viernes, 30 de diciembre de 2022

Parashá 11 VaYigash

 Parashá 11 VaYigash

Génesis 44:18 – 47:27

Para ser leída y analizado en el Shabat del 7 de Tevet de 5.783

Diciembre 31 de 2.022

Aliyás de la Torá:

1.      44:18-30

2.      44:31 – 45:7

3.      45:8-18

4.      45:19-27

5.      45:28 – 46:27

6.      46:28 – 47:10

7.      47:11-27

8.      Maftir: 47:25-27

Haftará: Ezequiel 37:15-28

Código Real (HaTsofen HaMaljutí): Marcos 14:32 – 15:5

Aliyás del CR:

1.      14:32-42

2.      14:43-52

3.      14:53-65

4.      14:66-72

5.      15:1-5

VaYigash

Significa “y se acercó”.

Primera aliyá, 44:18-30

Yehudá se acerca a Yosef y le pide la palabra. Hace un recuento de la conversación que habían tenido anteriormente en cuanto a la situación familiar de ellos. Yosef había ordenado que trajeran a Binyamín como condición para que pudieran volver a ver su rostro. Al subir a su padre le cuentan todo esto y por la necesidad de alimentos el padre acepta que el segundo hijo, que le queda de su mujer, se vaya con ellos. Pero si algo malo le sucede al hijo él morirá con dolor. Yehudá promete no volver a su padre sin el hermano.

Segunda aliyá, 44:31 – 45:7

Si Yehudá, que se hizo responsable, si no devuelve el muchacho a su padre, morirá con pena. Yehudá se ofrece como esclavo en lugar del joven para que él pueda subir con los hermanos. Yehudá no podría ver el mal que sobrevendría al padre si el muchacho no está con él.

Se establece una lucha entre Yosef y Yehuda  por Benyamin

En ese momento Yosef no puede contenerse y manda salir a todos menos sus hermanos. Entonces se da a conocer a ellos con lloros tan fuertes que lo oyen los  mitsries. “Yo soy Yosef”, les dice. Pero ellos no le pueden contestar por el choque emocional. Yosef les dice que no se entristezcan por haberle vendido porque todo era plan de Eloha para salvar vidas. Ahora han habido dos años de hambre. Todavía quedan cinco años sin poder sembrar y cosechar. “Eloha me envió delante de vosotros para preservaros un remanente en la tierra, y para guardaros con vida mediante una gran liberación”.

Tercera aliyá, 45:8-18

Yosef sigue hablando ánimo a sus hermanos diciendo que Eloha fue el que le envió allí. Eloha le ha puesto por padre de Paró, señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Mitsrayim. Ahora tendrán que subir rápidamente a su padre y decirle que Yosef es señor de todo Mitsrayim y que baje allí sin demorar. Habrá lugar en la tierra de Goshen para todos, incluso el ganado. Yosef proveerá para ellos porque todavía quedan cinco años de hambre. Después se echa sobre el cuello de su hermano Binyamín y los dos lloran. También besa a todos sus hermanos y llora sobre ellos. Luego hablan.

Cuando la noticia de la llegada de los hermanos de Yosef llega a la casa de Paró, le agrada al Paró y a sus siervos. El dice a Yosef que los hermanos carguen las bestias para ir a la tierra de Kenáan para buscar al padre y a sus familias y volver. Así recibirán lo mejor de Mitsrayim.

Cuarta aliyá, 45:19-27

Paró ordena que lleven carretas para traer a sus niños, sus mujeres y al padre. Lo mejor de Mitsrayim será de ellos. Así los hijos de Israel lo hacen y Yosef les da provisiones para el camino y mudas de ropa. Binyamín recibe trescientas piezas de plata y cinco mudas de ropa. Envían diez asnos cargados de bienes y diez asnas cargadas de grano y alimentos para el padre en el camino. Yosef despide a sus hermanos diciendo: “No riñáis en el camino”. Así suben de Mitsrayim y llegan a su padre Yaakov. Cuando le informan que Yosef todavía vive y que es gobernante en toda la tierra de Mitsrayim, no los puede creer. Pero cuando cuentan todas las cosas que Yosef les ha dicho y cuando ve las carretas que Yosef ha enviado, su espíritu revive.

Quinta aliyá, 45:28 – 46:27

Israel decide ir a ver a Yosef antes de su muerte. Así parte con todo lo que tiene y llega a Beer-Sheva. Allí ofrece sacrificios al Eloha de su padre Yitsjak. En una visión nocturna Eloha le visita y le dice que no tenga temor para bajar a Mitsrayim porque allí le hará una gran nación. Además promete descender con él y luego hacerle subir otra vez. Yosef cerrará sus ojos.

Yaakov parte de Beer-Sheva. Sus hijos le llevan junto con sus niños y mujeres en las carretas. También llevan consigo todo su ganado y sus bienes y llegan a Mitsrayim. Reuvén tiene cuatro hijos. Shimón tiene seis hijos. Leví tiene tres hijos. A Yehudá le quedan tres hijos de los cinco. Tiene también dos nietos. Yisajar tiene cuatro hijos. Zvulún tiene tres hijos. También está Diná. Los hijos e hijas de Leá son 33 en total.

