viernes, 30 de diciembre de 2016

Parashá 10 MiKets

Parashá 10 MiKets
Génesis 41:1 – 44:17
Lectura especial para Januká este año: Números 7:1-17; 7:30-35; Zacarías 2:14 – 4:7
Para ser compartida hoy 2 de Tevet 5777/Diciembre 31 2016.
Aliyás de la Torá: 
1.      41:1-14
2.      41:15-38
3.      41:39-52
4.      41:53 – 42:18
5.      42:19 – 43:15
6.      43:16-29
7.      43:30 – 44:13
Código Real (Tsofen Maljutí): Hechos 7:9-16 (especialmente v. 11-12)
Haftará: (1 Reyes 3:15 – 4:1)
Mikets Significa “al final”, “al cabo”.
Primera aliyá, 41:1-14
Al final de dos años Paró tiene dos sueños seguidos. En el primero ve como siete vacas gordas suben del río y pacen en el carrizal. Luego suben otras siete vacas flacas y devoran las siete vacas gordas. En el segundo suben siete espigas llenas en un tallo. Luego brotan siete espigas menudas que devoran las siete espigas gruesas. Por la mañana su espíritu está turbado y llama a todos los adivinos y sabios y les cuenta sus sueños. Pero ninguno de ellos puede interpretarlos. Entonces el jefe de los coperos reconoce su pecado y cuenta lo que pasó cuando fue puesto en la cárcel junto con el panadero, como un joven hebreo había interpretado los sueños que habían tenido los dos y como se había cumplido su interpretación.

Segunda aliyá, 41:15-38

Entonces Paró manda sacar a Yosef del calabozo. Después de ser afeitado y cambiado sus vestidos es presentado ante Paró que le dice que ha tenido un sueño y que no hay nadie que lo puede interpretar y que ha oído decir de él que puede hacerlo. Yosef contesta diciendo que Eloah dará una respuesta. Paró le cuenta sus sueños a Yosef quien le contesta que los dos sueños son uno y que hablan de lo que Eloah va a hacer. Las siete vacas buenas y las siete espigas buenas son siete años. Las siete vacas flacas y las siete espigas feas serán siete años de hambre. Eloah ha mostrado al Paró lo que va a hacer. Siete años de gran abundancia llegará a todo Egipto y después llegarán siete años de hambre y se olvidará toda la abundancia porque el hambre asolará la tierra. Será un hambre muy severa. El sueños fue repetido dos veces para mostrar que es algo determinado por Eloah y que lo hará rápido. Que Paró busque un hombre sabio para poner sobre la tierra de Egipto y que ponga intendentes sobre el país que exija el quinto de la producción en los siete años de abundancia para almacenarlo en las ciudades bajo la protección de Paró. Así los víveres serán una reserva para los siete años de hambre para que el país no perezca.
Esto le parece bien a Paró y a todos sus siervos. Y Paró dice: “¿Podemos encontrar un hombre como éste, en quien esté el espíritu de Eloah?”


