Parashá 10 MiKets
Génesis 41:1 – 44:17
Lectura especial para Januká
este año: Números 7:1-17; 7:30-35; Zacarías 2:14 – 4:7
Para ser compartida hoy 2 de
Tevet 5777/Diciembre 31 2016.
Aliyás de la
Torá:
1.
41:1-14
2.
41:15-38
3.
41:39-52
4.
41:53 –
42:18
5.
42:19 –
43:15
6.
43:16-29
7.
43:30 –
44:13
Código
Real (Tsofen Maljutí): Hechos 7:9-16
(especialmente v. 11-12)
Haftará: (1
Reyes 3:15 – 4:1)
Mikets Significa “al final”,
“al cabo”.
Primera
aliyá, 41:1-14
Al
final de dos años Paró tiene dos sueños seguidos. En el primero ve como siete
vacas gordas suben del río y pacen en el carrizal. Luego suben otras siete
vacas flacas y devoran las siete vacas gordas. En el segundo suben siete
espigas llenas en un tallo. Luego brotan siete espigas menudas que
devoran las siete espigas gruesas. Por la mañana su espíritu está turbado
y llama a todos los adivinos y sabios y les cuenta sus sueños. Pero ninguno de
ellos puede interpretarlos. Entonces el jefe de los coperos reconoce su pecado
y cuenta lo que pasó cuando fue puesto en la cárcel junto con el panadero, como
un joven hebreo había interpretado los sueños que habían tenido los dos y como
se había cumplido su interpretación.
Segunda aliyá,
41:15-38
Entonces
Paró manda sacar a Yosef del calabozo. Después de ser afeitado y cambiado sus
vestidos es presentado ante Paró que le dice que ha tenido un sueño y que no
hay nadie que lo puede interpretar y que ha oído decir de él que puede hacerlo.
Yosef contesta diciendo que Eloah dará una respuesta. Paró le cuenta sus sueños
a Yosef quien le contesta que los dos sueños son uno y que hablan de lo que
Eloah va a hacer. Las siete vacas buenas y las siete espigas buenas son siete
años. Las siete vacas flacas y las siete espigas feas serán siete años de
hambre. Eloah ha mostrado al Paró lo que va a hacer. Siete años de gran
abundancia llegará a todo Egipto y después llegarán siete años de hambre y se
olvidará toda la abundancia porque el hambre asolará la tierra. Será un hambre
muy severa. El sueños fue repetido dos veces para mostrar que es algo
determinado por Eloah y que lo hará rápido. Que Paró busque un hombre sabio
para poner sobre la tierra de Egipto y que ponga intendentes sobre el país que
exija el quinto de la producción en los siete años de abundancia para almacenarlo
en las ciudades bajo la protección de Paró. Así los víveres serán una reserva
para los siete años de hambre para que el país no perezca.
Esto le parece bien a Paró y
a todos sus siervos. Y Paró dice: “¿Podemos encontrar un hombre como éste, en
quien esté el espíritu de Eloah?”
Tercera
aliyá, 41:39-52
Paró
dice a Yosef que no hay nadie tan sabio como él porque Elohim le ha revelado
todo esto. Le pone sobre su casa y todo su pueblo será sustentado por sus
órdenes. Sólo en el trono será mayor que Yosef. Paró también le pone sobre toda
la tierra de Egipto, dándole su propio anillo de sellar y vistiéndole con ropas
de lino fino y poniéndole un collar de oro en su cuello. Le hace montar en su
segundo carro y proclaman delante de él “¡Avrej!”. Nadie levantará ni mano ni
pie sin Yosef en toda la tierra de Egipto. Entonces Yosef tiene 30 años. Paró
llama a Yosef Tsafnat-Paneaj y le da por esposa a Osnat, hija Poti-Fera,
príncipe de On. Así Yosef sale por la tierra de Egipto. Durante los siete años
de abundancia Yosef guarda el fruto en las ciudades, en cada ciudad el fruto de
sus campos circunvecinos. Así almacena grano como la arena del mar que no se
puede medir.
