Parashá 10 MiKets
Génesis 41:1 – 44:17
Para ser
compartida en el Shabat del 30 de kislev de 5786-
Dicembre 20
de 2025
A la caida
del sol de este Shabat es Rosh Jodesh (cabeza de mes ) 1° de Tevet de 5786
Aliyás
de la Torá:
1.
41:1-14
2.
41:15-38
3.
41:39-52
4.
41:53 – 42:18
5.
42:19 – 43:15
6.
43:16-29
7.
43:30 – 44:17
Haftará: 1 Reyes
3:15 – 4:1
Brit Hadasha: Marcos 14:1
– 31
1. 14;1-9
2. 14:10-11
3. 14;12-25
4. 14;26-31
MiKets Significa “al
final”, “al cabo”. (Al fin y al cabo)
Primera aliyá, 41:1-14
Al final de dos años Paró tiene dos sueños seguidos. En el
primero ve como siete vacas gordas suben del río y pacen en el carrizal. Luego
suben otras siete vacas flacas y devoran las siete vacas gordas. En el segundo
suben siete espigas llenas en un tallo. Luego brotan siete espigas
menudas que devoran las siete espigas gruesas. Por la mañana su espíritu
está turbado y llama a todos los adivinos y sabios y les cuenta sus sueños.
Pero ninguno de ellos puede interpretarlos. Entonces el jefe de los coperos reconoce
su pecado y cuenta lo que pasó cuando fue puesto en la cárcel junto con el
panadero, como un joven hebreo había interpretado los sueños que habían tenido
los dos y como se había cumplido su interpretación.
Segunda aliyá, 41:15-38
Entonces Paró manda sacar a Yosef del calabozo. Después de
ser afeitado y cambiado sus vestidos es presentado ante Paró que le dice que ha
tenido un sueño y que no hay nadie que lo puede interpretar y que ha oído decir
de él que puede hacerlo. Yosef contesta diciendo que Eloah dará una respuesta.
Paró le cuenta sus sueños a Yosef quien le contesta que los dos sueños son uno
y que hablan de lo que Eloah va a hacer. Las siete vacas buenas y las siete
espigas buenas son siete años. Las siete vacas flacas y las siete espigas feas
serán siete años de hambre. Eloah ha mostrado al Paró lo que va a hacer. Siete
años de gran abundancia llegará a todo Egipto y después llegarán siete años de
hambre y se olvidará toda la abundancia porque el hambre asolará la tierra. Será
un hambre muy severa. El sueños fue repetido dos veces para mostrar que es algo
determinado por Eloah y que lo hará rápido. Que Paró busque un hombre sabio
para poner sobre la tierra de Egipto y que ponga intendentes sobre el país que
exija el quinto de la producción en los siete años de abundancia para
almacenarlo en las ciudades bajo la protección de Paró. Así los víveres serán
una reserva para los siete años de hambre para que el país no perezca.
Esto le parece bien a Paró y a todos sus siervos. Y Paró
dice: “¿Podemos encontrar un hombre como éste, en quien esté el espíritu de
Eloah?”
Tercera aliyá, 41:39-52
Paró dice a Yosef que no hay nadie tan sabio como él porque
Elohim le ha revelado todo esto. Le pone sobre su casa y todo su pueblo será
sustentado por sus órdenes. Sólo en el trono será mayor que Yosef. Paró también
le pone sobre toda la tierra de Egipto, dándole su propio anillo de sellar y
vistiéndole con ropas de lino fino y poniéndole un collar de oro en su cuello.
Le hace montar en su segundo carro y proclaman delante de él “¡Avrej!”. Nadie
levantará ni mano ni pie sin Yosef en toda la tierra de Egipto. Entonces Yosef
tiene 30 años. Paró llama a Yosef Tsafnat-Paneaj y le da por esposa a Osnat,
hija Poti-Fera, príncipe de On. Así Yosef sale por la tierra de Egipto. Durante
los siete años de abundancia Yosef guarda el fruto en las ciudades, en cada ciudad
el fruto de sus campos circunvecinos. Así almacena grano como la arena del mar
que no se puede medir.
Durante ese tiempo le nacen dos hijos a Yosef de su esposa.