Gad tiene siete hijos. Asher tiene cuatro hijos, una hija y dos nietos. Los hijos e hijas de Zilpá son 16 en total.

Yosef tiene dos hijos con Osnat. Binyamín tiene diez hijos. Los hijos de Rajel son 14 en total.

Dan tiene dos hijos. Naftalí tiene cuatro hijos. Los hijos de Bilhá son siete en total.

Sin incluir las esposas de los hijos de Yaakov, en total bajan 66 personas de Yaakov a Mitsrayim.

Yosef tiene dos hijos que nacieron en Mitsrayim. Todas las almas de la casa de Yaakov que han bajado a Mitsrayim son 70. 

Sexta aliyá, 46:28 – 47:10

Yaakov envía a Yehudá delante de sí para indicar el camino a Goshen. Yosef sale con su carro para ir al encuentro con su padre en Goshen. Cuando le ve se echa sobre su cuello y llora largamente. Israel dice que ahora puede morir, después de haber visto su rostro. Yosef dice que tiene que avisar a Paró que han venido sus hermanos y la familia de su padre y que son pastores de ovejas y vaqueros. Los hermanos de Yosef deben informar al Paró que su profesión es de ganado desde hace generaciones. Así podrán vivir en la tierra de Goshen, porque los pastores de ovejas son abominación para los mitsries.

Yosef le informa al Paró sobre todo esto y le presenta cinco de sus hermanos. El les pregunta sobre su ocupación y le contestan que son pastores de ovejas y que han venido para residir en la tierra porque no hay pastos en la tierra de Kenáan. Piden permiso para habitar en la tierra de Goshen. Paró habla con Yosef y le dice que la tierra está a su disposición y que pueden habitar en la mejor parte, la tierra de Goshen. Si hay algunos capaces de los hermanos podrán estar a cargo del ganado del Paró. Yosef trae a su padre para presentarle ante Paró y Yaakov lo bendice. Paró le pregunta cuántos años tiene y él contesta que sus años de peregrinación han sido 130 años malos. No han llegado a los años de sus padres. Yaakov vuelve a bendecir a Paró y sale de su presencia.

Séptima aliyá, 47:11-27

Yosef instala a su padre y sus hermanos en la tierra de Ramsés, como el Paró ha mandado. Los sustenta a todos con alimento según la cantidad de sus hijos. El hambre es muy severa en Mitsrayim y en Kenáan. A cambio de grano, Yosef recoge para la casa de Paró todo el dinero que hay en Mitsrayim y en la tierra de Kenáan. Cuando ya no tienen dinero Yosef les da pan a cambio de todo su ganado. El siguiente año el pueblo ofrece sus cuerpos y sus tierras a cambio de pan. Entonces Yosef compra toda la tierra de Mitsrayim para Paró y toda la gente es trasladada a las ciudades. Pero la tierra de los sacerdotes no es comprada porque tienen ración de parte del Paró. Yosef luego da semilla al pueblo, que ya ha sido comprado para Paró, para que siembren la tierra. La quinta parte de la cosecha será para Paró y el resto será para sembrar y comer. El pueblo agradece que Yosef los haya salvado la vida y acepta la orden. A partir de ese momento rige la ley en Mitsrayim que dice que la quinta parte de la producción de la tierra será para el Paró. Sólo la tierra de los sacerdotes no llega a ser posesión del Paró.

Israel se establece en la tierra de Goshen y obtienen propiedades y se multiplican en gran manera.

Comentarios  y analicis

La segunda Aliya nos permite una ves  mas  pensar en lo que realmente pudo pasar en momento tan tenso.

Yehuda debe  regresar con su hermano menor  a casa. Yosef dice que Benyamin se queda como esclavo  y que los demás pueden regresar a su lugar de origen.

El midrash dice:

LA DISCUSIÓN ENTRE YEHUDAH Y YOSEF

Yosef tomó a su hermano Biniamin y dijo - Déjalo aquí como esclavo mío y tú puedes regresar a la casa de tu padre en paz.

Sin embargo, Yehudah respondió - ¿Crees tú que habrá paz en la casa de nuestro padre si regresamos sin Biniamin?  Se acercó a Yosef, preparado para recuperar a Biniamin por tres métodos diferentes. Rezaría a El ETERNO para pedir ayuda, apaciguaría a Yosef si este método resultara más efectivo y hasta recurriría a una guerra abierta .

A esta altura Yehudah estaba dispuesto a renunciar a su propia vida por Biníamin y pensó: “Quizás mi abnegación nos redimirá por haber engañado a mi padre cuando vendimos a Yosef” .

Yehudah profirió un grito de enojo aterrorizante que repercutió y fue escuchado a una distancia de cuatrocientas parsa (1.600 Km. aprox.) Jushim, el hijo de Dan, sintió en Eretz Canaan que su tío estaba angustiado. Corrió a Egipto para ayudar a Yehudah. La tierra se contrajo milagrosamente y llegó a Egipto de inmediato. Ahora, Yehudah y Jushim aullaron juntos como un león y una hiena.

