Parashá 49 Ki Tetsé
Deuteronomio 21:10 – 25:19
Para ser leída y estudiada en el Shabat del 11
de Elul de 5.777
(Septiembre 2 de 2.017)
Aliyás
de la Torá:
1. 21:10-21
2. 21:22 – 22:7
3. 22:8 – 23:6 (heb. 23:7)
4. 23:7(8)-23:23 (24)
5. 23:24(25) – 24:4
6. 24:5-13
7. 24:14 – 25:19
Haftará: Isaías 54:1-10
Escritos Apostólicos (Brit Hadasha) Revelación 12:1-14:20
Ki Tetsé Significa
“cuando salgas”.
Comentarios
Primera aliyá,
21:10-21
21:12 “la traerás a tu casa, y ella se rasurará la
cabeza y dejará crecer sus uñas” – Si un
hombre desea casarse con una prisionera que ha sido tomada en una guerra no
obligatoria, tendrá que hacer que se rape y deje crecer sus uñas para que no se
engañe por las apariencias físicas. Si él la sigue queriendo a pesar de no
tener un aspecto físico agradable, el proceso matrimonial seguirá.
21:13 “También se quitará el vestido de su
cautiverio, permanecerá en tu casa y llorará por su padre y por su madre por
todo un mes; después de eso podrás llegarte a ella y ser su marido, y ella será
tu mujer.” – Según el Midrash, las hijas de los pueblos de
la antigüedad se adornaban en tiempos de guerra para seducir sexualmente a los
enemigos. Por lo tanto aquí se refiere a ropas atractivas que tenía la
prisionera antes de ser capturada. El propósito de quitarlas es que el varón ya
no la encuentre atractiva como antes. Antes de poder casarse con una prisionera
de guerra, habrá que esperar un mes para que ella pueda “llorar por su padre y por
su madre”. Esto nos enseña por un lado, que El Eterno está interesado en que su
alma sea consolada antes del casamiento. También nos enseña que El Eterno no
quiere que el varón tome una decisión precipitada.
Ella tenía que llorar tanto tiempo para
que el hombre no la vea contenta y feliz, sino fea y poco atractiva en
comparación con las mujeres israelitas.
Otra opción de
interpretación sería que se esté hablando de cortar los cabellos y las uñas (el
texto hebreo dice literalmente “hará las uñas”), con el fin de que pase por una
especie de purificación, semejante a la de los leprosos, nazarenos y levitas
cuando rasuraron todo el pelo de su cuerpo, cf. Levítico 14:9; Números 6:9;
8:7. Es un tipo de conversión para que la cautiva deje su identidad anterior y
sea parte del pueblo de Israel.
“un mes” – La esclava
puede ser comparada con Israel, que estuvo en Mitsrayim. Adonai la sacó de la
esclavitud del Paró. Cuando su dueño anterior había muerto, ella era libre para
casarse con el Eterno. Pero como El Eterno no quebranta su Torá, y es más, la
Torá es la expresión de su carácter, él tuvo que esperar como mínimo 30 días
para que se pudiera casar con ella. Por eso, entre otros motivos, hubo un
tiempo de espera entre la salida de Mitsrayim y la entrega de la Ketuvá
(escritura), el contrato matrimonial, en Sinái.
21:14 “Pero sucederá que si no te agrada, la dejarás
ir adonde quiera; mas ciertamente no la venderás por dinero, ni la maltratarás,
porque la has humillado.” – El
propósito de este trato con esta mujer es que no sea agradable para el hombre.
No es una situación ideal que él se case con ella, porque puede traer
consecuencias negativas en el futuro, y por esto Elohim establece estas reglas
para que finalmente él se dé cuenta que no le conviene casarse con ella. La
Torá no prohíbe este tipo de matrimonio, pero tampoco lo anima. Más bien lo
desanima con estas medidas. Si el hombre se quiere casar a pesar de esto, puede
hacerlo. Sin embargo corre el riesgo de que con el tiempo ella se convierta en
una mujer aborrecida, según los siguientes versículos, y, eventualmente nazca
un hijo rebelde de su matrimonio, según los versículos que luego seguirán.
Según el Midrash, la madre del rebelde Avshalom era una gentil cautiva de
guerra que el rey David había capturado.
21:15-16 “no puede él hacer primogénito al hijo de la
amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito, el día
que reparta lo que tiene entre sus hijos, no puede él hacer primogénito al hijo
de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito”
– Esto nos enseña que cuando Yaakov dio la primogenitura a los hijos de Yosef,
que era el hijo de su mujer preferida, no lo hizo por causa de su amor por
Rajel, sino por otros motivos. Reuvén perdió su primogenitura por su pecado de
adulterio. Shimón y Leví perdieron a su vez la oportunidad de obtenerla por su
violencia en la ciudad de Shejem. Yehudá recibió una bendición especial, pero
la primogenitura pasó a los hijos de Yosef, por revelación profética, cf. 1
Crónicas 5:1-2. También debemos destacar el hecho de que antes de la entrega de
la Torá hubo leyes que no fueron guardadas por los patriarcas.
21:17 “sino que reconocerá al primogénito, al hijo de
la aborrecida, dándole una porción doble de todo lo que tiene, porque él es el
principio de su vigor; a él pertenece el derecho de primogenitura.”
– Cuando dice que el primogénito hereda una porción doble de todo lo que el
padre tiene, significa que él tendrá una doble porción entre los hermanos que
reciben la herencia. Según el Rav Munk, al
principio los primogénitos iban a ser los sacerdotes y por eso no tendrían
ninguna herencia de tierra. Por eso obtuvo la doble porción de los bienes del
padre, exceptuando su terreno.