Tercera aliyá, 41:39-52
Paró dice a Yosef que no hay nadie tan sabio como él porque Elohim le ha revelado todo esto. Le pone sobre su casa y todo su pueblo será sustentado por sus órdenes. Sólo en el trono será mayor que Yosef. Paró también le pone sobre toda la tierra de Egipto, dándole su propio anillo de sellar y vistiéndole con ropas de lino fino y poniéndole un collar de oro en su cuello. Le hace montar en su segundo carro y proclaman delante de él “¡Avrej!”. Nadie levantará ni mano ni pie sin Yosef en toda la tierra de Egipto. Entonces Yosef tiene 30 años. Paró llama a Yosef Tsafnat-Paneaj y le da por esposa a Osnat, hija Poti-Fera, príncipe de On. Así Yosef sale por la tierra de Egipto. Durante los siete años de abundancia Yosef guarda el fruto en las ciudades, en cada ciudad el fruto de sus campos circunvecinos. Así almacena grano como la arena del mar que no se puede medir.
Durante ese tiempo le nacen dos hijos a Yosef de su esposa. El primero recibe el nombre de Menashé, porque Eloah le ha hecho olvidar su fatiga y la casa de su padre, y el segundo recibe el nombre de Efrayim, porque Eloah de ha hecho fecundo en la tierra de su aflicción.
Cuarta aliyá, 41:53 – 42:18
Después de los siete años de abundancia llegan los siete años de hambre como Yosef ha dicho. Hay hambre en todas las tierras, pero en todo Egipto hay pan. Cuando se siente el hambre en toda la tierra de Egipto el pueblo clama a Paró por pan. Paró dice a todos que se vayan a Yosef para hacer todo lo que él diga. El hambre se extiende sobre toda la tierra y Yosef abre los graneros y vende a los egipcios. Vienen de todos los países para comprar grano en Egipto por causa del hambre.
Al oír Yaakov que hay grano en Egipto manda a sus hijos descender allá a comprar un poco. Pero sólo van diez porque Binyamín no puede ir porque el padre teme que le suceda algo malo. Van con los otros de la tierra de Kenáan que van a comprar. Los hermanos de Yosef llegan y se postran ante él rostro en tierra. El los reconoce pero no les descubre su identidad y les habla duramente y pregunta de dónde han venido. Dicen que vienen de la tierra de Kenáan para comprar alimentos. No le reconocen. Yosef se acuerda de los sueños que ha tenido acerca de ellos y les dice que son espías. Contestan diciendo que no lo son sino que han venido para comprar alimentos y que son hijos de un solo hombre, honrados y no espías. Pero él insiste diciendo que han venido para ver las partes indefensas de la tierra. Contestan que son doce hermanos, hijos de un solo hombre en la tierra de Kenáan, y que el menor está con su padre y que el otro ya no existe. Yosef manda que uno de ellos vaya y traiga al hermano mientras los demás se queden presos para ver si es verdad lo que dicen. Les pone en arresto durante tres días. Al tercer día les da un plan, y así vivirán.
Quinta aliyá, 42:19 – 43:15
Uno de los doce tendrá que quedarse preso y el resto podrá ir con el grano para el hambre de sus familias. Cuando vuelvan con el hermano menor serán verificadas sus palabras y no morirán. Los hermanos empiezan a hablar entre ellos de que eran culpables en cuanto al maltrato de su hermano y por eso les ha venido esta angustia. Reuvén les recuerda que les había dicho que no pecaran contra él y que ahora tienen que rendir cuentas por su sangre. Ellos no saben que Yosef los entiende porque les hablaba por medio de un intérprete. Yosef se aparta y llora. Luego vuelve y toma a Shimón y lo encierra en presencia de sus hermanos.
Yosef manda que sean llenados sus recipientes de grano y que su dinero sea devuelto en el saco de cada uno y que reciban provisiones para el camino. Los hermanos se van de allí y en el camino se espantan porque el dinero les ha sido dado de vuelta. Cuando llegan a su padre le cuentan todo lo que ha pasado.
Todos tienen temor por lo sucedido y Yaakov les dice que le han privado de sus hijos, Yosef ya no existe, Shimón tampoco y ahora quieren llevar a Binyamín. Reuvén dice que puede dar muerte a sus dos hijos si no trae de vuelta a Binyamín. Yaakov no permite que descienda su hijo para que no muera como su hermano.
El hambre se pone peor en la tierra y terminan de comer lo que han comprado en Egipto. Entonces el padre dice que vuelvan a Egipto para comprar un poco de alimento. Pero Yehudá dice que el hombre claramente dijo que no podrían ver su rostro sin tener al hermano con ellos. Si envía al hermano con ellos podrán descender a comprar alimentos, pero si no, no. Israel pregunta por qué le contaron al hombre que tenían un hermano más. Contestan que el hombre les preguntó específicamente por la familia de ellos, si el padre vivía y si tenían otro hermano y que no tenían idea de que iba a pedir que trajeran al hermano. Yehudá se hace fiador y le pide al padre que envíe el muchacho con él para que se vayan y no mueran con sus pequeños. Israel acepta y los envía con los mejores productos de la tierra para dar al hombre. También llevan la doble cantidad de dinero, además del dinero que fue devuelto y a Binyamín y se presentan ante Yosef.
Sexta aliyá, 43:16-29
Cuando Yosef ve a Binyamín con ellos les hace entrar en su propia casa. Allí se les prepara un almuerzo con carne. Los hombres tienen miedo pensando que son llevados a la casa de Yosef por causa del dinero que fue devuelto y que ahora los van a hacer esclavos y tomar sus asnos. Por eso se acercan al mayordomo y le explican que han traído el dinero que fue devuelto y que no saben quién haya puesto el dinero en sus sacos. El mayordomo contesta diciendo que no se preocupen porque ya ha recibido su dinero y que el Eloah de su padre les ha dado ese tesoro. Les saca a Shimón. Luego los lava los pies y reciben forraje para los asnos. Preparan el regalo para cuando venga Yosef a comer. Al venir él se postran ante él en tierra. El pregunta cómo están y si todavía vive su padre. Dicen que se encuentra bien. Luego ve a Binyamín y pronuncia una bendición sobre él.
Séptima aliyá y maftir, 43:30 – 44:17
Yosef sale rápido porque se siente muy conmovido por su hermano y se aparta a su habitación y llora. Después lava su cara y sale a comer con ellos. Yosef come aparte, los hermanos también y también los egipcios porque los egipcios consideran una abominación comer con los hebreos. Los hermanos son puestos en orden de nacimiento y se miran con asombro. Yosef les envía porciones de su propia mesa, pero Binyamín recibe cinco veces más que los demás. Beben hasta emborracharse.
Yosef ordena que los costales sean llenados y que su dinero también sea puesto allí, y también que su copa sea puesto en el costal de Binyamín. Los hombres son despedidos muy temprano. Pero cuando han salido de la ciudad Yosef manda a su mayordomo a perseguirlos y a preguntar por qué han pagado mal por bien al robar la copa de su señor. Ellos dicen que no es así y que incluso habían traído el dinero que les había sido devuelto. El que tenga la copa morirá y los demás serán esclavos. El mayordomo dice que el que tenga la copa será esclavo y el resto se quedará libre. Al revisar los costales desde el mayor hasta el menor, encuentra la copa en el costal de Binyamín. Entonces rasgan sus vestidos y vuelven a la ciudad. Yehudá se presenta con sus hermanos en la casa de Yosef donde todavía está y se postran en la tierra ante él. Yosef les pregunta qué es lo que han hecho y si no saben que él puede adivinar. Yehudá dice que no pueden contestar nada y que Eloah ha descubierto su iniquidad. Se ofrecen como esclavos, pero Yosef contesta y dice que sólo el que tenía la copa tiene que quedarse como esclavo y el resto subir en paz a su padre.