El primero recibe el nombre de Menashé, porque Eloah le ha hecho olvidar su
fatiga y la casa de su padre, y el segundo recibe el nombre de Efrayim, porque
Eloah de ha hecho fecundo en la tierra de su aflicción.
Cuarta aliyá, 41:53 – 42:18
Después de los siete años de abundancia llegan los siete
años de hambre como Yosef ha dicho. Hay hambre en todas las tierras, pero en
todo Egipto hay pan. Cuando se siente el hambre en toda la tierra de Egipto el
pueblo clama a Paró por pan. Paró dice a todos que se vayan a Yosef para hacer
todo lo que él diga. El hambre se extiende sobre toda la tierra y Yosef abre
los graneros y vende a los egipcios. Vienen de todos los países para comprar
grano en Egipto por causa del hambre.
Al oír Yaakov que hay grano en Egipto manda a sus hijos
descender allá a comprar un poco. Pero sólo van diez porque Binyamín no puede
ir porque el padre teme que le suceda algo malo. Van con los otros de la tierra
de Kenáan que van a comprar. Los hermanos de Yosef llegan y se postran ante él
rostro en tierra. El los reconoce pero no les descubre su identidad y les habla
duramente y pregunta de dónde han venido. Dicen que vienen de la tierra de
Kenáan para comprar alimentos. No le reconocen. Yosef se acuerda de los sueños
que ha tenido acerca de ellos y les dice que son espías. Contestan diciendo que
no lo son sino que han venido para comprar alimentos y que son hijos de un solo
hombre, honrados y no espías. Pero él insiste diciendo que han venido para ver las
partes indefensas de la tierra. Contestan que son doce hermanos, hijos de un
solo hombre en la tierra de Kenáan, y que el menor está con su padre y que el
otro ya no existe. Yosef manda que uno de ellos vaya y traiga al hermano
mientras los demás se queden presos para ver si es verdad lo que dicen. Les
pone en arresto durante tres días. Al tercer día les da un plan, y así vivirán.
Quinta aliyá, 42:19 – 43:15
Un de los doce tendrá que quedarse preso y el resto podrá
ir con el grano para el hambre de sus familias. Cuando vuelvan con el hermano
menor serán verificadas sus palabras y no morirán. Los hermanos empiezan a
hablar entre ellos de que eran culpables en cuanto al maltrato de su hermano y
por eso les ha venido esta angustia. Reuvén les recuerda que les había dicho
que no pecaran contra él y que ahora tienen que rendir cuentas por su sangre.
Ellos no saben que Yosef los entiende porque les hablaba por medio de un
intérprete. Yosef se aparta y llora. Luego vuelve y toma a Shimón y lo encierra
en presencia de sus hermanos.
Yosef manda que sean llenados sus recipientes de grano y
que su dinero sea devuelto en el saco de cada uno y que reciban provisiones
para el camino. Los hermanos se van de allí y en el camino se espantan porque
el dinero les ha sido dado de vuelta. Cuando llegan a su padre le cuentan todo
lo que ha pasado. Todos tienen temor por lo sucedido y Yaakov les dice que le
han privado de sus hijos, Yosef ya no existe, Shimón tampoco y ahora quieren
llevar a Binyamín. Reuvén dice que puede dar muerte a sus dos hijos si no trae
de vuelta a Binyamín. Yaakov no permite que descienda su hijo para que no muera
como su hermano.
El hambre se pone peor en la tierra y terminan de comer lo
que han comprado en Egipto. Entonces el padre dice que vuelvan a Egipto para
comprar un poco de alimento. Pero Yehudá dice que el hombre claramente dijo que
no podrían ver su rostro sin tener al hermano con ellos. Si envía al hermano
con ellos podrán descender a comprar alimentos, pero si no, no. Israel pregunta
por qué le contaron al hombre que tenían un hermano más. Contestan que el
hombre les preguntó específicamente por la familia de ellos, si el padre vivía
y si tenían otro hermano y que no tenían idea de que iba a pedir que trajeran
al hermano. Yehudá se hace fiador y le pide al padre que envíe el muchacho con
él para que se vayan y no mueran con sus pequeños. Israel acepta y los envía
con los mejores productos de la tierra para dar al hombre. También llevan la
doble cantidad de dinero, además del dinero que fue devuelto y a Binyamín y se
presentan ante Yosef.