21:18 “Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde que
no obedece a su padre ni a su madre, y cuando lo castigan, ni aun así les hace
caso” – La palabra hebrea que ha sido traducida como
“terco” es “sarar”, que significa “descarriado”. La raíz de la palabra hebrea
que ha sido traducida como “rebelde” es “mará”, que significa “desobedecer”,
“negarse”. Se trata de uno que desobedece las palabras del padre. La rebeldía es considerada por el
Eterno como una actitud muy grave y tiene que ser duramente corregida en la
vida de un niño antes de que llegue a la adolescencia.
Según el Talmud, aquí se trata de un joven, mayor de
13 años, porque de otra forma no podría ser castigado ante un tribunal judío,
específicamente se refiere a un hijo en los tres primeros meses después de su
bar mitsvá. Después de esos tres meses ya no se aplican las leyes del “hijo
descarriado y rebelde”.
Cuando aquí se
habla de castigarlo se refiere a hacer una advertencia formal ante el tribunal
para que sea azotado. Si luego sigue robando de su padre para comer mucha carne
y beber mucho vino, tendrá que ser ejecutado. La tradición enseña que este caso
de la ejecución de un joven rebelde, llamado glotón y bebedor, nunca se ha dado
en la historia de Israel por no cumplir todas las exigencias requeridas por los
jueces.
Como no se ha
cumplido en la historia del pueblo de Israel, ¿será que cuando vuelva Mashiaj
se cumplirá, conforme a lo que dijo: “…hasta que toda se cumpla”, cf. Mateo
5:18?
21:20 “y dirán a los ancianos de la ciudad:
"Este hijo nuestro es terco y rebelde, no nos obedece, es glotón y
borracho."” – El carácter insaciable es considerado como
algo muy negativo por la Torá. El dominio propio es fruto del Espíritu de
Santidad, cf. Gálatas 5:23; 2 Timoteo 1:7. La autodisciplina es parte de un
buen carácter y algo que los padres tienen que enseñar a sus hijos de pequeños.
Una de las tareas más importantes que tienen los padres es enseñar a sus hijos
a no ser esclavos de sus deseos, sino dominar sus impulsos y ser dirigidos por
principios.
La falta de dominio propio es condenada por la Torá. Hay especialmente dos
áreas donde el hombre tiene que aprender a dominarse, la comida y el sexo.
Si no puede domar estas dos áreas en su vida, nunca llegará a ser maduro
espiritualmente. La borrachera es condenada por la Torá. El Rebe Yeshúa fue
falsamente acusado de ser un glotón y borracho, cf. Mateo 11:19.
Segunda
aliyá, 21:22 – 22:7
21:22 “Y si un hombre ha cometido pecado digno de
muerte, y se le ha dado muerte, y lo has colgado de un árbol”
– Una de las cuatro formas de ejecución es por estrangulamiento. Pero aquí no
se habla de estrangulamiento, sino de primero dar muerte al culpable y luego
colgarle en un árbol. La palabra hebrea para árbol, “ets”, significa “árbol(es)”,
“planta”, “madera”, “leña”. De aquí
aprendemos que el Mesías podía haber sido colgado en un árbol, cf. Gálatas
3:13.
21:23 “su cuerpo no colgará del árbol durante la
noche, sino que ciertamente lo enterrarás el mismo día (pues el colgado es
maldito de Eloha), para que no contamines la tierra que Adonai tu Eloha te da
en heredad.” – Este mandamiento se aplica a todos los
muertos en Israel. Hay que enterrarlos el mismo día cuando mueren. Sólo se
puede demorar el entierro si el hecho de esperar un día más da más honra al
muerto. Si las leyes de un país en la diáspora prohíbe que se entierre el mismo
día, hay que respetarlas. Sin embargo, es considerada una deshonra para el
muerto dilatar el tiempo hasta ser sembrado en la tierra para que pueda
resucitar. También es considerado una deshonra dejar el cadáver sólo, sin atención.
En este texto
encontramos una evidencia de que el día termina con la caída del sol, no a la
medianoche o por la mañana.
“para que no
contamines la tierra” – La tierra se contamina por un cadáver que ha sido
colgado sobre un madero, si no es enterrado el mismo día.
22:1 “No verás extraviado el buey de tu hermano, o su oveja, sin que te
ocupes de ellos; sin falta los llevarás a tu hermano.” – Si encuentras
algo por allí que no es tuyo, no tienes el derecho de apropiarte de eso. Si
sabes de quién es o si tienes la posibilidad de hacer una búsqueda para saber
quién es el dueño de la cosa perdida, tienes la obligación de buscar a la
persona y devolver el objeto o el animal perdido. Si no sabes de quién es,
podrás guardar la cosa o el animal, hasta que alguien pregunte por ello.
Entonces tendrás que devolverlo.
Esto nos
enseña acerca de la importancia que la Torá da al derecho de propiedad privada.
Es muy importante no apropiarse de los bienes ajenos. Cualquier forma de
apropiación de bienes ajenos es un hurto, incluso del tiempo.
22:2 “Y si tu hermano no está cerca de ti, o si no
lo conoces, entonces lo traerás a tu casa, y estará contigo hasta que tu
hermano lo busque; entonces se lo devolverás.”
– El Talmud[8]dice que si es
un animal que come y produce, debe producir y comer. Pero si es un objeto que
no produce o come, debe ser vendido. El dinero se guarda y luego lo entrega al
dueño del objeto. Así el que extravió el objeto no pierde nada si es un objeto
que se deteriora con el tiempo.
22:3 “Así harás con su asno, y asimismo harás con su vestido; lo mismo harás
con cualquier cosa perdida que tu hermano haya perdido y que tú halles.
No te es permitido
esconderte.” – De aquí se saca la idea de poner una señal o una nota para que la
persona pueda encontrar al que ha encontrado lo perdido. En el tiempo
del segundo templo había un lugar fuera de Yerushalayim donde la gente podía
entregar y retirar objetos perdidos. Después de la destrucción del templo se
anunciaban los bienes perdidos en las sinagogas y las casas de estudio.
