Parashá 13 – Shemot. Nombres
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de la Parashá 13 – Shemot. (Exodo) 1:1-6:1
Para
ser leída en el Shabbat 21 de Tevet de
5.782 Diciembre 25 de 2021
Aliyás de la Torá:
1. 1:1-17
2. 1:18 – 2:10
3. 2:11-25
4. 3:1-17
5. 3:18 – 4:17
6. 4:18-31
7. 5:1 – 6:1
Haftará: Isaías
27:6 – 28:13; 29:22-23 (Ashkenazíes); Jeremías 1:1 – 2:3 (Sefardíes)
Brith Hadasha: Lucas
1:1-2:20
Shemot Significa “nombres”.
Temas de la Parasha
Primera aliyá, 1:1-17
Los hijos de
Israel que fueron a Egipto son doce, cada uno fue con su familia. En total
salieron 70 almas de los lomos de Yaakov. Muere Yosef y toda su generación. Los
hijos de Israel aumentan mucho y la tierra se llena de ellos. Se levanta un
nuevo rey en Egipto que no conoce a Yosef. El pueblo de Israel es más numeroso
y más fuerte que el pueblo egipcio y por eso Faraón dice que tienen que
proceder astutamente con ellos para que no se multipliquen y sean una amenaza
en la guerra y se vayan. Pone capataces que los oprimen con duros trabajos.
Edifican las ciudades Pitom y Ramsés. Pero cuanto más los oprimen, más se
multiplican. Los egipcios empiezan a temer a los hijos de Israel y amargan su
vida obligándolos a trabajar duramente. El rey de Egipto dice a las parteras
hebreas que maten a los hijos recién nacidos y dejen vivir a las hijas. Pero
las parteras temen a Elohim y no hacen caso al rey de Egipto.
Segunda aliyá, 1:18 – 2:10
El rey de Egipto
pregunta a las parteras por qué han dejado con vida a los niños. Las parteras
contestan que es porque las mujeres hebreas son más robustas que las egipcias y
dan a luz antes de la venida de las parteras. Elohim ayuda a las parteras y el
pueblo sigue multiplicándose. Elohim prospera las familias de las parteras porque
le temieron. Entonces Faraón manda a todo su pueblo que echen a todo niño
recién nacido al río y dejen vivir toda niña. Un hombre de la tribu de Leví
toma a una mujer levita. Ella concibe y da a luz un hijo bueno. Después lo
esconde por tres meses. Al no poder ocultarlo más, toma una cesta de juncos y
la prepara para poner allí al niño y colocarlo entre los juncos del río. La
hermana del niño se pone a lo lejos para ver qué sucede. Viene la hija de
Faraón para bañarse y sus doncellas ven la cestilla. La hija de Faraón la abre
y al ver al niño llorando tiene compasión de él. La hermana pregunta a la hija
de Faraón si quiere que llame a una nodriza hebrea para criar al niño para
ella. Ella dice sí, y la muchacha va a buscar a su madre. La hija de Faraón le pide
que lleve el niño para criarlo para ella y así tendrá su salario. Cuando el
niño ha crecido es llevado a la hija de Faraón quien lo adopta como su hijo,
llamándole Moshé, porque fue sacado de las aguas.
Tercera aliyá, 2:11-25
Moshé, ya
crecido, sale a donde sus hermanos y ve su duro trabajo. Un egipcio está
golpeando a un hebreo. Entonces Moshé mata al egipcio y lo esconde en la arena.
El día siguiente ve a dos hebreos riñendo. Pregunta al ofensor por qué está
golpeando a su compañero. Él responde: ¿Quién te ha puesto de príncipe o de
juez sobre nosotros? ¿Estás hablando de matarme como mataste al egipcio? Moshé
tiene miedo. Faraón oye del asunto y procura matar a Moshé, pero él huye de su
presencia a Midyán y se sienta junto a un pozo. Siete hijas del sacerdote de
Midyán vienen a sacar agua y dar de beber al rebaño de su padre. Unos pastores
vienen para echarlas de allí, pero Moshé las defiende y da de beber al rebaño.
Cuando vuelven a Reuel él las pregunta por qué han venido tan pronto hoy.
Responden que un
egipcio los ha ayudado. Él les dice que le inviten a comer algo. Moshé accede a
morar con él. Él le da su hija Tsiporá, y ella da a luz un hijo. Moshé le pone
el nombre Guershom, extranjero allá, porque era peregrino en tierra extranjera.