El judaísmo de luces y sombras
Profesor: “Encontraron huesos de siete vacas en las excavaciones que se están realizando en la orilla del Nilo. ¿Serán de las vacas gordas o de las vacas flacas?
Alumno: Deben ser de las vacas flacas porque tragaron a las vacas gordas.
Profesor: Muy buen razonamiento, pero te olvidaste de un detalle: fue un sueño. ¿Cómo pueden encontrarse huesos de un sueño?

Los sueños del Faraón
En la lectura de esta semana, Miketz , leemos sobre el famoso sueño del Faraón en el cual vio siete vacas gordas saliendo del Nilo seguidas por siete vacas flacas quienes prosiguieron a tragarlas sin que se les notara.
Trajeron a José quien interpretó el sueño como un anuncio Divino sobre el futuro: habrán siete años de abundancia seguidos por siete años de hambre.
El Faraón se impresionó por la interpretación y lo nombró a José como virrey de Egipto.
¿Qué podemos aprender de esta etapa en la vida de José?
La vida de José pasó por situaciones muy extremas, desde un período en la cárcel por acusaciones falsas hasta llegar a la cima del poder de la superpotencia de aquel entonces.
Cuentan que cuando Golda Meir se encontró con Henry Kissinger luego de ser nombrado Secretario de Estado norteamericano, le dijo que estaba muy contenta que los EE.UU tenía un judío en ese cargo tan sensible e importante.
“Mire,” dijo el Dr. Kissinger, “primero soy ciudadano norteamericano, luego soy Secretario de Estado y por último soy judío.”
“Qué suerte tenemos los judíos que leemos de derecha a Izquierda…” respondió Golda con una sonrisa.
José se mantuvo íntegro en cada situación que la vida le presentó. Mantuvo su rectitud tanto en los momentos más bajos como en los momentos de grandes logros.
Una de las características de José fue que siempre invocaba el nombre de Elohim,
“Si Elohim quiere”, “Gracias a Elohim”.
Nuestros sabios nos enseñan que hay dos tipos de pruebas en la vida, pruebas de riqueza y pruebas de pobreza. Es común que el rico crea que no necesite de Elohim; “se las puede arreglar solo” y es común que el pobre crea que Elohim no existe o que lo haya abandonado.
José salvó las dos pruebas. Cuando estaba en el pozo no dudó de que fue orquestado por El Eterno, que era para su beneficio y si Elohim quería iba a salir y cuando llegó a la cima del poder siguió invocando el nombre de Adonay, reconociendo Su mano detrás de su éxito.
Esta virtud está reflejada en la obligación de recordar la salida de Egipto tanto de día como de noche. La palabra hebrea por Egipto es Mitzraim, de la palabra “Meitzar”, “estrechez” o limitación. La idea es que cuando uno está en una situación de “noche” debe saber que puede salir de “Egipto” y cuando se encuentra en una situación de “día”, de éxito, tiene que recordar que debesalir de su Egipto personal y superarse más aún.