Este principio
puede ser encontrado también en los países donde la Torá ha tenido influencia
sobre la conciencia de la población, de modo que el nivel de honestidad sea
alto.
Por ejemplo,
la policía sueca tiene una función de guardar objetos perdidos donde la gente
puede entregar cosas que han encontrado por allí. Si la persona que ha perdido
algo no encuentra lo perdido, podrá ir a anunciarlo en la policía. En el caso
de que se encuentre allí, se le devuelve al dueño. Es costumbre entregar un
poco de dinero a la persona que encontró el objeto, como una remuneración por
su honestidad y molestia.
22:5 “La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el
hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace esto es abominación
a El Eterno tu Eloha.” – En primer lugar se habla
de una inclinación travestí. Incluso en Purim está prohibido vestir ropa del
sexo opuesto. Sin embargo, Rashí dice que la prohibición sólo es cuando la
intención es cometer una inmoralidad sexual. Es una abominación para el Eterno.
En el judaísmo ortodoxo no se permite a la mujer llevar pantalones(pero ya
sabemos que existen pantalones masculinos y femeninos). Una buena costumbre es
que las mujeres no usen pantalones fuera de su casa, y si lo hacen, deben
llevar una falda por encima.
El Targum
Onkelós tradujo el texto de esta manera:
“No habrá un
arma de guerra de varón en una mujer, y un hombre no se arreglará con los
afeites de una mujer.”
El Talmud prohíbe a los
hombres arrancar sus canas, usar joyas femeninas u ornamentos, o afeitarse el
pelo que normalmente se afeitan las mujeres. También está prohibido, según la
halajá, que las mujeres no solamente lleven armas, sino que estén presentes en
el ejército, porque conduce a la inmoralidad.
22:6-7 “Si encuentras un nido de pájaros por el
camino, en un árbol o en la tierra, con polluelos o con huevos, y la madre echada
sobre los polluelos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos; sin
falta dejarás ir a la madre, mas a los hijos los puedes tomar para ti, para que
te vaya bien y prolongues tus días.” – Esta
promesa se encuentra en mandamientos considerados como más importantes. De aquí
los rabinos sacaron la enseñanza de que no se sabe si un mandamiento es grande
o pequeño. Si cumples este “pequeño” mandamiento tendrás una recompensa grande.
Así que mejor es cumplir todos los mandamientos, porque uno no sabe qué
recompensa hay en cada uno de ellos.
La Torá
promete larga vida al que no trata a los animales con crueldad. La crueldad
acorta nuestras vidas. El Eterno nos creó sensibles a los animales débiles y a
las cosas creadas que son frágiles. La naturaleza nos enseña que si somos duros
con el trato con ella, vamos a salir perdiendo. Si no riegas tus plantas se
mueren. Si no das de comer a tus gallinas no te van a dar huevos. Si somos
sensibles a la naturaleza, y especialmente a los animales, nos irá bien y
tendremos larga vida.
Tercera
aliyá, 22:8 – 23:6 (heb. 23:7)
22:8 “Cuando edifiques casa nueva, le harás un muro
a tu azotea, para que no traigas culpa de sangre sobre tu casa si alguno se
cayera de ella.” – El que cuida el precepto de hacer huir
la madre de su casa antes de tomar los huevos, será bendecido para poder
construir una casa.
Aquí hay un
mandamiento que habla a favor de la protección de la vida humana. De aquí se
sacan muchas aplicaciones. No habla solamente de una casa, sino de tomar
medidas para proteger al ser humano en todos los aspectos, poner vallas y
señales de tráfico en las carreteras, tapar los agujeros de los enchufes para
que los niños no metan los dedos allí, etc. etc.
·
Los hombres, cf. Génesis 15:5. Simiente en hebreo, “zera”, significa también
semilla. La mala semilla son los pueblos paganos, que no pueden ser sembrados
en el pueblo de Israel, para que el pueblo no sea estropeado. Un israelita no
tiene el derecho de casarse con personas de otros pueblos que no han hecho
conversión al judaísmo. La asimilación eventualmente destruye el pueblo
consagrado.
·
La Torá, cf. Lucas 8:11. La mala semilla puede ser una enseñanza de origen
maligno. No podemos mezclar paganismo con la cultura de las Escrituras, para
que Israel no sufra daño.
·
La fe, cf. Mateo 17:20. La fe no puede mezclarse con temor o duda, que es
contraproducente.
22:10 “No ararás con buey y asno juntos.”
– Según el nivel peshat, simple, podemos hablar aquí de la protección de los
animales tanto para que no se dañen cuando trabajan juntos, como para que no se
mezclen. La mezcla entre especies está prohibida. Antes del diluvio fueron
mezclados los especies de los animales y al final dice que toda la carne, no
solamente los hombres, estaba corrompida, cf. Génesis 6:12.
En el nivel
remez, alegórico, podemos comparar el buey con los líderes que trabajan en las
congregaciones. En 1 Corintios 9:9-11 se compara al líder con un buey. No es
bueno poner diferentes líderes con visiones diferentes y que no estén unidos,
en una kehilá, una congregación.
No se puede
permitir en el liderazgo alguno que no tenga el espíritu de Mashíaj y haya
nacido de nuevo.
Este texto
también nos enseña que un justo no debe unirse a un malvado en una empresa o
negocio.
22:11 “No vestirás ropa de material mezclado de lana
y lino.” – Según los sabios significa que las dos clases
de hilo no pueden ser rastrilladas, hiladas o trenzadas juntas. Sólo se aplica
a la mezcla de lana y lino. La lana es de origen animal puro. Lino es de origen
vegetal.