Cuarta aliyá, 3:1-17
Moshé apacienta
el rebaño de su suegro Yitró y lo conduce más allá de la estepa, hasta el monte
de Elohim, Jorev. El ángel de Adonay se aparece en una llama de fuego en una
zarza que no se consume. Cuando Moshé se acerca para mirar Elohim lo llama por
su nombre de en medio de la zarza. No puede acercarse sin quitarse los zapatos
porque el lugar es tierra consagrada. “Yo soy el Elohim de tu padre, Elohim de
Avraham, el Elohim de Yitsjak y el Elohim de Yaakov”. Moshé cubre su rostro por
temor. Elohim dice que ha visto la aflicción de su pueblo en Egipto y escuchado
su clamor. Por eso ha descendido para liberarlos de los egipcios para llevarlos
a una tierra espaciosa donde viven seis pueblos. El clamor de los hijos de
Israel ha llegado hasta él y él ha visto la opresión de los egipcios. Moshé es
enviado a Faraón para sacar a su pueblo de Egipto. Moshé contesta: “¿Quién soy
yo para ir a Faraón y sacar a los hijos de Israel de Egipto?” Elohim promete
estar con él. La señal es que después de la salida le servirán en este monte.
Moshé pregunta por el Nombre del Elohim de los padres de Israel. “Yo seré el
que seré”, contesta. A los hijos de Israel debe decir: “SERÉ me ha enviado a
vosotros”, “YHVH, el Elohim de vuestros padres, el Elohim de Avraham, el Elohim
de Yitsjak y el Elohim de Yaakov, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre
para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.”
Quinta aliyá, 3:18 – 4:17
Moshé recibe la
orden de ir a reunir a los ancianos de Israel y decirles que Adonay los ha
visitado. Él sabe cómo los tratan en Egipto, y por eso los sacará de allí y los
llevará a una tierra que mana leche y miel. Los ancianos le escucharán y juntos
irán al rey de Egipto para decirle que el Elohim de los hebreos los ha salido
al encuentro. Por eso pedirán permiso para salir tres días de camino a la
estepa para ofrecer sacrificios al Eterno su Elohim. Sin embargo el rey de
Egipto no los soltará. Entonces el Eterno extenderá su mano para herir a Egipto
y después los soltará. Los egipcios darán al pueblo objetos de plata, oro y
vestidos para sus hijos e hijas.
Moshé piensa que
no le van a creer. Entonces el Eterno le da poderes para transformar su vara en
una serpiente. Por eso creerán. Además podrá poner su mano en el seno para que
se llene de lepra como la nieve y luego ponerla otra vez en el seno para que se
sane. Si no creen la primera señal creerán la segunda. Pero si todavía no creen
por las dos señales podrá derramar agua del río en la tierra para convertirla
en sangre.
Moshé dice que
nunca ha podido hablar bien. El Eterno le pregunta quién ha hecho la boca. Él
estará con su boca. Moshé le pide que envíe su mensaje con otro. Entonces
Ellohim se aira con él y le dice que su hermano Aharón podrá hablar en su
lugar. Moshé tendrá que poner las palabras en la boca de su hermano. Adonay les
enseñará lo que tendrán que hacer. Aharón servirá de boca y Moshé servirá de
Elohim. Moshé tendrá que llevarse la vara para hacer las señales.
Sexta aliyá, 4:18-31
Moshé vuelve a
la casa de su suegro y le pide permiso para volver a sus hermanos en Egipto.
Yitró le dice: “Ve en paz”. El Eterno dice a Moshé que vuelva a Egipto porque
han muerto todos los que buscaban su vida. Entonces toma su mujer y sus dos
hijos y vuelve a Egipto con la vara de Elohim en su mano. Adonay le vuelve a
decir que haga los milagros delante de Faraón, pero él endurecerá su corazón y
no dejará ir al pueblo. Tendrá que decir a Faraón que Israel es su primogénito
y si no lo deja ir, El Eterno matará su primogénito.
En una posada en
el camino Elohim le sale al encuentro para matarlo. Entonces Tsiporá toma un
pedernal y corta el prepucio de su hijo y lo pone a los pies de Moshé. Entonces
Elohim lo suelta. El Eterno dice a Aharón que se vaya a la estepa para
encontrarse con Moshé. Se encuentran en el monte de Elohim. Moshé cuenta todo
lo que el Eterno le ha mandado hacer. Entonces los dos se van y reúnen a los
ancianos de Israel. Aharón les dice todo lo que Elohim ha hablado a Moshé y él
hace las señales ante el pueblo. El pueblo cree, y cuando oye que Elohim los ha
visitado y visto su aflicción, inclinan sus cabezas en reverencia.