Sexta aliyá, 43:16-29
Cuando Yosef ve a Binyamín con ellos les hace entrar en su
propia casa. Allí se les prepara un almuerzo con carne. Los hombres tienen
miedo pensando que son llevados a la casa de Yosef por causa del dinero que fue
devuelto y que ahora los van a hacer esclavos y tomar sus asnos. Por eso se
acercan al mayordomo y le explican que han traído el dinero que fue devuelto y
que no saben quién haya puesto el dinero en sus sacos. El mayordomo contesta
diciendo que no se preocupen porque ya ha recibido su dinero y que el Eloah de
su padre les ha dado ese tesoro. Les saca a Shimón. Luego los lava los pies y
reciben forraje para los asnos. Preparan el regalo para cuando venga Yosef a
comer. Al venir él se postran ante él en tierra. El pregunta cómo están y si
todavía vive su padre. Dicen que se encuentra bien. Luego ve a Binyamín y
pronuncia una bendición sobre él.
Séptima aliyá, 43:30 – 44:17
Yosef sale rápido porque se siente muy conmovido por su
hermano y se aparta a su habitación y llora. Después lava su cara y sale a
comer con ellos. Yosef come aparte, los hermanos también y también los egipcios
porque los egipcios consideran una abominación comer con los hebreos. Los
hermanos son puestos en orden de nacimiento y se miran con asombro. Yosef les
envía porciones de su propia mesa, pero Binyamín recibe cinco veces más que los
demás. Beben hasta emborracharse.
Yosef ordena que los costales sean llenados y que su dinero
también sea puesto allí, y también que su copa sea puesto en el costal de
Binyamín. Los hombres son despedidos muy temprano. Pero cuando han salido de la
ciudad Yosef manda a su mayordomo a perseguirlos y a preguntar por qué han
pagado mal por bien al robar la copa de su señor. Ellos dicen que no es así y
que incluso habían traído el dinero que les había sido devuelto. El que tenga
la copa morirá y los demás serán esclavos. El mayordomo dice que el que tenga
la copa será esclavo y el resto se quedará libre. Al revisar los costales desde
el mayor hasta el menor, encuentra la copa en el costal de Binyamín. Entonces
rasgan sus vestidos y vuelven a la ciudad. Yehudá se presenta con sus hermanos
en la casa de Yosef donde todavía está y se postran en la tierra ante él. Yosef
les pregunta qué es lo que han hecho y si no saben que él puede adivinar.
Yehudá dice que no pueden contestar nada y que Eloah ha descubierto su
iniquidad. Se ofrecen como esclavos, pero Yosef contesta y dice que sólo el que
tenía la copa tiene que quedarse como esclavo y el resto subir en paz a su
padre.
Comentarios
(Primera, quinta, sexta y séptima aliyot)
Primera aliyá, 41:1-14
41:1a “Y aconteció que al final de dos años” – Yosef tuvo
que estar en la cárcel durante 13 años en total. Esto alude a que el Mesías ben
Yosef tenía que sufrir y morir por las 12 tribus de Israel.
Los dos años también hacen alusión a la resurrección del
Mesías después de dos días, como está escrito en Oseas 6:2:
“Nos dará
vida después de dos días, al tercer día nos levantará y viviremos delante de
El.”
Los dos días hablan incluso del resurgimiento, no solamente
del estado de Israel, después de casi dos mil años de no existir, sino del
resurgimiento de las diez tribus perdidas de la casa de Yosef. Como Yosef fue
sacado de la cárcel al final de dos años, así sus descendientes serán sacados
de entre las naciones al final de dos mil años para volver a tomar su lugar
dentro de Israel.
La palabra hebrea traducida como “al cabo de” es “mi-kets”[1] y
significa “al final”, “al cabo”. Esto nos enseña que los sueños de Paró están
hablando no solamente de lo que pasó al final de los dos años más de cárcel que
Yosef tuvo que sufrir, sino también de
lo que va a pasar al final de los dos mil años de la era mesiánica.
La muerte del panadero y la resurrección del copero antes
de los dos años hablan de la muerte y resurrección del Mesías antes de los dos
mil años. Y como el copero se olvidó de Yosef durante dos años, así Yeshúa ha
sido ignorado por gran parte del pueblo judío, y el resto del mundo, durante
dos mil años.