Rashí, citando
el Talmud, dice que era permitido mezclar lana y lino en el talit. Los flecos
son de lana, y está permitido poner los flecos de lana sobre un manto de tela
de lino.
Estas
prohibiciones de mezclas en los tres niveles, suelo, animal y ropa, nos enseñan
que tenemos que ser cuidadosos en no traspasar los límites que la Torá marca ni
mezclar conceptos entre sí, sino marcar bien la diferencia entre una cosa y
otra.
22:12 “Te harás borlas en las cuatro puntas del manto
con que te cubras.” – El r. Aryeh Kaplan escribe:
“Hay
tres palabras básicas que precisan ser definidas: Tzitzit, petil y
guedilim. La palabra Tzitzit únicamente aparece en otro lugar de la
Biblia, en donde vemos lo siguiente: “la forma de una mano surgió, y me tomó de
un mechón de pelo (Tzitzit) de mi cabeza” (Yejezkel/Ezequiel 8:3). En
referencia a este versículo, el Talmud nos informa que los Tzitzit son un
conjunto de hilos que cuelgan libremente, parecidos a un mechón de cabello. De
este modo obtenemos el primer requerimiento de los Tzitzit: deberán contener un
cierto número de hilos sueltos. Esta parte de los Tzitzit es denominada anaf.
A
continuación la Torá nos dice: “…pondrán en el Tzitzit de la esquina una hebra
trenzada (petil) de (lana) azul”… la palabra petil o “hebra trenzada” tiene un
significado particular. Sí denota una hebra trenzada, pero también tiene otras
tres connotaciones:
La
primera connotación de la palabra petil es la de enrollamiento; de esto
inferimos el hecho de que uno de los hilos deberá estar enrollado alrededor de
los demás. Por ello la Torá declara que deberá estar colocado “en el Tzitzit de
la esquina”. La palabra Tzitzit se refiere a los hilos sueltos, y el petil o
“enrollamiento” es colocado sobre y alrededor de ellos. Inicialmente los hilos
son colgados para formar hilos sueltos o Tzitzit. Acto seguido, tomamos uno de
los hilos y lo enrollamos “en” ellos. En tiempos antiguos, cuando la hebra azul
era utilizada, ésta era el hilo que se utilizaba para hacer la mayor parte del
enrollamiento.
La
segunda connotación se refiere a dos hebras entrelazadas entre sí. Esta es una
de las razones por las cuales cada uno de los hilos de los Tzitizit están hecho
de dos hilos entrelazados a modo de cuerda.
La
mayor parte de las autoridades halájicas también concuerdan en que siempre que
se menciona un “hilo” en la ley judía, es definido como un entrelazamiento de
una o más hebras. Los Tzitzit siguen esta regla.
La
tercera connotación de la palabra petil es casi una combinación de las dos
primeras. La palabra significa tanto “unido” como “torcido”, y por consiguiente
también denota un hilo doble. De aquí aprendemos que los hilos son dobles. Esta
es la razón por la cual hacemos los Tzitzit de cuatro hilos, y luego los
doblamos para hacer ocho. Encontramos varios lugares donde una hebra azul era
utilizada, como por ejemplo en las vestiduras sacerdotales; en ese caso también
era colocado a través de un agujero y doblado sobre sí mismo.
Finalmente,
la Torá dice: “Harás guedilim (flequillos) en las cuatro esquinas de tu vestimenta
con la que te cubres”. Esto inmediatamente nos informa que los Tzitzit
únicamente son llevados puestos en una vestimenta de cuatro esquinas o
rectangular. Esta es la razón de porqué tanto el Talit como el talit katán son
de forma rectangular.
La
palabra guedilim misma nos enseña otro hecho importante acerca de los Tzitzit.
Mientras que la palabra Tzitzit hace referencia a cabellos sueltos o hilos, la
palabra guedil significa cabello o hilos unidos entre sí para formar una trenza
o una cuerda. Obviamente, un solo hilo, incluso si estuviera doblado y
enrollado, no sería llamado un guedil o “flequillo”. (Como vimos, la palabra
petil ya tiene esta connotación). Por consiguiente, es necesario que se refiera
a un mínimo de dos hilos dobles. La palabra utilizada en la Torá, guedilim,
está en plural; por lo tanto, deberá haber un “flequillo doble” en cada
esquina. Esto constituye una alusión al hecho de que los Tzitzit deben contener
cuatro hilos dobles. Guedil en singular son dos hilos, y guedilim en plural son
cuatro hilos. Por supuesto, además de esta alusión este mismo hecho también es
sabido por la tradición.
Para
recapitular lo ahora dicho, vemos que los Tzitzit tienen dos partes básicas. La
primera consiste de hilos sueltos, los cuales son aludidos por la palabra
Tzitzit. Esto es lo que se llama el anaf.
La
segunda parte consiste en la sección superior, que es donde los hilos son
amarrados entre sí junto con el enrollamiento. Eso es lo que se denomina el
guedil. Por razones estéticas, nuestros sabios decretaron que el guedil esté
formado por un tercio de la longitud de los Tzitzit enteros, y que el anaf
ocupe los dos tercios restantes.”
Elohim se está
presentando como ti tuviera un manto en Isaías 6:1; Ezequiel 16:8 y el Salmo
91:4. ¿Será que El Eterno tenga algo que se asemeja a un talit con Tsitsits? Si
el hombre fue creado a la imagen de Adonai ¿será que Adam tenía algún tipo de
talit de luz que cubría su cuerpo antes de caer en pecado?
En el Salmo
104:1-2 está escrito:
“Bendice, alma mía, a Adonai. Eterno, Eloha
mío, cuán grande eres; te has vestido de esplendor y de majestad, cubriéndote
de luz como con un manto, extendiendo los cielos como una cortina.”
