Parashá 29 Ajarei mot./Levítico 16:1 – 18:30
Para ser compartida el 26 Nisan 5784/04 mayo 2024.
Rosh Jodesh -
Iyyar = zif 1° de 5784. Miércoles 8 de mayo 2.024
Después de la
caída del sol
Aliyás de la Torá.
1.
16:1-17
2.
16:18-24
3.
16:25-34
4.
17:1-7
5.
17:8 – 18:5
6.
18:6-21
7. 18:22-30
Haftará: Ezequiel 22:1-19 (A); 22:1-16 (S)
Brith Hadasha: Mateo 16:1 – 18:35
ALIYOT
1ª. ASliya Mateo 16:1-20
2ª. Aliya Mateo
16:21-17:8
3ª. Aliya MATEO 17:9-27
4ª. Aliya MATEO 18:1-22
5ª. Aliya Meteo 18:23-35
-------------------------------------
Ajarei mot. Significa
“Después de la muerte”.
Origen de la muerte según la Torah – Muerte en el
espíritu y en la carne
Genesis 2: 17pero
del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de
él comas, ciertamente morirás».
El hombre físicamente no murió en ese
momento.!!!!!!!
Lo que determina la muerte en
el espíritu es la Torah.
Romanos 5: 12Por
tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13Antes
de la Torah ya había pecado en el mundo; pero donde no hay Torah, no se inculpa
de pecado.
SITUACIÓN
DESPUÉS DE LA MUERTE
Eclesiastés 9: 5Porque
los que viven saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen
más recompensa. Su memoria cae en el olvido. 6También perecen
su amor, su odio y su envidia; y ya nunca más tendrán parte en todo lo que se
hace debajo del sol.
9Goza
de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida vana que te son
dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad. Esta es tu recompensa en la
vida, y en el trabajo con que te afanas debajo del sol.
Salmo 6: 4Vuélvete, Adonai, libra mi alma. ¡Sálvame por tu misericordia!, 5 porque
en la muerte
No hay memoria de ti; en el
seol,(sepulcro) ¿quién te alabará?
Si en la
muerte no nos podemos acordar de Eloha, no nos podemos arrepentir ni confesar
nuestros errores,
Menos pedir
perdón, después de ella.
Salmo 49: 17 porque
cuando muera no llevará nada ni descenderá tras él su gloria. 18Aunque,
mientras viva, llame
Dichosa a su alma y sea alabado
porque prospera, 19entrará en la generación de sus padres, y
nunca más verá la luz.
20El
hombre que goza de honores y no entiende, semejante es a las bestias que
perecen.
La muerte
espiritual es la perdida de la gracia
La muerte
espiritual llega al hombre por falta de entendimiento (de la Torah)
Juan
8: 43¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis
escuchar mi palabra. 44Vosotros sois de vuestro padre
el diablo, y los deseos de vuestro
padre queréis hacer.
Romanos 5: 17Si por la transgresión
de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Yeshúa
HaMashiaj, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.18Así
que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres,
de la misma manera por la Justicia de uno vino a todos los hombres la
justificación que produce vida. Amen.
COMENTARIOS DE LA PARASHA
El capítulo
16 de Vayikrá es uno de los capítulos más importantes de la Torá.
En este capítulo se encuentran las instrucciones acerca del día de
expiación, Yom Ha Kipurim que cae en el 10º día del 7º mes de Tishrí. Ese día
fue el único de todos los días del año cuando el gran sacerdote podía entrar en
el lugar santísimo y presentar incienso y sangre ante la presencia de Adonay.
El propósito de ese acto es hacer una limpieza general de los pecados y las
impurezas de los hijos de Israel que se habían acumulado en el tabernáculo
durante todo el año. A pesar de que El Eterno dio instrucciones claras acerca
de cómo los hijos de Israel tenían que mantenerse alejados de las impurezas
rituales para no contaminar el santuario por medio de ellas, era inevitable que
el tabernáculo fuese contaminado por ellas. Si alguien entraba en el santuario
estando impuro, lo contaminaba. Podían haber entrado allí sin darse cuenta de
que estaban impuros o alguien podía haberse olvidado de que estaba impuro en el
momento de entrar. Por esto Adonay instituye este día de expiación para
purificar los objetos del tabernáculo terrenal.
Este día es también el día
cuando El Eterno muestra cómo el hombre puede reconciliarse con Él. Es el gran
día de reconciliación. La reconciliación entre Elohim y el hombre es el tema
central de toda la Escritura y este capítulo muestra cómo esta
reconciliación puede ser efectuada. La ira de Adonay está sobre el hombre por
causa de sus pecados. Esa ira es mortal para el hombre. Lo único que puede
aplacar esa ira es que Adonay muestre misericordia. Esa misericordia es
mostrada al hombre mediante la reconciliación sobre la base de sacrificios
sangrientos de vidas inocentes, como está escrito en Levítico 17:11:
“Porque la vida de la carne
está en la sangre, y yo os la he dado sobre el altar para hacer expiación por
vuestras almas; porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace
expiación.”
Este capítulo constituye
también uno de los mejores textos que explican lo que pasó con el Mesías Yeshúa
antes y después de su resurrección al ser introducido en el ministerio sumo
sacerdotal celestial según el orden de Malki-Tsedek. Él entró en el tabernáculo
celestial y lo purificó con su propia sangre, como está escrito en Hebreos
9:22-26:
“Y según la Torá, casi todo es purificado con sangre, y sin
derramamiento de sangre no hay perdón. Por tanto, fue necesario que las copias
de las cosas en los cielos fueran purificadas de esta manera, pero las cosas
celestiales mismas, con mejores sacrificios que éstos. Porque el Mesías no
entró en un lugar santo hecho por manos, una copia del verdadero, sino en el
cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Eloah por nosotros, y no
para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote entra al Lugar
Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario
sufrir muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en
la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el
sacrificio de sí mismo.”
El día 10 del mes séptimo es
como un espejo y está reflejado en el día 10 del primer mes. En el 10º día del
primer mes fue tomado un cordero para cada casa en Mitsrayim donde se iba a
celebrar Pesaj para luego poder salir de la esclavitud bajo el rey Paró. El
cordero de Pesaj fue designado el día 10 del primer mes para luego ser
sacrificado el día 14. El día 10 del séptimo mes tiene conexión con el cordero
de Pesaj. La sangre del cordero de Pesaj protegió a los primogénitos de la
muerte. La carne del cordero produjo vitalidad y sanidad en los cuerpos débiles
y enfermos. De manera parecida los sacrificios de Yom HaKipurim expían por los
pecados de los hijos de Israel para salvarlos de la muerte, como está escrito
en Levítico 16:30:
“porque en este día se hará expiación por vosotros para que seáis
limpios; seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Adonay.”
Pesaj está
íntimamente conectado con Yom Kipur. De la misma manera la muerte y
resurrección del Mesías Yeshúa, que sucedió en Pesaj, cumplió también gran
parte del servicio de Yom Kipur en el tabernáculo celestial. Él ha entrado en
el lugar santísimo en el cielo y se ha quedado allí durante casi 2000 años.