Durante ese tiempo le nacen
dos hijos a Yosef de su esposa. El primero recibe el nombre de Menashé, porque
Eloah le ha hecho olvidar su fatiga y la casa de su padre, y el segundo recibe
el nombre de Efrayim, porque Eloah de ha hecho fecundo en la tierra de su
aflicción.
Cuarta
aliyá, 41:53 – 42:18
Después
de los siete años de abundancia llegan los siete años de hambre como Yosef ha
dicho. Hay hambre en todas las tierras, pero en todo Egipto hay pan. Cuando se
siente el hambre en toda la tierra de Egipto el pueblo clama a Paró por pan.
Paró dice a todos que se vayan a Yosef para hacer todo lo que él diga. El
hambre se extiende sobre toda la tierra y Yosef abre los graneros y vende a los
egipcios. Vienen de todos los países para comprar grano en Egipto por causa del
hambre.
Al oír Yaakov que hay grano
en Egipto manda a sus hijos descender allá a comprar un poco. Pero sólo van
diez porque Binyamín no puede ir porque el padre teme que le suceda algo malo.
Van con los otros de la tierra de Kenáan que van a comprar. Los hermanos de
Yosef llegan y se postran ante él rostro en tierra. El los reconoce pero no les
descubre su identidad y les habla duramente y pregunta de dónde han venido.
Dicen que vienen de la tierra de Kenáan para comprar alimentos. No le
reconocen. Yosef se acuerda de los sueños que ha tenido acerca de ellos y les
dice que son espías. Contestan diciendo que no lo son sino que han venido para
comprar alimentos y que son hijos de un solo hombre, honrados y no espías. Pero
él insiste diciendo que han venido para ver las partes indefensas de la tierra.
Contestan que son doce hermanos, hijos de un solo hombre en la tierra de
Kenáan, y que el menor está con su padre y que el otro ya no existe. Yosef
manda que uno de ellos vaya y traiga al hermano mientras los demás se queden
presos para ver si es verdad lo que dicen. Les pone en arresto durante tres días.
Al tercer día les da un plan, y así vivirán.
Quinta
aliyá, 42:19 – 43:15
Uno
de los doce tendrá que quedarse preso y el resto podrá ir con el grano para el
hambre de sus familias. Cuando vuelvan con el hermano menor serán verificadas
sus palabras y no morirán. Los hermanos empiezan a hablar entre ellos de que
eran culpables en cuanto al maltrato de su hermano y por eso les ha venido esta
angustia. Reuvén les recuerda que les había dicho que no pecaran contra él y
que ahora tienen que rendir cuentas por su sangre. Ellos no saben que Yosef los
entiende porque les hablaba por medio de un intérprete. Yosef se aparta y
llora. Luego vuelve y toma a Shimón y lo encierra en presencia de sus hermanos.
Yosef manda que sean
llenados sus recipientes de grano y que su dinero sea devuelto en el saco de
cada uno y que reciban provisiones para el camino. Los hermanos se van de allí
y en el camino se espantan porque el dinero les ha sido dado de vuelta. Cuando
llegan a su padre le cuentan todo lo que ha pasado.
Todos tienen temor por lo
sucedido y Yaakov les dice que le han privado de sus hijos, Yosef ya no existe,
Shimón tampoco y ahora quieren llevar a Binyamín. Reuvén dice que puede dar
muerte a sus dos hijos si no trae de vuelta a Binyamín. Yaakov no permite que
descienda su hijo para que no muera como su hermano.
El hambre se pone peor en la
tierra y terminan de comer lo que han comprado en Egipto. Entonces el padre
dice que vuelvan a Egipto para comprar un poco de alimento. Pero Yehudá dice
que el hombre claramente dijo que no podrían ver su rostro sin tener al hermano
con ellos. Si envía al hermano con ellos podrán descender a comprar alimentos,
pero si no, no. Israel pregunta por qué le contaron al hombre que tenían un
hermano más. Contestan que el hombre les preguntó específicamente por la
familia de ellos, si el padre vivía y si tenían otro hermano y que no tenían
idea de que iba a pedir que trajeran al hermano. Yehudá se hace fiador y le
pide al padre que envíe el muchacho con él para que se vayan y no mueran con sus
pequeños. Israel acepta y los envía con los mejores productos de la tierra para
dar al hombre. También llevan la doble cantidad de dinero, además del dinero
que fue devuelto y a Binyamín y se presentan ante Yosef.