Séptima aliyá, 5:1 – 6:1
Moshé y Aharón
van a Faraón y le dicen: “Así dice Adonay, Elohim de Israel: “Deja ir a mi
pueblo para que me celebre fiesta en la estepa.”” Pero Faraón no sabe quién es
El Eterno para que escuche su voz y deje ir a Israel. Ellos le dicen que el
Elohim de los hebreos los ha encontrado. Piden tres días de camino para
sacrificar al Eterno su Elohim para que no venga sobre ellos con peste o
espada. Faraón no los escucha y ordena que vuelvan a sus labores. Manda a sus
capataces que ya no entreguen paja al pueblo para hacer ladrillos, como antes,
la tendrán que buscar ellos. Pero tendrán que exigir la misma cantidad de
ladrillos diarios porque son perezosos al querer sacrificar a su Elohim. Así no
escucharán palabras mentirosas.
El pueblo sale
por toda la tierra para recoger rastrojos en lugar de paja. Los capataces los
maltratan por no entregar la misma cantidad de ladrillos como cuando tenían
paja. Los jefes israelitas son azotados porque no se cumplió la tarea diaria.
Los jefes van a
Faraón y se quejan. Faraón dice que son perezosos por querer sacrificar a El
Eterno. Tendrán que entregar la misma cantidad de ladrillos sin recibir paja.
Los jefes ven que están en problemas. Cuando salen de Faraón se encuentran con
Moshé y Aharón que los están esperando. Los jefes se enfrentan con ellos
pidiendo que el Eterno los juzgue por haberlos hecho odiosos ante Faraón y sus
siervos para que los maten. Entonces Moshé se queja contra Elohim y pregunta
por qué le ha enviado. Desde que vino a hablar con Faraón, en el Nombre de El
Eterno, Faraón ha hecho mal al pueblo. Tampoco Adonay ha hecho nada para
liberarlo. El Eterno responde y dice: “Ahora verás lo que haré a Faraón; porque
por la fuerza los dejará ir; y por la fuerza los echará de su tierra.” Amen.
Israel es convertido en un pueblo grande
En este pasaje de las
Escrituras encontramos el cumplimiento profético de las promesas dadas a
Avraham, Yitsjak y Yaakov avoteinu (nuestros padres), de que su descendencia
llegaría a ser una nación grande.
Encontramos esta promesa siete
veces en Bereshit.
"Haré de tí una nación grande... ciertamente
Avraham llegará a ser una nación grande y poderosa... De cierto te bendeciré
grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas
del cielo y como la arena en la orilla del mar... Y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo... También tu descendencia será como
el polvo de la tierra, y te extenderás hacia el occidente y hacia el oriente,
hacia el norte y hacia el sur... Y tú dijiste: "De cierto te haré prosperar,
y haré de tu descendencia como la arena del mar que no se puede contar por su
gran cantidad"...
Sé fecundo y multiplícate; una nación y multitud de
naciones vendrán de ti." (Bereshit
12:2a, 18:18a, 22:17a, 26:4a, 28:14a, 32:12; 35:11)
En Shemot (Exodo) 1:7, 9b, 12a, 20b está escrito:
"Pero los hijos de Israel
fueron fecundos y aumentaron mucho, y se multiplicaron y llegaron a ser
poderosos en gran manera, y la tierra se llenó de ellos..."el pueblo de
los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros" (los egipcios)...
Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y más se extendían... y el
pueblo se multiplicó y llegó a ser muy poderoso."
Este pasaje también nos revela el plan profético para el pueblo de Israel en
los últimos tiempos. Si Egipto es un cuadro profético del mundo entero, los
hijos de Israel que estaban en Egipto son un cuadro profético de todos los que
van a nacer en el Mesías para formar parte del Israel de Elohim en el mundo
entero en los últimos tiempos. Y así como los hijos de Israel llegaron a ser
más numerosos que los egípcios, entendemos que los salvos serán más numerosos
que los perdidos, conforme a las escrituras:
"Son más los hijos de la desolada que los
hijos de la casada - dice el Señor." Yeshayahu (Isaías) 54:1b, Gál. 4:27.
Moshé es un cuadro profético del Mesías. Moshé, el gran líder de nuestro pueblo, habló del
Mesías de esta manera:
"Un profeta de en medio de ti, de tus
hermanos, COMO YO, te levantará YHVH, tu Elohim; a él oiréis." Deuteronomio
18:15
Más adelante en el mismo texto Adonai vuelve a
confirmar esta profecía con estas palabras.
