viernes, 19 de diciembre de 2025

Parashá 10 MiKets

 

Parashá 10 MiKets

Génesis 41:1 – 44:17
Para ser compartida en el Shabat del 30 de kislev de 5786-
Dicembre 20 de 2025
A la caida del sol de este Shabat es Rosh Jodesh (cabeza de mes )                           1° de Tevet de 5786

Aliyás de la Torá:

1.              41:1-14

2.              41:15-38

3.              41:39-52

4.              41:53 – 42:18

5.              42:19 – 43:15

6.              43:16-29

7.              43:30 – 44:17

Haftará: 1 Reyes 3:15 – 4:1

 

Brit Hadasha: Marcos 14:1 – 31

 

1.      14;1-9

2.      14:10-11

3.      14;12-25

4.      14;26-31

 

MiKets Significa “al final”, “al cabo”. (Al fin y al cabo)

Primera aliyá, 41:1-14

Al final de dos años Paró tiene dos sueños seguidos. En el primero ve como siete vacas gordas suben del río y pacen en el carrizal. Luego suben otras siete vacas flacas y devoran las siete vacas gordas. En el segundo suben siete espigas llenas en un tallo. Luego brotan siete espigas  menudas que devoran  las siete espigas gruesas. Por la mañana su espíritu está turbado y llama a todos los adivinos y sabios y les cuenta sus sueños. Pero ninguno de ellos puede interpretarlos. Entonces el jefe de los coperos reconoce su pecado y cuenta lo que pasó cuando fue puesto en la cárcel junto con el panadero, como un joven hebreo había interpretado los sueños que habían tenido los dos y como se había cumplido su interpretación.

Segunda aliyá, 41:15-38

Entonces Paró manda sacar a Yosef del calabozo. Después de ser afeitado y cambiado sus vestidos es presentado ante Paró que le dice que ha tenido un sueño y que no hay nadie que lo puede interpretar y que ha oído decir de él que puede hacerlo. Yosef contesta diciendo que Eloah dará una respuesta. Paró le cuenta sus sueños a Yosef quien le contesta que los dos sueños son uno y que hablan de lo que Eloah va a hacer. Las siete vacas buenas y las siete espigas buenas son siete años. Las siete vacas flacas y las siete espigas feas serán siete años de hambre. Eloah ha mostrado al Paró lo que va a hacer. Siete años de gran abundancia llegará a todo Egipto y después llegarán siete años de hambre y se olvidará toda la abundancia porque el hambre asolará la tierra. Será un hambre muy severa. El sueños fue repetido dos veces para mostrar que es algo determinado por Eloah y que lo hará rápido. Que Paró busque un hombre sabio para poner sobre la tierra de Egipto y que ponga intendentes sobre el país que exija el quinto de la producción en los siete años de abundancia para almacenarlo en las ciudades bajo la protección de Paró. Así los víveres serán una reserva para los siete años de hambre para que el país no perezca.

Esto le parece bien a Paró y a todos sus siervos. Y Paró dice: “¿Podemos encontrar un hombre como éste, en quien esté el espíritu de Eloah?”

Tercera aliyá, 41:39-52

Paró dice a Yosef que no hay nadie tan sabio como él porque Elohim le ha revelado todo esto. Le pone sobre su casa y todo su pueblo será sustentado por sus órdenes. Sólo en el trono será mayor que Yosef. Paró también le pone sobre toda la tierra de Egipto, dándole su propio anillo de sellar y vistiéndole con ropas de lino fino y poniéndole un collar de oro en su cuello. Le hace montar en su segundo carro y proclaman delante de él “¡Avrej!”. Nadie levantará ni mano ni pie sin Yosef en toda la tierra de Egipto. Entonces Yosef tiene 30 años. Paró llama a Yosef Tsafnat-Paneaj y le da por esposa a Osnat, hija Poti-Fera, príncipe de On. Así Yosef sale por la tierra de Egipto. Durante los siete años de abundancia Yosef guarda el fruto en las ciudades, en cada ciudad el fruto de sus campos circunvecinos. Así almacena grano como la arena del mar que no se puede medir.