Cuando los hermanos vieron la furia que tenía Yehuda, también estallaron y patearon el piso con sus pies, levantando montículos de tierra.

En cuanto Yosef vio que había despertado la furia de Yehudah, se asustó. - ¡Ay!- pensó - me matará.

¿Cuáles eran los signos de la furia de Yehudah?

Algunos dicen que de sus ojos caían gotas de sangre. Otros dicen que el pelo sobre su corazón se endureció y perforó cinco capas de vestimentas. Se ponía barras de hierro en su boca y las trituraba hasta convertirlas en polvo con sus dientes.

Yehudah tomó una piedra que pesaba cuatrocientos shekel. Con toda su fuerza, la arrojó al cielo con su mano derecha y la atrapó con la izquierda. Luego la desintegró con sus pies.

Yosef, temeroso de ser asesinado, procedió a demostrar a Yehudah su fortaleza. Pateó la columna de marmol que formaba la base de su trono, convirtiéndola en escombros desechos.

Yehudah quiso desenvainar la espada pero no podía sacarla de su vaina. - Este hombre debe ser un tzadik-observó. - Por eso El ETERNO está de su parte.

Cambió sus tácticas y comenzó a pronunciar palabras conciliadoras, implorandole a Yosef para que libere a Biniamin. - Por favor, amo mío- comenzó a decir - quiero formularte una pregunta. Te ofrecí que todos nosotros seamos tus esclavos. ¿Por qué renunciaste a ello y únicamente pediste por Biniamin? Si necesitas un esclavo mayor, es preferible Reuben porque es mayor que Biníamin. Si necesitas un hombre fúerte, yo soy más fuerte que Biníamin.  ¿Por qué estás más interesado en Bíníamin que en los demás hermanos? Sospecho que tus motivaciones son deshonrosas.

Quiero que sepas que Biniamín es inocente. Nos acusaste en falso. La primera vez volviste a colocar nuestro dinero en nuestras bolsas y ahora escondiste tu copa de plata en la bolsa de Biniamini” No creas que tu maldad quedará sin castigo. Deja que las palabras de tu sirviente entren en tus oídos y escucha atentamente. ¿Sabes que la abuela de Biniamín  fue detenida una noche por el Faraón y como consecuencia, el rey y su corte fueron

asolados por una plaga? Cuidate si no quieres que te ocurra lo mismo a ti. ¿Sabes que la madre de Biniamin murió porque su padre pronunció una maldición? Una sola maldiciónde su padre y tú también morirás. ¿Sabes que dos de nosotros destruimos la gran ciudad de Sh’jem? Lo hicimos por una joven. Sin lugar a dudas haríamos lo mismo por Biniamin, quien es llamado ‘el amado de Eloha.

Acaso no alegaste que eras temeroso de Eloh? No eres temeroso de Eloha  e eres como el Faraón. Así como él Faraón promulga leyes perversas, así tú inventas reglamentaciones injustas.  Si Biníamin robó tu copa de plata, ¿con qué derecho puedes retenerlo como esclavo? Si te ajustas a nuestra ley que es la ley de la Torá, entonces deberá pagarte el doble, pues la Torá nos enseña que un ladrón debe reembolsar el doble del valor de la mercadería robada. Por la ley egipcia, puedes quitarle al ladrón cualquier cosa que posea. Sin embargo, tu reclamo que Biniamin sea tu esclavo no se ajusta a ninguna de estas leyes.

Mientras Yehuda presentaba a Yosef sus argumentos lógicos y bien fundamentados,1 los hermanos permanecieron parados en silencio. No interferieron para nada. Se enfrentaron dos pares, Yosef, el rey egipcio y Yehudah, el rey entre los hermanos  Los hermanos decidieron - Dejemos que los dos reyes combatan. No nos metamos en sus asuntos. Por lo tanto, ninguno de los hermanos, ni siquiera el mayor, Reuben, interrumpió las palabras de Yehudah.

 

Yehudah es comparado con un león y Yosef con un buey. Solo el león es capaz de atacar el buey.

Dirigiéndose a sus hermanos, Yehudah amenazó - Si yo desenvaino mi espada, comenzaré con el virrey y terminaré con el Faraón. Pensó que Yosef no comprendió estas palabras porque el intérprete no estaba cerca.

A Yosef le dijo - Mi amo preguntó a sus sirvientes: ‘¿Tienen padre o hermano?’ ¿Qué asuntos te llevan a preguntar acerca de nuestro hermano? Miles de personas han venido para comprar cereales y tú no interrogaste a ninguno. ¿Acaso vinimos aquí a casarnos con tu hija, que preguntas sobre nuestra familia? ¿O quieres casarte con nuestra hermana? Sin embargo, nosotros fuimos corteses y no ocultamos nada de ti. Te respondimos que tenemos un padre anciano y un hermano joven, el último de los varones, cuyo hermano murió y él quedo solo, privado de su madre y que su padre lo ama.