"Un profeta COMO TU levantaré de entre sus
hermanos, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le
mande. Y sucederá que a cualquiera que no oiga las palabras que él ha de hablar
en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta." Deuteronomio 18:18-19
Vemos por tanto que la vida y ministerio de Moshé
constituye una sombra profética del mismo Mesías. El Mesías sería como Moshé.
En la Parashá de esta semana, vamos a ver algunas cosas de la vida de Moshé que
hablan del Mesías.
1) Moshé nació en una situación de peligro y tenía
que ser escondido.
"Entonces Faraón ordenó a todo su pueblo,
diciendo: Todo hijo que nazca lo echaréis al Nilo... Entontes puso al niño en
ella, y la colocó entre los juncos a la orilla del Nilo." Shemot 1:22; 2:3b
Cuando nació el niño, que más adelante llevaría el
nombre de "Moshé", había una amenaza de muerte sobre él. El Paró
(Faraón), rey de Egipto, había ordenado que todos los niños varones de Israel
fueran brutalmente asesinados, con el fin de que el pueblo hebreo no se
multiplicara más sobre la tierra, y para que los egípcios pudieran dominarlos.
Por lo tanto los padres de este niño hermoso tenían que mantenerle escondido
durante varios meses para salvar su vida. De la misma manera, cuando el Mesías
Yeshúa nació, hubo una amenaza de muerte sobre él (Mat. 2). El rey Herodes
temía que el nuevo rey de Israel, que había nacido, llegara a quitarle de su
puesto. Por eso mandó matar a todos los niños de Beitlejem (Belén).Yeshúa se
salvó.
Por la mano de Elohim tanto Moshé como Yeshúa
fueron salvados de la mano de los reyes que querían matarlos.
2) El nombre Moshé es una profecía mesiánica.
"Y le puso por nombre
Moshé, diciendo: Pues lo he sacado de las aguas." Shemot 2:10b
La
hija de Paró, que posiblemente era Hatsyepsut, puso el nombre Moshé sobre el
niño. Ese nombre viene de la palabra "mashá", que significa:
"sacar (del agua)", "hacer salir", "extraer",
"salvar". Moshé fue sacado de una muerte segura en el rio Nilo (ver
Hechos 7:21-22), y por eso llegó a ser un cuadro profético del Mesías. El
Mesías no solamente fue sacado de las aguas dentro de su madre Miryam, al
nacer; sino cuando había dado su vida, fue sacado de las aguas del lago de
fuego, que su alma tuvo que sufrir en lugar de nosotros. Como Moshé fue sacado
de la muerte del Nilo, el Mesías fue sacado del lago de fuego, (Salmos 18; 69;
88).
3) Moshé dejó su gloria para unirse a su pueblo.
"Y aconteció en aquellos días, crecido ya
Moisés, salió a sus hermanos..." Shemot
2:11a
Según informa la historia, es posible que Moshé
fuera el siguiente rey de Egipto, puesto que eran los hijos de las hijas de los
faraones que llegaron a ser los sucesores del trono. A pesar de esta posición
de gloria y riqueza mundial, Moshé valoró su identidad hebrea más que todos los
privilegios de Egipto.
La Escritura dice en la carta a los Hebreos
11:24-27:
"Por la fe Moisés, cuando era ya grande,
rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado
con el pueblo de Elohim, que gozar de los placeres temporales del pecado, considerando
como mayores riquezas el oprobio del Mesías que los tesoros de Egipto; porque
tenía su mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin temer la
ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al Invisible."