Como el sumo sacerdote no solamente entró en el lugar santísimo en el
tabernáculo terrenal, sino luego salió y bendijo al pueblo, así sabemos que el
Mesías no se va a quedar en el lugar santísimo en el cielo, sino salir de allí
para bendecir a los hijos de Israel y el mundo entero.
Así que
Mashíaj ha cumplido sólo la mitad del culto de Yom Kipur. Con su regreso a la
tierra cumplirá el resto. En ese día todo el pecado será eliminado en los que
han puesto su esperanza en él, como está escrito en Hebreos 9:27-28:
“Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y
después de esto, el juicio, así también el Mesías, habiendo sido ofrecido una
vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación
con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan.”
16:1 “Adonay habló
a Moshé después de la muerte de los hijos de Aharón, cuando se acercaron a la
presencia de Elohim y murieron.” – Según
Najmánides este enunciado fue dado un día después de que los hijos de Aharón
entraron en el tabernáculo con fuego extraño y murieron. Sin embargo, Rashí
señala que fue el mismo día en que murieron, es decir el primer día de Nisán
(Aviv). Así que en el mes de Aviv, un poco antes de la celebración de Pesaj,
fue anunciado el mensaje acerca de Yom Kipur. Esto también conecta la celebración
de Pesaj con Yom HaKipurim.
Como está
escrito en Juan 1:29:“Al día siguiente ve a Yeshúa que venía hacia él, y dice: He
ahí el Cordero de Eloah (Pesaj) que quita el pecado del mundo (Yom
Kipur).”
“después de la muerte” – El
nombre de esta Parashá es Ajarei mot, “después de la muerte”. Esto nos enseña
que este mensaje está hablando de lo que iba a pasar con el Mesías después de
su muerte. Después de su muerte, Mashíaj entró en el lugar santísimo en el
Mishkán celestial y cumplió así con esta sombra profética, como está escrito en
Hebreos 9:11-12:
“Pero cuando el Mesías apareció como sumo sacerdote de los bienes
futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos,
es decir, no de esta creación, y no por medio de la sangre de machos cabríos y
de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una
vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna.”
16:2 “Dijo Adonay a Moshé: Di a tu hermano Aharón que no en todo tiempo
entre en el lugar santo detrás del velo, delante del propiciatorio que está
sobre el arca, no sea que muera; porque yo apareceré en la nube sobre el
propiciatorio.” – Aharón, como gran sacerdote,
tenía acceso al lugar santísimo, pero sólo una vez al año. Moshé, sin embargo,
podía entrar en el lugar santísimo en cualquier momento.
El hecho de anunciar la
prohibición de entrar en el lugar santísimo después de hablar de la muerte de
los hijos de Aharón, indica que ellos podían haber intentado entrar allí sin
permiso, lo cual sería una de las razones por las cuales murieron. Para evitar
que esto ocurriera otra vez, Elohim dio instrucciones muy concretas de cómo se
debe de entrar allí y quién podrá entrar allí.
La palabra
hebrea que ha sido traducida como “propiciatorio” es “kaporet” que significa
“cobertura”, “cubierta”. Viene de la raíz “kafar” que significa “cubrir (con
brea)”, “calafatear”, y también “perdonar”, “absolver”, “compensar”, “expiar”.
Es la misma raíz que hay en la palabra para el día de expiación, Yom HaKipurim,
también llamado Yom Kipur, cf. Levítico 23:27; 25:9.
En la
traducción de los setenta, la Septuaginta, la palabra hebrea “kaporet” fue
traducida al griego como “hilasterion”, que significa
“sacrificio expiatorio”, “lugar expiatorio”, “propiciatorio”. La palabra
“hilasterion” viene de “hilaskomai” que significa “conciliar”, “propiciar”,
“expiar”, “reconciliar”, “agraciar”. El propiciatorio es visto como el trono de
Adonay en la tierra.
Esto nos
enseña que está cubierta no solamente servía para tapar el arca, sino también
como un lugar de expiación por los pecados y donde se manifiesta la
misericordia y el perdón. Es un lugar de reconciliación entre El Eterno y el
hombre. Por esto se ha traducido también como “trono de la gracia” según está
escrito en hebreos 4:14-16:
“Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que
trascendió los cielos, Yeshúa, el Hijo de Eloah, retengamos nuestra fe. Porque
no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas,
sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. Por tanto,
acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos
misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.”
El propiciatorio, el trono de
la misericordia, la cubierta sobre el arca, no podía ser visto por más que una
sola persona en un día al año. Sin embargo, cuando el Mesías vino él fue
expuesto públicamente como un lugar de expiación, un propiciatorio, como está
escrito en Romanos 3:25-26: “a quien Eloah exhibió públicamente como propiciación por
su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su
tolerancia, Eloah pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, para
demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que
justifica al que es de la fe de Yeshúa.”
La palabra
griega que ha sido traducida como “propiciación” es “hilasterion”, que hemos
visto antes. Esta palabra aparece sólo en dos lugares en los textos griegos del
Código Real. En Hebreos 9:5 fue traducida como “propiciatorio”. Como hemos
visto antes, en la LXX(Septuaginta), “hilasterion” es la traducción de la
palabra hebrea “kaporet” que es la cubierta del arca del testimonio. De esto
aprendemos que lo que está diciendo el texto griego de Romanos 3:25, es que el
Mesías fue mostrado como un propiciatorio, como la cubierta del arca que está
en el lugar santísimo en el templo celestial y en el templo terrenal.
En su
muerte, Yeshúa fue expuesto públicamente como un propiciatorio, relacionado con
el culto de Yom Kipur. Con la ejecución sangrienta del Mesías, todo el mundo
ahora podía ver que hay purificación y eliminación eterna de los pecados, no
solamente para los judíos, sino para los del mundo entero, como está escrito en
1 Juan 2:2:
“El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los
nuestros, sino también por los del mundo entero.”
En 1 Juan 4:10 está escrito: “En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Eloah, sino en que Él nos
amó a nosotros y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.”
El lugar de encuentro entre
Adonay y el hombre está encima del arca en el templo, como está escrito en
Éxodo 25:22:
“Allí me encontraré contigo, y de sobre el propiciatorio, de entre los
dos querubines que están sobre el arca del testimonio, te hablaré acerca de
todo lo que he de darte por mandamiento para los hijos de Israel.”
En Éxodo 30:6 está escrito: “Pondrás
el altar delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del
propiciatorio que está sobre el testimonio, donde yo me encontraré contigo.”
Ahora,
según el texto griego de Romanos 3:25, Yeshúa fue expuesto como un
propiciatorio ante todo el mundo. De la misma manera que el propiciatorio fue
un lugar de encuentro entre Adonay y Moshé, el sacrificio de Mashíaj es un
lugar de encuentro entre Adonay y la humanidad, como está escrito en Juan
12:32-33:
“Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo. Pero
él decía esto para indicar de qué clase de muerte iba a morir.”
El propiciatorio es un lugar
donde El Eterno se manifiesta de una manera extraordinaria. El propiciatorio
existe en tres niveles:
1. En
el tabernáculo y el templo terrenales.