 

¿Por qué dijo Yehudah que Yosef había muerto?

Yehudah temía que si mencionaba la existencia de otro hermano perdido, el mandatario diría - Tráiganlo también.

Yehudah continuó diciendo - Y tú dijiste a tus sirvientes: ‘Tráiganlo para que lo vea’. Nosotros pensamos que eras un rey que cumple con su palabra, pero ahora dices: ‘Será mi esclavo’. ¿Así es cómo lo quieres ver?

Luego le dijimos a mi amo - El joven no puede abandonar a su padre, no está acostumbrado a viajar  quizás muera en el camino así como su madre murió durante un viaje.  Pero tú dijiste a tus sirvientes - Si vuestro hermano menor no viene con ustedes, no vuelvan a aparecer ante mi. Regresamos a tu sirviente, nuestro padre y le transmitimos tus palabras, Yosef escuchó en silencio que Iaakov era considerado su sirviente y no protestó por el honor de su padre. Como castigo, murió antes que sus hermanos.

- Tu sirviente, nuestro padre, no quiso enviar al menor y dijo: Ustedes saben que mi esposa dio a luz a dos varones. Uno partió y seguramente fue muerto y no lo he vuelto a ver. Si me quitan a éste también, una desgracia sobrevendrá y a mi edad la tristeza me llevará a la tumba. Mientras que Bíniamin está cerca mío, me consuelo por la muerte de su madre y hermano, pero si él muere, me parecerá como silos tres murieran el mismo día.

 

Si regreso con tu sirviente, mi padre, sin el joven, seguramente morirá y tus sirvientes llevarán la vejez de tu sirviente, nuestro padre, a la tumba por las penas.

Mientras Yosef escuchaba a Yehudah hablar de la pena de su padre, apenas se pudo contener y tuvo que sentarse.

- No dejas de hablar- le dijo a Yehudah. - ¿Por que actúas como el vocero único de tus hermanos mientras ninguno de ellos pronuncia una palabra.

- Tu sirviente se ha comprometido por el joven- contestó Yehuda. Le dije a mi padre - Si no regreso con él, perderé mí parte en ambos mundos. ¿Cómo puedo regresar con mí padre sin mi hermano?

Yosef respondió - Tu otro hermano no era un ladrón, ni te hizo daño, sin embargo, le dijiste a tu padre: ‘Fue despedazado por un animal’. En este caso, con certeza puedes informar a tu padre acerca de tu hermano que es un ladrón y actuó mal. ‘Fue devorado’. Dile: ‘La soga va con el balde ¿Por qué no consideraste la pena de tu padre cuando vendiste tu otro hermano por veinte piezas de plata?

Cuando Yehudah escuchó esto comenzó a gritar y llorar, exclamando - ¿Cómo puedo regresar con mi padre cuando el chico no me acompaña? Inventaste una acusación tras otra contra nosotros, primero nos acusastes de espías, luego dijiste que vinimos a descubrir los puntos débiles del país, mas tarde que robamos tu copa de plata. Cada vez que alegamos ser inocentes, hacemos una promesa por la vida de mi padre, el hombre justo, y cada vez que tú retribuyes la promesa y nos acusas de culpables, lo haces por la vida del malvado Faraón. ¿Cual de las promesas es superior?

Yo solo tengo que desenvainar mi espada para llenar Egipto con cuerpos muertos.

Yosef respondió - Si desenvainas tu espada, te la ataré a tu propio cuello.

- Abriré mi boca tanto que te tragaré.

- Taparé tu boca con una piedra.

- ¿Pero, qué diremos a nuestro padre?

- Díganle, ‘La soga sigue al balde- Pero tu acusación es falsa. ¿Y la vuestra cuandovendieron a su hermano  no lo era?

- El fuego de Sh’jem arde en mi corazón. Por Biniamin haremos lo mismo que hicimos por Dina.

- Extinguiré el fuego en tu corazón recordándote la historia de Tamar.

 

- Teñiré de sangre los mercados de Egipto.

- Ustedes son tintoreros de profesión. ¿Acaso no tiñeron una prenda con sangre y se la presentaron a su padre?

La furia de Yehudah llegó a su clímax y estaba dispuesto a matar o ser muerto. Le dijo a Naftalí, quien era tan rápido como un cervatillo - Corre y cuenta el número de distritos que tiene Egipto.

Naftali regresó e informó - Conté doce secciones.

- Bien- dijo Yehudah. - Aniquilaré tres de ellas y cada uno de ustedes se hará responsable por una. Así nos aseguraremos que ninguna persona quedará con vida en todo Egipto.

Yosef de inmediato despachó un mensaje al Faraón solicitándole que envíe a trescientos soldados para prevenir que los hermanos destruyeran el país. Cuando los soldados llegaron, Yehudah gritó tan fuertemente que los príncipes en el palacio del Faraón se desplomaron, los animales en los alrededores abortaron, Yosef se cayó de su trono y el Faraón también. Los trescientos soldados perdieron su dentadura y escaparon atolondrados para nunca regresar.

