas no fueron conversos en Mitsrayim. Así que si “guer” significa extranjero en la segunda parte del versículo, debe tener el mismo significado en la primera parte del mismo versículo. Esto nos enseña que no podemos limitar nuestro amor a los que están dentro del pacto avrámico. Tenemos que amar a todos, judíos y no judíos, israelitas y no israelitas. Yeshúa habla, en la parábola del buen samaritano, de que tenemos que amar a todos los extranjeros, cf. Lucas 10.
10:21 “Él es tu alabanza y Él es tu Eloha, que ha hecho por ti estas cosas grandes y portentosas que tus ojos han visto.” – Aquí se encuentra la palabra hebrea “tehilá” que significa “alabanza”, “himno”, “acciones memorables”, “fama”. Cada uno tiene una alabanza en su vida. La alabanza que tenemos nos muestra quién es nuestro Eloha. ¿De quién cantas en tus canciones? Si el Eterno es el motivo de nuestras canciones, es una muestra de que Él es nuestro Eloha. Si sustituimos a el Eterno por el Mesías en nuestras alabanzas no estamos siguiendo a las Escrituras. Sólo hay un solo versículo en todo el libro de los Salmos que nos ordena honrar al Hijo. Ciento cincuenta Salmos hablan de exaltar al Padre. Así que si cantamos alabanzas a Yeshúa en lugar del Padre tenemos una teología de sustitución en lugar de una teología escritural. De todas maneras podemos alabar a Yeshua como él es alabado en el cielo, ver Revelación, pero nunca ponderarle en el lugar del Padre en nuestras alabanzas. Amen.
Hermanos; Obedecer o cumplir toda la Torah, es algo que a todos debe preocuparnos. Nuestro Adon Mashiaj dice que toda la ley y los profetas dependen de dos mandamientos: amar a Dios y amar al prójimo; es la síntesis de toda la Torah en la Biblia, ya que Shaul/Pablo dice ahí que toda la Torah en esta sola palabra se cumple; de modo que si eso es todo lo que tenemos que obedecer, este mandamiento es ineludible:
Amaras a tu prójimo como a ti mismo, quiere decir que, así como nosotros nos cuidamos, nos guardamos, nos protegemos, nos amamos, así justamente hemos de considerar y amar a cualquier ser humano alrededor nuestro. Un mandamiento que El Eterno nuestro Dios firmó con su nombre y dejó escrito hace miles de años:
Levítico 19:18: No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Adonay.
Amen.
Shabat Shalom.
Orlando Unda R
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