Durante ese tiempo le nacen dos hijos a Yosef de su esposa. El primero recibe el nombre de Menashé, porque Eloah le ha hecho olvidar su fatiga y la casa de su padre, y el segundo recibe el nombre de Efrayim, porque Eloah de ha hecho fecundo en la tierra de su aflicción.

Cuarta aliyá, 41:53 – 42:18

Después de los siete años de abundancia llegan los siete años de hambre como Yosef ha dicho. Hay hambre en todas las tierras, pero en todo Egipto hay pan. Cuando se siente el hambre en toda la tierra de Egipto el pueblo clama a Paró por pan. Paró dice a todos que se vayan a Yosef para hacer todo lo que él diga. El hambre se extiende sobre toda la tierra y Yosef abre los graneros y vende a los egipcios. Vienen de todos los países para comprar grano en Egipto por causa del hambre.

Al oír Yaakov que hay grano en Egipto manda a sus hijos descender allá a comprar un poco. Pero sólo van diez porque Binyamín no puede ir porque el padre teme que le suceda algo malo. Van con los otros de la tierra de Kenáan que van a comprar. Los hermanos de Yosef llegan y se postran ante él rostro en tierra. El los reconoce pero no les descubre su identidad y les habla duramente y pregunta de dónde han venido. Dicen que vienen de la tierra de Kenáan para comprar alimentos. No le reconocen. Yosef se acuerda de los sueños que ha tenido acerca de ellos y les dice que son espías. Contestan diciendo que no lo son sino que han venido para comprar alimentos y que son hijos de un solo hombre, honrados y no espías. Pero él insiste diciendo que han venido para ver las partes indefensas de la tierra. Contestan que son doce hermanos, hijos de un solo hombre en la tierra de Kenáan, y que el menor está con su padre y que el otro ya no existe. Yosef manda que uno de ellos vaya y traiga al hermano mientras los demás se queden presos para ver si es verdad lo que dicen. Les pone en arresto durante tres días. Al tercer día les da un plan, y así vivirán.

Quinta aliyá, 42:19 – 43:15

Un de los doce tendrá que quedarse preso y el resto podrá ir con el grano para el hambre de sus familias. Cuando vuelvan con el hermano menor serán verificadas sus palabras y no morirán. Los hermanos empiezan a hablar entre ellos de que eran culpables en cuanto al maltrato de su hermano y por eso les ha venido esta angustia. Reuvén les recuerda que les había dicho que no pecaran contra él y que ahora tienen que rendir cuentas por su sangre. Ellos no saben que Yosef los entiende porque les hablaba por medio de un intérprete. Yosef se aparta y llora. Luego vuelve y toma a Shimón y lo encierra en presencia de sus hermanos.

Yosef manda que sean llenados sus recipientes de grano y que su dinero sea devuelto en el saco de cada uno y que reciban provisiones para el camino. Los hermanos se van de allí y en el camino se espantan porque el dinero les ha sido dado de vuelta. Cuando llegan a su padre le cuentan todo lo que ha pasado. Todos tienen temor por lo sucedido y Yaakov les dice que le han privado de sus hijos, Yosef ya no existe, Shimón tampoco y ahora quieren llevar a Binyamín. Reuvén dice que puede dar muerte a sus dos hijos si no trae de vuelta a Binyamín. Yaakov no permite que descienda su hijo para que no muera como su hermano.

El hambre se pone peor en la tierra y terminan de comer lo que han comprado en Egipto. Entonces el padre dice que vuelvan a Egipto para comprar un poco de alimento. Pero Yehudá dice que el hombre claramente dijo que no podrían ver su rostro sin tener al hermano con ellos. Si envía al hermano con ellos podrán descender a comprar alimentos, pero si no, no. Israel pregunta por qué le contaron al hombre que tenían un hermano más. Contestan que el hombre les preguntó específicamente por la familia de ellos, si el padre vivía y si tenían otro hermano y que no tenían idea de que iba a pedir que trajeran al hermano. Yehudá se hace fiador y le pide al padre que envíe el muchacho con él para que se vayan y no mueran con sus pequeños. Israel acepta y los envía con los mejores productos de la tierra para dar al hombre. También llevan la doble cantidad de dinero, además del dinero que fue devuelto y a Binyamín y se presentan ante Yosef.