Al final de los dos años Yosef es levantado para ser
virrey, gobernante de toda la nación después del Paró. Esto nos enseña que
Yeshúa ben Yosef será puesto como gobernante sobre todas las naciones de la
tierra al final de dos mil años después de su muerte y resurrección.
La repetición de la palabra “despertó”, en hebreo “yakats”[2],
en los versículos 4, 7 y 21, que se parece a “kets”, “final”, que está en el
versículo 1, también nos muestra que los sueños del Paró traen un mensaje para
los últimos tiempos. La repetición del relato de los sueños es también una
indicación de que no se refiere solamente al tiempo de Yosef sino también al
final de este siglo, en relación con la segunda venida y reinado del Mesías ben
Yosef.
41:14 “Entonces Paró mandó llamar a Yosef, y lo sacaron aprisa del
calabozo; y después de afeitarse y cambiarse sus vestidos, vino a Paró” –
La palabra hebrea que fue traducida como “calabozo” es “bor” y significa
“hoyo”, “pozo”. Es la misma palabra que se encuentra en 37:24. Como ya hemos
dicho antes, esto habla de la muerte del Mesías tanto por el pueblo de Israel
como por el mundo gentil.
“lo sacaron” – Habla de la resurrección.
El Mesías no salió de la muerte mediante su propia fuerza, fue resucitado por
el Padre, como está escrito en Hechos 2:24:
“a quien Eloah resucitó, poniendo
fin a la agonía de la muerte, puesto que no era posible que El quedara bajo el
dominio de ella.”
En Hechos 2:32 está escrito:
“A este Yeshúa resucitó Eloah, de lo
cual todos nosotros somos testigos.”
En Romanos 10:9 está escrito:
“que
si confiesas con tu boca a Yeshúa por Señor, y crees en tu corazón que
Eloah le resucitó de entre los muertos, serás salvo.”
Las traducciones Reina-Valera y La Biblia de Las Américas
lamentablemente no han traducido el texto griego correctamente. En
prácticamente todos los lugares donde habla de la resurrección se ha traducido
como “resucitó” y no “fue resucitado” como realmente dice el texto griego en la
mayoría de las veces. No es que Yeshúa se haya resucitado en si mismo. No tenía
poder para ello, sino el Padre fue el que le levantó de entre los muertos.
“a prisa” – La resurrección fue algo que pasó sumamente rápido, según
Zacarías 3:2b donde está escrito:
“¿No es este un tizón arrebatado del fuego?”
“afeitarse” – Esto alude al yetser
hará, la inclinación al mal, que fue eliminado por la resurrección del Mesías.
El pecado entró en el mundo por medio de un acto físico, cuando el primer
hombre tomó el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Por medio de
la boca entró la semilla del mal en el cuerpo del hombre. Por esto, la sede del
pecado está en el cuerpo humano.
Aunque
el pecado haya afectado tanto al alma como al espíritu del hombre, el lugar
donde el pecado habita en el hombre es el cuerpo, como está escrito en
Romanos 7:17-23:
“Así que ya no soy yo el que lo
hace, sino el pecado que habita en mí. Porque yo sé que en mí, es decir, en mi
carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el
hacer el bien, no. Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no
quiero, eso practico. Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy
yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. Así que, queriendo yo hacer
el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí. Porque en el hombre
interior me deleito con la ley de Eloah, pero veo otra ley en los miembros de
mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la
ley del pecado que está en mis miembros.”
Romanos 6:6 dice:
“sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El,
para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos
esclavos del pecado”
Y en Romanos 8:10 está escrito:
“Y si el
Mesías está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin
embargo, el espíritu está vivo a causa de la justicia.”
Yeshúa tomó nuestros pecados, no en su alma ni en su
espíritu, sino en su cuerpo, como está escrito en 1 Pedro 2:24:
“y El mismo
llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, a fin de que muramos a los
pecados y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.”
Así que el pecado estaba en la parte más externa del Mesías
Yeshúa cuando murió. Hay varios ejemplos en las Escrituras que hablan de
rasurarse el pelo para purificarse, los cuales aluden al momento de la
purificación del Mesías del pecado nuestro que estaba en su cuerpo.
En Levítico 14:8 está escrito:
“Luego el que
ha de ser purificado lavará su ropa, se rasurará todo el cabello, se bañará en
agua y quedará limpio. Después podrá entrar al campamento, pero por siete días
permanecerá fuera de su tienda.”
En Números 8:7 está escrito:
“Así harás
con ellos para su purificación: rociarás sobre ellos agua purificadora,
y que ellos hagan pasar una navaja sobre todo su cuerpo, laven sus ropas y
quedarán purificados.”
“cambiar los vestidos” – Esto habla del momento cuando el
viejo hombre fue eliminado, simbolizado en las ropas viejas sucias, y el nuevo
hombre fue creado, mediante la muerte y resurrección del Mesías, como está
escrito en Zacarías 3:3-4:
“Y Yehoshúa[3] estaba vestido de ropas sucias, en pie delante
del ángel. Y éste habló, y dijo a los que estaban delante de él: Quitadle las
ropas sucias. Y a él le dijo: Mira, he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré
de ropas de gala.”
En Lucas 15:22 está escrito:
“Pero el
padre dijo a sus siervos: "Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned
un anillo en su mano y sandalias en los pies”
En 1
Corintios 15:42-54 está escrito:
“Así es también la resurrección de
los muertos. Se siembra un cuerpo corruptible (la vieja ropa), se
resucita un cuerpo incorruptible (la nueva ropa); se siembra en
deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se resucita en poder;
se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un
cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. Así también está escrito: El primer HOMBRE,
Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida. Sin
embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual. El
primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es del cielo. Como
es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial,
así son también los que son celestiales. Y tal como hemos traído la imagen del
terrenal (la vieja ropa), traeremos también la imagen del celestial
(la nueva ropa). Y esto digo, hermanos: que la carne y la
sangre no pueden heredar el reino de Eloah; ni lo que se corrompe hereda lo
incorruptible. He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos
seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar
de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán
incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se
vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Pero
cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya
vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA
HA SIDO LA MUERTE en victoria.”
En 2 Corintios 5:2-3 está escrito:
“Pues, en
verdad, en esta morada gemimos, anhelando ser vestidos con nuestra
habitación celestial; y una vez vestidos, no seremos hallados desnudos. Porque
asimismo, los que estamos en esta tienda, gemimos agobiados, pues no queremos
ser desvestidos, sino vestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.”
En
Filipenses 3:20-21 está escrito:
“Porque
nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos
a un Salvador, el Señor Yeshúa el Mesías, el cual transformará el cuerpo de
nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el
ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.”
En
Romanos 6:5-6 está escrito:
“Porque
si hemos sido unidos a El en la semejanza de su muerte, ciertamente lo
seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo esto, que nuestro viejo
hombre fue crucificado con El , para que nuestro cuerpo de pecado fuera
destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado”
“vino al
Paró” – De la misma manera el Mesías, después de haber sido resucitado, fue
elevado hasta lo sumo y presentado ante el Padre celestial para servirle como
sumo sacerdote según el orden de Malki-Tsedek, como está escrito en el Salmo
110:1 y 4:
“Salmo
de David. Dice el Eterno a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a
tus enemigos por estrado de tus pies... El
Eterno ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el
orden de Malki-Tsedek.”
En 1 Pedro 3:22 está escrito:
“quien está a la diestra de Eloah, habiendo subido al cielo
después de que le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades.”
En Filipenses 2:9 está escrito:
“Por lo cual Eloah
también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el Nombre que es sobre todo
nombre”
Quinta aliyá, 42:19 – 43:15
42:21 “Entonces se dijeron el uno al otro: Verdaderamente somos culpables
en cuanto a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos
rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.” –
La razón por la que trató duramente a sus hermanos fue porque el Eterno le
estaba usando como un instrumento para producir arrepentimiento en ellos.
También fue porque necesitaban aprobar el examen y mostrar que se habían
arrepentido de verdad de su pecado. Ahora volvieron a estar en una situación
semejante a la anterior y tenían la oportunidad de rectificar, y no volver a
abandonar al hermano, hijo de Rajel, ni defraudar a su padre. Vemos como el
trato de Yosef produjo un buen resultado en ellos, como está escrito en 2
Corintios 7:10:
“Porque la
tristeza que es conforme a la voluntad de Eloah produce un
arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la
tristeza del mundo produce muerte.”
“la angustia
de su alma” – Así también el alma de Yeshúa se angustió cuando fue
vendido por sus hermanos y entregado en manos de los gentiles para morir, según
Isaías 53:11, donde está escrito:
“Debido a la
angustia de su alma, El lo verá y quedará satisfecho. Por su
conocimiento, el Justo, mi Siervo, justificará a muchos, y cargará las
iniquidades de ellos.”
42:24 “Y se apartó de su lado y lloró. Y cuando volvió a ellos y les
habló, tomó de entre ellos a Shimón, y lo ató a la vista de sus hermanos.” –
Reuvén, el primogénito, no estaba de acuerdo con el maltrato de Yosef. Shimón,
que era el segundo, era un hombre sumamente violento, junto con su hermano
Leví. Habían asesinado a toda una ciudad. Shimón necesitaba un trato especial
para poder arrepentirse de su pecado y humillar su corazón duro. Esa fue la
razón por la que Yosef le tomó a él y le encerró.
42:25 “Yosef mandó que les llenaran sus vasijas de grano y que
devolvieran el dinero a cada uno poniéndolo en su saco, y que les dieran
provisiones para el camino. Y así se hizo con ellos.” – Aunque los
hermanos no reconocieron a Yosef en su primera visita, tuvieron la oportunidad
de obtener grano para saciar su hambre y vivir. De la misma manera hay varias
enseñanzas que han sido recopiladas en la Mishná y el Talmud que tienen su
origen en las enseñanzas de Yeshúa. Es debido a que nuestro Rebe estaba rodeado
de escribas y fariseos en todo momento y ellos fueron impactados por sus
enseñanzas. Así el pan del Hijo de Yosef también ha estado alimentando al
pueblo judío desde su primer encuentro aunque no le hayan reconocido.
42:30 “El hombre, el señor de aquella tierra, nos habló duramente y nos
tomó por espías del país.” – Así sienten los judíos por el trato
del mundo cristiano. Los cristianos son los que peor han tratado al pueblo
judío durante los últimos dos mil años. El judío piensa que Jesucristo le odia.
En el nombre de Jesús se han cometido las cosas más crueles contra los judíos.
Tanto las cruzadas como la inquisición española y el exterminio nazi se
hicieron en el nombre de Jesucristo. Lamentablemente este trato cristiano tan
duro es uno de los impedimentos mayores para que el pueblo judío pueda
reconocer al hijo de Yosef como el Mesías. En lugar de provocar al judío a
celos lo ha provocado a odio contra su propio Mesías. ¡Esto tiene que cambiar!
Todo esto debido a una teología anti
judía y de reemplazo que es el mismo fundamento del cristianismo. Ahora es el
tiempo para derrumbar esa teología. Ahora es el tiempo de la restauración de
los conceptos originales de la única fe válida para todos los siglos y para
todas las personas, la fe hebrea.
43:8-9 “Y Yehudá dijo a su padre Israel: Envía al muchacho
conmigo, y nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no perezcamos, tanto
nosotros como tú y nuestros pequeños. Yo me haré responsable de él; de mi mano
lo demandarás. Si yo no te lo vuelvo a traer y lo pongo delante de ti, que
lleve yo la culpa para siempre delante de ti” – Ahora Yehudá
entra en la escena y toma el control de la situación. El está dispuesto a
responder por el hermano pequeño y ser culpable para siempre si no es devuelto
a su padre. Esto nos habla de la actitud del Mesías, que nació por medio de
Yehudá, que estaba dispuesto a responder, no sólo por sus hermanos judíos, sino
por el mundo entero. Para liberarnos de nuestros pecados él tomó nuestra culpa
y fue castigado en nuestro lugar para que fuéramos liberados de las
consecuencias de nuestros pecados, como está escrito en 1 Juan 2:1-2:
“Hijitos
míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado
tenemos para con el Padre, a Yeshúa el Mesías el justo. El mismo es la
propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros (los judíos),
sino también por los del mundo entero (los gentiles).”
En 2 Corintios 5:21 está escrito:
“Al que no
conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia
de Eloah en El.”
Sexta aliyá, 43:16-29
43:26, 28b “Cuando Yosef regresó a casa, le trajeron el
presente que tenían en su mano a la casa y se postraron ante él en
tierra... se inclinaron en reverencia.” – Por fin se
cumplió el primer sueño que había tenido Yosef acerca de sus hermanos. Ahora
todos los hermanos estaban reunidos y los once hermanos se inclinaban ante
Yosef. Es interesante que el sueño hablaba de atar gavillas en el campo de la
cosecha. Es evidente que ahora se estaban cosechando las almas de estos
hermanos preciosos para el Reino mesiánico que viene. Durante la angustia
Yaakov se inclinará ante el Mesías Yeshua y así también habrá una cosecha en el
pueblo judío, como está escrito en Oseas 6:11:
“Para ti
también, oh Yehudá (el pueblo judío), hay preparada una cosecha, cuando
yo restaure el bienestar de mi pueblo (las 12 tribus entre los gentiles).”
De este texto también aprendemos que
todo Israel, las doce tribus, un día se inclinarán ante Ben Yosef”
Séptima aliyá y maftir, 43:30 –
44:17
43:30 “Y Yosef se apresuró a salir, pues se sintió
profundamente conmovido a causa de su hermano y buscó donde llorar; y
entró en su aposento y lloró allí.” – Mashiaj ben
Yosef tiene una compasión especial por sus hermanos en la carne, aunque le han
tratado tan mal.
Yosef se apartó por un tiempo y lloró por su amor por ellos antes de darse a
conocer. El aposento alude al lugar santísimo en el tabernáculo celestial,
donde el Mesías está ministrando ahora llorando e intercediendo por los hijos
de Israel, como está escrito en Romanos 8:34:
“¿Quién es el
que condena? El Mesías Yeshúa es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el
que además está a la diestra de Eloah, el que también intercede por nosotros.”
En Hebreos 9:24 está escrito:
“Porque el
Mesías no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del
verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de
Eloah por nosotros.”
43:34 “El les llevó porciones de su propia
mesa, pero la porción de Binyamín era cinco veces mayor que la de cualquiera de
ellos. Bebieron, pues, y se embriagaron con él.” – La Torá no ha ocultado el
hecho de que se embriagaron. (Lamentable muchas traducciones cristianas sí lo
han hecho al no traducir este versículo como está escrito según el hebreo.)
¿Por qué se emborracharon si la borrachera no está permitida según las
Escrituras?[12] ¿Y por qué la Torá no ocultó este hecho vergonzoso
de los doce hijos de Israel? La resupesta es porque hay una proyección
profética para lo que va a ocurrir con la reunión de las doce tribus de Israel
en los últimos tiempos bajo la dirección del Mesías Yeshúa. En ese momento
habrá un derramamiento del Espíritu de El Eterni que será semejante a una
borrachera, semejante al que se ve en Hechos 2:4, 15-16:
“Todos
fueron llenos del Espíritu de santidad y comenzaron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les daba habilidad para expresarse... éstos no están
borrachos como vosotros suponéis, pues apenas es la hora tercera del
día; sino que esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel...”
En el
Salmo 126:1-6 está escrito:
“Cántico
de ascenso gradual. Cuando el Eterno hizo volver a los cautivos de Tsión,
éramos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenó de risa, y nuestra
lengua de gritos de alegría; entonces dijeron entre las naciones: Grandes cosas
ha hecho el Eterno con ellos. Grandes
cosas ha hecho el Eterno con nosotros; estamos alegres. Haz volver, Eterno, a
nuestros cautivos, como las corrientes en el sur. Los que siembran con
lágrimas, segarán con gritos de júbilo. El que con lágrimas anda, llevando la
semilla de la siembra, en verdad volverá con gritos de alegría, trayendo sus
gavillas.”
En este Salmo vemos varias cosas
que concuerdan con el texto que estamos estudiando. El Eterno va a hacer que
las trece tribus se reúnan de nuevo. Entonces se producirá una euforia como en
un sueño, con risas y gritos de alegría y júbilo, como una borrachera. Esta
vuelta se compara con la alegría por la cosecha al traer sus gavillas. Esto
conecta el evento de la reunificación de las doce tribus con una gran cosecha
de almas en los últimos tiempos, como está escrito en Mateo 13:39b:
“la siega es
el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.”
En
Isaías 9:3 está escrito:
“Multiplicaste la nación, aumentaste su
alegría; se alegran en tu presencia como con la alegría de la cosecha, como se
regocijan los hombres cuando se reparten el botín.”