Yosef sabía que no podría esperar más para revelarse ante sus hermanos o destruirían todo Egipto.

 

YOSEF REVELA SU IDENTIDAD A SUS HERMANOS

Yosef pidió a todos los egipcios que se retiraran del recinto y así puso su vida en manos de sus hermanos. No quiso avergonzarlos en público al revelar delante de los egipcios que el era Yosef, el hermano perdido que habían vendido.

Les dijo - Este hermano que ustedes dicen que murió, ¿realmente murió?

- Sí, seguro- contestaron.

- Son mentirosos. Lo vendieron. Yo lo compré como esclavo y lo llamaré.

Yosef llamó - Yosef ben Iaakov, Yosef ben laakov.

Los hermanos miraron en todas direcciones, pero nadie apareció.

¿Dónde miran?- preguntó Yosef. - Yo soy Yosef, vuestro hermano. Susurró (sabiendo que los egipcios estaban escuchando afuera), a quien vendieron a Egipto. ¿Vive aún mi padre?

Avergonzados, los hermanos no pudieron responder.

¡Pobre de nosotros en el día del juicio y pobre de nosotros en el día de la condena! Yosef era el más joven de las tribus, pero cuando dijo, ‘YO SOY YOSEF’ los hermanos se sintieron muy humillados por haber actuado equivocadamente. Cuando El ETERNO Se revele a cada uno de nosotros y anuncie ‘YO SOY EL ETERNO’ seguramente no podremos  responder y estaremos profundamente avergonzados de nuestros actos.

 

Una persona siempre piensa que no importa como actúa, siempre está en lo correcto porque el Ietzer hara le hace racionalizar su curso de acción. El dia del juicio, El ETERNO probará fehacientemente a cada persona la gravedad de su pecado.

 

Los hermanos no pudieron responder a Yosef, si bien encontraron muchos ‘heterim’ por haberlo vendido y hasta lo consideraron una mitzva. Pero ahora la verdad era evidente*

Yosef notó que los hermanos se retiraban. Por ello los llamó con  palabras tiernas - Acérquense y cerciórense que yo soy Yosef. Dijo -

 

Actuaré en forma fraternal con ustedes a pesar que me vendieron a Egipto. Y ahora, no se apenen de haberme vendido y no se enojen que soy un mandatario,  porque fue El ETERNO quien me puso aquí y no ustedes. La razón por la cual El ETERNO me hizo rey no es porque soy más importante que ustedes, sino para cumplir con mi sueño y conducirnos a todos  eventualmente a Egipto. Este es el segundo año de hambre y por otros cinco años no habrá ni siembra ni cosecha. Ni siquiera florecerá la vegetación salvaje y por ello El ETERNO me envió aquí para alimentarlos a ustedes y mantenerlos con vida. ¡Apúrense! Avisen a mi padre ‘Así dice tu hijo Yosef’ El ETERNO me hizo gobernador de todo Egipto. Regresen sin demorar. Vivirán cerca mio en la tierra de Goshen con sus familias y ganado, no en la capital. Los alimentaré aquí porque todavia faltan cinco años de hambruna.

Yosef se dio cuenta que sus hermanos no salían del asombro, por eso los apaciguó con palabras más convincentes. - Ven que soy realmente Yosef porque les hablo en lashon hakodesh9 dijo. - No siento rencor por ustedes al igual que no abrigo ninguna hostilidad contra Biniamin quien no participó de mi venta. Cuenten a mi padre de mi gloria en Egipto y apúrense para traerlo.

Yosef se arrojó al cuello de Biniamin. El ruaj hakodesh se apostó sobre ellos y lloraron. Yosef presagió profeticamente que los dos Batei Mikdash, construidos en la porción de Biniamin serían devastados y Biniamin lloró al presagiar que el Mishkan de Shilo, a ser construido en la de Yosef, sería destruido.

Yosef notó que aun después de pronunciar sus últimas palabras, los hermanos seguían avergonzados. Besó a sus hermanos y lloró con ellos para reconfortarlos. Cuando los hermanos se dieron cuenta que estaba llorando y que era amigable con ellos, comenzaron a hablar con Yosef.

El Faraón se enteró que los hermanos de Yosef habían llegado y que Yosef descendía de la familia de Abraham quien fue un famoso príncipe de Eloha . Estaba feliz de saber que el virrey egipcio no era un esclavo de nacimiento sino de ascendencia noble. Algunos de los ministros del Faraón estaban satisfechos de las noticias, pero otros no eran muy felices al razonar: ‘Fuimos degradados de nuestros altos cargos porque un miembro de esta familia  fue designado para que nos dirija, ahora que arribaron diez, todos se convertirán en jerarcas por encima nuestro.

El Faraón temió que Yosef quisiera partir de Egipto para regresar con su padre. Por ello decidió que era mejor invitar a Iaakov a Egipto.

Le ordenó a Yosef - Dile a tus hermanos que carguen sus mulas con cereal  y regresen a casa. Permíteles traer a tu padre y sus familias a Egipto y se asentarán en la tierra de Goshen. La mejor tierra de Egipto será vuestra.