23:9(10) “Cuando salgas como ejército contra tus
enemigos, te guardarás de toda cosa mala.” – Este texto
trata con una situación
específica en tiempos de guerra. La Shejiná, la presencia del Eterno, tiene que
estar presente en el ejército de Israel para que pueda vencer sobre sus
enemigos. Las guerras de Israel dependen de la presencia Divina. Para que esta
Shejiná pueda manifestarse, el ejército tiene que vivir en un nivel alto de
santidad, lo cual incluye la pureza ritual y también física. En este caso es mencionado como
cosa mala la impureza ritual causada por el derramamiento seminal y los
excrementos dentro del campamento. Para que El Eterno pueda liberarnos de los
peligros, tenemos que vivir vidas intachables, no alcanzables para hasatán. La
santidad es la mejor defensa que tenemos. La maldad abre brecha en la defensa
espiritual que rodea a los justos. Por lo tanto, cuando hay luchas en nuestras
vidas, tenemos que cuidarnos de una manera especial para que el enemigo no
tenga motivos para acusarnos y dañarnos. Si permitimos el mal entre nosotros no
vamos a poder vencer en los enfrentamientos con nuestros enemigos, ni los
visibles ni los invisibles, como está escrito en Efesios 6:12:
“Porque nuestra lucha no es contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este
mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones
celestiales.”
23:11(12) “Pero al llegar la tarde se bañará con agua, y
cuando se ponga el sol, podrá entrar de nuevo al campamento.”
– Según Rashí, significa que deberá sumergirse en una mikvé cerca de la puesta
del sol.
23:12(13) “Tendrás también un lugar fuera del campamento
y saldrás allí” – Fuera del campamento tenía que haber un lugar
de letrina, donde los soldados podían hacer sus necesidades. Pero había reglas
específicas de higiene que había que seguir para que la Presencia Divina no se
molestara con cosas desagradables.
23:13(14) “y tendrás entre tus herramientas una pala, y cuando te sientes allá
fuera, cavarás con ella, y te darás vuelta para cubrir tu excremento” – Según Rashí,
la palabra que ha sido traducida como “herramientas” significa “arma”. Vemos como la
Torá cubre todas las áreas de la vida humana, incluso el momento de ir al baño.
Hay mandamiento incluso para ese momento. A nuestro Padre no se le escapa nada.
Nos instruye en los detalles más íntimos de nuestra vida para que actuemos
siempre de manera correcta y nos da la oportunidad de servirle por medio de la
vida práctica diaria.
23:15(16) “No entregarás a su amo un esclavo que venga a
ti huyendo de su señor.” – Aquí se trata de un
esclavo pagano que huye de su señor desde el extranjero para refugiarse en la
tierra de Israel. No se puede devolver a su amo.
El caso de
Onésimo no aplica porque él no huyó del extranjero para refugiarse en la tierra
de Israel. Y por lo tanto el Shaliaj Shaúl lo devuelve a su amo, cf. Filemón
10-17.
La palabra hebrea
que ha sido traducida como “amo” o “señor”, es “adonav” (alef, dalet, nun, yud,
vav), que literalmente significa “sus señores” porque la letra yud denota
pluralidad. Vemos como una sola persona puede ser referida por la Torá en
plural. Esto es típico en cuanto a los dueños de los esclavos.
Esto nos
enseña que cuando se trata de una autoridad considerable, se emplea la forma
plural, no para referirse a varias personas, sino a la autoridad de esa
persona. Lo mismo sucede con las palabras Adonai y Elohim que ambas son en
plural, pero no habla de varias personas, sino de Aquel que es Uno, y que tiene
toda autoridad.
23:17(18) “Ninguna de las hijas de Israel será ramera de
culto pagano; tampoco ninguno de los hijos de Israel será sodomita de culto pagano.”
– La palabra para ramera es “kedeshá”y tiene la misma raíz que “kadosh”,
“santo”. De esto aprendemos que la santidad no es en primer lugar algo que
tiene que ver con pureza moral, sino con una consagración. En el caso de la
ramera y el sodomita, en hebreo “kedesh”, se
trata de personas que están dedicadas al culto pagano ofreciendo sus cuerpos
para la depravación sexual. Ellos están dedicados a sus dioses y por eso su
nombre tiene que ver con la palabra santo, que significa apartado, dedicado,
consagrado.
23:18(19) “No traerás la paga de una ramera ni el sueldo
de un perro a la casa de HaShem tu Eloha.” – Aquí la
palabra ramera es “zoná”. En este caso
es una mujer que ha ofrecido su cuerpo por un precio monetario. La palabra
perro es una referencia a un hombre homosexual que ha vendido su cuerpo para
obtener dinero, (aunque Rashí dice que significa que no se puede entregar un
cordero al templo que haya sido cambiado por un perro). Ambos “oficios” son
abominación para el Eterno. El dinero de su trabajo no se puede permitir como
ofrendas para el Eterno. De esto aprendemos también que no podemos permitir
dinero en las ofrendas de nuestras congregaciones de personas que han
conseguido ese dinero de forma ilegal, quebrantando los mandamientos de la
Torá. Esas ofrendas ofenden al Eterno. No son ofrendas, son “ofendas”.
23:21(22) “Cuando hagas un voto a El Eterno tu Eloha, no
tardarás en pagarlo, porque El Eterno tu Eloha ciertamente te lo reclamará, y
sería pecado en ti.” – Aquí se trata de votos
de ofrendas. Pueden ser animales, dinero, otros objetos de valor o la
dedicación de una persona, cf. 1 Samuel 1:11.
En Eclesiastés
5:4-6 está escrito:
“Cuando haces un voto a Eloha, no tardes en
cumplirlo, porque Él no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo.
Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas. No permitas
que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero que fue un error.
¿Por qué ha de enojarse Eloha a causa de tu voz y destruir la obra de tus
manos?”
Las obras de
nuestras manos sufrirán destrucción si no cumplimos las promesas que han salido
de nuestras bocas. ¡se acuerdan hermanos; Cuán importante es la palabra que
sale de nuestra boca!
Quinta
aliyá, 23:24(25) – 24:4
23:24-25(25-26) “Cuando entres en la viña de tu prójimo,
entonces podrás comer las uvas que desees hasta saciarte, pero no pondrás
ninguna en tu cesto. Cuando entres en la mies de tu prójimo, entonces podrás
arrancar espigas con tu mano, pero no meterás la hoz a la mies de tu prójimo.”
– Según el Talmud, esto sólo aplica a los obreros. Ellos podrán comer uvas y
espigas en las pausas durante el día de trabajo. Otros no tienen permiso de
entrar en los campos de los demás y comer. Un obrero que come de las uvas
cuando trabaja, rinde mejor en su trabajo, y así esta legislación también
beneficia al propietario de la viña.
En Mateo
12:1-8 está escrito:
“Por aquel tiempo Yeshúa pasó por entre los
sembrados en shabat; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar
espigas y a comer. Y cuando lo vieron los fariseos, le dijeron: Mira, tus
discípulos hacen lo que no es lícito hacer en shabat. Pero él les dijo: ¿No
habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo
entró en la casa de Eloha y comieron los panes consagrados, que no les era
lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes?
¿O no habéis leído en la Torá, que en los shabats los sacerdotes en el templo
profanan el shabat y están sin culpa? Pues os digo que algo mayor que el templo
está aquí. Pero si hubierais sabido lo que esto significa: "MISERICORDIA
QUIERO Y NO SACRIFICIO", no hubierais condenado a los inocentes. Porque el
Hijo del Hombre es Señor del shabat.
Los talmides
del Mesías estaban arrancando espigas al pasar por un campo sembrado. Fue en
shabat, y arrancaron espigas para saciar su hambre. Es probable que estaban
yendo a, o saliendo de, la sinagoga. Este hecho fue criticado por algunos
fariseos que lo consideraban como una violación del shabat, pero no criticaron
el hecho de que pasaran por un campo ajeno o arrancaran espigas de un campo
ajeno. Por esto tendremos que cuestionar la interpretación del Talmud en este
caso al permitir sólo a los trabajadores comer del campo. Por otro lado, es
posible que fue un campo de algún conocido y que tenían permiso para hacer lo
que estaban haciendo.
Los talmides
tenían hambre en shabat y cogieron espigas de un campo ajeno. Por la regla de
kal va-jómer, argumento con mayor peso, Yeshúa permitió que el shabat fuese
quebrantado, al arrancar las espigas, para saciar el hambre. Esta legislación
del Mesías concuerda con la halajá judía.
24:1
“Cuando alguno
toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha
encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo
pone en su mano y la despide de su casa” – Un
matrimonio judío sólo es válido si se hace bajo jupá. De la misma manera un
divorcio judío no es válido sin un guet.
En el tiempo
del segundo templo había dos interpretaciones principales de la palabra
“reprochable”, en hebreo “ervá”, que significa “desnudez”,
“desgracia”, “defecto”, “indecencia”, “inmundicia”, “confusión”, “descubierto”,
“vergüenza”, “impureza”, “promiscuidad”. Por un lado tenemos
la interpretación de la casa de Hilel que dice que se puede despedir a una
mujer por cualquier cosa que cause molestia en el esposo, incluso si ella
fracasa en la cocina. La casa de Shamai era más estricta, sólo permitía
divorcio cuando había un comportamiento sexual indecente en la mujer.
El autor de
Séfer HaJinuj considera que el documento de divorcio, llamado “guet”,
representa un termino medio entre aquellos que prohíben el divorcio en todos
los casos y los que lo autorizan con una sola palabra del marido, como: “vete”.
En Mateo
19:3-10 está escrito:
“Y se acercaron a él algunos fariseos para
probarle, diciendo: ¿Es lícito a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo? Y respondiendo dijo: ¿No habéis leído que
aquel que los creó, desde el principio LOS HIZO VARÓN Y HEMBRA, y añadió:
"POR ESTA RAZÓN EL HOMBRE DEJARA A SU PADRE Y A SU MADRE Y SE UNIRÁ A SU
MUJER, Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE"? Por consiguiente, ya no son dos,
sino una sola carne. Por tanto, lo que Eloha ha unido bajo el mismo yugo,
ningún hombre lo separe. Ellos le dicen: Entonces, ¿por qué mandó Moshé DARLE
CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARLA? Él les dice: Por la dureza de vuestro corazón,
Moshé os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el
principio. Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por fornicación, y se case con otra, comete adulterio. Los
discípulos le dicen: Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene
casarse.”
Vemos aquí
como el Mesías entra en la discusión que había entre la casa de Hilel y la casa
de Shamai dando razón a la interpretación de éste último. Podemos sacar varias
conclusiones de este texto:
1. El
divorcio no es el plan original del Eterno para el hombre.
2. El
divorcio fue permitido por el Eterno, no ordenado.
3. El
Eterno permitió el divorcio por causa de la dureza del corazón del hombre y la
mujer.
4. La causa
de un divorcio para poder casarse con otra no puede ser cualquiera – sólo por
algo indecente, hebreo “ervat davar”, traducido como fornicación (RV) y
infidelidad (LBLA) en Mateo 19:9.