De la misma manera el Mesías dejó su gloria que
tenía junto con su Padre desde antes que el mundo existiera (Yojanán (Juan)
17:5). El había gozado de toda la gloria y potencia de ser el rey del universo,
puesto por su Padre. En lugar de quedarse en esa posición de gloria y semejanza
de Elohim, se despojó de si mismo y vino al mundo con la semejanza de cualquier
hombre (Filipenses 2:6-7). Su cuerpo tenía la "semejanza de carne de
pecado" (Romanos 8:3), pero él no tenía pecado (2 Corintios 5:21). Su
cuerpo no brillaba como el cuerpo de Adam antes de su caída en el pecado. Adam
había sido creado a "imagen del que había de venir" (Romanos 5:14b) y
antes de su caída en pecado su cuerpo había brillado con la gloria de Elohim,
reflejada en el Hijo. Pero después de la caída en pecado el hombre se convirtió
en un esclavo del pecado y había perdido esa gloria original que tenía. En
lugar de vestirse de luz celestiál, el hombre tiene que vestirse con ropas
fabricadas de la creación para cubrir su desnudez. Los animales no tienen la
necesidad de fabricar ropas para cubrirse. Esto es señal de que el hombre no es
completo. Los lirios del campo están mejor vestidos que el hombre. Ni aún
Salomón en toda su gloria podía vestirse como uno de los lirios del campo. El
hombre no es capaz de recuperar esa gloria original que tenía antes de su caída
en pecado. Lo grande en el amor del Mesías es que, por ser también él un
hombre, se identificó tanto con el ser humano que estaba dispuesto a dejar esa
gloria para venir a salvar a la humanidad, que había sido puesta bajo
esclavitud del pecado. Estando en la corte del rey de Egipto, Moshé sentía una
fuerte identificación con el pueblo hebreo.
Dentro de él había algo que le identificaba con ese
pueblo más que con los egipcios, a pesar de los muchos privilegios que pudiera
tener como rey.
De pequeño había aprendido las costumbres hebreas
en la casa de su padre y ese impacto no podía ser olvidado. Además había un
llamado sobre su vida de liberar a los hijos de Israel de la esclavitud. De la
misma manera el Hijo de Elohim dejó esa gloria que tenía junto con su Padre
para venir a este mundo como uno de nosotros. Había algo dentro de él que le
identificaba con nosotros (que lo identifica con nosotros??) ¡El es Torah
viva!. Tenía un llamado de salvarnos de la esclavitud del pecado y sus
consecuencias, las maldiciones y la muerte. El Paró (Faraón) es un cuadro
del jasatán. Egipto es un cuadro del sistema mundial gobernado por el enemigo
de Elohim. Moshé es una figura del Mesías que vino para liberar a su pueblo,
los judíos en primer lugar, pero también a los no judíos, de la esclavitud del
sistema mundial gobernado por el Jasatán (diablo).
4) Moshé fue rechazado por su propio pueblo cuando vino la
primera vez.
"¿Quién te ha puesto por gobernante y juez
sobre nosotros?" Shemot 2:14ª
Cuando Moshé era grande salió de su situación de
gloria para estar con sus hermanos. Dos veces vemos repetida la palabra
"hermanos" en el versículo 11 del capítulo 2 donde está escrito:
"Y aconteció que en aquellos días, crecido ya
Moisés, salió a sus hermanos y vio sus duros trabajos; y vio a
un egipcio golpeando a un hebreo, a uno de sus hermanos."
Observe las palabas "sus hermanos". Esto
nos habla de identificación con el propio pueblo. Moshé no se sentía bien entre
los egipcios. Había algo fuerte dentro de él que le llevó a preferir ser del
pueblo esclavizado antes que del pueblo opresor. La razón fue que ellos eran
"sus hermanos".
Pero al intentar de resolver los conflictos de
injusticia con su propia fuerza, fue rechazado por sus propios hermanos. Pesaba
sobre él el llamado de ser el libertador de los hebreos, pero todavía no era el
tiempo.
En Hechos 7:22-28 está escrito:
"Y Moisés fue instruido en toda la sabiduría
de los egipcios, y era un hombre poderoso en hechos y en palabras. Pero cuando
iba a cumplir la edad de cuarenta años, sintió en su corazón el deseo
de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver que uno de ellos
era tratado injustamente, lo defendió y vengó al oprimido matando al egipcio. "Pensaba
que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad por medio de él,
pero ellos no entendieron. Al día siguiente se les presentó, cuando
dos de ellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo:
"Varones, vosotros sois hermanos, ¿por qué os herís el uno al
otro?" Pero el que estaba hiriendo a su prójimo lo empujó, diciendo:
"¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? ¿Acaso
quieres matarme como mataste ayer al egipcio?""
Esta fue la primera vez que Moshé intentó llegar al corazón de sus hermanos.
Pero no le reconocieron. En esto encontramos un evento profético que habla de
lo que iba a pasar con el Mesías en su PRIMERA venida a su pueblo, sus
hermanos. Es cierto que miles y miles le recibieron cuando vino. Es cierto que
tres mil le recibieron en el día de Shavuot (Pentecostés), cuando cayó el Ruaj
Ha-Kódesh (Espíritu Santo). Es cierto que más adelante la Escritura dice que
cinco mil le habían recibido en Yerushalayim. Es cierto que dice en Hechos
21:20 que hasta más de 30.000 en Yerushalayim le habían recibido como el
Mesías. Es cierto que los primeros 100.000 creyentes mesiánicos eran solamente
judíos y es cierto que cerca del año 100 d.M. alrededor de un millón de judíos
le habían recibido como el Mesías prometido, el Mesías ben Yosef. Pero
tristemente la mayoría del pueblo de Israel no le recibió cuando vino, y él fue
rechazado por los líderes de la nación judía, sus propios hermanos.