2. En
el templo del cuerpo del Mesías.
3. En
el templo celestial.
Como Adonay se manifestó de
manera extraordinaria sobre la muerte y resurrección de Mashíaj, allí da a
conocer Sus cualidades. Vamos a destacar cuatro de ellas
1. Su
JUSTICIA. La justicia de Eloah exige que el pecador tiene que sufrir la muerte.
Para poder perdonar al pecador El Eterno tiene que suplir con un sustituto. Sin
un sustituto que sea hermano del pecador, no es posible que se haga remisión.
Un animal no puede sustituir a un hombre. Si Adonay redimiera al hombre del
pecado y de la muerte a base de los sacrificios de los animales, no sería
justo. Por medio de la muerte de Yeshúa manifiesta que es justo cuando perdona
al pecador, cf. Romanos 3:25-26.
2. Su
MISERICORDIA y AMOR. Por medio de la muerte de Yeshúa, todos los hombres de la
tierra podrán ser hechos hijos eternos de Eloah por medio del perdón de sus
pecados y la liberación de la muerte, cf. Juan 3:16; 1 Juan 3:1.
3. Su
FIDELIDAD. En la muerte y resurrección del Mesías en el tercer día, Adonay
cumple sus promesas dadas a los profetas.
4. Su
PODER. Mediante la resurrección y transformación del cuerpo de Yeshúa en un
cuerpo inmortal y su glorificación y supresión de todo dominio, se ha
manifestado su enorme poder, cf. Efesios 1:19-21.
16:3 “Aharón
podrá entrar en el lugar santo con esto: con un novillo para ofrenda por el
pecado y un carnero para ofrenda de ascensión.” – Aharón sólo puede entrar en el lugar santísimo por medio de la muerte
de animales sustitutos que señalan proféticamente hacia la muerte del Mesías.
Esto nos enseña que la muerte de Yeshúa es la base sobre la que el hombre puede
acercarse a El Eterno.
Cuando
había templo el kohén gadol, el gran sacerdote, se preparaba una semana antes
de este día, que es el más sagrado del año. Salió de su casa para pasar la
última semana en el santuario.
Durante
siete días se purificaba con el agua purificadora de la vaca roja por si había
tocado un cadáver humano sin darse cuenta, como está escrito en Números
19:11-13:
“El que toque el cadáver de una persona quedará
inmundo por siete días. Y aquél se purificará a sí mismo de su inmundicia con
el agua al tercer día y al séptimo día, y entonces quedará limpio; pero si no
se purifica a sí mismo al tercer día y al séptimo día, no quedará
limpio. Cualquiera que toque un cadáver, el cuerpo de un hombre que ha
muerto, y no se purifique a sí mismo, contamina el tabernáculo de Elohim; y esa
persona será cortada de Israel. Será inmundo porque el agua para la impureza no
se roció sobre él; su impureza aún permanece sobre él.”
Durante
esos siete días también fue instruido por talmides sabios que el sanedrín le
había enviado, para que cumpliera con el servicio de Yom Kipur de manera
correcta. Un sustituto también fue preparado en caso de que el kohén gadol se
quedara tamé(impuro) e incapaz de oficiar. Repitieron el capítulo 16 de Vayikrá
y los halajás sobre el día de expiación hasta que el gran sacerdote las
aprendía bien. Durante esa semana también ofrecía incienso y sacrificios y
encendía la menorá.
El día antes de Yom Kipur
pasaron delante de él todos los animales que habían sido reservados para el
evento para que los identificara bien. El último día, los talmidim jajamim
(discípulos sabios) fueron reemplazados por un grupo de kohanim (sacerdotes) que
ayudaron al gran sacerdote a practicar el arte de verter incienso en sus manos
con una cuchara. Este servicio tenía que hacerse delante de Adonay en el lugar
santísimo y fue una de las cosas más difíciles, porque no podía caer ni un
grano del incienso a la tierra.
Durante la noche antes del
gran día, el gran sacerdote no dormía.
Estaba leyendo capítulos de
Job, Esdras, Crónicas y Daniel para poder quedarse despierto. Si se dormía, los
sacerdotes jóvenes lo despertaban haciendo ruidos con sus dedos. Si se cansaba
podía estar de pie un rato sobre el suelo frío del templo. Otras personas de
Yerushalayim también se quedaban despiertas durante esa noche, leyendo y orando
y preparándose para el gran día.
16:4 “Se vestirá
con la túnica sagrada de lino, y los calzoncillos de lino estarán sobre sus
carnes, y se ceñirá con el cinturón de lino y se cubrirá con el gorro de lino
(estas son vestiduras sagradas). Lavará, pues, su cuerpo con agua y se vestirá
con ellas.” – Había una ropa especial de
cuatro prendas de lino que usaba el gran sacerdote para poder entrar en la
presencia de Adonay en el lugar santísimo. Cada año había nuevas ropas para
este evento tan especial y fueron usadas solamente durante ese día. Las ropas
normales de ocho prendas que usaba el gran sacerdote en su servicio diario
tenían mezclas de oro y piedras preciosas junto con telas y tintas que habían
sido sacadas tanto del mundo animal como del mundo vegetal. Las ropas que
fueron usadas para entrar en el lugar santísimo vinieron solamente del mundo
vegetal. Estas ropas de lino expresan humildad ante la presencia de Adonay.
La primera
vez que aparece el lino en las Escrituras es en Génesis 41:42 donde habla de
Yosef que fue vestido de lino por mano del Paró en el momento de su exaltación.
Esto nos enseña que hay una relación entre la exaltación de Yosef después de
haber estado en la cárcel, y el ministerio sumo-sacerdotal de Yom Kipur. Todo
esto nos lleva al Mesías ben Yosef que fue vestido de lino en el momento de su
muerte, como una señal de su investidura en el ministerio sacerdotal según el
orden de Malki-Tsedek que iba a iniciar después de su resurrección, cf. Juan
19:40.
“lavará su cuerpo” – En Yom
Kipur el sumo sacerdote hizo tevilá de todo su cuerpo en total cinco veces.
Cada vez que cambiaba la ropa sumergió todo su cuerpo en agua y lavaba sus
manos y pies antes y después. En total lavó sus manos y sus pies diez veces
durante ese día.
Primero hizo la tevilá antes
de ponerse las ropas de oro para iniciar el servicio de todos los días como
gran sacerdote.
Después vertía agua sobre sus
manos y sus pies y ofrecía el sacrificio diario del cordero de la mañana,
quemaba el incienso y limpiaba la menorá. Luego ofrecía la ofrenda diaria de
oblación, minjá, seguido por parte del sacrificio adicional, musaf, de Yom
Kipur, como está escrito en Números 29:7-11:
“El décimo día de este mes séptimo tendréis santa convocación y os
humillaréis; no haréis ningún trabajo. Y ofreceréis a Adonay nuestro Elohim una
ofrenda de ascensión como aroma agradable: un novillo, un carnero, siete
corderos de un año, sin defecto; y su ofrenda de cereal, flor de harina
mezclada con aceite: tres décimas de una efá por el novillo, dos décimas por el
carnero, una décima por cada uno de los siete corderos; y un macho cabrío como
ofrenda por el pecado, además de la ofrenda de expiación por el pecado y de la
ofrenda de ascensión continua, de su ofrenda de cereal y de sus libaciones.”