Sexta
aliyá, 43:16-29
Cuando
Yosef ve a Binyamín con ellos les hace entrar en su propia casa. Allí se les
prepara un almuerzo con carne. Los hombres tienen miedo pensando que son
llevados a la casa de Yosef por causa del dinero que fue devuelto y que ahora
los van a hacer esclavos y tomar sus asnos. Por eso se acercan al mayordomo y
le explican que han traído el dinero que fue devuelto y que no saben quién haya
puesto el dinero en sus sacos. El mayordomo contesta diciendo que no se
preocupen porque ya ha recibido su dinero y que el Eloah de su padre les ha
dado ese tesoro. Les saca a Shimón. Luego los lava los pies y reciben forraje
para los asnos. Preparan el regalo para cuando venga Yosef a comer. Al venir él
se postran ante él en tierra. El pregunta cómo están y si todavía vive su
padre. Dicen que se encuentra bien. Luego ve a Binyamín y pronuncia una
bendición sobre él.
Séptima
aliyá y maftir, 43:30 – 44:17
Yosef
sale rápido porque se siente muy conmovido por su hermano y se aparta a su
habitación y llora. Después lava su cara y sale a comer con ellos. Yosef come
aparte, los hermanos también y también los egipcios porque los egipcios
consideran una abominación comer con los hebreos. Los hermanos son puestos en
orden de nacimiento y se miran con asombro. Yosef les envía porciones de su
propia mesa, pero Binyamín recibe cinco veces más que los demás. Beben hasta
emborracharse.
Yosef ordena que los
costales sean llenados y que su dinero también sea puesto allí, y también que
su copa sea puesto en el costal de Binyamín. Los hombres son despedidos muy
temprano. Pero cuando han salido de la ciudad Yosef manda a su mayordomo a
perseguirlos y a preguntar por qué han pagado mal por bien al robar la copa de
su señor. Ellos dicen que no es así y que incluso habían traído el dinero que
les había sido devuelto. El que tenga la copa morirá y los demás serán
esclavos. El mayordomo dice que el que tenga la copa será esclavo y el resto se
quedará libre. Al revisar los costales desde el mayor hasta el menor, encuentra
la copa en el costal de Binyamín. Entonces rasgan sus vestidos y vuelven a la
ciudad. Yehudá se presenta con sus hermanos en la casa de Yosef donde todavía
está y se postran en la tierra ante él. Yosef les pregunta qué es lo que han
hecho y si no saben que él puede adivinar. Yehudá dice que no pueden contestar
nada y que Eloah ha descubierto su iniquidad. Se ofrecen como esclavos, pero
Yosef contesta y dice que sólo el que tenía la copa tiene que quedarse como
esclavo y el resto subir en paz a su padre.
El judaísmo de luces y sombras
Profesor:
“Encontraron huesos de siete vacas en las excavaciones que se están realizando
en la orilla del Nilo. ¿Serán de las vacas gordas o de las vacas flacas?
Alumno:
Deben ser de las vacas flacas porque tragaron a las vacas gordas.
Profesor:
Muy buen razonamiento, pero te olvidaste de un detalle: fue un sueño. ¿Cómo
pueden encontrarse huesos de un sueño?
Los
sueños del Faraón
En
la lectura de esta semana, Miketz , leemos sobre el famoso sueño del
Faraón en el cual vio siete vacas gordas saliendo del Nilo seguidas por siete
vacas flacas quienes prosiguieron a tragarlas sin que se les notara.
Trajeron
a José quien interpretó el sueño como un anuncio Divino sobre el futuro: habrán
siete años de abundancia seguidos por siete años de hambre.
El
Faraón se impresionó por la interpretación y lo nombró a José como virrey de
Egipto.
¿Qué
podemos aprender de esta etapa en la vida de José?
La
vida de José pasó por situaciones muy extremas, desde un período en la cárcel
por acusaciones falsas hasta llegar a la cima del poder de la superpotencia de
aquel entonces.
Cuentan
que cuando Golda Meir se encontró con Henry Kissinger luego de ser nombrado
Secretario de Estado norteamericano, le dijo que estaba muy contenta que los
EE.UU tenía un judío en ese cargo tan sensible e importante.