Por esto él les fue quitado durante mucho tiempo
para luego ser presentado otra vez con poder.
5) Moshé volvió por segunda vez a Israel después de mucho
tiempo.
"Y aconteció que pasado mucho
tiempo..." Shemot 2:23a
Aunque Moshé estuvo lejos de su pueblo durante
mucho tiempo, su corazón estaba con ellos. Y a pesar de que pudo tener una
familia propia, nunca se sentía integrado en el pueblo y la cultura de su
suegro Jetro. El hijo que tuvo con su esposa Siporá fue llamado Guer-shom, que
significa "Extranjero Allí". Moshé nunca se sentía como en casa con
su suegro. Su corazón estaba con los israelitas en Egipto. Después de cuarenta
años Moshé fue enviado a volver a Egipto para enfrentar al Paró y sacar a los hijos
de Israel de su poder. De la misma manera el Mesías va a volver después de
mucho tiempo, por segunda vez; a Israel con la autoridad de Yahuwé para liberar
definitivamente a los hijos de Israel de la opresión del sistema del Nuevo
Orden Mundial.
6) Moshé fue enviado para enfrentarse directamente con el Paró
(Faraón) y destruir su poder mágico.
"Ahora pues, ven y te
enviaré a Faraón..." Shemot
3:10a
El poder mágico de Egipto tenía el pueblo hebreo
bajo esclavitud. La única forma de liberar al pueblo era desafiar a los poderes
de los dioses falsos de Egipto. También Paró era considerado como un dios. Los
dioses egipcios habían sido creados por los ángeles caídos con el fin de
manipular al pueblo por medio de ellos. Los magos que había en Egipto conocían
los poderes mágicos de los demonios. Moshé fue enviado para desafiar todo ese
poder demoníaco que estaba dominando el sistema mundial de aquel entonces.
De la misma manera el Mesías vino al mundo para
deshacer las obras del diablo, como está escrito:
"El Hijo de Dios se manifestó con este
propósito: para destruir las obras del diablo." (1 Yojanán 3:8b)
Cuando el Mesías murió, en la misma noche que el
cordero pascual fue comido por el pueblo de Israel, el poder de satán fue
destruido para siempre, como está escrito en Hebreos 2:14-17a:
"Así que, por cuanto los hijos participan de
carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, para
anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es
decir, el diablo; y librar a los que por el temor a la muerte, estaban
sujetos a esclavitud durante toda la vida. Porque ciertamente no toma a los
ángeles, sino que toma a la descendencia de Avraham. Por tanto, tenía que ser
semejante a sus hermanos en todo..."
7) Moshé fue enviado para liberar al pueblo de la esclavitud bajo el Paró en
Egipto.
"Para que saques a mi pueblo, los hijos de
Israel, de Egipto." Shemot
3:10b
El Paró simboliza el satán. Egipto simboliza el
mundo, y la esclavitud de nuestros padres simboliza la esclavitud de los
hombres bajo el poder del pecado que mora en nosotros. Como Moshé fue enviado
para liberar al pueblo de Israel del poder del Paró, así el Mesías vino para
liberarnos del poder del jasatán. Como Moshé fue enviado para liberar al pueblo
de Israel de la tierra de Egipto, así el Mesías vino para liberar a los hijos
de Avraham del sistema de este mundo.
Como Moshé fue enviado para liberar al pueblo de
Israel de la esclavitud fisica, así el Mesías vino para liberarnos de la
esclavitud del pecado, como está escrito en la carta a los Romanos 6:5-7:
"Porque si hemos sido unidos a Él en la
semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su
resurrección, sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El,
para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no
seamos esclavos del pecado; porque el que ha muerto, ha sido
libertado del pecado."
8) Moshé reveló el Nombre Santo del Padre al pueblo.
"Ve y reune a los ancianos de Israel, y diles:
YHVH", Shemot 3:16a
Cuando Moshé recibió el llamado de ir al pueblo de
sus padres, quiso saber el Nombre de su Elohim. Posiblemente los hijos de
Israel conocían el Nombre y al venir Moshé pronunciando el Nombre delante de
ellos, reconocieron que verdaderamente había conocido el Dios de Avraham,
Yitsjak y Yaakov.