El
almuerzo en la casa de Yosef también representa la cena que se dará en el reino
junto con el Mesías y las trece tribus de Israel, como está escrito en Mateo
26:29:
“Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la
vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.”
En Lucas
22:28-30 está escrito:
“Vosotros
sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas; y así como mi
Padre me ha otorgado un reino, yo os otorgo que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino; y os sentaréis
en tronos juzgando a las trece tribus de Israel.”
Una de
las misiones del Mesías Yeshúa es restaurar y reunir las tribus de Israel, como
está escrito en Isaías 49:5-6:
“Y ahora
dice el Eterno (el que me formó desde el seno materno para ser su
siervo, para hacer que Yaakov vuelva a El y que Israel se reúna con El, porque
honrado soy a los ojos del Eterno y mi Eloah ha sido mi fortaleza), dice El: Poca cosa es que tú seas mi
siervo, para levantar las tribus de Yaakov y para restaurar a los que quedaron
de Israel; también te haré luz de las naciones, para que mi salvación alcance
hasta los confines de la tierra.”
Como la gran mayoría de los
descendientes de las tribus están entre
los gentiles, esta restauración y reunificación implica que los que de ellos
son del Mesías entre los gentiles experimenten una fuerza increíble que los
llevará a unirse con sus hermanos judíos para ser un solo pueblo.
El movimiento llamado mesiánico es el
inicio de esta reunificación entre gentiles, donde están las tribus perdidas, y
judíos en el Mesías Yeshúa. Nosotros somos parte de este movimiento de la
redención final de Israel de las naciones y la reunificación de las doce
tribus. ¿Cuántos sienten ya algo de esta borrachera? ¡Habrá mucho más! ¡¡Esto
es sólo el inicio!!
44:14 “Yehudá llegó con sus hermanos a casa de Yosef, él estaba aún allí,
y ellos cayeron a tierra delante de él.” – En este
tiempo hay esfuerzos tanto de los judíos ortodoxos como de los judíos
mesiánicos de ir a buscar “la casa de Yosef”, las diez tribus perdidas entre
las naciones. El Eterni está impulsándonos a hacer esto porque se está
acercando el momento cuando el Hijo de Yosef se va a dar a conocer a sus
hermanos.
Aquí vemos que los once hijos de
Israel se inclinan otra vez ante Yosef. Por segunda vez se cumplió el sueño.
Este texto nos induce a pensar que
los judíos reconocerán a Yeshúa en la casa de Yosef. La casa de Yosef son las
diez tribus perdidas que están volviendo a casa en este tiempo, y
principalmente de entre los cristianos.
Este
texto también nos enseña que muchos judíos se inclinarán ante un Mesías
gentilizado, en un contexto extraño, que es el mundo cristiano. Desde el año
1967, cada vez más judíos se han hecho cristianos y “mesiánicos” (que en su
mayoría son cristianos que tienen un tinte judío pero que mantienen la teología
cristiana que no les permite ser fieles ni a la Torá ni a las tradiciones
judías) y así han adaptado costumbres “egipcias” que no tienen nada que ver con
la fe hebrea. Han reconocido a “Jesucristo” como su salvador en un ambiente
cristiano, pero no le han visto todavía como un judío practicante de la Torá de
Moshé y fiel a las tradiciones de su pueblo. ¡Ellos tendrán una gran sorpresa
cuando él se manifieste como el que realmente es!
44:16 “Entonces
dijo Yehudá: ¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué podemos hablar y cómo nos
justificaremos? Eloah ha descubierto la iniquidad de tus siervos; he
aquí, somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue
encontrada la copa.” – La
iniquidad de la cual Yehudá está hablando, no es el robo de la copa, puesto que
eran inocentes, sino lo que habían hecho con su hermano Yosef. Yehudá, que es
el padre de los judíos, es el que va en la brecha para presentarse ante Yosef y
pedir misericordia. Este es el momento crucial de toda la historia de Yosef,
cuando Yehudá muestra arrepentimiento por haber vendido a su hermano. Cuando el
pueblo judío reconozca su grave error de haber negado a Yeshúa, él se dará a
conocer. Y de eso hablaremos más en la próxima Parashá.
¡Shabat
shalom!
Adaptado
por: HOSHEA BEN YISRAEL
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