“Mire,”
dijo el Dr. Kissinger, “primero soy ciudadano norteamericano, luego soy
Secretario de Estado y por último soy judío.”
“Qué
suerte tenemos los judíos que leemos de derecha a Izquierda…” respondió Golda
con una sonrisa.
José
se mantuvo íntegro en cada situación que la vida le presentó. Mantuvo su
rectitud tanto en los momentos más bajos como en los momentos de grandes
logros.
Una
de las características de José fue que siempre invocaba el nombre de Elohim,
“Si
Elohim quiere”, “Gracias a Elohim”.
Nuestros
sabios nos enseñan que hay dos tipos de pruebas en la vida, pruebas de riqueza
y pruebas de pobreza. Es común que el rico crea que no necesite de Elohim; “se
las puede arreglar solo” y es común que el pobre crea que Elohim no existe o
que lo haya abandonado.
José
salvó las dos pruebas. Cuando estaba en el pozo no dudó de que fue orquestado
por El Eterno, que era para su beneficio y si Elohim quería iba a salir y cuando
llegó a la cima del poder siguió invocando el nombre de Adonay, reconociendo Su
mano detrás de su éxito.
Esta
virtud está reflejada en la obligación de recordar la salida de Egipto tanto de
día como de noche. La palabra hebrea por Egipto es Mitzraim, de
la palabra “Meitzar”, “estrechez” o limitación. La idea es que
cuando uno está en una situación de “noche” debe saber que puede salir
de “Egipto” y cuando se encuentra en una situación de “día”, de éxito, tiene
que recordar que debesalir de su Egipto personal y superarse más
aún.
Efraim
y Menashe
Leemos
esta semana sobre el casamiento de José con su sobrina de paro Osnat y el
nacimiento de sus dos hijos, Menashe y Efraim, antes de que empezara la
hambruna.
La
Torá nos dice por qué José les dio los nombres mencionados. Menashe viene de la
palabra “nashani”, olvido, para no olvidar de dónde venía. Efraim viene de la
palabra “hifrani”, multiplicarse, en agradecimiento del éxito que
le tocó vivir.
Reflejado
en nuestra vida hoy en día:
Debemos
estar atentos a los dos extremos. No dejar que el ambiente que nos rodea nos
haga olvidar quienes somos, y más que eso, debemos ver en la vida que nos toca
vivir no tanto una amenaza contra la cual defendernos sino una oportunidad que
hay que aprovechar. Es justamente por medio de la adversidad que podemos
acceder y expresar nuestro potencial más profundo.
Comentarios
Y aconteció que al final de dos años” –
Yosef tuvo que estar en la cárcel durante 12 años en total. Esto alude a que el
Mesías ben Yosef tenía que sufrir y morir por las 12 tribus de Israel.
Los
dos años también hacen alusión a la resurrección del Mesías después de dos
días, como está escrito en Oseas 6:2:
“Nos
dará vida después de dos días, al tercer día nos levantará y viviremos delante
de El.”
Los
dos días hablan incluso del resurgimiento, no solamente del estado de Israel,
después de casi dos mil años de no existir, sino del resurgimiento de las diez
tribus perdidas de la casa de Yosef. Como Yosef fue sacado de la cárcel al
final de dos años, así sus descendientes serán sacados de entre las naciones al
final de dos mil años para volver a tomar su lugar dentro de Israel.
La
palabra hebrea traducida como “al cabo de” es “mi-kets” y significa “al final”,
“al cabo”. Esto nos enseña que los sueños de Paró están hablando no solamente
de lo que pasó al final de los dos años más de cárcel que Yosef tuvo que sufrir, sino también de lo que va a
pasar al final de los dos mil años de la era mesiánica.
La muerte del panadero y la
resurrección del copero antes de los dos años hablan de la muerte y
resurrección del Mesías antes de los dos mil años. Y como el copero se olvidó
de Yosef durante dos años, así Yeshúa ha sido ignorado por gran parte del
pueblo judío, y el resto del mundo, durante dos mil años.