Después purificó sus manos y
sus pies y se quitaba las ropas de oro. Se sumergía en agua y se ponía las
cuatro ropas de lino, hechas para la ocasión con la tela más fina. Otra vez
echaba agua sobre sus manos y sus pies para estar listo para el siguiente servicio.
16:5 “Y tomará
de la congregación de los hijos de Israel dos machos cabríos para ofrenda por
el pecado y un carnero para ofrenda de ascensión.” – Estos animales fueron dados para la expiación del pueblo.
16:6 “Entonces
Aharón acercará el novillo como ofrenda por el pecado, que es por sí mismo,
para hacer expiación por sí mismo y por su casa.” – Según Rashí, este es el novillo que fue mencionado en el versículo 3.
El gran sacerdote tenía que pagar este novillo de su propio bolsillo. En este
momento él puso sus manos sobre la cabeza del novillo y confesó sus propios
pecados y los de su familia. Según Rashí, la palabra expiación, que normalmente
tiene que ver con la sangre, en este caso significa una confesión de los
pecados. Según Rambám usó estas palabras:
“Por favor, Adonay, pequé sin
intención, cometí transgresiones intencionalmente e insolentemente delante de
ti, tanto yo como mi familia. Por favor, Adonay, expía los pecados
involuntarios, las transgresiones voluntarias y la desobediencia que mi familia
y yo cometimos ante ti, según dices en la Torá dada a tu servidor
Moshé (Levítico 16:30), “En este día, Él expiará tus pecados y te dejará puro y
limpio de todo pecado ante Adonay.””
Durante
todas las confesiones que el gran sacerdote hizo durante el día, pronunció el
Nombre de Eloah con cuatro letras, el Tetragrámaton, YHVH, diez veces en total.
Cuando el pueblo oyó la pronunciación del Nombre se inclinaron sobre el suelo y
pronunciaron las palabras:
“Baruj shem kevod maljutó leolam vaed. (Bendito
sea por siempre el Nombre de su reinado glorioso).”
16:7 “Y tomará
los dos machos cabríos y los presentará delante de Adonay a la entrada de la
tienda de reunión.” – Los dos machos cabríos
tenían que ser parecidos en aspecto, peso y altura. Fueron comprados con fondos
de la comunidad.
16:8 “Y
echará suertes Aharón sobre los dos machos cabríos, una suerte para Elohim, y
otra suerte para Azazel.” – Después de
hacer la confesión sobre el novillo, no lo degolló enseguida, sino primero echo
suerte entre los dos machos cabríos, que constituían una parte central en el
servicio del día. Para este sorteo se usaban dos inscripciones que estaban en
una urna. En una de ellas estaba escrito: “Para Adonay” y en la otra: “Para
Azazel”. El kohén gadol cogió las dos placas con sus dos manos sin mirar y colocó
una sobre cada uno de los machos cabríos según estaban delante de él. Leyeron
las inscripciones y proclamaban sobre el macho cabrío que había sido elegido
para Elohim: “¡Este es un sacrificio jatat para Adonay!”
Se colocaba
un hilo de color escarlata en la cabeza del cabrío que era para Azazel y otro
hilo rojo en la entrada del lugar santo del templo. El Talmud enseña:
“Nuestros
rabinos enseñaron: Durante los cuarenta años cuando Shimón el Justo ministraba,
la suerte (“Para Elohim”) siempre salió en su mano derecha. Desde ese tiempo en
adelante, a veces salió en la mano derecha y a veces en la mano izquierda. Y
(durante el mismo tiempo) el hilo de color escarlata solía volverse blanco.
Desde ese tiempo en adelante a veces se volvió blanco y otras veces no.”
Más
adelante en el mismo tratado dice: “Nuestros rabinos enseñaron: Durante los
últimos cuarenta años antes de la destrucción del Templo, la suerte (“Para
Elohim”) no salió en la mano derecha, ni se volvió blanco el hilo escarlata...”
Cuarenta
años antes de la destrucción del templo fue el año 31 del cómputo romano. Según
cálculos, aproximados. Fue el mismo año de la muerte del Mesías Yeshúa. Después
se su muerte el servicio de Yom Kipur no fue hecho de manera que pudiera
agradar a El Eterno nuestro Elohim.
¿Qué es
Azazel?
Según el
Talmud y su creencia Azazel es un compuesto de Aza y Azael. Eran
dos ángeles que antes del diluvio pidieron permiso para vivir entre los hombres
con apariencia de humanos para mostrar que no pecarían como los demás hombres.
Sin embargo cuando obtuvieron permiso para hacer esto pecaron más que los
hombres anteriores al diluvio.
Rashí
comenta sobre este punto que el macho cabrío se llamaba Azazel para implicar
que lograba expiar pecados, entre ellos, hechos inmorales como los de Aza y
Azael.
Sin
embargo, en su comentario de Vayikrá, Rashí dice que Azazel designa a una
montaña severa y dura, un precipicio muy elevado. En Gur Aryé, que comenta a
Rashí, está escrito que Azazel es un vocablo compuesto por las palabras “az”,
“áspero”, “severo”, y “el”, “fuerte”, “duro”. La aparición de la segunda
zayin en Azazel no modifica en nada el hecho de que se derive de “az” y “el”,
ya que en hebreo es usual que cuando un nombre se forma a partir de una o más
raíces, el nombre formado casi siempre añade una letra de más por razones
estilísticas. Najmánides dice que cuando está escrito que el animal fue enviado
a Azazel, simplemente quiere decir que era enviado a un lugar agreste e
inhóspito.
Un Midrash
interpreta la palabra Azazel como hasatán o a shed, un espíritu malo. Pero como
más adelante está claramente ordenado que no se puede hacer sacrificios a los
demonios, esta interpretación tiene que ser cuestionada, cf. Levítico 17:7.
16:9 “Aharón
acercará el macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte para Elohim,
haciéndolo ofrenda por el pecado.” – En este
momento no fue degollado este macho cabrío, sino sólo designado para ser una
ofrenda por el pecado.
16:10 “Pero el
macho cabrío sobre el cual cayó la suerte para Azazel, será presentado vivo
delante de Adonay para hacer expiación sobre él, para enviarlo a Azazel
al desierto.” – Según Rashí, al decir que
este cabrío tiene que ser presentado vivo delante de Adonay, implica que luego
fue enviado para morir. La idea es llevarlo a un precipicio y luego arrojarlo
hacia abajo para que se despedazara.
Los dos
machos cabríos hablan de dos aspectos diferentes de la muerte del Mesías. La
sangre de uno de ellos es llevada hasta el lugar santísimo, v. 15-16, y su
cuerpo es quemado fuera del campamento, v. 27-28. El otro es enviado al
desierto v. 21-22. Uno expía por el pecado, es decir, satisface la exigencia de
justicia delante de Adonay, que reclama la muerte del pecador. El otro lleva el
pecado lejos para que sea apartado de los hijos de Israel.