Efraim y Menashe
Leemos esta semana sobre el casamiento de José con su sobrina de paro Osnat y el nacimiento de sus dos hijos, Menashe y Efraim, antes de que empezara la hambruna.
La Torá nos dice por qué José les dio los nombres mencionados. Menashe viene de la palabra “nashani”, olvido, para no olvidar de dónde venía. Efraim viene de la palabra “hifrani”, multiplicarse, en agradecimiento del éxito que le tocó vivir.
Reflejado en nuestra vida hoy en día:
Debemos estar atentos a los dos extremos. No dejar que el ambiente que nos rodea nos haga olvidar quienes somos, y más que eso, debemos ver en la vida que nos toca vivir no tanto una amenaza contra la cual defendernos sino una oportunidad que hay que aprovechar. Es justamente por medio de la adversidad que podemos acceder y expresar nuestro potencial más profundo.
Comentarios
     Y aconteció que al final de dos años” – Yosef tuvo que estar en la cárcel durante 12 años en total. Esto alude a que el Mesías ben Yosef tenía que sufrir y morir por las 12 tribus de Israel.
Los dos años también hacen alusión a la resurrección del Mesías después de dos días, como está escrito en Oseas 6:2:
“Nos dará vida después de dos días, al tercer día nos levantará y viviremos delante de El.”
Los dos días hablan incluso del resurgimiento, no solamente del estado de Israel, después de casi dos mil años de no existir, sino del resurgimiento de las diez tribus perdidas de la casa de Yosef. Como Yosef fue sacado de la cárcel al final de dos años, así sus descendientes serán sacados de entre las naciones al final de dos mil años para volver a tomar su lugar dentro de Israel.
La palabra hebrea traducida como “al cabo de” es “mi-kets” y significa “al final”, “al cabo”. Esto nos enseña que los sueños de Paró están hablando no solamente de lo que pasó al final de los dos años más de cárcel que Yosef  tuvo que sufrir, sino también de lo que va a pasar al final de los dos mil años de la era mesiánica.
La muerte del panadero y la resurrección del copero antes de los dos años hablan de la muerte y resurrección del Mesías antes de los dos mil años. Y como el copero se olvidó de Yosef durante dos años, así Yeshúa ha sido ignorado por gran parte del pueblo judío, y el resto del mundo, durante dos mil años.
Al final de los dos años Yosef es levantado para ser virrey, gobernante de toda la nación después del Paró. Esto nos enseña que Yeshúa ben Yosef será puesto como gobernante sobre todas las naciones de la tierra al final de dos mil años después de su muerte y resurrección.
La repetición de la palabra “despertó”, en hebreo “yakats”, en los versículos 4, 7 y 21, que se parece a “kets”, “final”, que está en el versículo 1, también nos muestra que los sueños del Paró traen un mensaje para los últimos tiempos. La repetición del relato de los sueños es también una indicación de que no se refiere solamente al tiempo de Yosef sino también al final de este siglo, en relación con la segunda venida y reinado del Mesías ben Yosef.
41:14 “Entonces Paró mandó llamar a Yosef, y lo sacaron aprisa del calabozo; y después de afeitarse y cambiarse sus vestidos, vino a Paró” – La palabra hebrea que fue traducida como “calabozo” es “bor” y significa “hoyo”, “pozo”. Es la misma palabra que se encuentra en 37:24. Como ya hemos dicho antes, esto habla de la muerte del Mesías tanto por el pueblo de Israel como por el mundo gentil.
“lo sacaron” – Habla de la resurrección. El Mesías no salió de la muerte mediante su propia fuerza, fue resucitado por el Padre, como está escrito en Hechos 2:24:
“a quien Eloah resucitó, poniendo fin a la agonía de la muerte, puesto que no era posible que El quedara bajo el dominio de ella.
En Hechos 2:32 está escrito:
“A este Yeshúa resucitó Eloah, de lo cual todos nosotros somos testigos.”
En romanos 10:9 está escrito:
que si confiesas con tu boca a Yeshúa por Señor, y crees en tu corazón que Eloah le resucitó de entre los muertos, serás salvo.
Las traducciones Reina-Valera y La Biblia de Las Américas lamentablemente no han traducido el texto griego correctamente. En prácticamente todos los lugares donde habla de la resurrección se ha traducido como “resucitó” y no “fue resucitado” como realmente dice el texto griego en la mayoría de las veces. No es que Yeshúa se haya resucitado en sí mismo. No tenía poder para ello, sino el Padre fue el que le levantó de entre los muertos.
“a prisa” – La resurrección fue algo que pasó sumamente rápido, según Zacarías 3:2b donde está escrito:
“¿No es este un tizón arrebatado del fuego?”
“afeitarse” – Esto alude al yetser hará, la inclinación al mal, que fue eliminado por la resurrección del Mesías. El pecado entró en el mundo por medio de un acto físico, cuando el primer hombre tomó el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Por medio de la boca entró la semilla del mal en el cuerpo del hombre. Por esto, la sede del pecado está en el cuerpo humano.
Aunque el pecado haya afectado tanto al alma como al espíritu del hombre, el lugar donde el pecado habita en el hombre es el cuerpo, como está escrito en Romanos 7:17-23:
“Así que ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no. Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no quiero, eso practico. Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí. Porque en el hombre interior me deleito con la ley de Eloah, pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros.”
Romanos 6:6 dice:
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado
Y en Romanos 8:10 está escrito:
“Y si el Mesías está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el espíritu está vivo a causa de la justicia.”
Yeshúa tomó nuestros pecados, no en su alma ni en su espíritu, sino en su cuerpo, como está escrito en 1 Pedro 2:24:
“y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, a fin de que muramos a los pecados y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.”
Así que el pecado estaba en la parte más externa del Mesías Yeshúa cuando murió. Hay varios ejemplos en las Escrituras que hablan de rasurarse el pelo para purificarse, los cuales aluden al momento de la purificación del Mesías del pecado nuestro que estaba en su cuerpo.
En Levítico 14:8 está escrito:
“Luego el que ha de ser purificado lavará su ropa, se rasurará todo el cabello, se bañará en agua y quedará limpio. Después podrá entrar al campamento, pero por siete días permanecerá fuera de su tienda.”
En Números 8:7 está escrito:
“Así harás con ellos para su purificación: rociarás sobre ellos agua purificadora, y que ellos hagan pasar una navaja sobre todo su cuerpo, laven sus ropas y quedarán purificados.”
“cambiar los vestidos” – Esto habla del momento cuando el viejo hombre fue eliminado, simbolizado en las ropas viejas sucias, y el nuevo hombre fue creado, mediante la muerte y resurrección del Mesías, como está escrito en Zacarías 3:3-4:
“Y Yehoshúa estaba vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel. Y éste habló, y dijo a los que estaban delante de él: Quitadle las ropas sucias. Y a él le dijo: Mira, he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré de ropas de gala.”
En Lucas 15:22 está escrito:
“Pero el padre dijo a sus siervos: "Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies”
En 1 Corintios 15:42-54 está escrito:
“Así es también la resurrección de los muertos. Se siembra un cuerpo corruptible (la vieja ropa), se resucita un cuerpo incorruptible (la nueva ropa); se siembra en deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida. Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es del cielo. Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales. Y tal como hemos traído la imagen del terrenal (la vieja ropa), traeremos también la imagen del celestial (la nueva ropa). Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Eloah; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible. He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria.”
En 2 Corintios 5:2-3 está escrito:
“Pues, en verdad, en esta morada gemimos, anhelando ser vestidos con nuestra habitación celestial; y una vez vestidos, no seremos hallados desnudos. Porque asimismo, los que estamos en esta tienda, gemimos agobiados, pues no queremos ser desvestidos, sino vestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.”
En Filipenses 3:20-21 está escrito:
“Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Yeshúa el Mesías, el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.”
En Romanos 6:5-6 está escrito:
“Porque si hemos sido unidos a Él en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado” 
“vino al Paró” – De la misma manera el Mesías, después de haber sido resucitado, fue elevado hasta lo sumo y presentado ante el Padre celestial para servirle como sumo sacerdote según el orden de Malki-Tsedek, como está escrito en el Salmo 110:1 y 4:
“Salmo de David. Dice el Eterno a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies... El Eterno ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Malki-Tsedek.
En 1 Pedro 3:22 está escrito:
“quien está a la diestra de Eloah, habiendo subido al cielo después de que le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades.”
En Filipenses 2:9 está escrito:
“Por lo cual Eloah también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el Nombre que es sobre todo nombre”
CONCLUCIONES: POR YIRMIYAHU BEN YISRAEL:   
EN LA HISTORIA DE YOSEP SE DESCRIBE LAS DOS VENIDAS DEL MASHIAJ. COMO EL SUFRIENTE Y COMO EL REY EN GLORIA PRIMERO EN HUMILDAD Y DESPUES EN RESPLANDOR; COMO PUEBLO DEBEMOS ESTAR ATENTOS A SU PRONTO REGRESO SOMOS AM YISRAEL.
SHABAT SHALOM.

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