“ha encontrado algo reprochable en ella”
– La expresión “ervat davar” (alguna promiscuidad) es la clave en toda esta
discusión. La pregunta que le hicieron al Rebe fue: “¿Es lícito al
hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?”, siguiendo la
interpretación de Hilel que entiende la expresión “ervat davar” como cualquier
causa. El Rebe contesta que “ervat davar” no significa cualquier cosa que
desagrade al hombre, sino tiene que ver con una desviación sexual en ella, que
fue traducido al griego como “porneia”,[20] “fornicación”.
Pero si ella
hubiera cometido adulterio durante el tiempo de desposorio tendría que ser
apedreada, no despedida en divorcio, cf. Deuteronomio 22:20-24; Levítico 20:10.
La Torá no puede tener dos legislaciones diferentes para un delito. La
despedida de una mujer tiene que ser por un acto oficial de entrega de una
carta de divorcio, llamada “guet”. Esto le devuelve a la mujer el estatus de no
casada y, por lo tanto, el derecho a casarse de nuevo con otro. La carta de
divorcio es precisamente el documento oficial y legal que da el derecho a la
mujer de casarse de nuevo. Sin un guet, sería una adúltera si se uniera a otro
hombre.
Según la
respuesta del Mesías, en Mateo 19:9, un hombre no comete adulterio al despedir
a su mujer y casarse con otra, si hay en ella una conducta sexual indecente
(ervat davar). La expresión “ervat davar” se encuentra también en el capítulo
anterior en esta misma parashá, cf. Deuteronomio 23:14, refiriéndose a los
excrementos humanos, que no podían ser vistos por la Presencia del Eterno ni
dentro ni fuera del campamento de guerra. Sería algo indecente para la
Presencia divina.
Concluyamos pues,
que la expresión “ervat davar” en el capítulo 24 no se está refiriendo ni a
cualquier conducta desagradable de la mujer, según los caprichos del hombre, ni
a la fornicación anterior al matrimonio o al adulterio durante el desposorio o
el matrimonio, sino a una desviación sexual de la mujer muy desagradable para
el esposo, de la misma manera que los excrementos puestos en el suelo, dentro o
cerca del campamento de guerra santo, causarían disgusto a la Presencia divina.
Así que, según la
enseñanza del Mesías en Mateo 19, donde explica el texto de Devarim 24, el
divorcio está permitido, para las personas con corazones duros, cuando existe
algún tipo de comportamiento causado por una perversión sexual muy desagradable
en el cónyuge. Un divorcio oficial, con la entrega de un documento legal, da el
derecho a casarse de nuevo con otra persona.
24:4b “No traerás pecado sobre la tierra que HaShem
tu Eloha te da por heredad.” – Las relaciones ilícitas traen
pecado sobre la tierra de Israel y fueron una de las causas principales de la
expulsión de los habitantes de las siete naciones, cf. Levítico 18:27-28.
Sexta aliyá, 24:5-13
24:5 “Cuando un hombre es recién casado, no saldrá
con el ejército, ni se le impondrá ningún deber; quedará libre en su casa por
un año para hacer feliz a la mujer que ha tomado.” – La vida
familiar es tan importante en el Judaísmo que durante el primer año de
matrimonio tiene prioridad sobre el deber de defender el país. El propósito con
esta ley es alegrar y hacer feliz a la esposa. Lo más grande de la vida de una
mujer es casarse y tener hijos.
24:7 “Si se encuentra a un hombre que haya
secuestrado a alguno de sus hermanos de los hijos de Israel, y lo esclaviza, o
lo haya vendido, entonces ese ladrón morirá; así quitarás el mal de en medio de
ti.” – Según Rashí, un secuestrador merece la pena de muerte sólo si
además del secuestro esclaviza a la persona secuestrada.
24:9 “Recuerda lo que El Eterno tu Eloha hizo a
Miryam en el camino, cuando salíais de Mitsrayim.” – Miryam fue
golpeada con la plaga tsaráat, (mal traducida como “lepra”), por causa de usar
mal su lengua, “lashón hará”. Aquí la Torá nos manda recordar lo que le pasó
para que aprendamos a no hablar mal de las autoridades.
24:10 “Cuando prestes cualquier cosa a tu prójimo, no
entrarás en su casa para tomar su prenda” – Nadie tiene
el derecho de entrar en una casa o propiedad ajena sin permiso.
24:13 “sin falta le devolverás la prenda al ponerse
el sol, para que se acueste con su ropa, y te bendiga; y te será justicia
delante de El Eterno tu Eloha.” – La justicia, en hebreo
“tsedaká”, en este caso no se refiere a que uno reciba la justificación, o
declaración de inocencia de pecado, como una recompensa por tratar bien a los
pobres, sino que se trata de una obra de caridad hecha para suplir el derecho
básico de una persona en necesidad. De aquí surge la expresión “tsedaká” en
referencia a la ayuda a los necesitados, cf. v.17; Mateo 6:1.
Sin embargo, el
significado de la palabra tiene que ver con hacer una cosa correcta. Cuando
estamos ayudando una persona necesitada, estamos haciendo lo correcto.
Séptima aliyá,
24:14 – 25:19
24:15 “En su día le darás su jornal antes de la
puesta del sol, porque es pobre y ha puesto su alma en él; para que él no clame
contra ti a Elohim, y llegue a ser pecado en ti.” – Es pecado
emplear una persona para un día y no darle la paga antes de la caída del sol.
24:16 “Los padres no morirán por sus hijos, ni los
hijos morirán por sus padres; cada uno morirá por su propio pecado.” – Según Rashí,
los padres no pueden morir por el testimonio de sus hijos.
El texto hebreo
dice “cada hombre”, no “cada uno”. Según el Talmud, esto nos enseña que la pena
de muerte no puede ser aplicada sobre hijos mayores de edad por lo que han
hecho sus padres, pero sobre sus hijos menores sí, cf. Josué 7:24.