Sexta aliyá, 43:16-29

Cuando Yosef ve a Binyamín con ellos les hace entrar en su propia casa. Allí se les prepara un almuerzo con carne. Los hombres tienen miedo pensando que son llevados a la casa de Yosef por causa del dinero que fue devuelto y que ahora los van a hacer esclavos y tomar sus asnos. Por eso se acercan al mayordomo y le explican que han traído el dinero que fue devuelto y que no saben quién haya puesto el dinero en sus sacos. El mayordomo contesta diciendo que no se preocupen porque ya ha recibido su dinero y que el Eloah de su padre les ha dado ese tesoro. Les saca a Shimón. Luego los lava los pies y reciben forraje para los asnos. Preparan el regalo para cuando venga Yosef a comer. Al venir él se postran ante él en tierra. El pregunta cómo están y si todavía vive su padre. Dicen que se encuentra bien. Luego ve a Binyamín y pronuncia una bendición sobre él.

Séptima aliyá, 43:30 – 44:17

Yosef sale rápido porque se siente muy conmovido por su hermano y se aparta a su habitación y llora. Después lava su cara y sale a comer con ellos. Yosef come aparte, los hermanos también y también los egipcios porque los egipcios consideran una abominación comer con los hebreos. Los hermanos son puestos en orden de nacimiento y se miran con asombro. Yosef les envía porciones de su propia mesa, pero Binyamín recibe cinco veces más que los demás. Beben hasta emborracharse.

Yosef ordena que los costales sean llenados y que su dinero también sea puesto allí, y también que su copa sea puesto en el costal de Binyamín. Los hombres son despedidos muy temprano. Pero cuando han salido de la ciudad Yosef manda a su mayordomo a perseguirlos y a preguntar por qué han pagado mal por bien al robar la copa de su señor. Ellos dicen que no es así y que incluso habían traído el dinero que les había sido devuelto. El que tenga la copa morirá y los demás serán esclavos. El mayordomo dice que el que tenga la copa será esclavo y el resto se quedará libre. Al revisar los costales desde el mayor hasta el menor, encuentra la copa en el costal de Binyamín. Entonces rasgan sus vestidos y vuelven a la ciudad. Yehudá se presenta con sus hermanos en la casa de Yosef donde todavía está y se postran en la tierra ante él. Yosef les pregunta qué es lo que han hecho y si no saben que él puede adivinar. Yehudá dice que no pueden contestar nada y que Eloah ha descubierto su iniquidad. Se ofrecen como esclavos, pero Yosef contesta y dice que sólo el que tenía la copa tiene que quedarse como esclavo y el resto subir en paz a su padre.

Comentarios (Primera, quinta, sexta y séptima aliyot)

Primera aliyá, 41:1-14

41:1a “Y aconteció que al final de dos años” – Yosef tuvo que estar en la cárcel durante 13 años en total. Esto alude a que el Mesías ben Yosef tenía que sufrir y morir por las 12 tribus de Israel.

Los dos años también hacen alusión a la resurrección del Mesías después de dos días, como está escrito en Oseas 6:2:

Nos dará vida después de dos días, al tercer día nos levantará y viviremos delante de El.

Los dos días hablan incluso del resurgimiento, no solamente del estado de Israel, después de casi dos mil años de no existir, sino del resurgimiento de las diez tribus perdidas de la casa de Yosef. Como Yosef fue sacado de la cárcel al final de dos años, así sus descendientes serán sacados de entre las naciones al final de dos mil años para volver a tomar su lugar dentro de Israel.