Moshé fue encomendado pronunciar el Nombre delante
del pueblo según está escrito en Shemot 3:15:
"Dijo además Elohim a Moshé: Así dirás
a los hijos de Israel: "YHVH, el Elohim de vuestros padres, el Elohim
de Avraham, el Elohim de Yitsjak y el Elohim de Yaakov, me ha enviado a
vosotros." Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí
de generación en generación."
Moshé fue ordenado pronunciar el Nombre delante de
los hijos de Israel. El fue enviado para que ellos conocieran verdaderamente el
significado de ese nombre. Un significado maravilloso de liberación de
esclavitud, redención y salvación. De la misma manera vino Yeshúa en el Nombre
de YHVH como está escrito en Yojanán (Juan) 12:13 (compare con (Sal.)
118:25-26):
"¡Hoshianá! (sálvanos
por favor) Bendito el
que viene en el NOMBRE del YHVH, el Rey de Israel."
Así el Mesías no vino en su propio nombre, sino en el
Nombre de su Padre. Vino para dar a conocer el Nombre como está escrito en
Yojanán 17:6a, 26:
"He manifestado tu Nombre a los hombres que
del mundo me diste... Yo les he dado a conocer tu Nombre, y lo daré a conocer,
para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos."
Según lo expuesto en un artículo escrito por el Dr.
James Trimm sobre el Nombre de YHVH Yeshúa fue juzgado y condenado a muerte por
el Sanedrín precisamente por haber pronunciado el Nombre Sagrado delante de
ellos. Lo llamaban blasfemia, según está escrito en Matityahu (Mateo) 26:64-66:
"Yeshúa les dijo... desde ahora veréis al Hijo
del Hombre sentado a la diestra del Poder (por la reacción del sumo sacerdote entendemos que
aquí pronunció el Nombre, citando del (Salmo) 110:1), y viniendo sobre las nubes del cielo."
"Entonces el sumo
sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad
tenemos de más testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído la blasfemia (según el Talmud, pronunciar el Nombre Sagrado es
considerado como blasfemia); ¿qué os
parece? Ellos respondieron y dijeron: ¡Es reo de muerte!"
Como Moshé vino a dar a conocer el Nombre de Adonay
a Israel, así el Mesías vino para dar a conocer el nombre de Su Padre a Israel.
9) Moshé hizo milagros
extraordinarios.
"Por esto creerán que se
te ha aparecido YHVH...",
Shemot 4:5a
Moshé fue enviado para hacer milagros extraordinarios. No hemos visto ningún
hombre en la tierra, hasta venir el Mesías, que haya podido hacer los milagros
que hizo Moshé. Hay rabinos que dicen que Yirmeyahu (Jeremías) es el profeta
prometido, que fue levantado como Moshé, porque como a Moshé, Adonai también le
dice a Yirmeyahu que Sus palabras fueron puestas en su boca, Yer. 1:9. Pero si
observamos la autoridad para hacer milagros, vemos que Yirmeyahu no fue el
profeta prometido a Israel como Moshé. Es cierto que Yirmeyahu hablaba la
Palabra de Adonai, pero no hizo los milagros que hizo Moshé. Por lo tanto él no
podía haber sido el profeta que Adonai levantaría como Moshé. No cabe duda de
que los milagros hechos por el Mesías Yeshúa, documentados en los cuatro libros
llamados Evangelios, constituyen una evidencia de que él es el cumplimiento de
la promesa de un profeta como Moshé, con la autoridad del Padre para hacer toda
clase de milagros extraordinarios, entre ellos abrir los ojos de los ciegos,
limpiar a los leprosos, restaurar a los paralíticos, expulsar a los demonios y
levantar a los muertos.
"Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras
que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me
han odiado a mí y también a mi Padre. Yhojanán
15:24
Como Moshé fue enviado a hacer milagros
extraordinarios para enfrentar al maligno y liberar al pueblo, así el Mesías
vino con todo el poder del cielo para destruir las obras del jasatán y liberar
al pueblo de Israel y al mundo entero, de las consecuencias de la esclavitud
del pecado.
10) Moshé habló las palabras de YHVH.
"Yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que
has de hablar", Shemot 4:12b
Moshé fue el profeta número uno de Israel. No
tenemos ninguno que haya escrito tantas palabras de Adonai que él. Mediante su
ministerio nos ha llegado la revelación de la Torá de una forma
maravillosamente gloriosa. Sin embargo, cuando vino el Mesías, nos llegó la
máxima revelación de la Torá de Elohim, como está escrito en Matityahu 5:17-18:
"No penséis que he venido para abolir la Torá
o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad
os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más
pequeña (la yud) ni una tilde (taguín) de la Torá, hasta que toda se cumpla."
La palabra "Torá" se refiere en este
contexto a los cinco libros de Moshé. El Mesías no vino para anular nada de los
escritos de Moshé, sino al contrario, confirmarlos y explicarlos para que
podamos cumplirlos correctamente. La palabra "cumplir" en este
contexto se refiere a un término rabínico que tiene que ver con una aplicación
correcta de los mandamientos. Cumplir no significa de ninguna manera terminar o
acabar, sino llevar a su máxima aplicación práctica en la vida diaria.
Como Moshé vino como profeta para darnos la Torá,
la Palabra de Elohim, así vino el Hijo de Elohim como el profeta de los
profetas para hablarnos definitivamente lo que hay en el corazón del Padre,
como está escrito en Hebreos 1:1-2:
"Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en
muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos
últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quién constituyó heredero de todas
las cosas, por medio de quien hizo también el universo."
11) Moshé es llamado Elohim (Dios). "Tú
serás Elohim para él" Shemot
4:16b
Moshé es llamado Elohim en las Escrituras. Es
exactamente la misma palabra que es usada para el Creador en Bereshit 1:1.
Elohim es la palabra más frecuente en la Biblia para "Dios" y es
usada principalmente para el Creador, pero también para los ángeles.
En un par de ocasiones es usada para
hombres, en Shemot 4:16; 7:1 (Moshé), y en Shemot (Exodo) 22:8-9, donde ha sido
traducida como "jueces", refiriéndose a los jueces de Israel. El
título Elohim tiene que ver con poder, autoridad y juicio, y en este caso vemos
que el Padre delega su autoridad tanto a los ángeles como a los hombres. De
esta manera vemos que Moshé es llamado "Elohim".
Si estudiamos el texto hebreo en Shemot 4:16 vemos
que las palabras "como" (LBA) y "en lugar de" (RV) no está
en el texto original, sino sólo la letra Lamed que primeramente significa
"para".
Según entiendo el texto la traducción literal del
hebreo sería:
"Tú serás para él paro Elohim (Dios)" (En el texto hebreo no hay mayúsculas.)
En Shemot 7:1 dice la Escritura:
"Yo te he hecho Elohim para Paró"
Como Moshé ha recibido la autoridad delegada de
funcionar en lugar de Elohim en la tierra, así el Mesías ha recibido el derecho
de ser llamado Juez y Elohim/ Dios y llevar el Nombre sobre todo Nombre, que es
el Nombre del Padre- YHVH, como está escrito:
"Y el Verbo (Torá) era con Dios" Yojanán 1:1
"Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le confirió el Nombre que es sobre todo nombre" Filipenses 2:9
"Pero del Hijo dice: Tu
trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos..." Hebreos 1:8a
Resumen
En este comentario hemos visto que el Mesías Yeshúa
es el cumplimiento de las promesas dadas por Moshé de que Adonai levantaría un
profeta como él de en medio de sus hermanos, (si es de en medio de sus hermanos
es en medio de los de un solo y único pueblo el pueblo de Israel) Amen. Como está escrito en el libro de los Hechos
3:22-23:
"Moisés dijo: El Señor Dios os levantará un
profeta como yo de vuestros hermanos; a él prestaréis atención en todo cuanto
os diga. Y sucederá que todo el que no preste atención a aquel profeta, será
totalmente destruido de entre el pueblo.
El que no preste atención a Yeshúa el Mesías, el profeta como Moshé,
prometido a Israel, será totalmente destruido del pueblo, y no tendrá herencia
en el Siglo Venidero, el Olam Habá.
Hay muchas más áreas de la vida de Moshé que
podríamos sacar como sombras del Mesías, pero vamos a parar aquí recordando las
palabras de Yeshúa en Yojanán 5:39, 46:
"Examináis las Escrituras, porque
vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que
dan testimonio de mí... Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí,
porque de mí escribió él."
También acordémonos que Yeshua mismo dijo: Solo he venido a las ovejas perdidas
de Israel.!!!!
¡Shabat shalom sobre todo Israel, en el Nombre de
Su Majestad el Rey de Israel, Yeshúa el Mesías!
Recopilado y Adaptado por:
ORLANDO UNDA
RAMIREZ.
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