 

Este trágico momento llego a convertirse en un regocijo en amor para continuar en los planes Divinos.

 

Reflección mesiánica

44:32 “Porque yo, tu siervo, me hice responsable del muchacho con mi padre, diciendo: "Si no te lo traigo, que lleve yo la culpa delante de mi padre para siempre."” – Yehudá se puso como fiador, en hebreo Esto significa que estaba dispuesto a sufrir en lugar del hermano. Otra vez vemos como Yehudá, como ancestro del Mesías, de una manera profética expresa con su actitud lo que el Mesías iba a hacer en su primera venida. Estaba dispuesto a llevar la culpa para siempre para salvar a su hermano.

44:33 “Ahora pues, te ruego que quede este tu siervo como esclavo de mi señor, en lugar del muchacho, y que el muchacho suba con sus hermanos.” – Ser fiador implica llevar la responsabilidad hasta la última consecuencia. Yehudá fue fiel a su promesa a su padre. Ahora ha mostrado, no solamente arrepentimiento, sino que está dispuesto a hacer tikún, rectificación, por lo que hizo con su hermano Yosef. En lugar de entregar al hijo de Rajel, que su padre amaba, se puso en su lugar. Así Yosef supo que se había arrepentido. Si no hay una disposición de rectificar los errores cometidos y, en el caso de ser posible, restituir el daño, no ha habido arrepentimiento en la persona. Si hay arrepentimiento verdadero también hay un deseo de rectificación, como está escrito en Lucas 19:8-9:

“Y Zakai, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado. Y Yeshúa le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, ya que él también es hijo de Avraham”

La salvación había venido a la casa de Zakai. Hubo evidencias claras del arrepentimiento de sus pecados. Lo mismo vemos en la vida de Yehudá. Ya no volverá a defraudar a su padre. Ya no dejará que su hermano sea esclavo en Mitsrayim. Lo hizo una vez, pero esta vez no, porque hay arrepentimiento en su corazón.

 

Cuando Yehudá muestra arrepentimiento por haber vendido a su hermano el hermano se da a conocer.

45:1  “Yosef no pudo ya contenerse delante de todos los que estaban junto a él, y exclamó: Haced salir a todos de mi lado. Y no había nadie con él cuando Yosef se dio a conocer a sus hermanos.” – Ya se había visto el arrepentimiento en Yehudá. Ya se había logrado el propósito del trato duro contra él. En ese momento Yosef ya no necesita tratarle más con dureza.

Ahora se da a conocer, pero no a los mitsries, sino a sus hermanos. De la misma manera el Mesías no fue manifestado al mundo después de su resurrección, sino a los que antes habían caminado con él, como está escrito en Hechos 10:40-41:

 “A éste Eloha le resucitó al tercer día e hizo que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a los testigos que fueron escogidos de antemano por Eloha, es decir, a nosotros que comimos y bebimos con El después que resucitó de los muertos.”

La palabra hebrea traducida como “conocer” es “hitvadá”, y viene de la raíz “yadá” Esta palabra se usa en las Escrituras también como una referencia a tener relaciones íntimas, cf. Génesis 4:1, 17; 1 Reyes 1:4. En Génesis 45:4 Yosef les pide que se acerquen a él. Podría haber dicho solamente que se acercaran, pero la palabra “elai”, “hasta mí”, que ha sido añadida, implica un acercamiento casi palpable. La conclusión que hace Rashí de esto es que Yosef les enseñó su circuncisión.

Yosef no se dio a conocer hasta que los doce hermanos estuvieran juntos. Como hemos dicho antes, esto alude a que el Mesías no se va a dar a conocer en los últimos tiempos hasta que las doce tribus estén involucradas.

 

También aprendemos de esto que tiene que haber unidad entre hermanos para poder tener la revelación plena del Hijo de Yosef, como está escrito en Efesios 3:17b-19:

“que arraigados y cimentados en amor, seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor del Mesías que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Eloha.”

Como los hermanos de Yosef no le reconocieron en su primer encuentro, sino en el segundo, así el Mesías no fue reconocido por la mayoría de los judíos en su primera venida, pero lo será en relación con su segunda venida. Con otras palabras, ahora es el tiempo cuando la mayoría de los judíos conocerán a Yeshúa. Ahora él se está dando a conocer como el que verdaderamente es, aquél Mesías del cual hablan todas las Escrituras.

“Y no había nadie con él cuando Yosef se dio a conocer a sus hermanos.” – Había una intimidad con los hermanos. De la misma manera ahora el Mesías se está dando a conocer de una manera muy íntima a los que son descendientes de las doce tribus de Israel. Se va revelando de una manera hebrea, llamándolos de vuelta a sus raíces hebreas y dándoles a entender su relación con él no sólo de manera espiritual, sino también física. Son del mismo pueblo y ahora es el tiempo de ser restaurado como judío; o mejor como Israelita del pacto renovado. Las personas que reciben este tipo de revelación ya no son las mismas. Su concepto de sí mismos cambia radicalmente y el concepto de quién es Yeshúa cambia radicalmente. Ya no le ven en el contorno gentil, sino en el contorno hebreo. Ya no le ven como el salvador de los gentiles, sino como el salvador de Israel, en primer lugar.