16:11 “Entonces Aharón acercará el novillo de la ofrenda
por el pecado, que es por sí mismo, y hará expiación por sí mismo y por su
casa, y degollará el novillo de la ofrenda por el pecado hecha por sí mismo.” – La palabra expiación se entiende aquí como una
confesión verbal sobre el animal personal del kohén gadol. Así que el gran
sacerdote hizo otra confesión por todos sus pecados y por los pecados de todos
los sacerdotes, que son llamados “casa de Aharón” según el Salmo 135:19. Luego
degollaba el novillo y recogía su sangre en un recipiente que fue dado a otro
sacerdote.
16:12 “Y
tomará un incensario lleno de brasas de fuego de sobre el altar que está
delante de Adonay, y dos puñados de incienso aromático molido, y lo llevará
detrás del velo.” – Esta
parte del servicio fue la más delicada, porque ahora le tocaba entrar en el
lugar santísimo. El kohén gadol puso carbones del altar del atrio en un
recipiente de oro. Le entregaron un recipiente de incienso que había sido
molido extra fino para la ocasión. Tomó incienso con sus dos manos y lo puso en
una cuchara. Cogió la cuchara con la mano izquierda y el recipiente con
carbones en su mano derecha y entró en el lugar santísimo. Allí dentro colocó
el recipiente con carbones entre las dos varas del arca. En tiempos del segundo
templo, cuando no había arca, lo colocó en la piedra sobre la cual el arca
había estado.
Luego tomó
la cuchara con la punta de sus dedos o con los dientes, para dejar ambas manos
libres, y vertía el incienso en las dos manos. Esto fue muy difícil porque no
podía caer nada del incienso al suelo.
16:13 “Pondrá
el incienso sobre el fuego delante de Adonay, para que la nube del incienso
cubra el propiciatorio que está sobre el testimonio, no sea que muera.” – Ahora el gran sacerdote ponía todo el incienso en
el recipiente de oro que contenía los carbones encendidos para que se produjera
una nube de humo entre él y el propiciatorio, donde se manifestaba la shejiná,
la presencia gloriosa de Adonay. El humo producido por la quema del incienso
sobre los carbones, que habían sido arrebatados del fuego exterior, simboliza
el momento cuando el Mesías Yeshúa se presentaba ante Elohim después de su
resurrección, como está escrito en Zacarías 3:2b: “¿No
es éste un tizón arrebatado del fuego?”
Para que
Aharón pudiera estar en el lugar santísimo cuando se manifestaba la shejiná,
tenía que quemar incienso que produjera una nube que le protegía de la muerte.
Por medio
de esa nube él podía acercarse a Elohim sin peligro. Esa nube simboliza a
Mashíaj, por medio del cual podemos acercarnos a El Eterno nuestro Elohim sin
peligro. Sin el sacrificio de Mashíaj el pecador muere en la presencia del
Eloah Justo.
El incienso
que fue molido es un símbolo del Mesías, y cuando fue echado al fuego simboliza
el momento cuando el Mesías murió, pasando por el fuego. Por medio de esa
muerte se produjo una nube en el cielo, por medio de la cual el hombre puede
acercarse al trono de misericordia, como está escrito en hebreos 4:14-16:
“Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que
trascendió los cielos, Yeshúa, el Hijo de Eloah, retengamos nuestra fe. Porque
no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas,
sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. Por tanto,
acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos
misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.”
En hebreos
10:19-22 está escrito:
“Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza
para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Yeshúa, por un camino nuevo y
vivo que él dedicó para nosotros por medio del velo, es decir, su carne, y
puesto que tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Eloah, acerquémonos
con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón
purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.”
Después de
haber puesto el incienso sobre los carbones encendidos, el kohén gadol salió
hacia atrás, sin desviar su mirada de la dirección del propiciatorio. El pueblo
estaba orando por él para que todo el servicio en el lugar santísimo saliera
bien. Si había un error, el gran sacerdote moriría y el pueblo no podía obtener
el perdón de sus pecados.
Según el
Midrash, en el tiempo del segundo templo la mayoría de los grandes sacerdotes
morían dentro del año que seguía a Yom Kipur porque eran hombres corruptos y
habían comprado su puesto con dinero.
Cuando el
sumo sacerdote llegó al lugar santo, los otros sacerdotes salieron de allí, cf.
v. 17. Allí se quedó un momento y oró una oración corta y luego salió al atrio
donde el pueblo le estaba esperando con ansiedad
16:14 “Tomará además de la sangre del novillo y la rociará con su dedo en el
lado oriental del propiciatorio; también delante del propiciatorio rociará con
su dedo siete veces de la sangre.” – Esta sangre
viene del sacrificio personal de Aharón que el otro sacerdote había estado
moviendo en su recipiente para que no coagulara. Ahora el kohén gadol toma esa
sangre y entra por segunda vez en el lugar santísimo. Allí esparce la sangre
con su dedo hacia el lado oriental del propiciatorio una vez hacia arriba y siete
veces hacia abajo sin que la sangre llegue a tocar el arca. Cuenta con voz alta
mientras esparce la sangre: Uno (hacia arriba), uno y uno (hacia abajo), uno y
dos, uno y tres... uno y siete. De esa manera no se equivocó.
16:15 “Después
degollará el macho cabrío de la ofrenda por el pecado que es por el pueblo, y
llevará su sangre detrás del velo y hará con ella como hizo con la sangre del
novillo, y la rociará sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.” – Ahora es sacrificado el macho cabrío a favor del
pueblo, que había sido señalado para Elohim por medio del sorteo.
La sangre fue recibida en un
recipiente y luego llevada detrás del velo y esparcida de la misma manera como
la sangre del novillo personal, una vez hacia arriba y siete veces hacia abajo.
Luego el sacerdote sale hacia atrás al lugar santo.
16:18 “Entonces
saldrá al altar que está delante de Adonay y hará expiación por él, y tomará de
la sangre del novillo y de la sangre del macho cabrío y la pondrá en los
cuernos del altar por todos los lados.” – Se refiere al
altar de oro en el lugar santo, como está escrito en Éxodo 30:9-10:
“No ofreceréis incienso extraño en este altar, ni ofrenda de ascensión
ni ofrenda de cereal; tampoco derramaréis libación sobre él. Aharón hará
expiación sobre los cuernos del altar una vez al año; hará expiación sobre él
con la sangre de la ofrenda de expiación por el pecado, una vez al año por
todas vuestras generaciones; santísimo es a Elohim.”
Las dos sangres, la del
novillo personal del sumo sacerdote y la del macho cabrío del pueblo, fueron
mezcladas y colocadas en las cuatro esquinas del altar de oro.
16:19 “Y rociará
sobre él de la sangre siete veces con su dedo, y lo limpiará, y lo santificará
de las impurezas de los hijos de Israel.” – El sumo sacerdote limpiaba una zona encima del altar y esparcía la
sangre siete veces sobre ésta. En total fueron 43 aspersiones de sangre en el
santuario, 2 x (1+7) veces en el lugar santísimo, 2 x (1+7) veces sobre el velo
desde el lugar santo, 4 veces sobre los cuernos y 7 veces sobre el altar
(16+16+4+7=43). La sangre que sobraba fue vertida al pie del altar del atrio.