Al final de los dos años
Yosef es levantado para ser virrey, gobernante de toda la nación después del
Paró. Esto nos enseña que Yeshúa ben Yosef será puesto como gobernante sobre
todas las naciones de la tierra al final de dos mil años después de su muerte y
resurrección.
La repetición de la palabra
“despertó”, en hebreo “yakats”, en los versículos 4, 7 y 21, que se parece a
“kets”, “final”, que está en el versículo 1, también nos muestra que los sueños
del Paró traen un mensaje para los últimos tiempos. La repetición del relato de
los sueños es también una indicación de que no se refiere solamente al tiempo
de Yosef sino también al final de este siglo, en relación con la segunda venida
y reinado del Mesías ben Yosef.
41:14
“Entonces Paró mandó llamar a Yosef, y lo sacaron aprisa del calabozo; y
después de afeitarse y cambiarse sus vestidos, vino a Paró” – La palabra hebrea
que fue traducida como “calabozo” es “bor” y significa “hoyo”, “pozo”. Es la
misma palabra que se encuentra en 37:24. Como ya hemos dicho antes, esto habla
de la muerte del Mesías tanto por el pueblo de Israel como por el mundo gentil.
“lo sacaron” – Habla de la resurrección.
El Mesías no salió de la muerte mediante su propia fuerza, fue resucitado por
el Padre, como está escrito en Hechos 2:24:
“a quien Eloah resucitó, poniendo fin a
la agonía de la muerte, puesto que no era posible que El quedara bajo el
dominio de ella.”
En Hechos 2:32 está escrito:
“A este Yeshúa resucitó Eloah, de lo
cual todos nosotros somos testigos.”
En romanos 10:9 está escrito:
“que si confiesas con tu boca a
Yeshúa por Señor, y crees en tu corazón que Eloah le resucitó de entre
los muertos, serás salvo.”
Las traducciones Reina-Valera y La Biblia de Las Américas lamentablemente
no han traducido el texto griego correctamente. En prácticamente todos los
lugares donde habla de la resurrección se ha traducido como “resucitó” y no
“fue resucitado” como realmente dice el texto griego en la mayoría de las
veces. No es que Yeshúa se haya resucitado en sí mismo. No tenía poder para
ello, sino el Padre fue el que le levantó de entre los muertos.
“a prisa” – La resurrección fue algo que pasó sumamente rápido, según
Zacarías 3:2b donde está escrito:
“¿No es este un tizón
arrebatado del fuego?”
“afeitarse” – Esto alude al
yetser hará, la inclinación al mal, que fue eliminado por la resurrección del
Mesías. El pecado entró en el mundo por medio de un acto físico, cuando el
primer hombre tomó el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Por
medio de la boca entró la semilla del mal en el cuerpo del hombre. Por esto, la
sede del pecado está en el cuerpo humano.
Aunque
el pecado haya afectado tanto al alma como al espíritu del hombre, el lugar
donde el pecado habita en el hombre es el cuerpo, como está escrito en
Romanos 7:17-23:
“Así que ya no soy yo el que lo
hace, sino el pecado que habita en mí. Porque yo sé que en mí, es decir, en mi
carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el
hacer el bien, no. Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no
quiero, eso practico. Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy
yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. Así que, queriendo yo hacer
el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí. Porque en el hombre
interior me deleito con la ley de Eloah, pero veo otra ley en los miembros de
mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la
ley del pecado que está en mis miembros.”
Romanos 6:6 dice:
“sabiendo esto,
que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo
de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado”
Y en Romanos 8:10 está
escrito:
“Y si el Mesías está en
vosotros, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el
espíritu está vivo a causa de la justicia.”
Yeshúa tomó nuestros
pecados, no en su alma ni en su espíritu, sino en su cuerpo, como está escrito
en 1 Pedro 2:24:
“y El mismo llevó nuestros
pecados en su cuerpo sobre el madero, a fin de que muramos a los pecados y
vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.”
Así que el pecado estaba en
la parte más externa del Mesías Yeshúa cuando murió. Hay varios ejemplos en las
Escrituras que hablan de rasurarse el pelo para purificarse, los cuales aluden
al momento de la purificación del Mesías del pecado nuestro que estaba en su
cuerpo.