Fue Yehudá quien provocó la revelación de Yosef. De la misma manera los judíos son los que finalmente harán que Yeshúa se manifieste en gloria, cf. Mateo 23:39; Hechos 3:19-21.

 

45:2  “Y lloró tan fuerte que lo oyeron los mitsries, y la casa de Paró se enteró de ello.” – En el momento de revelación de quién era Yosef hubo lloro, cf. verso 14-15. De la misma manera hay muchas emociones y lágrimas en aquellas personas que ahora están recibiendo la revelación de quién es realmente Yeshúa y quiénes son ellos en relación con él.

Yeshúa lloró sobre la ciudad de Yerushalayim, ver Lucas 19:41-44. Los habitantes de Yerushalayim llorarán cuando él se dé a conocer mostrando sus heridas, las señales del pacto renovado, como está escrito en Zacarías 12:10-14:

“Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Yerushalayim, el Espíritu de gracia y de súplica, y me mirarán a mí, a quien han traspasado. Y se lamentarán por El, como quien se lamenta por un hijo único, y llorarán por El, como se llora por un primogénito. Aquel día habrá gran lamentación en Yerushalayim, como la lamentación de Hadad-Rimón en la llanura de Meguido.

Y se lamentará la tierra, cada familia por su lado: la familia de la casa de David por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de la casa de Natán por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de la casa de Leví por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de los shimeítas por su lado, y sus mujeres por su lado; todas las demás familias, cada familia por su lado, y sus mujeres por su lado.”

 “lo oyeron los mitsries, y la casa de Paró se enteró de ello.” – Los mitsries, que simbolizan todos los gentiles, se darán cuenta de la revelación del Mesías de Israel y su gran lloro por sus hermanos judíos.

La casa de Paró hace referencia a los gobiernos de la tierra en los últimos tiempos que serán informados cuando el Hijo de Yosef se haya dado a conocer a sus hermanos israelitas.

45:3  “Yosef dijo a sus hermanos: Yo soy Yosef. ¿Vive todavía mi padre? Pero sus hermanos no podían contestarle porque estaban atónitos delante de él.” – Ahora Yosef habló en hebreo presentándose con su nombre hebreo. No dijo: “Yo soy Tsafnat-Paneaj”. De la misma manera, cuando el Hijo de Yosef se presentó al rabino Shaúl ben Gamliel en Hechos 9:5 no dijo: “Yo soy JS el cristo”, sino: “Yo soy Yeshúa”. Su nombre no es JS, sino Yeshúa. Cuando él habla con sus hermanos judíos les habla en hebreo, como está escrito en Hechos 26:14:

“Y después de que todos caímos al suelo, oí una voz que me decía en el idioma hebreo: "Shaúl, Shaúl, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón."”

45:4 “Y Yosef dijo a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron, y él dijo: Yo soy vuestro hermano Yosef, a quien vosotros vendiste a Mitsrayim.” – De esto aprendemos que en los últimos tiempos el pueblo de Israel se acercará cada vez más a Yeshúa. Amen.

45:5  “Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido aquí; para preservar vidas me envió Eloha delante de vosotros.” – El Mesías fue enviado a los gentiles para salvar vidas, según está escrito en Hechos 28:28:

“Sabed, por tanto, que esta salvación de Eloha ha sido enviada a los gentiles. Ellos sí oirán.”

En Romanos 11:11 está escrito: “Digo entonces: ¿Acaso tropezaron (los judíos) para caer? ¡De ningún modo! Pero por su transgresión ha venido la salvación a los gentiles, para causarles celos.”

Ese era el plan del Eterno: por causa del rechazo de los judíos, de la misma manera como Yosef fue rechazado por sus hermanos, los gentiles podrán recibir al Hijo de Yosef y ser salvos.

Vale la pena aquí que hagamos una reflexión adicional; que hizo aquí Yosef con sus hermanos? Los perdono de verdad; aunque ellos no lo hubieran creído por completo. Pero vamos hacernos 5 preguntas y las contestamos a la par. Amen.

EL PERDÓN

1. Mateo 6:12 - ¿Cuál es la base para pedir el perdón de el Eterno nuestro Dios?

2. Mateo 6:14 - ¿Qué sucede cuando perdonamos a otros sus ofensas?

3. Mateo 18:21-22 - ¿Cuántas veces debemos perdonar a la persona que sigue ofendiéndonos?

4. Efesios 4:32 - ¿Por qué hemos de perdonar a otras personas aun cuando no merecen nuestro perdón?

5. Colosenses 3:13 - ¿Cuál es el mejor tiempo para practicar el perdón con otro?

Hermanos el Perdón no es un sentimiento; eso de yo no perdono sin sentirlo, o perdono pero no olvido, eso es una mentira mas. El perdón es un acto de obediencia al Eterno. Y aquí recordamos los temas que hemos venido hablando estos días, los cuales hacen y son un solo carácter moral y espiritual que el Judío Mesiánico; es decir el Israelita del pacto renovado manifiesta. 