En hebreos
9:11-14, 24-26 está escrito:
“Pero cuando el Mesías apareció como sumo sacerdote
de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no
hecho con manos, es decir, no de esta creación, y no por medio de la sangre de
machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al
Lugar Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna. Porque
si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la becerra
rociada sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la
carne, ¿cuánto más la sangre del Mesías, el cual por el Espíritu eterno se
ofreció a sí mismo sin mancha a Eloah, purificará vuestra conciencia de obras
muertas para servir al Eloah vivo?... Porque el Mesías no entró en un lugar
santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo
mismo, para presentarse ahora delante de Eloah por nosotros, y no para
ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote entra al Lugar
Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario
sufrir muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en
la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el
sacrificio de sí mismo.”
En hebreos 10:19-20 está
escrito: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo
por la sangre de Yeshúa HaMashíaj, por el camino nuevo y vivo
que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”.
Aquí dice
que la sangre de Yeshúa es como un camino por el cual podemos llegar al lugar
santísimo en el cielo. Esto nos enseña que cuando el sumo sacerdote salpicó
hacia abajo siete veces se “dibujó” un camino de sangre que llega hasta el
lugar de la manifestación de Adonay, el lugar de intimidad con el Padre
celestial, cf. Éxodo 30:36b “donde me citaré allí contigo”. Las siete gotas de
sangre que hay en el suelo son como siete pasos que llegan al punto de
encuentro. El número siete habla de que hay un rociamiento para cada uno de los
milenios de la historia del hombre pecador sobre la tierra. De la misma manera
como se salpicó siete veces en la tierra, habrá 7000 mil años de pecado en la
tierra que necesitan ser expiados por la sangre del Mesías en el templo
celestial.
En el
octavo milenio ya no habrá pecado, y por esto sólo se salpicaban siete veces en
la tierra. Después del séptimo milenio viviremos en una era de justicia,
producida por la muerte y resurrección del Mesías. ¡Quien lo crea diga un buen
amen ¡
16:21 “Después
Aharón pondrá ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío y confesará sobre él
todas las iniquidades de los hijos de Israel y todas sus transgresiones, todos
sus pecados, y poniéndolos sobre la cabeza del macho cabrío, lo enviará al
desierto por medio de un hombre preparado para esto.” – Esta es la tercera confesión que el gran sacerdote hace de los
pecados, esta vez por los pecados de todo el pueblo.
16:22 “El macho
cabrío llevará sobre sí todas sus iniquidades a una tierra solitaria; y soltará
el macho cabrío en el desierto.” – El gran
sacerdote no podía dejar el atrio hasta que el hombre había llegado al
desierto. Para saber cuándo llegó, habían edificado plataformas sobre las
cuales se colocaban unas personas.
Cuando el hombre llegó al
desierto con el macho cabrío, otro hombre agitaba una bufanda sobre la última
plataforma para que se viera hasta la plataforma anterior, y así sucesivamente
hasta llegar al templo en Yerushalayim.
Cuando el
pueblo vivía en santidad y justicia, podían ver como el hilo escarlata que
estaba colocada en la entrada del santuario se volvió blanco en el momento de
la muerte del macho cabrío que fue llevado al desierto.
Pero, como
hemos visto en el testimonio del Talmud, más adelante este milagro no ocurrió
siempre, y después de la muerte de Yeshúa hasta la destrucción del templo, no
pasó nunca. Por esto los sabios ya no lo colgaban en la entrada del lugar santo
durante los últimos tiempos antes de la destrucción del templo. El Midrash cuenta que el mensajero debía atar la mitad del hilo
en el despeñadero y la otra mitad en los cuernos del macho cabrío. Este
texto dice que el macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de los
hijos de Israel. Esto constituye una sombra de lo que iba a hacer Mashíaj ben
Yosef, como está escrito en Isaías 53:4, 11-12:
“Ciertamente él llevó nuestras enfermedades,
y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Eloah y afligido... Debido a la angustia de su alma, él
lo verá y quedará satisfecho. Por su conocimiento, el Justo, mi Siervo,
justificará a muchos, y cargará las iniquidades de ellos. Por
tanto, yo le daré parte con los grandes y con los fuertes repartirá despojos,
porque derramó su alma hasta la muerte y con los transgresores fue
contado, llevando él el pecado de muchos, e intercediendo por los
transgresores.”
16:23 “Entonces
Aharón entrará en la tienda de reunión y se quitará las vestiduras de lino que
se había puesto al entrar en el lugar santo, y las dejará allí.” – Esta es la tercera vez que el gran sacerdote
cambia sus ropas. Las ropas usadas en el servicio de Yom Kipur tenían que ser
guardadas y no podían ser utilizadas para otro Yom Kipur.
16:24 “Lavará
su cuerpo con agua en un lugar sagrado, se pondrá sus vestidos, y saldrá y
ofrecerá su ofrenda de ascensión y la ofrenda de ascensión del pueblo, y hará
expiación por sí mismo y por el pueblo.” – De este versículo se aprende que al cambiar la
ropa hacía falta purificarse en la mikvé. Ahora se ponía sus ropas de oro para
sacrificar los dos carneros mencionados en los versículos 3 y 5. También
sacrificaba algunos de los sacrificios adicionales, musaf, mencionados en
Números 29:7-11.
16:25 “Luego
quemará en el altar la grasa de la ofrenda por el pecado.” – Después de esto cambiaba su ropa de nuevo por
cuarta vez para entrar en el lugar santísimo y recoger la cuchara y el
incensario. Hebreos 9:4 no habla del altar del incienso como si estuviera en
lugar santísimo, sino de este incensario que estaba allí durante todo el
servicio de Yom Kipur. En el texto griego de Hebreos 9:4 no aparece la palabra
“altar”.
Después de
sacar la cuchara y el incensario del lugar santísimo, el gran sacerdote cambia
la ropa de nuevo para sacrificar los últimos sacrificios adicionales, musaf,
del día y presentar la ofrenda diaria del cordero de la tarde y quemar el
incienso diario sobre el altar de oro. Después ofreció el resto de la oblación
diaria del gran sacerdote sobre el altar. Luego se quitaba las ropas de oro y
se vestía con sus propias ropas para regresar a su casa. La gente le acompañaba
hasta su casa con regocijo porque había hecho su trabajo con éxito.
16:27 “Pero el
novillo de la ofrenda por el pecado y el macho cabrío de la ofrenda por el
pecado, cuya sangre fue llevada dentro del lugar santo para hacer expiación,
serán llevados fuera del campamento, y quemarán en el fuego su piel, su carne y
su estiércol.” – El novillo y el macho cabrío
son quemados fuera del campamento para ser una sombra profética de lo que iba a
ocurrir con el Mesías Yeshúa, como está escrito en Hebreos 13:11-12
“Porque los cuerpos de aquellos animales, cuya sangre es llevada al
santuario por el sumo sacerdote como ofrenda por el pecado, son quemados fuera
del campamento. Por lo cual también Yeshúa, para santificar al pueblo mediante
su propia sangre, padeció fuera de la puerta.”