En Levítico 14:8 está
escrito:
“Luego el que ha de ser
purificado lavará su ropa, se rasurará todo el cabello, se bañará en agua y
quedará limpio. Después podrá entrar al campamento, pero por siete días
permanecerá fuera de su tienda.”
En
Números 8:7 está escrito:
“Así
harás con ellos para su purificación: rociarás sobre ellos agua
purificadora, y que ellos hagan pasar una navaja sobre todo su cuerpo, laven
sus ropas y quedarán purificados.”
“cambiar
los vestidos” – Esto habla del momento cuando el viejo hombre fue eliminado,
simbolizado en las ropas viejas sucias, y el nuevo hombre fue creado, mediante
la muerte y resurrección del Mesías, como está escrito en Zacarías 3:3-4:
“Y
Yehoshúa estaba vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel. Y éste
habló, y dijo a los que estaban delante de él: Quitadle las ropas sucias. Y a
él le dijo: Mira, he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré de ropas de gala.”
En
Lucas 15:22 está escrito:
“Pero
el padre dijo a sus siervos: "Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y
poned un anillo en su mano y sandalias en los pies”
En
1 Corintios 15:42-54 está escrito:
“Así es también
la resurrección de los muertos. Se siembra un cuerpo corruptible (la
vieja ropa), se resucita un cuerpo incorruptible (la nueva ropa);
se siembra en deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se
resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo
espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. Así
también está escrito: El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El
último Adán, espíritu que da vida. Sin embargo, el espiritual no es primero,
sino el natural; luego el espiritual. El primer hombre es de la tierra,
terrenal; el segundo hombre es del cielo. Como es el terrenal, así son también
los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son
celestiales. Y tal como hemos traído la imagen del terrenal (la vieja ropa),
traeremos también la imagen del celestial (la nueva ropa). Y esto digo,
hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Eloah; ni lo
que se corrompe hereda lo incorruptible. He aquí, os digo un misterio: no todos
dormiremos, pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y
cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos
resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es
necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se
vista de inmortalidad. Pero cuando esto corruptible se haya vestido de
incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se
cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria.”
En
2 Corintios 5:2-3 está escrito:
“Pues,
en verdad, en esta morada gemimos, anhelando ser vestidos con nuestra
habitación celestial; y una vez vestidos, no seremos hallados desnudos. Porque
asimismo, los que estamos en esta tienda, gemimos agobiados, pues no queremos
ser desvestidos, sino vestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.”
En
Filipenses 3:20-21 está escrito:
“Porque
nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos
a un Salvador, el Señor Yeshúa el Mesías, el cual transformará el cuerpo de
nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el
ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.”
En
Romanos 6:5-6 está escrito:
“Porque
si hemos sido unidos a Él en la semejanza de su muerte, ciertamente lo
seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo
esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro
cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado”
“vino
al Paró” – De la misma manera el Mesías, después de haber sido resucitado, fue
elevado hasta lo sumo y presentado ante el Padre celestial para servirle como
sumo sacerdote según el orden de Malki-Tsedek, como está escrito en el Salmo
110:1 y 4:
“Salmo
de David. Dice el Eterno a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a
tus enemigos por estrado de tus pies... El Eterno ha jurado y no se
retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Malki-Tsedek.”
En 1 Pedro 3:22 está escrito:
“quien está a la diestra de
Eloah, habiendo subido al cielo después de que le habían sido sometidos
ángeles, autoridades y potestades.”
En Filipenses 2:9 está escrito:
“Por lo cual Eloah también le exaltó hasta lo
sumo, y le confirió el Nombre que es sobre todo nombre”
CONCLUCIONES:
POR YIRMIYAHU BEN YISRAEL:
EN LA HISTORIA DE YOSEP SE DESCRIBE LAS
DOS VENIDAS DEL MASHIAJ. COMO EL SUFRIENTE Y COMO EL REY EN GLORIA PRIMERO EN
HUMILDAD Y DESPUES EN RESPLANDOR; COMO PUEBLO DEBEMOS ESTAR ATENTOS A SU PRONTO
REGRESO SOMOS AM YISRAEL.
SHABAT SHALOM.
Shabat shalom aj...Yermi YAH hu.
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