24:18 “sino que recordarás que fuiste esclavo en
Mitsrayim y que El Eterno tu Eloha te rescató de allí; por tanto, yo te mando
que hagas esto.” – Este es uno de los 12 recuerdos diarios de
los cuales hablan las Escrituras. Los doce son:
1. La salida
de Mitsrayim, Éxodo 13:3; Deuteronomio 5:15; 24:18, 22.
2. El maná,
Éxodo 16:32-33.
3. El
shabat, Éxodo 20:8.
4. Lo que
hizo Amalek, Deuteronomio 25:17.
5. La
revelación en Sinai, Malaquías 4:4.
6. La
provocación en el desierto, especialmente con el becerro de oro, Deuteronomio
9:7.
7. Lo que
hicieron Balak y Bilam, Miqueas 6:5.
8. Lo que
pasó con Miryam, Deuteronomio 24:9.
9. El
Eterno, que da fuerzas para hacer riquezas, Deuteronomio 8:18.
10. Yerushalayim, Salmo 137:5.
11. La mujer de Lot, Lucas 17:32.
12. Yeshúa HaMashiaj, Lucas 22:19; 2
Timoteo 2:8.
24:19 “Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides
alguna gavilla en el campo, no regresarás a recogerla; será para el forastero,
para el huérfano y para la viuda, para que El Eterno tu Eloha te bendiga en
toda obra de tus manos.” – Vemos como la prosperidad laboral
viene como resultado de tratar bien a los necesitados. Hay tres preceptos,
aplicables sólo en la tierra de Israel, en cuanto a la cosecha de un campo para
que el necesitado también pueda ser atendido:
1. Pea – no
segar todo, dejar entre 1/60 – 1/40 (1.8 – 2.5 %) en las esquinas del campo.
2.
Leket – no recoger uno o dos tallos que hayan caído detrás del cosechador.
3. Shikjá – no
volver a buscar una o dos gavillas dejadas en el campo.
25:15 “Tendrás peso completo y justo; tendrás medida
completa y justa, para que se prolonguen tus días en la tierra que Adonai tu
Eloha te da.” – Una persona que no anda con engaños tendrá una vida prolongada.
25:16 “Porque todo el que hace estas cosas, todo el
que comete injusticia, es abominación para tu Eloha.” – El engañador
es abominación para el Eterno.
25:17 “Acuérdate de lo que te hizo Amalek en el
camino cuando saliste de Mitsrayim” – Si andamos con pesas falsas
Amalek obtendrá permiso para dañarnos
Mashiaj en esta
parashá
21:22-23 “colgado de un árbol… es maldito de Eloha”
– Yeshúa fue maldito por Eloha. Toda la maldición de la Torá cayó sobre él en
el momento cuando estaba colgado.
En Gálatas
3:13-14 está escrito:
“Mashiaj nos redimió de la maldición de la
Torá, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: MALDITO
TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO), a fin de que en Mashiaj Yeshúa la bendición
de Avraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del
Espíritu mediante la fe.”
La Torá no es
una maldición, como algunos interpretan este texto. La Torá es una de las
bendiciones mayores que nos han llegado desde el cielo. Pero hay maldiciones en
la Torá, cf. Levítico 26 y Deuteronomio 27 – 28. Esas maldiciones son el
resultado de la desobediencia a los mandamientos. Yeshúa nos compró libres de
las consecuencias de nuestros pecados, que son las maldiciones que están
escritas en la Torá. Esto es para todos aquellos que se apropien de la obra de
Mashiaj mediante el arrepentimiento y la confianza en Eloha, que suplió
nuestras necesidades por medio de la muerte y resurrección de Yeshúa. Al
redimirnos, lo cual significa liberarnos por medio de un precio de rescate,
como hemos dicho antes, el Mesías tuvo que pagar las consecuencias de nuestras
desobediencias a los mandamientos, las maldiciones escritas en la Torá. Todas
las maldiciones cayeron sobre él. Todas las enfermedades cayeron sobre él. Toda
la ira de Elohim cayó sobre él, como está escrito en Isaías 53:4-6:
“Ciertamente él llevó nuestras enfermedades, y
cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Eloha y afligido. Mas él fue herido por nuestras transgresiones,
molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre él, y
por sus heridas hemos sido sanados. Todos nosotros nos descarriamos como
ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero El Eterno hizo que cayera
sobre él la iniquidad de todos nosotros.”
Yeshúa tomó
nuestro lugar cargando la maldición que nos correspondía a nosotros. Así
podemos ser liberados, perdonados y restaurados. El resultado de que Yeshúa
tomó la maldición de la Torá es que la bendición de Avraham venga sobre los
hijos de Israel e incluso sobre los gentiles.
Si Yeshúa fue
objeto de la maldición de la Torá para que la bendición de Avraham llegara a
los gentiles, entonces tiene que haber una conexión entre las maldiciones de la
Torá y los gentiles. Si la Torá no aplica a los gentiles ¿cómo Yeshúa podía
tomar la maldición que correspondía a los gentiles para que la bendición de
Avraham les alcanzara? Si no aplica la maldición tampoco aplica la bendición.
Si no hay Torá para los gentiles, no hay maldición para ellos, puesto que la
maldición es el resultado de la desobediencia de la Torá. Si no hay ley, no hay
desobediencia, y no hay maldición. Yeshúa llevó la maldición para los judíos y
también para los gentiles para que la bendición de Avraham les alcanzase a
todos. Esto muestra que los gentiles no están totalmente fuera de la Torá, sino
que hay mandamientos escritos en la Torá que aplican a los gentiles.
Gracias a la
maldición que cayó sobre el Mesías al ser colgado de un árbol, somos liberados
de las maldiciones que nos tocaban por nuestras desobediencias. ¡Baruj HaShem!
!SHABAT SHALOM!
RECOPILADO POR; Orlando Unda
R.
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