16:29 “Y esto
os será un estatuto perpetuo: en el mes séptimo, a los diez días del mes,
humillaréis vuestras almas y no haréis obra alguna, ni el nativo ni el
forastero que reside entre vosotros” – Humillar el
alma se refiere al ayuno total, sin tomar ni siquiera agua durante 25
horas.
16:30 “porque en
este día él hará expiación por vosotros para que seáis limpios; seréis limpios
de todos vuestros pecados delante de Adonay.” – El texto hebreo dice que ÉL hará expiación delante de Adonay. ¿De
quién se está hablando? Está hablando de Mashíaj ben Yosef, el Mesías
sufriente, que iba a venir para hacer expiación por los hijos de Israel y
limpiarlos de todos sus pecados delante de Adonay.
Ahora, si
Yeshúa murió el 14 de Nisán ¿cómo pudo cumplir con Yom Kipur que cae medio año
más tarde? La respuesta es que la obra de Mashíaj no ha terminado todavía. Él
ha entrado en el lugar santísimo en el cielo, pero no ha salido al pueblo. La
mitad queda por cumplirse. Al salir de ese lugar el pecado será eliminado para
siempre en cada uno que haya recibido su sacrificio de manera personal. Seremos
transformados totalmente y liberados del yetser hará. Cuando regrese el Mesías,
en Yom Kipur será eliminado el pecado de la tierra de Israel en un solo día,
como está escrito en Zacarías 3:9:
“Porque he aquí la piedra que he puesto delante de
Yehoshúa, sobre esta única piedra hay siete ojos. He aquí, yo grabaré una
inscripción en ella"--declara
Adonay de los ejércitos-- "y quitaré la iniquidad de esta tierra en un
solo día.”
En Malaquías 3:1-3 está
escrito: “He aquí, yo envío a mi mensajero, y él preparará el camino
delante de mí. Y vendrá de repente a su templo el Señor a quien vosotros
buscáis; y el mensajero del pacto en quien vosotros os complacéis, he aquí,
viene--dice Adonay de los ejércitos.
¿Pero quién podrá soportar el
día de su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando él aparezca? Porque
él es como fuego de fundidor y como jabón de lavanderos. Y él se sentará como
fundidor y purificador de plata, y purificará a los hijos de Leví y los
acrisolará como a oro y como a plata, y serán los que presenten ofrendas en
justicia a Elohim.”
16:31 “Os será
shabat, de descanso completo, para que humilléis vuestras almas; es estatuto
perpetuo.” – Aquí aparece la expresión
“shabat shabatón”. Sólo se menciona esta expresión cuando se habla del shabat
semanal Yom Kipur y el año sabático. Los shabats de las fiestas anuales no son
mencionadas como “shabat shabaton”. Yom Kipur es el shabat de los shabats
anuales de la misma manera como el shabat semanal es el shabat de los días de
la semana. Hay siete shabats anuales adicionales a parte de los shabats semanales,
entre los cuales Yom Kipur sirve como un shabat especial, al igual que el
shabat de la semana para los días de la semana, cf. Levítico 23. De la misma
manera sucede con el Yovel, el año de jubileo, en relación con los siete años
de shmitá, remisión, cf. Levítico 25.
16:32 “Así el
sacerdote que es ungido y ordenado para ministrar como sacerdote en lugar de su
padre hará expiación: se pondrá las vestiduras de lino, las vestiduras
sagradas” – Este texto tiene una
indicación de que Yeshúa actuó en lugar de su Padre Celestial cuando nos
redimió de nuestros pecados, como está escrito en 2 Corintios 5:18-21:
“Y todo esto procede de Eloah, quien nos reconcilió consigo mismo por
medio del Mesías, y nos dio el ministerio de la reconciliación; a saber, que
Eloah estaba en el Mesías reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en
cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la
palabra de la reconciliación. Por tanto, somos embajadores del Mesías, como si
Eloah rogara por medio de nosotros; en nombre del Mesías os rogamos:
¡Reconciliaos con Eloah! Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros,
para que fuéramos hechos justicia de Eloah en él.”
16:33 “y hará
expiación por el santo santuario; hará expiación también por la tienda de
reunión y por el altar. Hará expiación además por los sacerdotes y por todo el
pueblo de la asamblea.” – Todos los
sacrificios durante Yom Kipur hacen esta limpieza total una vez al año. Sin
embargo no es capaz de eliminar el pecado dentro del hombre, sólo expiar por
las impurezas y los pecados cometidos durante el año. La carta de los Hebreos 9:1 – 10:25 da una enseñanza profunda
mesiánica sobre el servicio de Yom Kipur. Allí se enseña entre otras cosas
que:
1. El
servicio de Yom Kipur en la tierra no hace perfecto al hombre, quitando el
yetser hará, el pecado, sólo perdona y cubre pero no quita.
2. El servicio de Yom Kipur en el Cielo sí hace
perfecto al hombre que se apropia del sacrificio eterno y perfecto de Mashíaj
Yeshúa.
3. Una cosa no excluye la otra, sino una es la sombra
de la otra.
4. Una
no será quitada hasta que haya venido lo perfecto. Para algunos será cuando el
Mesías regrese y para otros será cuando el cielo y la tierra pasen.
17:11 “Porque la
vida de la carne está en la sangre, y yo os la he dado sobre el altar para
hacer expiación por vuestras almas; porque es la sangre, por razón de la vida,
la que hace expiación.” – La sangre
representa la vida. No es que el alma esté en la sangre, sino la vida depende
de la sangre.
Con la muerte de Yeshúa se
hizo expiación por la vida del hombre, al derramar él su sangre. La sangre fue
tomada por El Eterno como un medio de expiación por razón de la vida, el alma,
que depende de la sangre.
No hay base en las Escrituras
para no permitir que se hagan transfusiones de la sangre para salvar la vida
humana. El alma no es transferida a la otra persona al pasar parte de la
sangre, ni es transferida a la otra persona parte del alma, (emociones, intelecto
y voluntad). El alma es mantenida por medio de la sangre, pero no está en la
sangre. (Ahora Acordémonos prima la vida sobre el mandamiento). Amen.
18:3 “No
haréis como hacen en la tierra de Mitsrayim en la cual morasteis, ni haréis
como hacen en la tierra de Kenáan adonde yo os llevo; no andaréis en sus
estatutos.” – Este texto muestra que los
hijos de Israel han sido llamados a ser diferentes a los demás pueblos del
mundo, especialmente cuando los pueblos son tan inmorales como los mitsríes y
los kenaanitas.
Hemos sido llamados a comer
diferentemente, vestir diferentemente, hablar diferentemente etc. (somos
los niños diferentes; somos niños especiales, un especial tesoro en manos de El
Eterno). Amen??¿Podemos entonces mirar las prácticas de los demás pueblos y
hacer lo contrario? ¿Es eso lo que Adonay quiere enseñarnos con esta palabra?