En Galatas 5;22-23.

Hablábamos sobre La agrupación del fruto:

 

Fruto para con El Eterno/Dios.

Amor - amor es de Eloha/Dios.
Gozo
- regocijamos en el Señor
Paz/Shalom
- paz viene de aceptar la voluntad de Elohim.

 

Fruto para con nuestro prójimo

Paciencia - es de esperar a mi prójimo.
Benignidad
– es de ser bueno moralmente.
Bondad
- es de buscar el bien para mi prójimo.

 

Fruto para con uno mismo

Fe/Emuna - De ser constante y siempre bien
Mansedumbre - De no exaltarme
Templanza - De controlarme

 

Entonces hoy entendemos después de tanto que hablamos y disfrutamos compartiendo el fruto del Ruah Santo  Que todas las personas en la kehila son amadas y ya no hay caras largas, ni mucho menos inconformes consigo mismas, o disgustadas

sanidad de las naciones.

46:28 “Y envió a Yehudá delante de sí a Yosef, para indicar delante de él el camino a Goshen; y llegaron a la tierra de Goshen.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “camino a Goshen” es “goshna”. También se encuentra en el próximo versículo. Comprende cuatro letras hebreas, guimel (G), shin (Sh), nun (N) y hey (H). Es la única palabra en toda la Escritura que contiene estas cuatro letras. Son las mismas cuatro letras que se encuentran en el sevivon (perinola) que se usa en la diáspora para jugar durante Januká. Las cuatro letras que son usadas para Januká anuncian el gran milagro que ocurrió allí, en hebreo: “Nes Gadol Hayá Sham”, “Un milagro grande sucedió allí”. La suma del número de las cuatro letras es 358. Nun = 50, Guimel = 3, Hey = 5, Shin = 300. 50 + 3 + 5 + 300 = 358.

Es la misma suma que de las cuatro letras hebreas de Mashiaj, Mem (40) + Shin (300) + Yud (10) + Jet (8) = 358.

De esto aprendemos que el gran milagro que ocurrió en Januká, no solamente fue la victoria del judaísmo del Eterno sobre el paganismo, o el posible milagro del aceite, sino también el momento de la concepción sobrenatural de Miryam, la madre de Yeshúa, que ocurrió durante la luna nueva en Januká. Según algunos  cálculos, fue en la luna nueva del décimo mes de Tevet, para luego nacer 38 semanas más tarde, el día 15 del séptimo mes de Tishrí, aprox entre septiembre y octubre (en  Sukot).

47:14 “Y Yosef recogió todo el dinero que había en la tierra de Mitsrayim y en la tierra de Kenáan a cambio del grano que le compraban, y Yosef trajo el dinero a la casa de Paró.” – El propósito de recoger todo ese dinero fue que pasara a los hijos de Israel en el futuro, porque necesitaban mucho oro, plata, bronce y piedras preciosas para poder hacer el mishkán, tabernáculo, en el desierto, como está escrito en Éxodo 12:36:

“Y el Eterno hizo que el pueblo se ganara el favor de los mitsries, que les concedieron lo que pedían. Así despojaron a los mitsries.”

47:20 “Así compró Yosef toda la tierra de Mitsrayim para Paró, pues los mitsries vendieron cada uno su campo, porque el hambre era severa sobre ellos; y la tierra vino a ser de Paró.” – De la misma manera Mashiaj compró toda la tierra para el Padre celestial cuando se entregó a sí mismo para que el mundo pudiera vivir.

47:25 “Y ellos dijeron: Nos has salvado la vida. Hallemos gracia ante los ojos de Paró mi señor, y seremos siervos de Paró.” – Yosef salvó la vida de los mitsries. De la misma manera Yeshúa ha preparado una salvación para todas las personas de la tierra durante todas las épocas de la historia, como está escrito en 1 Juan 2:2:

“El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.”

En 2 Corintios 5:19- 21 está escrito:

“A saber, que Eloha estaba en el Mesías reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación. Por tanto, somos embajadores del Mesías, como si Eloha rogara por medio de nosotros; en nombre del Mesías os rogamos: ¡Reconciliaos con Eloha! Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Eloha en El.”

La gratitud de los mitsries por haber sido salvados les llegó a entregarse voluntariamente como siervos al rey. De la misma manera el Eterno espera que nosotros le entreguemos toda nuestra vida en gratitud por lo que el Mesías ha hecho por nosotros al salvar nuestras almas de la muerte eterna.

En Juan 17:9-10 está escrito:

 “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has dado; porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo, mío; y he sido glorificado en ellos.”

Pidamos al Eterno nuestro padre que Seamos como Yosef, en su actitud perdonadora y sigamos a Yeshua como la Torah viva del Amor, que abarca el Fruto del Espiritu que es uno solo y el verdadero Ejad que tu y yo como Israelitas del Pacto renovado debemos reflejar 

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