La palabra hebrea traducida como “al cabo de” es “mi-kets”[1] y significa “al final”, “al cabo”. Esto nos enseña que los sueños de Paró están hablando no solamente de lo que pasó al final de los dos años más de cárcel que Yosef  tuvo que sufrir, sino también de lo que va a pasar al final de los dos mil años de la era mesiánica.

La muerte del panadero y la resurrección del copero antes de los dos años hablan de la muerte y resurrección del Mesías antes de los dos mil años. Y como el copero se olvidó de Yosef durante dos años, así Yeshúa ha sido ignorado por gran parte del pueblo judío, y el resto del mundo, durante dos mil años.

Al final de los dos años Yosef es levantado para ser virrey, gobernante de toda la nación después del Paró. Esto nos enseña que Yeshúa ben Yosef será puesto como gobernante sobre todas las naciones de la tierra al final de dos mil años después de su muerte y resurrección.

La repetición de la palabra “despertó”, en hebreo “yakats”[2], en los versículos 4, 7 y 21, que se parece a “kets”, “final”, que está en el versículo 1, también nos muestra que los sueños del Paró traen un mensaje para los últimos tiempos. La repetición del relato de los sueños es también una indicación de que no se refiere solamente al tiempo de Yosef sino también al final de este siglo, en relación con la segunda venida y reinado del Mesías ben Yosef.

41:14 “Entonces Paró mandó llamar a Yosef, y lo sacaron aprisa del calabozo; y después de afeitarse y cambiarse sus vestidos, vino a Paró” – La palabra hebrea que fue traducida como “calabozo” es “bor” y significa “hoyo”, “pozo”. Es la misma palabra que se encuentra en 37:24. Como ya hemos dicho antes, esto habla de la muerte del Mesías tanto por el pueblo de Israel como por el mundo gentil.

“lo sacaron” – Habla de la resurrección. El Mesías no salió de la muerte mediante su propia fuerza, fue resucitado por el Padre, como está escrito en Hechos 2:24:

a quien Eloah resucitó, poniendo fin a la agonía de la muerte, puesto que no era posible que El quedara bajo el dominio de ella.

En Hechos 2:32 está escrito:

“A este Yeshúa resucitó Eloah, de lo cual todos nosotros somos testigos.”

En Romanos 10:9 está escrito:

que si confiesas con tu boca a Yeshúa por Señor, y crees en tu corazón que Eloah le resucitó de entre los muertos, serás salvo.

Las traducciones Reina-Valera y La Biblia de Las Américas lamentablemente no han traducido el texto griego correctamente. En prácticamente todos los lugares donde habla de la resurrección se ha traducido como “resucitó” y no “fue resucitado” como realmente dice el texto griego en la mayoría de las veces. No es que Yeshúa se haya resucitado en si mismo. No tenía poder para ello, sino el Padre fue el que le levantó de entre los muertos.

“a prisa” – La resurrección fue algo que pasó sumamente rápido, según Zacarías 3:2b donde está escrito:

“¿No es este un tizón arrebatado del fuego?”

“afeitarse” – Esto alude al yetser hará, la inclinación al mal, que fue eliminado por la resurrección del Mesías. El pecado entró en el mundo por medio de un acto físico, cuando el primer hombre tomó el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Por medio de la boca entró la semilla del mal en el cuerpo del hombre. Por esto, la sede del pecado está en el cuerpo humano.

Aunque el pecado haya afectado tanto al alma como al espíritu del hombre, el lugar donde el pecado habita en el hombre es el cuerpo, como está escrito en Romanos 7:17-23:

“Así que ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no. Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no quiero, eso practico. Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí. Porque en el hombre interior me deleito con la ley de Eloah, pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros.”

Romanos 6:6 dice:

sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado

Y en Romanos 8:10 está escrito:

Y si el Mesías está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el espíritu está vivo a causa de la justicia.

Yeshúa tomó nuestros pecados, no en su alma ni en su espíritu, sino en su cuerpo, como está escrito en 1 Pedro 2:24:

y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, a fin de que muramos a los pecados y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.

Así que el pecado estaba en la parte más externa del Mesías Yeshúa cuando murió. Hay varios ejemplos en las Escrituras que hablan de rasurarse el pelo para purificarse, los cuales aluden al momento de la purificación del Mesías del pecado nuestro que estaba en su cuerpo.

En Levítico 14:8 está escrito:

Luego el que ha de ser purificado lavará su ropa, se rasurará todo el cabello, se bañará en agua y quedará limpio. Después podrá entrar al campamento, pero por siete días permanecerá fuera de su tienda.

En Números 8:7 está escrito:

Así harás con ellos para su purificación: rociarás sobre ellos agua purificadora, y que ellos hagan pasar una navaja sobre todo su cuerpo, laven sus ropas y quedarán purificados.

“cambiar los vestidos” – Esto habla del momento cuando el viejo hombre fue eliminado, simbolizado en las ropas viejas sucias, y el nuevo hombre fue creado, mediante la muerte y resurrección del Mesías, como está escrito en Zacarías 3:3-4:

Y Yehoshúa[3] estaba vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel. Y éste habló, y dijo a los que estaban delante de él: Quitadle las ropas sucias. Y a él le dijo: Mira, he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré de ropas de gala.

En Lucas 15:22 está escrito:

Pero el padre dijo a sus siervos: "Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies

En 1 Corintios 15:42-54 está escrito:

“Así es también la resurrección de los muertos. Se siembra un cuerpo corruptible (la vieja ropa), se resucita un cuerpo incorruptible (la nueva ropa); se siembra en deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida. Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es del cielo. Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales. Y tal como hemos traído la imagen del terrenal (la vieja ropa), traeremos también la imagen del celestial (la nueva ropa). Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Eloah; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible. He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria.

En 2 Corintios 5:2-3 está escrito:

Pues, en verdad, en esta morada gemimos, anhelando ser vestidos con nuestra habitación celestial; y una vez vestidos, no seremos hallados desnudos. Porque asimismo, los que estamos en esta tienda, gemimos agobiados, pues no queremos ser desvestidos, sino vestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.

En Filipenses 3:20-21 está escrito:

“Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Yeshúa el Mesías, el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.”

En Romanos 6:5-6 está escrito:

“Porque si hemos sido unidos a El en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El , para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado” 

“vino al Paró” – De la misma manera el Mesías, después de haber sido resucitado, fue elevado hasta lo sumo y presentado ante el Padre celestial para servirle como sumo sacerdote según el orden de Malki-Tsedek, como está escrito en el Salmo 110:1 y 4:

“Salmo de David. Dice el Eterno a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies... El Eterno ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Malki-Tsedek.

En 1 Pedro 3:22 está escrito:

quien está a la diestra de Eloah, habiendo subido al cielo después de que le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades.

En Filipenses 2:9 está escrito:

Por lo cual Eloah también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el Nombre que es sobre todo nombre

Quinta aliyá, 42:19 – 43:15

42:21 “Entonces se dijeron el uno al otro: Verdaderamente somos culpables en cuanto a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.” – La razón por la que trató duramente a sus hermanos fue porque el Eterno le estaba usando como un instrumento para producir arrepentimiento en ellos. También fue porque necesitaban aprobar el examen y mostrar que se habían arrepentido de verdad de su pecado. Ahora volvieron a estar en una situación semejante a la anterior y tenían la oportunidad de rectificar, y no volver a abandonar al hermano, hijo de Rajel, ni defraudar a su padre. Vemos como el trato de Yosef produjo un buen resultado en ellos, como está escrito en 2 Corintios 7:10:

Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Eloah produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte.

la angustia de su alma” – Así también el alma de Yeshúa se angustió cuando fue vendido por sus hermanos y entregado en manos de los gentiles para morir, según Isaías 53:11, donde está escrito:

Debido a la angustia de su alma, El lo verá y quedará satisfecho. Por su conocimiento, el Justo, mi Siervo, justificará a muchos, y cargará las iniquidades de ellos.

42:24 “Y se apartó de su lado y lloró. Y cuando volvió a ellos y les habló, tomó de entre ellos a Shimón, y lo ató a la vista de sus hermanos.” – Reuvén, el primogénito, no estaba de acuerdo con el maltrato de Yosef. Shimón, que era el segundo, era un hombre sumamente violento, junto con su hermano Leví. Habían asesinado a toda una ciudad. Shimón necesitaba un trato especial para poder arrepentirse de su pecado y humillar su corazón duro. Esa fue la razón por la que Yosef le tomó a él y le encerró.

42:25 “Yosef mandó que les llenaran sus vasijas de grano y que devolvieran el dinero a cada uno poniéndolo en su saco, y que les dieran provisiones para el camino. Y así se hizo con ellos.” – Aunque los hermanos no reconocieron a Yosef en su primera visita, tuvieron la oportunidad de obtener grano para saciar su hambre y vivir. De la misma manera hay varias enseñanzas que han sido recopiladas en la Mishná y el Talmud que tienen su origen en las enseñanzas de Yeshúa. Es debido a que nuestro Rebe estaba rodeado de escribas y fariseos en todo momento y ellos fueron impactados por sus enseñanzas. Así el pan del Hijo de Yosef también ha estado alimentando al pueblo judío desde su primer encuentro aunque no le hayan reconocido.

42:30 “El hombre, el señor de aquella tierra, nos habló duramente y nos tomó por espías del país.” – Así sienten los judíos por el trato del mundo cristiano. Los cristianos son los que peor han tratado al pueblo judío durante los últimos dos mil años. El judío piensa que Jesucristo le odia. En el nombre de Jesús se han cometido las cosas más crueles contra los judíos. Tanto las cruzadas como la inquisición española y el exterminio nazi se hicieron en el nombre de Jesucristo. Lamentablemente este trato cristiano tan duro es uno de los impedimentos mayores para que el pueblo judío pueda reconocer al hijo de Yosef como el Mesías. En lugar de provocar al judío a celos lo ha provocado a odio contra su propio Mesías. ¡Esto tiene que cambiar!

Todo esto debido a una teología anti judía y de reemplazo que es el mismo fundamento del cristianismo. Ahora es el tiempo para derrumbar esa teología. Ahora es el tiempo de la restauración de los conceptos originales de la única fe válida para todos los siglos y para todas las personas, la fe hebrea.

43:8-9 “Y Yehudá dijo a su padre Israel: Envía al muchacho conmigo, y nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no perezcamos, tanto nosotros como tú y nuestros pequeños. Yo me haré responsable de él; de mi mano lo demandarás. Si yo no te lo vuelvo a traer y lo pongo delante de ti, que lleve yo la culpa para siempre delante de ti” – Ahora Yehudá entra en la escena y toma el control de la situación. El está dispuesto a responder por el hermano pequeño y ser culpable para siempre si no es devuelto a su padre. Esto nos habla de la actitud del Mesías, que nació por medio de Yehudá, que estaba dispuesto a responder, no sólo por sus hermanos judíos, sino por el mundo entero. Para liberarnos de nuestros pecados él tomó nuestra culpa y fue castigado en nuestro lugar para que fuéramos liberados de las consecuencias de nuestros pecados, como está escrito en 1 Juan 2:1-2:

Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Yeshúa el Mesías el justo. El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros (los judíos), sino también por los del mundo entero (los gentiles).

En 2 Corintios 5:21 está escrito:

Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Eloah en El.

Sexta aliyá, 43:16-29

43:26, 28b “Cuando Yosef regresó a casa, le trajeron el presente que tenían en su mano a la casa y se postraron ante él en tierra... se inclinaron en reverencia.” – Por fin se cumplió el primer sueño que había tenido Yosef acerca de sus hermanos. Ahora todos los hermanos estaban reunidos y los once hermanos se inclinaban ante Yosef. Es interesante que el sueño hablaba de atar gavillas en el campo de la cosecha. Es evidente que ahora se estaban cosechando las almas de estos hermanos preciosos para el Reino mesiánico que viene. Durante la angustia Yaakov se inclinará ante el Mesías Yeshua y así también habrá una cosecha en el pueblo judío, como está escrito en Oseas 6:11:

Para ti también, oh Yehudá (el pueblo judío), hay preparada una cosecha, cuando yo restaure el bienestar de mi pueblo (las 12 tribus entre los gentiles).

De este texto también aprendemos que todo Israel, las doce tribus, un día se inclinarán ante Ben Yosef”

Séptima aliyá y maftir, 43:30 – 44:17

43:30   “Y Yosef se apresuró a salir, pues se sintió profundamente conmovido a causa de su hermano y buscó donde llorar; y entró en su aposento y lloró allí.” – Mashiaj ben Yosef tiene una compasión especial por sus hermanos en la carne, aunque le han tratado tan mal.

         Yosef se apartó por un tiempo y lloró por su amor por ellos antes de darse a conocer. El aposento alude al lugar santísimo en el tabernáculo celestial, donde el Mesías está ministrando ahora llorando e intercediendo por los hijos de Israel, como está escrito en Romanos 8:34:

¿Quién es el que condena? El Mesías Yeshúa es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Eloah, el que también intercede por nosotros.

En Hebreos 9:24 está escrito:

Porque el Mesías no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Eloah por nosotros.

43:34 “El les llevó porciones de su propia mesa, pero la porción de Binyamín era cinco veces mayor que la de cualquiera de ellos. Bebieron, pues, y se embriagaron con él.” – La Torá no ha ocultado el hecho de que se embriagaron. (Lamentable muchas traducciones cristianas sí lo han hecho al no traducir este versículo como está escrito según el hebreo.) ¿Por qué se emborracharon si la borrachera no está permitida según las Escrituras?[12] ¿Y por qué la Torá no ocultó este hecho vergonzoso de los doce hijos de Israel? La resupesta es porque hay una proyección profética para lo que va a ocurrir con la reunión de las doce tribus de Israel en los últimos tiempos bajo la dirección del Mesías Yeshúa. En ese momento habrá un derramamiento del Espíritu de El Eterni que será semejante a una borrachera, semejante al que se ve en Hechos 2:4, 15-16:

“Todos fueron llenos del Espíritu de santidad y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse... éstos no están borrachos como vosotros suponéis, pues apenas es la hora tercera del día; sino que esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel...”

En el Salmo 126:1-6 está escrito:

“Cántico de ascenso gradual. Cuando el Eterno hizo volver a los cautivos de Tsión, éramos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenó de risa, y nuestra lengua de gritos de alegría; entonces dijeron entre las naciones: Grandes cosas ha hecho el Eterno con ellos. Grandes cosas ha hecho el Eterno con nosotros; estamos alegres. Haz volver, Eterno, a nuestros cautivos, como las corrientes en el sur. Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo. El que con lágrimas anda, llevando la semilla de la siembra, en verdad volverá con gritos de alegría, trayendo sus gavillas.

En este Salmo vemos varias cosas que concuerdan con el texto que estamos estudiando. El Eterno va a hacer que las trece tribus se reúnan de nuevo. Entonces se producirá una euforia como en un sueño, con risas y gritos de alegría y júbilo, como una borrachera. Esta vuelta se compara con la alegría por la cosecha al traer sus gavillas. Esto conecta el evento de la reunificación de las doce tribus con una gran cosecha de almas en los últimos tiempos, como está escrito en Mateo 13:39b:

la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

En Isaías 9:3 está escrito:

Multiplicaste la nación, aumentaste su alegría; se alegran en tu presencia como con la alegría de la cosecha, como se regocijan los hombres cuando se reparten el botín.

El almuerzo en la casa de Yosef también representa la cena que se dará en el reino junto con el Mesías y las trece tribus de Israel, como está escrito en Mateo 26:29:

Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

En Lucas 22:28-30 está escrito:

“Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas;  y así como mi Padre me ha otorgado un reino, yo os otorgo que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino; y os sentaréis en tronos juzgando a las trece tribus de Israel.

Una de las misiones del Mesías Yeshúa es restaurar y reunir las tribus de Israel, como está escrito en Isaías 49:5-6:

“Y ahora dice el Eterno (el que me formó desde el seno materno para ser su siervo, para hacer que Yaakov vuelva a El y que Israel se reúna con El, porque honrado soy a los ojos del Eterno y mi Eloah ha sido mi fortaleza), dice El: Poca cosa es que tú seas mi siervo, para levantar las tribus de Yaakov y para restaurar a los que quedaron de Israel; también te haré luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.

Como la gran mayoría de los descendientes de las  tribus están entre los gentiles, esta restauración y reunificación implica que los que de ellos son del Mesías entre los gentiles experimenten una fuerza increíble que los llevará a unirse con sus hermanos judíos para ser un solo pueblo.

El movimiento llamado mesiánico es el inicio de esta reunificación entre gentiles, donde están las tribus perdidas, y judíos en el Mesías Yeshúa. Nosotros somos parte de este movimiento de la redención final de Israel de las naciones y la reunificación de las doce tribus. ¿Cuántos sienten ya algo de esta borrachera? ¡Habrá mucho más! ¡¡Esto es sólo el inicio!!

44:14 “Yehudá llegó con sus hermanos a casa de Yosef, él estaba aún allí, y ellos cayeron a tierra delante de él.” – En este tiempo hay esfuerzos tanto de los judíos ortodoxos como de los judíos mesiánicos de ir a buscar “la casa de Yosef”, las diez tribus perdidas entre las naciones. El Eterni está impulsándonos a hacer esto porque se está acercando el momento cuando el Hijo de Yosef se va a dar a conocer a sus hermanos.

Aquí vemos que los once hijos de Israel se inclinan otra vez ante Yosef. Por segunda vez se cumplió el sueño.

Este texto nos induce a pensar que los judíos reconocerán a Yeshúa en la casa de Yosef. La casa de Yosef son las diez tribus perdidas que están volviendo a casa en este tiempo, y principalmente de entre los cristianos.

Este texto también nos enseña que muchos judíos se inclinarán ante un Mesías gentilizado, en un contexto extraño, que es el mundo cristiano. Desde el año 1967, cada vez más judíos se han hecho cristianos y “mesiánicos” (que en su mayoría son cristianos que tienen un tinte judío pero que mantienen la teología cristiana que no les permite ser fieles ni a la Torá ni a las tradiciones judías) y así han adaptado costumbres “egipcias” que no tienen nada que ver con la fe hebrea. Han reconocido a “Jesucristo” como su salvador en un ambiente cristiano, pero no le han visto todavía como un judío practicante de la Torá de Moshé y fiel a las tradiciones de su pueblo. ¡Ellos tendrán una gran sorpresa cuando él se manifieste como el que realmente es!

44:16 “Entonces dijo Yehudá: ¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué podemos hablar y cómo nos justificaremos? Eloah ha descubierto la iniquidad de tus siervos; he aquí, somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue encontrada la copa.” – La iniquidad de la cual Yehudá está hablando, no es el robo de la copa, puesto que eran inocentes, sino lo que habían hecho con su hermano Yosef. Yehudá, que es el padre de los judíos, es el que va en la brecha para presentarse ante Yosef y pedir misericordia. Este es el momento crucial de toda la historia de Yosef, cuando Yehudá muestra arrepentimiento por haber vendido a su hermano. Cuando el pueblo judío reconozca su grave error de haber negado a Yeshúa, él se dará a conocer. Y de eso hablaremos más en la próxima Parashá.

¡Shabat shalom!

Adaptado por: HOSHEA BEN YISRAEL

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