Hasta cierto punto esto está bien, pero si vamos a dejar que las prácticas de
los goyim, gentiles, determinen nuestra conducta, es posible que dejemos de
hacer algo que Adonay aprueba e incluso manda. ¡No vamos a dejar de hacer algo
bueno sólo porque los demás lo hacen! Por lo tanto, sigue el versículo 4
diciendo:
“Habréis de cumplir MIS estatutos y guardar MIS
leyes para andar en ellos.”
No son las naciones las que
determinan nuestra conducta, sino la Torá de El Eterno. En el camino
de restauración hay muchos ex cristianos que rechazan todas las cosas que hacen
los cristianos, por ejemplo orar de manera espontánea, levantar las manos al
cielo sobre la cabeza, hablar y cantar en lenguas, arrodillarse ante el Padre,
usar expresiones como “hermanos”, “pastores” y demás.
Sólo por el hecho de que se
hagan estas cosas en el mundo cristiano no es una razón suficientemente fuerte
para rechazarlos. Todas estas cosas que he mencionado aquí son judías y se
pueden encontrar en las Escrituras hebreas. No es que sea cristiano practicar
estas cosas, es judío. Lo que pasa es que el cristianismo ha adoptado muchas
maneras judías en su estilo de vida y cuando los judíos han visto esto, se han
apartado de su propia cultura, porque algunos de los cristianos lo están
practicando. Esta no es la manera de hacer las cosas. La Torá de
Adonay es nuestra regla de vida. Todo lo que El Eterno aprueba, nosotros
también lo aprobamos, aunque sean practicadas por personas que no están con
nosotros. No podemos dejar de leer las Escrituras porque los satanistas las
están leyendo. Esa actitud no es sana y al final llevará a la persona a
desviarse del camino recto.
18:5 “Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis leyes, por los cuales el
hombre vivirá si los cumple; yo soy Adonay.” – Este texto nos muestra que hay vida en la
obediencia a los mandamientos. La pregunta surge: ¿Hay vida eterna en el
cumplimiento de la Torá o hay una larga vida en la tierra? La
respuesta es: ambas cosas. Hay mandamientos que producen una vida larga debajo
del sol y hay otros mandamientos que fueron dados para dar vida eterna al
mundo. Por ejemplo el mandamiento que nos ordena creer en el profeta como
Moshé, cf. Deuteronomio 18:15, 18 es uno de los que dan vida eterna, como está
escrito en Hechos 16:31:
“Ellos respondieron: Cree en el Señor Yeshúa, y serás salvo, tú y tu
casa.”
Digámoslo mejor Créele
a El Señor Yeshua, y serás salvo, tú y tu casa.
En Romanos
10:3-10 está escrito: “Pues
desconociendo la justicia de Eloah y procurando establecer la suya propia, no
se sometieron a la justicia de Eloah. Porque el Mesías es la meta de la
Torá para justicia a todo aquel que cree. Porque Moshé escribe que el
hombre que practica la justicia que es de la Torá, vivirá por ella. Además,
la justicia que es de la fe, dice así: NO DIGAS EN TU CORAZÓN: "¿QUIÉN
SUBIRÁ AL CIELO?" (Esto es, para hacer bajar al Mesías), o "¿ QUIÉN
DESCENDERÁ AL ABISMO?" (esto es, para subir al Mesías de entre los
muertos). Mas, ¿qué dice? CERCA DE TI ESTA LA PALABRA, EN TU BOCA Y EN TU
CORAZÓN, es decir, la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu
boca a Yeshúa por Señor, y crees en tu corazón que Eloah le resucitó de entre
los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la
boca se confiesa para salvación.”
No hay
contradicción entre Moshé y Yeshúa. Si fuese así, Yeshúa sería un falso mesías.
Lo que Romanos 10 enseña es lo mismo que Levítico 18:5, que hay vida para aquel
que practica la Torá, porque la Torá lleva la persona al Mesías
y a la justicia de la fe, la cual está citada en la Torá, cf. Deuteronomio
30:12-14. El problema surge cuando una persona intenta usar aquellos
mandamientos que no son dados para vida eterna y cumplirlos en su propia fuerza
para así obtener la salvación de su alma por los propios méritos. Otra
enseñanza falsa, que existe dentro del judaísmo apóstata, es que uno se salva
si las obras buenas pesan más que las obras malas. Esos caminos son engañosos y
sumamente combatidos en el Brith Hadasha por los emisarios del Mesías.
En la
traducción hecha por Dr. David H. Stern de Gálatas 3:12 está escrito:
“Sin embargo, el legalismo no está basado en la
confianza y la fidelidad, sino en una mala interpretación del texto que dice,
EL QUE LAS HACE, VIVIRÁ POR ELLAS.”
18:24 “No os
contaminéis con ninguna de estas cosas, porque por todas estas cosas se han
contaminado las naciones que voy a echar de delante de vosotros.” – Todas estas cosas, cf. v 6-23, hicieron en
Mitsrayim y en la tierra de Kenáan. Aquí vemos que hay muchos mandamientos
de la Torá para las naciones.
Sólo en este texto hay 24
mandamientos que aplican a los gentiles de los 613 que fueron dados a Israel.
Las naciones que habían quebrantado estos mandamientos fueron condenadas por
ello. Casi todos son de carácter sexual. Pero también hablan de quemar a sus
hijos a un dios pagano, idolatría y derramamiento de sangre inocente. Por esto
se pueden encontrar en este texto los tres pecados que llaman cardinales, sexo,
idolatría y violencia. Por estos tres pecados viene el juicio de Adonay sobre
todos los hombres, benei Noaj, hijos de Noé, como está escrito en Efesios
5:3-7:
“Pero que la inmoralidad, y
toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros, como
corresponde a los santos; ni obscenidades, ni necedades, ni groserías, que no
son apropiadas, sino más bien acciones de gracias. Porque con certeza sabéis
esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en
el reino del Mesías y de Eloah. Que nadie os engañe con palabras vanas,
pues por causa de estas cosas la ira de Eloah viene sobre los hijos de
desobediencia. Por tanto, no seáis partícipes con ellos.”
Las naciones tienen una
responsabilidad delante de Adonay para cumplir sus mandamientos y si no lo
hacen, vendrá su juicio tarde o temprano. Este texto nos enseña además que como
la tierra de Israel es un lugar sagrado, los pecados que son cometidos allí son
condenados más que si hubieran sido cometidos en otro lugar.
18:28 “no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a
la nación que estuvo antes de vosotros.” – La tierra de
Israel vomita a los moradores que comenten estos pecados inmorales. Por causa
de que los hijos de Kenáan practicaban estos pecados, los hijos de Israel
recibieron la orden de exterminarlos de sobre la tierra santa.
Toda Raba damos a El Eterno,
por permitirnos vivir un shabat mas y le pedimos que seamos llenos del calor
del Ruaj para evitar que nos enfriemos y mucho menos que nos volvamos tibios;
porque ya sabemos que a los tibios el vomitara de su boca. Amen?
Shabat Shalom
Recopilado por:
Orlando Unda R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario